Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inevitable Destino (Resubido) por Menma_Lightwood

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Ya casi!

La reunión resultó un éxito aparente.

Y decía "Aparente" pues Deidara no estuvo allí. Una vez libre y lejos de la vista de cualquier compañero que quisiera meterle la mano en los pantalones, se fue a su habitación y se acostó en su propia cama. Quería un rato de paz y tranquilidad despues de toda esa turbulencia que había tenido en los últimos días, pero se le dificultaba bastante cuando tenía a alguien tan dispuesto a confundirlo y hacerle sentir raro sin dejarle dormir.

¿Y quién era ese alguien? Pues...

El mismo.

Su cabeza aún no había terminado de tocar la almohada cuando ya se encontraba pensando que sus sábanas no eran tan suaves como las de Pain. Su colchón más pequeño que el de Itachi. Su habitación menos colorida y decorada que la de Sasori. Su mente era un revoltijo de ojos, cabello y personalidades distintas. Sus labios hormigueaban incontrolablemente, víctimas de los recuerdos de tantos besos que había recibido en estos meses. De todas las veces que le habían tocado, acariciado...

"Ya tenemos todos los recursos necesarios para comenzar la cacería de los bijuu"

Cerró los ojos con pesar. Apenas y recordaba su nombre, pero creía recordar que empezaba con una G... ¿O era una R? Tenía R en algún lado, eso era seguro. No podía culparse por no acordarse, como todos en Akatsuki se referían a él como el jinchuriki de Ichibi, así es como el se lo había grabado. Si la búsqueda empezaría pronto, era solo cuestión de tiempo antes de que le ordenasen secuestrarlo. Y no quería, realmente no quería asesinar a ese niño. Ya no.

Recordaba el orgullo que había sentido cuando lo llevo ante Pain la primera vez y su estómago se revolvió con asco. ¿Como es posible que hubiera sido tan sanguinario? ¿Como se pudo haber sentido contento? Tenía a un chiquillo inconsciente en sus manos y lo entregó a la boca del lobo a sabiendas de que iban a matarlo. Y aún peor, él también colaboró con eso, porque muy dispuesto se había calado los tres días de extracción hasta finalmente el demonio abandono a su contenedor, y la vida también.

Tenía que huir antes de que eso pasara, pero para eso...

Para eso...

- ¡Maldita sea! - Golpeó su almohada con mucha fuerza, resoplando para después aplastar la cara en ella - Interesadas. Estúpidas figuras pervertidas.

Tenía que salir y ver que habían dicho en la reunión. Necesitaba saber cuánto tiempo le quedaba.














OoOoOoOoOoOoO















Una hora después, Deidara logro visualizar la cabellera azul que había estado buscando sentada a las afueras de la base, para su suerte, estaba sola.

- ¡Konan! - Su llamado fue escuchado y la chica acudió a él. Caminando, para variar - ¿Que dijiste en la reunión?

- Pense que le preguntarias a Sasori - Comentó con un ligero toque confuso.

- Sasori y yo no estamos en los mejores términos ahora.

Konan suspiró, con todo y el ajetreo de dirigir en lugar de su amigo se le había olvidado completamente que ese par andaba algo más distanciado. Y con buena razón, decía ella. No estaba del lado de nadie, ni de Sasori por drogarlo ni de Deidara por querer escaparse. Pero si sentía que lo del sedante fue mucho.

- En ese caso me alegra que preguntes. Pain te ha asignado para que tú y tu compañero traigan al primer jinchuriki.

"Lo sabía" Pensó con una inevitable pero esperada tristeza. Ni siquiera se había hecho esperanzas con respecto a ese punto.

- ¿Si? - Fingió sorprenderse y entusiasmarse - ¿Cuando?

- En una semana.

- ¿En una...? - Se ahogó, y se golpeó un poco el pecho para poder toser. No le salió mentir está vez - ¿Una semana? - Reiteró - ¿Segura?

- Totalmente - No había atisbo de duda en esos ojos peculiares - Es hora de que pongamos en marcha el plan. Ya todos se lo esperaban.

- Vale.

Al fijarse en su duda, la mujer se cruzó de brazos. Podía tenerle cierto afecto al de coleta, pero no era superior a la simpatía que sentiría por un gatito. Ni mucho menos al amor que sentía por su mejor amigo o su sueño de un mundo de paz.

- ¿Lo harás, cierto? ¿Vas a seguir las órdenes que se te impongan? - Justo ahora, Konan sonaba como la líder suplente que siempre había sido - Porque estás aquí para esto, Deidara. Es momento de que pongas esas habilidades a prueba y nos demuestres de lo que eres capaz.

- Si - Afirmó sin dudar, apenas un segundo después.

- Más te vale que nos traigas al jinchuriki.

- Lo haré, no te preocupes - Más sin embargo le fue casi imposible abstenerse de salir de una duda - ¿Porque no me delataste?

- ¿Disculpa?

- Con Pain, ¿Porque no le dijiste a donde fui?

La mujer lució algo desubicada por unos segundos, como si no supiera que decir, pero entonces recuperó su perfecta seriedad, así como una fiereza diferente.

- Porque tenías mi autorización para irte, quedamos en que volverías y eso solo es un asunto entre tú y yo. Puede que a Pain se le olvide de vez en cuando, pero estoy a cargo cuando él no está, y no estaba en ese momento.

- Eso lo sé - Asintió sin estar muy conforme con su respuesta - Pero estaba bastante molesto por no saber a donde fui.

- ¿A dónde quieres llegar, Deidara?

- ¿Para que arriesgarte a discutir con tu mejor amigo por mi? - Optó por ser directo, ganándose una mirada algo sorprendida - Se que no fue por cuestion de mando, Pain siempre te ha dado tu lugar y yo no te intereso por encima de ningún miembro de Akatsuki ¿Valía la pena pelearte con él por eso o tenias otro motivo?

Cayó sobre ellos un silencio algo pesado, jamás en su otra vida se le hubiera ocurrido atacar con preguntas de tan poco tacto a la casi hermana de su jefe, pero ahora tenia mucha curiosidad. Y si, se sentía más confiado por tener un espacio especial en el corazón de Pain, pues sabía que no terminaría partidos en dos. Al menos no en el sentido violento de la palabra.

Konan, sin embargo, no pareció muy dispuesta a satisfacer su curiosidad.

- Tengo mis motivos - Dijo misteriosamente seria - Conformate con haber recibido mi ayuda, puede que no sea tan comprensiva la siguiente vez.

Konan abandonó la habitación a un paso firme poco usual para alguien acostumbrada a desaparecerse. Deidara presentia que había un motivo oculto importante para haberle ayudado, pero en vista de su falta de colaboración y que realmente no le estaba exigiendo nada, prefirió dejar las cosas como estaban. Si ella quería ser profesional, entonces estaba bien por él. Le bastaba con que su único Interés en él fuera su fuerza para que pudiera cumplir con su misión, la cual por cierto, estaba a la vuelta de la esquina.

Eran buenas noticias en parte, dentro de quince días estaría muy lejos de Akatsuki...

Y tenía menos de una semana para entregarse a alguien.

Paso todo el día en su habitación, con su almohada como única compañía. Por mas que le daba vueltas a la situación siempre terminaba encontrando partes buenas y malas de escoger a alguno.

