Severus Snape en su otra vida había sido un doble agente, un espía que arriesgaba su vida a cada momento, observador y analítico; la mayoría de ocasiones podía controlar sus emisiones y no se diga de sus expresiones y gracias a ello había llegado a engañar al mago más tenido en ese tiempo.
Y esas agilidades no las había perdido a pesar de haber viajado en el tiempo y que actualmente estaba viviendo de nuevo en sus 16 años. Gracias a ello había notado extraños comportamientos en el cuarteto de Gryffindor’s mas famoso de Hogwarts, el imbécil de Potter seguía evitando tener algún encuentro con él y además se le veía preocupado; Black estaba ansioso y le dirigía miradas que aún no podía descifrar, en ocasiones le parecían deslumbrar anhelo en sus ojos y en otras un resentimiento muy fuerte, ya no le veía con repulsión. El traidor de Pettigrew se le veía asustado más que nada.
Pero el que más extraño actuaba era Lupin. Al parecer se había aislado de su grupo de amigos, tenía profundas ojeras, no se alimentaba y había evitado entrar a varias clases. Podría asociarlo con que su transformación estaba cerca, pero con todo lo que sabía del licántropo gracias a su tiempo compartido cuando este fue maestro de DCAO estaba seguro que su comportamiento se debía a otra causa. Oh también podía estar equivocado y en este año era la peor etapa del Gryffindor para su maldición, pues aún recordaba que hasta ese año había notado que Lupin podía user un licántropo y en los anteriores ni se lo había planteado.
Gracias a su talento y estudio de pociones había podido realizar la posición matalobos, la cual era muy costosa y sabía que el Gryffindor no podía costear. En su otra vida había llegado a entablar una “amistad” con Lupin y aunque tratara de negarlo había llegado hasta sentir cierta afinidad con el licántropo y había llegado a la conclusión de que sería muy beneficioso tener al Gryffindor de su lado; en secreto, pero de su lado.
Pero ahora con su extraño comportamiento no había tenido la oportunidad de acercarse a él y hablarle del tema. Pero si esa mañana Lupin se saltaba Runas antiguas le buscaría en la biblioteca y le llevaría a su estudio para poder jugar sus cartas.
Al otro lado del comedor se encontraba dicho licántropo luchando con sus sentimientos y la ira era el que predominaba por el momento a ser espectador de los arrebatos de una rubia en especial; no tenía que extrañarle pues todo el colegio estaba al tanto de la relación que ambos Slytherin compartían y a todos les parecía normal que la chica tratara de marcar su territorio, menos a él; claro está.
Se había alejado de sus amigos para así tratar de evitar alguna pelea; pero su aislamiento sólo causaba más preocupaciones a estos ya que temían que en cualquier momento entrara en una crisis de violencia y atacara a quien se le cruzara. Había evitado a toda causa las clases de Runas antiguas pues la compartía con Snape y sabía que en cualquier momento le darían ganas de tomarlo del cuello y desasearse de la competencia; pensamiento que le atormentaba y lo hundía en su pozo de remordimientos.
Hizo a un lado el plato con una ración de huevos fritos con salchichas y un trozo de pan el cual hasta hace unos pocos minutos había empezado a comer pero con la escena que presenciaba de Narcissa tomando del rostro a Malfoy y plantarle un beso en la mejilla habían acabado con sus pocas ganas de alimentarse, se levantó y tomó su mochila; la cual estaba un poco vacía pues no había revisado ni tomado todo los materiales para ese día y salió del gran comedor, recordó que la siguiente clase sería Runas antiguas y prefirió ir a refugiarse al bosque prohibido y así evitar cualquier encuentro con Snape, sus amigos hasta ese día no le habían molestado mucho pero sabía que estaban realmente preocupados pues al siguiente día sería luna llena y él aún no había decidido si pasar esta luna llena solo
Camino lo que creyó necesario para que ningún otro alumno le viese o estuviese cerca, tiró su mochila cerca de un gran árbol y se dejó caer posicionándose sobre esta y así relajar su adolorido cuerpo, llevaba unas 4 noches durmiendo fuera de su sala común; la primera noche la había pasado en la torre de astronomía; la siguiente en la sala De Menesteres; otra en un salón abandonado y la noche anterior la pasó en la casa de los gritos, no quería que Sirius le presionara para hablar de lo que le atormentaba pues este ya había descubierto que no se trataba por la luna. Había estado a punto de confesarle cual era su agobio pero antes de que su voz saliera un miedo terrible a ser rechazado le había atravesado el cuerpo y había optado por alejarse y no hablar con ninguno de ellos.
