Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Delirio por M M

[Reviews - 115]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holiii les traigo otro capítulo jejeje 

No olviden comentar, además de que me gusta leerlos me permite ver qué opinan de la historia.

Disfruten la lectura :3

Capitulo 27
Entre reclamos y un jugo de uva.




Maldición!! Cómo se habían atrevido amenazarle? Quién se había enterado de la relación secreta entre ellos dos? Cómo? No había manera…. 
Anthony estaba tan molesto que al día siguiente había llamado a Edward para conversar a solas después de la reunión con el consejo estudiantil. El joven moreno ya se imaginaba que algo malo habría pasado, pues la cara de Anthony era amarga. Toda la mañana de la había pasado gritando y tratando mal a medio mundo, esparciendo desdicha por todos lados. 

Ambos adolescentes entraron en el salón, Mientras el jóven moreno  cerraba la puerta, Anthony no tardó en patear las mesas, golpear todo lo que estuviste su paso Y tratar de desahogar el coraje que tenía atrapado en el pecho. Edward solo se digno a quedarse callado, estático e indiferente ante los arranques de ira y molestia animado mejor amigo. 

Ahh… Ya se estaba cansando de tener que soportar estas actitudes constantemente. Desde que se habían conocido sabía lo histérico, celoso, paranoico y capricjoso que era el otro. Siempre pasando por encima de todos, fastidiandolo  siempre...


Mierda de amistad si es que ello fue alguna vez amistad.


Anthony Por fin dirige su mirada al otro adolescente, le molesta que Edward no muestra alguna expresión o siquiera se sorprenda, tan estoico como siempre que la causa náuseas.

- Te di orden no es verdad? Te di una simple orden y no pudiste cumplirla!!…. Qué clase de asistente de mierda eres?! Es que Acaso ya no puedes hacer tu trabajo correctamente? Ayer se atrevieron a amenazarme!... Eres un asistente estúpido e inútil!- empezó a decir con ira clavando su mirada fijamente.
Edward no sé inmutó ante las reacciones del otro aunque por dentro tenía la duda de a qué se refería con amenaza.
- A qué vienen tus reclamos?- preguntó con desinterés.
- Estás tan tranquilo mientras a mí me amenazan, claramente te había ordenado que arreglarás todo, que guardaras silencio y Ahora me encuentro amenazado por un simple mensaje de texto!! Maldito perdedor! No puedes hacer nada bien?- dijo Anthony aquellas palabras con rabia.
Escupiendo frustración y rencor.

- No entiendo De qué estás hablando se más específico quieres?- Edward se mordió la lengua tratando de evitar contestarle, no tenía ni ganas ni tiempo de estar aguantando sus arranques de ira.
- Maldita sea, eres la única persona qué sabe de mi relación con Day, No será acaso que tú enviaste ese mensaje? Planeas ahora amenazarme? No he hecho lo suficiente por ti qué hora deseas manipularme? Vaya Perro malagradecido que eres- Tony le miró con su superioridad, dejando muy en claro que su amigo no era más allá que un simple empleado.

- Yo no te envié ningún mensaje y no entiendo de qué estás hablando, no he hablado con nadie acerca de la relación que mantienes con Day….- hablo tratando de contener su molestia ante los reclamos mal fundados del otro adolescente.
- Alguien envío un mensaje amenazándome el día de ayer, Alguien sabe de mi relación… Y nadie más que tú está al tanto de ello… Más te vale arreglar este asunto! Por tu propio bien espero que lo arregles!! No voy a tolerar fallas si llego a perderlo…- dijo ello tomando de la corbata a Edward de una manera brusca y amenazante.
La mirada gris de Tony se tornó roja por la ira, tanto era su deseo por preservar al chico a su lado que perdía los estribos con facilidad. Edward vio con sus propios ojos la inestabilidad que Day podía provocar en una persona.

