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Delirio por M M

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Notas del capitulo:

Holiii les traigo el capítulo de hoy jejeje 

Mañana no hay actualización hasta el sábado.

No olviden comentar TuT

Capitulo 43.
Entre las llamas.



Por la mañana sus ojos azules se abrieron todo parecía haber sido un mal sueño, algo bizarro que sus ojos contemplaron desgraciadole la vida. Se metió entre las sábanas de aquella pequeña cama, realmente no quería salir Pues el calor de estar en un hogar donde se sentía aceptado le reconfortaba el corazón. Había escuchado los pájaros trinar y alguno que otro perro de aquel vecindario ladrar por la mañana. 
Allen le había dicho que se sintiera cómodo ahí que todo dentro de Aquel lugar era suyo, a pesar de ser un hombre que vivía solo y de estar incapacitado al menos por ese momento debido al accidente era bastante activo y guardaba reposo la mayoría del día aunque cuando tenía la posibilidad realizaban los deberes de la casa. 

La relación que había mantenido con aquel hombre siempre fue cercana y dulce pues era la única persona después de su madre que se preocupaba por él. A estas alturas resultaba ser realmente el único que siempre pensó en la seguridad y amor para ese niño. Day no sabía qué era lo que pasaría más adelante pues todo lo que conocía y la familia la que fue forzado entrar se había desbaratado en un solo día. Él había perdido a su madre y la fe que tenía en las demás personas que le rodeaban, aunque no lo dijera mal decía que el momento en el que su madre se había comprometido con el señor Frederick.

Pero había aprendido muchas cosas en tan poco tiempo, conociendo lo que significaba la pasión y un estatus social más elevado, las comodidades que ofrecía la riqueza eran fácil de aceptar, Pero aquel pomposo mundo no era para él, jamás se sintió cómodo entre tanta gente pretenciosa que fingía lo que no era. Se lamentó el haber perdido a un amigo como Edward pues de cierta manera a pesar de la traición y de las mentiras que le dijo para poder acercarse aún le quería. En el fondo le gustaba ese adolescente de mirada café y coqueto lunar, no quería decirlo en voz alta dada la vergüenza que sentía pero le constaba lo que se hallaba dentro de su corazón. Por otra parte, la infidelidad de su hermano era la que más le causó dolor entre aquellos hombres pues aún estaba enamorado del amante que le protegió anteriormente.

Su cuerpo se había adaptado a la perfección a la pasión desmedida y lujuria qué Anthony le había enseñado, a pesar de cómo iniciaron y como terminó la relación no dejaría de desearlo y de pensar en él cada momento del día Esperando que en algún instante  sus heridas sanaran y pudieran hablar como personas civilizadas en el futuro.
El profesor Snow había cruzado la línea de la locura al realizar tantas estupideces en tan poco tiempo, era increíble como la imagen de Caballero se había distorsionado tan drásticamente por un simple acto desmedido, realmente se había sentido atraído por él, por la belleza y elegancia de aquel hombre con porte galante, Aunque agradecía que hubiese mostrado su verdadera cara y sus oscuras intenciones, al menos ya no haría sufrir más a su madre con mentiras y estaría lejos de él.

Jamás podría recuperar la ilusión que le causó en el primer instante, James tendría que salvarse a sí mismo sin poner sus ojos y Fe en su persona.
Oh… Pero había una cosa que en realidad le dolía más allá de todos.
Susan, su madre… Las mentiras de ella y sus ambiciones dolerían para toda la vida. No había persona en el mundo a la cual él profesó tanto amor cómo a su madre, su adorado cisne quién había sido manchado por su ambición y narcisismo.

Entendía la soledad de ella o al menos eso intentaba, realmente ya no conocía la persona que ella era en la actualidad. Casi como si en realidad nunca hubiese sido su madre y una máscara fuera lo que él consideraba como la verdadera Susan. Quería aferrarse a los buenos recuerdos que hubo entre ellos y las noches cálidas de chocolate caliente Y amorosos cuentos en aquella pequeña casa donde él había crecido en su infancia, vaya que no ocurrió hace mucho pero dolía recordar.

