Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Juventud herida por Evan_Lylu

[Reviews - 27]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

La historia trata de la vida de una persona que lucha contra sus propios deseos, los cuales para ese entonces no estan bien vistos por la sociedad, de una familia religiosa pelea contra su propia conciencia distorcionada de lo bueno y lo malo. 

Notas del capitulo:

El comienzo del todo espero les agrade.

Juventud Herida.

 

El viento del sur soplaba con fuerza mi ventana, mis ojos miraban sin ver, después de tantos años aun no entiendo el motivo de haber nacido. ¿Para que? Postrado ahora en una cama sin siquiera saber por qué la vida se empeña en hundirme en el fango. Mi vida fue fácil, pero también complicada, no soy viejo para pasar por esto, apenas tengo 26 años, pero mi situación actual la tengo que librar.

 

Retiro mi vista de esa acristalada venta que me da el panorama del lugar donde radico, montañas verdes, antenas de electricidad y casas multifamiliares. Antes no era así, recuerdo que vivía en una hermosa casona a las afueras de la ciudad y el tumulto, la casa era enorme y espaciosa, cómoda. Como olvidar esas noches en las que podía apreciar el cielo negro y ver las hermosas estrellas tirado en la hierva húmeda del jardín, ¡oh! Era hermosa y relajante, la brisa fría, el sereno de la noche humedeciendo mi rostro.

 

Nunca fui mas feliz como entonces, soy el mayor de 5 hermanos, dos mujeres muy hermosas y agradables, el menor un joven muy gruñón y pesado, y el otro mi gemelo, tal vez es lo que mas extraño de esos años en los que vivíamos como lo que éramos, una familia. Mi padre trabajaba duro, mi madre nos protegía siempre, y nosotros solo teníamos que ser buenos hijos. Para entonces estábamos en la gloria, cobijados por los brazos protectores de mis padres.

 

Pero los hijos crecen y cada cual toma un camino. Todo cambio con el verano, las lluvias trajeron con ellas muchos problemas en la población, casas fueron derrumbadas, familias enteras se quedaron sin hogar y otros sin padre o madre, esposos o esposas, hijos e hijas. Pero nuestra familia seguía ahí. No se que me paso o en que momento me quede dormido y comencé a soñar con otra vida.

 

Las hormonas en el ser humano son un mal muy grave, tal vez la pubertad me desoriento un poco, no lo se, mi hermano siempre dice que soy como las águilas, libre de hacer lo que me plazca sin preocuparme de los riesgos.

 

Recuerdo esos días en los que descubrí que era diferente a él aunque nos pareciéramos físicamente.

 

….::::XP::::…

 

Por ahora les diré que mi nombre es Carlos, para ese entonces tenia 15 años, y mi espejo se llama Antonio, es inicios de Febrero y hay que inscribirnos a preparatoria, aquí en Acapulco hay varias instituciones, las prepas abiertas que son para los que no tienen mucho tiempo de estudiar, y las escolares a las que mi hermano y yo nos inscribiríamos. Me ahorrare el nombre de la institución ya que no es necesario la propaganda, ambos teníamos muy claro lo que estudiaríamos. Antonio, o Ant como le llamo a veces, le gustan las cosas industriales, las maquinas, lo mecánico, en cambio a mi me gusta la música, la escritura y el futbol… ¿lo han notado?, aunque seamos gemelos tenemos gusto muy diferentes y eso es bueno.

 

- Ya te has decidido? – me pregunto viendo el volantín que nos ofrecieron con las especialidades a escoger.

- No lo se, sistemas tal vez… - respondí mirando a las chicas que pasaban por ahí.

 

Hacia unos meses que me llamaban mucho la atención, no es que no me la llamaran antes, solo que ahora por extraño que pareciera las miraba con mas detenimiento casi perdiéndome en sus muecas y movimientos, en sus cabellos largos y rostros femeninos, en sus piernas descubiertas y sus caderas pronunciadas, eso no era lo extraño, pero si que las viera y las comparara. No es que fuera tonto, pero ¿por que eran mujeres? Por que lo eran y punto. También me miraba a mí y miraba a mi hermano, ambos estábamos creciendo, teníamos apenas 15 años y éramos más altos que los demás de nuestra clase y de nuestra edad, mi cuerpo estaba experimentando cambios.

 

- Es bonita, no? – escuche a mi hermano hablar.

