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SCAR por Walid

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Y, riendo, fueron a casa, se cambiaron y dieron varias vueltas corriendo por el paseo marítimo.


- ¡Me voy a morir!- dijo Vante, parando y doblándose por la mitad.


- Esa es mi frase cuando te veo en pijama... o en pantalón corto... o cuando te veo en general...- dijo JungKook y Vante trató de reír a pesar de la risa- vamos, caminemos rápido... ¿quieres agua?


- Sí... un poco... o bastante.


Anduvieron a paso acelerado hasta casa y Vante comenzó a hacer sus ejercicios de yoga y pilates. JungKook hacía estiramientos, pero apenas hacía nada porque se quedaba embobado viendo a su novio.


- Cariño...


- Mmm...


- No estás estirando- le reprendió Vante. El chico tenía ambas piernas estiradas, una a cada lado y el cuerpo echado hacia adelante.


- Prefiero verte.


- ¿Me ayudas a estirar entonces?


- ¿Puedo hacerlo?


- ¡Claro!


Así pues, el chico se levantó y estuvo ayudando a su pareja a estirar las piernas, la espalda, el cuerpo, hasta que al final acabaron sobre la colchoneta besándose.


- Esto no forma parte del entrenamiento- dijo Vante, besándole.


- No, pero está bastante bien.


- Déjame ducharme- pidió- huelo fatal.


- Iré a mi casa, yo tampoco huelo a rosas...


- Tienes la llave, ¡espérame en la cama!


JungKook se fue a su casa a ducharse y, cuando terminó, Vante seguía en el baño.


- ¡Cariño! ¡Ya he vuelto!


- ¡Espérame en la cama!


Con una sonrisa, JungKook se fue a la cama de su pareja. Vante, por su parte, estaba en el baño limpiándose la cara, echándose sus cremas en las piernas y brazos y arreglándose el pelo mojado. Sabía que no iba a tener sexo con JungKook, pero quería estar bien para él.


- Como odio este baño- masculló.


Cogió sus cremas y las dejó con sumo cuidado en un cajón, las colocaría al día siguiente, salió y fue a la habitación, allí estaba JungKook, sólo con el pantalón de pijama, leyendo un libro.


- Te ves bien- le dijo.


Cuando bajó el libro y vio a su pareja, se quedó sin oxígeno, el chico llevaba un pijama de algodón azul oscuro, corto, con camiseta manga corta ancha, por lo que daba la impresión de que sólo llevaba aquella camiseta. Se mordió el labio inferior, dejó el libro y le ofreció la mano. Cuando el chico se le tomó, le subió sobre sus caderas y le besó. Con mucha lentitud se abrazaron y así estuvieron, besándose hasta pasada la media noche, cuando Vante apoyó su cabeza en el pecho de su pareja y, escuchando el sonido de su corazón, se quedó dormido.


Los días pasaron entre sesiones de foto, entrevistas y entrenamientos para evitar la ansiedad y, cuando quisieron darse cuenta, era sábado. JungKook había preparado la cena y Vante el postre. Había hecho una tarta de Snickers, el dulce favorito de JungKook.


- ¡Si antes te adoraba, ahora aún más!- dijo JungKook, comiendo de la tarta.


- ¡Si no tiene nada! ¡Es súper fácil!


- ¿Entonces me la harás más a menudo?


- Depende... ¿quieres engordar? ¿Sabes todo el dulce que tiene esta tarta?


- Mmm... odio ser modelo por estas cosas...


Se miraron y JungKook empujó a Vante para que se sentara en sus piernas.


- Deberíamos hablar de nosotros- dijo.


- Lo sé- respondió el fotógrafo- ni siquiera sé por dónde empezar... o qué decir...


- La doctora nos dijo que lo mejor sería hacerlo en la habitación- recordó JungKook.


Se levantaron, recogieron todo y se fueron a la habitación. JungKook se sentó y estiró los brazos para que Vante se sentara en su regazo. Sonrió, le encantaba cuando JungKook hacía esa clase de cosas, le hacía sentirse amado y eso era nuevo para él. Se apoyó en el hombro del chico y esperó.


- No sé cómo empezar- dijo JungKook.


- Es que... ¿qué se dice?- preguntó Vante.


- Bueno... la doctora dijo... hablar de nosotros... de sexo...


- Empieza tú, tienes más experiencia. No te digo de malas, es verdad, ¿qué te gusta? ¿O qué te gustaría hacer?


