Cap. 5: El oráculo y el dragón
— Te quiero para mí — Sintió el aliento fuerte del dragón sobre su rostro y algunas gotas que salieron de su nariz impactaron su cuerpo. Asqueroso aquello, pero el miedo era tanto que apenas si pudo dar un paso hacia atrás, el pelo rubio de Shaka se removió con las exhalaciones y aunque intentó cerrar los ojos, la visión de aquella vestía frente a él no se borró de su mente. — Tu corazón debe de saber delicioso.
— No te acerques.
— Impídelo. — Kanon hizo uso de su inmenso tamaño, extendió sus alas y las membranas a contraluz dejaban ver venas en tono ultramarino. El rubio cerró sus puños pensando que su fuerza no sería suficiente para salir de ahí, si corría le daría alcance, si intentaba atacarlo sería su muerte. Lo mejor era ganar tiempo y esperar a que su propia debilidad lo sacara de aquella adivinación.
— Yo... puedo impedirlo, pero, no con fuerza.
— ¿De qué hablas?
— Un acertijo. — Y dio otro paso hacia atrás, los ojos azules permanecían cerrados y simplemente atinaba a regular su respiración. — He escuchado que los dragones son sumamente inteligentes entonces tú, si no eres capaz de… adivinar mi acertijo. Puedo irme.
— Igual con un manotazo puedo derribarte y comerme tu corazón sin inconveniente.
— Sí… si puedes, pero… si te doy mi corazón por voluntad, sabrá más dulce. — Aquella tontería no la creería ni un niño.
— Supongamos que… es así. Aunque no te prometeré nada, podemos jugar un rato. — El dragón exhaló nuevamente. Tenía la panza llena así que juguetear con ese sujeto antes de comérselo tampoco era una mala opción. Mintió entonces. — Acepto el reto, dime tu acertijo.
Shaka observó sus los colmillos intimidantes, por aquello que parecía ser una sonrisa de dragón.
— Bien, pues dime, dragón; por la noche vienen sin ser llamadas. Por el día se pierden sin haberse ido ¿Quiénes son?
— Las cantoneras — Respondió en automático y el observar al rubio abriendo los ojos de par en par, le dio una buena espina. — He acertado, gané, ahora estarás aquí, hasta que me dé hambre y sea momento de comerte.
— Eh, no, no es así, — Apenas salía de su asombro. ¿Una cantonera? ¿Como es que un dragón sabía de eso? — Has errado, una cantonera no es.
¿Pero como se atrevía a decirle aquel, que no parecía humano, que estaba en un error? Su buen humor le abandonó enseguida, si algo tenían los dragones eran un ego enorme, así que por mucha curiosidad que le generara aquel ser, sin duda, le iba a hacer arrepentirse de sus palabras.
— ¡Una cantonera es! — Reclamó como el mal perdedor que era. — Y tú has intentado engañar a este gran dragón diciendo que me he equivocado. ¡Me has hecho enfurecer! No sé si vaya a comerlo, pero ahora sí… me quedaré con tu corazón.
En ese mismo instante, el temor de Shaka desapareció, se plantó en una posición recta, levantó el rostro pálido y sus ojos azules se dejaron ver por fin. Empezaba a sentir un vacío en su estómago, estaba a nada de marcharse cuando observó al dragón levantar su garra delantera y hacerle salir arrojado hacia el inicio de los riscos.
Escuchó sus pasos de bestia detrás de él y después un estruendoso grito.
Viró el rostro, pero sólo pudo ver la silueta de la bestia caer herida al suelo… ¿Pero ¿quién?
— ¿Cómo… puedes estar de pie? — Shaka intentó entender las palabras del dragón. Un grito más fuerte y lo último que escuchó fue…una frase corta en voz ronca y herida.
“Lo que me has quitado… no lo necesito… para vivir”
|¤°.¸¸. ·´¯`» Doki Amare Peccavi «´¯`·.¸¸. °¤|
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«.·°·~*~'Maldición‘~*~·°·. »
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