- Lo regrese a ver y luego vi a donde miraba – Lo es…

 

Y lo era, era una hermosa niña de cabellos negros, largos y undulados, de piel oscura, portaba una diminuta falda tableada que dejaba ver unas hermosas piernas torneadas, con una blusilla blanca entallada que delineaba muy bien sus redondos y respingones senos y su cintura estrecha. Hermosa, muy hermosa.

 

Antonio y yo siempre coincidíamos en gustos, el siempre decía que si era la indicada de alguno entonces con el que correspondiera quedaría y el otro no metería la mano en el asunto, era el código.

 

- Antonio giro entonces y regreso su vista a la casilla, hacíamos cola para inscripción y saque de ficha, por lo que me jalo de la playera y aparte la vista de la chica.

 

Ese día llegamos tarde a casa, a eso de las 6 de la tarde. Mamá nos esperaba ya con la cena lista, no recuerdo que comimos, solo que yo comí vegetales y mis hermanos y mis padres carne, ese era otra diferencia entre Antonio y yo, que yo era vegetariano y el no. Me sorprendía la forma en que podía comer de todo sin enfermar o hacerle caras. Yo en cambio soy alérgico a los mariscos o cualquier producto de mar, la carne no la tolero en ninguna de sus variedades. Me gusta la espinaca y las zanahorias, adoro el flan napolitano y la soda bien fría.

 

- Que tal les fue – pregunto mi padre ese día sin dejar su trozo de carne.

 

El hombre trabaja duro, pero también hay cosas que no puedo hacer que cambien, es mi padre, su único defecto creo es ser crédulo de la religión que profesa. Para ese entonces éramos muy asidos a ella familiarmente, religioso de una religión que prohíbe la mala vida. Era entonces una familia ejemplar, unas personas modelo. No había bebidas en exceso, no había salidas nocturnas, no había malas palabras.

 

- Antonio escogió Mantenimiento…! – dije aprisa sorbiendo de mi soda.

- Carlos dudo, pero al final tomo construcción.

- No decías que tomarías Sistemas? – pregunto mi hermana, la que nos seguía en edad.

- Si… - dije mirando a mi padre – pero dijo la secretaria que estaba saturado, que tal vez después podría cambiar.

- Siempre y cuando tenga buenas calificaciones jajajajaja – rio Antonio

 

Si, no es por más decir que la inteligencia no estaba de mi parte.

 

- Mas tarde podrás cambiar – dijo mi madre y se levanto para ir a la cocina y traer el postre. Con ella se levantaron mis hermanas.

 

A mi padre no le convenció mucho mi explicación, en realidad a él le agradaba mucho la construcción, decía que le gustaría que ambos fuéramos buenos hijos de dios y con nuestros conocimientos ir a una sociedad de hermanos donde podríamos trabajar y ayudar con nuestras habilidades.

 

Estoy seguro que Antonio no le agradaba mucho la perspectiva, a mí tampoco, pero nunca decíamos nada.

 

Esa noche soñé con lo que haríamos al ingresar a la preparatoria, conoceríamos mas chicas y chicos, haríamos bromas y la pasaríamos bien.

 

- Crees que sea difícil el examen? – me pregunto Antonio sacándome de mis pensamientos.

- Seguro que los reprueban y se quedan casando moscas – se burlo nuestro hermanito.

- Cierra la boca enano, que igual tienes que presentar la prueba para ingresar a secundaria.

- Ah! Pero yo si estudio no me la paso de sueño en sueño como tu.

 

Ezequiel, le seguía a nuestra hermana Ester y luego de el seguía la mas pequeña Wendy. Ester,  Ezequiel y Wendy. Ester ella siempre metida en sus libros de lectura, se ponía a leer y no había quien la apartara del libro que tomaba, acostumbraba mucho leer con mi padre la biblia y tiene una muy fluida lectura, Ezequiel en cambio siempre andaba de metiche entre Antonio y yo, y eso es mas por que entre nosotros nos entendíamos, pero si algo pasaba siempre al que delataba primero era a mí y Wendy, la pequeña Wendy era un amor de niña siempre atenta a lo que hacíamos y todo le causaba gracia.

 

- le arroje mi almohada y me levante para ir al baño.

- LEVANTA LA TAPA!!

 

Escuche que grito Ester, entre al baño y ella se quedo lavándose los dientes.

 

- Te gusta construcción? – pregunto cuando volví a salir.

- Que mas da si me gusta o no.

- Debiste haber escogido algo que te gustara, sistema te gusta…

- Estaba saturado que no oíste. – dije molesto lavándome las manos.

- Si, pero… hay otras escuelas… - y me menciono otras mas.

- Antonio quiso esa, además a mi también me gusto esa… es solo una especialidad.

