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Festival del amor por RLangdon

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Al dia siguiente ninguno habló sobre lo acontecido. Se habían reunido en Ichiraku y despues de almorzar se dirigieron a la torre Hokage.
 
Tsunade los había recibido de pesimo humor, alegando las bajas economicas que ocasionaron al no apegarse a lo estipulado, sin embargo fue más comprensiva al dar por sentado que ambos habían gastado todos sus ahorros de la última mision (Naruto de tres) en diversos puestos.
 
-Bien- Tsunade se sirvió un nuevo vaso de sake y lo bebió lentamente. -Lo dejaré pasar, siempre y cuando me ayuden con un asunto de gran importancia.
 
Naruto se frotó las manos con emoción al pensar en la próxima misión peligrosa que les esperaba. Por otro lado Sasuke se limitó a escuchar. No era ningun ingenuo y por tanto estaba seguro de que no podría tratarse de nada bueno.
 
-Hubo un equipo que no consiguió recuperar la inversión que hice.
 
Por un segundo Naruto creyó que se trataba de Konohamaru, pero al pensarlo mejor intuyó que no era posible. Konohamaru no había gastado en nada (salvo quizás) en las dos redecillas de papel.
 
-Sakura y Hinata- dijo Tsunade con seriedad. Naruto sintió una fuerte arcada al rememorar el agrio sabor de las pildoras...
***
 
Ya pasaba del medio dia y todavía no vendían una sola pildora de las cincuenta y cinco que había en la canastilla.
 
Había sido idea de Tsunade que pusieran una mesa con un letrero cerca de la entrada. Varios Shinobis se presentarían dentro de poco luego de haber finalizado sus labores rutinarias.
 
-No venderemos una sola, ttebayo- Naruto suspiró y apoyó la mejilla sobre la palma de su mano. Por momentos se sentía confundido respecto a lo que quería Sasuke, incluso él mismo no estaba del todo seguro en torno a su relación de...¿amistad?
 
-Mhn- Sasuke observó la calle solitaria y maldijo en su fuero interno la ambición de la quinta Hokage.
 
-Ya pasaron dos ninjas y ni siquiera miraron hacia nosotros- se quejó Naruto con el ceño fruncido. Comenzaba a fastidiarse con toda la situación. Lentamente se volvió hacia la entrada, donde, un par de jounnin, conversaban animadamente del día anterior. Eran Genma y Kotetsu. Y Naruto tuvo una idea al ver lo que el segundo llevaba en uno de los bolsillos traseros. -Es la novela que lee Kakashi Sensei.
 
Al estar sumido en sus pensamientos, Sasuke no prestó atención a lo dicho. Solo hasta que oyó el caracteristico ruido fue capaz de reaccionar. Y vaya si lo hizo.
 
-Naruto- lo miró perplejo, -¿Qué diablos?
 
-¡Oigan ustedes dos!- exclamó Naruto en tanto esbozaba una sonrisa juguetona. El oiroke no jutsu había convertido su cuerpo de adolescente en uno femenino y con muchas curvas. Excitante, como diría Kakashi.
 
Kotetsu fue el primero en buscar el origen del llamado. Su corazon se saltó dos latidos al ver la silueta sensual de una rubia semidesnuda a escasos metros de distancia. 
 
-Belleza- silbó y delineó en el aire las arrebatadoras curvas que lo llamaban a gritos.
 
Cuando Genma se giró, el palillo abandonó sus labios. Quedo boquiabierto y con una paralisis facial que persisitió por varios segundos más.
 
Sasuke sintió como su ceja derecha volvía a padecer de un sutil (y molesto) tic.
 
-Mira y aprende, Teme- Naruto guiñó un ojo, tomó la canastilla con las pildoras y exhibió un semblante de consternación que, Sasuke tachó de patetico, además de ridiculo. -¿Podrían ayudarme con unas pildoras de soldado?
 
Kotetsu se aclaró la garganta y tomó a Naruto de la cintura, sin reparar en el aura siniestra que desprendía cierto Shinobi vengativo.
 
-¿Por qué mejor no damos una vuelta, preciosa?
 
Sin que nadie lo anticipara, un kunai pasó silbando a milimetros de la mano de Kotetsu.
 
Sasuke se posicionó prontamente junto al jounnin que tenía a Naruto por la cintura y le susurró al oído.
 
-¿Qué te parece si te induzco en un genjutsu por el resto de tu vida?
 
-Mala idea- dijo Genma al notar el sharingan. Kotetsu se vio obligado a apartarse cuando, de repente, sintió que le quemaban las manos...
 
***
 
Cuando entraron en la oficina, Naruto se desvió cautelosamente del escritorio donde yacía Tsunade. Ciertamente no quería ser reprendido de nuevo, o castigado.
 
