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Isaac De Kraken por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola mis terrones de azúcar, se que este pequeño One Shot debió darse ayer, pero... Me ocupe bastante, por lo cual ahora lo verán.

Este es el regalo para nuestro terrón de azúcar AraOyola.

Espero que la pasaras muy bien y te guste.

Ahora si a leer terroncitos de azúcar. 

-Isaac… ¿Qué estamos haciendo aquí?-

-Cálmate, Hyoga, solo quiero mostrarte algo-

-Llevamos caminando un rato- Cruza sus brazos mirando de mala forma al peliverde -¿Si vas a mostrarme algún glaciar? Te tengo una buena noticia…- Señala a su alrededor –Ahí muchos…- Su tono cambia a algo más triste y frio.

Posiblemente algún mal recuerdo referente a estos, pero no quiere que el otro lo vea, pues sin duda se burlaría.

-Nada de eso- Gira su vista levemente, mirando de reojo al rubio, que su andar se ha vuelto más lento.

Sabe que significa ese rostro triste, entiende que da a entender, el dolor que tiene desde que llego a entrenar con ellos y el maestro ahora de ambos.

Le había preguntado al joven de cabellos peliaguamarino que es lo que ocurría con el recién llegado aquella vez.

Este solo le dijo que de ahora en más estaría entrenando con ellos y lo que sacude el corazón del Ruso era algo de lo cual no podría librarse fácilmente.

Bastante ambiguo, y no le dio más pistas, después de todo Camus siempre ha sido así, no le cuestionaría nada.

Sin embargo su curiosidad por el rubio que al parecer compartían edades, no es esfumó de la noche a la mañana, al contrario quería hablar con él, convivir y al menos ser algo cercanos.

Pero siempre lo encontraba llorando, negándose a ir con él a cualquier lado, siendo bastante arisco salvo cuando era la hora de entrenar.

Cosa que molestó a Isaac, y algunas peleas tanto verbales como físicas se dieron, claramente con esto, su maestro les reprendía y terminaba castigando a ambos, ordenándoles que debían llevarse por lo menos con respeto, a veces haciendo que ordenen la cabaña en donde viven, con eso era suficiente, el mayor se encargaba más de abastecer de lo necesario y preparar la comida.

Estos momentos ayudaron en cierta forma a que pudieran acercarse un poco, al principio solo miradas de desprecio y desagrado se dedicaban, pero con el tiempo, fue cambiando.

Al grado de que el peliverde comenzó a sentirse más diferente con respeto al rubio.

Deseaba hacerlo reír más, o también rabias a veces, sacarle una sonrisa o enojo, cualquier cosa con tal de que no derrame lágrimas…

Y más porque pensaba en la muerte de su madre, un enorme vacío que nadie podría llenar, pero que al menos a intentando llevar de a poco.

-El maestro Camus, llegara pronto y nos va a regañar si no nos ve entrenando- Advierte el rubio con una mirada algo preocupada.

-Llegaremos pronto y no tardaremos mucho- Se detiene para mirarlo con esos verdes que posee y una sonrisa tosca pero amable.

-¿Qué es lo que me enseñaras?- Vuelve a preguntar, dudoso de siquiera valga la pena lo que están haciendo.

Niega con la cabeza, cerrando sus ojos –No te voy a decir, hasta llegar- Sonríe para acto seguido tomarle la muñeca y caminar de prisa, pues sabe que una reprimenda del peliaguamarino, no es cosa de juego –Vamos-

-Espera- Le grita, pues ni se esperaba que actuara de esta forma, sorprendiéndose algo, sintiendo un leve cosquilleó al tacto de esa mano.

Claramente deben acelerar el paso, llegar lo antes posible, igual lo que mostraría al inocente Hyoga era algo que solo podría ver a esta hora.

Casi cuando el sol se pone, para que por un segundo el día y la noche estén en una misma armonía, en donde se presenta con un espectáculo tan natural.

De repente corren un poco, entre lo nevado del paisaje, los glaciales, todo es blanco y frio, nada que brinde calidez al menos que te encuentres en una fogata.

Para ambos niños, que hecho no pasan de los ocho años, tan acostumbrados al frio, es normal su entrenamiento ha sido en esas tempestades y su cosmos relacionado con esto, es sumamente favorecedor para ellos.

Sus pasos se han detenido, en donde el paisaje se deslumbra en la blancura de la nieve, el cielo se ve oscurecido, es normal pues ya entrada esa hora, aunque normalmente se encuentra de este modo, sin importar que sea de día, apenas se puede notar por la claridad momentánea.

Están en un punto alto, donde el cielo y el océano se pueden contemplar, uniéndose hasta donde los ojos pueden ver.

Se asombra de nueva cuenta verlo, es un lugar que había conocido por mera curiosidad, estando explorando más allá de lo que estaba permitido, realmente se le había pasado hasta que limites tenia pero ni modo.

Así logro descubrir ese hermoso espectáculo, que solo se repite cada cierto tiempo y en una hora del día en específico que no siempre significa que se verá, pero creía que esta vez tendría suerte.

Sonríe, y sin pensarlo más, suelta la muñeca del rubio, para acto seguido taparle los ojos, con cuidado de no lastimarlo.

-¿Qué haces?- Dudoso, sorprendido y algo impresionado por esto, sintiendo las manos del peliverde cálidas, a diferencia del ambiente de siempre.

-Solo cubro tus ojos- Le responde suavemente, una sonrisa en sus labios, levemente sonrojado. ¿Tal vez por el frio? Aunque es muy raro el caso o ¿Por la cercana de tener al otro niño a su alcance?

