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¡CAMBIARÉ EL DESTINO DEL VILLANO! por ami4alice

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Notas del capitulo:

¡Hello! 

Vuelvo a subir los capítulos porque hubo un error... Lo siento.

Espero disfruten mejor ahora. <3

Mahiru sin poder evitarlo, al entrar en la habitación de la pareja real, tiró un par de cosas que se encontraban sobre una mesa al piso. Estaba molesto, irritado, muchos malos sentimientos comenzaron a invadirlo de golpe, haciéndole recordar a su viejo ser. En ese momento lo único que podía pensar es en eliminar a alguien, romperle cada uno de sus huesos mientras escuchaba sus gritos de dolor. ¿Cuál era el motivo de sentirse así? Solo había una única respuesta, Hikari no había vuelto a aparecer.

Últimamente el chico desaparecía sin que alguien se lo esperara y completamente al azar, logro sobrellevar esa situación debido a que Hikari volvía a aparecer, pero tal parecía que el chico había desaparecido de nuevo y aun a esas altas de la noche seguía sin aparecer. Por ese motivo se encontraba increíblemente molesto y decidió solo encerrarse en su habitación, por lo menos quebrar cosas no le pasaría factura en cuanto a la moral. Ver esa gran cama completamente vacía solo hacía que sus malos pensamientos siguieran creciendo.

La impotencia que sentía por el hecho de que aun a pesar de tener todo el poder del mundo no pudo proteger a la persona que más le importaba, lo estaba matando lentamente. Para qué servía tener tanto poder si no podía mover un solo dedo para proteger a los demás, primero su hermana pequeña, luego su amante. Mahiru estaba repitiendo el patrón que hizo hace muchos años atrás y estaba comenzando a odiar al mundo mismo por todo lo que le estaba pasando. Se sentó en el borde de la cama para tratar de calmarse un poco, dejando escapar un largo y pesado suspiro.

Se sentó recto mirando a su lado, el cual se encontraba completamente vacío, tocó con su mano aquel lugar sintiendo como algo dentro de él se iba rompiendo lentamente. Antes había podido soportar esa inmensa soledad, pero ahora sentía que se le hacía demasiado grande. Una parte de él estaba molesto con Hikari, debido a que este entró en su vida y corazón, provocando que se sintiera vulnerable, aunque al final, simplemente no podía verdaderamente odiar a su esposo.

Se dejó caer sobre la cama, lo mejor es que dejara de pensar o seguía yéndose por un camino tenebroso y espinoso. Cuando estuvo acostado pudo ver a aquel horrible peluche que le regalo a Hikari, le había dado otras cosas a parte de ese obsequio, pero el que permanecía a su lado todo el tiempo se trataba de aquel feo peluche, según Hikari era especial ya que fue el primero regalo que le dio. Tiró de él para acercarlo y mirarlo un instante, en serio que este estaba mal hecho. Suspiro, antes de notar que parecía sobresalirle algo, se sentó para poder revisarlo mejor, notando que se trataba de un papel que tenía metido en una de sus costuras.

Sacó aquel papel preguntándose lo que podría ser. Dejó de lado el peluche para poder desenrollar el trozo de papel, leyendo lo que había escrito. Sin poder evitarlo sonrió por reflejo, realmente que Hikari lo conocía demasiado bien para dejar esa clase de mensaje en el peluche que le regalo. En ese papel había escrito una corta frase, que seguramente iba dirigida a su persona, dejó el papel al lado del peluche para respirar hondo un par de veces, tratando de calmarse. En aquel papel lo que se encontraba escrito fue una corta frase.

Respira profundo y mantén la cabeza fría, que nada harás alterándote de más

Una corta frase que venía como anillo al dedo.

Mahiru decidió relajarse para poder pensar mejor las cosas y así buscar al otro con la mente fría, pensaría mejores cosas si calmaba por un momento sus sentimientos. Por los momentos decidió prepararse para dormir en aquella gran cama solo, le tocaría por esa noche hacerlo, lo vería como una prueba que cuando Hikari apareciera haría que lo compensara. Se fue a dormir tratando de aligerar la carga en su cabeza, graciosamente logro dormir cuando tuvo al horrible peluche a su lado.

Amaneció y el momento de ponerse en marcha en cuanto a lo que tendría que hacer llegó. Se preparó como cualquier otro día, saliendo de su habitación hacia su despacho, tenía que preparar un equipo de búsqueda, para que fueran a las fronteras por si acaso el otro había aparecido más lejos de lo que antes había hecho. También decidió dar un aviso al pueblo por si alguien lograba verlo, estaba seguro que los demás lo ayudarían a encontrar a Hikari, porque él no era el único que consideraba importante a ese hombre.

