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¡CAMBIARÉ EL DESTINO DEL VILLANO! por ami4alice

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Notas del capitulo:

¡Finalmente descubriran al verdadero villano!

Disfruten <3

Natyh volvía a aquel lugar apartado en el reino de Merk, donde se encontraba atrapado Hikari, un lugar oculto entre las montañas. Por innumerables veces que la chica lo intento una y otra vez, no podía entrar en aquella habitación, cuando mucho alcanza hasta la puerta de acceso de aquel lugar donde permanecía encerrado su protegido. En serio que Natyh se esforzaba por tratar de romper aquella barrera que había, pero su fuerza no era suficiente para quebrarla y así poder acceder, ese hombre había sido bastante inteligente en aislar el cuarto. Nada salia ni entraba de ese lugar.

Se detuvo un momento para observar sus manos, las cuales las tenía rojas por haberse esforzado en traspasar la barrera. Si tuviera el suficiente poder, Hikari o Mahiru no estuvieran pasando por todo eso, se sentía responsable y quería ayudarlos, pero sin importar cuánto se esforzó, todo lo que hacía parecía completamente inútil. Estaba completamente desesperada a ese punto y el tiempo para Mahiru estaba terminando. Realmente que le frustraba lo inservible que era para los momentos más críticos.

-¡Déjenme entrar! ¡Hikari!

Natyh volvió a tratar, fallando de nuevo.

-Deberías detenerte.

Se estremeció el oír eso y se giró de golpe hacia atrás.

-¿Quién…?

-Me lastima verte lastimada…

Aunque la persona que veía parada a unos pasos de donde se encontraba flotando era Minsy, Natyh sabía muy bien que la que le estaba hablando no era precisamente esa chica.

-¿Hermana luz?

Dudó, escuchando la risa de parte de la otra persona.

-Ella es parte de mis protegidos –indicó -. He tomado su cuerpo por un momento… Guardemos este secreto entre nosotras.

Natyh no podía creer que la diosa de luz estuviera allí frente a ella. Aunque ambas eran espíritus con el mismo rango, no significaba con ello que todo el tiempo se vieran o encontraran, cada quien tenía sus cosas por hacer. La miró un poco confundida de verla allí.

-¿Por qué?

-Bueno… -indicó con una pausa -. No puedo permitir que hagan llorar a una de mis hermanas. Sobre todo a ti.

No le dio una respuesta, más que una expresión que parecía que iba a llorar. A pesar de que ambas tenían la misma edad, el espíritu de la luz parecía mucho mayor a comparación de ella. La creencia de los humanos marcaba una ligera diferencia. Minsy llevó una mano al rostro de Natyh, dándole una caricia y palmadas en su cabeza.

» Te ayudaré por esta vez.

Al cabo de decir esos, sostuvo con sus dos manos el rostro de Natyh y dejó un beso en su frente. Con ese gesto un par de luces brillaron y pronto todo en Natyh cambió, se veía más adulta y poderosa. Su apariencia de niña quedó completamente opacada, no solo eso, podía sentir como el poder recorría cada parte de su cuerpo. Eso es lo que significaba estar en su verdadera forma. Natyh tuvo que sostener a Minsy porque pudo notar que la chica se desmayó al poco tiempo, al parecer su hermana se había marchado. Dejó a Minsy recostada en la pared, antes de ponerse frente a la puerta, no permitiría que todo acabara de aquella forma.

Sin dudarlo, inició el hechizo para romper la barrera, fue incluso más fácil de lo que pudo pensar que sería. Al ya poder acceder al cuarto, no dudo en abrir la puerta, allí pudo ver a Hikari sobre la cama, lleno seguramente de la misma frustración que tuvo ella minutos antes. Se acercó y pasó a romper aquella cadena que lo tenía atrapado, cuando produjo un sonido al romperse, Hikari dejó de ocultar su mirada para encontrarse con la de Natyh.

-¿Natyh?

La chica sonrió un poco, entendía el motivo de que no la reconociera.

-Sí –contestó -. He venido a liberarte. Sal mientras tengas tiempo.

Iba a decirle algo a Natyh, pero no llegó a hacerlo porque fue interrumpido.

-¡Hikari!

Al parecer Minsy había reaccionado. La chica se tensó un poco al ver a aquella hermosa mujer de cabello negro tan largo y liso.