Una cosa era pasarse el resto del día vendiendo asquerosas pildoras de soldado caseras, pero si los dejaban sin misiones hasta nuevo aviso, Naruto terminaría volviendose loco.
 
-Veo que no les fue tan mal- Tsunade sonrió satisfecha cuando Sasuke dejó la bolsa con las ganancias frente a ella. Las habían vendido casi todas con ayuda de los clones de Naruto, los cuales, extrañamente, no actuaron fuera de lo normal. Sasuke no lo comprendía del todo, pero se sentía furioso. Molesto de que Naruto consiguiera superarlo con cada nueva tecnica. El definitivamente no podía invocar una cantidad exorbitante de copias, y mucho menos lograr que se materializaran como Naruto lo había hecho en el festival.
 
Era un incordio.
 
-¿Nuestro pellejo esta a salvo, abuela?- bromeó Naruto en tanto acariciaba la cabeza suavecita de Tonton.
 
Tsunade abrió la bolsa para contar el dinero, separando una modica cantidad para comprar algunos boletos de lotería, ya era hora de probar su suerte nuevamente.
 
-Eso parece- apoyó los codos sobre la mesa y entrelazó ambas manos bajo su barbilla. -¿Ven?, no hacen tan mal equipo cuando se lo proponen.
 
Ninguno objetó al respecto.
 
Minutos despues abandonaron la torre Hokage. Sasuke caminaba resueltamente, totalmente erguido, con las manos enfundadas en los bolsillos y la vista al frente en todo momento.
 
Con los brazos tras de su nuca, Naruto lo siguió de cerca. Habían llegado al punto intermedio de sus hogares cuando frenaron sus pasos de manera sincronizada.
 
Ya había oscurecido y en ningún momento se habló sobre lo ocurrido en el festival.
 
A Naruto le entristeció casi en la misma medida que le alivió no abordar el tema. No quería que su relación con Sasuke se viera afectada por unos sentimientos que no deberían existir en primer lugar. Solo...solo que no podía evitarlo.
 
Lo amaba.
 
-Sasuke- lo nombró al notar que se alejaba. Sasuke se detuvo unos pasos más adelante, se dio vuelta y sus ojos desprendieron un inusitado brillo de suspicacia.
 
-Me divertí mucho ayer, dattebayo- bajó la mirada y dibujó un circulo en la tierra con su pie. Sasuke se sonrió con autosuficiencia.
 
-Ya lo creo, Usuratonkachi.
 
Esta vez fue Naruto quien empezó a alejarse, convencido de no poder traspasar la fina linea delimitante de su amistad.
 
-Naruto...- se volvió hacia Sasuke al oír que lo llamaba. Sin embargo el Uchiha parecía indeciso, como si estuviera calibrando alguna posibilidad de decir algo más. -No es nada- dijo al cabo de unos segundos.
 
Cada uno volvió a su casa.
***
 
Como sucedía casi cada noche desde hacia un año, Sasuke pensó en desertar de la aldea. En ocasiones se preguntaba si Orochimaru aun mantendría en pie la propuesta de entrenarlo, de otorgarle el tan ansiado poder que le permitiría hacerle frente a su hermano.
 
Sentado sobre el alfeizar de la ventana, Sasuke dedujo que la probabilidad era muy alta. Luego tuvo un momentaneo desvarío en el que maldecía a Itachi por lo que había hecho.
 
Hasta ese momento Naruto seguía siendo mucho más fuerte que él, y ese hecho le irritaba en demasía.
 
Sasuke sabía que si la oportunidad de hacerle frente a Itachi se presentaba, una vez que hubiera alcanzado el tan anhelado poder que necesitaba, no le importaría en lo más minimo morir con tal de ver cumplido su proposito. La cuestión era que su ideología se había formado poco tiempo despues de la masacre de su clan. En aquel entonces se había jurado concretar su venganza a cualquier precio, y sin embargo, había estado dispuesto a renunciar a todo cuando se les presentó su primera misión oficial y de rango elevado en el equipo siete, todo por Naruto, siempre se trataba de él.
 
¿Por qué no podía simplemente romper el fuerte lazo que los unía?
 
¿Tan complicado era alejarse de ese Dobe?
 
Las uñas de Sasuke se hincaron en la madera del marco que rodeaba el cristal de la ventana, rasgó con fuerza la caoba y sopesó las dos opciones a su alcance.
 
Reforzar el vinculo que lo unía a Naruto.
 
O romperlo de una vez por todas...
**
 
Esa mañana Sasuke actuaba raro, más de lo normal, o al menos asi lo pensó Naruto al verle avanzar con su caracteristico porte y semblante de absoluta indiferencia hacia todo. A simple vista se notaba meditabundo.
 
Y lo peor de todo era que lo estaba ignorando deliberadamente.
 
