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Mi estimado gatito. por Artemisa El Britannia

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Notas del capitulo:

Holaaaaaa

Juraba que este era el último capítulo, pero ya estaba muy largo, así que decidí hacerlo en dos, el siguiente solamente es para la santa cojida que se van a dar XDDD

 

Bueno ya en serio, ahora si el que viene es el último. Sin más preambulos:

 

Espero que difruten en leerlo como yo al escibrilo.

Capítulo 6.

 

Me veía a mí mismo siguiendo un camino de arena negra, sabía qué hacía frio porque mis dedos estaban azules y mi boca temblaba, pero a pesar de que mi cuerpo reaccionaba al clima mi cerebro no lo hacía, ya que no me sentía afectado, mi mirada trató de enfocar en donde terminaba el camino de arena negra, pero solamente se veía una línea interminable hasta lo que parecía una cueva, mis pies se movían solos y traté de frenarme, pero no me obedecían, volteé hacía atrás, para ver si el panorama cambiaba, pero era lo mismo un camino de arena.

Trate de hablar para llamar a mis amigos, pero no salía ningún sonido, es más ni siquiera estaba seguro de que hubiera pronunciado palabras. Caminé por mucho tiempo, la verdad ni se por cuánto, pero se me hacía eterno tomando en cuenta que solo se veían las enormes dunas negras a mi alrededor, mis pies se detuvieron justo enfrente de la cueva que había visto al principio, la cueva tenía símbolos egipcios y estaba forrada en oro, había muchas joyas incrustadas en las paredes y estaban dos estatuas de Anubis custodiando la entrada.

Entré en pánico, pero mi cuerpo no se movía a pesar de que se lo ordenaba, no podía huir, tampoco correr a otro lado, hablar o preguntar dónde estaba, solamente sentí mis lágrimas caer por mis mejillas, al parecer ese era mi fin, había muerto y ahora estaba a punto de entrar al inframundo, justo cuando iba a entrar por la puerta, las dos estatuas me cerraron el paso, eso me asustó, ya que pensé que no tendría el afamado descanso que te prometen cada vez que dicen que vas a morir, sino que vagaría por las dunas de arena negra.

Para mi sorpresa una luz dorada detrás de mi hizo que ambas estatuas se arrodillaran, mi cuerpo al fin obedeció mis órdenes y pude dar la vuelta, justo delante de mi estaban las cartas de dioses egipcios, quedé impactado y entonces Slifer se colocó a mi altura y yo subí sobre su cabeza, no sabía cómo, pero estaba seguro de que esto era obra de Yugi, di un último vistazo al lugar y sentí mi corazón y cuerpo más ligero, era la mejor sensación, como si fuera libre por primera vez.

 

 

*-*-*-*-*

 

-      Joven Kaiba, ya le explicamos que hicimos lo mejor posible, perdió mucha sangre y por culpa de eso el oxígeno no llegó de manera correcta a su cerebro, lo que usted ve ahí es solo un cascaron vacío, él no volverá – era siempre la misma respuesta cada que les preguntaba sobre su mejora y si podían hacer algo para que pudiera despertar.

-      Ustedes son los que no entienden, él sigue ahí pelando por su vida, estoy seguro de que volverá a estar consiente – dije llorando amargamente, pero ya habían pasado tres meses completos y no había mejoría, los doctores habían dado su veredicto desde la primera semana, mi hermano y yo habíamos insistido en esperar, pero cada vez que iba al hospital me decían que lo mejor era desconectarlo, dejarlo descansar, ya que no había más esperanza, su cerebro no reaccionaba y tampoco lo haría de nuevo.

-      Joven Kaiba…

-      No, él se queda como esta, sigan asegurándose de que este cómodo y en perfectas condiciones – fue mi sentencia y los corrí de la habitación de mi amigo.

