Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Inevitable Destino (Resubido) por Menma_Lightwood

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Resubiendo!

14 de abril de 2020
Martes, 11:14 p. m.

Historia 1.05


"Ayyy... Carajo" No pudo evitar pensar Deidara cuando Konan apareció en el umbral de su puerta diciéndole que Pain requería de su presencia.

Es que se lo veía venir, él nunca tenía tanta suerte. El hecho de que Pain no le hubiese acorralado en los últimos dos meses solo era prueba de que hasta los dioses se aburren de joderle la vida a la gente de vez en cuando. Había tenido la ilusión de que algún otro pobre desgraciado había acaparado la atención de su mala fortuna, pero sus expectativas murieron en el minuto exacto en que tocaron su puerta. Nadie iba a visitarlo nunca, así que a menos que hubiesen matado a alguien, lo que sea que le fueran a decir sería malo.

Pero se equivocó.

¡Fue peor!

Ahora tenía que ver cómo se las arreglaba para mantener el líquido en su vejiga y lucir tan serio y desafiante como él sabía hacerlo. Claro, siempre procurando no pasarse de la raya, de seguro que si seguía esos parámetros y se comportaba de manera decente salía ileso.

Si, claro...

Estaba jodido.

Estaba caminando con pesar hacia su devastación cuando un borrón negro a su izquierda llamo su atención.

- No estoy disponible para entrenar ahora... - Pero tarde se dió cuenta que se había equivocado de persona. Ese definitivamente no era su compañero - Ah, disculpa Uchiha, pensé que eras...

- Si, me lo imagino - Le interrumpió con esos modales típicos de un Uchiha - ¿A dónde vas?

- ¿Porque te importa?

No quería sonar rudo, pero desde que había descubierto la razón por la cual cada quien actuaba como actuaba, se sentía desconfiado.

- No lo hace, solo es curiosidad.

Bueno, por lo menos el Uchiha no había cambiado mucho que digamos.

- Voy a ver a Pain - No supo sí fue su cara o su aura depresiva, pero consiguió que el Uchiha le mirara extraño - ¿Que?

- Nada.

Y siendo tan cortante como solo el sabía hacerlo, siguió su camino.

Pero como daba la casualidad de que iban para la misma dirección, le siguió de cerca hasta que les tocó separarse. El iría a la derecha, a la sala principal de reuniones que era una extensión del enorme cuarto que tenía el líder para el solo, e Itachi... la verdad no supo para donde iría, pero lo cierto es que para la derecha no era.

Como siempre, se despidió de él sin esperar respuesta y caminó hasta llegar a la puerta.

- Deidara.

- ¿Mmm?

El azabache le había interrumpido justo cuando puso la mano en la perilla.

- Ten cuidado. - No era la típica advertencia que se le da a alguien cuando quieres arrancarle la cabeza, sino mas bien cuando quieres evitar que otro se la arranque.

Raro.

- Claro... - Asintió y entro de una vez por todas a la bendita habitación.

Un segundo después se preguntó si debió haber tocado la puerta, capaz y le encontraba en algún momento privado. Pero como ya era imposible cagarla más de lo que la había cagado con Pain, eligio no pensar en eso y adentrarse a la sala. La habitación era oscura, no es como si hubiera esperado menos, pero apenas y se filtraba algo de luz natural por la abertura principal que actuaba como balcón. El resto era muy al estilo gótico con algo de realeza.

- Fuiste puntual - Le felicitó una voz proveniente de una esquina.

- Suelo serlo la mayoría de las veces... - Miró hacia todas partes, pero a primera vista no encontró a nadie.

- Aquí, chico - Habló apareciendo de la nada en una esquina - Un ninja astuto puede aprovechar la oscuridad para protegerse, me gusta esta habitación por eso.

- Aha...

Pero mientras Pain se distraia parloteando sobre ninjas y oscuridades, él estaba muy ocupado mirando el cuerpo perfectamente formado que hace tiempo que no veía. Su líder estaba usando unos pantalones que daban a entender que estuvo durmiendo, el cabello lo tenía alborotado y el resto de su ser estaba al descubierto porque no tenía puesta la capa, o una camisa, o zapatos...

