La salida a Hogsmeade estaba planeada para ese mismo sábado sus amigos estaban muy impacientes para salir de compras, James tenía planeado comprar unos nuevos guantes para jugar Quidditch, Peter quería comparar unos caramelos que hasta hace poco no conocía y Sirius la noche anterior había estado platicando con él sobre un collar que quería compara y mandárselo a un Slytherin en especial, él en cambio no quería ni levantarse de la cama pues aún se sentía deprimido por lo acontecido hace unos pocos días, sus amigos asociaban dicho comportamiento a que la luna estaba cerca y él se los había confirmado para que no se preocuparan.
-¡Vamos Lunático!! Necesitas salir para despejarte -Ese era James con sus insistencias -Te compararé todo el chocolate que quieras.
Eso llamo un poco su atención
-Pero tienes que acompañarnos, no quiero que te quedes aquí solo -Finalizó el chico con gafas.
-James tiene razón Moony -Sirius le dedicó una sonrisa -Si te quedas aquí te sentirás peor y nosotros no podemos permitir eso.
-Puede que encuentres un nuevo libro interesante y te levante el ánimo -Comentó Peter.
Soltó un suspiro y poco a poco salió de su cama en busca de prendas limpias para ir a tomar una ducha, Sirius le dio un apretón de hombros cuando pasó a su lado susurrando que si se sentía mareado en los baño que no tuviese pena de pedir ayuda, que él estaría pendiente.
Un tiempo después el cuarteto de amigos salían de los terrenos del castillo rumbo al pequeño pueblo en busca de pasar un buen día. Mientras caminaban iban enfrascados en una charla muy animada sobre Quidditch, pues en poco tiempo empezaría la temporada, Remus no comento mucho al respecto; se mantuvo en silencio y de vez en cuando asentía para hacerles saber que si estaba prestando atención.
Pasaron las horas y Remus se empezó a sentir mejor, pues entre risas y risas olvidaba todo sus problemas, todos ellos compraron todo lo que necesitaban y dejaron al final las compras menos deseadas cuando creyeron que todo estaba cubierto James propuso ir a tomarse unas cuantas cervezas de mantequilla a las tres escobas y todos ellos estuvieron de acuerdo.
El establecimiento estaba un poco abarrotado pues ya era tarde y todos habían tenido la misma idea que ellos pero cuando creían que tenían que ir a la cabeza de puerco una mesa quedó desocupada y Sirius había podido apoderarse de ella, se sentaron y encargaron a Peter para que este fuera por las bebidas, no muy contento el chico fue por ellas pues la vez anterior había sido turno de Sirius. Cuando ya por fin los cuatros contaban con su bebida y asiento empezaron una acalorada charla, Remus no estaba tan metido en ella pues había empezado de nuevo a sentir esa soledad que le consumía y junto a ese sentimiento también venía una ira incomparable con él mismo por volver a sentirse mal
En esa lucha se encontraba cuando su vista captó un destello rubio pasar al lado de la mesa donde se encontraba, la persona que lo tenía así estaba caminando de la mano de la chica que sería su futura esposa rumbo a una mesa no muy alejada de ellos. Su estómago se contrajo y un fuerte dolor atravesó sus costillas muy cerca de su corazón, apartó la mira y la fijó en su vaso medio vacío, luchaba con las fuertes ganas de levantarse y tomar al platinado del brazo y alejarlo de la sanguijuela que tenía pegada a su lado, su respiración se empezó acelerar y sus mano estaban en puños, los nudillos ya tenían un color blanquecino debido a la fuerza que ejercía.
De pronto sintió una mano apretar su hombro esa acción le sacó de su crisis y fijó sus ojos en el dueño de dicha mano, Sirius le veía preocupado pues sus ojos no tenían ese color miel que los caracterizaba sino que estaban de un peligroso tono amarillento. Su amigo no tardó en levantarse y arrástralo fuera de las tres escobas pues pensaba que en cualquier momento se pondría más violento. James y Peter se extrañaron del comportamiento de sus otros amigos y no dudaron en seguirlos, cuando estaban saliendo se toparon con el hermano pequeño de Sirius y Snape; Remus siento que su ira aumentaba al ver al chico ahí parado dirigiéndoles a todos ellos una mirada impasible.
Sirius al sentir su tensión le jaló del brazo y no permitió que él hablara o hiciera algo de lo cual más tarde se arrepentiría, por lo cual a James tampoco le quedó tiempo de soltar algún comentario mal intencionado. Caminaron de regreso al castillo y cuando por fin estaban ya en los terrenos de esté, de un momento a otro Remus se deshizo del agarre en su muñeca y tomó rumbo hacia el espeso bosque prohibido, no paró a pesar de los gritos de sus amigos; en su cabeza solo se hallaban las imágenes del platinado caminado de la mano con Narcissa hacía el altar luego unas imágenes mucho más gráficas de Snape y Malfoy en la cama, sentía que su sangre hervía de la cólera que sentía y el dolor en su pecho se intensificaba a cada segundo que transcurría.
