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Festival del amor por RLangdon

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Naruto estaba aburrido. Llevaban una hora sentados en el puesto sin vender un solo tazón de ramen o un mísero tomate. Ya no quería estar más tiempo sentado. Veía, a su alrededor, las decenas de llamativos puestos y no podía contener la emoción ni las fuertes ganas de ir a divertirse. 
 
A su lado, Sasuke se había quedado dormido, con los brazos cruzados sobre la mesa. 
 
Además, a Naruto le dolía el estomago luego de haber ingerido unas píldoras de soldado que Sakura le había dado a probar minutos antes. 
 
Realmente sabían asquerosas, pero tuvo que comerlas al ver la expresión de Sakura augurandole un buen golpe si se atrevía a escupirlas. 
 
Tras meditarlo un rato, decidió esconderse tras los arbustos para hacer unos cuantos clones de sombras para que lo cubrieran mientras se ausentaba un rato. Con suerte, Sasuke no se daría cuenta.
 
**
 
-Nee, Naruto ¿sucede algo?- ante la pregunta de Tenten, el rubio reaccionó. Había experimentado una sensación de lo más reconfortante por intervalo de unos segundos. Se imaginó que a uno de sus clones le estaría yendo bien en las ventas y lo dejo pasar.
 
-Si- se terminó la brocheta y tomó otras dos de la parrilla. No llegaba a comprender cómo es que al prodigio de los Hyuga se le daba tan bien la cocina. Seguro que ni Sasuke podía dorar perfectamente los camarones.
 
"Sasuke..."
 
Naruto hizo un mohín de contradicción y tomó una brocheta más para el amarguete del Uchiha. Quizá si lo contentaba con comida, le perdonaría la vida por haberle dejado casi todo el trabajo.
 
-Mi sapito aun esta muy lleno- sacudió el monedero de arriba abajo y buscó con la mirada el puesto de las máscaras.
 
**
 
Hinata tenía las mejillas totalmente arreboladas mientras se cubría los labios con las manos. Sus ojos perla se centraron en uno de los parrafos de la receta.
 
-S-Sakura San- tartamudeó insegura. La kunoichi de cabello rosa dejó escapar un fuerte exhalido. Se había puesto de pie porque se le había entumecido el trasero. En verdad quería que el evento concluyera de una buena vez para poder irse a su casa y tomar un largo y relajante baño.
 
Cuando Hinata alzó un poco más la voz al llamarla, Sakura parpadeó, se giró hacia su costado y vio a Hinata sosteniendo el libro de recetas con manos temblorosas, señalandole con el dedo indice una parte del texto.
 
Sakura entrecerró los ojos, una palidez fantasmal se apropió de su rostro al ver el dobladillo por encima de los ingredientes. Hinata uso su uña para aplanar el doblez.
 
-L-Los ingredientes eran p-para doscientas pildoras.
 
Habían preparado menos de la mitad.
 
-¿Cuales son los efectos secundarios?- Sakura le arrebató el libro de las manos para buscar por si misma las contradicciones de las pildoras. Afortunadamente solo habían vendido unas cuantas, pero...
 
"Naruto..."
 
**
 
Sasuke había estado buscando al revoltoso rubio por las inmediaciones del bosque. Cuando se convenció de que Naruto había regresado, cesó con la fallida busqueda
 
No lo entendía. Naruto había estado llorando cuando él despertó, lo oyó lamentarse de su pasado y exhibir amargas lágrimas frente a él siendo que, Sasuke lo conocía lo suficiente para afirmar que Naruto se tragaría su dolor estando el presente.
 
Un par de ocasiones habían hablado sobre su oscuro pasado. No obstante, jamás llegaban a sincerarse del todo. Por lo menos no a los extremos de mostrarse vulnerables frente al otro.
 
Al hallarse a pocos metros del puesto, Sasuke se frenó en seco. Naruto estaba en su lugar con una sonrisa de oreja a oreja, atendiendo a un cliente que resultó ser uno de los aliados de la arena.
 
-Gaara- la expresión de Sasuke se tranformó a una de estoicismo. Sin darse cuenta, empezó a apretar los puños, sus uñas se hincaron en la palma de ambas manos, pero no sintió dolor alguno, al menos no fisico.
 
Gaara miraba neutral a Naruto. Tenía los brazos cruzados sobre su pecho y en su semblante se dibujaba un leve vestigio de confusión.
 
