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Demons por RLangdon

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-¿Y?, ¿está todo bien?

Ante la pregunta, Naruto negó en ademan y corrió hacia Kakashi. Por alguna razón se sentía protegido con él. No importaba si no existía la confianza entre ellos, e incluso debería odiarlo por desconocer el motivo de haber terminado sosteniendo relaciones sexuales con él. Probablemente lo había forzado.

El último pensamiento, lo hizo reconsiderar mejor la situación. No conocía a ninguno, y ninguno lo conocía a él. Optó por retroceder, mirándolos alternadamente, temiendo que fueran a atacarlo al verlo solo e indefenso.

-Vaya, inclusive a ti te considera una potencial amenaza- comentó Itachi con frialdad. Sin reflejar emoción alguna en sus facciones. Kakashi en cambio endureció la mirada, volvió a centrarse en Naruto y la actitud cohibida que ahora demostraba.

Naruto no sabía que pensar al respecto. Por un lado no estaba seguro de si aquel encuentro con Kakashi había sido real o solo alucinaciones. No tenía duda de que se habían encontrado, pero al perder el conocimiento le costaba hilar las escenas de lo acontecido después. Con el otro joven no podía bajar tampoco la guardia, lo había forzado a que lo besara y de no haber llegado Kakashi, las cosas posiblemente habrían avanzado para peor.

-Orochimaru-san...- murmuró y dio otro paso hacia atrás al ver que los dos muchachos avanzaban en su dirección. - ¡Orochimaru...mmh!- miró con temor al de cabello plateado que acababa de cubrirle la boca con una de sus manos. Naruto supo entonces que se encontraba en peligro. Cerró fuertemente los ojos, esperando afrontar el destino incierto que lo aguardaba.

-Asustaras a mis cachorros- le aclaró Kakashi, retirando poco a poco su mano. Naruto lo miró sumamente confundido al ser liberado. Momentos después los ladridos cobraron intensidad.

Una multitud de perros de caza se posicionaron delante de su amo, agitando la cola en señal de expectativa.

Itachi alzó una ceja inquisitivamente cuando dos de los perros más grandes comenzaron a ladrarle de manera amenazante.

-Saben reconocer a un enemigo a kilómetros de distancia- murmuró Kakashi, ensanchando la sonrisa, apenas un sutil pliegue bajo la oscura mascara. Naruto aguardó temeroso, viendo como la situación empeoraba cada vez más.

Fue un impulso el que lo llevo a interponerse entre los furibundos perros y su objetivo. De brazos extendidos se posicionó frente a Itachi.

-¿Qué haces?- lo cuestionó Kakashi, molesto, sin comprender el motivo de que el chico defendiera a quien había atentado contra su integridad física momentos antes.

-Podemos solucionar las cosas hablando, de veras- más que petición, era una súplica. Los perros mantenían la mandíbula fuertemente apretada, esperando la más mínima señal de su dueño para arrojarse sobre los intrusos.

Suspirando, Kakashi hizo sonar sus dedos. La jauría de perros corrió hacia él, sentándose a su lado, quietos y sumisos. Naruto miró la escena atónito. Asumiendo que aquel entrenamiento debió haberle tomado años.

-Eres mi protegido y sin embargo eres tú quien intenta protegerme a mí. Eres verdaderamente impredecible- ante las palabras de Itachi, Naruto solo atinó a sonrojarse. Ni él mismo entendía su propio comportamiento. Solamente sabía que no quería que se suscitara una disputa por su culpa. Usualmente buscaba soluciones que no implicaran la violencia de por medio, aun si era él quien terminaba herido. Lo hacía sentir bien de alguna extraña manera.

Un momento... ¿había dicho protegido?, ¿a que se refería con eso?

Volteó y ladeó ligeramente la cabeza hacia un lado, presenciando al apuesto joven confrontándose visualmente con Kakashi. Ambos sosteniéndose la mirada, diciéndose todo sin necesidad de palabras. El odio era perceptible y la sensación de incomodidad también.

-¿No van a lastimarme?- Naruto decidió terminar con aquel fatídico intercambio de miradas.

-No de la manera en que piensas- fue la escueta respuesta de Kakashi. Las pupilas azules tintinearon temerosas por la confusa contestación. Sin preverlo, Itachi lo tomó de los hombros para susurrarle algo en el oído.

El cuerpo de Naruto se petrificó al escucharlo. Aun después de que Itachi se hubo alejado nuevamente para adentrarse en el cultivo, el rubio permaneció inmóvil, en aparente estado de shock.

Kakashi no dudó en acercarse al chico para llevarlo sobre su espalda hasta su residencia, y Naruto no se opuso en lo mas mínimo. Se sentía incapacitado para caminar, y sobre todas las cosas, escéptico por lo que había escuchado de aquel muchacho.