Dentro de la espesura del bosque empezó a golpear árbol tras árbol, sacó unas filosas garras y rasguñó todo a su paso sus dientes empezaron a doler de manera muy intensa pues en su enojo quería que estos se convirtieran en filosos colmillos y así destrozar con sus mandíbulas algún animal que se le atravesara pero lo único que se interpuso en su camino fue un gran perro negro y un ciervo con grandes astas, el perro le gruñó mostrando sus dientes muy afilados, el ciervo le amenazo con sus peligrosas astas. Pero él estaba segado y no diferenciaba que los animales frente a él eran sus mejores amigos en su forma animaga así que se lanzó a ellos queriendo tomar al perro del cuello y ponerlo bajo de él, pero no era así de fácil pues el ciervo se interpuso y uno de sus filudos cuernos se le incrustó en sus costillas pero el dolor no lo detuvo y siguió en su pelea encarnizada.
Luego de unos minutos su cabeza recobró la lucidez y se paralizó ante la escena a sus pies, Sirius en su forma animaga estaba lastimado de una de sus patas y lloriqueaba, James frente a él le defendía. Dirigió su vista a sus manos y le sorprendió ver unas filosas garras manchadas con un poco de sangre. Se dejó caer de rodillas sin apartar su vista de la sangre que goteaba de sus manos. “No puede a ver pasado de nuevo” Fueron sus angustiados pensamientos.
-Ch...Chicos -Apenas Pronunció con voz temblorosa -Yo... Yo no quise la-Lastimarlos -Lagrimas de frustración empezaron a bajar por su rostro, se llevó sus manos; ahora normales, hasta su cabeza y se dejó ir hacia el suelo posicionando su frente contra este -Lo siento tanto, lo siento, en serio lo siento Sirius -Sollozó pidiendo perdón a sus amigos, no podía creer que una vez más había perdido el control y había atacado a sus casi hermanos para él. -No quise hacerlo no se que me pasó -De repente siento un par de brazos tratando de abrazarlo - Lo sabemos Moony, no es tu culpa, es la luna que está cerca -Fueron las reconfortantes palabras de Sirius, visualizo su brazo izquierdo el cual estaba cubierto con un poco de sangre.
-Sirius! Por Merlin -Con manos temblorosas trato de sacar su pañuelo y así limpiar la herida provocada por el mismo.
-Solo es un rasguño -Se dejó oír la voz de James.
-Si, no es para tanto.
-Aún así deberíamos ir a la enfermería -Chillo Peter volviendo a su forma humana
-No podemos ir a la enfermería -Pronunció el herido con un quejido pues en ese instante Remus le había presionado con su pañuelo, tratando así que dejara de sangrar
-¿Pero por qué? -Volvió a chillar Peter
-Pet por favor piensa un poco -Le exigió el chico con gafas, pero al ver que su amigo no daba con la respuesta volvió hablar -Si vamos a la enfermería le preguntarán a canuto como se hizo esas heridas y no vamos a decir que Lunático tuvo una crisis violenta porque si lo hacemos empezarán a tener dudas sobre si Lunático se puede controlar o no
James tenía razón, si por algún motivo todos los que le habían dado una oportunidad para estudiar empezaran a dudar a estas alturas de él, su futuro estaría perdido. Aunque con lo sucedido el que dudaba más de él, era el mismo; pues no era la primera crisis que enfrentaba y el dominante común era Malfoy, si seguía así dudaba mucho poder evitar una tragedia
Luego de ese silencio incómodo decidieron ir a la casa de los gritos; ya que en ella tenían unas cuantas pociones curativas por si en su transformación algo sucedía mal
Cuando ya todos estaban mejor regresaron al castillo por el pasadizo secreto que conectaba el castillo con la casa, no quizo hablar mucho pues se sentía deprimido al ver que no era muy diferente a esos licántropos que atacaban a diestra y siniestra cuando se sentían enojados, él siempre había creído que en su forma humana podía controlar a la bestia que habitaba en su ser pero con esos sucesos ya no estaba tan seguro
Esa noche fue muy tortuosa para él, no pudo pegar el ojo debido a la angustia que sentía; su pecho siempre había cargado con un dolor agobiante pero siempre había podido vivir con el. Pero esa noche sentía que ese dolor le ahogaba, le quitaba el aire y no le dejaba en paz, se levantó de la cama y tomó el mapa del Merodeador obviando tocar la capa de James; salió de la habitación y se dirigió a la torre de astronomía evitando los pasillos donde se encontraban los profesores y perfectos haciendo sus rondas
Al llegar se sentó en el frío suelo y se abrazó las piernas, no estaba muy al orilla pues no quería ver la causante de sus desgracias; la luna, solo quería ver las estrellas y así poder sentirse un poco mejor.