Bien, ahora sabía porque la doctora les había puesto aquel ejercicio. Aquello daba vergüenza y mucha. No era lo mismo estar en mitad del acto y dejarse llevar que estar en mitad de una conversación y contar lo que quieres hacerle a tu pareja y lo que quieres, o te gustaría, que te haga.


- Bueno... ya sabes... me gusta... chupártela.


- Pero... eso ya me lo has hecho...


- Sí, lo sé... y ahora que lo he hecho una vez... me encantaría volver a hacerlo- admitió- tenerte en mi boca... como te abrías de piernas... como te corriste... todo eso, te juro que me encantó.


- Me encantaría hacerte eso a ti también. No por el concepto de chupártela, sino por lo que yo sentí cuando tú lo hiciste. Me gustaría hacerte sentir igual o mejor. ¿Hay algo que te guste muchísimo que te hagan?- preguntó y JungKook miró a las sábanas- ¿estás... sonrojado?


- Bueno... me da un poco de vergüenza esta conversación- admitió- pero sí, hay algo que me gusta muchísimo en el sexo... y... agh- se tapó la cara, muerto de vergüenza.


- ¿Qué es?


- Es algo que, me lo he practicado yo a mí mismo y... haciéndolo... he pensado mucho en ti...- dijo y Vante le miró anonadado.


- ¿Qué es?- preguntó, ahora de forma más efusiva.


- Bueno... que tú... me metas... lo dedos...- dijo, sin mirarle- tus dedos me resultan muy eróticos...


- Bueno... es algo que... no me causa problemas al pensar en hacerlo...


Finalmente, se miraron y se besaron, no eran capaces de hablar más de aquello, se sentían muy vergonzosos al hablar de su vida privada y, al mismo tiempo, sabían que, cuánto más hablaran el uno con el otro, más miedo le perderían.


El fin de semana no salieron, estuvieron en casa de un lado para otro, limpiando y planchando ropa, mirando la ropa que iban a llevar la semana próxima. La semana siguiente la tenían totalmente planificada y no tendrían tiempo para maletas o pensar aquella clase de cosas y a la siguiente cogían un vuelo a Londres. Lo mejor era hacer las maletas poco a poco.


Al final, la semana de la Fashion Week llegó y JungKook se encontraba en el aeropuerto, rodeado de prensa, junto a Vante. La seguridad que Niall les había puesto era eficiente. Los hombres los habían llevado al aeropuerto, allí salieron, posaron frente a las cámaras y saludaron amigablemente a las fanáticas que estaban por el lugar. No obstante, a medida que caminaban hacia el interior del aeropuerto, los paparazzi les perseguían, las luces de las cámaras de fotos los cegaban y la prensa les hacía preguntas sobre cómo iban en su relación.


- Parad un poco, por favor- pidió JungKook y puso a Vante detrás de él para que no le fotografiaran y le dejaran tranquilo.


- Dejad sitio- dijo un guarda espaldas, que se colocó frente a JungKook a la derecha. Otro se situó a la izquierda y había dos detrás de Vante, a cada lado- dejad sitio.


Vante respiró tranquilo cuando sintió que la prensa se echaba hacia atrás y respiró aún más tranquilo cuando pasaron la zona de seguridad, la pareja suspiró y se sentó en dos sillas a esperar su vuelo de Gales a Londres. Los guardias de seguridad los vigilaban a una distancia prudente, para dejarles su espacio e intimidad. Mientras Vante estaba en los brazos de JungKook, revisando su agenda y hablando con Niall, el propio JungKook pensaba más que nunca en las palabras de la doctora Prescott, aquel ambiente no era bueno para Vante.


- Lamento esto- dijo JungKook.


Vante le miró y relajó el cuerpo.


- No es para tanto- dijo, pensando en que los guardias habían hecho su trabajo y no se había sentido tan agobiado.


Cuando tuvieron que embarcar, se tomaron de la mano y JungKook le abrazó, pasaron el vuelo dormidos, acurrucados el uno al otro, en suma calma y, cuando llegaron a Londres, JungKook comenzó a temer por la salud de Vante. En el aeropuerto de Heathrow los esperaron una horda de fans y paparazzi que querían verlos llegar.


- Ante cualquier cosa, protéjanle a él- pidió JungKook, encarecidamente a los guardias, al ver que la marea de gente le arrastraba lejos de Vante.


