Ambos caminaban por un amplio pasillo. Valentín intentaba calmarse a si mismo, su cabeza era todo un lio ¿Por que le había hecho aquello? Si era una broma entonces era demasiado pesada.
No podía estar tranquilo, ahora se sentía mas en peligro que cuando había llegado. Estaba tan inmerso en sus pensamientos que no se dió cuenta de que su nuevo jefe le estaba hablando.
—¿me estas escuchando, niño? — Valentin negó con la cabeza y se sonrojó aun mas — ¿En donde tienes la cabeza, niño? Presta atención, te dije que cony necesita de atención constante, esta en una etapa particular, esta obsesionada con el origami sobre todo las grullas de papel, así que no las tires. Su madre murió hace un año, de todos modos no la veía mucho pero ella creé que si hace suficientes grullas de papel, entonces podrá pedir un deseo y que así su madre volverá... Solo acompañala en eso — la voz del adulto se fue apagando un poco, valentin no se atrevió a preguntarle como había muerto su mujer. El jefe por costumbre, apoyó su mano en la espalda baja de Valentín quien por el toque pego un grito y se apartó de el. Aquella acción asustadiza le devolvió su buen humor habitual — ¿Que pasa, niño? ¿Acaso quedaste sensible?— esta vez rodeo la cintura de valentin atrayendolo a su cuerpo y le susurró al oído — ¿Quieres que retomemos desde donde lo dejamos? Mi habitación no esta lejos y las paredes son aprueba de ruido.
Valentin se tensó visiblemente he intentó alejarlo.
— suelteme, por favor, jefe.
Él hombre lo soltó sin mas y sacó su inseparable encendedor y un cigarrillo, estuvo a punto de usarlos sin embargo los volvió a guardar al recordar que no debía fumar en esa parte de la mansión.
— por dios, no te atrevas a llamarme jefe cuando estés frente de mi hija... ella detesta eso. Mi nombre es Renzo De Luca, solo llamame Renzo... Aun es pequeña pero tiene mucho caracter, los apodos son importantes en esta casa... — volvió a sonreirle burlonamente — bueno, también puedes llamarme "papi" si queres. Lo que te sea mas cómodo.
Le guiñó el ojo y un escalofrío recorrió el cuerpo de valentin al escuchar "papi", nunca le había dicho así a nadie, ni siquiera a su propio padre.
— Renzo entonces... La mayoria me llama "tino", puede usar ese apodo si lo desea.
— no, prefiero llamarte "niño", tiene su encanto... Volviendo al trabajo, quiero que cada noche, después de arroparla me des un informe detallado de todo lo que le pasó en el día.
Llegaron a una puerta gigante y señorial, renzo toco la puerta y entraron. La habitación de la niña era enorme, incluso mas grande que un penthouse, las paredes estaban pintadas de rosa, había una cama de mas de dos plazas, mucho tul por todas partes, muñecas ordenadas, peluches y demás juguetes caros y finos, incluso había una sección con una gran pantalla y sillones acolchonados, era un mini cine con todas las peliculas animadas infantiles e incluso extranjeras. Juegos de escalar y un sin fin de vestidos pomposos de princesa, incluyendo un castillo con tobogán acolchomado, un auto a batería y mucho mas.
En el suelo habian miles de grullas de papel amontonadas, a lo lejos rodeada de un mar de blocks de papel y hojas arrugadas, una pequeña niña seguía en su tarea sin descanso.
— cony, ven aqui ¡llego papá!
La pequeña levantó la cabeza y al ver a su padre se alegro, pero se emocionó verdaderamente al notar a valentin, dio varios saltitos evitando pisar alguna figura de papel, para llegar hasta el adolescente lo mas rápido posible, ni siquiera saludo a su padre, abrazo fuertemente a valentin con los ojos llenos de lágrimas.
— ¡Mama!... ¡lo sabía, Sabía que si hacía mil grullas de papel, tu volverías! Las hice todas, algunas no salieron bien pero las hice todas... ¿Me extrañate? Yo te extrañe muchísimo, no quiero que te vayas nunca mas.
