Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inevitable Destino (Resubido) por Menma_Lightwood

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Resubiendo capitulos!

Estaba sentado en esa especie de trono de piedra con los ojos cerrados. Desde allí podía escuchar con claridad todo a su alrededor, pero se concentró en oír cada minúsculo sonido que hacía la persona que a paso lento pero conciso, se acercaba a él. Captaba cada una de sus pisadas, lo tenso de su respiración, lo dispuesto de su porte. Sasuke Uchiha, su hermano menor, venía dispuesto a matarlo a sangre fría y el estaba preparado para ello.

Aunque...

"No te vayas..."

Soltó el aire con lentitud, apretando un poco sus ojos. La imagen de Deidara allí casi inconsciente a causa de su genjutsu y pidiéndole que no se fuera era algo muy difícil de recordar. Y eso que tenía una infinidad de recuerdos que no serían fáciles de digerir para nadie, ni siquiera para él.

¿Que si quería volver y asegurarse de que estuviera bien? Si.

Pero esto era más grande que él, que su vida, y también que Deidara. Le importaba muchísimo ese chico maniático, es más, aunque no le había dicho nada concreto, se atrevía a decir que le quería, no sabía de qué forma exactamente, pero le quería. Eso no cambiaba nada, sin embargo. Había asesinado a gente que quería antes, a sus padres, a sus amigos, a sus compañeros, a la chica que le gustaba, que junto a su madre era la única persona con la que se mostraba realmente sensible. Si para proteger a Sasuke hubiera tenido que matar a Deidara... pues... ¿Lo habría hecho?

"... Si" respondió luego un momento, aunque sabía, sin tener que hacerlo, que eso le hubiese destruido por dentro a un nivel crítico. Por su hermano era capaz de hacer todo, incluso renunciar a su felicidad. Por eso tenía que admitir que estaba más que contento de estar el aquí a punto de morir en vez de tener que perder de nuevo a ese rubio problemático.

"Está a salvo" Fue el último pensamiento que se permitió tener sobre él, a partir de ahora, no existía nada más que él y...

Los pasos llegaron y se detuvieron.

Sasuke.

Abriendo los ojos finalmente con su Sharingan encendido, Uchiha Itachi se preparó para su batalla final.











OoOoOoOoOoOoO









- ¡Joder, estoy bien! - Insistió Deidara por vigésima segunda vez (O al menos así lo sentía)

Estaba de vuelta en la estancia que habían determinado como la enfermería, solo que esta era un poco más pequeña que la anterior (Iban a tener que darle un pase dorado de visitante si seguía así) Su líder lo miraba desde toda su altura, la cual se veía mucho más pronunciada pues él estaba aplastado en una camilla y con órdenes de no levantarse.

- No hace falta que lo grites - Convino el portador del Rinnegan con tranquilidad - De eso ya me di cuenta, y me parece muy bien. Te has recuperado a un buen ritmo.

- Entonces déjame ir.

- Deidara, tampoco es como si te estuviera secuestrando, te tengo ahí porque estás de reposo. Tu cerebro acaba de sufrir un colapso, no te puedes ir aún.

En eso tenía razón. Se había desmayado casi inmediatamente después de haber llegado a la conclusión de que era probable que Itachi estuviera muerto. Es decir, sabía que aún después de la muerte habían técnicas ilusorias que se mantenían vigentes, y se supuso que la suya tenía que entrar en ese esquema, lo único que no tenía ni pies ni cabeza fue el porque funcionó tan mal en su mente. Habia dudado demasiadas veces, sentía que algo estaba mal y eso no debía ser normal, Itachi era conocido por ser perfeccionista en su trabajo, así que o las figuras tenían que ver o tenía una mente más fuerte de lo que creía. Fuera cual fuera, algo dentro de sí le estaba gritando que las cosas no estaban llendo bien en algún lado, y sabía que tenía algo que ver con el Uchiha y su batalla.

Cuando despertó y vio que seguía completo lo primero que quiso hacer fue desperezarse e ir, pero los instintos paternales latentes de Pain no se lo permitieron.

- Pero me siento bien - Volvió a decir, tratando de suplicar un poco. Agradecía la preocupación pero realmente era lo que menos necesitaba ahora - Ya nada me está enloqueciendo, puedo levantarme y trabajar.

- Y eso es perfecto - Asintió Pain, se notaba complacido solo con la idea - Pero no por eso dejaré que te vayas, al menos espera un par de horas más, solo hasta que verifiquemos que no tengas secuelas.

- Estoy perfecto, Pain, enserio. No necesito que me revisen de nuevo, solo tengo que irme.

Su líder frunció el ceño, su gesto volviéndose más sospechoso.

- ¿A dónde?

- Pues... - Titubeó, a lo mejor y no debía ser tan directo - Es... deje mi material de arcilla en un escondite. Es una cueva submarina - Mintió lo mejor que pudo, intentando meter falsa preocupación - Se puede mojar y destruir.

- ¿Seguro? Pareces muy apurado por salir solo por arcilla.

Deidara se amparo a la única excusa que siempre usaba y que le funcionaba a la perfección solo porque era él.

- Es mi arte - Dijo muy seguro - Es importante para mi - Y poniendo un pequeño e involuntario puchero, rogó - Enserio necesito ir, no tengo más.

- Eso no es relevante por el momento. Estás de reposo así que no debes pelear, no necesitas la arcilla.