Por ejemplo, podía elegir a Sasori. Pero estaba furioso con él, le resentia mucho lo del sedante. Pero también era su único amigo, se preocupaba por su bienestar a un nivel muy tierno, se sentía cómodo en su presencia y por ello le tenía una confianza excesiva y casi ciega, a lo mejor por ello lo de la inyección le resultó tan repentino y no pudo evitarlo. Era muy común que bajase la guardia estando a su lado, no esperaba ser defendido ni mucho menos, pero sabía que contaba con ese idiota. Aparte de que estar con él en un sentido íntimo era de lo más reconfortante, aún recordaba ese día, así como los montones de besos que tuvieron despues. Besarle era como estar enamorado por primera vez, con mariposas en el estómago, algo tierno de una manera muy sensual. Por ello también sentía que abandonarlo tan bruscamente le afectaría de muchas maneras, en especial porque el pelirrojo era el más sentimental. No podía soportar romper su corazón y mucho menos cuando sentía que el suyo propio se rompería con eso sí se iba dándole esperanzas.

Dejarse caer por el borde con Pain era exactamente igual a hacerlo en la vida real y de un risco de ciento veinte metros, es decir: Salvaje, loco, eufórico, atrayente y peligroso. Así se figuraba que sería acostarse con él, un revoltijo lleno de lujuria y pasión. Tenía la teoría de que chocaban mucho en carácter porque ambos eran igual de cabezones, tenían ideas muy arraigadas en su cabeza y al momento de discutir por ellas las cosas siempre se volvían intensas, no obstante esa misma intensidad era la que los mantenía constantemente suspendidos en una nube roja ardiente que le hacía temblar por las ansias. El detalle era que, de hacerlo y luego fugarse (Si es que lograba hacerlo ya que presentía que de aceptar no podría pararse como mínimo en dos días, mucho menos de huir) estaba seguro que el rencor que le tendría sería inmenso, y fuera imposible verlo de nuevo o no, tener a un enemigo con ese nivel de poder era un suicidio.

Quedaba el Uchiha, con sus juegos de atracción y ojos peligrosos, algo en esa mirada siempre parecia ver lo más profundo de su ser y eso le atraía demasiado. Le intrigaba mucho como cambiaba estando a su alrededor y dejando caer esa coraza sin sentimientos que era más dura que su propio Susanoo, como siempre podía pasar de ser el filósofo que le ofende con elegancia al hombre primitivo con la manía de estrecharle con firmeza cuando le mordía el cuello; Su único problema real con él era su capacidad para descubrir sus mentiras y saber sus intenciones ocultas, tenía la mala fortuna de siempre ser descubierto por él. Le tenía demasiado vigilado y, si le agregaba algo tan personal como el sexo, sentía que lo buscaría hasta el final del mundo para pedirle explicaciones. Que si, nunca le encontraría, pero no quería condenarle a otra búsqueda de redención, mucho menos cuando le costó sacarlo de la primera.

¿En resumidas cuentas? Estaba jodido por dónde quiera que mirase.

Unos golpecitos en su puerta le sacaron del mundo auto-impuesto de lamentación en el que se había metido. Se levantó de la cama para abrir, pero no pasaron ni díez segundos antes de que la puerta se abriera sola.

- ¡Hey! - Se quejó en voz alta - ¿Que acaso no hay privacidad en...? - Sus reclamos se detuvieron de pronto al ver quién era, no porque no pudiera echarle, más bien porque no esperaba verlo tan pronto.

El intruso esbozo una sonrisa nostálgica.

- Solía entrar sin tener que tocar y nunca te quejaste de ello, ¿Además de tu amistad me quitarás los privilegios también?

- Los privilegios vienen con la amistad, además no te estoy quitando nada - Respondió, recuperándose de la impresión inicial para dar paso a la molestia que ya tenía reservada solo para él - Por tu cuenta te ganaste el que no te quiera ver.

- Y de verdad lo siento - Suspiró un poco, resignandose a que esto iba para largo - Pero creo que entiendes la razón de porque lo hice.

Deidara rodó los ojos, no estaba de ánimos para tener la misma charla de su reposo. Estaba hasta la coronilla de la excesiva preocupación.

- Si.

- ¿Entonces?

- Mira, entiendo que tu intención haya sido dejarme aquí. Pero hubiera preferido mil veces que me vencieras peleando a que hicieras lo que hiciste - Tal vez estar tanto tiempo con Pain le pegó algunas manías, porque se llevo una mano al cabello, su frustración en aumento - ¡Maldición! Me hubiera conformado incluso hasta con que me noquearas de un puñetazo, hubiera sido más justo.

El pelirrojo había comenzado a desviar la mirada, pero la levantó cuando oyó eso último. Estaba arrepentido, si. Pero la opción que tomó le seguía pareciendo mejor que cualquiera que las que estaba proponiendo el rubio, en especial desde el incidente del veneno, se había prometido así mismo no causarle daño físico y no cruzaría ese límite otra vez.

- No podría pelear contigo, no de nuevo.

- ¿Ah si? - Alzó una ceja - ¿Y lo otro que fue?

- No estaba peleando enserio, solo intentaba distraerte lo suficiente para poder aplicarte la inyección. De haber peleado como en una batalla te habría ganado.

- Y hubiera sido una táctica mejor - Ya se sentía lo bastante paciente por no haber refutado sobre su inminente derrota, pero debía ser realista. Estaba tan desvalido en ese momento que hasta el Tobi estúpido le pudo haber ganado. Bufó - Menos rastrera, al menos.

Sasori sacudió la cabeza con los labios fruncidos, la disculpa no le estaba saliendo como quería. Al contrario, parecía que mientras más hablaba más se enojaba su compañero.

- Pelear contigo en ese estado sería aprovecharse, y yo no soy así - Hizo una pausa y aclaró -: Al menos no contigo.

- ¿Y acaso no crees que inyectarme un cóctel de sedantes cuando estoy débil no se considera aprovecharse? - Ironizó, ambas cejas se alzaron con burla - Porque a mí me lo parece.

- Está bien - Aceptó entonces, cambiando la táctica de "Me justifico" a "Acepto mis errores" tal vez eso funcionaría mejor - Fue malo lo mires por dónde lo mires, debí haberlo pensado mejor antes de poner en riesgo tu confianza. Pero sabes que no lo hubiese hecho si te...

- Hubieses quedado en la cama - Terminó el rubio por él en un lento tono de fastidio monumental al tiempo que ponía los ojos en blanco - ¿Que acaso tú y Pain no saben decir algo distinto? Entiendo que estuviesen preocupados, pero a ti no te justifico el que eso te pareciera buena idea.

- No me lo parece... nunca me lo pareció, te lo aseguro.

- Algo es algo - Comentó Deidara con acidez.

- Pero admito que fue lo mejor que se me ocurrió en ese momento - Continuó el Akasuna, quien no podía negar ese hecho - Solo quería que terminaras de dormir el tiempo que se suponía que debías para que no te murieses tan joven como todo el mundo espera.

Por alguna razón, escuchar eso último y recordar en un súbito y doloroso flash el que todo el mundo esperaba que falleciera en alguna estupidez infantil, le hizo enfurecer.

- ¿A ustedes se les olvida que soy un ninja y encima adulto, verdad? Conozco los límites de mi cuerpo, me he llevado un millón de palizas y he salido caminando, he estado tan cerca de morir que el que este vivo hoy llega a ser ridículo, pero lo estoy. Si lo que quieres es que admita que me estaba muriendo por el dolor entonces bien, si, estaba más inconsciente que nada y de seguro quedarme en esa maldita camilla todo el día habría sido lo mejor, pero no era lo que quería hacer. Sabía que podía levantarme de allí e ir a donde debía porque se mejor que nadie lo que puedo o no hacer, porque se cómo es estar a punto de morir y me habría frenado antes de llegar a ese punto porque ¡Oh! resulta que por mucho que lo pongan en duda ¡No quiero morirme joven! - "No de nuevo" Pensó mas furioso a cada segundo - Y porque por encima de todo era mi decisión, y a ti valió menos que una mierda respetarla. Así que disculpa si no me siento feliz de que la única persona que consideraba un amigo me trate como un niño así como hacen todos los demás hm.