Los guardaespaldas se acercaron a Vante y se pusieron alrededor de él, no obstante, a pesar de los guardias, Vante no se sentía seguro si no era con JungKook. Él era el único lugar en el mundo seguro para él.


- ¡JungKook!- llamó Vante, aterrado.


- Vante, ¿podría contestarnos?


- No, no puedo- respondió y trató de buscar al chico pero no le veía, además, los guardias estaban a su alrededor y le entorpecían aún más la visión.


- Vante, ¿podría mirar aquí?


El chico miró sólo por reflejo y un flash le cegó, se quedó quieto, no podía moverse, la gente se agolpaba a su alrededor.


- Señor, debe moverse- dijo uno de los agentes, que hacía por apartar a la muchedumbre del fotógrafo.


Sintió una mano en su espalda, sabía que no era de los guardaespaldas, ellos tenían órdenes muy estrictas de no tocarle a menos que fuera necesario. El terror se apoderó de él y comenzó a caminar velozmente, tropezándose con todo el mundo. Cayó al suelo y dejó de ver la luz del amplio techo del aeropuerto, sollozó y sintió como una gran mano tiraba de él hacia arriba.


- Vamos chico, te llevaremos con JungKook- dijo uno de los guardas.


Le escoltaban hasta la salida, pero la prensa hacía por fotografiarle y meterse en su espacio personal.


- ¡Vante!- llamó una voz conocida y su cuerpo reaccionó a dicha voz.


- JungKook...


- ¡Aquí! ¡Vante! ¡JungKook! ¡Aquí! ¿Podéis posar juntos?


JungKook se abrió paso a empujones hasta Vante, el guardia le dejó pasar hasta él y, tomándole de la mano, salieron de allí. Una vez afuera, resoplaron a ver aún más prensa, pero afortunadamente también había taxis allí. Tomaron tres taxis. En uno iban dos guardias, en el del medio iban JungKook y Vante y en el último iban otros dos guardias.


Vante iba abrazado a JungKook, llevaba la cabeza escondida en su regazo y estaba temblando.


- Tranquilo. Acabará.


El conductor los miró por el espejo retrovisor y, en lugar de dejarlos en la puerta, los dejó en el aparcamiento subterráneo del hotel.


- Muchas gracias- dijo JungKook.


- No tiene que ser agradable que te persigan todo el día.


- No lo es.


JungKook pagó el taxi y, cuando le iba a dar la propina, le pidió el número de teléfono al taxista para que los llevara por la ciudad la semana que iban a estar allí.


- Gracias, señor- dijo el taxista.


Cuando subieron en el ascensor, JungKook se fijó en que Vante tenía el maquillaje corrido, había llorado. Le abrazó, se sentía tan mal. Vante estaba sufriendo por su culpa.


- Les aconsejo que hagan el registro y suban a descansar- dijo un guarda.


Cuando salieron a recepción, JungKook puso a Vante en su espalda y los guardias iban alrededor de ellos.


- Teníamos una reserva de dos habitaciones a nombre de Vante Tittensor- dijo y Vante le pasó su carné de identidad- no se encuentra bien- añadió. Vante levantó un poco la cara para que supieran que era él y la recepcionista hizo el registro.


- Las llaves. ¿Quiere que alguien los acompañe?


- No, él ya se ha quedado otras veces en este hotel...


- Perfecto. Tercera planta a la izquierda- informó la recepcionista- las habitaciones están una frente a la otra.


- Gracias. Y, por favor, que nadie nos moleste, de verdad, no se encuentra bien.


- No se preocupe, daré la orden.


- Nosotros nos quedaremos haciendo guardia en su puerta por turnos- dijo uno de los de seguridad- nadie entrará, ni llamará a la puerta, si pasa algo o necesitan algo, habrá alguien.


- Gracias.


JungKook cogió todas las maletas y, pasando un brazo por encima de los hombros de Vante, le llevó a la tercera planta, una vez allí, bajó las persianas y le preparó un baño.


- No hacía falta.


- Esto es mi culpa- dijo JungKook- estás muy nervioso... y es culpa mía. Y, como entiendo tu mente, sé que ahora mismo estarás pensando que otra persona no estaría como tú ahora mismo. Pero eso no es así, otra persona estaría igual o peor. Recuerdo cuando Vertutti me entrevistó, Angie sintió pánico ante el hecho de que nuestra relación o su identidad saliera a la luz. Vamos al baño.


JungKook llenó la bañera y buscó en el neceser algunas bombas de jabón y las echó.


- Te ayudaré a meterte y yo recogeré la habitación para que luego duermas y...