- Es tu futuro…

- Ya, ya… 

 

Era mi futuro, si… pero de eso no me preocupe en ese momento.

 

Las clases en la secundaria a la que asistía no eran tan difícil ni pesadas, el lugar era horrible, no había fondos para remodelarla, tenía solo dos aulas terminadas y eran las de tercero donde nos tocaba, tenia dos amigos con los que siempre andaba además de mi hermano.

 

- Ya saben a que preparatoria irán?

- Ayer – dije dándole una buena mordida a mi emparedado de ensalada.

- Y ustedes – pregunto Antonio lanzando piedritas a los demás salones de madera.

- Me iré al bachiller! – dijo Ivan, recuerdo que era muy alto, un poco más que nosotros dos, delgado y de cabello crespo, de ojos chicos por si les interesa.

- No, yo no iré  a ninguna, buscare trabajo… – levante la mirada a ver a mi mejor amigo, su nombre José, delgado, me llegaba al hombro entonces, de cabello castaño por el sol y algo ondulado, de piel clara a pesar de que Acapulco es un lugar soleado, de ojos café muy claros. Era el suspirar de todas mis compañeras y las que llegaran a conocerlo.

- Por que no estudiaras? – le pregunte dejando aun lado mi emparedado el cual me di cuenta mas tarde que desapareció por culpa de mi hermano que se lo engullo.

- Mi papá no regresara del otro lado y mi mamá no tiene dinero para la ficha.

- Tal vez para el próximo año? – pregunto Ivan.

- Chicos!! – interrumpió una coqueta niña de ojos grandes y algo rolliza.

 

Yo me eche a reír ya que a mi hermano le gustaba, su nombre es Karen, a mi parecer era bonita pero no para andar con ella, me apiadaba de los gustos de mi hermano en esta ocasión.

 

- Karen

- Antonio, deja de tirar piedra a los salones, casi me descalabras – grito inflando las mejillas y casi me caí de la riza.

- No mas venias a eso? –pregunto nervioso Antonio.

- No, me dieron la lista para la cooperación del local donde se hará la clausura.

 

Karen y otras mas pertenecían al grupo estudiantil, y ella era la presidenta, o jefa de equipo del salón B, yo aunque fuera asombroso lo era del salón A, por mayoría de votos los chavos me habían escogido y no por que fuera el más aplicado.

 

- No te apures tanto aun faltan 5 meses – le dije buscando mi emparedado.

- Esos 5 meses se van como el agua.

- Yo ya di lo que me tocaba…

- Yo se lo pasare a la maestra – respondió José y Karen se sonrojo.

 

No se por que, pero en ese momento no me sentí tan bien y me quede muy serio, mi hermano tampoco estaba contento.

 

Karen se fue por que en ese momento tocaron la campana e ingresamos a clases, cuando estas concluyeron nos fuimos junto a Ester, esta se quedo con una amiga en el camino y al final la tuvimos que dejar sola.

 

- Me choca que José siempre se tenga que quedar con todas y el idiota ni por enterado.

- Le regrese a ver, parecía que sacaba humo por las orejas. - El no tiene la culpa – le dije metiendo mis manos en los bolsillos, es mas yo pensaba en algo que no me gustaría contarle en ese momento a mi hermano.

- Que!? – dijo exaltado, luego pateo una piedra y siguió serio – Es verdad, me gustaría decirle a Karen que me gusta… no hay problema en eso verdad?

- Me pregunto y simplemente le respondí – No…

 

Los días pasaron y cada vez se acercaba mas el fin del año escolar, estábamos en febrero y para nosotros era como un día cualquiera, pero todos en la secundaria estaban locos como cada año, había una chica de nombre Ana que tenia un cuerpazo, lastima que estaba apenas en segundo pero para ella no importaba eso, me detuvo en los baños tras los salones de tercero y me sonrió coqueta, yo sabia que no era de nuestras costumbres andar fajando con cualquiera, pero papá no estaba para verme.

 

Cuando llegue al salón después de un rato me di cuenta que la maestra no se encontraba, y que Antonio estaba recargado de la butaca escondiendo la cabeza entre sus brazos.

 

- Que tiene… - le pregunte a José.

- Tardaste mucho en los baños… - No le tome mucho en cuenta a su tono de voz, me preocupaba mi hermano.

- Um… Antonio? – me acerque a el y le moví.

- No me siento bien…

- Le dijiste a la maestra.

- Ella salió, le hablaron de la dirección cuando fuiste al baño.

- Que sientes?