Decir que la mente de Sasori quedó en blanco era quedarse corto, como el hombre paciente que era se había detenido a escuchar cada palabra que decía el rubio, a esperas de responder, pero resultó de lo más sorprendido el que de pronto se diera cuenta de que tenía mucha razón, y que no había mucho que pudiera decir en su defensa, salvo...

- Perdón.

- ... Me gustaría creerte - Suspiró, sus ojos achicandose con sospecha - Pero te conozco demasiado bien, y no estás tan arrepentido como deberías.

Bueno, ahora que lo mencionaba...

- Deidara... - Dió un paso al frente, su rostro muy serio. Si el más bajo iba a seguir molesto con él por lo que había hecho entonces mejor decirle todo, no se iba a poner en el papel de un salvador que estaba seguro que Deidara no necesitaba ni quería ver en él - Te seré totalmente sincero. Si lamento el haberte hecho lo que te hice, de verdad, y me hubiera gustado tener cualquier otra cosa a la mano para detenerte, pero de lo que no me lamento son los motivos por los cuales lo hice, estaba muy preocupado por ti. No sé si hubieras podido escalar una montaña con los ojos cerrados o dominar el mundo en un solo pie estando así, lo único que sé es que estabas herido y si con lo que hice al menos te di unos minutos más en cama antes de que decidieras escaparte, entonces realmente no me arrepiento.

La mandíbula de Deidara cayó cuesta abajo casi con dolor ¿Era enserio que este pedazo de...?

- Eres... increíble - Eso no sonó ni remotamente cerca a un halago.

- Dei...

- No - Alzó una mano, la cabeza había comenzado a palpitarle como cuando era un niño y experimentaba sus primeros ataques de rabia - Entiendo tus motivos y en cierto modo aprecio la preocupación, pero eso no quita que siga molesto, tampoco el que lo esté los próximos días, solo... - Respiro hondo y luego exhaló. Necesitaba urgentemente algo paz mental o terminaría peor de lo que estaba - Déjame solo, necesito pensar.

- Está bien.

Respetando su espacio, su compañero se dió la vuelta y salió. Más estando en el marco de la puerta y aunque no debía, no pudo evitar girar la cabeza para decirle una última cosa.

- Lamento enserio lo que pasó, pero quiero que sepas que solo estaba tratando de mantenerte a salvo.

Enserio que no debió.

Fue como una especie de mini explosión que comenzó en su cabeza, destruyendo célula por célula hasta que se transformó en una enorme y colorida explosión justo en el medio de su atolondrado cráneo lleno de dudas y sentimientos revueltos. De no haber sido metafórica esa explosión la habría considerado arte. Pero no, esto no era arcilla. Era el cúmulo de todo el estrés que sentía siendo liberado de la única manera que sabía.

- ¡No necesito que me mantengas a salvo!

Explotando.

Sasori se quedó muy quieto.

- ¡No necesito que te preocupes por mí! - Prosiguió un jadeante Deidara, rojo de la furia - ¡No te quiero todo el tiempo encima de mi! ¡Deja de fastidiarme, eres mi maldito compañero, no mi vigilante ni mi guardaespaldas! ¡No necesito y tampoco quiero que pierdas tu tiempo intentando ser algo que no eres, detesto eso de ti! - Inspiró hondo, respirando en pequeños tramos. Parte del odio que sentía se libero un poco tras eso.

Sin moverse ni un solo apice, Sasori se limitó a cerrar los ojos.

- Lo entiendo.

"Oh..." Tras un segundo de silencio y algo más libre de la presión, Deidara observó mejor a su compañero. Podía tener los ojos cerrados, pero captó a la perfección esos terribles detalles. El ceño ligeramente fruncido aunque trataba de disimularlo, la boca algo torcida y una repentina vulnerabilidad que se notaba en su rostro a pesar de aparentar con fiereza el estar serio.

"¿Ya ves lo que provocas?" le reprochó su conciencia sin un mínimo de consideración. De acuerdo, que seguía pensando que tenía razón, pero desquitar su ira interna con él tampoco era muy justo.

Se adelantó un poco.

- ¿Estás...?

- No importa - Cortó automáticamente el Akasuna, su voz neutra - Tienes razón, debo dejar de tomarme derechos que no me corresponden.

Escuchar eso se sintió como una patada directa en los testículos, y se debió sentir mucho peor aún el tener que decirlo.

- Lamento eso - Murmuró Dei, y el pelirrojo solo cerró los ojos con más fuerza.

- Yo tambien.

Tras un sonoro portazo, su compañero desapareció.












OoOoOoOoOoOoO











Tenía que encontrar a Sasori.

Vale, que no había pasado ni un día. Pero no había podido dormir en toda la noche, y entre su inminente culpa por su ataque de rabia y los seis días que tenía para arrebatarse (Entiéndase "Sacar a la fiera que tenía adentro y tener sexo puro y duro") andaba casi paranoico, con los nervios a flor de piel sin saber que carajo hacer con su existencia, y sinceramente no podía permitirse tener más dramas. Al menos sabía que se sentiría más relajado si dejaba todo el asunto de lado, porque necesitaba pegar el ojo aunque fuera una noche o seguro le daría un ataque al corazón antes de siquiera intentar escaparse.

Y si... también se sentía un poquito culpable.

Culpable en el sentido de que, a pesar de no estar de acuerdo con lo que Sasori había hecho, pudo haber sido un poco mas comprensivo con sus motivos, pero realmente había estado congestionado entre la intensidad del Uchiha, la repentina buena conducta de Pain y el hecho de que ahora era más notable el que estaba peleando contra el reloj. Cierto, siempre había estado peleando contra el tiempo, sabía que tenía que cumplir esa estúpida apuesta, pero antes había pensado que era más joven y que tendría al menos dos años para decidir, pero no, esas metiches le habían resucitado más viejo y no había pasado ni el primer año. Que si, desde que acepto ese trato estaba consiente de que debía tener sexo, pero la diferencia entre el antes y el ahora es que antes sentía que podía ser en cualquier momento de cualquier semana, que podía ser en parte una sorpresa o que resultara en cierto modo inesperado, ahora eso se había acabado por completo porque sabía que tendría que hacerlo en estos seis días. Y ponerle fecha solo hacia el asunto mucho peor de lo que ya era.

Estaba en medio de su misión para rastrear a cierto pelirrojo cuando en pleno gimnasio se topó con un alto y atractivo hombre en ropa de entrenar, cuyos ojos tenían la capacidad de irritarlo así como de excitarle en el mismo segundo. Tenía puesta de nuevo una banda con el símbolo de la hoja tachado, puesto que en su batalla se había destruido la última.

Fue raro verle de nuevo, pero se recuperó rápido.

Estuvo a punto de decir su apellido como saludo cuando recordó que podía salir deliciosamente perjudicado, de modo que soltó un "Hey..." y recibió a cambio ese cabeceó educado que solo le habia visto hacerle a él.

- Deidara.