- Tengo misiones pendientes - Le apuntó, ya comenzando a desesperarse.

- Todas canceladas. Al menos para tu equipo, Zetsu, Kakuzu y Hidan se encargarán de ellas mientras te recuperas.

- Yo puedo pelear - Rebatió el artista - Y muy bien, podría pelear justo ahora.

- Deidara - Suspiró Pain por trigésima octava vez (O así lo sintió él) ¿Que acaso por una vez ese rubio no podía hacerle caso? - Por mi puedes saltar en un pie o hablar en mandarín con un mono, no te vas a parar de esa cama hasta que Konan diga que estás bien.

Estaba comenzando a formar la siguiente retahíla de quejas cuando la puerta se abrió, y por ella ingresó un pelirrojo muy conocido cuyo rostro reflejó alegría al verlo despierto.

- Hey - Sonrió - ¿Que tal estás?

- ¡Sasori! - Exclamó, casi aferrándose a él como si fuera la última hamburguesa con queso en el mundo - Dile que estoy bien.

Su compañero, quien apenas había pegado el ojo por andarlo cuidando, reaccionó algo más lento.

- ¿Ah?

- Que me quiero ir - Puntualizó rodando los ojos - Pero no me quieren dar de alta.

- Y no te la pienso dar - Pain se mostró más que firme sobre el asunto. Su ceño se frunció al ver a ese par tan junto, pero se dijo que no era el momento - No sabemos si sufrirás algún mareo cuando te pongas de pie, o colapsaras de nuevo. Así que te quedarás ahí, comerás algo y luego te haremos la siguiente revisión.

- ¡Por el amor de Dios, es estúpido! ¿Sasori, podrías...? ¿Sasori?

Su enojo hacia su líder fue mermado solo porque se dió cuenta que la negación absoluta por dejarlo salir era igual o más fuerte en la expresión de su compañero artístico.

"Carajo"

- Tu tampoco quieres que me levante - Se desinfló, esa no había sido una pregunta pero tenía que confirmar - ¿Verdad?

Sasori exhaló con cansancio.

- No, Dei.

- ¡Pero estoy bien!

- Y eso es genial - Sasori le sonrió, pero esas palabras solo le sacaron un tic al artista ¿Que acaso se habían cuadrado para decirle lo mismo? ¿Que eran ahora? ¿Sus niñeras? - Pero también creo que necesitas descansar un poco más.

- ¿Que ciencia tiene tomar reposo si ya estoy bien?

Sasori fue a responder pero Pain se le adelantó.

- Evitar que recaigas. Tú cerebro está activo ahora, pero las primeras horas siempre son las más cruciales, puedes terminar peor que antes si no te cuidas.

- Solo son un par de horas - Agregó más suavemente el otro.

"¿Un par de horas?" Casi gritó, para cuándo eso sucediese Itachi ya podría estar en el quinto círculo del infierno.

- Pero...

- Trata de no ser terco, Dei. Al menos está vez - Aún actuando maduro y todo, Sasori se veía extremadamente dulce con esa cara de sobreprotector - Duerme un rato más y después podrás irte.

- Solo si Konan verifica que estés recuperado y sales bien en tus exámenes - Añadió el líder con su tono final.

- ¿Que acaso ustedes se pusieron de acuerdo para mantenerme aquí o que? - Saltó enfurruñado.

Líder y subordinado se miraron brevemente, ambos con algo agrio detrás de su mirada. En lo único que estaban de acuerdo es que no se soportaban, pero al menos podían mantenerse profesionales si era por el bienestar del rubio.

- Tenemos un acuerdo de paz - Dijo seco Pain, no es que la idea le agradase ni mucho menos.

Sasori carraspeó.

- Por el momento.

- Aha.

Deidara sacudió un poco la cabeza y rodó los ojos, no había caso alguno con esos dos.

Aunque...

Una de esas locas ideas que por lo general tienden a surgir en esos momentos de enorme estupidez le llegó a la mente justo en el minuto perfecto, de modo que haciendo como si estuviera resignado, se cruzó de brazos y aplastó de nuevo su cabeza contra la almohada, figurandose también de hacerlo lento para que no le regañasen.

- Bien.

- ¿Bien? - Quiso verificar el Akasuna al mismo tiempo que Pain dió un paso y le dió una mirada desconfiada.

- ¿Seguro?

El rubio torció la boca.

- Bueno, no es como si tuviera opción, ¿O si?

- No - Suspiró Pain - Pero podrás estar activo en dos días o más, por el momento solo trata de aguantarte.

- Lo dices como si fuera fácil.

- No, si nosotros apenas y podemos hacerlo, no se como te las arreglas para hacerlo tú - Bromeó, sacándole un puchero.

- Idiota.

- Pain.

Los hombres voltearon el rostro justo para ver a la mujer de Akatsuki entrar por la puerta, la mayor parte de su cuerpo estaba desvanecido entre miles de papeles. Eso sólo significaba dos cosas: O estaba apurada para salir o habían enemigos cerca.

- ¿Que sucede, Konan?

- He visualizado al jinchuriki del demonio de las seis colas a un par de kilómetros de aquí.

- ¿Está solo? - Inquirió el líder poniendo su cara de negocios.