-¿Lo hiciste enfadar, Naruto?- preguntó angustiada la kunoichi. Los puños de Naruto dejaron de temblar cuando escuchó la voz meláncolica de Sakura.
 
Sasuke había pasado de largo por el campo de entrenamiento, sin siquiera mirarlos.
 
-No, yo no...- y de pronto calló al darse cuenta de la gravedad del asunto. En cualquier otro momento, Sakura lo habría golpeado, en el mejor de los casos lo habría insultado y exigido explicaciones. No obstante ella no le había increpado con violencia, era como si tambien notara que la situación era por demás extraña y delicada.
 
Y vaya que asi era. Porque en el fondo Sakura lo sentía cada vez más distante de todos, excepto de Naruto.
 
-Iré a hablar con él- mencionó Naruto, corrió para darle alcance. -¡Oye, Sasuke!- logró emparejarse con él y jadeó agitado. -¿Te ocurre algo?
 
"No lo insultes" se advirtió en su fuero interno.
 
Sasuke lo enfrentó con una mirada de lo más gelida y antipatica.
 
-Aun te gusta- aseveró, a lo que Naruto pestañeó confundido. -Sakura- Sasuke apretó la mandibula al nombrarla. Odiaba verlos juntos. Y era una estupidez, teniendo en consideración que eran equipo.
 
-Sakura chan ya no me gusta- Naruto se abstuvo de decir que dudaba que alguna vez le haya gustado realmente, porque se había fijado en el fisico y no en lo que verdaderamente importaba.
 
Una sonrisa zorruna jugó en los labios de Naruto al reparar en lo que estaba pasando.
 
-Estás celoso.
 
Apretando los puños, Sasuke emprendió de nueva cuenta la caminata. Naruto era tan idiota que le había tomado todo ese tiempo darse cuenta de la lógica, del por qué consideraba a Sakura como una molestia, no para él, sino para ambos.
 
Sacó el kunai de su estuche y lo hizo girar en su dedo indice al oír que Naruto lo seguía de cerca.
 
-¿Y ahora me vas a decir que estás molesto por esa tontería, Teme?
 
Sasuke no respondió.
 
-¡A ti te persiguen todas las chicas de la aldea y nunca me enojo por eso, ttebayo!
 
Sasuke no respondió, siguió girando el kunai.
 
-Pero ¿sabes que es lo que mas me molesta?- Naruto le bloqueó el paso y le sostuvo la mirada con furia. Sasuke arqueó una ceja en expectativa. -Me molesta que un bastardo insensible me besé una y otra vez, que me haga sentir extraño y despues finja que nada ocurrió entre nosotros porque tiene un ego del tamaño de una montaña- Naruto aspiró hondo para continuar. -A veces me gustaría saber que piensas para poder ayudarte, ttebayo. Siento que solo estoy ahí para nada.
 
Ironicamente Sasuke había pensado exactamente lo mismo. Cuando dialogó con el clon pesimista de Naruto, se había percatado de que esa faceta permanecía demasiado oculta y que el Uzumaki albergaba más dolor del que podía soportar, todo ello relacionado a su pasado, asi como el tenía que lidiar diariamente con su máscara de frialdad y odio para evitar que todos vieran lo vulnerable que era en realidad.
 
-Naruto...
 
-No- Naruto dio un respingo y retrocedió varios pasos. -Ni se te ocurra mandarme a callar o decirme que tú eres mejor en esto y aquello. Como si no supiera que te divierte verme perder en las peleas cuerpo a cuerpo, dattebayo.
 
"Eres tan idiota" pensó Sasuke. Y lo peor de todo es que lo que decía Naruto era cierto. De no ser tan ingenuo, Naruto entendería que lo que a él le molestaba era sentirse inferior a él cuando practicaban ninjutsu. De modo que compensaba esa carencia con los golpes y el genjutsu.
 
-Naruto.
 
Naruto hizo amago de querer golpearlo y despues, lo observó con un atisbo de amargura en las pupilas.
 
-¡Anda ya!- estalló. -Retame. Seguro sigues pensando que no estoy a la altura pero te equivocas, bastardo.
 
-¡Tú no entiendes nada!- Sasuke lo apartó de un empujón en el pecho. Si permanecía allí un solo minuto más terminaría cediendo al impulso. Ni siquiera el mismo conocía sus limites. Podría ocurrir lo mismo que aquella vez en que se enfrentaron en la terraza del hospital. Se golpearían hasta las últimas y entonces todo lo ya vivido a lo largo de ese año se iría a la basura.
 
-Sasuke...- Naruto aun temblaba de coraje cuando lo vio alejarse. -¡Sasukeeeh!
***
 
Era increible lo rápido que pasaba el tiempo cuando evadías la rutina diaria y te imponías una propia.
 