Susan le dolía como una puñalada a su desgarrado corazón, ella le había herido más allá qué los hombres que amó. Nadie tenía suficiente poder como para lastimarle de aquella forma y él sólo aceptar que había sido utilizado por el ser que tanto amaba le estrujaba el alma de una forma violenta. 
Tomó su teléfono celular y marcó a su padrastro y decirle que se encontraba bien dándole otro número para que se pusiera en contacto en caso de ser necesario, número telefónico que era de la casa donde actualmente comenzaría su nueva vida.
Por el momento las vacaciones se aproximaban y ya arreglaría el tema de la escuela más tarde dado que ahora no tenía cabeza para pensar en otra cosa.


Anthony se encontraba en un vuelo con destino al otro lado del país, su mirada grisasea se hallaba perdida y su cuerpo se movía por inercia, se daba una idea de a dónde se dirigía pero realmente no quería pensarlo, en su mente sólo había un nombre y ese nombre lo llevaría para toda la eternidad dentro de su corazón. 
Tenía razón su padre, en algún momento debía madurar y aprender que las cosas tenían consecuencias, no podía permitirse actitudes egoístas y posesivas de esa manera tan descontrolada, aprendería los límites de sus errores. Bajó del avión y un auto lo recogió en el aeropuerto, recargo su cabeza sobre la ventana y una fina lluvia comenzó a caer entristeciendo aquella tarde.

Alcanzó a visualizar cuando el auto se aparcó en la entrada de un edificio grande de color blanco con amplios jardines y distintas personas caminando dispersas. 
Anthony bajó del auto, tomando su maleta entró por aquella reja donde fue escoltado hasta la recepción del edificio. Una señorita al mirarlo se sonrojó y le preguntó el porqué se hallaba ahí.
- Vengo a internarme, Mi nombre es Anthony Worthington me parece que mi padre ya se comunicó con ustedes anteriormente- respondió a la señorita sonando totalmente plano.
-Ah es verdad, por favor sígame- dijo la señorita bastante sorprendida pues no esperaba que llegará una persona así de atractiva.
Caminando por un pasillo largo evitaba mirar por aquellas puertas y sólo continuaba con su mirada fija sobre el suelo. La puerta de la habitación se abrió y una cama bastante sencilla fue lo primero que se alcanzó a ver, había una ventana sin cortinas un pequeño mueble para que pudiese guardar su ropa.

- Por favor puedes acomodarte, el Doctor Smith estará contigo dentro de pronto… También nos informaron del pedido especial de su padre- Dice la señorita al marcharse dejando a dos enfermeros en la puerta.
- Oigan chicos… Este es un centro de rehabilitación psiquiátrico no una cárcel, Me dejan por lo menos cambiarme en privacidad?- dice Anthony algo cansado. Ambos enfermeros se miran y se dan la vuelta, causando que el adolescente suelte un suspiro por tener que afrontar su nueva realidad lejos de todas las comodidades a las que estaba acostumbrado.

Se había dado una idea de qué realmente su padre no lo mandaría a un internado, Pues estaba ya al borde de un colapso mental y estar en aquel lugar era un alivio para el mismo. 
Una vez que se puso su ropa con la cual uniformaban a los pacientes se dedicó a platicar con el doctor que se encargaría de llevar su expediente durante todo el tiempo de residencia en aquel sitio. No protestaba ni hacía preguntas demás, escuchaba atentamente las indicaciones del médico y los horarios que tendría que seguir para poder recuperarse lo antes posible.