- Si, pero no tengo equipo que vaya a echarle un vistazo. Kisame e Itachi están fuera, Kakuzu y Hidan están recolectando información del contenedor de las siete colas que es el único que falta. Zetsu no está por ningún lado y... - Sus ojos ambarinos se detuvieron un segundo en el blondo - Con Deidara herido, no puedo enviar a Sasori solo.

- ¿Porque la urgencia?

Konan se mostró indiferente.

- Se que vamos a capturarlos por número de colas, pero no creo que tengamos una mejor oportunidad que ahora que está solo. Además... tenemos lo necesario para mantenerlo cautivo en lo que buscamos a los demás.

- ¿Supones que debería ir?

- No lo sé - Se encogió de hombros - Solo me figure que querrías resolver ese asunto por tu cuenta.

- Ya veo... - El líder de Akatsuki lo pensó apenas un par de segundos antes de asentir - De acuerdo ¿Que tan fuerte es?

- Aparte de su habilidad para compenetrarse con su Bijuu es bueno en tácticas a largo alcance, pero no lo he visto en acción. Es bastante cauteloso con lo que hace.

- Bueno - Crujiendo los dedos de sus manos, se acomodó mejor la capa y se la abotono hasta arriba - Habrá que verlo.

Verlo terminar de vestirse por completo para salir le dió a Deidara una pequeña gota de ilusión, sin Pain cerca, las probabilidades de llevar a cabo su loco plan eran más altas.

No obstante, como si pudiera leer su mente, le advirtió:

- No creas que no me enteraré si te saltas el reposo. A como descubra que te levantaste de esa cama antes de tiempo, te inducire en un genjutsu para que duermas por seis meses.

- Si, señor - Mascullo a regañadientes.

- Vigilalo - Le ordenó a Sasori, aunque no con muchas ganas. Por lo menos podía confiar con que le cuidaría tan bien como él - Que descanse y no se esfuerce.

El pelirrojo asintió.

- Entendido.

Cuando finalmente dejo la habitación para hacer su deber, Deidara no pudo permitirse respirar tranquilo ¿Porque? Fácil: Tenía que escaparse. Era cuestión de tiempo para que pudiera ver al Uchiha con vida y el no podía simplemente quedarse a reposar. Su obstáculo principal era Sasori, con esa determinación de niño de primaria que se empeña por mantener vivo su primer germinado, pero no sé intimidaria por eso, se le había escapado a Sasori en su dimensión muchas veces para volar un rato por su cuenta, así que si podía hacerlo con esa versión en marioneta y amargada, también podría hacerlo con este chico humano y con sentimientos por él.

La única manera posible de que Pain le impidiera salir de allí sería colocándole un sensor en medio de las nalgas. Porque él no se quedaría acostado en esa cama ¡No señor!

Estaba pensando en cómo darle esquinazo a su compañero cuando le observó.

- ¿Aún estás molesto?

- ... Algo - La verdad es que no, pero si el quería tomarse su silencio como molestia en vez de pensamientos para fugarse, pues mejor para él - No puedes culparme.

- Tu tampoco deberías a nosotros, no estuviste allí para ver cómo estabas.

- Si que estaba allí - Intentó bromear aunque le salió a medias - Era el que sufría ¿Lo olvidas?

- No, Deidara. Realmente no estabas allí.

Su tono serio y profundo le generó confusión, ¿De que estaba hablando?

- No entiendo lo que dices.

- Tu mente no estaba aquí con nosotros - Explicó - Pain intentó inducirte en un estado de calma para que pudieras tener un respiro de lo que fuese que te estuviera dañando, pero no pudo. No pudo porque casi toda la parte de tu cabeza que no estaba peleando estaba en otro lugar, era como si estuvieses viendo algo... - Se detuvo, y esa pausa le hizo tragar saliva.

Se hizo el tonto.

- ¿Ah si? Que raro.

- Si - Achicó un poco los ojos - ¿Viste algo? - Más luego negó con la cabeza - Ni se para que pregunto, es más que obvio que si, pero el punto es ¿Lo recuerdas?

¿Que si recordaba haber tenido una sesión larga de besos apasionados con el hombre que lo había traído a este infierno justo después de revelarle que moriría más pronto que tarde, para después pedirle que le llamase por su nombre y admitirle que era lo más cercano que tenía a un hogar antes de desmayarlo para que no evitase su destino?

Primero se le olvidaba de que color tenía el cabello antes que eso. Pero no podía decírselo a Sasori.

- No - Mintió, y trató de esconder su mentira sobándose un costado de su cráneo - Tengo la cabeza hecha un lío aún.

- ¿Te duele?

Su preocupación fue tan sincera que le provocó una pequeña risa.

- Solo un poco - Admitió con un suspiro - Pero está bien, me recuperare muy pronto, ya lo verás.

- Me dices eso muy a menudo, Dei.

- Y sigo vivo, esa ya debe ser una buena señal.

- Si te duele mucho, siempre puedes llamar a Konan - Lo había dicho enserio, pero esa declaración hizo al rubio reír, recordándole la última vez que se había quedado en cama y ella le había cuidado - ¿Que?

- Ah sí - Río un poco más - Dicen que tiene un ungüento buenísimo.

Al menos sacaría algo bueno del encierro. Claro, ir a buscar al Uchiha viendo en tridimensional tampoco es que fuera la situación más idónea, pero necesitaba relajarse un poco.

- ¿Un que?

- Una crema. Me dió de eso cuando me lastime y estuve de reposo, fue... asombroso. Jamás había probado nada igual.

