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SCAR por Walid

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Mientras tanto, el propio Vante iba en su coche camino al hospital. Allí se dirigió a la zona de salud mental y esperó.


- Vante Tittensor- llamó una enfermera al cabo de quince minutos.


El chico se levantó y entró en una consulta más que conocida, con el rótulo en la puerta que rezaba "Dr. Prescott".


- Buenos días, Vante- saludó la doctora.


- Buenos días.


- La sesión anterior nos quedamos con JungKook, ¿quieres que sigamos hablando de él?


- Sí. Han pasado muchas cosas con él- dijo- fui a la fiesta de cumpleaños de su novia. Sigo sin entender porque me invitó. Pero él me lo pidió y yo fui.


- ¿Fuiste a una fiesta?


- Fue una reunión. Cenamos en casa de ellos con Niall y una amiga de ella.


- ¿Cómo fue?


Vante le contó lo sucedido.


- Vante, tienes que entender que la gente no te conoce e, igual que no te conoce a ti y te juzga, también hace lo mismo conmigo o con cualquier persona.


- No tengo porque entenderlo. No está bien- replicó Vante.


La doctora le miró.


- ¿Qué hizo JungKook?


- Me llevó a casa y se quedó conmigo- dijo- él me dijo cosas muy bonitas- sonrió.


Vante le contó todas las cosas que JungKook había dicho de él. También le contó que habían dormido juntos. Le comentó que JungKook dejó a su novia y que ahora vivía en el piso de arriba. También le contó lo sucedido en la sesión de fotos.


- Hemos pasado el fin de semana en el salón de mi estudio, comiendo, viendo películas, abrazados... y el domingo le pedí que durmiera conmigo- dijo.


- ¿En qué posición dormisteis?


- Abrazados- dijo Vante- yo estaba en su regazo.


La doctora le sonrió.


- Llevo tratándote siete años, Vante y, desde que ese chico ha llegado a tu vida has avanzado más que en estos años. Estoy muy contenta. Tengo muchas esperanzas.


- ¡Pues yo no!- dijo Vante y se levantó y comenzó a dar paseos por la sala, estaba nervioso- antes no me sentía... antes no sentía- dijo, al fin.


La doctora le miró y pareció que empezó a escoger muy bien las palabras con las que hablaba.


- Tras el accidente, tus emociones cambiaron, Vante- dijo la doctora Prescott- toda clase de amor y afecto lo relacionabas con lo ocurrido. Eso llevó a tu... mente a anular cualquier sentimiento para evitar el sufrimiento.


- ¡Eso ya lo sé!- dijo Vante, exasperado y comenzó a pasear por el despacho de su terapeuta para relajar sus nervios.


- Siempre hablamos de que llegaría un momento en que tu mente dejaría de anular esos sentimientos bien porque estuvieras mejor o bien... porque pudiera pasar algo que hiciera que tu mente no pudiera controlar tus sentimientos. JungKook es ese algo- sentenció.


- ¡No puede ser!- dijo- yo me siento tan feliz a su lado y... siento ilusión e... inmediatamente después siento tristeza, pena... ¡Esos sentimientos malos no pueden ser por él!


- Sólo tú puedes decirme porque sientes esa tristeza cuando estás con él o cuando piensas en él- dijo. Vante se quedó en silencio. No lo quería admitir- sé que lo sabes, Vante y admitirlo no será malo.


Se sentó y apoyó su barbilla en sus manos, dejando que sus pensamientos se transformaran en esas palabras que tanto miedo le daban.


- Tengo la mitad de la cara llena de cicatrices, no tengo relación con nadie de mi familia o amigos... y el accidente... Si llego a mantener una relación con JungKook... tendré que contarle todo.


- ¿Te preocupa contárselo?


Guardó silencio.


- Él querrá tener una relación. Yo no voy a poder relacionarme con sus amigos. ¿Qué le va a decir de mi a su familia? ¿Y cuándo su familia quiera conocer a la mía? Y él es modelo, tarde o temprano, su vida privada saldrá a la luz, ¿qué le dirá de mi a la prensa? Y todos sabemos que hay cosas en una relación que yo nunca voy a poder darle- dijo, ahogándose en sus propias lágrimas.