- No se… - dijo sin verme, me sentí desesperado así que salí del aula y fui a la dirección, los maestros tenían junta pero aun así le hable a la profesora.

 

- Que pasa Carlos?

- Antonio no se siente bien, creo que algo le hizo daño, me lo puedo llevar a casa?

- Esta bien, pero dile a tu madre que me pase a ver mañana.

- Si.

 

Me fui de regreso al aula y Antonio tomo sus cosas. Antonio siempre fue el más enfermizo de los dos, sufría bronquitis, y siempre tenían que llevarlo a nebulizaciones, para entonces así era. Ese día no fue la excepción.

 

El 14 llego y en la secundaria hicieron una fiesta de san Valentín, una tardeada. Iba a ver refrescos, comida, música e intercambio de regalos. Nosotros obviamente no iríamos, pero ese día nos sorprendió mi padre, ya le habíamos visto extraño, había algunos días en que faltábamos a nuestras religión y eso era mucho que decir, días antes lo habían visitados algunos hermanos de la religión y habían hablado con el.

 

- No van a ir al escuela?

- Papá es 14, va haber tardeada en mi escuela. – dijo Ezequiel.

- También en la secundaria verdad Carlos.

- No quieren ir, se los digo para que se distraigan un rato.

- Es malo ir a esas fiestas papá, tú lo dijiste. – respondió el metiche de Ezequiel nuevamente.

- En la primaria hubo quermes, verdad Wendy – dijo mamá a la más pequeña, apenas tenía 7 años.

- Si…

 

Yo estaba de a tres, siempre me había llamado la atención saber que era ir a una de esas fiestas, íbamos a fiestas pero solo con personas de nuestras creencias, mi padre solo dijo que era malo si le tomábamos el gusto, pero no nos pasaba nada si íbamos un rato. Mi hermana no estaba muy convencida y nos lo hizo saber pero también tenia curiosidad como Antonio y yo, así que fuimos.

 

- Tienes miedo de ir?

- Son fiestas paganas, papá esta raro – dijo el enano.

- Deja de molestar Ezequiel, tu no iras… además nadie te ha preguntado nada – le dije fastidiado, obvio que sabia lo que hacíamos, y que mas tarde andarían diciendo que los hijos de Peraltha andaban en fiestas paganas. – Sal de aquí!!

- Es mi cuarto también – dijo jugando con un balón desde su cama.

- jh – a veces fastidiaba – Antonio!

- Este se acerco y me susurro – Le dije a Karen que si quería ser mi novia…

 

Me quede de a tres, pero se veía venir. Ambos sabíamos que no podíamos tener novias si no eran de la religión, por tanto era como hacer una travesura, en realidad yo ya había hecho muchas.

 

- Que dijo – le pregunte igual en susurro, Ezequiel por más que paraba la oreja no escuchaba nada. – DEJA DE ESCUCHAR LO QUE NO TE INCUMBE!!! – le arroje la almohada, tenía la mala costumbre de arrojar lo primero que tengo en mano.

- Déjalo… - le defendió Antonio – Dijo que no – termino de decir.

 

Al final mi hermana dijo que no le apetecía salir, pero igual nosotros si fuimos, en el camino nos encontramos con nuestros amigos.

 

- Dijo que no salía con chicos de nuestra religión por que ella es católica.

- jajajajaja – me eche a reír, cuantas chicas no querían salir con nosotros por que éramos bien portados y no decíamos palabrotas, y esta niña le venia a salir con esto.

- No se rían, va enserio!

- Olvídala, conoceremos a muchas mas en la prepa! – le eche el brazo encima.

- Es verdad, dice Carlos que vieron a una morra cuando fueron a sacar ficha. – dijo Ivan riendo.

- Oye!! – le intente callar la bocaza pero se escabullía.

- Si, pero aun no sabemos si la volveremos a ver.

- Regrese a ver a José, este solo torcía el gesto – Y tu que tienes? – le abrase por la espalda haciéndole una llave.

- Déjame!! – se intento soltar.

- Ya déjalo Carlos que lo quebraras – se burlo Antonio.

 

La fiesta estaba muy movida, habían arreglado los salones poniendo música y sacando las sillas, los maestros estaban supervisando todo, no se veía nada malo, las chicas se habían lucido con su atuendo incluso unas se habían atrevido a llevar tacones, me le perdí a Antonio y me encontré con Ana, fajamos un rato tras los salones de tercero, pero aun había algo en todo lo que hacia que no me complacía del todo. Cuando regrese al salón de tercero me di cuenta que mi hermano habla con una compañera, su nombre recuerdo era Blanca, era alta delgadita, como un palillo y muy blanca de piel, siempre usaba una cola alta, su cabello era muy lacio y no tan oscuro. Era agradable y sabia por comentarios que le gustaba uno de los dos. Mire a donde bailaban y José se movía como robot al lado de una de primero, una chavita chaparrita.