Desechó la idea de inmediato y cuando se supo a salvo, bajó de la espalda de Kakashi para mirar a su alrededor. La casa lucía acogedora, elegante, ordenada. Era mucho más grande que la casa de Orochimaru pero notó que no había cuadros ni fotografías en la recámara a la que había sido llevado. Solo artículos personales y muebles de estilo rústico. Se sintió más confortable en ese lugar, pero al mismo tiempo dedujo que ya había estado allí al reparar en los ventanales rotos.

Su cuerpo se tensó al dar por sentado que su sueño no había sido como tal. Kakashi y él habían sostenido relaciones sexuales, y aunque no había estado consciente al principio, había ido cediendo lentamente.

Naruto se vio a sí mismo jadeando el nombre del joven de cabello plateado, asiéndose a su espalda al tiempo que era penetrado con ímpetu bajo las delgadas sábanas.

-¿Estás bien?- se mordió los labios con fuerza y se vio obligado a asentir, temiendo que la situación se complicara si le hacía ver que estaba al tanto de todo. Solo debía prestar atención al más mínimo detalle y retirarse en cuanto le fuera posible. -Forasteros como él no se ven a menudo. Pero te estaría mintiendo si te dijera que no lo he visto antes- añadió Kakashi dubitativo. Naruto se sentó a la orilla de la cama, mareado. Kakashi optó por acercarse y al colocar el dorso de su mano sobre la frente del rubio, corroboró lo obvio. -Tienes fiebre.

La mirada pérdida de Naruto se lo dejó más en claro.

-Espera aquí- musitó antes de retirarse a otra de las habitaciones. Naruto se dobló un poco al escuchar el sonido emitido por su estómago, no había tenido tiempo de comer bien y se había expuesto mucho al sol, además de la caminata que se había prolongado por su ignorancia. Tenía muchísima hambre, pero ya no se sentía seguro en ningún lugar. Era muy probable que se encontrara nuevamente con aquel joven de piel lozana que se hacía llamar Itachi Uchiha. Orochimaru en cambio, había estado actuando muy extraño, pero Naruto sabía que no debía desconfiar tanto de él, era el amigo de Jiraiya después de todo. Tenía que acatar sus peticiones y no había hecho más que desobedecer desde que llegó.

Pensó en el libro extraño que había extraído, no conocía cuál había sido su destino, pero supuso que Orochimaru lo habría encontrado, después de todo, lo había reprendido por ello.

-Mmm...sabes que me ha molestado tu actitud de hace rato, ¿cierto?- inquirió Kakashi entrando de nueva cuenta a la habitación. Naruto encogió las piernas sobre la cama, desconfiado. -Pides ayuda pero manejas la situación a tu antojo- se acercó a la cama y le entregó a Naruto un vaso con agua y dos pequeñas píldoras que, el rubio miró intrigado. -Son para la fiebre.

-No puedo tomar pastillas- negó Naruto con la cabeza. Odiaba el medicamento de todo tipo. En el hospital siempre lo hacían tomarlas y le irritaban el estómago. Además, había tenido una mala experiencia con ellas cuando atacó sin pensar a Jiraiya. No quería depender de las píldoras nunca más, y estaba dispuesto a tener que lidiar con cualquier enfermedad con tal de cumplir su palabra.

-¿No puedes o no quieres?- lo cuestionó Kakashi, sentándose a su lado. Naruto mantenía los labios ligeramente entreabiertos, se le dificultaba respirar por la nariz y sus mejillas estaban coloreadas por la temperatura que iba en aumento.

-Viéndote así...me dan ganas...- despacio, Kakashi acarició los cabellos rubios. El agua dentro del vaso se agitó por el repentino toque. Naruto alzó la mirada, nervioso.

-No se atreva a tocarme- le advirtió, tratando infructuosamente de ocultar su miedo.

Sin embargo sus palabras no tuvieron ningún efecto en Kakashi, quien, complacido por la reticencia del chico, le quitó el vaso de las manos para ponerlo sobre el buró junto a la cama. Posteriormente empujó a Naruto de los hombros, forzándolo a recostarse.

Las pestañas de Naruto temblaron cuando cerró con fuerza los ojos. La respiración sobre su cuello se intensificó antes de que una serie de besos ascendieran hasta su clavícula.

-No...- se preparó para forcejear pero ni bien dijo la frase, Kakashi se retiró enseguida.

-No estás en condiciones de cualquier manera- comentó lacónico, levantándose del colchón para ir hasta la ventana. Naruto frunció el entrecejo, a sabiendas de que ese encuentro ya había tenido lugar antes.

