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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo, les traigo una actualización más, jeje gracias por seguir leyendo, besos! No olviden dejar sus comentarios :3

Capitulo 12
De insulto, búsqueda y lealtad.


-Maldita sea!- gritó el talentoso profesor mientras su maletín de piel era azotado rudamente contra la pared.
-Maldición! maldición!- decía una y otra vez. Ambas manos sujetaron sus rizos alzados y terminaron por ser despeinados.
James trago amargamente y se reacomodo la corbata azúl luego de recomponerse mágicamente.
Estuvo a nada, a nada de ponerle las manos más allá de toques amistosos a la creatura de sus sueños. Era un asco el solo pensar que era menor y que estaba mal.
Él siendo un adulto y su amor lejano a un chiquillo que ni la barba le crecía aún.

Sentía que podía jugar con fuego pero en el fondo la impotencia de no poder moverse con libertad le envenenaba el alma, si la sociedad no fuera tan santurrona el podría tocar a su preciado niño.
Llegó con pasos firmes a su alcoba y cerró con fuerza la puerta. Necesitaba calmar su coraje y la impotencia que le recorría agresivamente. Lo peor de todo es que notaba la poca relevancia que él tenía para el señor Worthington, no haber sido un invitado a un evento así le revolvía el estómago, le amargaba la existencia y se sentía más que insultado.

Cómo se atrevía Frederick a ofenderle de esa manera? Qué era tan poca cosa que no podía asistir? No era un miembro también de aquella familia? 
No. La verdad es que el era un simple Snow, el menor, el ignorado y el que menos herencia recibiría. Un producto de descuido y la sombra de la casa en su infancia. 
Opacado por la petulancia y los logros de sus hermanos mayores.
Nada más amargo que ser superado siempre.

Abrió la regadera y con aún puesto el traje se metió al agua sin pensarlo mucho… 
"Sí, ya en unos meses tendré 15" 
Aquellas palabras le hicieron sonreír rotamente, para luego reir sin razón aparente. 
-En unos meses 15 años dijo…-masculló con el cabello mojado el cual le cubrió la mirada.
-En 3 años debo lograr que todo esté listo… Mi pequeño prometido cuidará de mí….- bajando por la pared terminó por sentarse y abrazarse a si mismo.
-Pequeño "Día" te enseñaré un nuevo mundo-.

Al pasar los días y las semanas Lizzie ya se había inquietando por tanta ausencia de Day en sus pláticas diarias, ambos solían ser muy unidos pero de un tiempo ese chiquillo se alejó. No sabía la razón pero le preocupaba, ya no era lo mismo sin él en las clases. 
Todo esto lo notó la Profesora Miranda la cual también extrañaban un tanto al pequeño revoltoso que solía hablar mucho en clases. Un pequeño cambio de alumno y los días se volvieron grises… 
Al sonar la campana de clases Lizzie solo tomo su mochila rosa y salió del aula, cabizbaja por tanto pensar y curiosa también por todo ese silencio entre ellos como amigos. Se preguntó si algo malo no había ocurrido dado a qué Day no estuvo nunca de acuerdo con aquel matrimonio tan repentino. 
Algo muy extraño estaba pasando y como su amiga debía asegurarse de que nada malo le estuviera pasando. 
Tomo el bus que pasaba por la casa nueva de Day, aunque no considero el hecho de que las enormes casa de por ahí fueran de ese tamaño. Tuvo problemas para pasar por la seguridad de las calles privadas, astutamente logro infiltrarse hasta llegar a la entrada de la mansión dónde tuvo que llamar al celular de Day esperando que con algo de suerte le contestaste. 
Un timbre, dos timbres, tres, cuatro, y no atendía las llamadas. Ese enano la tenía muy molesta y preocupada, Cómo es que se desaparecía así? Acaso ya se le había subido la riqueza a su torpe cabecita?
Volvió a llamarle un par de veces más y seguía sin atenderle el celular. Lizzie sujeto con ambas manos las rejas de la entrada, miró triste el mundo que rodeaba a Day y sintió su corazón doler.
-Hola Señorita, necesita algo?- hablo de la nada una empleada de la mansión.
-Eh? Hola, este me preguntaba si Day Shepard vivía aquí, somos amigos de su vieja escuela y quería visitarle-Lizzie hablo con dulzura esperando respuesta.
-Shepard?? Aquí no vive ningún Day Shepard- contestó la mucama algo desconcertada.
-No? Está segura? Mi amigo es un chico rubio, de cuerpo delgado y ojos azules, su madre se llama Susan, No vive aquí?-la adolescente se entristeció.