La niña estaba ahogada en lágrimas, Valentín estaba mas que sorprendido, ¿Como era posible que lo confundiera con su madre? El padre intervino y con todo el dolor del alma la aparto de Valentín, la niña se resistía a ser alejada de "su madre".
— cariño, escuchame... No es mamá, es otra persona.
— ¡no, papá, es mamá! Volvió por las grullas.
— no, cariño, su nombre es Valentín y es un chico, no es mamá.
La niña se negaba a creerlo, pero al verlo bien ya no tuvo mas dudas, su corazón no tenia dudas.
— no es mamá... ¿Por que está aquí?
— el es valentin, ahora el te cuidará como mamá lo hacía.
La niña exploto con violencia.
—¡no! Quiero a mamá, no lo quiero a él — se dirigió a valentin directamente — ¡yo no te quiero! — volvio darle su atencion a su padre — ¡Que salga, Fuera! ¡Fuera los dos, papá tambien, no quiero a nadie, dejenme!
La niña lloraba desconsoladamente, renzo y valentin salieron de la habitación. El padre se veía visiblemente afectado. Ambos se dirigieron a la cocina, allí valentin tomaba una taza de leche con chocolate y renzo un café. No había conversación, solo la certeza de haber presenciado algo desgarrador. El padre dejó su taza y suspiró.
— se llamaba Serafina, Fina de cariño, trabajaba en el extranjero y rara vez estaba en casa... Ese día estaba volviendo desde Milán, el avión fue atrapado por una tormenta... Era el cumpleaños de cony.
— lo siento mucho.
Valentín posó la mano sobre el hombro de Renzo para darle consuelo, el padre la quito y se trago las lágrimas indignado.
— no me tengas lastima, niño.
Valentin retrocedió, no queria despertar la furia de aquel monstruo, por el contrario prefirió cambiar de tema.
— aún no entiendo como pudo...
—¿confundirte con su madre? no es muy difícil, eres muy parecido a ella.
— ¿Como puedo parecerme? Soy un hombre.
— podrás ser hombre todo lo que quieras pero tienes una cara muy femenina, son las mismas facciones de Fina... Incluso tu cuerpo se parece. Ella era muy delgada y alta para ser una mujer, una completa belleza, era modelo de victoria's Secret ¿Sabes? Es tan raro, Incluso tienen los mismos ojos.
Renzo lo observaba con cierta añoranza, Valentín se sentía muy incomodo por aquella comparación hasta que sierta sombra de ira lo invado a causa de una epifanía.
— entonces... ¿Me trajiste aquí por que te recuerdo a tu difunta esposa? Además me mostraste a esa niña sabiendo eso ¿Quieres que remplace a su madre? ¡Eso es enfermo!
Valentín estaba furioso y no midió sus palabras pero aún así, Renzo no reacciono de forma violenta.
— ¡exacto! Te traje por que quiero que seas el remplazo de mi mujer, no soporto ver a mi hija haciendo animalitos de papel y llorando todo el día. ¿ella quería ver a mamá? ¡listo! le traje a mamá... Vos vas a hacer a mi hija feliz ¿Entendiste? Cueste lo que te cueste - valentin aparto la vista indignado, pero Renzo tomo su mentón y lo obligo a verlo a los ojos — y... Quizas mi hija no sea la única a la que tengas que complacer...
Un miedo muy grande invadió al adolescente pero fingió que no fue así.
— ¿y si me niego?
— ¡entonces tu familia pagara el precio! no te equivoques conmigo, soy capaz de hacer cosas tan horribles, tan espantosas que ni siquiera eras capaz de imaginar.
El silencio reinó, valentin se trago su propio orgullo y ética. Se sentía culpable por esa pobre niña pero si no acataba las ordenes de aquel sádico, solo dios sabría el destino de su familia. No le quedaba otra opción, cumpliría cualquier capricho que a la niña se le pudiera ocurrir... y a el padre también.