"Aún no me acostumbro" Declaró con algo de incomodidad, y se dió la vuelta para seguir su camino, Sasori no estaba allí.

- ¿Vas a hacer eso? - Dijo de pronto con esa voz grave que tenía, logrando que el rubio se voltease con cara de ¿Ah? - ¿De verdad? - Un toquecito algo sarcástico en sus ojos negros.

- ¿El que? - Se confundió totalmente, pues hasta ese momento no había hecho ningún desastre, por lo menos según él.

- Actuar como antes - Aclaró - ¿No te cansas de la misma rutina, Deidara?

De acuerdo, esa si no se la esperó.

- ¿Rutina? - Sacudió la cabeza un poco - No entiendo tu punto, yo actuó como siempre hago.

- No. Actúas necio la mayor parte de las veces, conmigo es que te pones nervioso, ¿Porque? Pensé que habíamos superado esa etapa.

- Esa... ¿Etapa? - ¿Así le llamaba ahora a la ronda de apasionados besos y toqueteadera que habían tenido? ¿Ahora estaban en otra "etapa"? ¿Y como se llamaba esa etapa? ¿Agárrame que yo te agarro? ¿Te muestro sentimientos y tú me muestras el culo? Wtf. Se sacudió un poco más - Discutimos eso después, tengo que irme a...

- ¿Porque no mencionaste nada en el camino? - Preguntó el Uchiha dejándole aún peor que antes.

- ¿Ha?

- Lo de tu colapso.

Deidara se preguntó por un segundo que le habría hecho sacar ese tema de pronto, pero ese uso de palabras tan específico le dió la respuesta necesaria a su pregunta: Pain.

Suspiró.

- ¿Lo notaste?

- ¿Notarlo? - Pudo haber sonreído sin no fuera un tema serio - Esa capa que llevas puesta fue lo primero que ví al resucitar, lo segundo fue a ti, sosteniendose la cabeza como si te la quisieras arrancar.

Vaya que Itachi tenía es recuerdo bien marcado en la mente. Resucitar había sido un asunto de lo más peculiar para él, fue como si de pronto todo en el de fuera apagado por un rato, la parte consiente de su cerebro le indico que quizás sería así por un largo rato, pero termino siendo al revés, no duró allí mucho tiempo hasta que comenzó a sentirse nuevamente revitalizado. Abrió los ojos con una inusitada sorpresa, con un letargo bastante normal y los ojos algo ardientes, dolían de solo mantenerlos abiertos.

Eso, sin embargo, no evitó que se le abrieran cuando vio la silueta de ese chico en el piso. Le impactó ver cómo se removía aún dormido, tenía ambas manos apretando su cabeza con tanta fuerza que parecía que perdería las uñas, y entre el gesto de sufrimiento, los labios estirados mostrando los dientes que mantenía fuertemente cerrados y el que estuviera dándose de manera inconsciente algunos golpes contra la pared, sinceramente no encontró ningún motivo para tomar el riesgo y eliminar su propia técnica aún si eso le hizo desmayar de nuevo.

Para él había valido la pena.

Deidara por otra parte no sabía que le avergonzaba más, si el haber estado en una situación tan precaria o el haber sido visto por el Uchiha.

- Usaste tus ojos en mi... - Murmuró entonces, mirando sus ojos - Te arriesgaste demasiado ¿Porque?

- Tu me reviviste a mi ¿Porque?

Buena pregunta.

- No le ví la importancia a comentarte sobre ningún colapso - Dijo entonces, evadiendo limpiamente el tener que responder.

- Pudiste haber muerto.

- Tu ya lo estabas, era peor.

- No tanto como lo que le hubiera pasado a tu mente si no se revertia la técnica ilusoria a tiempo - Fue... raro, el azabache seguía manteniendo ese porte de seriedad, solo que por algún motivo el rubio podía ver qué debajo de esa dureza estaba algo suave. Algo... diferente - Lo detuve antes de que hiciera más desastres en tu cabeza, no deberían quedar secuelas.

- ¿No deberían? - Repitió con algo de sarcasmo.

- No, pero si sucede debes avisarme, podría ser peligroso.

- Rechazaría la oferta, pero como ni siquiera Pain pudo curarme, bueno... - Se encogió de hombros para aligerar un poco la tensión del aire que de había generado por ese tema tan pesado, pero la mención de su líder hizo que el otro recordase algo.

- Pain compartió la posibilidad de que hubiese sido mi Sharingan el culpable de tu recaída - Tomo un respiro antes de continuar - Le hablé lo suficiente como para disuadirle, pero no se equivocaba. Lo que te sucedió fue un daño colateral de mi técnica ilusoria.

Sinceramente Itachi se había esperado una reacción super dramática, con explosiones y todo. Es decir, casi mataba al pobre chico y el mismo sentía en parte que se lo merecía, aunque todavía no tenía muy en claro el como pasó, pero no conforme con que eso fuera raro, le sorprendió muchísimo la reacción del otro.

- ¿Me estás diciendo que casi me matas? - Trato de sonar molesto o tal vez ofendido, y lo logró. Pero eso, como cosa rara, no engaño a ese hombre.

Itachi le miró con cuidado.

- Ya lo sabías.

"Te quedarías loco si te dijera todo lo que se" Pensó con una gotita en la nuca.

- Si.

- ¿Como? - La manera en la que ese rubio escándaloso torció la boca fue respuesta suficiente - No me digas... - Sonrió un poco - No puedes decirme.

- Nadie dijo que los Uchiha no fueran listos - Utilizando su usual sarcasmo para evitar tener que dar más información - Te avisaré si cambia algo... - Arrugó un poco la nariz - ¿Estás seguro de que solo tú podrías curarme?

El otro asintió.

- No es exactamente una cura, solo la reversión de una técnica incompleta. Pero si, nadie podría hacerlo mejor que yo, porque el Genjutsu era mío.

- Vaya... - Su boca floja expandiéndose hacia arriba ante la llegada de una revelación algo divertida - Entonces fugarme muy mala idea no fue.

- En parte. Aunque si fue arriesgado.

- Valió la pena - Su boca quedó abierta cuando se dió cuenta de que había dicho algo demasiado sugerente en más de un sentido. Un súbito calor subió por su cuello y se instalo en su rostro a la misma velocidad que una sonrisa algo petulante lo hacía en el rostro del Uchiha - Cállate - Gruñó, esperando algún comentario inteligente, pero fue todo lo contrario.

- ¿Quieres dar una vuelta?

- ¿Eh? ¿A dónde? - Más importante aún -: ¿Porque?

- ¿Y porque no? Te ves tenso, no te haría mal caminar un rato. Yo solo te propongo que lo hagas en compañía.

Si, claro. Y esa tontería de "Solo somos dos amigos que salen en la noche a comer juntos pero cada quien paga su comida" no es una cita. Pff. Todo el mundo sabe que si lo es.

Pero...

- ¿Sabes que? - Su decisión fue rápida y espontánea, es decir, ¿Para que pensar más de la cuenta? - ¿Porque no? Vamos.

Deidara se sentía como un adolescente, la verdad es que nunca había tenido una cita real y mucho menos una que parecía una pero no lo era, o... ¿Quizás era de esas que si era pero no parece? Era muy confuso pero también emocionante. Antes de darse cuenta estaban fuera de la base, recorriendo los caminos cercanos al lugar, recordaba estas rutas por su anterior misión con Pain y lo cierto es que todo era bastante bonito para ser tan rural.

- ¿Porque siempre tienes esa cara? - La súbita pregunta hizo al blondo girar la cabeza para mirarlo interrogante.