-¿Minsy? ¿Cómo…?

-No es tiempo de pensar en eso, tienen que irse.

En eso le daba razón a Natyh, se bajó de la cama, se encontraba algo lastimado por sus anteriores intentos de romper la cadena, pero eso no le impedía poder moverse. Al llegar a la puerta pudo notar que Natyh no se movió de su lugar.

-Tú…

-Aunque vaya, no podré hacer nada… -le dolía decir eso, pero era la verdad, no sería de ayuda -. Además, este poder es prestado… Tengo que devolverlo.

Hikari entendió aquella sonrisa de impotencia.

Sin poder evitarlo, se regresó para sin más abrazar a Natyh. La chica correspondió al gesto, aunque primero se vio sorprendida por tal acción.

-Te amo Natyh –dijo en el abrazo -. Mahiru también.

La chica se sorprendió de oír eso, aun así, la hizo inemnsamente feliz escuchar aquello que hace muchos años no lo hacia. Desde que los humanos la tacharon como el malo del cuento, nadie le volvió a expresar esas palabras. Se abrazó a Hikari con algo de fuerza.

-Yo también los amo.

A los segundos de decir aquello, dejaron de abrazarse y se dedicaron una última mirada antes de separarse. Hikari terminó saliendo de aquel lugar junto a Minsy.

-Esa mujer hermosa era…

-El espíritu de la oscuridad.

Fue lo que contestó con cierto orgullo, normalmente todos los que eran bendecidos por Natyh terminaban odiándola porque asociaban sus desgracia con su espíritu, pero Hikari no se sentía de esa forma. Estaba orgulloso y agradecido de que su espíritu protector fuese Natyh. Llegaron a las afueras de aquel lugar, por suerte su diseño era bastante simple, así que no le costó mucho encontrar la salida. Afuera del lugar, Minsy había ocultado el caballo en que llegó a ese lugar, podían irse hacia donde estaba Mahiro.

-¡Hikari! ¡Debes ir a la frontera!

Escuchó gritarle Natyh cuando puso el caballo en marcha.

Tal parecía que iba con el tiempo medido, porque le quedaba poco tiempo para que el arco final de la novela se llevara a cabo, tenía que apresurarse o todo su esfuerzo no habría valido la pena. Sin esperar, montando un solo caballo, Minsy y Hikari partieron a la frontera, donde seguramente podría estar un campamento esperando.

A toda costa iba a detener la ejecución de Mahiru.

.

.

.

Mahiru vestía ese traje ceremonial, el mismo tipo de vestimenta que uso cuando fue coronado hace mucho tiempo atrás. Se encontraba sentado en el trono, estando el gran salón completamente vacío. La orden que había dado a sus ciudadanos es que se marcharan hacia las montañas, si arremetían contra el pueblo luego de su ejecución, quería por lo menos protegerlos, por eso los mando a desalojar aun cuando estos estaban en contra. También mando a la gente que se encontraba en el palacio a ese lugar.

Las generaciones pasadas de su familia fueron inteligentes y sin que nadie lo supiera, crearon un refugio, mismo que ahora mismo debían estar ocupando los ciudadanos del reino Merk. Esa posiblemente sería la última vez que podría ver ese escenario y en realidad, no sentía nada al mirarlo, ya que por muchos años lo aborreció, porque le recordaba a los padres que asesino. Aunque últimamente había aprendido a amarlo, gracias a Hikari y la gente del pueblo, cuando finalmente estaba aceptando el hecho de ser rey, pasaba una cosa como eso. Iba a llegar a pensar que tal cual como le dijeron sus padres, él se encontraba maldito.

Suspiro levantándose del trono. Caminó hacia afuera del palacio, donde debía encontrarse su caballo en el cual partiría hacia su sentencia. Al llegar al lugar, pudo observar como unos soldados se encontraban esperando por él, en realidad, era una gran cantidad de personas. Se enojó, ya que él había dado una orden, ya que tomó una decisión hace solo un par de horas atrás. No se resistiría a su ejecución.

-¿Qué se supone que hacen aquí? Los mande a irse.

-Entendemos su orden… -dijo uno de ellos -. Pero hemos decidido quedarnos a su lado hasta el final.

-¡Es cierto! Para nosotros usted es nuestro único rey.

Algunos de los que andaba vestido de soldado se trataban de personas del pueblo. Mahiru se sintió contrariado.