-Como eres mi primer cliente, te regalaré un tazón.
 
-Naruto- terminando de acercarse, Sasuke lo tomó del brazo para escrutar sus aniñadas facciones. No había rastro alguno de lágrimas en ellas, sus parpados no estaban hinchados y la sonrisa que Naruto esbozaba era tan genuina que Sasuke tuvo que soltarlo para pedirle una explicación por su arbitrario comportamiento, incluso se olvidó por completo del pelirrojo que observaba impavido la escena.
 
-¿Llorando?- Naruto sonrió con mucho más enfasis. -¿Por qué iba a llorar cuando estoy feliz?...mira, si lo que quieres es un poco de ramen, puedes tomarlo- le entregó un razón. Sasuke bufó molesto. -Cuando llegué, vi que no estabas y decidí ayudarte, dattebayo. Pensé que estabas ocupado.
 
-Para ya con esta broma, Naruto.
 
El clon optimista alargó el brazo y palmeó el hombro del Uchiha comprensivamente.
 
-Tenemos que atender a los clientes, ttebayo. Si te sientes triste podemos...no sé, cantar o tomar algo.
 
Gaara, que hasta ese momento permanecía indiferente, se aproximó más hacia Naruto. Había algo extraño en el rubio que no era capaz de definir.
 
-Tu sonrisa- extendió la mano hacia la boca de Naruto y le rozó las comisuras de los labios. El clon le devolvió una mirada de extrañeza. -Nunca sonríes asi.
 
-¿A que has venido, Gaara?- para cuando quiso darse cuenta, Sasuke ya se había interpuesto entre ellos. Sus ojos refulgían odio y rivalidad.
 
-¿Es que tengo que dar explicaciones?
 
El clon optimista hizo un aspaviento con la mano para restarle importancia al asunto.
 
-Dejen de discutir y coman ramen gratis, dattebayo.
 
-Volveré en otro momento- informó Gaara en tono laconico. Se dio media vuelta y se alejó rumbo a la multitud de Shinobis en pos de evitar un posible -e innecesario- enfrentamiento.
 
-Tú no eres Naruto- Sasuke trató de leer la cristalina mirada del clon. No había ningun otro sentimiento en sus ojos que no fuera la inusitada alegría que el rubio exhibía. Sin embargo su chakra era el mismo. No podía tratarse de un impostor.
 
¡Auch!- el clon se quejó al recibir un duro puñetazo en el estomago que, de no ser porque había tensado los musculos abdominales a tiempo, lo habría derribado. -¡Oye, eso me dolió!- se enderezó lentamente, con una lagrimilla deslizandose por la comisura de su ojo derecho.
 
Sasuke miró atonito como su conjetura inicial se hacía añicos al no disolverse la presencia. Un clon no podía tener tanta resistencia, bastaba un fuerte y certero golpe para que se desvanecieran.
 
-Esta bien- dijo el clon con suavidad, la sonrisa retornó pronto a sus labios. -Te perdono porque sé que no lo hiciste con mala intención.
 
Entornando los ojos, Sasuke se aventuró a caminar hacia el bullicio, supuso que allí encontraría la respuesta que tanto ansiaba saber.
 
-¡Cuidaré el puesto por ti, ttebayo!
 
**
 
En menos de quince minutos, Sasuke había recorrido la mitad de los puestos y no vio por ningún lado a Naruto.
 
Sin embargo, notó, al pasar por otro de los locales, a dos presencias femeninas ocultandose de él.
 
Suspirando para serenarse, Sasuke se dirigió al puesto de Sakura y Hinata. Ambas Kunoichis agachadas detrás del carrito.
 
-Sakura- la llamó con voz grave. La recién nombrada salió de su escondite con una expresión de absoluto temor y nerviosismo. Hinata permaneció en su sitio.
 
-¿Si, Sasuke kun?- había leído y releído los efectos secundarios de las pildoras, pero el único aspecto negativo que encontró fue el de la desestabilización del chakra. No sabía como eso podía repercutir en el sistema de un Shinobi, pero presentía que no le iría muy bien si Sasuke se enteraba de ello.
 
-¿Has visto a Naruto?
 
Sakura exhaló con alivio, se limpió unas perlas de sudor de la frente y sonrió tenuemente.
 