La doctora le acercó una botella de agua y un paquete de pañuelos.


- ¿Te das cuenta de que, de todo lo que has dicho, sólo hay una cosa que incluye a JungKook directamente?- preguntó- de todo lo que has dicho, sólo el tema de tener una relación es lo único que al él le incluye. Vante, no puedes atormentarte por el qué dirán los demás.


- Pero...


- No puedes pensar en el futuro cuando no tienes el presente resuelto- dijo- ¿Él sabe lo que te pasó?


- Sabe lo que me pasó, pero no cómo- dijo- tampoco sabe lo de las cicatrices, siempre me ha visto con mascarilla o maquillado.


- Me gustaría que le contaras lo ocurrido a JungKook... y que dejes de plantearte tanto el futuro. Que sólo pienses en el presente.


- ¿Usted piensa que JungKook y yo podríamos llegar a ser una pareja normal?


- ¿Qué es normal?- preguntó la doctora- si sentís algo el uno por el otro y queréis estar juntos, el estereotipo de pareja que queréis formar lo tenéis que formar vosotros, no la sociedad.


Vante asintió y salió de la consulta.


La semana siguiente, a pesar del trabajo, sentía que echaba mucho de menos al modelo, sobre todo en las noches, pero se negaba a si mismo a pedirle al chico que se quedara. Así pues, se quedaba hasta altas horas de la noche, tratando de conciliar el sueño.


Finalmente, el domingo, Vante se encontraba en su cama, pensando. Había sido una semana buena en sentido de trabajo, habían facturado bastante, JungKook había hecho varias entrevistas y sus fotos y books eran cada vez más cotizados.


Pensaba en las palabras de su psiquiatra, pensaba en si sería bueno comentarle algo a JungKook. Empezó a sentir que se ahogaba sólo de pensarlo. Se sentó y trató de respirar. Era una crisis de ansiedad, lo sabía, pero le daba terror pasarlas solo. Desde que JungKook apareció en su vida, prefería pasarlas con él.


Se puso una bata, un cubre bocas y, en pijama, subió al piso de arriba y llamó. JungKook no contestaba. Desesperado, volvió a llamar. Al poco escuchó un ruido, pasos.


- Va...


Era la voz somnolienta de JungKook. Cuando el chico abrió, Vante le abrazó.


- Eh... precioso... ¿Qué te pasa?


- ¿Puedo... dormir... contigo? Sólo será hoy.


- Los días que tú quieras.


Vante se acurrucó en el regazo de JungKook y el propio JungKook escuchó el ritmo cardíaco de Vante disminuir hasta un ritmo normal.


A la mañana siguiente, JungKook le dio un beso en la frente.


- ¿Quieres que desayunemos juntos?


- Claro. ¿Me das un rato para arreglarme?


- Sin problemas, pero por mi estás perfecto así.


- No mientas- dijo con una sonrisa.


- Ojalá pudieras verte tal como yo te veo- dijo JungKook.


Vante bajó a su casa, se duchó, se maquilló, se peinó y volvió a subir. Apenas había tardado, considerando el tiempo que tardaba habitualmente.


- ¡Qué buena pinta tiene el desayuno!


JungKook había preparado tostadas, había sacado mermelada, café y había hecho tortitas.


- Que aproveche- dijo JungKook.


Vante estaba desayunando cuando JungKook se atrevió a comentarle aquello que quería preguntar.


- ¿Qué te pasó anoche? Parecías muy asustado.


- Tuve una crisis de ansiedad- reconoció, mirando un punto no muy exacto entre la mesa y el suelo.


- ¿Puedo saber por qué?- preguntó.


Vante dejó los cubiertos y consideró hasta qué punto estaba listo para contar.


- Cuando te dije que iba a por unos resultados... fui a ver a mi terapeuta- confesó- tenía cita con ella. En realidad, es mi psiquiatra.


Miró a JungKook esperando algún tipo de sorpresa o miedo. Pero no, el chico sólo mostró preocupación.