- ¿Crema? - Parpadeó un par de veces, como si tratara de recordar algo - Espera ¿Estás hablando del incidente con el... veneno?

Era evidente que a Sasori aún le costaba acordarse de eso, pero paso por alto esa incomodidad afirmandolo.

- Si, ¿Porque?

- ¿Y como te sentías? - Presionó él, algo más curioso.

Y con la sinceridad por delante, dijo tal cual:

- Bien drogado.

- Deidara... - Ante la pequeña risa que se terminó transformando en una más abierta y grande, Deidara ladeó la cabeza en confusión - Esa crema no era de Konan.

- ¿Ah?

- Y tampoco era una crema en si.

- ¿Y entonces que era? - Terminó por descolocarse, lo último coherente que recordaba de ese día era recibir una crema para luego dormirse.

- Konan si te aplico uno de sus medicamentos caseros, pero eso no fue lo que te hizo efecto - Se rascó un poco la nuca antes de mirar hacia un lado - Fue una inyección.

"¿What?" ¡Joder, no! El detestaba esas cosas con toda su alma, prefería desangrarse antes de tener que se inyectado, por lo menos estando consiente.

- ¿Que inyección?

- Verás, la primera vez que entre a curarte todo estaba bien, pero luego de que despertaste la primera vez sufriste una recaída, necesitabas de una dosis extra para terminar de sellar el efecto del veneno y subir tus defensas, el problema es que cuando fui a hacerlo... pues... accidentalmente te aplique la dosis que no era.

- ¿AH? - Se levantó de la cama para sentarse a pesar de que Sasori intentaba empujarlo de nuevo abajo - ¿Me drogaste a conciencia?

- ¡No! - Negó efusivamente - Eso fue un error, no había terminado de organizar mis cosas cuando Pain me jaló del cuello para que fuese a la enfermería y una de las dosis se mezcló con las otras. Afortunadamente me di cuenta a tiempo, pero ya te había colocado la mitad de la fórmula para ese entonces.

Bueno, eso podía explicar el porqué cuando Konan le aplicó de nuevo el medicamento no sitio el mismo efecto.

- ¿Y que dosis era?

- Es esencia natural de lo que me hace lucir joven combinado con uno de mis venenos paralizantes más fuertes - Respondió tan tranquilo, tan al natural, tan despreocupado... Osea claro, no es como si el tipo estuvo a punto de intoxicarlo, no vale, sin problemas - El resultado terminó siendo un tranquilizante potente, noquea en segundos con la medida adecuada. Aunque también en dosis menores causa relajación y alucinaciones.

Deidara miró a su compañero cruzado de brazos, estaba que no se decidía si reírse por lo irónico del hecho o golpearlo en la cabeza por drogarlo.

- ¿Y para que lo conservas si no te sirve?

- ¿Que? Ah no, por supuesto que me sirve. Su descubrimiento fue un accidente pero aún así resultó muy útil, llevo siempre uno conmigo, solo por si acaso.

- ¿Si sabes que estuve toda la tarde viendo a un elefante rosa hacerme comentarios sexuales, verdad? - Arqueó una ceja a la vez que fruncía los labios con molestia.

Su compañero se burló un poco de él (¿Quien no podría?) antes de compadecerlo y tomar su mano.

- Ya, lo siento.

- Ningún lo siento, eso fue terrible - "¿Seguro?" Le susurró su versión pervertida en su mente sentado en una silla mientras meneaba los piecitos. Su sonrisa era sarcástica.

Un flash le llegó al cerebro, era él totalmente drogado con el Uchiha al lado. Recordaba el como le había aplicado un genjutsu y ni cuenta se había dado. "Ese imbécil" pensó molesto. Pero tuvo su parte buena, es decir, fue la primera vez que se besaron, que le acarició abiertamente y casi...

Se sonrojo como un tonto ¿Porque tenia que acordarse de eso justo ahora?

La respuesta: El estúpido de Sasori.

- Voy a matarte - Dictaminó con furia y levantó las manos hacia él como si quisiera ahorcarlo.

El Akasuna tomo sus muñecas en el aire con una mueca confusa y las sostuvo allí para preservar su vida.

- No creí que te molestaras tanto. Es decir, yo me inyecte dos de esas dosis enteras y no fue una mala experiencia - Se reservó la parte en donde despertó casi desnudo en medio del desierto en compañía de una cabra de montañesa y un queso a medio comer, motivo por el cual su desorientación fue tanta que cuando fueron a reclutarle a Akatsuki al día siguiente, él simplemente sabía que no tenía oportunidad alguna de resistirse. Intento pelear aún así, por supuesto, pero su desempeño fue tan patético que hasta Pain se preguntó si era el mismo Akasuna no Sasori que estaban buscando - Fue bastante... épico.

- Si, pues, no para mí - Gruñó aún ofendido - Me las vas a pagar cuando pueda levantarme.

- Deidara, tú ya puedes levantarte...

Tarde, señores. Muy tarde se dió cuenta de que la había cagado.

Viendo cómo las cejas del rubio se alzaban con triunfo y abriendo demasiado los ojos, Sasori trato de evitar la catástrofe lo mejor que pudo.

- Me refiero a que literalmente puedes, pero no debes...