-No.
 
-Hmp- sin mediar más palabras, Sasuke continúo su recorrido por los establecimientos. Estaba empezando a frustrarse por la situación liosa que Naruto había creado intencionalmente.
 
"¿Con que objeto?"
 
No pudo responder su propia duda mental cuando lo vio un par de puestos más adelante. Naruto estaba sentado frente a una mesa improvisada, sosteniendo un espejo frente a su rostro y poniendose ¿rimel...?
 
-¿Na..ruto?- Sasuke pestañeó incredulo al verle más de cerca. El clon dejó el espejo a un lado y le sonrió, carismatico.
 
-Cariño, tienes la piel muy pálida- agarró la cosmetiquera y se la ofreció al Uchiha, cuya ceja izquierda había sufrido un leve tic nervioso.
 
-¿Qué demonios haces?- aunque ahora estaba totalmente convencido de que no se trataba de Naruto, Sasuke intuyó que aquel clon, (impostor, espejismo, o lo que fuera), sabría la ubicación exacta del verdadero Naruto.
 
-Emm ¿ponerme guapo?- contestó el clon con un gesto que pretendía ser coqueto. Sasuke contó mentalmente hasta diez antes de volver a hablar.
 
-Me refiero a qué haces aqui y en dónde se encuentra Naruto.
 
Poniendose una fina capa de brillo labial, el clon se puso de pie.
 
-Tienes una tez de muerte, cariño. Te hace falta un bronceado, pero podemos improvisar- Sasuke lo detuvo a tiempo de la mano para evitar que le acercara el rubor. El clon frunció los labios mientras inspeccionaba de cerca los ojos oscuros del Uchiha. -¡Ay, pero que envidia!, tienes unas pestañas súper chinas, dattebayo.
 
-¡Naruto!- se impacientó Sasuke, quien, ahora tenía el entrecejo completamente fruncido.
 
-Me pondré otro poco de máscara- comentó el clon, hurgando entre la cosmetiquera que le había prestado Ino minutos antes.
 
No. Definitivamente, ese, no era Naruto.
 
Sasuke dio un respingo y se marchó. Quería, ansiaba, y necesitaba llegar al fondo de esa locura.
 
-¡Fijate por donde vas, Teme!- no había caminado más de unos metros cuando el despistado rubio chocó de frente con él.
 
Sumamente molesto, Sasuke lo tomó del cuello de la chamarra, atrayendolo más hacia él. No tuvo tiempo de preguntarle nada, ni siquiera logró reaccionar cuando el rubio lo escupió intencionalmente en el rostro.
 
Y ese fue el limite de Sasuke Uchiha...
 
***
 
-Ah, estoy tan lleno, dattebayo- golpeandose con suavidad el estomago, Naruto optó por retirarse. Ya había comprado lo que quería, pero seguía sintiendose inusualmente vacío.
 
Despues de pagar, Naruto tomó el plato desechable y avanzó entre la muchedumbre que, minuto a minuto, crecía cada vez mas. Y no era para menos, Neji y Tenten habían dicho que el comite que Shizune y Tsunade habían seleccionado iba a propocionar el atractivo principal del festival. Aun era temprano, pero Naruto estaba impaciente y emocionado por ver los fuegos artificiales. Tendría que buscar un sitio con buena vista, y por supuesto invitar al Teme.
 
-¡Banzai!
 
Naruto hizo malabares con el plato al oír la exclamación increiblemente cerca. En medio de una agrupación de espectadores, la voz de Maito Gai había resonado, con tal fuerza que la curiosidad hizo mella en Naruto.
 
-Gai Sensei- suplicaba Lee, tendido boca abajo sobre el asfalto, luchando por librarse de la llave impuesta por su mentor. -Es el mejor- hizo una mueca de dolor cuando Gai le presionó la espalda con el codo.
 
-No yo, Lee- el mayor lo contradijo mientras aflojaba lentamente el agarre. -Ha sido el poder de la juventud que he salido victorioso por tercera vez consecutiva- Gai sonrió ampliamente, alzó el pulgar y miró complacido a la multitud congregada, hasta que se encontró con una presencia que le era familiar. -¡Naruto, ven aqui y demuestrales de que estas hecho!
 
Naruto dio traspies y se alejó sigiloso pero veloz. Estando tan lleno le era imposible lidiar con una batalla. Vomitaría en el mejor de los casos.
 