-Usted...- no supo si referirse de ese modo. Después de todo, Kakashi parecía bastante joven, aunque mayor que él definitivamente. -Y yo tuvimos...- se ruborizó mas y miró hacia otro lado, apenado por concluir la frase.

-¿Sexo?- concluyó Kakashi, dándose vuelta. Su mirada profunda denotó diversión y lujuria a partes iguales. Naruto asintió, espetándose mentalmente que, de estar Kakashi a su lado, lo habría abofeteado por decirlo de ese modo. Como si hubiera sido un juego. -Creí que no lo recordarías.

-En primer lugar, yo no pedí su ayuda- habló Naruto, poniéndose de pie, más que dispuesto a irse. -Pensé en hacerlo pero no pude porque Itachi me estaba...

-Oh, a él lo llamas por su nombre y a mí en cambio me tratas con formalismos- una suave y fingida risa escapó de los labios de Kakashi.

Naruto parpadeó por la recriminación. ¿Estaba celoso?

-No trate de engañarme, ¿abusó de mi?- lo apuntó con el índice, pero su determinación flaqueó a cada paso de Kakashi. Finalmente Naruto bajó la mirada al tenerlo a escasos centímetros frente a él. Kakashi se inclinó un poco, permitiendo que las narices de ambos se rozaran.

-¿Es abuso cuando la relación es consentida?

Naruto negó rápidamente. Maldiciéndose poco después de haberlo hecho. Ahí estaba su respuesta.

-¿Me dirás a qué viniste o lo tengo que averiguar?- el nerviosismo volvió a hacer estragos en Naruto cuando Kakashi le sostuvo firmemente la mirada, en busca de una respuesta.

-Orochimaru san dijo que dabas clases- articuló, inseguro.

-Así es- sonrió Kakashi, alborotándole el cabello. Naruto lo miró con reproche por aquel exceso de confianza. Aunque no debería sorprenderle, ya habían intimado y él lo permitió. -¿Serás mi alumno?

Indeciso, Naruto asintió. Sopesando vagamente la idea de desobedecer por segunda ocasión, pero descartando inmediatamente la idea. No quería meterse en más líos por no acatar las peticiones de Orochimaru. Además, le haría bien. Necesitaba distraerse hasta que Jiraiya regresara por él.

-Irremediable. El revoltoso rubio cabeza hueca será mi estudiante.

-No me llame así- pidió Naruto, torciendo levemente los labios en un mohín de disgusto.

-Cierto- arguyó Kakashi, robándole un corto beso que provocó que Naruto enrojeciera aun mas. -Tener desórdenes mentales no te convierte en un cabeza hueca.
**

Afortunadamente la fiebre había descendido bastante. Naruto sabía que eso en parte se debía a la ayuda de Kakashi y el efectivo remedio casero de emplear compresas con agua fría y darle a beber agua cada cierto tiempo. Se sentía indudablemente mejor pero tenía tantas dudas al respecto que, no sabía cómo exponerlas.

Kakashi, su ahora Sensei, sabía lo que él padecía. Se había enterado de algún modo y la única conclusión que sacó Naruto, fue que, mediante sueños, al estar dormido quizá, se había delatado. Y se apenaba, le daba vergüenza el simple hecho de que Kakashi conociera esa faceta suya que tanto deseaba erradicar. Si estaba o no trastornado, era algo que prefería reservarse, y de ser posible, olvidarse totalmente de ello. Antes pudo estar enfermo pero ahora se sentía mejor que nunca, más lucido de lo que alguna vez estuvo bajo vigilancia médica.

Mientras tanto se esforzaría por continuar del mismo modo.

Terminó de leer el párrafo y situó su mirada en la siguiente página.

-Suéltalo- Naruto hizo caso omiso a la voz de Kakashi y continuó con la lectura, era la primera vez que se interesaba con algo ajeno a lo que implicaba su rutina, y extrañamente le gustaba. Quería aprender más, sumergirse en lo que le ofrecían aquellos libros repletos de información, plagados de fantasía, mundos imaginarios que lo trasladaban a lugares místicos en cuestión de minutos. Acababa de encontrar una salida a su dolor...y le gustaba.

-Debes olvidar eso- prosiguió Kakashi, soltando un sonoro suspiro. Naruto continuó enfrascado en la lectura. -Créeme, he conocido a muchos que se han sentido como tú. En serio, los que siguen ese sendero... nunca terminan bien. Al final no lograras nada, solo un enorme vacío.

-¿De qué habla?- viéndose interrumpido una vez más, Naruto dejó el libro a un lado. Estaba por replicar de nueva cuenta cuando los labios de Kakashi le robaron el aliento de golpe. Se había quitado la máscara en su descuido.