Antes de que pudiera siquiera pensarlo, Deidara se levantó definitivamente de la camilla de un brinco y aterrizó cerca de la puerta. Se hubiera escapado de no ser porque su compañero llegó rápido y le bloqueo la salida, obligándole a dar un salto atrás. Estaban ahora cada uno en un extremo, el artista tenía la pose de quién espera salir corriendo en cualquier momento, mientras que Sasori parecia mas una araña platanera por lo pegado que estaba a la puerta para que su compañero no escapara por ella.

- Quítate de mi camino, Sasori.

- Escúchame, no te estaba dando permiso para que...

- ¡No necesito tu puto permiso! - Solo eso le faltaba, primero las misiones y ahora el reposo. Si no les detenía ahora terminaran poniéndole horario para ir al baño - ¡Quítate!

- ¡Maldición, Deidara, no me lo pongas difícil!

- ¡Ya sabía yo que ya podía levantarme! - Grito casi al mismo tiempo, aunque la acción le hizo marear un poco - ¡Lo de ustedes es pura estupidez para mantenerme preso!

- ¡Te dije que tú mente está hecha un lío! Si quieres que te lo confirmen de nuevo entonces espera a Konan, o a que Pain vuelva.

- ¿Para que? ¿Para que me aplaste de nuevo en la cama sin dejarme salir?

Aunque la verdad es que ciertamente su líder no se había equivocado en su hipótesis, pues la cabeza si le dolía un poco más desde que se había levantado. Algo allí aún ardía mucho para su gusto.

Deidara sacudió la cabeza.

- No, gracias.

- Deidara, te garantizo que no te dejaré salir por esa puerta. Solo... siéntate - Trato de negociar - Te deberé un favor por lo de la dosis equivocada si quieres, pero vuelve a acostarte.

- No.

- Necesitas dormir más. Colabora está vez y haré que te dejen ir antes de tiempo, pero solo si aceptas dormir.

- ¡Que no quiero dormir! - Odiaba que le estuviera tratando como si estuviera discapacitado o fuera un niño.

Sasori no se alteró por su reacción, siguió hablando en ese tono consolador para persuadirlo.

- Entonces solo acuéstate, me basta con que te sientes siempre y cuando no te alteres, ¿Que acaso no te duele? ¿La cabeza?

Pues ahora que lo decía... si, la cabeza le estaba palpitando ahora como cuando se sufre una migraña profunda.

- Yo...

- Solo tienes que sentarte - Susurró en un tono tranquilizador.

Algo punzo de nuevo con fuerza, y sus ojos cayeron en la cama con algo de duda, ciertamente mal no le haría reposar un rato para reponer algo de fuerzas ¿Quizás... él podía...? Su vacilación llamó la atención de un pelirrojo que abandonó un poco su posición de la puerta para acercarse.

- Solo un par de horas - Le prometió con amabilidad - Te lo juro.

"Mi cabeza..." Odiaba tener que admitirlo pero ese par tenía razón, su cerebro aún dolía y no le vendría mal descansar, lo peor es que quería hacerlo, quería desesperadamente dormir unos minutos más, pero...

"Itachi..."

No. No podía abandonarlo.

- No - Dijo con determinación, la duda se desvaneció con rapidez.

Sasori suspiró.

- No me dejas más opción que arrastrarte.

- Haz eso y la única opción que tú me dejaras a mí será explotarte en mil pedazos.

- ¿Con que arcilla? - Le reto altanero, y por poco no se pega en la frente con la mano. "Idiota" se recriminó, tenía que dejar de ser tan desordenado o terminaría perdiendo toda la arcilla antes de poder usarla.

- Tengo mis reservas - Dijo a cambio sin perder la calma.

- Escucha, no puedo...

La puerta de abrió en ese momento, pero para mala suerte del Akasuna, Konan siempre había sido muy escandalosa al momento de entrar a un lugar y más cuando tenía que dejar espacio para que todos sus papeles se agruparan. Involuntariamente le dió su espacio, pero con lo que no contó fue con que, sin importarle nada la educación, Deidara atravesaría en medio de ellos antes de salir disparado por la puerta.

- ¿Que diablos? - Se extraño la mujer al ver a ese rubio correr como si el diablo le persiguiese.

Sasori apretó los puños.

- ¡DEIDARA!

Escucho el grito de rabia a lo lejos pero tenía que escaparse de ese lugar a como diera lugar. El único detalle era que su plan de fuga no incluía ser perseguido por su compañero enfurecido y menos en el estado tan precario en el que estaba, por lo que atravesar los pasillos hubiese sido más fácil si no hubiera tenido que esconderse y casi atravesar los techos para no ser visto o atrapado. Le confundió bastante en las habitaciones, pero tarde o temprano tendría que bajar a la estancia si se quería ir, puesto que no era una opción atravesar las paredes por el ruido que haría ni salir por las ventanas pues la base casi no tenía ninguna, así que tuvo que correr muy rápido para llegar a la entrada.

Estaba casi llegando a la puerta cuando un hilo de chakra le jalo de la pierna y cayó hacia el frente. Fue estúpido, pero aunque su cabeza no pego en nada, eso fue lo único que le dolió. Se levantó con rapidez, pero no pudo evitar cubrirse la mitad del rostro en un intento de mitigar el dolor.

Sasori hizo una mueca al verlo.

- ¿Que acaso no lo ves? Estás herido aún.

- Lo tengo claro - Trato de reir pero terminó por encoger el rostro por la molestia.