Una semana. Siete días exactos desde la ridicula disputa entre ellos. A Sasuke le pareció todo tan reciente que, ni siquiera meditó en la posibilidad de arreglar las cosas con Naruto. Pensaba que aun era demasiado pronto, por supuesto su orgullo tambien se interponía entre lo que quería y lo que verdaderamente necesitaba.
 
Quizá solamente estaba buscando una tonta excusa para deslindarse de sus sentimientos.
 
Terminando de hacer la cama, Sasuke se volvió hacia el calendario que pendía en un extremo de la pared con la fecha actual encerrada en un circulo rojo.
 
"Que estupidez" reflexionó. Y una parte de si se dijo que era el momento adecuado para arreglar las cosas.
***
 
Naruto había tenido muy bajas expectativas de que las cosas cambiaran cuando despertó aquella fría mañana de otoño. Solo habían pasado siete días tras la discusión entre ellos y él sentía su dignidad flaquear cada vez más. Quería verlo...
 
Y tanto lo deseaba que ni siquiera se percató de que era su cumpleaños. Tal vez le habría pasado desapercibido de no ser porque sus compañeros habían preparado un pequeño convite en casa de Sakura. La comida había estado deliciosa e incluso le dieron algunos obsequios (armas ninja en su mayoria). Pero nada había ayudado a que se sintiera mejor.
 
Y cuando todo terminó, Naruto se sintió más vacío que antes. Agradeció a todos (con una sonrisa que no era la suya), tomó sus regalos, y regresó tristemente a su departamento.
 
En el camino había dudado en si debería volver directamente o en cambio podía buscar a Sasuke. Al final fueron sus pies los que le dieron la respuesta. Aun no estaba en condiciones de enfrentarlo.
 
Entró a su alcoba, se vistió su piyama de sapos y su gorro de castor para dormir. Luego apagó la luz y se metió a la cama.
 
De haber sido más atento, se habría dado cuenta de que la ventana estaba abierta y Sasuke se hallaba sentado entre la ranura que daba acceso a su dormitorio.
 
-Es demasiado temprano para que duermas, ¿no lo crees?
 
Naruto dio un fuerte sobresalto y se golpeó la cabeza contra la cabecera de la cama.
 
-¡Teme!- farfulló. Sasuke siguió observandolo desde la ventana.
 
-Que irresponsable de tu parte el dejar los pestillos abiertos.
 
-Te recuerdo que es "mi" casa y puedo hacer lo que quiera, ttebayo- lentamente Naruto recobró su buen humor. Sasuke tenía ese efecto en él, y viceversa.
 
-Supongo- asintió Sasuke con media sonrisa complaciente. -Aunque no es normal dormir temprano en tu cumpleaños.
 
Las pupilas azules tintinearon en incredulidad. ¿lo recordaba?, ¿Sasuke en verdad se había acordado de su cumpleaños?
 
-Y- indicando el exterior en un ademan, Sasuke preguntó. ¿Qué quieres hacer, Dobe?
 
Naruto salió de la cama y sin poder contenerse, corrió para abrazarlo.
***
 
-No hablas en serio- gesticuló el Uchiha al ver la fachada del lugar. Naruto lucía tan emocionado que, no le cabía la menor duda de que iba más que en serio.
 
-Quiero saber porque la abuela y Ero Sennin vienen tanto a este lugar- se puso de puntillas para tratar de ver algo por la ventana.
 
Entornando los ojos, Sasuke lo instó a voltearse.
 
-Naruto, es un bar.
 
-Dijiste que iríamos a donde yo quisiera- replicó el rubio con un mohín de disgusto. -Quiero entrar ahí, Sasuke. Asi sabré que tiene de especial beber licor.
 
Aplacando su irritación con un rápido conteo mental, Sasuke tomó una desición. Le había prometido a ese tonto aquel regalo y ahora no podía retractarse (orgullo Uchiha ante todo).
 
-Esta bien- suspiró fastidiado. -Espera, idiota- lo tomó del cuello de la chamarra cuando Naruto empezó a caminar rumbo a la entrada. -No nos dejaran entrar hasta haber cumplido la mayoría de edad- la expresión de Naruto se tornó sombria. -Podemos usar el Henge no jutsu para infiltrarnos- sugirió Sasuke en tanto miraba los guardias de la entrada. Naruto estuvo de acuerdo, por un segundo se olvidó de lo agotado que se sintió esa mañana al despertar.
 
Los dos fueron tras unos arbustos y se miraron mutuamente antes de realizar los respectivos sellos.
 
Sasuke había optado por tomar la forma más adepta para esas circunstancias: Kakashi. Mientras que Naruto decidió ocupar la identidad de Iruka.
 