Su caminó al despacho se vio interrumpido.

-¡Mahiru!

De nuevo la chica molesta hacia acto de presencia.

-¿Qué quieres? No tengo tiempo para ti.

Por primera vez Mahiru apartó a Carol de forma algo brusca, no tenía tiempo para ella, había mejores cosas en las que centrar su atención. Carol rió un poco, antes de hacerse la desentendida y sin más tomarlo del brazo.

-Está bien, costara un poco liberarte del hechizo, pero volverás a la normalidad pronto.

Mahiru enarcó una ceja, sin entender lo que esa chica estaba hablando. Trató de soltarse del agarre que le estaba haciendo, pero la chica insistió más en apegarse a él. Trató varias veces y quiso ser paciente con aquella chica con problemas, pero al notar que sin importar lo que hiciera no le dejaba en paz, terminó por sobrepasar su límite. Él tenía que concentrarse en encontrar a Hikari y ahí estaba, tratando de despegarse a esa plaga. Mahiru había sido demasiado paciente con la chica, pero todo tenía un límite, más aun cuando se había cansado de decirle que se alejara, así que sin siquiera pensarlo mucho, apartó la chica con más brusquedad, causando que se golpeara contra la pared.

-¡Auch! –se quejó ella -. Mahiru, eso dolió…

Aun en esa situación, la chica siguió teniendo esa actitud.

Mahiru se enojó mucho más, al punto en que pateo con fuerza la pared al lado de la chica, haciendo que esta se viera fracturada, había usado algo de su fuerza en ese golpe. La chica se vio sorprendida, nunca antes Mahiru había actuado de forma agresiva con ella, es más, eso jamás se describió en la novela. Lo que Carol no se daba cuenta es que en ese punto, muchas dejaron de ser como en la novela original. La chica no pudo evitar temblar ante la terrorífica expresión que le mostró Mahiru.

-Yo… He sido paciente, muy paciente… -inició -. Creí que si hablaba contigo entenderías, pero parece que nada de lo que te diga te entra en la cabeza.

Mahiru quito el pie de la pared.

» Lárgate de mí vista o la próxima vez será tu cabeza la que golpee directamente… ¿Entendido?

-¡No puedo! –grito Carol -. ¡Tú debes amarme a mí!

-¿Amarte?

No pudo evitar soltar una risa irónica ante semejante estupidez.

» Dime… -continuó para afilar su mirada -. ¿Hay siquiera una razón para amarte?

Carol tensó sus hombros un poco ante aquella pregunta.

-¡Por supuesto que sí! –dijo eufórica -. Tú debes amarme porque soy yo la que te salvara a ti y a todos.

-¿Salvarnos? Realmente que lo único que sale de tu boca son estupideces.

-¡No! No, no, no… ¡Todos ustedes deben amarme a mí! ¡Yo soy la protagonista!

La tranquilidad en Carol se fue perdiendo con cada segundo que pasaba, no podía llegar a entender el motivo para que Mahiru no la estuviera amando. Ella había decidido salvarlo, impidiendo que se diera la traición que recordaba en la novela, pero nada de eso se había dado, más bien estaba siendo una completa extraña en aquella historia que se estaba llevando a cabo. Carol no podía permitir que su mundo se derrumbara.

-Entiende una cosa –dijo Mahiru acorralando a Carol contra la pared -. Tú no eres ninguna protagonista y no necesito que alguien como tú me salve.

-¡Debes dejarme salvarte! Yo soy la única que conoce todo tu sufrimiento.

Carol aligero un poco su expresión, llevando sus manos al rostro de Mahiru, pero este la sostuvo de las muñecas impidiéndole que terminar con su acción. Mahiru la miraba con tanta frialdad que le dolía.

-¿Conocer mi sufrimiento? Ya veo… Dime… ¿Qué has hecho realmente por mí?

-¡Ya te lo dije! ¡Yo te salvare!

-¿Salvarme de qué? –pregunto -. Además… Tus oraciones siempre son en futuro… ¿Quieres que te dé amor por algo que ni siquiera has hecho?

Carol se quedó sin palabras y al Mahiru notar eso, se apartó de la chica. Suspiro un momento pasando la mano un momento por su propio cabello.

» El amor, el cariño y el respeto no son premios para el mejor candidato, son cosas que se ganan a través de las acciones y tu... ¿Qué has hecho hasta ahora para ganarte el amor que tanto quieres?