- ¿Entonces porque no dejas de ser tan terco y vas a descansar? Lo que sea que tengas que hacer o buscar puedo hacerlo por ti.

"Si tan solo fuera tan fácil..." Claro, como si fuera muy sencillo pedirle a su compañero que le atrae que fuera a buscar a otro compañero que le atrae.

- Yo puedo hacerlo.

- ¡No, joder, no puedes! ¿¡Que acaso no entiendes!? - No necesitaba ser un genio para notar que había matado la escasa paciencia que Sasori tenía. Era raro, era la primera vez en este mundo que le alzaba la voz con verdadera ira - Vas a volver a esa habitación e irás dormir en este momento.

Dió un paso atrás.

- No.

- Deidara.

- Sasori - Dijo con cierta burla al tono tan serio del otro.

- Vuelve - Ordenó, más furioso con él de lo que nunca había estado - Ahora mismo.

- No - Y tras decir esa palabra apretó con algo más de fuerza el agarre en su cara con un pequeño gemido. "Estúpida cabeza" pensó.

Con un suspiró de resignación, Sasori comprendió que eso no iba a ser fácil, porque no había dolor en la tierra que hiciera a ese rubio cambiar de opinión una vez que algo se le metia a esa cabecita loca. Pero si tenía que ganarse un poco de su odio para que estuviera bien, entonces que así fuera.

Se abalanzó sobre él y terminaron atravesando la puerta y cayendo fuera de la base, dándose golpes directos. Aún desorientado por tan repentino cambio, Deidara intentó defenderse, seguía siendo algo mejor que Sasori en lo que se refería a cuerpo a cuerpo, pero en vista de que su cuerpo no andaba muy colaborador que digamos, se le dificultó demasiado mantener un ritmo. Intentó escaparsele por todas las formas, desde distraerlo hasta huir directamente, pero estaba lento y medio dopado, así que mantener una estrategia no era muy fácil. Aparte, ese dolor de cabeza le impulsaba hacia abajo como si quisiera verlo derrumbado también.

Al final, fue una cosita muy pequeña la que hizo la diferencia.

Konan.

Salió atraída por todo el alboroto, y al ver a un Deidara con pinta de moribundo y a un Sasori enojado creyó que debía intervenir para impedir una tragedia, no obstante, su presencia aireada solo logro distraer al rubio, evitando que notase que lo que se le acercó de frente era un clon, mientras que el Sasori real le hizo una especie de llave desde atrás.

Se pudo haber volteado perfectamente, pero no había terminado de alzar la pierna para meter una patada cuando una punzada dolorosa en un costado del muslo le dejo estático.

- ¡Ahg! - Chilló alto sin poder evitarlo, conocía esa sensación, así como el efecto que venia con ella.

Sasori estaba algo jadeante, pero siguió sosteniendo a su compañero con fuerza, aún cuando trato de removerse, intentando escapar del pinchazo en vano. Una vez estuvo listo el rubio logró zafarse, dió un par de pasos hacia atrás y miró hacia el camino que debía seguir, solo que en esta ocasión su compañero no hizo amago de detenerlo, y entendió el motivo cuando sintió su cuerpo relajarse poco a poco en contra de su voluntad.

"El resultado terminó siendo un tranquilizante potente, noquea en segundos"

"... llevo siempre uno conmigo, solo por si acaso"

Reconoció la sensación de adormecimiento casi al instante. Sus ojos ya caídos vagaron hacia los contrarios, y los vio entrecerrados por remordimiento.

- T-Tu...

- Lo siento.

Deidara murmuró algo tan bajito que el otro no pudo entenderlo, posiblemente era una grosería, pero no pudo repetirla, pues su respiración que era errática por la pelea se fue calmando hasta volverse tranquila, sus jadeos por el esfuerzo se transformaron en pequeños quejidos casi inaudibles; Sasori ya se había acercado de nueva cuenta a él y le rodeó la cintura, le hubiera gustado darle un puñetazo, pero su cuerpo se deslizó lentamente hacia un lado hasta que finalmente aterrizó con suavidad en los brazos del contrario. Sus ojos se habían cerrado casi de inmediato y ahora su expresión era pacífica.

Konan aterrizó en el suelo con mala cara.

- Por dios, Sasori ¿Que le hiciste?

- Lo necesario - No es que se sintiera feliz por haberlo hecho, pero no encontró otra manera para que volviera a descansar - Le habria dado otro colapso si seguia despierto.

- Me lo imagino, pero va a matarte cuando despierte.

- Es probable - Aceptó con algo de renuencia.

- Y a Pain también, le tienen demasiado presionado ustedes dos últimamente.

- Solo tratamos de mantenerlo a salvo, yo... - Intentó excusarse, pero la peliazul se limitó a levantar una mano con la palma abierta, cortando de raíz sus argumentos.

- Eso lo entiendo - Más entonces añadió -: Pero lo hostigan demasiado, incluso yo me doy cuenta. Haciendo eso cada día no es sorprendente que quiera huir de ustedes.

- Mmmm...

Acomodándolo mejor en sus brazos para poder cargarlo, lo alzó en volandas. Ver cómo su cabeza caía sin fuerza alguna sobre su pecho le hizo sentir culpable.

- Dormirá un par de horas - Anunció Sasori sin dejar de mirarlo.