Se dió una patada mental para concentrarse, se había hecho un juramento y no caería tan fácil.

Pero vamos...

Así a cualquiera le costaría no abrirse de piernas.

- ¿Que querías hablar conmigo? - Pregunto Dei queriendo ir directo al punto.

Pain le miró por unos segundos antes de tomar asiento en un sofá.

- Me gustaría que retomaramos nuestra conversación de la última vez.

Puta vida.

Deidara tomó asiento en el sofá de enfrente y se obligó a adoptar una postura que no se viera desafiante, pero que tampoco lo mostrara indefenso.

- ¿De que quieres hablar exactamente?

El pelinaranja sonrió.

- No estés tan tenso, chico. Solo quiero aclarar las cosas.

- A mi manera de ver no hay nada que aclarar, me dejaste todo más que claro y yo te dije que lo aceptaba.

- Es diferente ahora.

- ¿Porque?

- ... - El varón se quedó en silencio un momento hasta que entrelazó los dedos y recargó allí su mandíbula -... ¿Hay algo que me estés ocultando?

- No - Respondió a la primera - ¿Sospechas que te escondo algo?

- He recibido información de que alguien está intentando averiguar sobre nuestra organización, y me parece que recibe ayuda desde adentro.

Deidara espero unos segundos, y como vio que Pain no pensaba proseguir, rodó los ojos.

- ¿Y? ¿Piensas que soy yo?

- Te he visto más activo estos últimos dos meses, entrenas más seguido y te has vuelto más poderoso... - La mirada se hizo un poco más inquisitiva - Eres el único que se ha destacado estos meses, solo me preguntaba el porque.

- Déjame ver si entendí - Se tocó la cien con dos dedos antes de mirarle escéptico - ¿Tú motivo para sospechar de mi es que tengo iniciativa para dejar de ser el más patético de este grupo?

- No, dudo de ti porque entrenas como si te estuvieras preparando para algo.

- ¿Algo como que?

- Algo como revelarte, quizás deshacerte de algunos de nosotros y escapar lejos de aquí.

Dos palabras.

Maldita. Sea.

No es como si las posibilidades de que alguien empezara a sospechar de su comportamiento distante y enérgico fueran nulas. Es solo que cuando pensaba que se podía dar el caso, era el Uchiha quien aparecía en su mente como el instigador, pero como al fin y al cabo tenía como recurso su odio hacia el, podía elaborar un plan de escape muy fácil.

Con Pain, sin embargo, la situación habría sido bastante complicada de no ser porque fue él mismo el que le proporciono la excusa perfecta.

- Para lo único que entreno es para evitar que me ataquen por la espalda y me ahorquen - Espetó a la defensiva - No es agradable.

Por primera vez desde que llegó, el líder de Akatsuki desvió la mirada con algo similar a la incomodidad en los ojos.

- Cierto, en cuanto a eso... lamento si fui algo rudo, pero era necesario.

- No necesito tus disculpas, Pain - Era mejor ser un sincero cruel antes que un amable hipócrita - Habíamos quedado en que te obedeceria y eso he hecho, punto final.

- Y me parece perfecto - Estuvo de acuerdo el Akatsuki - Pero de igual manera para evitar problemas me pareció que lo más aconsejable sería pedir disculpas. Las riñas no son buenas en un equipo.

Aún no podía creer que ese hombre enserio se creyera que ellos eran un equipo.

- Como tú lo digas - Dijo el rubio con desgana - ¿Ya me puedo ir?

- Si, pero debes saber que te estaré vigilando.

Deidara dejo correr unos segundos para verificar que no era una broma. Y cuando lo hizo, sus pretensiones de comportarse se fueron a la mierda.

- ¿Va enserio? - Exclamó sin poder creerselo - ¿Lo único que hago es tratar de superarme y tú automáticamente me tomas como un traidor? ¿Que es lo que quieres? ¿Que siga siendo el débil para que puedas sacrificarme como carnada cuando te convenga?