A pesar de que aún amaba a su hermano no quería renunciar aquel amor, y justamente por aquel amor quería sanarse primero a sí mismo para de esta manera hallar algo de paz y transmitirla a la persona que tanto lastimó.
Miró por la ventana y decidió salir al jardín donde una hermosa mujer de cabello oscuro se encontraba sentada mirando el cielo. Él se apróximo con lentitud mirándola detalladamente. 
-Hola…. Mamá… Acabo de llegar, los médicos dicen que vas bien, Ellos dijeron qué has tenido un buen día hoy, Me permites sentarme a tu lado?- Dice el adolescente con una voz amable y lágrimas en los ojos. La mujer no responde simplemente miraba al cielo pérdida dentro de su propio mundo.

-Mamá… Perdóname por no haber venido antes pero a partir de hoy estaremos juntos… Todos los días te haré compañía… Sabes? Papá está madurando, ha tomado nuevas decisiones para su vida, no ha sido nada fácil desde que tú ya no estás con nosotros pero aún así él nunca me ha dejado y es por eso que yo nunca te dejaré- Anthony dijo aquello con un nudo en la garganta. 
-Mamá? Te acuerdas de mí? Sabes quién soy?- Las lágrimas recorren sus mejillas de aquel adolescente abriendo viejas heridas.
- Mi nombre es Anthony… Soy tu hijo mamá… Te acuerdas de mí? Recuerdas tu nombre?… Recuerdas que te llamas Jour Wortington?… Mamá… Lo recuerdas?- El jóven baja la mirada escondiéndose entre el cabello de su frente dejando caer amargas lágrimas.

La mujer voltea a verle, Él regresa su mirada sorprendido por la acción de ella, la mujer no hace ninguna expresión pero al menos a través de sus ojos grises conecta con los ojos también grises de su hijo. No hay palabras ya entre ellos sólo sus miradas enlazándose en el único mundo que ambos  entienden.


Siempre fueron iguales, no era una sorpresa qué Anthony también terminará en aquel lugar.


Pasaron las horas y los enfermeros le informaron que debía regresar a su habitación para que ella también regresara. Una enfermera escoltó a la  mujer de regreso a su habitación y Anthony por su parte se dirigió junto con el enfermero  a la habitación que le correspondía. Tenía una mezcla de sentimientos entre nostalgia, felicidad, tristeza y vergüenza.

Recostándose en aquella pequeña cama con un duro colchón meditó la mayoría de la madrugada en el porqué las cosas se habían acabado de esta forma, tal vez era por sus miedos reprimidos a perder lo que más amaba. Incluso se le hizo una coincidencia bastante agridulce que la persona de la cual se enamoró tuviera casi el mismo nombre de la persona que no podía olvidar. Ambos nombres significaban  "día" sólo que en distintos idiomas mientras uno estaba en inglés el otro estaba en francés. Era como si el destino le avisará qué tendría un nuevo amor entre sus manos pero su insolencia y poca experiencia para manejar las relaciones sumado a su posesividad e impulsividad terminaron causando todo el desastre y las cosas malas que hizo anteriormente. 

Esta vez dejaría que el tiempo avanzara su ritmo sin forzar nada, no tenía ni ganas ni fuerzas para estar batallando con cosas que no podía manejar pues bastante tenía consigo mismo Al no entenderse como para seguir ese romance del cual se había aferrado. Dejaría que las cosas se calmaran y tal vez algún día el volverían a mirarse y el dolor ya no estaría presente.

Después de aquel tormentoso día, Edward había regresado su casa y sin pensarlo mucho también hizo sus maletas, mientras sus padres le regañaban a su espalda diciéndole que era su culpa el hecho de que la relación se hubiese terminado entre el Jóven Worthington y él.
Llevándole de palabras hirientes sobre su mediocridad y él no haber realizado correctamente su trabajo al servirle a Anthony, los señores ya habían visto el comunicado del director a través del sitio del Instituto, En donde ya habían sido borradas las 36 fotos en un intento por evitar que se regalan por todo internet. 
Su padre el señor Volkov le miró severamente, pues detestaba que su hijo si hubiese vuelto Tan débil inepto al no poder manejar la imagen y reputación pues ese era su trabajo como asistente.