La chica siguió sin soltar algunas palabras, ya que la clase de expresión aguda que le estaba mostrando Mahiru le dio un cierto pavor. Se supone que él debía tratarla dulce y amorosamente, pero nada de eso se estaba dando. Al notar que seguía callada, Mahiru siguió hablando.

»Hikari… -dijo viendo como la otra fruncía el ceño -. Él ha dado todo por mí sin pedir nada a cambio, bueno, me obligo a casarme, pero no me arrepiento de haberle hecho caso como un perro. Cada día estoy agradecido de estar casado con él. Lo amo y lo quiero a mi lado…

-¡No! ¡Tu…!

Carol retrocedió cuando Mahiru le dedico una mirada, temblando ligeramente. Mahiru se dio cuenta que la chica se encontraba asustada.

-Él nunca tuvo miedo de mi… -dijo acercándose al oído de la chica -. Así como tú lo estás teniendo.

La chica soltó un jadeo al momento en que todo su cuerpo tembló y cuando Mahiru se apartó, Carol se deslizó por la pared hasta dar con el piso, mirando con cierto miedo al otro chico.

» Si entiendes todo eso… -dijo él con una pausa -. No vuelvas a aparecer delante de mí nunca más.

El tono que uso le hizo entender que no bromeaba con aquella amenaza, se encargaría de cumplirla si ella llegaba a acercarse de nuevo. No agrego más nada y con la expresión que le dedico la chica se dio cuenta que había captado sus palabras. Se giró para abandonarla en aquel pasillo, había perdido tiempo valioso que pudo aprovechar para buscar a Hikari, no la perdonaría por eso, porque con cada segundo que pasaba su esposo podría estar en completo peligro. Mahiru se encargó de movilizar cada uno de sus recursos para poder encontrar a Hikari, no se detendría hasta hallar al chico.

Aun si tenía que buscar en el centro del mundo, encontraría a Hikari.

.

.

.

Hikari finalmente despertó.

Al momento en que abrió los ojos se encontró sobre una cama que no era la suya, cuando decidió mirar su alrededor, se percató que se encontraba en una habitación solo con lo necesario para que una persona pudiera estar ahí. Busco a su alrededor y no había ni una sola ventana, solo una puerta que se imaginaba se encontraba cerrada. Trató de recordar lo sucedido, sintiendo un fuerte dolor de cabeza. Cuando decidió dejar la cama, se percató que estaba encadenado de una de sus piernas.

No se preocupó por eso, ya que podía usar su magia para liberarse y eso mismo fue lo que hizo, pero nada salió como lo planeo en su cabeza. Al momento de intentar aplicar algo de magia para romper las cadenas, esta tuvo una reacción muy diferente a la que esperaba, causando que Hikari recibiera un fuerte golpe de electricidad. Con eso se dio cuenta que aquellas cadenas estaban encantadas, así que sin importar lo que hiciera, se le iba a regresar y la verdad es que Hikari no deseaba auto lastimarse.

-Fue una buena idea colocarte esas cadenas antimagia.

Esa voz la reconoció de inmediato, dirigiendo su mirada a la puerta.

La puerta antes cerrada se encontraba abierta, mostrando a una persona que Hikari ya conocía muy bien. El tío de Mahiru se encontraba parado ene l umbral rascando su feo y desalineado bigote, con todo lo que estaba pasando Hikari se podía dar cuenta que la persona que todo el tiempo estuvo buscado se encontraba debajo de sus narices. Se odio por lo ingenuo que fue.

» Vamos, no me muestres esa cara… -dijo el hombre dando unos pasos hacia la cama donde estaba Hikari -. ¿Por qué no me muestras una de esas expresiones que le enseñas a mi sobrino?

Hikari no pudo evitar fruncir más el ceño ante la gran estupidez que estaba escuchando de parte de ese hombre, no podía creerse lo que estaba oyendo. ¿Qué se creía ese hombre para pensar así?

-Prefiero morir antes de darte algo.

Escuchó al mayor reír.

-Ahora entiendo el motivo por el que mi sobrino esta tan enganchado contigo.

-¡Tu…! ¡Aaah!

Hikari no terminó su frase debido a que el hombre chaqueo los dedos y de nuevo el efecto repelente de las cadenas se activó. De nuevo se encontraba en ese tipo de situación en donde su vida colgaba de un hilo demasiado delgado. Cuando creyó que todo estaba comenzando a funcionar, parecía que el destino lo golpeaba para volver a recordarle que seguía siendo una mierda sin piedad. Hikari no pudo evitar apretar los dientes.