La suave piel rozaba su mentón con insistencia. Naruto fue cediendo poco a poco. Se asió del cuello de Kakashi con un brazo y dejó que sus labios se fundieran en un demandante beso.

No sabía por qué pero el cosquilleo en su estómago le agradaba. De repente no le importaba estar haciendo mal por seguir esos impulsos. Pronto se sorprendió a sí mismo correspondiendo a los bruscos movimientos de lengua, y se odió por eso.

Por disfrutar tanto un contacto labial con quien ahora se suponía sería su profesor. Entre beso y beso, los labios terminaron ardiéndole. Naruto tomó aire por última vez, entregándose a la habilidad labial de su Sensei, sucumbiendo a la lujuria hasta que se percató del tiempo.

-Tengo que...irme- musitó entre ambas bocas. Sus labios se habían enrojecido un poco. Pero a pesar de la petición, Kakashi volvió a besarlo, silenciándolo y entrelazando los dedos de ambos. Naruto tembló bajo el cuerpo del mayor, fue una descarga placentera la que le recorrió el bajo vientre y lo forzó a apartase de manera definitiva, por más desorientado que se sintiera. -Es en mmh...serio- forzosamente se puso de pie. Kakashi lo imitó poco después, volviendo a colocarse la máscara, sin estar del todo de acuerdo con aquella decisión tan precipitada.

Le encantaba la contradicción del chico.

-He saldado contigo la deuda que teníamos pendiente- le informó en tono lacónico. Naruto lo observó fijamente. -Me has llamado y acudí. Si necesitas otro favor, y no dudo que sea pronto...

-No lo diga- lo interrumpió Naruto, limpiándose los labios, irritado por la frialdad del joven para hablar de eso como si se tratara de un común acuerdo entre ellos en base a favores sexuales. -No le estoy pidiendo nada y tampoco hay nada entre nosotros, solo fue...

-¿Un desliz?- preguntó Kakashi con ironía. Naruto asintió y con un breve ademan se despidió, partiendo nuevamente hacia la casa de Orochimaru.

Se sintió aliviado al llegar, principalmente porque ninguna amenaza se presentó en el trayecto. Ya estaba lo suficientemente desorientado para lidiar con más inconvenientes. Aún se recriminaba una y otra vez el porqué de su actuar. Se había besado con quien sería su Sensei, la misma persona con la que tuvo relaciones.

Y el otro muchacho, el que lo besó a la fuerza, ¿Por qué lo había defendido?

No se entendía él mismo y se frustraba con mucha facilidad. Se presionó la cabeza con ambas manos y entró lentamente a la vivienda, ya había oscurecido y no quería molestar a Orochimaru.

Naruto notó al caminar por el pasillo hacia el diván, que la puerta de otra de las recamaras se encontraba entreabierta. Nuevamente la curiosidad hizo estragos en él. Naruto se mordió los labios y empujó suavemente la puerta, creyendo que se encontraría con Orochimaru, pero la habitación estaba solitaria cuando encendió la luz.

Entró con mucha cautela y observó una carpeta amarilla sobre el escritorio, el único mueble de la habitación.

Dentro de la carpeta, Naruto extrajo una hoja y la leyó rápidamente.

"Paciente: Naruto Uzumaki

Edad: 15 años

Antecedentes médicos: trastorno de identidad disociativo

Avances:..."

Naruto aferró la hoja contra su pecho, sus ojos se cristalizaron rápidamente. Sabía que debía haber una razón para que Orochimaru tuviera su expediente en su poder. Incluso Jiraiya pudo habérselo proporcionado, sin embargo, eso no impidió que la tristeza lo embargara al saberse afectado por una enfermedad que ni siquiera conocía, una de la que no estaba al tanto.

Dejó los papeles en su lugar y al dirigirse al diván, se permitió sollozar otro poco, abrazando las rodillas sobre su pecho. Ignorando su entorno hasta que oyó un suave ruido en uno de los rincones.

-¿Orochimaru san?

Levantó la mirada y enfocó una sombra que lentamente se alargaba. Naruto se levantó de inmediato al no recibir respuesta. Encendió la luz y se quedo estático al ver al muchacho que se aproximaba silencioso hacia él.

-¿Itachi?- pronunció en voz baja, temeroso de que su mente le estuviera haciendo una mala jugada. Tal vez solo estaba soñando. Pero la realidad se hizo más evidente cuando Naruto observó la ventana abierta.

-Eres obstinado- murmuró Itachi, terminando con toda distancia entre ellos, tomando a Naruto del mentón para que lo mirara a los ojos. -Te pedí que te alejaras de él. No lo tolero.

Naruto pestañeó un par de veces antes de sentir la firme presión en sus labios.


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