La ceja izquierda de Sasuke sufrió un movimiento involuntario al ver la pésima transformación del Uzumaki. En primera instancia, no tenía la caracteristica cicatriz de Iruka, tampoco su indumentaria, sino un atuendo bastante casual que lo acreditaba más como un civil que como un ninja.
 
-Naruto, ¿crees que engañaras a alguien con eso?
 
Naruto notó que Sasuke era una copia exacta del pervertido de su Sensei.
 
-Que extraño, dattebayo- se miró la ropa y se rascó la nuca en actitud de verguenza.
 
A pesar de que Sasuke estaba convencido de que no dejarían entrar al cabeza hueca de Naruto, quiso arriesgarse. De esa manera el Dobe no podría alegar que ni siquiera lo habían intentado.
 
Al llegar a la entrada, uno de los fornidos sujetos que custodiaban el lugar, los observó a ambos.
 
-Iruka, que bueno verte por aqui- palmeó amistosamente la espalda de Naruto. Y Sasuke temió que el jutsu se revirtiera, pero no ocurrió. Aquel tipo era un idiota puesto que le permitió a Naruto el paso sin indagar más al respecto. ¡ni siquiera notó la ausencia de la cicatriz!
 
Sasuke ya había puesto un pie dentro del lugar cuando el rollizo hombre lo sujeto de un brazo.
 
-Tú, pareces sospechoso...
 
Sasuke se contuvo de darse un golpe en la frente por aquella desfachatez.
 
-¡Viene conmigo!- exclamó Naruto que ya se hallaba en la barra. El hombre sonrió y le dio el pase.
 
-¿Como es que no sospecharon de ti?- preguntó Sasuke al sentarse en un banquillo junto a Naruto. Este se encogió de hombros con total desenfado.
 
Cuando el cantinero les ofreció las copas, Naruto señaló asombrado las escaleras que conducían a la segunda planta.
 
-Apuesto que tienen comida ahí arriba.
 
-No seas torpe, Usuratonkachi- le espetó Sasuke con el ceño fruncido por semejante dejo de ingenuidad. -Son cuartos.
 
Naruto dio un pequeño sorbo a la copa, el licor se le antojó caliente pero dulce.
 
-Heh, ¿Para que iban a poner cuartos en un lugar asi?, yo preferiría dormir en mi casa.
 
-Tienen sexo- Sasuke agradeció tener puesta la oscura máscara que mantuvo oculta su verguenza. Naruto dejo el brazo estirado al percarse de lo que había dicho. -Beben y despues tienen relaciones. No es posible que no lo sepas.
 
Pero Naruto no lo sabía, por lo menos no hasta que Sasuke lo dijo.
 
-Oh- sus mejillas se tiñeron de rojo. -Eso explica porque al viejo le gusta tanto venir aqui.
 
-Eres tan ingenuo- recriminó Sasuke mientras revolvía el contenido de su copa con una pajilla.
 
-Sasuke.
 
-Hmp.
 
Naruto alargó lentamente el brazo hacia su rostro, como si sopesara el hecho de recibir un puñetazo ante tal osadía. 
 
Sasuke contuvo la respiración.
 
-¿Puedo ver que hay debajo de tu máscara?
 
-¡Naruto!
 
***
 
Todavía no eran las once cuando se empezó a abarrotar el lugar. Shinobis iban y venían de un extremo a otro, algunos conversando, otros más paseandose frente a la barra en espera de beber otro trago o, en el mejor de los casos, para conseguir compañía.
 
Sasuke y Naruto estaban sentados en una de las mesas más próximas a la barra. Solo habían bebido dos copas de licor en el lapso de dos horas y, conversado trivialidades dignas del olvido. Por lo menos Naruto había procurado mantener el ambiente ameno entre ellos, comentando cualquier cosa que se le venía a la cabeza sobre determinadas situaciones pasadas. Tambien había hecho preguntas para hacer participe al Uchiha en aquella charla casi unilateral.
 
La mortecina luz roja titilaba por momentos en variadas secciones, pero Naruto se fijó que, curiosamente, aquel patrón intermitente se hacía más perceptible en la zona de las escaleras. Era como si quisieran anunciar que el mejor espectaculo de sus vidas, o en última instancia, el mayor atractivo del bar, se situaba justamente en la planta alta, dentro de las habitaciones.
 
Naruto se había quedado mirando de forma distraida en esa dirección cuando Sasuke tomó firmemente su copa y la hizo hacia atrás.
 
-Ya bebiste demasiado- sentenció al notar el fuerte rubor en sus mejillas. Naruto atinó a parpadear al volverse hacia la mesa. A pesar de que le encantaría contradecir a Sasuke, estaba consciente de que en parte era verdad. Empezaba a sentirse....extraño. Como en una nube o algo así, por instantes el estomago le cosquilleaba y las piernas se le entumecían. No cabía la menor duda de que el alcohol empezaba a hacer estragos en él.
 