Edward ignoro cada una de las palabras mientras continuaba haciendo sus maletas ya no quería estar un segundo más en esa casa y preferiría vivir en las calles que estar un momento más bajo las órdenes de ellos. Nunca se interesaron realmente por los sentimientos de su hijo presionado a tal punto de desear ser su propia muerte, desaparecer del mundo en el que había sido criado y perder todos aquellos amargos recuerdos. Day simbolizaba amor y la esperanza de libertad pues ambos compartían el estar en una prisión donde no querían, por momentos se había imaginado la vida juntos compartiendo cada tristeza y felicidad. 

Tenía todo listo, un apartamento alquilado a su nombre, dinero lo suficientemente ahorrado y toda su inteligencia. Bajo las maletas ignoro todos los reproches de sus padres y mientras jalaba cada una su madre fue la única qué le dijo que al menos se cuidara. Esto hizo sentir un pequeño calidez en su corazón, ya que no lo esperaba Pero al menos lo agradecía.
- Ya no eres más mi hijo y yo soy más tu padre!! No tendré como heredero a un cobarde…- Soltó con odio el señor Volkov.  
- Hace mucho que deje de ser tu hijo Así que en realidad no pierdes nada- respondió Edward con un nudo en la garganta.

- Vete como el cobarde que eres!! No necesitamos nada de ti y no te atrevas a volver!- Las venas saltaban de la frente de aquel sujeto rojo por la furia. Edward llegó con sus maletas a la calle mientras el taxista las subía la cajuela su padre aún le reclamaba y le gritaba sin importar las miradas de los transeúntes que caminaban por la acera mirandoles fijamente.
- Eres una decepción!! Más que una decepción una vergüenza!!- gritó nuevamente su padre.
Edward abrió la puerta del auto cuando el taxista ya lo estaba esperando para poder arrancar y partir, él se quedó pensando unos instantes tratando de darse valor así mismo y tragar todo su dolor para por fin ser libre.

- Antes de irme quiero que sepas una cosa…. Son los peores padres que eh conocido pero eso no es lo que me importa ahorita realmente, tengo asuntos más importantes que resolver Y ustedes son un estorbo para mí, Espero y algún día puedan cambiar su corazón y dejar de intentar manipularme todo el tiempo….- dijo Edward bastante serio con una mirada retadora.
-Oh! Y una última cosa… Papá… Mamá… Soy gay- Dijo por último con una sonrisa cerrando la puerta y partiendo lejos de ellos. Su madre casi se desmaya y el señor Volkov se había puesto de mil colores por toda la ira que la invadía de haber escuchado aquellas últimas palabras.

Dentro del auto ya estando en movimiento Edward sólo atinaba reírse de su propia situación Agradeciendo a la única persona por la cual él había sido capaz de enfrentar a sus padres y querer ser libre. Day no sólo había significado para él una puerta de libertad aún si lo había lastimado recientemente, no podrían estar juntos por todas las heridas aún abiertas, a pesar de ello le agradece infinitamente por haberse convertido en su Musa, no sólo inspirandole de nueva cuenta a pintar si no a apreciarse a sí mismo y alejarse de todo aquel que le hiciera daño.
El taxista le miró por el retrovisor con voz amable y alegre le dijo:
-"Muchacho en verdad te felicito, pocas personas tienen el valor que tú tienes".
Edward agradeció las palabras y miró al cielo con un sentido de esperanza más vivido que antes, lo único que le entristecía el haber arruinado todo por dejarse llevar por su avaricia. Algún día lo enmendería y las cosas se quedarían en el pasado.
Sí era lo que más deseaba.




