Después de su conversación y la inesperada confesión de Sirius la cual lo tomó por sorpresa pues no creía que su amigo fuese a tener sentimientos románticos hacía la persona que siempre había dicho odiar, habían regresado al castillo dirigiendo sus pasos hacia su sala común.
Sirius iba más callado de lo normal posiblemente buscando una manera de acercarse a Snape y que este no lo hechizará en el intento, por su parte quería estar solo pues la pequeña incomodidad en su pecho están creciendo a pasos agigantados y no creía soportar mucho, pero por otra parte quería ignorar todo; no era la primera vez que se sentía así y dudaba que fuera la última
Cuando pasaron por el cuadro de la Dama gorda alguien gritando el nombre de su amigo los sorprendió a ambos, pudo observar como una chica con cabello rubio tomaba del brazo a Sirius y lo arrastraba fuera de la sala común, Sirius solo le hizo una señal de que dentro de poco volvería, el resto de personas que se encontraban en el lugar no prestaban mucha atención al escándalo pues la mayoría ya estaba acostumbrada a los problemas de faldas de heredero Black
El solo soltó un pequeño suspiro y subió a la habitación que compartía con sus amigos, rogándole a Merlin que se encontrara sola para poder dejar salir todo lo que le estaba agobiando en ese momento y por suerte al abrir la puerta de dicha habitación pudo observar que ni James ni Peter se encontraban allí, cerró la puerta tras de él y camino el pequeño tramo que faltaba hasta su cama se tiró en esta sin nada de delicadeza y con los zapatos aún puestos; se posicionó boca arriba fijando su vista en el techo
Una tras otra empezaron a salir las lágrimas que tanto había aguantado desde que Sirius le había confesado que Malfoy y Snape tenían algo más que una simple amistad, sintió que su respiración se entrecortaba debido a sus lágrimas y lamentos pero no podía evitarlo, su corazón sufría en ese momento sentía dolor; tristeza; desilusión; amargura y sobre todo un gran vacío y aunque tratara no iba a poder evitarlo, el dolor era muy grande, su pecho se contraían debido al esfuerzo de tratar que el oxígeno entrara en sus pulmones; sus ojos ardían y en su garganta se había formado un gran nudo. Pero sabía que pronto pasaría la peor parte; pronto dejaría de llorar y de sentir que en cualquier momento moriría.
Al cabo de unos minutos su respiración se empezó a regular, las lágrimas aún salían de sus ojos pero el nudo en su garganta ya empezaba a desaparecer, empezó a inhalar y exhalar de manera lenta para que su pecho dejara de sentir que tenía un peso extra sobre el. Cuando por fin su cuerpo estaba estable se levantó y buscó entre sus cosas un pañuelo para poder limpiar su rostro pues estaba consiente que estaba hecho un desastre, luego volvió acostarse en su cama; cuando su rostro estaba libre de cualquier rastro de lágrimas dejó salir un gran suspiro, se sentía un poco más ligero después de dejar salir todo su dolor aunque aún sentía ese vacío en su pecho y dudaba que en algún momento de su vida llegará a dejar de sentirlo.
Siempre había sido realista con su vida sabía que moriría solo; sin amigos; sin una buena oportunidad de trabajo; repudiado por la mayoría de la comunidad mágica por ser un licántropo y ni hablar de una pareja amorosa, a pesar de todo se había resignado a su futuro grisáceo. Aunque en la actualidad su futuro se había iluminado Gracias a sus amigos ya que estos no lo despreciaban a un a sabiendas de su condición, así que había mejorado su prospecto de vida. Pero todo había cambiado y se había vuelto de nuevo a ese tono grisáceo que antes recordaba pero este nuevo gris no le agradaba en lo absoluto
Todo había comenzado en su cuarto año, su vida se podría decir que estaba estable; sus amigos aún seguían junto a él a pesar de su condición; pasaba los días en medio de risas y bromas con ellos, lo único que opacaba su pequeña felicidad eran las noches de Luna llena pero con la ayuda de sus tres amigos había logrado salir a delante. Pero todo cambio en primavera de ese mismo año, su etapa de celo había despertado y la había pasado muy mal pues la urgencia de aparearse le carcomían la mente, no pensaba más que en engendrar una camada de cachorros y lo que más le asombraba era con quien quería esa camada pues no era ni más ni menos que Lucius Malfoy.