-¿Aun sigues consciente? –escuchó la pregunta -. Tengo que decir que resistes bastante… Cualquier se hubiese desmayado al segundo golpe.

-Tendrás que volver a jugar sucio para lograr hacer que me desmaye.

Hikari estaba acostumbrado al dolor, por nada había logrado sobrevivir a dos vidas llenas de desgracias, aunque si le había afectado, provocando que su respiración estuviera algo agitada, si recibía un tercer golpe, le costaría mantener la consciencia. Llevó su mirada al otro hombre, notando como se sentaba en una silla que arrastro hasta la cama, si tan solo pudiera usar su magia o su fuerza, pero se sentía débil, aquella cadena hacia un excelente trabajo manteniéndolo bajo control.

-Vamos, no quisiera lastimarte –comento en un suspiro -. Eres una pieza demasiado buena para eliminarte, así que te tengo un trato.

Enarcó una ceja algo incrédulo de lo que estaba escuchando.

-¿Un trato?

-Sí –dijo en tono tranquilo -. A cambio de que te unas a mí, dejare en paz a Mahiru. ¿Qué piensas? Solo tendrás que ponerte de mi lado y Mahiru estaría a salvo. Es un buen trato…

En ese instante, en que ese hombre de bigote horrible le proponía eso, pensó en el momento de la novela en que Carol es engañada para que traicione a Mahiru. Seguramente así mismo se sentiría la Carol de la novela, lo otro que le causo curiosidad es el hecho de que él es quien estaba llevando a cabo ese evento en vez de Carol.

-¿Lo dejaras en paz definitivamente?

-Por supuesto, yo cumplo con mi palabra.

Ante la pregunta que hizo Hikari, el hombre sonrió levantándose de la silla y acercándose a la cama donde estaba el menor.

-¿No lo lastimaras?

-No… Y lo único que tienes que hacer es ponerte de mi lado. ¿Tenemos un trato?

El tío de Mahiru llevo una mano al rostro de Hikari, acariciando su mejilla un poco, antes de acercar su pulgar a la boca ajena. Lo miró fijamente, sintiendo que nuevamente había ganado, ya que ese mocoso parecía que aceptaría el trato, por lo menos eso fue lo que creyó en un comienzo. De pronto un agudo grito fue escuchado en todo el cuarto, el hombre de bigote había gritado despavorido cuando Hikari mordió su mano con fuerza, arrancando un poco de su carne, misma que escupió.

-Prefiero que me asesines aquí mismo a traicionar a Mahiru.

El hombre por reflejo retrocedió ante la mirada que le dedico Hikari.

Esa forma aterradora de mirar a otros le recordaba a su sobrino, puesto que así mismo lo miró en aquel entonces cuando lo tenía bajo su control. Tal parecía que el que se llevaran tan bien no fue simple casualidad, ese mocoso delante de él era igual o incluso peor que su propio sobrino. En la mente del mayor, esos niños eran semejantes al mismo demonio. Sin poder evitarlo, comenzó a reír mientras su mano aun sangraba un poco.

-Ja, ja. ¡Con razón se llevan tan bien si son la misma aberración!

El hombre retrocedió un poco más cuando notó que el otro estaba sonriendo.

Hikari se levantó en la cama, pasando su mano por su boca para limpiar un poco de aquella sangre repugnante. Siguió teniendo su mirada fija en el otro hombre, viéndolo desde aquel ángulo, donde no se veía como nada más que una mísera hormiga.

-¿Ahora es que lo notas?

La sonrisa que tenía el otro le causaba repulsión y miedo.

-¡Tu…! ¡No son más que unos monstros! ¡Irán al mismo infierno!

En vez de sonreír, Hikari dejó escapar una risa.

-¡¿Dónde crees que hemos estado todo este tiempo?!

Hikari gritó aquello mientras se reía. El hombre del bigote chasqueó al notar que no había logrado su objetivo de obtener aquella mente hábil. La lealtad apestaba enormemente y eso enojaba bastante al tío de Mahiru, en uno de esas sonrió de la misma forma en que lo había hecho antes Hikari, cuando recordó que él tenía la carta ganadora.

-¿Crees que eso me dará miedo? –pregunto volviendo a su porte seguro -. Al final soy yo quien ganara esta guerra.

-¿Qué?