- Yo no he enviado ningún mensaje ni hablado con nadie más acerca de ello, no me culpes de tus propios errores Cuando sabes bastante bien que tampoco haces buenas cosas a espaldas de ese niño, no creas que no me doy cuenta de que también le mientes a Day…- gruñó Edward desbordando rabia ya sin tratar de ocultar su molestia.

-Lo que yo haga con él o deje de hacer es sólo asunto mío! Apégate a tus responsabilidades de asistente y soluciona este puto  problema!! Encuentra quién me envió ese mensaje y solucionalo... Si pierdo a Day por tu ineptitud te cortaré la cabeza...- masculló esas palabras entre dientes con rabia ante la osadía de su amigo.

Quién se creía ese imbécil como para tenerle la contraria y cuestionarlo acerca de las cosas que él hacía? Menudo imbécil, no era más que un simple lacayo a sus ojos.

- Te has ganado muchos enemigos a lo largo de este tiempo, no esperes que encuentre rápidamente quién de todos ellos te ha amenazado, después de todo no eres tan discreto en tus encuentros con él… Será mejor que te controles también o este trabajo será más complicado- Edward trató de recomponerse, no quería ceder a sus impulsos y terminar golpeando al presidente estudiantil. 
Aunque no le gustara Anthony era la única persona que por el momento protegía Day, así que permitiría esto, dejaría que Anthony tuviera un poco más de tiempo a Day, pero ya se estaba fastidiando de la prepotencia de ese niño mimado. 
Edward odiaba ya la idea de aquella relación entre hermanastros, ese imbécil de Wortington tenía tan aferrado su corazón y su pene a solo tener para si mismo a su pequeña obra de arte que no podía evitar sentirse asfixiado e impotente. También quería un pedazo de Day... O si pudiera todo de él.

- Y tú eres alguno de estos enemigos? Te vas a atrever a voltearte en mi contra? Alguien tan insignificante como tú no es ninguna amenaza, No olvides que sin mí tú no eres nadie, Más te vale solucionar este problema o yo mismo lo solucionaré Y de paso te destruiré en el proceso- Las frías amenazas de Anthony poco le importaron a Edward. Café con gris chocaron en miradas llenas de desdén, arco y rencor.
- No puedo solucionar cada problema en el que te metas Anthony, no soy un ser sobrenatural ni un genio para estar arreglando cada estupidez en la que te metas, modula más tu conducta eres el Heredero del imperio Worthington y te sigues comportando como un niño encaprichado, eres un adulto legalmente y aún así no te entra en la cabeza que no puedes armar este tipo de escenas ni tener esas conductas- Edward no se mordió más la lengua para regañarle pues ya estaba fastidiado detener trabajo extra y soportar siempre todo le saliera bien Anthony.

- Planea sacar las uñas ahorita? Deja de ser hipócrita y dime las cosas en mi cara directamente, Eres mi enemigo o no?- preguntó con odio.
- No soy tu enemigo, eres idiota si lo piensas así… Este asunto lo solucionaré, ya que como siempre termino arreglando tus problemas, no entiendo cómo es que te siempre te metes en problemas y arruinas todo lo que tocas... Espero que ya no me des trabajo extra... esto comienza fastidiarme- Dijo el jóven moreno desviando la mirada, ganarse Anthony de enemigo no le serviría si deseaba acercarse a Day.

Por todos los cielos, ese idiota tenía que entender que sus acciones tenían consecuencias.


- Más te vale que hagas correctamente tu trabajo no quiero recibir más amenazas- soltó con una voz desganada y aburrida mostrando con sus ojos grises su supremacía. Aunque en el fondo le calaban los reproches del otro.
- Lo único que te diré es que no tengas más encuentros con Day en la escuela, evítate más problemas, sabes perfectamente bien como yo que cualquier otra persona además de mí se puede dar cuenta de los encuentros que tienen… No es precisamente que ustedes sean muy silenciosos- Cierto tono de celos se hallaba en su voz y Esto fue notorio para el jóven Amo. Y como si una risa burlesca apareciera repentinamente Tony rió con alegría descolocando un poco a Edward.