- ¿Te fue bien?


- Tu nombre lleva saliendo en las sesiones bastante tiempo- admitió el chico, sin mirarle- ella opina que debería contarte lo que me pasó. Siento miedo en base a muchas cosas y ahora mismo no soy capaz de gestionarlas.


JungKook se mordió el labio inferior.


- Bueno, no soy quién para decirte lo que es mejor en tu vida o peor- reflexionó- pero quizás ponerte a ti mismo un orden de prioridades no te vendría mal- dijo- es decir, como un folio con un orden de las cosas que tendrías que decirme o hacer. Y, cuando estés preparado, las vas haciendo en ese orden- explicó- así sólo te centrarás en una cosa y no en todas.


- Creo que... esa es una buena idea- dijo Vante y sonrió- no se me había ocurrido.


- Voy entendiendo tu mente- dijo JungKook con una sonrisa.


Tras el desayuno, Vante se puso en la intimidad de su casa a escribir las cosas que tenía, y que quería, decirle a JungKook. Por un lado, era terapéutico soltar en un folio todo aquello que quería decir y ver el orden en que tenía que hacerlo.


Acababa de escribir la última cuando JungKook tocó la puerta de su casa.


- ¡Ya salgo!


Cogió su maletín, su cámara, su chaqueta y salió.


- ¿Cómo va tu consultorio de Pregúntale a JungKook?- preguntó Vante.


- Bueno, me preguntan de todo, pero me toca a mí filtrar. Eileen me dijo que podía hacerlo ella, pero prefiero hacerlo yo.


- ¿Qué es lo más raro que te has encontrado?


- Bueno, teniendo en cuenta que es un consultorio, yo lo tomo como que me pidan consejos. O curiosidades tipo: ¿Cuál es la sesión de fotos más incómoda que has tenido? Pero hay gente que me pregunta si duermo solo.


- ¿Duermes solo?


- No, cuando tengo suerte, duermo contigo- respondió JungKook.


Vante sonrió.


- ¿Cuál ha sido tu sesión de fotos más incómoda?- preguntó.


- Fue en Corea, el fotógrafo tenía fetiche con mis pies.


Soltó una carcajada, aparcó y entraron en el estudio.


- Tienes unos pies bonitos- dijo- pero no entiendo la gente que tiene fetiche con los pies. Con las manos es muy entendible.


- Tus manos son hermosas. Si yo supiera hacer fotos, las fotografiaría- dijo JungKook.


- Me han acarreado algún comentario sarcástico- dijo Vante, de mal humor- ya sabes lo que dicen de los hombres con manos grandes.


- Bueno, si eso es cierto, tienes que estar orgulloso- soltó JungKook. Vante le miró- ¡Lo siento! ¡No lo pensé!- dijo, al momento.


- No, no te preocupes... es sólo que... bueno, viniendo de ti, no me ha molestado- admitió.


- Aun así, no ha estado bien, no lo debería haber dicho. Ha estado totalmente fuera de lugar. Lo lamento.


- No lo pienses más y cámbiate... ¡Tenemos trabajo!


Una de las revistas de la semana para la cual había colaborado JungKook, no había sido de un contacto de Vante, sino que la propia revista había contactado con Wings para solicitar los servicios de JungKook. Era una revista de moda juvenil que colaboraba para varias marcas y habían mandado un correo electrónico a la empresa preguntando si JungKook quisiera ser el modelo masculino del siguiente número. Tras aceptar, y unas llamadas donde se habló de tallas, ropa y dinero, allí estaban JungKook y Vante.


- Me pondré primero el bañador, ¿qué te parece? Así a medida que vamos haciendo fotos, me voy poniendo capas, en lugar de quitármelas.


- Perfecto, ¿quieres que ponga la calefacción? No quiero que pases frío... espera, te pondré un radiador- dijo, sin esperar respuesta.


Vante salió y JungKook se desnudó completo, quedando sin siquiera ropa interior. Fue a coger el traje de baño cuando, de pronto, vio que había dos, uno tipo slip y otro calzoncillo. Bueno, podría ponerse el primero el slip y luego el calzoncillo encima y después cambiarse. ¿O qué tipo de foto estaría pensando Vante para la sesión? No le había dicho nada.