-Yo ya he movido mis cartas, pronto todos estarán aquí para presenciar el final de esta batalla. ¡La ejecución de Mahiru será el final de esta historia!

Hikari se congeló en su lugar.

Lo recordó de pronto, el final de la primera versión de la novela, donde en este Mahiru moría de forma cruel y despiadada. Se quedó pensativo porque eso no debía de haberse dado, Mahiru no estaba siendo el tirano que fue en la novela, solo había que mirar a su pueblo para que lo certificaran. De pronto, Hikari se dio cuenta de algo como si fuese una especie de revelación. Logro arreglar las cosas en el reino de Mahiru, pero no con respecto a los demás reinos. Entre tantas cosas lo había olvidado por completo, al final de la novela, quien mata a Mahiru no es Harusaku, sino el imperio mismo cuando lo catalogo como una amenaza.

-Eso no…

Al ver como Hikari regresaba hacia la cama, sonrió satisfecho.

-El final está cerca y te arrepentirás de no aceptar el trato…

El hombre se acercó de nuevo, ya que se sentía victorioso, sabía que Hikari no le iba a hacer nada y en realidad fue así. Se inclinó para quedar más cerca de Hikari, quien tenía la mirada baja.

» Pero no te preocupes, no dejaré que te toquen… Después de todo, tú te quedaras aquí el resto de tu vida, solo dedicándola a mí.

Hikari pudo sentir el aliento de aquel hombre cerca de su oído, soltando el mismo infierno por su boca. Quedarse encerrado en ese lugar solo le recordaba a aquel apartamento donde vivió tantos años con su padre, aunque por lo menos ese tenía una ventana donde entraba la luz, pero en ese sitió no tendría nada de eso. El tío de Mahiru se marchó luego de decir eso dejándolo completamente solo en el encierro.

Inevitablemente se desesperó.

En mitad de su desesperación, Hikari intentó una y otra vez liberarse de aquellas cadenas para poder escapar de allí, pero solo obtenía el lastimarse a él mismo cada vez más. Recibió tanto golpes de corriente que comenzó a perder la consciencia, si continuaba con ello terminaría tal cual como esperaba el tío de Mahiru, completamente loco.

 En un punto el golpe fue el suficiente para quedarse inconsciente.

.

.

.

De forma estridente, un soldado llegó al palacio.

Todos salieron debido al escándalo que traía el soldado y hasta provoco que un par de personas del pueblo se acercaran al palacio, porque desde que pasó por el pueblo estuvo haciendo mucho ruido. Mahiru estaba molesto, porque se encontraba ocupado para tener que soportar la presencia de aquel soldado, pero se quedó impactado cuando notó el sello en el uniforme de aquel soldado. Respiro hondo para mantener lo mejor que podía la calma.

-¿Qué trae a un soldado del emperador a este lugar?

Su tono fue serio, el soldado no se sintió intimidado, más bien busco en su ropa y saco un tubo de metal donde guardaba el mensaje que tenía que dar a ese rey delante de él. Desenrosco el papel para prepararse.

 -He venido aquí en nombre del emperador y la federación –anunció en tono alto -. Ante la presente anuncio la fecha de ejecución del rey de Merk.

Todos quedaron completamente impactados ante lo que acababan de escuchar, sobre todo el actor principal del anuncio. Mahiru miró un momento a aquel mensajero, más que enojado se encontraba sorprendido.

-¿Ejecución? ¿Por qué?

-De forma anónima se han presentado pruebas de su traición al imperio, agregado a inasistencia al juicio que se llevó a cabo.

-¡Espera! ¡¿Juicio?! ¡Yo no recibí ninguna notificación!

-El juicio se llevó a cabo luego del festival por la paz.

Aquel soldado soltaba eso como si fuese lo más obvio, mientras tanto Mahiru trataba de pensar sobre lo que le decía aquel hombre, él no podía recordar nada relacionado a lo que estaba diciendo.

-Lo siento, pero yo no he recibido nada de eso.

-Usted lo recibió y dio un envió de confirmación –señaló el soldado -. Al no asistir a su propio juicio, se ha declarado culpable, así que se ha iniciado el proceso de ejecución.

-¡Eso es imposible! Mandaré una carta al emperador pidiendo una explicación.

-No será necesario –lo que estaba a punto de decir el soldado no le iba a gustar y no estuvo equivocado -. El emperador y la federación se encuentran acampando a las afueras del reino Merk. Si usted no se entrega por su propia voluntad, iniciara la guerra contra Merk.