- Vaya que te gusta escuchar a puertas cerradas…. Disfrutas oírnos  gemir? Te entretiene como me follo a mi Day? Parece que no soy el único pervertido, Acaso no es llamativa la voz de ese mocoso? Es dulce y delicada...- gruñó con superioridad dejando a Edward sorprendido.

El gris y el café chocaron de nuevo, las miradas, las expresiones fasiales... Todo terminaba en un solo punto...


Anthony se había percatado del interés de Edward por su relación con Day... Algo imposible de creer de no ser por el mismo adolescente moreno que se estaba delatando.
El jóven amo estaba sorprendido por el hecho de que por fin algo le llamaba la atención a la estatua de Volkov.


-Será mejor que te concentres en lo que te ordené y no te quedes simplemente escuchando lo que yo y mi amante hacemos, por tu propio bien arregla este asunto- Anthony infló su pecho con superioridad nuevamente. El joven de ojos morenos torció la boca con cierto asco, Anthony era un descarado y un mentiroso, siempre buscando su propio beneficio y dando órdenes a diestra y siniestra A quién sea sin importar las consecuencias de sus actos.

Por ello para él no resultaba ninguna sorpresa el que nadie le creyera sus palabras a Anthony, sobre todo Susan y el asunto con el Profesor Snow. 
-Lo investigaré hoy mismo así que ya tranquilízate, no hagas esto más difícil... escucha mis consejos por una maldita vez, Quieres?- respondió Edward con una mirada torcida entre bastantes sentimientos encontrados.

Esos mismos momentos sentía asco de sólo pensar que alguien tan hipócrita y mentiroso cómo Anthony tocaba el cuerpo de su pequeña obra de arte. 
Edward sentía que era el único con la suficiente moral como para ponerle una mano encima a Day, James era un pervertido y Anthony un maldito mentiroso controlador.
- Arréglalo o te mataré….- Terminó de decir el atractivo adolescente abriendo la puerta abruptamente y largandose. Dejando a un Edward bastante molesto, asqueado por la conducta del otro y con un amargo sabor en la boca.

Mierda de amistad, si es que ello se le podría llamar amistad… 
Pues ellos no se podía comparar con las relaciones entre Day y la niña regordeta que había platicado con él en heladería la ves pasada.
Deseaba, no… Pedía a gritos internos algo así de unido y especial con su pequeña obra de arte. 

Ahh, que fastidio estar arreglando estupideces ajenas.

Para la tarde del día siguiente, Edward continuaba investigado,  tratando de averiguar quién de todas las personas qué Anthony había dañado pretendía hacerle daño a estas alturas. Como su "mejor amigo" y también asistente conocía muchos secretos ocultos sobre las actitudes y actividades del prepotente heredero.

Al principio pensó qué podrían ser represalias de parte de Diana, pero ella no estaba al tanto de Romance oculto entre hermanastros O al menos eso era lo que pensaba ya que no había datos o evidencias de que Diana supiese también sobre ello. Pensó en Claude Quién era el más evidente con sus intenciones de destruir como sea que fuese posible a Anthony, Y es que quien no lo quería destruir? Se la había pasado todo el tiempo utilizando, dañando, humillando a quien fuera… Como si todo lo que tuviera contacto con Anthony, todo quien qué hubiese pasado por sus manos se destruía... se quemaba. 

Le dolía la cabeza de tanto pensar y pensar en quién podría ser, había investigado el número analizando con los medios posibles de dónde podría haberse enviado pero Aparentemente había sido de un número desechable, Por ende la amenaza también consistía en tener evidencias pues este tipo de declaraciones no se sueltan a la ligera O al menos si alguien con cerebro trataba de amenazar Anthony tendría que tener medios para sustentarlo.