Estaba demasiado sumido en sus pensamientos que no notó que el tiempo pasaba y él seguía allí. Desnudo.


Vante, que estaba en el ordenador, miró la hora, JungKook llevaba unos quince minutos dentro y no le había dicho nada ¿Y si le había pasado algo? Normalmente el chico tardaba cinco minutos. Era muy rápido. Veinte minutos y seguía allí.


- JungKook, voy a entrar- dijo.


El chico entró y se encontró a JungKook, totalmente desnudo en medio de la sala, comparando bañadores.


El chico se escondió detrás de la mesa y se tapó como pudo.


- ¡Lo siento!- dijo Vante y se giró- pensé que... te había pasado algo...


- ¡Estoy bien! ¿Y tú?


Vante entendió aquellas palabras y suspiró. Quizás por el shock de encontrarse al chico desnudo, ahora no le daba miedo. No era como se lo imaginó... de hecho, el cuerpo de JungKook era demasiado hermoso como para que una tela lo tapara.


- ¿Puedo girarme?- preguntó Vante- ¿Te importa si te veo desnudo?


- No quiero que estés mal...


- No lo estaré.


- ¿Seguro?


- Seguro.


- Bien. No me importa que me mires.


Se giró y admiró los abdominales levemente marcados del chico, sus brazos y sus clavículas.


- Déjame fotografiarte...


- Estaba decidiendo el bañador cuando...


- Desnudo. Déjame fotografiarte desnudo.


Le miró, seguía en shock, no lo negaba, pero asintió. Lentamente, fue saliendo de detrás de la mesa y se fue acercando al centro de la sala. Vante encendió las luces y colocó la sábana de seda negra sobre el sofá.


- Túmbate- dijo Vante- boca abajo- añadió.


Vante se acercó al modelo para colocar bien sus manos y luego se apartó de él, sin apartar la mirada de sus ojos.


El flash de la cámara le cegó y no le importó. Aquella sesión estaba siendo... ¿surrealista? No podía apartar los ojos de Vante. Parecía que hubiera caído en un hechizo del fotógrafo. Haría lo que él quisiera que hiciese.


- Ponte de lado y mira a la cámara- pidió Vante. JungKook obedeció y ese momento fue el primero en el que los ojos de Vante se desviaron de la mirada de JungKook a su miembro. Sintió como se le cortaba la respiración, pero no sintió miedo, ni dolor, pero si excitación y a su miembro no le disgustó- la pierna que tienes debajo, dóblala un poco hacia atrás y la que tienes arriba levántala, apoyándote con el pie y sostén tu peso en el brazo que tienes debajo- pidió. Se acercó a él y le acomodó los pies, la pierna que tenía arqueada la echó un poco hacia atrás, abriéndole más de piernas para conseguir mayor amplitud y sujetó el brazo libre del chico y lo puso sobre su miembro, tapándolo, con mucho cuidado para no tocarle. Todo aquello lo hizo sin apartar los ojos de la mirada de JungKook- mantén la postura.


Fue hacia la cámara, sintiendo una tirantez en sus pantalones que hacía demasiado tiempo que no sentía.


El segundo flash volvió a cegarle y JungKook hacía esfuerzos sobrehumanos en no excitarse.


- Creo que otra postura bonita sería en el taburete- dijo Vante, con timidez- algo como... así- explicó. El chico se sentó, con la espalda hacia la pared de la izquierda, la pierna derecha sobre el taburete tapando su desnudez y sus brazos abrazando su pierna. La pierna izquierda era la encargada de sujetar y mantener el equilibrio sobre uno de los poyetes del taburete y la cabeza la tenía ladeada hacia la cámara- inténtalo, por favor.


JungKook asintió y se sentó en el taburete, cuando lo hizo, vio con gran horror que su miembro no estaba tan flácido como debería estarlo, aunque tampoco estaba completamente erecto. Se puso en la postura que Vante le había dicho y le miró.