-Tengo la garganta reseca, dattebayo- con ligereza, se puso de pie. Sasuke le dirigió una mirada inquisitiva, evaluando hasta qué grado estaría de tomado.
 
-¿A dónde piensas ir, Dobe?- por un segundo pensó que Naruto tal vez estaría cansado o aburrido y, por consiguiente, querría irse. Sin embargo Naruto esgrimió una sonrisa de lo más encantadora cuando respondió.
 
-Pediré una botella de agua- miró hacia la barra y entrecerró los ojos cuando se volvió al Uchiha. -Apartame mi lugar, Teme- expresar aquello no sería necesario en otra circunstancia, empero, Naruto había notado a al menos tres chicas mirando hacia su mesa, más especificamente hacia Sasuke.
 
Cuando logró llegar a la barra, Naruto pidió el único liquído que lo haría sentirse mejor, agua. Sin embargo, el cantinero se encontraba atendiendo a siete Shinobis más y no prestó atención a lo dicho.
 
Naruto se cansó de esperarlo (pese a que no transcurrieron más de tres minutos desde que hiciera su pedido), decidió colarse en la barra por la pequeña puerta inferior que se hallaba de su lado .
 
No quería propiciar ninguna discusión pero empezaba a fastidiarle el hecho de tener que ir al sanitario cada cierto tiempo para revertir la técnica. Era complicada mantenerla, y especialmente cuando no se hallaba en sus cinco sentidos.
 
-Este no, este tampoco- rápidamente revisó las etiquetas de las botellas, cada cual mas extraña que la anterior. Naruto iba a ceder en su busqueda de agua cuando vio una hielera oculta entre vasos desechables a pocos metros de su costado. La abrió y no se decepcionó al contemplar varias latas de refrescos apiladas bajo los hielos.
 
Con una lata en cada mano, Naruto se escabulló prontamente por la portezuela. Creyó oír un reclamo de parte del cantinero pero no hizo caso y siguió su camino hasta la mesa, esquivando a cuanto sujeto se le pusiera enfrente.
 
-Ten- le ofreció una lata al Uchiha. Este la rechazó con un gesto de mano. -Como quieras, más para mi.
 
Naruto se sentó y abrió la primera lata, empezó a beberla lentamente, degustando el sabor dulce y refrescante deslizandose por su garganta.
 
-¿Ya podemos irnos?- Sasuke entornó los ojos con fastidio al sentirse nuevamente observado. Ya había repelido a cinco kunoichis en la ausencia de Naruto, y además, estaba realmente incomodo en ese lugar.
 
-Al menos deja que me termine el otro refresco- replicó Naruto mientras abría la lata. -Y sigo esperando mi regalo.
 
Sasuke se masajeó el puente de la nariz. Debió haberlo esperado, no obstante fue lo suficientemente credulo al pensar que contentaría a Naruto con esa tediosa salida.
 
-Te he traído aqui, ¿no es asi?
 
Se abstuvo de decir lo mucho que le aborrecían esos sitios de interes público, tampoco había estado "complacido" con el festival y sin embargo tuvo que lidiar con ello.
 
El ruido de las voces resultaba insoportable, el establecimiento estaba casi lleno y hacía un calor de los mil demonios.
 
Terminando de beber el segundo, Naruto lo escudriñó, incredulo. Dejo la lata a un lado y se limpió los labios con el antebrazo.
 
-Esto no puede ser un regalo, Teme- un ligero mareo lo asaltó. -Quiero un verdadero obsequio de tu parte.
 
-Bien- ironizó Sasuke. -En cuanto salgamos de aquí.
 
-No- se emberrinchó el rubio, deseoso de llevarle la contraria a quien lo había estado evitando por toda una semana. Si lo meditaba mejor, Sasuke tendría que hacer más méritos si quería que lo perdonara. -Lo quiero ahora mismo, ttebayo.
 
Sasuke resopló, molesto por la actitud en extremo infantil de Naruto. ¿Cómo rayos se había ido a fijar en ese idiota?
 
-Eres un egoista, Teme- repuso Naruto con los labios fruncidos, trató de alcanzar una servilleta pero, al alargar el brazo, derribó el vaso medio lleno que yacía al lado.
 
El liquido se derramó velozmente, y aunque Sasuke se levantó lo más rápido que sus reflejos se lo permitieron, fue tarde. Gran parte del licor fue a parar justo en su entrepierna.
 
-Naruto...- rechinó los dientes al ver la gran mancha oscura impregnando la tela de sus pantalones. Algunas risillas no se hicieron esperar, y Sasuke frunció el ceño por ello. Si había algo que Sasuke Uchiha detestara, eso era la humillación.
 