Meterse con un integrante de la familia Worthington no era nada fácil dado a que aquella familia tenía bastante poder e influencia sobre otros campos, tanto así que la amistad que el mantenía con el hijo mayor de aquella familia le había beneficiado para que sus padres ascendieran de puesto rápidamente. Su familia pasó de ser clase media a una clase un tanto más alta pero no lo suficiente, sus padres le regañaban por no complacer adecuadamente al mimado adolescente que ahora ocupaba el puesto de presidente estudiantil. 

Edward se sentó en una de las bancas que se hallaban cercanas a uno de los jardines dentro del Instituto Jefferson, su mente estaba hecha un caos y no podía dar aún respuesta sobre quién estaba amenazando, por un momento pensó que podría ser también el Profesor Snow, quién también tenía roces con Anthony no sólo desde antes de que llegara Day a la vida de todos, sino por el incidente en donde James había atacado al menor.

Tanto silencio por parte del profesor le resultaba bastante extraño, él no era de la clase que se quedaba callado con simples amenazas Aunque su vida dependiese de ello. No, ese maquiavélico profesor escondía detrás de una fachada amable y atractiva a alguien manipulador y convenenciero que a simple vista era difícil de discernir, pero Edward era demasiado analista como para pasar desapercibidas las miradas y las actitudes que el profesor tenía tanto con el señor Frederick, como con Day o incluso la señora Wordington. Dónde también podría jurar que había un idilio ahí, entre ese par de doble caras.

Si lo pensaba más a detalle posiblemente James sería uno de los candidatos más obvios para la amenaza Pues también tenía medios para enterarse y para  amenazar. 
Todo esto se reducía entre Claude, James o cualquier amante despechada las cuales eran bastantes. Levantó la mirada y noto las cámaras de seguridad que había en el exterior, las cuales fueron aprobadas por el consejo estudiantil anterior con la finalidad de tener todo más controlado. Ya revisaría esa cámaras más adelante, por el momento solo quería un minuto de paz. Un momento a solas… 
Maldita sea su suerte, nunca podía hablar ni expresar nada de su interior a nadie, porque a nadie le importaba él en realidad. 

-Te ves cansado- dijo una voz dulce y tranquila. Aquella singularidad en el tono le sacó una repentina sonrisa, miró a la persona que le hablaba, el brillo del sol se combinaba con las hebras doradas de su cabeza y el azul de sus ojos eran como dos lagos refrescantes en un inmenso calor.
-Day… Qué haces aquí? No estabas con Tony?- Preguntó el adolescente sonrojado nuevamente. Trataba inútilmente de esconder su alegría, pero verlo de nuevo y más ahora que se ayaba estresado le relajó agradablemente.
-No se dónde está, supongo que debe de estar con los chicos del comité, imaginé que también estabas con él- dijo Day sentandose junto a él mientras en sus manos sostenía un envase de jugo.
-Mhm… Creo saber dónde está- dijo ello entre dientes mirando a otra parte. En verdad que Anthony era estúpido e imprudente.
-Qué dices?- pregunta el menor sin entender.
-No… Nada- sonríe nervioso, notando que Day le devolvía la sonrisa el sonrojo incrementó. 
-Te ves cansado, Tienes mucho trabajo?- la melodiosa voz le acariciaba los oídos dejándole un poco mareado.
-Sí, bastante en realidad… Ya sabes que tu hermano se la pasa metiéndome en sus cosas- Edward  habla con soltura relajándose.
-Bueno, ahora que ya llegué debes de dejar de estresante, toma…- La alegría del menor es tan pacífica y reconfortante que por momentos bajo la guardia. Repentinamente  Day le puso en sus manos un jugo de uva. 
-Este es el remedio para tus males, bebelo y te prometo que toda la tristeza se irá- dijo el chiquillo como si aquel jugo fuera una posición mágica.
-Un… Un jugo?- balbuceando el adolescente se sorprendió por el repentino gesto pues en realidad nadie le regalaba nada solo por regalar, ni siquiera celebraba su cumpleaños a decir verdad. Ese pequeño jugo de 250 mililitros era la primera cosa que alguien le obsequiaba sin intenciones ocultas. Ese simple acto le llenó de calidez el corazón por muy pequeño que era.