 

Después de que Joey había peleado por mí y mi hermano, había salido muy mal herido por un balazo en el estómago que lo había desangrado casi de inmediato, gracias al poder de nuestra familia habíamos logrado que tuviera una atención rápida y así evitar que muriera, al principio nos dijeron que estaba en coma, pero que era normal por el tipo de shock que había sufrido, nos dieron esperanza a mí y a Yugi de que despertaría en cualquier momento.

Mientras ellos atendían a Joey, Yugi y Shadi me ayudaron a lograr que mi hermano volviera a la normalidad, cuando Seto ya era un humano hizo que trasladaran a Joey a otras instalaciones, con mejores médicos y enfermeras a su disposición, pero al hacerlo los doctores empezaron a hacer pruebas e indicaron que su cerebro no estaba reaccionando como debería, así que declararon muerte cerebral la primera semana que lo cuidaron, mi hermano no se rindió y mandó a llamar a los mejores, todos indicando lo mismo, así que sabiendo que Joey volvería cuando se sintiera listo, decidió que lo pusieran en una habitación de hospital que lo mantuviera con vida y todos sus amigos tenían permiso de ir a visitarlo y obviamente nosotros también íbamos a visitarlo diariamente.

A veces alguno de los dos pedíamos informes de mejoría y siempre trataban de convencernos de que estaba muerto y que tener a un ser vivo en esas condiciones más que ayudar era una tortura y ambos siempre nos enojábamos cuando nos sugerían que lo desconectáramos, ninguno de los dos pensábamos en dejar ir a Joey, así tardara toda una vida nosotros nos encargaríamos de estar ahí para cuando despertara.

 

-      Puedes creer lo que dicen, ellos no te conocen por eso hablan como si jamás fueras a volver, pero sabes, Seto y yo sabemos que solo te estas tomando tu tiempo, que dentro de poco volverás y si aceptas seremos una bella familia – me dediqué a hacer mi tarea junto a Joey mientras seguía hablando con él, era el único que me entendía y que me apoyaba, aún dormido – Seto luego me cuenta cómo será su boda, puedes creer que no me di cuenta de que estaba enamorado de ti, yo pensando que era odio genuino jajajaja – volteé a ver a Joey directo a los ojos – cuando estés con nosotros te obligaremos a ser parte de nuestras vidas…

-      Hola Mokuba – su boca se movió muy lento, su voz ronca era muy baja, pero su sonrisa no había menguado nada desde el día que lo conocí.

 

*-*-*-*-*-*

 

Había escuchado todo el monologo de mi mejor amigo, estaba feliz de saber que Seto sentía lo mismo que yo, me volteó a ver y habló como si nada, pero cuando lo salude se quedó de piedra, sus ojos no habían parpadeado las lágrimas brotaban de sus azules zafiros como cascadas interminables, su mano fue a la boca y entonces sacudió la cabeza como si estuviera soñando, termino de hacer todo el ritual para saber que no estaba dormido y corrió a la puerta.

 

-      ¡RÁPIDO, NECESITO UN MÉDICO! – me asusté al ver a mi amigo correr y pedir ayuda, casi podía jurar que había visto un fantasma, los médicos entraron despacio a la habitación, pero al ver mis ojos abiertos, corrieron a mi lado para empezar a revisarme por todos lados.

 

Me preguntaban cosas como “¿Siente esto? ¿Le duele aquello? ¿Qué es lo último que recuerda? ¿Cuál es su nombre?” y demás preguntas que me mareaban y me ponían nervioso, ¿Qué había pasado?

 

-      Me están lastimando – fue lo único que dije y todos me soltaron casi de inmediato, entonces solamente un doctor me empezó a revisar y a hacerme preguntas mientras los demás tomaban notas y susurraban cosas como “es un milagro” – ¿Doc. Cuánto tiempo me fui? – me dolía hablar, pero las dudas bombardeaban mi mente.

-      Tuvo muerte cerebral por casi 4 meses Amo Wheeler – me sentí extraño porque me hablaran de manera tan formal – creímos que jamás despertaría, pero ellos jamás perdieron la esperanza – señalo a mi amigo que estaba llorando mientras hablaba por teléfono, me imagino que con todos mis demás amigos y lo más posible, con su hermano.