- Ese no es el punto ahora.

- No, el punto es que me desconfías de mi sin ningún motivo.

- Se me haría mucho más sencillo no desconfiar de ti si mantuvieras la boca cerrada, Deidara - Se sintió extraño escuchar su nombre después de tanto tiempo, pero se sintió mucho peor al ser pronunciado con tanta frialdad - Me desafias tanto que es imposible bajar la guardia contigo.

- En ningún momento te desafíe porqua quise, yo solamente te hice una simple pregunta y tú te lo tomaste tan a pecho que la única solución lógica que encontraste fue tratar de matarme - Se llevó involuntariamente una mano al cuello, aún le quedaban unas pequeñas cicatrices a los costados.

Fue raro, Pain puso una cara casi arrepentida, pero solo duró un segundo antes de que la escondiera tras su máscara de muerte.

- Si hubiera querido matarte ya estarías muerto, Deidara.

- Me da igual que si estaría veinte metros bajo tierra asando salchichas con Belcebú. En cualquier caso, yo tendría que desconfiar de ti.

- Soy tu jefe - Su tono de suficiencia subiendo - Tienes que confiar en mí.

- No confío en nadie de aquí, pero no porque sea un traidor, si no porque se de sobra que todos ellos me lanzarían de cabeza al agua para salvar su propio pellejo.

- Somos criminales peligrosos, así es cómo funciona. ¿Que esperabas?

- No esperaba nada, por eso no me apego a nadie - Aunque ciertamente se le estaba haciendo difícil en estos días. Bufó - La pregunta en realidad sería si tú esperas algo de mi, porque pareciera que intentas intimidarme para que me quede aquí, pero al mismo tiempo quieres eliminarme.

- Eso no es cierto, tu...

- Escucha, me han quedado más que claras la reglas - Soltó el de coleta, estaba cansado de dar y dar vueltas en el mismo sitio. Nunca obtendría nada de él, eso le había quedado más que claro - Vigilame dia y noche si es lo que quieres hacer... - Se levantó del sofá y se irguió - Pero no soy un traidor, y yo sé que tú lo sabes. Así que si quieres encontrar a quien te está jugando sucio, buscas en la dirección equivocada.

Y con toda su dignidad avanzó con paso firme hacia la salida.

Pain se levantó también.

- Aún no he terminado de hablar contigo.

"Pero yo sí" Gruñó en su mente, negándose a ceder. No respondió nada y continuó con su camino.

- ¡Deidara!

Estaba harto de esa conversación sin sentido, de modo que ignoro las advertencias a su espalda y siguió hasta tocar la puerta... pero se detuvo. No porque lo quisiera, sino porque sintió la presencia característica del peligro, por lo que solo alcanzó a voltearse para ponerse en pose de defensa.

Fue en vano, se topó cara a cara contra el poder de esos endemoniados ojos.

- Shinra Tensei.

"¡Maldi...!"

La fuerza de ese ataque pudo haberle hecho atravesar una pared, pero con lo que termino estrellándose fue contra el más grande de los sofás al otro lado de la habitación, justo donde el otro había estado sentado. Hizo una mueca, su cabeza golpeó el piso con fuerza. Intento incorporarse pero su cuerpo quedó en estado de parálisis cuando su líder se puso encima suyo, sosteniendo sus muñecas y obligándolo a mirarlo.

De cerca, el Rinnegan parecía brillar con vida propia.

"¿A quien coño se le habrá ocurrido darle poderes oculares a los de peor carácter?"

- De alguna manera siempre te las arreglas para que quiera matarte, Deidara - Le susurro bajito su atacante.

- Lo tomaré como un cumplido - Respondió con mucho esfuerzo, el poder era tan grande que le impedía hablar, era como si la energía le obstruyese la garganta.

- Sigue así y morirás ante de poder vencer al Uchiha... - Se acercó un poco más con cuidado - O a mí.