Aunque no podía negar que tenía un gran poder militar, no significaba que iba a lograr hacer algo en solo un par de horas, porque el soldado le confirmo que solo tenía un par de horas.

» Tiene veinticuatro horas para entregarse.

El soldado al decir aquello, tomo las riendas de su cabello y volvió a galopar de regreso. Mahiru no podía creerse lo que acababa de escuchar hace solo un par de minutos atrás, había sido juzgado y declarado culpable sin que él lo supiera, además, habían dicho que tenían pruebas de su traición. Él no recordaba haber hecho algo que pudiera considerarse traición. Todos se quedaron en completo shock, ya que todos estaban conscientes de que aunque Mahiru se entregara de buena manera, el pueblo se iba a ver gravemente afectado. Mahiru no deseaba iniciar una guerra, porque eso traería peores cosas que la misma batalla llena de sangre.

-¡¿Qué demonios?! –soltó Louis que se acercó a donde estaba parado Mahiru -. ¡¿Cómo que hicieron un juicio y te declararon culpable?! ¡Demonios! Y justo cuando Hikari no está…

Al oír aquello, cayó en cuenta de su realidad, lo que más le preocupaba es que si lo condenaban, no podría volver a ver a Hikari. Ya de por si llevaba unos días sin verlo ya que se encontraba desaparecido y ahora tenía otro problema encima.

-Hermano…

Mahiru miró a su hermana pequeña, luego a todos los demás que estaban allí presente, esperando por una respuesta de su parte.

-Si es necesario… iremos a la guerra, nosotros sabemos que usted no traicionaría al imperio.

-¡Es cierto!

Todos parecían apoyarlo y al darse cuenta de ello solo podía pensar en que todo se logró debido a la ayuda de Hikari. Su pueblo lo quería como rey y confiaba ciegamente en él gracias a que Hikari rogó por una nueva oportunidad, sin ella, seguramente apoyarían a los demás del imperio que lo creían culpable. Mahiru dejó escapar un ligero suspiro.

-Estoy agradecido con todos… -inició -. Pensaré en la decisión que tomaré un poco más.

Al terminar de decir eso se giró y comenzó a caminar, tenía que pensar con la cabeza fría, pero en ese momento no lo estaba logrando, su cabeza solo estaba llena de una sola cosa y es que deseaba desesperadamente ver a Hikari en ese momento. Quería ver su sonrisa, tocarlo, sentarse a su lado y tomar su mano como siempre lo hacían para sentirse de cierta manera completo. Mahiru sentía que todo a su alrededor se estaba derrumbando y la persona que más le importaba no se encontraba a su lado.

Desesperadamente quería aunque sea ver una última vez a Hikari.

-¿Dónde demonios se supone que estas?

Se dijo a sí mismo cuando estuvo solo en aquella habitación.

Quería alguna pista para poder saber el paradero de Hikari, pero no tenía nada y ahora pasaba todo eso de la ejecución, también tenía que pensar en el bienestar de su pueblo, que nadie saliera lastimado con la decisión final que tomara. Dejó escapar un largo suspiro, todo estaba siendo demasiado complicado para su gusto, no quería pensar, solo deseaba que el tiempo se detuviera para poder tomar un respiro.

Natyh que veía todo por lo que estaba pasando Mahiru, no pudo evitar más que sentirse herida, porque a pesar de que ella sabía el paradero de Hikari, no había nadie a quien pudiera decírselo, porque nadie la podía escuchar. Intento todos esos días tratar de decirle a Mahiru, pero este seguía sin escuchar su voz, no solo eso, sino que también trato de hacerle ver que el verdadero villano de todo eso se trataba de su propio tío, pero nada pasaba, ella seguía siendo invisible e impotente.

-Mahiru, Mahiru, Mahiru… Lo siento… -tenía ganas de llorar -. Se supone que yo soy las que debe protegerlos y aun así… Lo siento.

Las únicas dos personas que le había dado su bendición, ahora mismo estaban sufriendo, Natyh estaba comenzando a pensar que al final los humanos tenían razón y ella solo traía desgracias a los demás. No pudo quedarse a ver la ejecución de Mahiru, no deseaba verla para nada, por eso mismo se fue con Hikari, por lo menos podía tratar de liberar a este de su prisión, aunque el lugar estuviera lleno de piedras mágicas que le impedían el paso a cualquier espíritu, así que ni a Hikari podía ver.

Natyh comenzaba a odiarse a sí misma por ser de tan poca ayuda.

Notas finales:

¡Eso ha sido todo! 

Nos vemos en otra ocasión <3


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