- ¿Cuál cara? - Y frunció el ceño. El Uchiha le puso dos dedos en la frente, justo en medio de la arruga que se hace cuando pones mala cara.

Lo que en Deidara significaba: La arruga que tenía siempre.

- Justo esa. La de molestia.

- Ummm - Reflexionó en ello un poco - Supongo que es la costumbre.

- ¿Acostumbras a estar enojado?

- Con un compañero como el que tengo la verdad es que si - Quiso reír, pero acordarse de Sasori le puso algo sensible, aún estaba pendiente esa conversación. Suspiró - Pero lo cierto es que no, no es por eso.

- ¿Entonces porque?

Deidara le lanzó una mirada elocuente.

- Haces muchas preguntas para las pocas que contestas.

- Tu no me has hecho ninguna otra que yo sepa.

- Eso no es... - No. La verdad es que tenía razón, le había respondido las preguntas sobre la venganza, su hermano y su misión, no le había dejado más huecos en blancos de los que el mismo había permitido por no seguir preguntando; Buscando otra salida que no fuera aceptar que no tenía la razón, soltó -: Bueno, entonces respóndeme tu un par. A ver si así nos quedamos a mano.

Sorprendido es poco a cómo quedó Deidara cuando ese rostro de nula preocupación sonrió apenas.

- Pregunta lo que quieras.

- Mmm...

Este era un punto difícil pero también importante, ¿A quien no le encantaría tener a un Itachi Uchiha en plan hablador y dispuesto a colaborar? Eso no se veía todos los días. Que decía, eso no se veía nunca. Pero ni en las épocas doradas del clan Uchiha se veía tremendo acontecimiento.

No pudo evitar burlarse.

- ¿Me estás ofreciendo jugar algo así como preguntas y confesiones?

Itachi se encogió de hombros.

- Jamás lo he jugado, pero por como suena supongo que sí.

- Vale, en ese caso empiezo yo. Mmmm... - Bueno, si iba a hacer así, mejor salir de todas las dudas - Dijiste muchas cosas el día que morí, entre esas que te recuerdo a tu hermano y a tu vida, pero eso no me explica el porque.

- ¿El porque de que?

- ¿Porque a mi? - Específico con duda - ¿Porque yo? - La manera en que dijo eso de nuevo, con una mezcla de emociones confusas le facilito al Uchiha captar la indirecta.

- No lo sé, ¿Porque no tu?

Típica respuesta de un Uchiha. A este paso perdería los ojos de tanto rodarlos.

- ¿Sabes? Así no es como se juega esto, se supone que debes ser sincero.

- Eso hago.

- ¿Y esa es tu respuesta? - Más que evidentemente inconforme.

- Si.

Soltando un dramático suspiró que solo el podía hacer en sus momentos de crisis, le cedió el turno al azabache. Aunque ya sé adivinaba que preguntaría.

- ¿Porque siempre pones esa cara?

- Me enojo fácil - Respondió sin problemas, pero recibió una mirada sospechosa - ¿Que?

- ¿No acabas de decir que tienes que ser sincero?

Se sonrojó un poco, era odioso cuando no podía ocultarle nada. Y era mucho más odioso cuando lo intentaba y fallaba.

- Porque... Hm - Gruñó, no podía creer que estaba a punto de decir eso, pero llevaba razón de que debía ser honesto. Lo soltó todo muy rápido - Porque cuando era pequeño decían que parecía una niña y dejaban de hacerlo solo cuando me enojaba, porque con la cara de rabia me veía de todo menos tierno - Inspiró hondo, sentía las orejas muy calientes.

La ronca y divertida risa a su derecha solo hizo que enrojecieran aún más.

- ¿Es por eso? - Deidara se limitó a mirarlo de mal humor - Te he dicho que no pareces una chica, no tienes que andar con esa cara para demostrarlo.

- Me sentiría mejor si me cortara el cabello.

- Sinceramente, Deidara. No creo que los comentarios sean por tu cabello.

Y no lo eran. La verdad es que para Itachi Deidara no se veía para nada femenino en ningún aspecto. Le encontraba adorable y tierno, que era diferente. Y ese factor suyo no era gracias a lo largo de su cabello, aunque quizás si por el color, ese rubio brillante y limpio que recordaba al sol y esos ojos tan azules. Brillaban a la luz cuando miraba el cielo, y dijera lo que dijera, pusiera la cara que pusiera, no había gesto de enojo que empañara esos zafiros cristalinos. Le gustaban. Realmente tenía una fijación con sus ojos, a lo mejor y era por eso que casi nunca se dignaba a mirarlo, ver esos ojos solo le hacian querer seguir viendolos.

Así que ¿Femenino? No, definitivo que no. Pero como usualmente la ternura era asociada a la infancia o a la feminidad, era natural que quisieran burlarse de el comparándole con una chica.

Pero Deidara no tenía que saberlo. Era mejor que siguiera creyendo que era culpa de su cabello (Algo que podía modificar) a su personalidad y físico en general, algo que, a menos que se desfigurara en alguna de sus explosiones, no podía cambiar.

- ¿Y entonces porque? - Parpadeó inocente.

- Pueden haber muchas razones - Optó por salirse por la tangente - Depende de la persona. Para unos puede que sea tu altura y otros tu cabello. No creo que haya un motivo específico.

El rubio suspiró, era una suerte que ya estuviera adaptado a la idea.

- Mi turno - Se armó de un valor que sabía que poseía y se atrevió a mirarlo a los ojos - ¿Porque quieres que te llame por tu nombre?

Si esperaba una respuesta amplia y profunda sus expectativas dieron cuesta a abajo cuando respondió con un llano y simple:

- Me gusta.

- ¿Te... gusta? - Dijo despacio, ¿Al Uchiha le gustaba algo? ¿Era posible? - ¿Porque?

- Demasiadas personas me llaman por mi apellido - Su tono era algo vago - Demasiados compañeros, demasiados desconocidos... tú no eres ninguno de ellos.

"¿Entonces que soy?" Pensó entre curioso e intrigante "¿Que soy para ti?"

- ¿Que quería hablar Pain contigo ayer?

- ¿Y me lo preguntas? Me imaginé que a estas alturas ya te habrían contado el chisme de mi escapada fantástica.

- Ah sí. Kisame describió unos detalles muy gráficos.

- Creí que Kisame estaba contigo - Apuntó el artista con algo de duda.

- Lo estaba - Certificó el Uchiha con una cara de circunstancias - Nos separamos luego, tardo un par de horas en llegar, pero para cuándo lo hizo Pain seguía soltando parte de su ira.

Recordó brevemente las explosiones que oyó al llegar, supuso que las habría hecho su líder para tratar de desahogar su frustración interna, y si así habían sido dos días después no podía imaginarse la magnitud de cómo serían las que soltó justo en el momento que se enteró que no estaba.

- Ya sabrás entonces todo el chisme - Rodó los ojos, no lo parecía pero el Bijuu sin cola podía ser más chismoso que la vecina de enfrente con los binoculares - Lo que único que Pain quería hablar conmigo ayer era sobre mi impertinencia. Fue más un regaño que una charla, en realidad. Estaba bastante enojado - El Uchiha asintió con un pequeño "Hmmm". Dei torció los labios - ¿Supiste lo del sedante?

- ...Si - Suspiró un segundo después.

- ¿Y estás de acuerdo?

- No - Fue algo gratificante el verlo tan seguro de eso - Hay maneras menos radicales de reducir de alguien.