- Aunque me maten tu o el Uchiha mi espíritu volverá para joderles la vida, tenlo por seguro.

En lo que el pelinaranja se distraía riéndose de su chiste, aprovechó para cerrar sutilmente su ojo derecho para abrir y dejar al descubierto el ojo izquierdo que había entrenado para escapar de los genjutsus. Sintió su cuerpo de nuevo, pero antes de que pudiera liberarse a punta de unas buenas explosiones, unas palabras lo detuvieron en seco.

- Eres igual a él...

"¿A quien?"

Deidara se le quedó mirando con cara de confusión total hasta que Pain termino de cerrar el espacio entre ellos, bajando la cabeza para reposar la frente en su cuello.

Ay señor...

Eso era demasiada cercanía, hasta podía olerle el cabello desde ahí. De haber tenido piojos hasta podría haberselos contado.

- Eres idéntico a Nagato - Esa declaración le hizo abrir ambos ojos ¿Que él que? - Ambos son igual de tercos y les encanta llevarme la contraria...

- Pues de seguro como yo él tiene una buena razón - Contraatacó Dei, lo cual se le hizo difícil considerando que el cálido aliento de Pain le rozaba la garganta.

- Supongo, pero a diferencia de ti, él confiaba en todo el mundo, quizás por eso me aguantaba.

- Entonces no somos iguales - Respondió, sin importarle sonar frío - Porque yo jamás confiaría en alguien que cree que puede controlarme con amenazas.

- Mi intención no es asesinarte. Pero debo decir... que me intriga la idea de controlarte.

¿Eso era una indirecta o una incitación con algo más implícito debajo?

- Vete a la mierda, Pain - Gruñó - Además ¿Para que querrías dominar a alguien que consideras un traidor?

El pelinaranja se separó un poco para mirarlo a los ojos, estaba serio está vez.

- ¿Le diste o no información a alguien sobre Akatsuki?

- ¿Hasta cuándo vas a seguir con...?

- ¡Maldición, solo responde! - Gritó perdiendo la paciencia.

- ¡NO! - Le gritó de vuelta, levantando inconscientemente la cabeza para que ese idiota lo entendiera - ¡No lo hice!

Pain tragó saliva, se le notaba que no sabía si creerle o no.

- Si me estás mintiendo...

- ¡Que no, joder! ¡No fui yo! ¡¿Que más quieres que diga?!

Ambos se observaron molestos, furiosos y con el corazón a mil. Deidara estaba al borde de estallar por la ira, sentia como su saco de arcilla le llamaba a gritos para explotar algo y desahogar su rabia.

Hasta que de repente, sucedió algo rarísimo.

La expresión de Pain pareció perderse en el infinito por alguna extraña razón, y una vez que lo hizo, la marca distintiva del Rinnegan desapareció de los ojos de su portador, dejadolos igual que los de cualquiera.

"Sus ojos..."

Sus ojos eran miel, de un tono de marrón muy suave, jamás los había visto en su mundo. Y lo miraban con...

¿Como? ¿Curiosidad? ¿Anhelo? ¿Intriga?

Pero honestamente le sorprendió mucho más cuando notó que esos ojos junto con todos esos sentimientos revueltos se estaban acercando... y acercando...

Y...

"¡¿Ehhhhh?!" Su versión interna tuvo un espasmo.

Su cerebro sufrió una sobrecarga mental tremenda cuando sintió algo chocar con sus labios. Y para cuándo identificó que se trataba de Pain, ya le estaban devorando media cara.

Deidara no tenía palabras para describir lo que sintió en ese momento, tenía los ojos abiertos por la sorpresa y a su jefe encima suyo besándole como si no hubiera un mañana; Las cosas subieron de tono cuando sintió una mordida en su labio inferior, obligándole a cerrar lo ojos con un gemidito. No podía mentir, su líder era un buen besador, tenía una manera algo salvaje de moverse contra su boca que le dejaba sin aliento, apenas y tenía espacio para respirar antes de ser abordado de nuevo.