-Aunque al principio no me querían.

Para liberar la tensión que seguramente sentían, Mahiru terminó soltando aquella mala broma. Los hombres rieron un poco.

-Bueno, de los errores se aprende.

Mahiru no le quedó más que suspirar. Miró a los adentros del palacio una última vez, ni siquiera pudo encontrar a Hikari.

-No descansaremos hasta encontrarlo –escuchó a uno de los hombres decirle como si le hubiese leído la mente -. Usted tampoco debería rendirse.

Cerró un momento los ojos, para respirar hondo, luego los abrió teniendo esa seguridad que mostraría un rey. Se subió a su caballo y junto a su ejército emprendió su camino a la frontera, donde seguramente le estarían esperando para condenarlo. Como iban a caballo, galopando a un ritmo rápido, no les llevó mucho tiempo llegar al lugar, certificando que si se encontraba todo un campamento militar, suponía que a la espera de órdenes. Mahiru suspiro, estaban llegando con una hora de sobra al tiempo que le dijeron que tenía.

No terminó de llegar al campamento, sino que se detuvo un poco apartado, montado en su caballo espero a que los otros lo notaran. Pudo ver movimiento y pronto observo al emperador junto a las personas que formaban parte de la federación. Curiosamente, en ese grupo no se encontraba el representante del reino Perk. El emperador se acercó a su grupo, con un par de soldados, detrás de estos se encontraban los de la federación, solo los soldados se encontraban parados, los demás andaban a caballo. Se quedó ahí, esperando por los otros.

-Para ser una entrega pacifica, has venido bien acompañado.

-Usted debe de entender que la lealtad no se puede comprar.

Mahiru no lo saludo correctamente, porque consideraba que en esa situación, estaba demás todo el protocolo. Aquel hombre viejo e imponente, hizo una mueca que indicaba se había reído, nadie había vista una amplia sonrisa del emperador desde que subió al poder.

-Es un poco triste… -dijo el emperador -. De todos, eras el que más me agradaba.

No llegaron a afectarle esas palabras, debido a que en el fondo, él también le tenía un cierto afecto a ese hombre, él único que lo apoyó en aquel entonces que subió por primera vez al poder fue ese hombre delante de él. Tal vez porque se asemejaban es que se sentían cómodos estando juntos.

-Es un honor… -dijo junto a una pausa -. Si es así, entonces permítame hablar.

-¿Hablar? Ya tuviste tu oportunidad hace tiempo.

-Ciertamente, pero hasta hoy es que me entero de que tuve una citación del emperador, así que usted imaginara…

Los de la federación, unos viejos pretenciosos que odiaban los cambios y por eso estaban resentidos con Mahiru, un rey joven que estaba provocando un gran cambio en todo, no solo en su propio reino, iban a empezar a quejarse, pero fueron detenidos por un gesto de parte del emperador.

-Daré un permiso especial, solo por esta vez.

Mahiru hizo una leve reverencia en agradecimiento.

-Ahora mismo, se me acusa de traición, pero que yo recuerde, no he hecho nada en contra del imperio.

-¡Ja! Eso es lo que dices, pero hay pruebas que demuestran lo contrario.

-Entiendo… ¿Puedo ver las pruebas?

-¿Qué…?

-Mahiru.

Esa voz que conocía perfectamente lo llamó, interrumpiendo a un hombre de la federación. Su tío hacia acto de presencia y Mahiru creyó que venía a apoyarlo, pero algo le provoco un mal presentimiento cuando le vio sonreír de aquella forma maliciosa.

» Deberías dejar de perder tiempo y solo entregarte.

Mahiru apretó el agarre a las riendas de su caballo cuando escuchó aquellas palabras de parte de su tío. Todo ese tiempo había creído que ese hombre estaría de su lado, siempre le demostró que sería así, entonces se preguntaba al escucharlo… ¿Por qué no lo estaba apoyando?

-Supongo que la discusión se terminó.

El emperador no dudo en declarar, su tiempo verdaderamente se había terminado. Justo cuando el emperador se iba a mover para iniciar el protocolo para ejecutar al rey de Merk, fue interrumpido por un galopeo fuerte y un grito.

-¡Alto!

Todos estaban sorprendidos por la llegada del nuevo integrante, sobre todo Mahiru y su tío. Hikari terminó de llegar a donde se encontraba el grupo, deteniendo su caballo.