 

Al final de la revisión entraron todos mis amigos a ver como estaba y estaban todos llorando de la emoción, yo aún no me podía mover mucho, ya que el estar tanto tiempo sin movimiento me dolían todas mis articulaciones, mis huesos, mi cabeza, mis ojos, absolutamente todo. Cuando mis amigos se fueron Mokuba salió y me hizo la señal de victoria, como si algo bueno hubiera pasado, bueno no es como si regresar literalmente de la muerte no fuera bueno, pero creo que para él hay otro tipo de prioridades.

 

-      Hola – mi corazón se paró de un solo golpe, creo que me voy a volver a morir, ahí entrando por la puerta estaba el motivo de mis delirios, mientras caminaba por las dunas de arena negra solo pensaba en él, en cómo no le había dicho mis sentimientos, cómo mi vida pudo haber sido feliz a su lado y si me rechazaba al menos habría podido sentirme bien conmigo mismo al morir, también pensaba en que hubiera deseado robarle un beso, aunque sea, sentir una vez su mano junto a la mía, me di cuenta de todo el tiempo que había perdido por tener miedo a mis propios sentimientos.

-      Hola – mi voz aun sonaba cansada y rasposa.

-      Por un momento de verdad llegué a pensar que te perdería antes de decirte todo lo que siento – mi corazón se aceleró, no podía abrir más los ojos o quedaría ciego, la luz, aunque fuera tenue me lastimaba y me daba migraña – cachorro me gustas mucho, desde el día en que caíste sobre mí por accidente me di cuenta de que eras perfecto, luego empecé a observarte desde lejos y me enamore de todas tus facetas – sentí de nuevo mis lágrimas correr por mis mejillas – y siendo un gato al verte tan honesto y tan vulnerable solo pude pensar en que quería protegerte de todo daño, más bien quiero cuidar de ti, así que si aún sientes lo mismo por mí, ¿quisieras quedarte toda la vida a mi lado? – mis lágrimas corrían desesperadas por mis mejillas, quería decir tantas cosas, pero el nudo en la garganta no me dejaba pronunciar nada coherente.

-      Claro que sí, gato roñoso – Seto sonrió como jamás lo había visto sonreír, me dio un abrazo tierno, cálido, delicado y cargado de sentimientos, sentí como algo mojaba mi cuello y mi hombro.

-      No vuelvas a irte a un lugar donde no pueda seguirte – sus palabras las susurro con dolor y con la voz rota por las lágrimas – cuando pensé que no te vería de nuevo casi me vuelvo loco, por favor no vuelvas a hacer una locura como esta, te necesito a mi lado cachorro, en esta vida y en las que vienen.

 

*-*-*-*-*-*-*-*

 

 

Esa noche dormí en la misma cama de hospital que el cachorro, sentía que si lo dejaba solo volvería a quedarse dormido y no volvería, así que mandé a traer otra cama y me dormí a su lado, trabaje y comí a su lado, sin importarme que los inversionistas de mi empresa me marcaran como psicópatas para tener una audiencia conmigo, no me iba a separar nunca más de mi amado cachorro, los 3 meses que había pasado acostado en la cama del hospital los había sufrido como nada en la vida.

Me habían dicho que tenía muerte cerebral y que básicamente como su cerebro ya no daba ninguna orden a los órganos entonces desconectarlo significaba la muerte, sentí que mi mundo se venía abajo, todo lo que habíamos vivido se veía tan lejano que mi corazón se rompió en mil pedazos, pero mi hermano y sus bobos amigos me recordaron que Joey no se rendiría, que él buscaría la forma de volver a casa. Así que me encargue de que se encontrara en el mejor lugar, con el mejor cuidado y sobre todo dejando en claro que era mi pareja, así me aseguraba que todos le dieran el trato digno que requería.