Supo que sus muñecas ya no estaban restringidas cuando una mano se adentró en su camisa, subiendo con agilidad desde su abdomen, y la otra se enganchaba en su nuca, ambas le causaban una sensaciones indescriptibles. Jamás había sido besado de esa manera tan pasional, se sentía tan diferente y carnal que solamente quería hundirse en el deseo y...

"¿¡Pero que mierda estás haciendo!?" Chilló su orgullo versión chibi con los ojos ardiendo en llamas.

"¿Ah?"

"¡Detente, coño! ¿¡Que no ves con quién estás!?"

Su ser lujurioso intento darle con la silla, pero su orgullo fue rápido y logró esquivarlo.

"¡Es tu enemigo, idiota! ¡Sal de ahí antes de que te perforen hasta el vacío en donde quedará tu dignidad!"

Esas palabras le hicieron abrir tentativamente un ojo, y comprendió la gravedad del asunto.

Estaba con Pain.

Su líder, el mismo bastardo que hace menos de cinco minutos le había acusado de traición y hecho volar por los aires sin miramiento alguno.

Ahí fue cuando nuestro rubio reaccionó, tenía razón, debía entrenar para huir lo más rápido y lejos de Akatsuki posible, no dejar que los trucos eróticos de esos dioses afectara su juicio.

Era hora de ponerle carácter al asunto.

En un movimiento rompió el beso y se incorporó para lanzar una de sus creaciones, generando una fuerte explosión en el pecho del otro que le hizo salir volando por la ventana. No sé detuvo para ver si volvía (Cosa que obviamente haría, estaba hablando de Pain) y salió corriendo como un desquiciado para encerrarse en su habitación.

Lo malo fue, que no era su habitación.

- ¡En el nombre de Satanás, Deidara! - Exclamó un sorprendido pelirrojo despertando con brusquedad de la cama. Tenía el cabello para todas las direcciones y los ojos algo hinchados - ¡Te dije que no entraras a mi habitación!

Perfecto, lo que le faltaba.

- ¡No lo hice adrede! - Se defendió con rapidez - ¡Pensé que era mi habitación!

- Pues déjame decirte que te comiste un piso, porque tu habitación está arriba - Se levantó y se acercó a él con cara de malas pulgas - Tienes suerte que estaba adentro, porque de otra forma tendría que raspar tu cadáver de las paredes.

- Ya, ya, lo siento.

Sasori echo la cabeza hacia atrás y parpadeó.

- ¿Que dijiste?

- Dije que lo sentía - Repitió distraído, aún mirando furtivamente hacia la puerta.

- De acuerdo ¿Que te paso?

Lo dijo como una broma, pero ahora que el titiritero se fijaba bien, Deidara lucía agitado, como si fuera corrido una maratón. Tenía los ojos bastante abiertos y hasta ahora se daba cuenta que estaba pegado a la pared como una garrapata buscando sangre y temblando como una hoja de papel.

- Deidara - Habló Sasori frunciendo el ceño - Enserio, ¿Que sucedió?

- Eh...

El sonido de unos pasos les hizo sobresaltar. Deidara estuvo peligrosamente cerca de considerar saltar por la ventana para salvarse, pero un cuerpo aplastandose contra el suyo le impidió moverse.

Ahora podía decir que estaba literalmente entre la espada y la pared.

O mejor dicho, entre Sasori y la pared.

- ¿Que haces? - Le preguntó mientras se removia como gusano con sal.

- ¡Chst! - Le chitó el pelirrojo en voz baja - Guarda silencio.

El sonido aumentó de nivel hasta que finalmente se detuvo... justo detrás de ellos.

- Sasori - Tocó la puerta tres veces una suave voz femenina que rápidamente identificó como Konan - Necesito que salgas.

- Estoy algo ocupado ahora - Contesto a cambio, sin despegarse del rubio, era como estar abrazados, solo que uno de ellos no devolvía el abrazo - ¿Que sucede?

- ¿Esta Deidara contigo?

