Capitulo 44.
La noticia estaba por todos lados, en las páginas principales de los periódicos de la ciudad, cientos de comentarios sobre lo que había ocurrido en aquel día, un miembro de la alta sociedad había fallecido en el accidente automovilístico todo causado por el exceso de velocidad. Pasaban el reportaje varias veces al día, y en las páginas de internet se rendía tributo a uno de los profesores más renombrados de la ciudad con una perfecta reputación quedando totalmente intacta.
La familia es Snow había organizado el funeral 3 días después del accidente con dinero agilizaron la entrega del cuerpo dejando a un lado toda la burocracia, la madre fue la única que había acudido a reconocer el cadáver que son los encontraba quemado en un 80% los médicos forenses le habían comentado a la señora que su muerte fue casi instantánea pues para cuando había estallado el auto James ya estaba muerto, no sabía si esto era alguna especie de castigo por haber sido una mala madre o una suerte el hecho de que su hijo no hubiese sufrido tanto durante su deceso.
Se culpaba a sí misma por las malas decisiones que había tomado durante toda la vida del menor de sus hijos, pero llorar no le serviría de nada aunque ella quisiera jamás volverían pocos recuerdos buenos que conservaba dentro de su corazón.
Organizando funeral de una manera discreta todos sus conocidos acudieron a darle una última despedida.
Penny quien era la única persona ahí que se atrevía a llorar, pues tenía la ilusión de que en algún momento pudieron entablar algún tipo de relación amorosa y que ella le ofreciera todo su amor incondicional. Tal vez si James se hubiera fijado en ella las cosas hubiesen sido diferente Pues a decir verdad se llevaban bastante bien e incluso podían haber sido buenos amigos. Ella lamentaba el deceso Y sólo se conformaba con guardar todas las memorias agradables compartidas entre ellos dos.
Por su parte señor Frederick se mantuvo al fondo personas que presenciaban el discurso del clérigo, tomando de la mano A su ahora hijo, pues al ya no estar presente James uno de los jueces conocidos del señor Worthington le había otorgado en su totalidad la patria potestad sin hacer más uso de la burocracia que sólo entorpecía.
Day No derramó ni una sola lágrima pero si se sentía triste por aquel final aunque sabía de todo el daño del que había sido capaz aquel hombre no le guardaba rencor y le había perdonado por también haber lastimado con su madre, su corazón no quería guardar ningún tipo de rencor y sólo esperaba que su alma hallara descanso, que encontrara la paz que nunca obtuvo durante su vida.
Su mirada se postraba sobre aquel feretro adornado por varias rosas blancas perfectamente bien esparcidas y al seguir observando miró a su madre del otro lado escondida entre otras personas tratando de no sobresalir aunque su largo cabello rubio la delataba, además la conocía lo suficientemente como para no reconocerla. Aún aferrada a alguien que nunca la amó llora desconsolada en silencio, perdió el sentido de la realidad y parte de su corazón. Day intenta ser razonable y deja de mirarla, le duele recordar y aunque lo evite aún siente compasión por ella pues solo han pasado 3 semanas de todo el caos y siendo honesto no quiere pensar en ello más.
Pero mirar su dolor le pesa en el alma.
"Mamá…. Susan… En verdad amabas tanto a este hombre? Tu corazón no puede aceptar el haberlo perdido sin tenerlo siquiera antes?… Susan… Estás sufriendo solo por él?" Piensa Day en su interior.
El día se nubla y los presente preparan las sombrillas en caso de que llueva, el clérigo termina de decir las últimas palabras y da paso a que cada persona prende te diga un mensaje para el difunto. Varios de los presentes se miran unos a otros pues en realidad no lo conocían en su totalidad, todo de él era perfecto y nada más allá de la fachada se sabía. Realmente amigos vacíos en busca de algún beneficio y sujetos que solo compartieron un par de conversaciones profesionales.
El señor Frederick observa a su ex esposa a lo lejos y solo de pregunta que es lo que espera para hablar si ya todo mundo sabe del divorcio y del porque. La humillación para el apellido Worthington se corrió como pólvora afectando no solo el corazón de aquél hombre, si no también la reputación de la empresa. Susan se muerde un labio y no se mueve aunque sus ojos tras los lentes oscuros dejan caer caminos de agua salada sin poder evitarlo. Un poderoso nudo en la garganta le produce dolor y solo le queda mantener el máximo silencio posible. Estática y asustada…. Sola y castigada.
-James Snow era un excelente Profesor, siempre dispuesto a ayudar a sus alumnos, serio y muy profesional, ampliamente reconocido por su carrera y sus amplios logros… Pero no es solo eso lo que él era… James era una maravillosa persona, con tantas cualidades como defectos, un ser humano como todos nosotros… Su sonrisa era única, increíble y cálida… Su corazón un misterio pero lograba transmitir parte de él con una sola mirada… Se que su ausencia dejara un hueco en los corazones de todos aquellos que logramos conocerle bien… De todos los que en verdad le amabamos por quién era… Un hombre determinado, listo y atrevido a seguir sus sueños… James vivirá en mi corazón… Él vivirá en mi corazón y solo deseo que descanse en paz- Dice Penny con una amable voz quebrada por la tristeza.
Day mira a la enfermera del Instituto mientras ella termina de hablar, quisiera decir también algo pero nada sale de su corazón. Era triste el no poder recordar buenas cosas de él, siendo su primer encuentro el único recuerdo dulce y agradable.
La noche estaba estrellada aquella vez, el viento fresco y el sonido de los grillos ambientan el callejón a dónde daba la entrada de servicio del restaurant. Day se había percatado de una moto que se estacionaba cerca. Un hombre de traje negro, camisa blanca se quitaba el casco oscuro, pero al no posicionar correctamente la máquina está se le calló en sima. Day corrió a ayudarle sin pensarlo, el hombre hizo un sonoro quejido ya que la moto aprisionaba una de sus piernas.