- No lo dejes en la enfermería - Dijo ella, su tono sabio y precavido - Es muy expuesto y él es muy listo, llévalo a su habitación o a la tuya, solo por si vuelve a querer irse.

- Vale...










OoOoOoOoOoOoO










Sasori llevo con cuidado a Deidara a su habitación, pues ya sabía que no le podía llevar a enfermería y en la habitación del rubio quizás tenía vías de escape que solo él conocía, además era mejor que estuviera allí para vigilarlo. Aunque casi ni falta hacia, le había inyectado las dos dosis enteras, con eso dormiría unas veinte horas o incluso más del día entero.

Le recostó en su cama, tratando de no sentirse mal por lo flácido que estaba, cayendo sobre el colchón sin ofrecer resistencia o movimiento alguno. Sus mejillas estaban algo sonrojadas por el efecto de la fórmula y estaba algo caliente. Sasori pensó que se veía como un ángel así de tranquilo, con su pecho subiendo y bajando con pasirmonia, de modo que se limitó a ponerle una compresa fría en la frente y arroparlo hasta los hombros. Sabía lo noqueado que el rubio tenía que estar para quedarse boca arriba por más de un minuto. Lo notó las veces que dormían en cuevas, Deidara siempre dormía de lado o boca abajo. Que no pudiera ni girar estando dormido fue signo inequívoco de que se había pasado un poco de la raya.

Sintió hambre casi a los cinco minutos de estar allí, aún no había comido, pero estaba tranquilo de poderse ir ya que aún faltaba mucho para que su compañero despertase.

Se levantó, depósito sus cosas sobre el escritorio, y se inclinó sobre el chico dormido.

- Perdóname... - Susurró contra su cabello, depositando un beso allí antes de darse la vuelta e irse.

La puerta se cerró.

"No" Repentinamente pensó Deidara "Perdóname tu a mi"

Ya sin escuchar sus pasos a la distancia, el rubio abrió tentativamente un ojo, definitivo que estaba atontado, pero no como Sasori creía ¿La razón?

"Le dije que tenía mis reservas" Sonrió triunfante.

Metió la mano dentro de su pantalón, justo debajo de su ropa y encima de su muslo derecho estaba un pequeño pececito de arcilla algo regordete, dentro de él se había alojado la mayor cantidad de la dosis ¿Como? Pues fue algo de momento. Apenas Deidara sintió el pinchazo y esa sustancia ingresar en su sangre, actuó rápido. Creó una escultura de arcilla que se deslizó por su pierna hasta llegar a la zona afectada. Fue allí cuando, removiendose a un lado, la aguja se despegó de su piel para insertarse en la arcilla. Sasori no lo notó porque el tiempo fue muy corto y además la contextura de la arcilla era algo dura pero suave, justo como la carne humana.

Eso no quitaba el hecho de que había recibido una cantidad de menor de la sustancia, por lo que no pudo moverse los primeros minutos y andaba casi tan desubicado como la primera vez que le habían inyectado, pero al menos eso en parte le redujo suficiente el dolor de cabeza.

"No hay mal que por bien no venga"

Ahora, escaparse de allí sin Sasori al acecho fue la parte fácil.

Termino saliendo, irónicamente, por una de las poquisimas ventanas que había y que en ese momento tenía cerca. Una vez al aire libre tuvo que correr a trompicones entre los árboles para no gastar tanta energía y se encontrado, pero le resultaba algo difícil cuando se sentía tan drogado. Podía jurar que veía los árboles de diferentes colores y los animales movían el hocico como los humanos. Maldición ¿Que carajo era esa sustancia? Una cosa era que Sasori fabricase veneno, y otra muy diferentes que también hiciera drogas duras. Si así de difícil era trotar no se imaginaba cómo hubiera sido saltar entre árboles, menos mal que el cerebro aún le daba para pensar en lo terrible que era esa idea.

No estaba tan afectado como la vez pasada pero aún así era potente su desorientación.

Cuando finalmente pudo crear un ave y subirse, ya estaba a varios metros del suelo cuando una figura angelical obstaculizo su camino. Deidara identificó esas alas de ángel casi de inmediato. La expresión que tenía su rostro era una combinación de diversión e intriga.

- Te hacia inconsciente, Deidara.

El chico bufó.

- Si, yo igual... - Arrugó un poco las cejas - ¿Como supiste que estaba aquí?

- Soy muy buena rastreando - Respondió, esa escasa sonrisa saliendo a la luz - Aunque sabía que te escaparias.

- ¿Porque?

- Siempre lo haces.

Buen punto. Eso le recordó brevemente a cuando se había escapado la primera vez y Pain la mando a buscarlo, si ella era tan buena rastreando, se preguntó por un segundo si de verdad el truco de su compañero había funcionado o quizás no solo fue Sasori el que se apiadó de él ese día.

- ¿Sasori sabe que me fui? - Preguntó con algo de temor, si antes no pudo darle mucha pelea mucho menos ahora.

- Sasori está a menos de seis minutos de darse cuenta que no estás, y sabes que vendrá a buscarte.

- Entonces déjame ir - Lo dijo en plan de: Salte, quítate. Pero con tono amable para no sonar tan desgraciado - Por favor, Konan.

Girando su cabeza como si desde allí pudiera ver la base, se quedó unos segundos en silencio hasta que entonces le dijo en un tono misterioso:

- Esos seis minutos los puedo transformar en cuarenta - Hizo una pausa, en lo que la esperanza del rubio crecía - Pero con una condición.