Fue allí entonces cuando el artista entendió lo que su compañero hacia. Estaba usando su propio chakra para tapar el suyo, era como si lo desapareciera o lo hiciera invisible, porque de no ser así Konan ya hubiera sentido su presencia, en especial con lo buena que era esa mujer para rastrear. Era casi como cuando la chica se pone la camisa del chico para camuflar su olor, solo que versión Akatsuki on Fire.

- No, ¿Porque?

- Por nada - Aunque su tono de voz dejaba mucho que desear - Pero si lo ves, avísame. Pain tiene un par de asuntos que tratar con él.

El sonido de las pisadas se perdieron en el pasillo, y un minuto después, Deidara fue libre para suspirar con alivio.

- Eso estuvo cerca...

- No creas que lo volveré a hacer - Murmuró el más alto con fastidio - No me meteré en problemas con el líder por ti.

- Pues si no querías meterte en problemas no entiendo porque me ayudaste - Soltó Dei de mala gana - Te habrías economizado el tener que mentir.

Sasori estaba serio, pero no serio como cuando se conocieron (Es decir, la cara de culo) ni tampoco como cuando finge ofenderse. Esta seriedad era distinta, más... real.

- Te veías... algo agitado - Dijo al fin - Nunca pensé que te vería así, siempre te ves muy seguro. Digamos que actúe sin pensar.

- Bueno, no creas que pasara de nuevo - Le advirtió el rubio, intentando salvaguardar lo último de orgullo que le quedaba - Me tomaron desprevenido, es todo.

- ¿Quien? ¿Pain?

- Si, Pain - Repitió con sarcasmo - No lo digas, ya lo sé, pero los problemas me persiguen.

- Y vaya que son grandes esos problemas - Se burló - Estarás muerto si sales ahora, será mejor que esperes a que las cosas se enfríen. Así por lo menos quedará algo de ti que Kakuzu pueda coser.

- Ja ja - Rodó los ojos con sarcasmo - Muy gracioso.

- Gracioso o no es la verdad - Se encogió de hombros y camino hacia su cama. Una vez sentado allí señaló el closet - Hay una manta en ese armario. Tómala, puedes usarla por hoy.

Deidara ladeó la cabeza.

- ¿Para que?

- ¿Como que para que? - Sasori le arrojó directo al pecho algo similar a un colchón pequeño que el rubio atrapó - Pues para dormir.

- ¿Que? - Un poco más y se le resbalaba su nueva cama de las manos - Oye, no es por nada pero yo no pienso...

- Mira - Alzó las manos - Es de noche y quiero dormir, puedo estar de humor para apoyarte hoy, pero si sales por esa puerta y te liquidan no pienso intervenir. Así que aplasta tu trasero en ese colchón y duérmete, antes de que me arrepienta - Y sin más que decir, se acostó en su cama, se subió la sábana hasta los hombros, le dió la espalda y se quedó quieto.

No estaba dormido, pero Deidara captó la indirecta.

Sin más opciones estiró el colchón en el suelo y se sintió con suerte de ser bajo, porque cabía perfectamente en el. La famosa manta de la que hablo Sasori era gruesa y cómoda, por lo menos compensaba un poco lo desgastado de su cama temporal.

- Oye...

- ¿Hmm?

- Gracias - No era fanático de hacerse el bueno, pero era necesario en ciertas circunstancias.

Su Danna suspiró para darse la vuelta y mirarle desde arriba.

- Merezco más que un gracias ¿Sabes? Salve la virginidad de tu trasero hoy.

Deidara soltó un largo y dramático resoplido que al otro le dió risa.

- Por el amor al arte Sasori, ¿Hasta cuándo vas a insistir?

- Hasta que lo aceptes - Rió el otro, antes de volverse serio de nuevo - Pero... no hay de que. Además, pudo irte peor.

- ¿A qué te refieres? - Sinceramente no sabía cómo las cosas podrían haber salido peor.

- No se si te diste cuenta, pero te hubieras equivocado de habitación aún estando en tu piso.