Ya estaba por llegar al puesto cuando oyó el caracteristico silbido que emitían sus copias al desaparecer. Sin embargo Naruto había disperso la tecnica varios minutos atras para no tener inconvenientes (o al menos eso creyó).
 
Se giró despacio sobre los talones y la mirada incisiva y letal que le dirigía Sasuke a la lejanía bastó para hacerlo estremecer de pies a cabeza.
 
Siguiendo sus instintos, Naruto regresó rápidamente al puesto vacío. Se sentó y pensó en si sería adecuado fingir amnesia o alguna otra enfermedad que lo librara del genio de Sasuke Uchiha.
 
-Ah, hola Sasuke, n-no te había visto, dattebayo.
 
Estampando las manos sobre el puesto, Sasuke lo observó furioso.
 
-¿Cual eres tú?- endureció aun más las facciones. Naruto alzó ambas cejas
 
-¿Eh?
 
-¿Eres el llorón o acaso el entusiasta? ¿El amanerado o el vanidoso y frivolo?- no pudiendo contener su enojo, Sasuke lo sujetó firmemente de ambos brazos. Ya había eliminado tres clones de sombras pero ni siquiera sabía cuantos más usó Naruto, todos ellos desprendían el mismo tipo de chakra y eran igual de resistentes y...raros.
 
Naruto rió nervioso, sus ojos se habían eclipsado bajo el firme escrutinio de las pupilas negras de Sasuke. Estaban tan cerca que podía sentir su respiración rozandole el rostro.
 
-Teme, no soy ningún clon. Verás, cuando te quedaste dormido fui al baño y...- se llevo el pulgar al mentón y dudó. -Me perdí...
 
-Si eres el verdadero Naruto podrás soportar un buen golpe- Sasuke hizo sonar sus nudillos, recien había tomado impulso para arremeter contra el rostro trigueño cuando Naruto cerró fuertemente los ojos y le tendió el desechable que llevaba en las manos.
 
Lentamente Sasuke bajó el puño, miró perplejo el oniguiri y despues a Naruto. El oniguiri y de nuevo a Naruto.
 
-Te había comprado tres, dattebayo, pero se me cayeron dos cuando me empujaron- mintió con una radiante sonrisa al ver que "la bestia" se calmaba. En realidad se los había comido porque se veían muy ricos y se iban a enfriar rápido.
 
Sasuke aceptó de mala gana el contenido del desechable.
 
-Hmp- Naruto supuso que aquello era un gracias.
 
-¿Y?...¿cuánto hemos vendido?
**
 
Cinco minutos subsiguieron al silencio. De repente Naruto se sentía incomodo y notaba cierta hostilidad en Sasuke que le impedía desenvolverse del todo. Estaba consciente de que el Uchiha estaba molesto por el asunto de los clones pero, no era para tanto. Lo peor de todo era que no habían vendido un solo tazón de ramen ni un solo tomate.
 
-¿Y si vamos a divertirnos un poco?- sugirió Naruto en voz apenas audible, se estrujó las manos y contempló la reacción esceptica de Sasuke.
 
-¿Bromeas?- resopló. -Tú ya fuiste allí.
 
-Pero no contigo- Naruto se mordió los labios en un intento frustrado de contener sus emociones. -Dudo que vendamos algo si nos quedamos. Ademas vi cosas que podrían gustarte.
 
Sasuke se sonrió por la obvia mentira.
 
-¿Cómo que?
 
-Como oniguiris.
 
-Ya comí uno, gracias- dijo sarcastico.
 
-Pero Sasuke, no es divertido ir solo. Lo unico que hice fue comer y comer hasta vaciar la mitad de mi sapito.
 
Suspirando contradictorio, Sasuke se incorporó. Estaba enfadado de estar en ese sitio aislado como si fuera un antisocial, y además, Gaara había dicho que volvería...
 
-De acuerdo, usuratonkachi- accedió. -Solo unos minutos.
 
Naruto dio un brinco de alegría, entrelazó su mano con la de Sasuke y lo instó a seguirlo. Habiendo recorrido previamente los locales, sabía perfectamente donde se encontraba cada cosa.
 
Primero fueron al puesto de Konohamaru. Naruto lo había visto muy triste cuando pasó por ahí, al parecer no eran los únicos que aun no vendían nada.
 