-No quiero que te estreses tanto, te hará daño, toma ese jugo y recupera tu sonrisa… Porqué se perfectamente que si puedes sonreír, Eh?! Se que puedes sonreír y no parecer un robot todo el tiempo, solo tómalo y relájate… Te lo mereces- Day expandía sus ojos haciendo gestos mientras le hablaba. Edward solo atinaba a acentir con la cabeza efusivamente enmudecido con los nervios a flor de piel. Aquella creatura era un hada con las alas rotas, pero con un corazón amable y rebelde... 


Day se había convertido en su musa, la princesa que deseaba salvar y consumir viva solo por su propia avaricia.


El particular aroma de Day entraba por sus fosas nasales y le hacían parecer de nuevo un tomate totalmente rojo.
-Gracias… De verdad- habló el moreno avergonzado de no poder controlarse.
-Jeje no me agradezcas…- sonrió amable el menor.
En un movimiento rápido Day tomó con sus dos manos pequeñas el rostro del mayor, ocasionando que casi se le saliera el corazón a Edward.

Ahh estaba demasiado cerca, Su alma estaba a nada de estallar.

-Por todos los cielos! Tienes un lunar debajo del ojo izquierdo!! No lo había notado…- Day decía aquello entre emocionado e intrigado inocentemente.
-Qué? Eh? Ah?- Edward solo podía articular cosas sin sentido debido a los nervios por estar tan cerca de su obra de arte.

-Eres bastante guapo, tienes una mirada bonita y tienes buen porte… Además eres muy listo, tienes las mejores calificaciones de todo el  Instituto! Eres admirable Edward y encima tienes ese lunar que te hace ver tan bien... Sin duda eres especial- dice aquello con emoción pues para Day, Edward era alguien serio que se convertía en alguien interesante y divertido conforme le hablaba.

-Eh… En serio lo crees?- Edward sentía el corazón como un caballo galopante. Toda su mente se vació y su estés se fue volando a otra parte. 
-Claro que sí, solo que siempre estás serio, debes de sonreír más te aseguro que eres incluso más guapo que Tony- Day entrecerró sus ojos alegremente, dejando que su aroma envolviera a el chico frente a él.
Por Dios!! A su pequeño sueño le parecía atractivo su rostro!! Era guapo a los ojos de Day. Una desconocida pero agradable alegría le invadió el alma haciendole feliz por primera vez en mucho, mucho tiempo.
-Gracias Day- Edward abrazo impulsivamente al menor enterrando su cara en el cuello delicado y blanco. Debía grabar en su mente cada parte del cuerpo del chico, tan delgado y suave.
-Jeje no me agradezcas no hice nada en realidad- Day no se asustó ni lo alejó, correspondía el abrazo con toda naturalidad.
Los ojos de Edward se llenaron de lágrimas y trató de no manchar la ropa de Day con ellas, la felicidad estaba entre sus brazos y su mente por fin después de mucho obtenía algo de paz. 
-Soy tu amigo, así que si necesitas algo también… Yo estaré para ti- masculló Edward con un tono entre cortado por las lágrimas y felíz.
-Edward… Gracias, también soy tu Amigo, cuenta conmigo para lo que necesites, y no dejes de sonreír que pareces robot- dijo Day alegre de hacer una amistad nueva.
Después de tantos meses apresado por los deseos de su hermano y su posesividad, sin poder acercarse a nadie, sin poder hablarle a alguien… Podía ahora tener un nuevo amigo.



Day y Edward fueron felices en aquel momento efímero.
Notas finales:

No olviden comentar! Juju 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).