- Métete conmigo... así estaré mejor- dijo y JungKook le miró y le besó.


- Dame cinco minutos.


El chico arregló la habitación para que Vante estuviera cómodo y volvió al baño. Se desnudaron y JungKook entró en la bañera y Vante se colocó entre sus piernas, con la espalda apoyada en el pecho del chico. Cerró los ojos y dejó que el chico le acariciara y le mojara el pelo.


Al poco, empezó a bostezar y JungKook le ayudó a levantarse, le quitó el jabón y le sacó de la bañera. Le puso un pijama y le llevó a la cama. Vante tiró de la mano de JungKook y el chico se tumbó con él. El fotógrafo se acurrucó en los brazos de su novio y se quedó dormido en un sueño poco profundo y bastante inquieto.


JungKook, por su parte, cerró los ojos, pero apenas podía descansar. Le mandó un correo a Niall, comentándole que ya habían llegado a Londres y que, a la vuelta, iba a hablar con él con urgencia. Era cierto que podía llegar a estar loco, podría ponerlo todo en peligro, pero nunca a él. A su Vante.


Nunca supo si llevaba un minuto o dos dormido, o tal vez media hora, cuando escuchó a Vante gritar y patalear. Se despertó de golpe, aterrado, y le vio dormido, llorando y gritando.


- ¡Vante! ¡Vante, despierta!


El chico se despertó de golpe, se sentó y se apoyó en el pecho de JungKook.


- Ya está.


Le abrazó y no le soltó hasta que dejó de llorar.


- Sólo ha sido un sueño... un mal sueño.


- ¿Qué has soñado?


- No me pasa desde hace mucho años...


- ¿Esto te pasaba antes?


Se sentó con la espalda apoyada en el cabecero de la cama y bebió agua.


- Cuando... me violaron... tenía muchas pesadillas. Las tuve durante tres años y medio. Sólo la doctora Prescott fue capaz de que yo pudiera superarlo.


- ¿Qué te ha hecho volver a tenerlas?


- No es nada.


- Ha sido lo del aeropuerto, ¿verdad?


Vante se quedó en silencio.


- Se acercaron demasiado a mi... me tocaron...


Se llevó las manos a la cabeza y luego se abrazó a sí mismo.


- Olvidemos esto, volvamos a Newport.


- ¡Es tu oportunidad! ¡Tu sueño!


- Tú eres mi sueño- le replicó pero Vante negó con la cabeza.


- Iremos a la Fashion Week- se levantó y fue a por el programa- mi pase es completo, al menos que te vea Gucci, Dior, Chanel...


- Si vamos a ir solo a algunas, será las que yo decida- dijo JungKook- yo soy el modelo, es lo más justo, ¿no?


- Bien, escoge.


- Burberry- dijo, tras ojear el programa- Pretty Green, Peaceful Hooligan, Baracuta y MA. Strum.


- Son todas marcas pequeñas y puedes ver sus colecciones aquí y en cualquier momento.


- Lo sé.


- ¿Qué te traes entre manos, Jeon?


- Nada, Titterson.


- Yo quiero ver la de Gucci- dijo Vante.


- Perfecto, las que yo quiero ver son el miércoles y jueves y Gucci es el sábado en la noche. Tenemos lunes, martes y viernes para nosotros.


- Eso si podemos salir de aquí...


- Bueno... aún tengo ciertas costumbres de Corea- dijo JungKook y se acercó a su neceser y sacó dos tapabocas negros- con esto, unas gafas de sol y una gorra, ¿Quién nos reconocerá?- preguntó y Vante sonrió y le abrazó.


- ¿Trajiste tu disco duro de películas y series? Podríamos ver algo juntos y luego salir a cenar.


- ¿Sobre qué hora saldremos? Por avisar a nuestro taxista...


- ¿Tenemos taxista?


- Tu estupendo novio lo fichó cuando nos trajo aquí, nos hizo un gran favor al dejarnos en el aparcamiento del hotel.


- Dile sobre las nueve.


- Perfecto.


Mientras JungKook escribía al taxista, Vante se puso a escoger una película. JungKook le miraba de reojo. Estaba preocupado por él. Quizás estos días pudiera relajarse, pero sabía que en la Fashion Week estaría la prensa y los perseguirían. La pasarela que más le preocupaba era la de Gucci, sabía que Vante era un gran admirador de Gucci, él lo sabía y el resto también, era obvio que acudiría.


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