-Señor espere, le ayudaré-Dijo Day en esa ocasión.
De haber sabido lo que desancadenaria aquel acto de amabilidad tal vez no lo hubiese hecho pero, Quién lo imaginaría en realidad?
Day trató de guardar aquel instante como algo bueno, después dirigió su mirada en búsqueda de una persona en particular. Pero… No estaba.
Anthony no estaba presente.
Sintiendo algo de decepción bajó la mirada, esperaba en el fondo de si corazón verle de nuevo a pesar de todo lo ocurrido. Una repentina gota fría cae sobre su cabellera rubia, seguidas de más empezando a llover más abundantemente. Su ahora tutor le cubre con la sombrilla negra, Day deja que las pocas gotas de derramen por su rostro representando en su corazón las lágrimas que no pudo dejar ir.
Se siente mal de alguna manera al querer avanzar, siente lastima por James al no dejar de pensar en su hermano aún en pleno funeral.
Si tan solo no le hubiera traicionado su amante, si tan solo las cosas se lograran cambiar…
Su mente solo se llena de los "si hubiera" de los "si tan si quiera" o de los "ojalá". Cierra sus ojos y al abrirlos solo alcanza a distinguir a lo lejos una figura que se marcha. Susan al no contar con que cubrirse huye de la lluvia, sabe a a ella le duele la perdida, pero nada le dolerá tanto como el sentirse atacada o expuesta. Se ama tanto a si misma que pesa más el hecho de estarse mojando que a la persona que tanto ama siendo ya bajado a su sepultura.
"Susan… En verdad has amado al alguien más de lo que te has amado a ti misma? Alguna vez me amaste como solías decirlo? Ojalá pudiera consolarte" Piensa a sus adentros de manera triste.
-Day es momento de irnos- Dice el Señor Frederick llamando la atención del distraído chico. El menor solo asiente y ambos se alejan sin mirar más hacia atrás, sus pasos se hacen más fáciles, su ánimo continúa pensativo y distante. Ambos suben al auto y parten de regreso a la casa de Allen en dónde aún vive el menor, su padrastro no quería presionarle más así que esperaba paciente el momento en el que Day quisiera vivir de nueva cuenta con él o simplemente continuar separados pero juntos. Proteger a ese niño era su misión en aquellos momentos, muestras continuaba arreglando sus propios problemas de la empresa Day solo miraba el cielo llover divagando en sus pensamientos.
"Tony… Me pregunto si estás bien, si es que has dormido adecuadamente… Se lo mucho que odias dormir solo" se cuestiona nuevamente el menor imaginando el rostro de su hermano.
Recordando inevitablemente los momentos dulces que aún habitaban su corazón.
El abrazo dulce de aquella mañana le hacía sentirse más seguro… protegido.
Mirando cada detalle mientras dormía el mayor, el rostro de Anthony jamás le había parecido tan perfecto como en ese momento.
Su nariz era mediana y respingada, un fuerte pero fino mentón, labios suaves y delgados, poco bello facial y unas cejas pobladas pero definidas, las largas pestañas y el cabello despeinado de tono oscuro, tan blanco como el mármol aunque besado por el sol. Day se sonrojó pues no terminaba de admirar en esa ocasión al hombre que le sostenía en brazos.
De cierta forma no podía culpar a las chicas con las que Anthony se acostaba... Todas ellas lo admiraban y le deseaban. Nadie se resistía a él, sin duda ser tocado por sus hábiles manos era un placer. Aunque... Ahora estuviera sucio.
Si hermano estaba sucio a sus ojos por la traición, por más que lo anhelara su corazón, la confianza que ser perdió no volverá y los recuerdos de amor agridulce se quedarían enterrados en lo profundo de su pecho. Si lo perdonaba más adelante aún quedaría la cicatriz y eso les impediría de nueva cuenta el volverse a enamorar, pues ese amor tan lastimero les dañaría a no ser que olvidaran.
Pero por todos los cielos... Olvidar sería un acto demasiado difícil.
-Day?- Pregunta el señor Worthington tratando de llamar su atención.
-Eh? Perdón... Digame- responde el chico desorientado.
-Te decía que ya llegamos, Quieres algo? Te noto muy distraído... Necesitas hablar con alguien?- dice el señor Frederick adivinando de apoco la tristeza en el rostro del menor pues le consta que no es por James el que Day este así.
-Tony.... Tony está bien?- pregunta nervioso armando se de valor para emitir aquellas palabras.
-Sí... Él está bien, se encuentra descansando en una clínica donde lo cuidaran- responde sin ocultar nada.
-Clínica? Cuál clínica? Qué le pasó?- se altera por un momento.
-Day... Anthony está bien... Él aceptó las condiciones para su recuperación, solo debemos dejar que el tiempo pase, que él solo avance y esperar a que la vida nos sonría de nuevo- Su padrastro le sonríe cálidamente.
Day baja la mirada, aún no sabe que será de ellos en el futuro y no quiere pensarlo más por el momento, baja del auto y solo regresa a la casa de Allen despidiéndose de su tutor, se resguarda en su habitación y no abre más los ojos hasta el día siguente. No hay hambre ni ganas de algo más, No hay sueños, solo la esperanza que lucha por aferrarse a él.
Aunque... Si hay una persona que cruza por sus pensamientos dispersos envuelto en su edredón.
Edward, Necesitaba hablar con él. No quería dejar las cosas rotas y aún tenía dudas por toda la maraña de mentiras, le debía una buena explicación...
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