-¿Para qué?- Cuestiona, pues la curiosidad es un hábito de cualquier niño y más al ser algo tan misterioso.

-Solo espera ¿Si?- Le propone, mirando hacia el firmamento, solo esperando a que aquello se presenté.

-Esta bien- Responde el pequeño Ruso, intentando estar tranquilo, aun con la preocupación de que el regaño será mucho si no los ve su maestro al regresar del pueblo.

La espera no fue mucho, pues de un momento a otro, comenzaron a aparecer…

Aquellas preciosas luces de colores verdes, moradas y algo amarillas se comienzan a presentar, iluminando el firmamento… Siendo tan hermosas como lo fuera posible.

El peliverde que posee una aparecían mayor al rubio, pero son contemporáneos, sonríe, sus ojos reflejan esas luces tan preciosas, que van en zigzag.

Sabe que es el momento, así que descubre los ojos del rubio, para solo bajar sus manos, posicionándolas sobre los delgados hombros del Ruso, queriendo mantener el tacto con él aun.

-Mira- Le indica, sorprendido por ese espectáculo de luces nocturnas.

-¿Qué cosa?- Abre sus ojos apenas al decir esto, parpadeando varias veces, para acostumbrarse a lo que sus pupilas reflejan –Wow-

Exclama sorprendido, con los ojos bien abiertos, su boca igual, posicionando sus manos en puño al nivel de su pecho, algo que demuestra su asombro a este suceso.

-Auroras boreales…- Menciona el nombre de lo que ve, sin apartar su vista de ellas, sus ojos brillan con ilusión.

-Así es- Asiente, sin apartarse de su compañero, y claramente teniendo el contactó desde luego, piel con piel sus manos con los delgados hombros.

Nada que pueda significar atrevido, sucio, o malo, son dos niños inocentes, que se comparten muchas cosas, se guardan secretos mutuamente, y desean verse felices el uno al otro.

-Son muy lindas- Menciona esto emocionado aun, como todo niño, aunque en si no era la primera ve que las veía.

-Sabía que te gustarían- Habla suave, bajando su mirada, para encontrarse con la cabellera rubia, sin duda aun ser contemporáneos, le da cierta altura al peliverde.

-Si- Asiente, sin dejar de verlas, y unas lágrimas escapan de sus ojos como el mar, sonriente, aunque le duele tener el recuerdo tan vivido de esa época más feliz.

Isaac nota esto, pero sabe que es mejor dejar que se desahogue, aunque lo allá hecho varias veces antes, el dolor es imposible que se vaya de una sola vez.

No quería verlo triste, no deseaba que esto fuera así, pero… Por el hecho de saber que esto le gustaba a Hyoga, es por una breve historia que le conto de cuando su madre aún vivía, y era feliz con ella.

No es necesario pronunciar palabra alguna, simplemente el gesto de una compañía es suficiente.

Duda en si es necesario darle una abrazo, uno gentil, aunque no fuera su naturaleza, pero… Ni siquiera es la de haber hecho un gesto tan dulce por alguien, y mírenlo allí, como el peliverde llevo hasta el punto más alto al rubio, para que pueda ver algo tan precioso y deslumbrante.

-Gracias…- Un susurro dedica el de ojos azules, sin dejar de mirar aquellas preciosas luces, dejando que sus lágrimas caigan, recargándose en el peliverde –Isaac-

-De nada…- Solo responde esto, tomándolo como una señal en donde puede hacer lo siguiente.

Un abrazo que rodea el delgado cuerpo, similar al suyo, para compartirle algo de su calor y regalarle un confort necesario.

En muchas ocasiones, un simple gesto así, una aventura para llegar a un punto donde les puede regalar una vista impresionante, es algo tan dulce y lindo… Te dedica un tiempo importante.

Recuerdos que jamás volverán, se quedan grabados en el corazón, dejándose expresar por lágrimas y sonrisas, o ambas a la vez… Son permitidas…

Pero el hecho del pasado, lo sufrido, lo vivido, lo gozado, todo eso no quiere decir que por ver un suceso que te produce dolor, pueda ser suficiente.

Ahora mismo, ambos chiquillos, en su inocencia, curiosidad y asombro, muchas cosas están creciendo en sus corazones, que no se darán cuenta aun, pero…

Cuando eso suceda, puede ser demasiado tarde.

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar?

Yo me encuentro super bien, aquí publicando lo que debí ayer, pero bueno... El tiempo se va volando de una sola vez.

Seré rápida, pues debo publicar el de hoy y hacer muchas mas cosas, por lo cual disfruten mucho el One Shot, jajajaja este vendría siendo algo IsaacXHyoga, pero mas tierno y adorable, cuando apenas se estaban dando eso sementinos inocentes... Obviamente mucho antes de la "Tragedia" en donde se cree que el pulpo estaba en mejor vida...

Bueno, lean, disfruten y me dicen que tal.

Pero antes, espero que felicitar a nuestro terrón de azúcar cumpleaños, pues ayer anduvo de manteles largos, sin mas vamos a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar AraOyola

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades AraOyola tu cumpleaños si que si. 

Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades AraOyola tu cumpleaños si que si.

Bueno mis terrones de azúcar, paso a despedirme por ahora, que les traeré un nuevo capitulo del fic de hoy, jajajajja. 

Espero que lo disfruten, de verdad gracias por apoyarme, estar conmigo siempre, votar y dejar sus comentarios, son los mejor el mundo mundial.

Por favor cuídense mucho, hagan caso a las medidas de higiene y no se expongan.

Los quiero mucho.

Ammu se va. 


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