Deidara alzó una ceja.

- Claro que no.

- Entraste en la segunda puerta, no a la tercera - Y con algo más de paciencia, especificó -: Mi habitación no está debajo de la tuya, Deidara, te comiste un número. Pero digo que pudo ser peor porque si hubieras hecho esa gracia en tu piso habrías terminado en la habitación del Uchiha.

Oh... no lo había pensado.

Habían tres habitaciones por cada piso, él vivía en el último y lo compartía con Kakuzu y el Uchiha. Su habitación era la última, por eso no entendía como se le pudo haber pasado.

- Entonces me salve de una buena - Sonrió nervioso - Eso habría sido incómodo.

- Y que lo digas, nadie ha entrado a esa habitación más que él mismo, y no creo que quieras perder ese virgo guindado en una cruz.

"Y dale..." Ya no hallaba para donde tirar los ojos del fastidio que sentía.

- Lo prefiero allí que contigo.

- ¿Eso significa que entonces si eres virgen?

- Ah, pudrete - Farfullo arropandose hasta la cabeza y dandole ahora la espalda - Buenas noches.

Esperaba una burla, un chiste malo sobre su pureza o su mal sentido del humor en las madrugadas, pero sólo consiguió silencio, y un minuto después, un suave suspiro antes de escucharlo acomodarse para dormir.

- Buenas noches, Dei - Le oyó murmurar, pero el sueño le venció antes de poder responder.










OoOoOoOoOoO









- Disculpa ¿Que? - La boca de Deidara apenas y se cerró para poder hablar, porque su cuerpecito no podía con la impresión.

Konan se mantuvo impasible.

- Pain mando a decirte que cuando volvieras te prepararas para una misión larga. Irán a la aldea de la arena y harán reconocimiento.

Esperaba una muerte lenta, dolorosa, desastroza. O por lo menos una muerte a secas, pero ser enviado de misión fue lo último que se le hubiera ocurrido; Aunque bueno, a lo mejor y lo quería lejos para abstenerse de matarlo con sus propias manos, pero aún así el asunto seguía siendo raro. A él muy pocas veces le llegaban a considerar en su mundo para muchas misiones.

- Yo podría ir - Dijo con cuidado - Pero Sasori no es muy bueno para el reconocimiento, nosotros somos mejores en ataque directo.

- Ya lo sabemos, y es por eso que no irás con él.

Ya decía él que algo no le estaba cuadrando.

- ¿Entonces con quién voy a ir? - Pregunto aún sorprendido.

Más allá de responderle, Konan se fijó en algo detrás de él y asintió. Deidara solo pudo rezar con fuerza para que no fueran Hidan o Kisame, esos dos sí que podían darle que hacer en el camino con sus burlas y tenía suficientes traumas mentales por ahora.

- ¿Todo listo? - Pregunto la mujer Akatsuki con su típica cara de póker.

- Si - Respondió una voz demasiado familiar, provocando que sus ojos casi abandonen sus cuencas.

Oh no.

Oh no no no no ¡No!

¿¡Porque Yisus porqué!?

"Ya sabía yo que se me había olvidado rezar por alguien"

- Muy bien, los esperamos en una semana, esperamos que todo salga según lo planeado - Se dió la vuelta y miró a cada uno por turnos - Uchiha, Deidara - Y entonces se desvaneció en millones de papeles.

- No puedo creerlo... - Susurro abatido.

Una sombra alta y arrogante le pasó por un lado sin detenerse a mirarlo ni un segundo.

- ¿A qué esperas? Vámonos - Cuando no los Uchiha utilizando ese tono que hace sentir al resto de la población mundial como esclavos - Mientras más rápido terminemos mejor.

Okeeeey.

Un par de respiraciones más tarde el rubio se obligó a ser positivo, quizás el Uchiha no fuera Sasori, con él no podría hablar, pero por lo menos las cosas serían eficientes y algo podría aprender.

Si... no tenía de que preocuparse.

Todo saldría absoluta y definitivamente bien.

















Continuará...

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).