"¡Aleluya!" Casi pudo hacer fiesta por haber encontrado a alguien que no encontraba el asunto gracioso o conveniente.

- ¿Y estas de acuerdo con Pain?

- ¿No se preguntaba por turnos? - Cuestionó con un tono algo divertido que le avergonzó un poco por haberse puesto en plan pregunton, pero de igual manera le respondió - No exactamente. Puedo entender su punto, pero si yo hubiera estado en su posición no me hubiese enojado contigo.

- ¿Porque serías más comprensivo? - Intento adivinar con una sonrisa, a lo que Itachi le respondió con una a medias.

- No. Porque bajo mi cuidado no te hubieses escapado.

Decir que quería soltarle algo en plan de "Arrogante idiota" era un eufemismo. Pero tenía razón, era lógica muy fácil. En el estado en el que estaba apenas se le pudo escapar a Sasori, y lo jodido que pudo haber sido escaparse de Pain no se comparaba a cómo sería si fuera Itachi.

- Me gustaría decir que no, pero... - Se encogió de hombros - Estaba vivo a medias.

- Lo recuerdo.

- No seas presumido, tu ni siquiera estabas vivo, eso es peor.

Su propio chiste le causó risa, y fue agradable que esta vez fuera mutua.

Estaba tan distraído por ello que le sobresaltó la mano que se enrolló en su muñeca, haciéndole detener el paso. Creyó por un segundo que tal vez quería tomar su mano, pero la intención fue clara cuando la alzó en alto, sujetándolo de manera justa que se viera a la perfección el sello en su muñeca derecha.

"Mierda..."

- ¿Porque tienes esto? - Le pregunta fue, se viera por dónde se viera, algo ruda.

Con los ojos algo desorbitados aunque con el ceño medio fruncido, inquirió un:

- ¿Desde cuándo sabes que la tengo?

- Desde la cabaña.

- Eh... - Carajo, ojalá no fuera lo que estaba pensando - ¿Y en qué momento...? - Se detuvo, pues la mirada algo ácida y fija le dieron una buena aproximación de la respuesta. No había levantado mucho las manos y como tenía la capa puesta eso también le cubria bastante, en el único momento en el que sintió que sus mangas se bajaron un poco fue cuando alzó las manos para tomar entre sus dedos el cabello negro del Uchiha mientras le...

"Ohhhhhhhhhhh" Casi después de eso es que había comenzado con la idea de hacerle decir su nombre, ¿Habría sido eso una especie de reprimenda de algún tipo, o solo algo de... celos?

Le miró interrogante, pero al devolverle la mirada algo le dijo que no le respondería. Tal vez porque no era el único que podía cohibirse de repente.

- ¿Sabes lo que es? - Preguntó a cambio.

- Si.

- ¿Sabes quién me lo puso?

- Si - Su rostro no se veía para nada feliz - Emana energía muy fuerte, hasta aquí puedo percibirla.

- ¿Entonces si sabes quién lo hizo y como funciona el sello para que preguntas porque lo tengo?

- Reformulo la pregunta entonces - Dijo con algo de seriedad más ahora - ¿Porque Pain te podría un sello de protección? No lo necesitas.

- Ah, si lo necesito - Mascullo casi de manera inconsciente, arrepintiendose casi al instante por lo horriblemente sugerente que eso había sonado, porque daba a entender muchas cosas no muy positivas.

E Itachi pensaba de manera similar.

- ¿Porque?

- No es importante.

- ¿Es otra de las cosas que no puedes decir?

- Es otra de las cosas que no quiero decir.

Se habían quedado bastante quietos para ese punto, y cuando Deidara echo un vistazo al rededor de impacto un poco al ver que estaba de nuevo en el lago. Un ligero nerviosismo se le instalo en la base del estómago, porque no tenía muy buenos recuerdos en general de ese lugar. Irónico para alguien que solo había estado dos veces allí. El agua moviéndose le devolvía a cuando creyó que sería la última vez que vería al Uchiha, y la roca...

"La roca... " Unas imágenes se pegaron en su cerebro como los stickers en el refrigerador. Primero el cansancio, el calor, luego la visión de su líder casi desnudo en el agua, el juego de tentaciones, la pelea, la... ¿Pasión? ¿Seducción? Y también estaba de debilidad y ese resquicio molesto de humillacion.

Sabía que Itachi era capaz de ver la información que quisiese en su mente, y aunque le había especificado que entre el y Pain solo había habido un momento "intenso" no podría soportar lo jodido que sería el momento si le descubriese.

El Uchiha pareció encontrar su silencio como signo de incomodidad y bajo su mano para soltarla.

- Entiendo.

- ¿Ah si? - Fue de lo más extraño, la verdad. El hombre era bastante observador pero no por ello evitaba que se sorprendiese cada vez que captaba algo.

- Se de primera mano lo que es guardar un secreto.

Bueno, eso era bastante entendible teniendo en cuenta de con quién estaba hablando.

Pero aún no se confiaba.

- ¿Que pasa? - Inquirió el azabache notando como Deidara miraba el camino por donde habían llegado.

- Eh, nada. Es solo que recordé que estaba buscando a Sasori - Eso era cierto, pero no del todo, la verdad es que de no haberlo usado como excusa no se fuese acordado. No quería irse tan pronto, pero ese Sharingan le seguía dando desconfianza, en especial luego de la última vez en ese lago.

- ¿A Sasori?

- Ya sabes, no estamos en los mejores términos posibles - Hizo una mueca - Le estaba buscando, debería seguir haciéndolo.

- ¿Te vas?

Deidara asintió un par de veces, aunque ya se esperaba que no podía ser tan fácil.

- ¿Es muy urgente que le buques ahora o solo estás buscando una excusa para irte?

- No estoy buscando ninguna excusa está vez - Fue una verdad a medias que no pasó como una mentira en los ojos astutos del otro - Estaba tratando de encontrarlo a él antes de encontrarte a ti, por eso fui a la zona de entrenamiento. Además me gustaría hablar con él lo más pronto posible, Konan ya me informó que Sasori y yo buscaremos al primer jinchuriki dentro de unos pocos días y creo que podré hacer un mejor trabajo para Akatsuki si no tengo que preocuparme de estar peleado con mi compañero.

- ... - Un poco, solo un poco más y le pudo haber engañado, pero no en vano estaba hablando con el genio del clan Uchiha - ¿Seguro que no es algo más?

Eso no sonaba ni remotamente a verdadera pregunta, si no a una oportunidad de decir la verdad.

- Muy seguro.

- No suenas convencido.

- Es el cansancio, he pasado muchas cosas raras estos últimos di...

No pudo terminar esa frase porque dos manos se posaron con tranquilidad en sus antebrazos. Esos ojos negros como el carbón sabían leerlo entre líneas mejor que nadie, pero justo ahora era lo que menos necesitaba.

- ¿Porque huyes de nuevo? No te he hecho ninguna pregunta demasiado personal aún - Sabía que su intención era bromear y eso le hizo alzar la comisura de su labio arriba.

- Soy muy bueno huyendo, pero no lo hago ahora. Enserio, solo tengo que ir a buscar a mi compañero.

- ¿Y te acordaste justamente ahora? - Ese rastro de ironía era bastante obvio.

- Que te digo, las coincidencias pasan.

- Deidara.

Entrecerró los ojos en un gesto adolorido, siempre que le daba por decir su nombre en ese tono era para ponerlo en una situación incómoda o para preguntarle algo incómodo. Y se figuraba que eran las dos.