- ¿Así está bien?


Vante se situó en la cámara y, volvió a mirarle.


- No tienes la espalda bien, no hace un buen efecto- dijo. Puso su mano en la cadera de JungKook y ladeó un poco más su cabeza- aguanta un poco ahí.


JungKook tragó saliva, sentía que ardía allí donde Vante le había tocado y eso afectaba de forma seria a su miembro.


- Ahora tenemos que hacer las fotos donde salgas más expuesto, por así decirlo. ¿Quieres hacerlas?- preguntó.


- Sí. Es mejor terminar con estas fotos- dijo.


- Bien, la siguiente posición es simple. Sólo ponte de pie y apóyate en la pared, como si estuvieras descansando en ella.


Se apoyó en la pared y decidió no mirar abajo, sabía que estaba excitado, lo sabía.


- La última es algo más comprometedora- dijo Vante y sacó un taburete bastante más pequeño- necesito que te sientes aquí y... que te abras de piernas- resumió- una pierna en el suelo y la otra en el reposabrazos del sofá. Tus manos en las rodillas.


Obedeció, pero a Vante no pareció gustarle la forma en la que estaba sentado.


- Échate un poco hacia adelante- dijo, acercándose a él. JungKook obedeció pensando que, si le tocaba, eyacularía allí mismo- y ábrete más de piernas- añadió y sujetó las rodillas de JungKook, separándolas hasta dejar el ángulo que él quería.


- Ah...


No lo pudo evitar. Su miembro estaba contra su abdomen, se sentía a punto. Miró a Vante, esperando que el chico no saliera huyendo. No era su intención excitarse, tampoco gemir, pero mierda, Vante era demasiado sexy.


Le miró a los ojos y lo que vio jamás lo olvidaría. El chico le miraba con deseo y, sin discreción alguna, apartó la mirada de los ojos de JungKook a la pierna que tenía levantada, para recorrerla con la mirada hasta llegar a su miembro y subir por sus abdominales hasta llegar a sus ojos de nuevo.


- Ésta... va a ser la última foto de esta sesión- dijo Vante.


JungKook miró hacia el miembro del chico, él también estaba excitado.


Con un pequeño apretón en sus rodillas, Vante volvió a su sitio, tras la cámara, y fotografió al chico justo en el preciso momento en el que, de su miembro, caía una gota de líquido pre seminal.


Se miraron, conteniendo el aliento.


- Yo... debo ir al baño- dijo Vante.


- Yo me voy a quitar... el sudor y eso...


- En el salón tienes toallitas...


Vante huyó hasta el baño y se encerró.


- ¿Estás bien?- preguntó JungKook.


- Sí.


El fotógrafo luchaba por desabrocharse los pantalones y liberar su miembro. Hacía nueve años que no sentía deseo de hacer aquello y ahora lo sentía más que nunca.


Agarró su miembro y se escurrió por la puerta hasta sentarse en el suelo.


- ¿Tardarás mucho?- preguntó JungKook.


- Te avisaré... antes de salir... por... si sigues... desnudo...


JungKook se sentó en la puerta, agarró su miembro y comenzó a masturbarse, pensando en Vante, en la mirada del chico, en cómo le había visto y en el bulto que escondía sus pantalones. Mierda, cómo le encantaría mamársela.


Vante, por su lado, no podía hacer otra cosa que pensar en el cuerpo desnudo de JungKook, en cómo el chico no había apartado la vista de sus ojos en todo momento, en el deseo con el que le miraba... y cuando miró su miembro. Joder, aquello fue demasiado.


- ¡JungKook!- dejó escapar, mientras se corría en su mano.


Se tapó la boca, deseando que el chico no estuviera allí, pero al momento, escuchó un golpe en la puerta y la voz de JungKook.


- ¡Oh, Vante!


Ambos se quedaron allí, separados por una puerta estrecha de madera que no lograba silenciar los gemidos, ni las respiraciones agitadas del contrario.


Ambos sabían lo que había pasado, pero ninguno parecía dispuesto a decir nada. Sabían que no era el momento.


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