» El emperador es verdaderamente idiota si cree que su decisión fue la correcta.

Por supuesto que nadie se quedaría quieto ante semejante insulto al emperador. Por su parte el insultado ni siquiera llego a inmutarse.

-¡¿Qué crees que estás diciendo?!

-¡Este insulto no se quedara sin ser severamente reprendido!

Los de la federación comenzaron a cacarear como las gallinas que siempre fueron. Hikari se mantuvo tranquilo, por lo menos hasta que poso sobre sus labios una sonrisa, antes de soltar una risa.

-Pues estoy diciendo la verdad –comento Hikari -. Tal parece que su juicio esta oxidado.

-¿Qué se supone que estás haciendo?

El tío de Mahiru dejó escapar entre dientes. Hikari le miró con una sonrisa, que demostraba que cometería una locura.

-Condenaran un inocente debido a las pruebas. ¡Ha! Se nota lo deficiente del trabajo, si con unas pruebas falsas pueden condenar a una persona.

-¿¡Qué!?

Pronto los de la federación comenzaron a murmurar entre ellos.

-Entonces… -todos miraron al emperador cuando habló -. Estas diciendo que nuestro juicio fue completamente engañado con pruebas falsas. ¿Cómo puedes asegurar lo que acabas de señalar?

El tono severo del emperador fue lo suficientemente fuerte como para hacer temblar a más de uno. Hikari se mantuvo calmado en todo momento, ya había tomado una decisión.

-Porque he sido yo el que mando las pruebas inculpando al rey de Merk.

Todos quedaron impactado ante aquella revelación, aun así, se mantenían en completo silencio, nadie se atrevía a hablar mientras lo hacia el emperador y más aún en esa clase de situación increíblemente tensa.

-Si has sido tú el anónimo… Entonces sabrás el tipo de prueba que has enviado.

Aquel simple comentario de parte del emperador era una directa orden de que delante de todo el mundo, dijera con lujo de detalle cada una de las pruebas que ellos tenían contra el rey de Merk. Hikari sonrió, agradecido el hecho de que en la novela detallaron cada uno de los crímenes por los cuales se le condeno a Mahiru, así que él si sabía el tipo de evidencia que tenían en su contra. Respiro de manea lenta por un corto momento, antes de centrar su mirada en el emperador, cuando sus miradas se encontraron, Hikari no dudo en detallar cada una de las pruebas que tenían en contra de Mahiru. Por el tipo de reacción que tuvo la federación, Mahiru y compañía podía darse cuenta que lo que dijo fue la verdad.

El tío de Mahiru se encontraba impactado, debido a que no se podía creer que ese mocoso supiera cada cosa que envió como prueba contra su sobrino. Lo detallo tan bien que por un momento le hizo dudar sobre si había sido él quien envió esa evidencia. Un silencio lúgubre lleno el ambiente por un largo rato, por lo menos hasta que nuevamente el emperador alzaba la voz. Ese hombre se mantenía sereno a pesar de que mataría a alguien.

» Con eso –inició el hombre -. Queda pautado que la persona que sufrirá la condena no será el rey de Merk.

-¡Espere un momen…!

Mahiru iba a protestar, pero en eso se encontró con la mirada de Hikari.

Pudo darse cuenta, que le estaba diciendo solo con su mirada que se mantuviera en completo silencio. El otro había aceptado el hecho de que posiblemente moriría, se habían quedado sin tiempo para buscar pruebas que señalaran que el verdadero culpable se trataba del tío de Mahiru, así que no le quedó más que llevar a cabo una completa locura. Si en esa historia se necesitaba condenar a algún villano, entonces él cumpliría ese papel.

-¡Es momento de iniciar la ejecución!

Sin poder evitarlo, Mahiru se tensó, porque al oír aquello, pudo observar la sonrisa de Hikari, esa posiblemente sería la última vez que podría verlo. Le enojaba lo impotente que podía llegar a ser en los momentos más críticos. Hikari le dio la espalda, él había tomado una decisión. No se movieron ni un poco, cuando nuevamente fueron interrumpidos.

-¡Alto!

Ahora una chica interrumpía el momento, se veía agotada, al parecer estuvo corriendo o caminando muy rápido.