No supo cuánto tiempo pasó tirado en el bosque pero de lo que sí estaba seguro era de el dolor estomacal que tenía por saltarse las comidas. Se levantó y regresó al castillo, le pareció extraño no ver a muchos alumnos por los pasillos pues ya las clases habían terminado según él. Tomó rumbo hacia las cocinas usaría el pasaje secreto y le pediría algo de comer a los elfos, con paso lento siguió y de repente una voz un tanto conocida se dejó escuchar detrás de él.
-Lupin -El dueño de esa voz era una de la causa por las que se estaba aislado y ahora este aparecía buscándolo, lentamente se dio la vuelta y retuvo el impulso de apuñar sus manos.
-Snape -Su tomó de voz no era el mismo que estaba acostumbrado a usar y el Slytherin lo había notado pues levantó una de sus cejas pero no dijo nada al respecto, en cambio le dio la espalda y empezó a caminar.
-Sígueme -Fueron sus únicas palabras, realmente no quería estar a solas con el chico pero le parecía muy extraño que este le hablara fuera de las clases que compartían.
Respiro profundo y siguió los pasos del Slytherin, caminaron un buen tramo de distancia hacia las mazmorras no sabía para que le conducía a ese lugar pero la curiosidad le estaba ganando.
De repente el chico de cabellera negra se detuvo frente a una puerta que no había notado en ningún momento; quizás hechizos de ocultamiento, no lo sabía pero lo que si le asusto fue que Snape le invitara a entrar y que al parecer dentro de esa habitación no hubiera nadie más. Se quedó estático sin siquiera tomar aire pues temía que en algún momento atacara al Slytherin.
-No creo que sea buena idea Snape -Fueron apenas susurradas aquellas palabras cargadas de preocupación y advertencia.
-No te temo Lupin
Por último entró y todo el tiempo mantuvo sus manos dentro de su pantalón para así no apuñarlas y que el otro viera su tensión. Dentro de la habitación pudo ver muchos calderos; ingredientes; libros; pergaminos y un pequeño armario en una esquina.
-Es mi laboratorio -Se dejó escuchar la voz del Slytherin, había serrado la puerta y pudo observar también que su cabello lo había atado en una coleta baja.
Él no quizo responder y se mantuvo quieto en el mismo lugar esperando que el chico le diera una explicación del por qué le había llevado a ese lugar.
-Se que eres un licántropo -Un golpe físico no hubiese tenido el mismo efecto que esas palabras, había palidecido en un instante, miles de preguntas se apoderaron de su cabeza ¿Como lo sabía? ¿Le habría contado a alguien más? ¿Le diría al ministerio? ¿Lo había llevado a ese lugar para chantajearlo? Y peor aún ¿Se lo habrá dicho a Lucius?.
Su pánico fue palpable porque de nuevo se dejó escuchar la voz de Snape.
-No le he dicho a nadie y no pienso hacerlo -Su voz no transmita nada y en su miedo empezaba a creer que sería echado del colegio por el amante de su Mate. En un parpadeo camino hacia el pocionista, lo tomó del cuello y lo estampó contra la pared pero al parecer su reacción fue prevista pues sentía la punta de una varita en su cuello.
-Suéltame
-¿Qué mierda pretendes al decirme que sabes sobre mi condición? -Su voz sonaba ronca y muy amenazante pero el pocionista no mostraba algún signo de miedo pero su olfato lograba deslumbrar una pizca de este y esto le sorprendía pues otro en su lugar hasta se orinaría al ser atacado por un licántropo.
-Suéltame y te lo diré -Sería tan fácil fracturarle el cuello y así quedaría eliminado uno de los amantes de su Preciado Mate. Pero si lo hacía su consciencia jamás le dejaría en paz y claro acabaría en Azkaban.
Con resistencia le soltó y este alejó la varita de su cuello el pocionista se llevó una de sus manos hasta su cuello y lo acarició lentamente, luego procedió agregar su túnica; la cual estaba hecha un desastre por los bruscos movimientos, la varita aún seguía a la vista.
-¿Qué pretendes? -Sus ojos habían adquirido ese tono amarillento y amenazador que tanto miedo le causaba a la sociedad mágica.
-Puede que te suene raro -El Slytherin se había trasladado hasta un pequeño estante el cual contenía diferentes viales de pociones quiso suponer, algunos frascos de vidrio y también unos utensilios afilados. -Pero hasta hace poco empecé a notar raros comportamientos en ti -Su tomó de voz no reflejaba nada y su olfato no percibía ningún rastro de miedo, él que había olido hasta hace poco al parecer había desaparecido aún a pesar de su ataque -Eh de decir que me costó un poco llegar a la conclusión de que eres un licántropo dado a tu actitud; pues para la mayoría un licántropo es un mago violento e irracional, todo lo contrario a tu apariencia.