-¿Kakashi Sensei?, ¿Qué hace usted aquí?- Naruto hipó al tiempo que señalaba la silueta difusa de su mentor. De repente todo su entorno daba vueltas, ¿o acaso era él?
 
Acabando de limpiar superficialmente la humedad de sus pantalones, Sasuke concluyó que era momento de marcharse.
 
-Naruto...
 
-Usted tampoco me dio mi regalo, dattebayo- lo interrumpió con el entrecejo fruncido y ambas manos en las caderas. -Quiero uno de sus perros ninja.
 
Haciendo acopio de su (casi nula) fuerza de voluntad, Sasuke se acercó y lo tomó fuertemente de los hombros. Ni bien lo hizo cuando el penetrante aroma a alcohol inundó sus fosas nasales.
 
-¿Cuántas copas bebiste?- inquirió, serio.
 
Naruto trató de enfocar la vista y despues volvió a hablar.
 
-Dos.
 
"Imposible que este asi por dos" pensó Sasuke, observandolo con aplomo. Se viró hacia la mesa y tomó una de las latas de refresco.
 
-Es alcohol- determinó luego de probar unas gotas.
 
-Ya sé...cuál es tú problema- dijo Naruto, arrastrando cada vez más las palabras puesto que la lengua se le trababa. -¿El rey Uchiha quiere que...limpie su trono, dattebayo?- colocó varias servilletas en el taburete de Sasuke. -Listo, majestad- se irguió lentamente y señaló el asiento. -Ahora puede poner su real trasero aqui- más risas subsiguieron al comentario.
 
-Usuratonkachi- Sasuke uso un tono de advertencia. Estaban haciendo el ridiculo y, como las cosas siguieran asi, terminarían descubriendolos.
 
Visiblemente desorientado, Naruto miró la mano que se cerraba en torno a su brazo. Por más que trataba de razonar y procesar las palabras del Uchiha, no lograba discernir qué estaba pasando.
 
-Vamos al servicio- Sasuke lo condujo por entre la multitud, abriendose paso hasta los sanitarios.
 
Al cabo de unos segundos, Naruto se sintió mucho más alegre. Era como si estuvieran en una misión peligrosa. La adrenalina trepidaba rápidamente por su sistema nervioso, enviandole pequeñas punzadas de emoción que lo recorrían por entero.
 
Sin saber por qué, Naruto rió. Ahora le cosquilleaba el estomago. Sin embargo el entusiasmo a lo desconocido se desvaneció al oir el chirrido que emitían los goznes contra la madera.
 
-Oye, oye, ¿Por qué cierras la puerta?- y antes de que pudiera externar otra replica, vio que Sasuke deshacía la técnica para tomarlo de la nuca. -Sasuke- sonó como un tartamudeo. -Esta fria, dattebayo- pero Sasuke no lo escuchó, y si lo hizo, decidió ignorarlo deliberadamente.
 
-Revolviste el licor, Naruto- tomó otro puñado de agua del grifo y le salpicó el rostro. El Henge no jutsu de Naruto se revirtió luego de que el cansancio se apoderara de su cuerpo.
 
-Sasuke- bufó, trató de apartarlo pero todo fue inútil.
 
Más relajado, Naruto se incorporó y vio su reflejo siendo opacado por una capa de vapor. Sasuke acababa de abrir el agua caliente de otro de los grifos.
 
-Tienes muchisimas seguidoras, Teme- antes de que se desvaneciera la nube de vapor, Naruto uso su dedo índice para dibujar un corazón irregular. Posteriormente anotó las iniciales de ambos. -Pero no quieres a ninguna, ¿verdad?- Sasuke no respondió, se limitó a darle un trozo de papel para que se secará el rostro. -Ni siquiera mi Oiroke no jutsu surte efecto en ti. Lo que significa que eres...
 
-Deja de decir estupideces- atrayendolo hacia sí de un brazo, Sasuke le sostuvo el contacto visual por largos segundos. Intentar hacer razonar a Naruto en ese momento equivalía a hablarle a la pared. -Me gustas, Naruto- apenas si terminó de decirlo cuando deseó retractarse. Y no por el hecho de que fuera una falacia, porque era cierto, lo que provocó tal actitud, fue lo que Naruto dijo a continuación.
 
-Teme...eres mi mejor amigo.
 
Inmediatamente despues de oírlo, Sasuke quiso golpearlo, pero, se contuvo. Estando Naruto ebrio, podía sacarle la verdad en ciertas cuestiones que seguían inquietandolo un poco.
 