La comunidad mágica no tenía mucha información a cerca de los hombres lobos y él, al haber crecido escondido y sin ningún tipo de comunicación con algún otro licántropo su celo le había tomado por sorpresa, Dumbledore al ser informado de su situación dispuso una habitación secreta en la misma sala común y así aislarlo para evitar algún accidente. Su celo había durado tres días; tres días tortuosos llenos de pensamientos obscenos dirigidos al príncipe de Slytherin, agobiantes y muy agotadores
Cuando por fin su celo había pasado se sintió fatal ¿Por qué había pensado en él Slytherin? ¿A caso le gustaba? ¿Los chicos le gustaban? Una y mil preguntas más se formaron en su cabeza sin una sola respuesta para sus inquietudes cuando por fin se reunió con sus amigos no encontró el valor necesario para poder confesarles en lo que había pensado durante ese periodo, sus amigos habían bromeado con respecto a ello jugando y avergonzándolo todo lo posible
Cuando retomo las clases no podía ni dirigir su vista hacia Malfoy sin que su rostro tomara un tono rojizo debido a la vergüenza que sentía, había pasado mucho tiempo en la biblioteca buscando toda la información relacionada a los licántropos tratando de encontrar una respuesta a sus preguntas al cabo de unos dos días había leído todo lo referente a su condición sin encontrar algo que le ayudara por lo que optó a buscar un libro fuera del castillo, sus amigo le habían dado su espacio pues creían que era un tema muy delicado para él y les agradecía su comprensión. La siguiente salida a Hogsmeade se pasó todo el tiempo en la librera leyendo y leyendo libro tras libro y cuando pensó que tendría que recurrir al callejón Diagon encontró lo que buscaba, con el poco dinero que había ahorrado pudo cómpralo.
Esa misma noche se la paso leyendo pagina tras página, descubriendo cosas que no le agradaron ni siquiera en lo más mínimo cada letra que leía le parecía una tortura, no quería creer lo que leía no podía aceptarlo así como así, tenía la vaga esperando de que lo escrito fuera solo una idea errónea pues no quería aceptar que el maldito lobo que habitaba en su interior había escogido a Lucius Malfoy como su única pareja amorosa por el resto de su vida.
Pero lo escrito en ese libro no le dejaba escapatoria alguna.
“Se dice que los lobos buscan compañero para su vida una pareja para aparearse y compartir, que suelen ser monógamos, pero que a la muerte de su compañero se buscan otra pareja. Al contrario de los lobos, los licántropos tienen solo una pareja posible en la vida, esta, recibe el nombre de mate, que quiere decir compañero. No se conoce mucho de las tradiciones o requisitos para elegir a dicha pareja pues la comunidad mágica los caza y no permite que convivan en el mundo mágico por ser una criatura muy peligrosa.”
—El Lazo
Llamamos lazo a eso que une a la pareja permitiéndoles encontrase y reconocerse sin importar las circunstancias. Se conoce muy pocos casos de licántropos que tengan un sentimiento de amor en un principio por su mate de hecho el sentimiento es el deseo de proteger algo la compañía y la seguridad por sobre el amor. Aquellos que conocen a su mate lo saben al acto de conocerlo, ya que es por sobre todo el instinto quién se lo señala pero hay ciertas cosas que pueden notarse cuando esto pasa por las que pueden estás seguros de los sentimientos. Estos son: 1. El aroma de su mate es más fuerte que los demás y tiende a ser muy atrayente. 2.Se dice que cuando se ven por primera vez siente un escalofrío recorrer su cuerpo.
Esto es lo poco que se conoce del lazo.
—Rechazó
Cuando el licántropo conoce a su mate y este lo rechaza y no llegan a formar el lazo el alfa sufre en mayor parte pues el mate tiene la ventaja de escoger a otro compañero, aunque esto no lo exime de incomodidades que con el tiempo pueden llegar hacer superadas. En cambio él alfa no puede hacerlo y en los pocos casos que se a podido investigar han habido relatos donde dicen que los alfas rechazados mueren de tristeza.
Al terminar de leer no sabía que hacer con él comulgó de sentimiento que le invadían en ese momento “Una sola pareja posible en la vida” repitió en su mente y la pareja que el lobo había escogido era la única persona que jamás le vería como una opción. Recordaba que al ver por primera vez al platinado sintió que un escalofrío le pasaba desde la punta de sus pies hasta la cabeza y en su momento creyó que era su instinto de supervivencia.
Después de descubrir todo lo que pasaba se pasó analizando su comportamiento y el del platinado; descubrió que Malfoy le evitaba a toda costa y que él no podía pasar una hora sin dirigir su vista hacia el. Con el tiempo pudo aprender a controlarse mejor y ahora en la actualidad le ignoraba de igual forma.
Pero cada vez que se enteraba que el mayor tenía pareja le entraban esas crisis y no podía evitarlo, pasarían varios días hasta que volviera a la normalidad; lo mejor sería evitar un poco a Snape ya que sus instintos estaban a flor de piel pues estaba a pocos días de su transformación.