-¿Qué? ¿Qué haces aquí Minsy? ¡Te dije que te quedaras fuera de esto!

Hikari fue el primero en reaccionar al ver a la chica.

-¡No puedo quedarme quieta cuando puedes morir!

-¡Que mujer tan grosera! –dijo uno de la federación -. Sácala de aquí.

-No –sentenció el emperador -. Parece que tiene algo para decir.

El emperador hizo un gesto para que Minsy hablara, la chica hizo una elegante y hermosa reverencia.

-Mi nombre es Minsy, pertenezco a una familia noble del reino Lerk –se presentó sin dudar para que no la tomaran como una desconocida -. Me he tomado el atrevimiento de interrumpir todo esto, porque ni Mahiru ni Hikari son los malos.

-Pareces segura de lo que dices.

-Lo estoy, porque conozco al verdadero traidor.

Minsy miró a todos los que se encontraban allí, antes de levantar su mano y señalar en una cierta dirección, específicamente hacia el tío de Mahiru.

» ¡Es ese hombre el que planea traicionar al imperio!

-¡¿Qué?! –soltó el tío de Mahiru -. ¡Esa chica está loca! ¡Yo jamás traicionaría al emperador!

-¡Tengo las pruebas! Si así lo desean puedo llevarlas a ellas –señaló Minsy -. Ese hombre… Tiene un lugar secreto donde está guardando oro falso que piensa intercambiar con oro verdadero, además, también tiene guardado un arsenal de armas… Hay, hay muchas más cosas. Además, él secuestro al amante de su sobrino.

El emperador dirigió su mirada a Hikari, como esperando a que expresara su opinión ante lo dicho por la chica. Hikari se quedó sin decir nada por unos minutos, principalmente porque estaba desconcertado por la forma en que se estaban dando las cosas, muchas cosas inesperadas estaban pasando demasiado rápido para poder procesarlas.

-Ah… -dijo con una pausa -. Eso es correcto, señor.

El enojo que mostró en la cara el tío de Mahiru fue inmenso y antes de que pudiera suceder algo más, el hombre salió corriendo como el vil cobarde que fue todo el tiempo. El emperador al ver esa reacción, se giró hacia la cuadrilla de soldado detrás de él.

-Síganlo.

Con esa orden basto para que los hombres se pusieran en marcha. Con semejante reacción de parte del tío de Mahiru, se dejó completamente en evidencia sobre lo sucedido. El silencio reino, hasta que uno de la federación se acercó al emperador.

-Señor… ¿Pero qué vamos a hacer con la sentencia del rey de Merk?

El hombre dirigió su mirada hacia los otros, notando como parecían ponerse en guardia. Al notar ese hecho, algo jamás visto sucedió, el emperador sonrió de una forma que todos llegaron a notar.

-¡Ja! –rió el emperador de manera tan corta que parecía que no lo hubiese hecho -. Tendremos que revisar correctamente sobre esa acusación.

-¡Pero señor!

Una mirada de parte del emperador basto para silenciar al hombre. Movió su caballo para que caminara hasta donde estaban los otros, quedando en medio de donde estaba parado Mahiru y Hikari.

-Volveremos a revisar las pruebas, espero que no falte esta vez.

-Por supuesto que no.

El emperador hizo un gesto para que ambos hombres se acercaran, aun con un poco de desconcierto, tanto Mahiru como Hikari movieron sus caballos para poder quedar más cerca del emperador. Este saco un anillo de sus arrugados dedos y lo coloco en una mano de Mahiru, colocando la de Hikari encima. Los de la federación miraron el acto desconcertados, porque sabían muy bien lo que ese gesto significaba.

-¡Emperador!

Uno de esos viejos saltó de inmediato a mostrar su inconformidad.

-Después de finalizar con todo el protocolo para demostrar su inocencia –dijo el emperador -. Espero que se preparen.

El hombre aparto sus manos arrugadas de las otras, para mover su caballo, regresando al campamento en el que estuvo originalmente. Fue seguido por los de la federación, debido a que se encontraban sobre sus caballos, ninguno de los dos se dio cuenta realmente qué fue lo que les entrego, por lo menos hasta que separaron sus manos y detallaron mejor aquello que les entrego el emperador.

Un anillo con el escudo del imperio tallado.