Acaso su amigo le había mentido? En realidad se habían ido sin dejar rastro? Ya no importaban sus años de amistad?
-Ocurre algo? Pregunto Meena, la mucama principal de Anthony, quien venía con paquetes para él.
-La señorita busca a un Day Shepard, pero le comenté que nadie con ese nombre vive aquí- respondió la otra empleada.
-Buscas a Day Shepard?- preguntó Meena a la niña.
-Asi es!! Es muy importante- contestó algo inquieta. Meena la miró analizando si era prudente abrir la boca, después de todo el jóven Amo le había dado instrucciones sobre los visitantes para su hermano menor.

Ella no decía nada, pero las manchas en las sábanas, los gritos por los pasillos y las intromisiones del adolescente de 18 años al cuarto del menor por las madrugadas eran por muy obvias razones. Aquella pelea la mañana después de la boda le dejaron con la boca abierta, no podía evitar pensar en el enorme problema que el jóven Amo estaba metido. El pequeño que ella había visto crecer era un desastre de persona. 
-Su nombre ahora es Day Worthington, si vive aquí… Pero te recomiendo que no lo busques en esta casa, los dueños no aceptan visitas sin invitación previa-hablo Meena con calma.
-Eh? Oh ya veo-masculló Lizzie desconcertada.
-Te recomiendo que te comuniques mejor al número de la casa, pregunta por la Señora Susan de esta forma tal vez puedan concretar una cita entre el joven Day y usted-  Lizzie acepto el papel del número y la amabilidad de la mujer.
Meena la vio irse sin decir una palabra, pues la tristeza en su rostro se marcó con algo de pena. La mucama caminó de regreso a la entrada, mirando de reojo los rosales floreciendo… Cada suceso en esa casa era tan cansado, tan raro.
Al entrar miró a un adolescente que leía en la sala de estar, el amigo del jóven Amo venía en ocasiones para traer los trabajos de clases y a ayudar con otras cosas del Instituto. Dejó las cosas en una mesa de roble con flores amarillas, se acercó al adolescente de oscura mirada amablemente.
-Jóven Edward gusta que le prepare algo de beber en lo que espera al Amo Anthony?-.
El chico ni siquiera volvió la mirada y asintió dado a que prefería terminar de leer su libro, ella dió una reverencia amable y con gracia se dirigió a la enorme cocina de la casa. Sirvió un té helado en un vaso de vidrio, dejó la bebida sobre un portavasos en la mesa central frente a Edward.
-Gusta algo más jóven?- sonrió cálida al chico.
-No gracias- continuando con su lectura Edward no se digno a mirarla a los ojos. Ella dió una reverencia y se retiró.
Meena acomodó su delantal y subió por las escaleras, los señores de la casa no estaban como era ya algo común en esa casa. Observo si no había más personas en el corredor y se aproximó a la puerta de Anthony.
"Toc toc" ese característico sonido lo realizó calmadamente.
No hubo respuesta y de nuevo tocó la puerta.
-Qué quieres?-se escuchó la voz de Tony algo agitado.
-Jóven amo, el jóven Edward lo espera en la sala de estar, Qué desea que le indique?-Meena notaba una voz en el fondo.
-Mierda… Dile que bajo en una media hora- respondió molesto aún sin abrir la puerta.
-Como usted ordene- dijo amable y se retiró.
Al detenerse unos pasos después escuchó de nuevo los gemidos de Day, las cosas dentro de aquella habitación no eran asunto suyo… Pero si el jóven Amo era feliz así ella haría lo que él le ordenara.
Notas finales:

Jejejejeje espero sus comentarios :3 

 


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