Había pasado ya dos semanas después de aquel fatídico día, el señor Frederick se había dedicado a tratar todo lo referente con el futuro tanto de su hijo Anthony Cómo de su hijo Day, porque a pesar de todo ante sus ojos ese niño siempre sería su hijo. Con lo que respectaba Susan, ella fue echada de La Mansión de manera violenta al no quererse salir por su propia voluntad, el escándalo llegó a oídos de los demás casas vecinas poniéndolos en vergüenza, ella alegaba que volvería y le quitaría todo lo que el poseía, no se había dado cuenta de la situación tan precaria en la que estaba en donde ella misma se metió. 

Sola y sin ningún lugar a donde ir se dirigió a donde su amante quién sin dudarlo le había cerrado la puerta en la cara, bastante había tolerado las actitudes infantiles y violentas de aquella mujer como para ahora apiadarse y tenerla en su propio hogar. Ella entró en pánico y suplico durante horas tocando la puerta que le permitiera refugiarse pues no tenía dinero ni amigos a quién acudir. El profesor es Snow simple y sencillamente le recomendó ir a un refugio de indigentes ordenándole no molestarle nunca más. Ella en un intento desesperado comenzó a arrojarle piedras a los vidrios de la casa causando que fuese llamada la policía y arrestada por atentar contra él por 24 horas. 

Susan había perdido todo sentido de la realidad pues uno de sus más grandes temores se había hecho presente en el momento en el que su príncipe había escogido nuevamente a su hijo el lugar de ella. Anhelaba tanto tener la atención y el amor de una sola persona y no compartirlo con nadie más. Day no la ayudaría y de eso estaba consciente Aunque esperaba que en el futuro él la perdonara y pudieran ser Unidos nuevamente pues al final de cuentas ella no dejaba de ser su madre y él no dejaba de ser su hijo.


Después de esas dos semanas pasó otra semana más donde el señor Frederick junto con sus abogados lograron concretar el divorcio total Llamando a la mujer qué firmara los papeles puesto que se había escondido en alguna parte para evitar que aquel hombre millonario la abandonara. Aún después de todo lo que había hecho y de cuánto le había traicionado ella apelaba a los sentimientos de su esposo. 
-Frederick… Por favor tienes que tener compasión de mí, soy tu esposa y tu amante aún tiene que haber algo de cariño en tu corazón hacia mí- Susan lloraba con el bolígrafo entre sus manos evitando a toda costa firmar aquel documento. Su imagen era deplorable, con el cabello enmarañado y ropa deportiva aparentemente sucia.

- Susan Tú sabes que esto ya no tiene remedio, me apresure en proponerte matrimonio Ahora estoy tratando de enmendar las cosas, tienes que entender que aquí la que falló fuiste tú y no puedo continuar a tu lado después de todo el daño que nos has hecho tanto a mí cómo a tu hijo… Firma Ya esos papeles el divorcio y la custodia total de Day- respondió con un tono duro pero firme.
- Por favor amor mío, podemos darnos otra oportunidad… Tu… Tú… Tú tienes que entender yo estaba  sola y tú me ignorabas por estar en el trabajo, yo me sentí abandonada… Por favor tienes que entenderme- dijo la mujer suplicando y tratando de esconder el bolígrafo inútilmente.

- Señor Worthington… Disculpe pero el embajador Taisho nos espera, Será mejor que apresuremos la firma de los documentos- Comenta uno de los abogados que estaban ahí presentes.
-Ahh… Entiendo Llámale a mi secretaria y que organice todo- Le contesta el señor y vuelve a dirigir su mirada hacia la mujer.
-Frederick por favor, No me abandones te prometo no volverte a fallar- Dice ella gimoteando como si se ahogara entre sus propias lágrimas.