 

- Que si bailamos!! – me grito Ana casi en el oído y me molesto un poco, después de todo a mi no me gusta bailar, pero no era esa mi molestia, por alguna razón me molesto que mi amigo bailara con esa niña.

- No se bailar! – le dije serio

- A vamos anda!! – me insistió agarrándome la mano.

- Carlos debemos hablar – me jalo Karen y la seguí, Ana seguro se molesto por que ya no fue igual después.

 

Salimos del salón, afuera ya casi anochecía eran como las 7 de la noche.

 

- Quería darte algo! – me dijo muy tímida, algo extraño en ella por que solíamos hablar de maravilla y me sentía muy cómodo.

 

Me extendió una caja de regalo y me quede de piedra.

 

- Carlos me gustas!

 

Fue todo lo que escuche, ya no supe mas solo que se me colgó del cuello y me beso torpemente, y dice un dicho que escuchaba mucho de Ivan: ¿A quién le dan pan que llore?, solo que me iba a dar cuenta que no aplica cuando es con la chava que le gusta a tu hermano. Mire al frente y la solté, mi hermano me vio y se metió al salón, José también me había visto y solo movía la cabeza negativo.

 

- oye… hablamos luego – la deje y corrí al salón.

 

Esa noche mi hermano no me hablo mas, se fue de la fiesta y me dejo solo, me tuve que regresar con José, ya que a mi amiguito lo seguían los problemas y había una bandita que ya lo traía fichado.

 

- Estuvo mal lo que hiciste – me dijo serio.

- Tu crees? – pregunte viéndolo.

- Si!

- Ya – le arrempuje y casi se va de bruces – Perdón… - le jale de la playera.

- Pinche Carlos, siempre hablando de bulto.

- Serás! – caminamos otro tramo serios y entonces me detuve en una esquina, eran ya las 8:40, mas noche de lo que había estado jamás en la calle. – oye…?

- Ahora que? – se detuvo y me regreso a ver.

- Te gusta esa enana?

- Me miro expresivo y creo que incluso sin entenderme – Que enana? – rio bajito.

- No te hagas, con quien bailabas, la de primero, creo que va con mi hermana.

- Kenia… apenas se su nombre ¿pareciera que me gusta?

- Acaso no? Es bonita.

- No me di cuenta… - dijo simple

- No me gusta Karen, sabemos que le gusta a mi hermano, es bonita pero no para mi. – dije de pronto sin saber por que.

- Por que la besaste entonces?

- Me jalo a fuera y me dio esto – dije sentándome en la banqueta mostrando el obsequio.

- Me di cuenta, llegaste sin nada y ahora lo cargas, ¿Qué es? – se recargo del poste de luz.

 

Aun lo recuerdo, era una playera de marca, una caramelo (estaba de moda en esos días). José no pudo abrir mas los ojos, yo tenia ropa buena, pero jamás me había dado por vestir como los demás chavos, en cambio José estaba admirado con la prenda, me reí mucho de el y del brillo de sus ojos. Si, por muy tonto e irreal que me sonara sentía algo extraño por el, era parecido a lo que sentía por mi hermano, pero en su caso me molestaba que las chicas se le acercaran. Eso ya era por demás complicado para alguien como yo.

 

- Quédatela… además no creo que a mi padre le guste que use ropa de esa.

- Que!! Te sientes bien? – me dijo viéndome como si de pronto viera a un desconocido.

- Me levante y se levanto, tome su mano y se la di – Claro, además a ti te gusta a mi no.

- Pero Karen te la regalo… y un regalo es un regalo.

- Bueno, cuenta si yo quiero dársela a mi mejor amigo. Es 14 de febrero no?

- Tu no celebras estas fechas! – dijo sonriendo.

 

Me reí por su respuesta pero aun así la acepto, cortamos caminos y llegue a casa, mi padre me regaño por haber llegado mas tarde y sin Antonio, yo jamás me quedaba callado, discutimos mucho esa noche por que según el me daba la mano y me tomaba el pie. 

Antonio tampoco me dijo nada, ya que cuando llegue este estaba acostado y seguro que aparentaba dormir, no lo moleste y me tire en mi litera ignorándolo.

 

XXX:::::

 

Notas finales:

Subire la proxima pronto.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).