El niño permanecía de rodillas junto a la pequeña pisicina que había improvisado en una tina. Allí vertió peces dorados, pero se había olvidado de los premios y no podía entregar los peces porque eran de su tío Asuma.
 
-Konohamaru- saludó Naruto en tono alegre. A su lado Sasuke se limitó a observar al nieto del difunto tercer Hokage.
 
-Hola, Naruto niichan- devolvió el saludo sin entusiasmo, usando una de las redecillas de papel para separar un poco los pececillos que se habían juntado en el centro de la tina.
 
-Queremos un boleto- Naruto se puso en cuclillas y tomó otra de las redecillas de papel. Solo habían dos.
 
A Sasuke no le sorprendió en lo más minimo la actitud de Naruto. Seguía siendo el mismo cabeza hueca, noble e hiperactivo de siempre, no maduraba. No obstante, en el fondo, así le gustaba...
 
-Naruto nii chan, no tengo ningun premio para darles- Konohamaru trató de hacerle desistir, pero Naruto no hizo caso, y en menos de un minuto ya había atrapado dos peces.
 
-Já, mira Teme, en tu cara- alzó la red en un intento de provocarlo. Sasuke se puso tambien de cuclillas e imitó a Naruto, pero sus movimientos con la red fueron mucho más precisos. Levantó poco a poco la red frente al ruidoso rubio que, abrió mucho la boca, siendo secundado por Konohamaru.
 
-Seis- dijo Sasuke en tanto los liberaba.
 
Compitieron un par de veces más. Konohamaru los alentaba y reía cada vez que Naruto cometía alguna tontería como ser golpeado en el rostro por un pez o romper la red al intentar pescarlos todos de una vez.
 
Sin ser consciente de ello, Sasuke tambien había pasado un buen rato, regocijandose al dejar en ridiculo a Naruto en cada oportunidad.
 
Cuando se le entumecieron las piernas, Naruto se levantó y sacó el monedero de sapo para pagar. Sin embargo Sasuke se adelantó y ofreció el dinero al niño.
 
-Les dije que no tenía premios- sonrió Konohamaru, rehusandose a tomar el efectivo. Sasuke insistió en que lo tomará, cuando se irguió, se encontró con la expresión desconcertada de Naruto.
 
-Tú compraste la comida- gesticuló, impasible. Cuando estaba cerca de Naruto expetimentaba una sensación tan cálida y placentera que ya no tenía ninguna duda de que Naruto representaba al sol en todo su esplendor. Claro estaba que no se lo diría, su orgullo podía más que su franqueza.
 
-Mira, allá esta Kiba- Naruto señaló el puesto que le pasó desapercibido. Ambos se despidieron de Konohamaru y se aproximaron a la mesa con cartas dispuestas sobre ella.
 
Kiba estaba de pie tras la mesa, usando un ridiculo gorro de adivino mientras Akamaru descansaba plácidamente sobre su hombro.
 
Con mucho esfuerzo, Naruto contuvo la risa. Sentía muchisimas ganas de burlarse en su cara, pero si lo hacía, Kiba no les mostraría cual era el atractivo de su "puesto"
 
-Kiba- el recien nombrado abrió un parpado y miró inquisitivamente a los presentes.
 
-¿Qué quieren?- cuestionó en un gruñido por haber sido sacado abruptamente de su concentración.
 
-¿Qué se supone que estas vendiendo?- Naruto lo enfrentó con otra pregunta. No entendía la finalidad de eso porque había muy pocas cartas y ni siquiera estaban apiladas sino que habían sido dispuestas horizontalmente.
 
-Leemos la suerte- Kiba se extrañó de ver a Sasuke y Naruto juntos pero no indagó al respecto, eran demasiado obvios de por si. Peleaban por todo y despues charlaban o entrenaban como si nada.
 
-¿Leen?- Sasuke arqueó una ceja y se cruzó de brazos.
 
-Asi es. Akamaru se encarga de sacar la carta y yo les digo su suerte, ¿verdad chico?- Akamaru soltó un ladrido de conformidad
 
Naruto fue el primero en escoger una carta.
 
-Ah, ah, ah- Kiba se la quito de las manos y movió el indice de un lado al otro. Naruto infló los mofletes con fastidio. -Si vienen de dos, se lee en pareja.
 