Lo que Snape no sabía es que si tenía arranques de violencia y en ese precisó instante estaba luchando contra uno de ellos.
-¿Y?
-Como sabrás tengo este laboratorio -Movió una de sus manos para hacer más énfasis en sus palabras -Y me impuse un reto; el cual es recrear y hasta mejorar la poción matalobos que hasta hace poco fue creada.
Había escuchado y leído a cerca de esa poción, esta aliviaba los síntomas de la maldición; impide que los de su tipo pierdan sus facultades mentales después de la transformación. Y así como era difícil de crear era igual de costosa.
-Y al descubrir que tú eres un licántropo he decidido dártela.
-¡Quieres que crea que de la nada descubriste que soy un licántropo y por eso te has puesto hacer una de las pociones más difíciles del mundo mágico y que me la darás por la gran amistad que nos une! Por favor Snape -Su enojo aumentaba a más no poder y estaba teniendo una gran lucha interna para no desgarrar el cuello del chico que estaba frente a él.
-Obviamente no será por nuestra “amistad” como has dicho -El Slytherin dejó los viales que hasta hace poco sostenía en sus manos y camino hasta una pequeña mesa donde tomó una pequeña navaja -Será un trato entre ambos, yo te entrego la poción antes de tu transformación y tú me deberás un favor.
A Remus ese trato no le parecía muy seguro, tenía muchas fallas pues deber “un favor” en el mundo mágico conllevaba un gran significado y muchos problemas pues el Slytherin más adelante le podría pedir que asesinara y él no podría negarse en su totalidad por la deuda adquirida con el. Pero por otro lado tener esa poción le aligeraría su vida, ya que al estar bajo los efectos de ella podría controlar al lobo y así dejar de tener esos ataques tan peligrosos.
-La poción que yo te otorgaría será una versión mejorada; además de tener tu mente lúcida esta te ayudará con el dolor físico que causa la transformación -la navaja que había mantenido en la mano había vuelto a su lugar.
-¿Quién me asegura que ese favor que te deberé no jugará en mi contra? -No entendía la razón por lo cual Snape le proponía ese clase de trato y le parecía muy sospechoso.
-Te aseguró Lupin que todo lo que hago será para buscar el triunfo del bando de la Luz.
Esas palabras no las entendía muy bien ¿Cual bando de la Luz? ¿El Slytherin estaría metido en algo peligroso? ¿Y necesitaba de él para salir airoso de todo eso? No lo sabía, pero de lo que estaba seguro era de que si no obtenía esa poción llegaría a cometer algún error irremediable.
-Aún no sé si confiar en lo que dices pero como has de saber no estoy en mi mejor momento y mañana es la siguiente luna llena así que tomaré tu oferta -No quería estar un minuto más encerrado con el amante de su mate y su mente no estaba del todo lúcida para seguir pensando en las repercusiones de la decisión que acababa de tomar y lo más factible para él era terminar ya con eso.
El Slytherin al escuchar sus atropelladas palabras fue hasta el estante repleto de viales y cristales, tomó una pequeña botella la cual a su suponer contenía la poción de su interés, rodeó la mesa que los separaba y se paró a unos pasos frente a él.
-Desde este momento quedas en deuda con migo, Remus Lupin -Recitó el Slytherin
-Desde este momento quedó en deuda contigo, Severus Snape -Respondió él tomando la botella.
-Se supone que esta poción se debe tomar con una semana de anticipación pero al ser la versión mejorada que yo mismo he creado no habrá problema y te recomiendo que la tomes cuando ya estés en la casucha esa para que el efecto sea mucho más efectivo.
Su vista se fue hacia la botella en sus manos, había leído que la poción tenía un sabor repugnante pero no se atrevía a preguntar pues aún estaba en un trance.
-Quiero suponer que has de entender que pretendo que todo esto se quede solo entre nosotros dos -Podía entender las razones de esa petición pues tener que explicar todo ese embrollo sería un gran problema.
-No diré una palabra, pero si me descubren tendré que decirles por lo menos una parte de la historia -Eran sus mejores amigos y no podría mentirles tan fácil aunque si se ponía a pensar ya llevaba unos cuantos años mintiendo.
-No quiero tener que lidiar con los idiotas de tus amigos Lupin.
-Si llegan a descubrir algo prometo no involucrarte tanto -Prometió
-Claro -Su tomó de voz era de sarcasmo -Solo recuerda que si se atreven atacar no me quedare de brazos cruzados
-Bien -Fueron sus últimas palabras después salió a toda prisa de la habitación en la que estaban ambos pues aún a pesar de todo lo hablado la incomodidad no desaparecía.
Guardo la botella en su mochila y tomó rumbo hacia su sala común rogándole a Merlin que esa poción le ayudara con todo el revoltijo que tenía en su cabeza.
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