- ¿Cuál?

- Respóndeme a dos preguntas con sinceridad.

- ... ¿Vale?

Konan sonrió.

- ¿A dónde vas y porque?

Ah, verga.

- Yo... - Dudó, en sus planes no estaba tener que comentarle a ella sus cosas privadas, en especial por la ya extraña relación que compartían debido a Pain. Torció la boca - ¿De verdad debo...?

- Quedan cuatro minutos - Anunció interrumpiendolo.

- Eh.... - Mascullo pensativo ¿Que tenía que hacer ahora? ¿Decir la verdad? ¿Mentir? ¿Se daría cuenta ella si dijera una mentira? No era tan observadora como el Uchiha para descubrir mentiras, pero nunca se sabe - Konan, no creo...

- Tres y medio - Exclamó ella, aún sonreía.

- ¿Va enserio que...?

- Menos de tres.

- ¡Oye! - Se quejó en voz alta - ¡El tiempo no avanza tan rápi...!

- Uno y medio.

- ¡Voy a buscar al Uchiha! - Soltó rápidamente, logrando sacarle una cara de muy justificada confusión y sorpresa a la de cabello azul, esa sonrisa finalmente se extinguió de su cara.

- El Uchiha esta con Kisame.

- ¿Segura? - Le tentó él, y eso la hizo dudar. Era cierto que hace unas cuatro horas había recibido una carta de Kisame diciéndole que se habían separado y que le estaba buscando, pero que probablemente se encontrarían pronto, solo que... ¿Como Deidara sabía eso?

- ¿Como...?

- Me queda un minuto ¿No? - Fue su turno para interrumpirla con rapidez - Solo ayúdame está vez y prometo volver.

Konan respiro hondo antes de exhalar, a Pain no le gustaría ni un pelo que actuase a sus espaldas, pero no era la primera vez que él hacia las cosas como quería sin consultarselo, así que no estaba del todo mal si en esta ocasión era ella quien rompía las reglas.

Solo necesitaba aclarar una última cosa.

- ¿Y el porque?

- No... no sé, creo que... - Trago saliva. Recordó todos y cada unos de los momentos que le hizo pasar el Uchiha, tanto buenos como malos, y su corazón se encogió - Supongo que... me importa.

Los ojos de Konan se desorbitaron un poco, pero luego regresaron a la normalidad. Con un la sacudida de cabeza y una mirada de reojo, soltó:

- Ve. Tráelo de vuelta.

- Gracias - Dijo realmente aliviado, y el ave continuó su camino mientras el cuerpo de la chica de deshacía en miles de papeles.

Salió volando de allí a toda marcha, viendo cómo el cielo se teñia de gris y los relámpagos aturdían la tierra. Parecía como si en cualquier momento fuera a caer una tormenta terrible, y solo por eso tuvo que descender un par de metros para no morir electrocutado.

"Por favor... " Suplicó, sus ojos fijo hacia el horizonte "Que aún este vivo"

El ave serpenteó entre los árboles que se sacudían con violencia ante el viento furioso que azotaba la tierra, mientras los truenos llenaban todo de un sonido estruendoso y perforador. Corriendo contra el tiempo, Deidara voló a toda velocidad, deseando una y otra vez que ese idiota estuviera bien, y también disculpándose un poco con Sasori, a pesar de que aún estaba enojado con él.

Cuando finalmente llegó a la escena, fue muy tarde.

El lugar estaba envuelto en llamas negras por doquier, de no haber tenido el ave no hubiera podido ver nada. El centro de lo que parecía un templo o una construcción muy antigua estaba parcialmente destruido, pero lo más importante para él fue la persona que allí estaba, de pie y con la capa de Akatsuki puesta, estaba Itachi. Lucía algo agotado, su cabello estaba alborotado y de su ojo izquierdo corría sangre.

Abrió la boca para llamar su atención cuando una figura se llevó la de él. Era otra persona que con agilidad trepaba hacia atrás por una alta pared con el símbolo del clan Uchiha hasta llegar a la cima. No pudo escuchar nada de lo que decía por la distancia, pero adivinó quien era y sus pretensiones.

¿Su identidad? Sasuke Uchiha. ¿Y sus pretensiones? Pues...

Un monstruo de inmenso tamaño salió del centro del cielo, parecía un dragón totalmente eléctrico y mortal, su rugido hacia temblar el suelo y las paredes. Deidara tragó saliva solo de verlo ¿En que momento ese mocoso había aprendido una técnica semejante? Si ya la sabía desde antes entonces había tenido mucha suerte de que no hubiera usado eso con él.

La bestia subió por apenas una milésima de segundo.

"Oh, no..."

Entonces bajó.

"¡NO!"

Cayó justo encima del genio de los Uchiha, creando una explosión inmensa llena de electricidad y escombros. La potencia fue tanta que tuvo que subir de altura, pues toda la tierra sirvió de pronto para que la carga eléctrica se desplazara por kilómetros y kilómetros de distancia.

La carga cesó, el ruido también. Una tranquilidad incomoda se posó en el ambiente, y para cuándo volvió a ver, la capa de Akatsuki ya no estaba. Solamente su portador, boca abajo en el suelo y sin moverse.

¿Pretensiones de Sasuke Uchiha?

Matar a Itachi Uchiha.























Continuará...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).