La última palabra propició un intercambio bochornoso de miradas. Sasuke ladeó el rostro, haciendose el desentendido al reparar en el rubor del rostro de Naruto. Era tan extraño y estupido que su corazon se acelerara por algo tan simple como lo era la verguenza actual del Dobe.
 
-Tú inventaste esa regla, dattebayo- Naruto lo apuntó incriminatoriamente con el indice. Kiba aspiró hondo y cerró de nueva cuenta los ojos.
 
-Los astros me dictan lo que debo hacer.
 
-Tomala.
 
Naruto ya se disponía a marcharse cuando oyó la voz de Sasuke junto a él.
 
-¿C-Como?- los vellos de su brazo se erizaron con la cercanía del impavido Uchiha.
 
-He dicho que la tomes, Dobe ¿o acaso piensas permitir que Inuzuka te averguenze con una tontería?
 
Esquivandole esta vez la mirada, Naruto comprendió a lo que Sasuke se refería. ¡Que torpe era! No tenía que apenarle porque era un señalamiento falso. Ellos no eran pareja y por lo tanto no tenían porque inquietarse por la tonta norma de Kiba.
 
-¿Qué se supone que debemos hacer?- quiso saber.
 
Kiba rompió su pose de concentración para mirarlos alternadamente.
 
-Besarse.
 
-¡¿Qué?!
 
-Bien, bien- rió Kiba. -Solo tomen una carta, lleguen a un acuerdo pero no digan palabra alguna, solo guiense mutuamente...bah, hagan lo que quieran.
 
Sasuke asintió. Naruto tambien lo hizo. Ambos se tomaron de la mano y escogieron la tercera carta a la derecha.
 
Ladrando efusivamente, Akamaru descendió del hombro de Kiba, tomó entre sus dientes la carta y se la mostró a su amo.
 
-¿Qué les parece?- Kiba ensanchó una sonrisa maliciosa y giró la carta hacia ellos. -Los enamorados- rió con ganas ante la expresión nerviosa de los dos. -¿Quieren que les explique o se conforman con la lógica?
 
No pudiendo lidiar con la situación embarazosa (y veridica), Sasuke dejo el pago correspondiente sobre la mesa, introdujo ambas manos en sus pantaloncillos y echó a andar resueltamente.
 
-¡Espera, Teme!- Naruto le dio alcance poco despues. Por primera vez no estaba seguro de qué decir al respecto. No sabía si Sasuke se molestaría en caso de que intentara bromear sobre el hecho o en cambio, le ofendería si fingía que nada había ocurrido.
 
Por un buen tramo ninguno dijo nada. Naruto observaba de vez en cuando el firmamento, gratamente asombrado de que la noche estuviera tan despejada de nubes. La boveda celeste resplandecía más que nunca, tapizada por las miles de estrellas titilantes.
 
Para cuando quiso darse cuenta del rumbo que tomaba Sasuke, ya se hallaban en el sitio.
 
A Naruto le confundió que el Uchiha decidiera dirigirse precisamente a ese lugar.
 
-Creí que ibas a tu casa- comentó cuando Sasuke se detuvo frente al monumento de los Hokage. En la oscuridad, los rostros tallados parecían algo tetricos, y aquello le hizo recordar a Naruto parte de su niñez y las constantes travesuras que realizaba en un desesperado intento de llamar la atención para sentirse aceptado de algún modo.
 
-Sube.
 
Naruto parpadeó al ver al Uchiha ascendiendo la escalinata. Seguramente lo sermonearía por lo de los clones, pero ¿Por qué se sentía tan nervioso?
 
Sacudió la cabeza energicamente y subió los escalones velozmente. Cuando llego a la cima, Naruto se inquietó al ver las grietas en el rostro del primero y segundo Hokage. El de Hiruzen Sarutobi tampoco estaba en excelente estado.
 
-Sasuke- susurró, rasgando una de las fisuras en la roca con la uña. Sasuke lo detuvo por la espalda, tomandolo firmemente de los codos. Un subidón de adrenalina propició que Naruto perdiera el equilibrio. Primero había sido el ligero escalofrio en su nuca y, de repente, sus funciones motoras se habían paralizado por completo.
 
Naruto sintió que caía por el borde de la escalera y luego era aferrado de uno de los tobillos.
 