-Eres tan voluble- musitó al mirar la forma de corazon que ya empezaba a desvanecerse. -Naruto, yo...- fueron apenas unos segundos, sin embargo, para cuando Sasuke se volvió hacia Naruto, este ya se había ido. -Imbecil- inspiró hondo, la respuesta de Naruto seguía calando en su ser, pero eso no impidió que saliera a buscarlo.
**
 
Naruto había caminado tambaleándose despues de haber salido del sanitario. Estaba aturdido, mareado. Tuvo que palpar uno de los muros a sus espaldas para poder llegar a una de las escasas mesas solitarias que había hasta el fondo del bar.
 
Sus pensamientos se entremezclaban cada vez mas. Por momentos sentía calor, mucho calor. Su entorno había perdido lucidez varios minutos atrás, de pronto le parecía encontrarse en Ichiraku, en la oficina de Tsunade, incluso había confundido una de las macetas que fungían de ornamento con una persona.
 
-No me siento bien, ttebayo- su ritmo cardiaco se aceleraba progresivamente. Quería correr, gritar, bailar. Todo al mismo tiempo. Sin embargo no alcanzó a hacer nada de eso cuando un chunnin se aproximó con pasos sistemáticos hasta donde se hallaba, tomando asiento frente a el mientras Naruto se miraba las entumecidas manos.
 
-Luces incómodo estando aquí solo- el chunnin sonrió y le extendió a Naruto un vaso de sake con la esperanza de entablar conversación con el.
 
-Izumo Kamizuki- se presentó. Naruto aun trataba de regular su agitada respiración cuando recordó algo importante.
 
-Sasuke- se irguió torpemente, pero no podía levantarse del todo.
 
-Eres muy chico para estar aquí- notó izumo. -¿Te sientes mal?
 
La visión de Naruto se aclaró poco a poco.
 
-¿De qué estábamos hablando?- parpadeó, volviéndose a Izumo. No transcurrieron dos minutos cuando otro shinobi se presentó en la mesa.
 
-Naruto – era sasuke, y a juzgar por su expresion, parecía furioso. Naruto torcío los labios en un mohín.
 
-Sasuke, no me siento bien- y dicho esto vomitó, justo a los pies del chunnin que yacia frente a el.
 
Sasuke se sonrió al ver el rostro asqueado de Izumo.
 
**
 
En cuanto Naruto terminó de devolver el estomago, Sasuke lo ayudó a llegar a la cama. Se sentía tanto o mas molesto que despues de recibir aquel contundente rechazo de parte de Naruto. Empero, lo acontecido había servido para hacerle ver la realidad de las cosas, para hacerle entender de una buena vez que entre ellos no podía existir una relacion estable como tal. Al menos no una que trascendiera su fuerte vínculo de amistad.
 
A Sasuke le había tomado demasiado tiempo convencerse de lo que realmente sentía por Naruto, y cuando finalmente lo había aceptado, comprendió que no tenía las agallas para hacérselo saber. El hecho de esperar el momento idóneo, (en cuyo caso habia sido la embriaguez de Naruto ), se lo confirmaba.
 
El que no tolerara ver a Naruto cerca de otros Shinobis (o de Sakura) era una de las tantas pruebas de sus sentimientos por el ninja extremadamente idiota y cabeza hueca, ademas de impredescible. Y pensar que lo empezó a notar despues del beso accidental entre Naruto y el.
 
-Sasuke.
 
-Mmh.
 
Naruto largó un bostezo, ahora que había vaciado el estomago se sentía  mejor.
 
-¿Me pasas tu muñeco?- aunque no del todo. Sasuke creyó haber oído mal, acercó los labios al oído de Naruto , pero este no dijo nada, solo señaló bajo la cama.
 
Muy a su pesar, Sasuke se puso de cuclillas y levantó un poco las sabanas.
 
-Eres un maldito desastre, Naruto – lo reprendió al ver el tiradero bajo la cama. Desde potes vacios de ramen hasta ropa interior sucia rezagada por el suelo. -¿Pero que…?- y entonces lo vio, un horrible muñeco de trapo con un ridiculo peinado que, extrañamente, se parecía al suyo. -¿esto es lo que quieres?- se incorporó y sacudió el polvillo de sus rodillas.
 
Naruto abrió un parpado y estiró el brazo hacia el muñeco. Iba a abrazarlo cuando reparó en que Sasuke todavia se hallaba en su recamara, atento a cada uno de sus movimentos.
 
-Es mi saco de boxeo- explicó Naruto , sin mucha seguridad en sus palabras. Sasuke respondió con un escueto monosílabo, como si no le importara en lo mas minimo. Aunque en el fondo, era mentira. –Sasuke…
 
El interpelado ya había empezado a alejarse cuando lo oyó nombrarlo. Pero esta vez no se volvió. Aun se sentía ofendido por el estupido rechazo.
 
-Si Orochimaru regresara a Konoha...¿Has pensado en qué harás?- Naruto alzo la mirada con entereza.
 

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