-Susan por favor firma ya los papeles quiero acabar con esto lo antes posible- El hombre se encuentra ya fastidiado de estar tratando de convencerla de buena manera.
- Frederick tú no entiendes… Por favor tienes que apiadarte de mí- Susan contesta levemente.
-Basta! No pienso escucharte más, Tú me traicionaste, utilizaste a tu hijo, vendiste las acciones con una firma mía que no sé de dónde conseguiste y apuñalaste a todos por la espalda, Cómo crees que voy a perdonarte todo eso sí hace apenas tres semanas que pasó?? En qué mundo crees que vives?- El señor Wortington pierde un poco los estribos y alza la voz molesto.

-Vaya que si estás enojado tío…- Dice repentinamente James estando en el marco de la puerta de aquella oficina del bufete.
-James?! Tú aquí?! Contigo debo hablar acerca de las acciones que robaste!- El señor se levanta abruptamente tirando la silla movimiento violento, esperaba recibir al profesor Snow hasta el día de mañana Pues sospechaba el y sus abogados que aquél incendio ocurrido en sus propiedades no habían sido una casualidad.
-Vamos Frederick, No me digas que aparte del divorcio ahora peleas la custodia de un hijo que no es tuyo?- Pregunta burlonamente en un tono desafiante.

- De ti me encargaré más tarde… Este trámite de divorcio es por tu culpa! Ustedes dos destruyeron la familia que habíamos formado- Masculla aquellas palabras al tratar de soportar su propio dolor.
- Es verdad que me metí con tu esposa, pero ella realmente no me interesa…- Responde James como si lo estuviera diciendo no fuese  importante.
- Qué dices?! Tú me juraste Amor eterno! Tú me engañaste y me prometiste una vida llena de amor!! Cómo puedes ser tan mentiroso?-Susan trata de agredir al apuesto hombre pero falla cayéndose de rodillas lastimándose de nuevo.

- Vamos mujer deja de humillarte ya hasta empieza a ser cansado, Cuándo vas a dejar de perseguirme? Yo sólo estaba interesado en Day… Es a él a quien amo y solamente es con quién tomaré el resto de mi vida, Acaso creíste que me fijaría en alguien tan vulgar como tú? Una gata callejera que no sabe comportarse en ningún tipo de situación, apenas te coquetee un poco y tú cediste todo tu matrimonio sin siquiera pensarlo- James disfrutaba de aquel momento observándola desde arriba con una mirada prepotente.

- Tú!! Cómo te atreves a poner tus ojos en mi hijo?! Es sólo un niño! Eres un maldito pervertido!!- Grita Susan tratando de ponerse de pie.
- Cómo no fijarme en la belleza que desprende tan hermosa criatura?! Tú ni siquiera le llegas a los tobillos… Él es la persona a quién yo realmente deseaba, Si me acerqué a ti fue para poder conseguirlo a él, Es que Acaso no entiendes lo patética que puedes llegar a verte?…. Mírate sólo ahorita, no causas más que vergüenza- Aquellas palabras soltadas con la intención de lastimar fueron interrumpidas por una bofetada de parte del señor Frederick desconcertando un poco aquel galante profesor.

- Eres un asco de persona! Tú y ella son tal para cual, se merecen vivir Unidos en su propio veneno, Cómo se atreven a utilizar a los demás para su propio beneficio?!!- Grita ya bastante molesto el señor Frederick sorprendiendo a los abogados que se mantenían silenciosos en una esquina de la oficina. Ese hombre cuando se enojaba intimidaba bastante.

- Qué cómo me atrevo yo?! Aquí la única culpable es tu esposa! Ella se me insinuó  primeramente y yo sólo tomé la única opción que tenía para poder acercarme a mi futuro esposo… Ella no es más que un estorbo para mí, una maldita piedra en el zapato!! La odio como no te puedes imaginar! Me dan náuseas de sólo oírla!- James nuevamente fue agredido por el señor Frederick a pesar de todo el daño no toleraba que insultaran a la mujer que alguna vez amo.
-Callate ya! No voy a estar soportando que grites libremente, vas a pagar por haberme robado y no volverás a ver a mi hijo en toda tu miserable vida!! Acabaré contigo Si te vuelves a acercar a nosotros- El señor Frederick clavo sus ojos tanto en James como en Susan.
-Amor yo..- Dijo ella pensando que su esposo se había arrepentido del divorcio pero fue interrumpida abruptamente por los gritos de él.