Cuando Mokuba me dijo que había despertado pensé que era broma, pero al verlo en la cama con sus hermosas orbes miles abiertas tranquilo, sonriendo con sus amigos y hablando muy poco me sentí tan aliviado que estuve llorando fuera del consultorio, pero al declarar mis sentimientos no pude aguantar volver a llorar, me rompí por completo al saber que la vida me había dado una nueva oportunidad de poder estar juntos.

La rehabilitación fue bastante lenta, ya que los médicos no querían arriesgarse a que volviera a caer en coma, por lo cual pasó más tiempo en el hospital de lo que hubiera querido, a pesar de que mi cachorro se negaba lo obligue a que le hicieran todo tipo de análisis para que no volviera a separarse de mí, todos marcaban que estaba perfectamente bien, pero mi miedo de perderlo no desaparecía, así que una vez le dieron el alta, literalmente vivía pegado a él todo el tiempo.

Le dije que era mejor que viviera conmigo, lo iba a dejar y a recoger de la universidad, trabajaba en casa para poder estar con él casi todo el día, lo ayudaba con cualquier cosa que necesitara y hasta cierto punto sabía que estaba exagerando, pero mi corazón no aguantaría perderlo de nuevo, así que quería estar seguro de que mientras viviera el cachorro supiera todo el amor que le tenía.

 

-      Seto, estas exagerando – dijo mi hermoso cachorro cuando le ayude a cargar su mochila mientras subíamos las escaleras a nuestro cuarto.

-      No exagero, además dijiste que estabas cansado – Joey me tomó de la mano y me obligó a voltear a verlo, me sonreía con tanto amor.

-      No voy a ir a ningún lado Seto, tranquilo – me beso de manera tan dulce y me guío a la habitación – sabes no quería contarle a nadie lo que recuerdo, porque pensarían que estoy loco, pero creo que mereces saberlo, así vivirás más tranquilo y tal vez puedas confiar en el poder del amor – llegamos a nuestro cuarto y nos recostamos abrazados en la cama – yo de verdad morí Seto, no iba a volver y estoy seguro de eso, porque camine por las arenas negras del inframundo, vi las puertas que me impedirían salir de ahí y el mismo Anubis las custodiaba, sería imposible volver una vez entrara, pero entonces aparecieron los dioses egipcios y me llevaron a un lugar hermoso, resplandeciente casi parecía sacado de la imaginación más perfectamente loca, trato de dibujarlo a veces, pero por más que lo intento mi dibujo no se parece en nada, pero bueno el punto es que ahí conocí a un hombre, un anciano amable que me habló como si me conociera de toda la vida, me dijo que había sido una buena persona y que me daría una oportunidad que no le daría a nadie más – me quede impactado escuchando las palabras de mi cachorro, pero no lo interrumpí, quería saber que había pasado – así que me preguntó qué haría si volvía a la tierra y le conté todo lo que haría con mis amigos, contigo, con Mokuba e incluso con mis padres – eso me hizo enojar, ya que sabía que él no tenía buenas experiencias con ninguno de los dos – me preguntó si tenía arrepentimiento de algo y solo tú me venías a la cabeza y en cada pregunta siempre aparecías tú, entonces me puse a llorar y le dije al amable señor que me dejara quedarme contigo para toda la vida y durante toda la eternidad y entonces me sonrió asintiendo, lo siguiente que recuerdo es ver a Mokuba en el hospital, con esto te estoy diciendo que el mismo Ra concedió mi petición, así que durante toda esta vida y la eternidad estaremos juntos, así que no debes preocuparte a partir de este momento no podrás librarte de mí nunca jamás.

 

Al escuchar la historia y pensar que yo era el deseo de mi cachorro me sentí como nunca, en ese momento era invencible, era el hombre más poderoso y no solo por ser rico, sino por tener un amor tan perfecto que incluso en la muerte no podría separarse.

 

Continuara…

Notas finales:

Dicen que nadie muere por dejar un RW.


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