-Idiota- lo insultó Sasuke entredientes. Se había sujetado del poste metalico a su lado mientras intentaba subir al rubio. -Como pesas- tiró con fuerza de él y Naruto hizo el resto al impulsarse con los brazos.
 
-Te dije que comí mucho, ttebayo- se sonrojó. -¡Y es tu culpa por hacerme subir aqui!
 
Recuperando el aliento, Sasuke lo instó a sentarse. Naruto obedeció con un dejo de desconfianza en la mirada.
 
-Sasuke...
 
-Callate y mira, Usuratonkachi- señaló el oscuro manto estelar y sonrió a medias al notar la reacción de sorpresa que ponía Naruto.
 
La luminaria nocturna comenzó a raíz de una pequeña esfera que estalló de un momento a otro, despidiendo un millar de diminutos y coloridos haces de luz, esparcidos en una perfecta circunferencia que se desvaneció poco a poco como si se tratara de una llovizna de purpurina.
 
La siguiente esfera fue mucho más grande que la primera, y fue acompañada por dos más.
 
Pronto, esa sección del cielo se tiñó de una amplia gama de colores luminoscentes que daban lugar a formas variadas e ínfimas.
 
-Esto es...- Naruto cerró los labios al no encontrar una palabra que definiera exactamente lo magnifico de aquel espectaculo de luces. El cielo parecía un prismatico en cuya lente se formaban miticas figuras titilantes.
 
Sasuke contempló absorto las estelas brillantes resultantes de la pirotecnia. Despues se volvió hacia Naruto, vio el perfil de su rostro siendo iluminado por los vestigios de los fuegos artificiales, su sonrisa embelleciendo aun más su faz.
 
¿Era normal que de pronto sintiera unas incontrolables ansias por besarlo?
 
-Naruto- sus labios se movieron sin que él lo advirtiera. Naruto dejó de mirar el cielo para enfocarse en el quedo murmullo a su costado. Vio que Sasuke cerraba los ojos y su estomago se contrajo. Todos los musculos de su cuerpo parecieron congelarse y, por una fracción de segundo, Naruto no tuvo ni la menor idea de lo que debía hacer. Sabía lo que sucedería, no era la primera vez que ocurría, sin embargo, en esos momentos todo parecía tan irreal, tan utopico.
 
Los parpados le temblaron un poco al cerrar los ojos. Asimismo, sus labios cosquillearon con el suave roce de los labios de Sasuke, quien, prontamente, lo tomó de las mejillas para poder profundizar el beso. Naruto le correspondió lo mejor que pudo, sintió que Sasuke enredaba sus dedos en los cabellos de su nuca y un gemido se escapó de su garganta, muriendo entre ambas bocas.
 
-¡Ah, con que allí estaban!
 
Un fuerte sobresalto y los dos se apartaron, rompiendo inmediatamente con el beso. Naruto se llevo el brazo a los labios y miró hacia abajo.
 
-¡K-Kakashi Sensei!
 
-¿Qué hacen allí arriba cuando deberían estar vendiendo?
 
Sasuke se fingió inmutable, trató de pensar en algo coherente cuando Naruto se le adelantó.
 
-¡Ni crea que nos estabamos besando, dattebayo!...¡eso es de raritos!
 
-¡Naruto!- irritado, Sasuke frunció el entrecejo.
 
-Si- asintió Kakashi mientras miraba en su dirección. -Seguramente tenían una charla de lo más heterosexual- el sarcasmo fue evidente en su tono de voz. Naruto bajó de un salto y pateó una piedrecilla para hacer tiempo en lo que Sasuke tambien bajaba.
 
-Veíamos los fuegos artificiales- explico Sasuke, monocorde. Naruto le dio la razon inmediatamente despues.
 
-¿Y no podían verlos desde aqui abajo?- tras su perenne mascara, Kakashi sonrió provocando que los pliegues de la tela oscura se marcaran, delineando su burlesco gesto. Ninguno de los dos contestó lo obvio. -Como sea. La Hokage esta muy molesta y me envió a buscarlos. - Naruto tragó saliva. -parece que les impondra un duro castigo por no haberse apegado al itinerario.
 
-¿Es todo?- preguntó Sasuke, cruzandose de brazos. Kakashi se encogió de hombros.
 
-Tienes un hilo de saliva en la barbilla.
 
Sasuke y Naruto enrojecieron en verguenza.
 

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