- Y tú levántate y termina de firmar esos papeles! Que a todo esto ni siquiera te importa el hecho de que vaya a quitarte a tu hijo, Así que terminemos este asunto y firma ya- Frederick la ignora después de decir  sus frías palabras Y de nuevo se sientan para poder acomodar los  papeles.
- Estás totalmente seguro de qué podrás quedarte con Él?- Pregunta molesto James.
- Sal de esta sala que este asunto ya no te concierne- Le responde aún molestó el señor Frederick.
James saca de su maletín un documento qué les enseña a todos pavoneandose en una victoria.

- Cómo puedes quedarte con algo que ya es mío? Qué crees que es esto que tengo en mis manos?- Habla con una sonrisa de ladeada y una mirada retorcida.
-De dónde sacaste eso?- Pregunta  uno de los abogados.
- Esto es una hoja… Pero no es cualquier hoja es un documento donde la señora Susan Wortington me cede en totalidad la patria potestad de su único hijo biológico- Responde como si hubiese obtenido una total victoria aunque aún no la puede palpar.

- Qué es lo que acabas de decir? Cómo es que tienes ese documento?- Pregunta señor Frederick para luego gritarle a la mujer enfrente de él.

- Cómo es que te atreviste a firmar ese documento?! Tienes idea en el problema que acabas de meter a Day? Cuándo fue que cediste la patria potestad de ese niño?!- Grita histérico mientras sus abogados lo detienen para que no ataque a Susan
 James por su lado solamente soltó una pequeña risa sonsacarrona pues aquella imagen de entretenía demasiado.
- No tengo idea… No recuerdo haber firmado este documento… No lo sé- Es lo poco que ella alcanza a decir para excusarse Ya que en realidad no tenía conocimiento de cuando había firmado aquellos papeles.

- No te molestes querido tío, te prometo que cuidaré bien de Day… Cuando él cumpla la mayoría de edad los invitaremos a nuestra boda- Menciona lo último dándose la media vuelta y saliendo de aquella oficina en el buffet.
-James Snow ven para acá!! A dónde crees que vas? Maldición James regresa para acá! James!! James!!- Grita aun estando en pánico el señor Worthington comenzando respirar con dificultad. Sus abogados tratan de calmarlo y uno de ellos corre a buscar de nueva cuenta aquel profesor.
- Si algo le llega a pasar a ese niño… Te voy a hacer totalmente responsable a ti!! Ahora firma los putos papeles o te mataré en este mismo instante!!- Grita colérico entre jadeos por no poder respirar correctamente.

Ella asustada y sin saber cómo reaccionar firma apresuradamente los documentos del divorcio, con las manos temblorosas termina por marcar su firma en el último de los papeles mientras continúa derramando lágrimas por todas las tonterías acababa de causar su  ambición.
El señor Worthington salió de la oficina y todos sus abogados le siguieron dejando a una mujer en un estado deplorable por un ataque de ansiedad. Maldita sea que había hecho? Cómo pudo haber cometido nuevamente el mismo error?