Ese gesto solo significaba una cosa, el emperador los reconocía a ellos como herederos. A diferencia de los reinos donde heredaban las descendencias de la familia, en el caso del emperador, no sucedía de esa forma, el que heredaba su puesto era aquel al que el emperador reconocía como su heredero. Entregarle el anillo significaba que a Mahiru y Hikari los reconocía para ser los siguientes emperadores cuando él ya no estuviera en ese mundo. Por supuesto que eso les tomó por sorpresa.

Mahiru se colocó el anillo en su mano y con todo resuelto, decidieron volver al palacio, por suerte para todos, nada malo había sucedido, a excepción de descubrir que su tío todo el tiempo estuvo apuñalándolo por la espalda, aunque cuando lo pensó, todo pareció tener sentido. Todas esas personas que castigo como culpables, solo eran títeres de su tío, ahora entendía el motivo de sus reacciones antes de morir. No les llevó mucho tiempo llegar al palacio, donde dejaron los caballos, aunque no todos llegaron al palacio, ya que un grupo cambio de rumbo, yendo al refugió donde se encontraban los demás a la espera.

Hikari se sintió de alguna forma aliviado de ver de nuevo ese lugar, por un momento de verdad creyó que se trataba del final. Sintió una mirada a lo cual se giró para ver el origen de esta, notando que se trataba de Mahiru, al verlo con esa clase de expresión, Hikari se esperó lo peor, ya que seguramente estaría molesto por la clase de decisión que tomó, pero él había jurado proteger a Mahiru, aun si significaba dar su vida. Cuando comenzó a caminar en su dirección, se tensó.

Al tenerlo cerca, cerró los ojos, esperando recibir un golpe o como mínimo una reprimenda por lo que hizo delante del emperador, pero nada de eso llego a suceder. Mahiru no aplico nada de lo que se imaginó, solo se acercó y para cuando se vino a dar cuenta, se encontraba entre los brazos de su esposo. Ese gesto definitivamente movió un punto sensible de él, sentir que de nuevo se encontraba entre aquellos brazos, le hicieron estremecerse.

-Realmente… No vuelvas a desaparecer de mi lado.

Esas palabras definitivamente fueron un punto de inflexión en Hikari.

Para cuando se vino a dar cuenta, las lágrimas cayeron por primera vez por sus mejillas, llorando como si fuese un niño pequeño mientras se aferraba a Mahiru. Él también quería quedarse al lado de Mahiru, no quería dejarlo y haberse separado de esa forma, le hizo sentir un enorme vacío el cual estuvo conteniendo todo ese tiempo, terminando por explotar cuando finalmente estuvo de regreso en el lugar que más deseaba estar.

-Yo también me quiero quedar contigo.

Aquello fue lo que Hikari soltó entre sollozos.

Mahiru también sollozo un poco, aunque él lo disimulo un poco más, ya que oculto su rostro en aquel abrazo que aún seguían teniendo. Aunque había gente, estos simplemente miraban en otra dirección, dándole su privacidad a la pareja real, después de todo, se estaban encontrando luego de un tiempo separados. Se quedaron así, abrazados por un buen rato que para ambos pareció eterno, no les importaba si el tiempo se detenía en ese preciso instante, más bien pedían que se diera así.

» Mahiru… Mahiru… Mahiru…

Y cada vez que dijo el nombre de su compañero, este correspondió con un beso. Estuvieron allí parados el tiempo suficiente para que todos los demás hubiesen regresado del refugió. Al momento en que notaron que cerca de Mahiru se encontraba Hikari, todos se sintieron aliviados, aunque hubo unos que reaccionaron de una forma más eufórica.

-¡Hikari!

Para cuando Mahiru y Hikari se dieron cuenta, tanto la princesa como Louis se unieron a su abrazo. Vitky solo se paró cerca de ellos, a pesar de que también quería formar parte del abrazo, no se lanzó como los otros, Hikari lo sabía, por eso llevó una mano en su dirección, tomando la ajena.

Se sentía bien volver a su hogar.

Porque ese palacio, ese reino con todos incluido, se habían convertido en su preciado y valioso hogar, al cual podía regresar. En ese mundo, había logrado obtener algo que no tuvo en su primera vida.

Un lugar al cual llamar su hogar.

Notas finales:

Hikari finalmente ha encontrado eso que tanto ha anhelado <3

¡Falta poco para terminar! 

Nos vemos~ 


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