- ¿Esto es por lo de...?

- No tiene nada que ver contigo - Se apresuró a decir. Alegre de que al menos eso era verdad, e Itachi lo notó.

- ¿Entonces que es?

- ¿Podrías no hacerme preguntas por una vez?

- ¿Podrías intentar no evitar la pregunta por una vez? - Contesto a cambio, volviéndose serio.

"Oh, no. La seriedad no" Era muchísimo mejor cuando andaba de buen humor. Verlo ponerse serio con él era signo inequívoco de que su momento de bondad había acabado. Ciertamente podía irse si quería, pero tampoco quería abandonar la escena con tanta tensión y menos cuando el momento había sido tan bueno. Solo quería una despedida normal.

- Lo haré después, quizás cuando vuelva - Era una promesa más vacía que la cabeza de Tobi, y eso cualquiera lo podría haber notado. Deidara resopló al verlo alzar ambas cejas - Oye...

- ¿Que te sucede en realidad? - Finalmente decidió ser directo.

- No me sucede nada.

- Te ves nervioso - Dijo él, su intuición nunca fallaba.

- Normalmente lo estoy.

- Y me rehuyes la mirada ¿También me vas a decir que nunca me miras a los ojos?

- No es bueno mirar a un Uchiha a los ojos ¿O si? - Respondió con un ligero desafío, alzando los ojos al notar que era cierto que no le había estado viendo.

- No, no lo es - Al menos seguía lo bastante relajado como para seguirle el juego - Pero no debes evitarlo, no tengo intenciones de usar el Sharingan contigo, ya te lo he dicho. Solo espero a que respondas.

- ¿Porque te importa tanto que no respondas a tus preguntas? - La idea le resultó de lo más irónica - Tu nunca contestabas ninguna de las mías al inicio y no por eso te andaba fastidiando.

- Pero si te quejabas - Le recordó, ¿Como podría olvidar esos momentos? Las quejas del artista eran casi lo último que pensaba antes de irse a dormir, a veces incluso sonreía por las ocurrencias que tenía al momento de insultarle - Y bastante.

- Vale, quejarme es lo mío y ser insistente es lo tuyo. Lección aprendida por el día de hoy. Ahora debo irme - Su impaciencia era de todos menos coherente para el Uchiha.

- ¿Tanto te cuesta responder?

- ¿Justo ahora? - Hizo como si lo pensase y sonrió con sorna - Si.

- ¿Podrías al menos...?

La paciencia no le dió para más.

- En el nombre de Kamisama, solamente me tengo que ir. Ya te lo explique. Mañana puedes preguntarme lo que quieras, pero por el amor al arte, Uchiha ¿Tan difícil es dejar que...? - Su línea de reclamo dió un choque super tremendo. Su lengua enredándose en el mismo segundo que le observó alzar las cejas. Sus ojos abiertos contrastaban a la perfección con su cara de "No acabas de hacer eso..."

Maldición.

- ¡Eh!

Fue inútil, estaba con la espalda contra un árbol antes de poder parpadear, contemplando en toda su gloria la perfección de su rostro pues estaba tan jodidamente cerca de su cara que era casi imposible no verlo, o al menos por un segundo, el resto se volvió bastante oscuro cuando inevitablemente cerro los ojos y sintió esa boca moverse de nuevo contra la suya.

Había olvidado por completo esa nueva manía que el Uchiha tenía para que le llamase por su nombre y esa para nada disimulada advertencia de no decir su apellido, pero tampoco es como si el castigo le molestase demasiado.

Trato de hablar en una pausa para respirar, pero no le dió tiempo. Le tenía encapsulado en un sinfín de continuos e intensos besos que no le daban espacio ni para pensar en lo más básico, como que ya no estaba recostado contra ningún árbol, de hecho estaba muy derecho y plantado sobre sus dos pies. Tampoco notó que se habían movido más hacia el frente, despegandose de cualquier superficie y solo estando de pie pegados al cuerpo contrario. Ni mucho menos que ahora también le correspondía con la misma intensidad que la suya... besar sus labios siempre había tenido una reacción automática en el. Como si tuviera la llave maestra que hiciera a toda su cabeza girar, y su cuerpo se lanzara al vacío con él.

Estaban demasiado juntos para su estabilidad mental, y eso era en parte su culpa pues le tenía muy bien sujeto de la capa, era una lastima que ahora sí tuviera una camisa debajo.

- ¿Que no te dije... - Murmuró Itachi sobre su boca - que me llamases por mi nombre?

- Lo se.

- Estoy empezando a creer que lo haces a propósito.

- Puede... - Sonrió un poco con cierto tono juguetón antes de sacudir la cabeza - La verdad no, no lo hago intencionalmente, solo es la costumbre.

- ¿Costumbre, eh? - Unos dedos se deslizaron por la línea de su cadera - Es urgente que cambies esa costumbre.

- Lo encuentro muy difícil si me sigues tratando así - Su nariz se puso roja a la velocidad de un rayo ¿Que coño le pasaba a su boca hoy? ¿Se había tragado una pastilla de sincerotamol o que?

Los ojos de Itachi se iluminaron.

- Dei...

- Deidara, Uchiha.

La única manera en que la separación de esos dos hubiera sido más brusca es que fueran estrellado la espalda contra paredes opuestas, porque el tremendo bote que pegaron hacia atrás cuando apareció su líder fue violento. Bueno, más Deidara que otra cosa, la verdad era que el Uchiha se lo había tomado casi con tranquilidad, retrocediendo dos pasos con elegancia. El rubio no, el se había ido de culo como la jirafas recién nacidas con las patas escuálidas.

Pain les sondeo a ambos con sus ojos penetrantes antes de fijarse en el mayor.

- Tardamos un poco con tu equipo, pero ya tenemos tus asignaciones para la cacería de los bijuu. Konan tiene las indicaciones para Kisame y para ti, debes ir a reportarte.

- De acuerdo.

- Y no olvides el favor que les pedí a todos de avisarle a Hidan si lo ven - Pain se veía de lo más fastidiado - Se ha fugado de nuevo a uno de sus templos para rezar. Si no aparece en dos horas y de usar genjutsu se trata, has lo necesario para traerlo a menos que su compañero no pueda hacerlo sin abstenerse de partirle en pedazos.

En silencio, el Uchiha asintió.

- Iré a por los demás a darles sus indicaciones - Giró la cabeza a un lado - Deidara, tu compañero tiene toda la información que necesitas, ve e infórmate. Les hace falta, recuerda que son los primeros.

- Hai.

- Sasori está en el patio de entrenamiento, trata de recordarle que no deje resquicio de sus venenos por ahí. No quiero a nadie intoxicado, mucho menos ahora.

- Vale.

Les echo una mirada algo sospechosa a ambos más no le dió demasiadas vueltas al asunto, tenía muchísimo que hacer y aunque su intuición le decía que allí había algo extraño, tenía que dejar que Deidara arreglase las cosas por su cuenta.

Al irse el líder, Dei suspiró, al parecer iría a hacer lo que desde un principio fue su intención.

- Seguiremos hablando luego - Casi sono como un advertencia aunque la verdad no lo era. El rubio sonrió amplio por ello.

- Ya lo sé, no me podría escapar ni aunque quisiera.

- Bueno, es una suerte de que no quieras.

Compartir esa mirada cómplice se sintió como un soplo de aire fresco en medio de la turbulencia que era su relación.













OoOoOoOoOoOoO










Caminaba a paso algo rápido para encontrarse con su compañero cuando otra figura le dió alcance con rapidez.