Frederick sabía que arreglar este problema tardaría unas semanas más ya que a pesar de tener bastantes contactos entre los jueces encargados de las custodias infantiles no sería lo suficientemente ágil y rápido hasta que no hayan pasado por lo menos unas 3 semanas para poder investigar en qué momento habían sido firmado aquellos papeles y si tenían algún tipo de validez legal. Aquellas leyes dentro del país logran mantener sus fallas si se encontraba la laguna para poder apoyarse. James no sólo había engañado a Susan haciéndola firmar esos documentos durante su primer encuentro, Si no los había hecho efectivos cuando había robado la firma del señor Frederick En aquellos documentos la ocasión que fue a visitarle, apoderándose así de las acciones que  correspondían a Susan al poder comprarlas ya con esa autorización, organizó todo de una manera que le beneficiara pues ya no anhelaba en su totalidad la herencia de la familia Worthington, sino en su mente era más ágil obtener la mayor cantidad de dinero que le fuese posible y sobre todo tener el poder sobre su "futura esposa".

Vaya que hasta ese instante había salido correctamente su plan después de todos los sacrificios que había realizado al estar con aquella asquerosa mujer por fin obtenía una recompensa. 
Condujo en su auto rojo a toda prisa hacia la dirección en donde el menor se estaba quedando con Allen, pues quisiera o no ahora él tenía el poder legal para llevarlo consigo mismo a cualquier parte del país o incluso salir del mismo. Mientras conducía aferrando  sus manos fuertemente al volante acelerando cada vez más para poder llegar lo antes posible a los brazos de su amado niño, casi podía sentir la delicada piel del menor y el dulce aroma que tanto le embrujada. 

Sí… Estaba en nada de poner a ese hermoso niño de bajo de él y borraría todas las huellas que el imbécil de Anthony dejó por el delicado cuerpo. Aborrecía el haberse enterado de qué su pequeño sueño ya no tenía la virginidad intacta, si se podía apoderar de todo lo demás se  conformaría. Ellos dos serían libres y después de tanto tiempo de espera podría obtener el amor que tanto deseaba y se librería de todo el dolor al que había sido sometido por culpa de su familia en las altas expectativas  qué tanto le imponían.

Estaba a sólo 5 minutos de aquella dirección.

Aceleró más sobrepasando los 140 kilómetros por hora, continuó acelerando sin mirar siquiera los semáforos que apuntaban una clara luz roja. Los demás autos se detuvieron en espera de poder continuar. Pero James volvió a acelerar, no podía perder más tiempo, tenía que tener a Day entre sus brazos o se moriría, su corazón le anhelaba demasiado. Pensando en todos los momentos felices que podrían tener juntos, las caricias que compartirían y el como ambos decidirían llevar la boda más adelante. 

De pronto un fuerte chirrido proveniente de los frenos de otro vehículo más grande se escuchó y estrepitosamente todo se volvió oscuro. 

Los demás conductores de los autos frenaron estando impactados por lo que sus ojos habían visto, el auto rojo había sido volteado de un momento a otro dando 4 vueltas en el aire y aterrizando violentamente sobre el asfalto con las llantas hacia arriba, mientras el otro vehículo sólo había sido volteado quedando sobre su costado izquierdo. 
Todo era oscuro, no se oía más que un pitido agudo marcándole a ambos tímpanos. Escucho a sus adentros la voz cálida y dulce de su amado sueño quién le dijo:


"James… Amado mío aprenderemos a andar en bicicleta juntos, tú me llevarás en tu moto y yo te enseñaré a estacionarla sin que se te vuelva a caer encima… Pero sabes estoy un poco cansado vamos a dormir juntos… Te amo"

James cerró sus ojos por última vez.

Una fuerte explosión por el tanque de combustible se hizo presente haciendo que el auto rojo explotara por el impacto recibido. Todos los demás transeúntes estaban asustados y con prontitud llamaron a emergencias, la imagen se volvía lenta, policías y bomberos cerraron la zona evitando que más personas pasaran, una manguera vació el agua sobre aquel vehículo que se estaba doblando por las llamas, ruidos de las sirenas y murmullos de todas las personas presentes eran todo lo que se podía escuchar. 

Al final de todo su tristeza fue cerrada con tan dulces palabras y su muerte más allá de amarga tuvo el final cálido de escuchar lo que siempre quiso.
Notas finales:

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