- ¿No que tenías mucho trabajo? - Dijo Deidara con diversión al verle caminando junto a él.

Pain, que andaba mucho mejor espiritualmente en esos últimos días, río con gracias antes de darle un empujoncito.

- Si tengo, y demasiado, la verdad - Suspiró con algo de cansancio - Las cosas están muy revolucionadas últimamente, apenas tengo espacio para nada.

Deidara alzó una ceja.

- Y sin embargo aquí estás.

- Técnicamente voy de camino a una reunión, esto es solo un ligero desvío - Tenía en su rostro esa tierna expresión de un niño que hace travesuras - Tenía que aprovechar para hablar contigo.

- ¿Conmigo? - Ladeó la cabeza - ¿Porque?

- Por tu asignación, espero que no te moleste que te haya puesto al Jinchuriki del Ichibi, se que podrías encargarte sin problemas del demonio de cuatro colas, incluso el de cinco, pero tenía que considerar los factores.

Sumamente interesado por esa información que no había recibido en su primera vida (Por lo general ese Pain solo era más del plan "Vas porque yo lo digo") se le acercó un poco más.

- ¿Cuales factores? ¿La arcilla, tal vez?

- En parte - Y procedió a utilizar ese tono regio que le distinguía como jefe - Verás, de la información que tenemos de ese chico es que tiene una defensa perfecta, y me pareció el mejor de los retos para ti, dado que también puedes volar y que tus explosiones destruyen todo lo que tocan, sería un buen entrenamiento ver si podrías traspasar esa barrera, aunque yo no lo dudo - Le sonrió - Aparte de que es en la aldea de la arena, tu ya has ido una vez de misión y tu compañero nació allá, entre ambos podrían terminar el trabajo más rápido que cualquiera.

Decir que se sentía orgulloso y ¿Porque no? Algo petulante, era quedarse corto.

- Si soy tan bueno no entiendo cómo creíste que me molestaría - Comentó el artistas cruzado de brazos.

- Porqué es un reto, si, pero demasiado sencillo. De todas maneras no te preocupes, te encargaré para que vayas por otro contenedor, solo déjame planearlo todo.

Escucharle decir que era lo suficientemente bueno como para ir por desafíos más grandes ablando su corazón. Cierto, nunca dudaba de su fuerza, pero era lindo tener a alguien que te lo recordase, y más cuando esa persona era tu líder. Lo único que de verdad le entristecía era el que no podría hacer las misiones, no es que no quisiera escaparse, tampoco quería matar a nadie. Es solo que lamentaba un poco no poder demostrarle que no se equivocaba con él, aunque por lo visto no hacia mucha falta.

- ¿Estás bien? - Pain se preocupó un poco al notarlo algo decaído.

Sonrió como pudo.

- Si, solo es el cansancio.

- Cierto, también por eso no quería darte el primer contenedor, es muy pronto y tú has tenido muchas misiones en estas semanas - Estiró la mano para envolver la suya con cariño - Descuida, podrás descansar después de que termines, y tendrás un intermedio de unas dos semanas antes de que vayas a buscar al siguiente.

La mano entrelazada con la suya, el tono de ciega confianza y lo relajado de su porte formaban una imagen sorprendente, mucho mejor incluso de cómo era cuando entrenó con él por primera vez. Verlo así, más feliz y sin estresarse tanto fue algo que también le hizo feliz a él.

- Oye, no me consientas tanto - Habló con fingido reproche - Me voy a lucir allá, ya lo verás.

- De seguro que si.

No tuvieron nada más para comentar, de todas maneras ambos estaban agotados en muchos niveles, tanto físicos como mentales, e incluso emocionales, pero disfrutaron de la sensación que fue caminar por esos senderos de la base tomados de la mano. A esa hora todos deberían estar comiendo, de modo que pudieron disfrutar de su breve momento de privacidad sin problemas.

- Ve - Soltó el pelinaranja al llegar cerca de la zona de entrenamiento donde el pelirrojo estaba. Con algo de pesar soltó también su mano - Ah y Dei-kun...

Deidara, que estaba a punto de entrar, se giró para verle.

- ¿Si?

- Patealo por mi, ¿Quieres? - Pidió en un tono humorístico algo negro pues para nadie era un secreto que detestaba a su compañero, e inevitablemente el rubio soltó una carcajada.

- Cállate, Yahiko.

Pain esbozo una amplia sonrisa de quién no rompe un plato (Solo le faltaba la aureola en la cabeza) y se marchó a su reunión con la mente más tranquila y el corazón algo acelerado, amaba cuando Deidara le llamaba de esa forma. Realmente le gustaba mucho.

¿Y porque no? A Deidara igual.













OoOoOoOoOoOoO















Entrar al patio de entrenamiento fue toda una sensación, comenzando por el hecho de que era la primera vez que entraba, pero era un lugar grande y llamativo. Era una tristeza que no pudiera explotar muchas cosas o podía destruir la construcción, ese lugar era más para ataques no tan destructivos como los suyos.

La regla era que podían entrenar allí solo con la condición de no destrozar en pedazos la nueva base. A Sasori parecia valerle cuatro hectáreas de verga, sin embargo. Sus marionetas se movían con rapidez y precisión, rompiendo árboles y levantando escombro.

Una de ellas fue a atacar a un inocente helecho cuyo único pecado fue haber crecido justo en frente de la ira del Akasuna, cuando la cabeza del muñeco cayó hacia adelante, estrellándose en el suelo.

- ¿Mmm? - Extrañado, observó el hilo recién roto y el Kunai enterrado en una de las paredes.

- Muy bonito, pero siguen siendo muñecas de trapo.

Sasori se giró, observó la sonrisita de su compañero, y a pesar de la incomodidad que sentía por la reciente pelea, no pudo evitar sonreírle cuando notó que Deidara andaba de muy buen humor.

- Tus esculturas son de arcilla de mala calidad y yo no te digo nada - Su teoría de ver si todo estaba bien fue comprobada cuando su compañero puso una cara de desafío.

- Oh, no quisiste decir eso...

- ¿Porque? - Su ego subiendo - ¿Te vas a enojar?

- Mejor aún.

Metió ambas manos en los bolsillos donde guardaba su arcilla y sus bocas hicieron el trabajo de tragarla para empezar a moldear. Con una cara autosuficiente alzó la barbilla, retandole con la mirada.

- Voy a pelear contigo - Su tono decisivo le saco un bufido de fingida molestia a Sasori, pero acomodó a sus marionetas igualmente - Y pienso aplastarte.

Lo quisiera o no, no pudo evitar sonreír ancho.

- Te reto a que lo intentes.

- Que no se te suban los humos, fosforito.

- Que no se te queme el cabello, rubia.

No fue necesario ni decirse nada más. Entre el calor de la batalla y su necesidad de probar su arte dejaron atrás cualquier problema que tuviesen.

Al fin y al cabo, seguían siendo buenos compañeros.

Una figura encapuchada observaba a una distancia prudente el desenlace artístico de poderes, por mera curiosidad había terminado en esa ubicación ya que no sabía en donde podía estar el grupo de Akatsuki después de haberse mudado de su primera base, y que sorpresa había sido para él encontrarse justamente con la persona que buscaba. Se sentó en una rama con soltura, tenía todo casi listo. El único ojo visible entre la oscuridad de la capucha giró hasta que el negro se mezcló con un rojo sangre.

El Sharingan brilló ansioso, así como su portador.

- Te encontré.



























Continuará...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).