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Inevitable Destino (Resubido y Finalizado) por Menma Lightwood-Uzumaki

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Notas del capitulo:

Resumen: Cuando una persona queda inconsciente en una historia, nunca falta uno que se pregunta ¿Y que hacían las demás personas en ese momento? ¿Que pensamientos pasaban por su cabeza al verle allí?

Para Itachi Uchiha, la vida en Akatsuki nunca había sido tan complicada hasta que le tocó enfrentarse cara a cara con un escandaloso chico rubio, cuya predisposición para confundir sus sentimientos solo era ligeramente superior a la de caer rendido en un instante.

La especialidad de Deidara eran las explosiones, pero para Itachi, su mejor habilidad siempre sería volver una maraña sus pensamientos con solamente cerrar los ojos.


Explicaciones Necesarias: Esto no son los Extra que había prometido, no realmente, esos serán los que se titulen de "Extra 1" para arriba, de allí a que esto sea un "Extra 0". Esos los subiré cuando las malvadas de mis lectoras me los comenten por los comentarios o por privado UwU o que algún otro lector me quiera dar su sugerencia a ver qué tal. Mientras tanto, les traigo esto :3

Aparte debo aclarar que este extra es solamente un recopilado de todos los momentos en los que Deidara estuvo dormido o inconsciente. Primero señalaré el capítulo en que ocurrió, y luego el título es solamente una referencia a lo que el Uchiha estaba pensando en ese momento.

Hay que recordar también que aunque la narrativa sea en tercera persona, el enfoque principal siempre fue lo que Deidara creía, veía o pensaba, por lo que es común si hay fragmentos o frases que el haya dicho pero no recuerda, al fin y al cabo como ya mencioné arriba, estaba dormido XD O el recuerdo en si fue suprimido.

PD: Traten de relacionarlo a cuando están más dormidos que despiertos. Yo, particularmente, he tenido episodios en donde me dicen que me despertaron y solté un montón de cosas que yo no recuerdo haber dicho, pero es por lo mismo. Estaba más dormida que despierta.

Aparte no esperen leer muchos diálogos, este extra es más para saber los pensamientos de Itachi, ponernos en sus zapatos y sentir su dolor. Por lo que si hay conversaciones, serán antiguas. Aunque si hay unas pocas nuevas, así como algunas reacciones o interacciones (Que Deidara no recuerda, obviamente)

Advertencias: Ninguna.

Personajes: Itachi Uchiha y Deidara.

Géneros: Romántico, drama y Angustia.

 

       Extra 0: Dark backgrounds


                    *Capitulo 7*

        Ojo por ojo, solamente eso.


Tenía la mente difusa.

Aunque quizás esa no sería la palabra correcta, era la que más se acercaba a lo que realmente estaba pensando en ese momento; Primero que nada, estaba molesto consigo mismo, tenía muchísimos años practicando cómo mantenerse en la mayor serenidad posible aún si por dentro se estaba desmoronando totalmente. El control de sus emociones era algo que, aunque le insensibilizase a veces, era una habilidad que agradecía tener. Shisui incluso le había mencionado una vez que mantener la calma era uno de sus mejores atributos, y si en esa época había sido bueno, ahora lo era mucho más. No tanto por la práctica, sino que después de la masacre habían muy pocas cosas que realmente le conmovieran.

Paradójicamente, el casi exterminio de su clan era una de esas.

Solía tener pesadillas casi a diario cuando sucedió, y le tomó dos años enteros aprender a manejarlas. Le habían quedado las ojeras más marcadas, pero al menos consiguió que ya no le interrumpieran tan seguido el poco sueño que se permitía tener; Para los quince años, se podría decir que las pesadillas eran como otro obstáculo que había aprendido a superar. O al menos eso creía.

Dormía poco, y en las misiones lo hacía mucho menos. Sin embargo ese día estaba cansado, iba para el sexto día sin pegar el ojo por más de media hora y aunque sus ojos fríos pudieran disimular el letargo, había en su aura una pizca de tambaleante vulnerabilidad que necesitaba ser apagada cuanto antes, y solo había una cura efectiva contra ello.

Dormir.

- ¿Quieres que tome la primera guardia?

Le había mirando entonces, con los ojos caídos y esa expresión usual que pone cualquiera que se muere por ir a dormir. Y aunque hubiera querido permitírselo, sabía que él estaba mucho más cansado.

- Si.

Se recostó escuchando de fondo un ruidito casi imperceptible que se le acercaba bastante a una quejosa exclamación. Le comprendía, no era fácil estar despierto cuando tú cuerpo te exige descanso, pero aún si no le ofrecía explicaciones, se aseguraría luego de desviar la atención de Pain hacia él o cualquier otra persona para que Deidara pudiera dormir un poco más al llegar. A fin de cuentas, aún si no había sido la intención del chico hacerlo realmente, bajo su actitud distante, estaba bastante agradecido por ello.

Por ahora, solo quería dormir.

Lo cual hizo, pero al parecer el remedio fue peor que la enfermedad, porque al estar tan emocionalmente molido, parte de su habitual fuerza contra el dolor perdió estabilidad, y para cuándo una de sus pesadillas más intensas volvió para atosigar su ya malherida y sangrante consciencia, no estaba preparado.

Lo que veía no era inusual ya, él haciendo cosas terribles, él desgarrando cuerpos, él exterminando vidas al mismo tiempo que fingía no sentir nada al respecto, él siendo aquello que todos despreciaban. El olor de la sangre en su cara era asqueroso, pero por más que se limpiase con el antebrazo, el olor persistía en el aire. Era normal, habían cadáveres por todas partes. Y a pesar de ello, procuro limpiarse lo suficiente cuando fue el turno de sus padres.

Esa parte siempre era dolorosa, aunque no tanto como la siguiente, siendo tan cruel con Sasuke como un enemigo peligroso lo haría.

Su teoría de porque todo fue diferente a las otras veces es porque su sueño tuvo una perspectiva casi nueva está vez. Apenas y lo había experimentado en otra ocasión hace un año; Volvía a vivir esa última escena, pero ya no como el mismo, sino como Sasuke. Veía su propio rostro oculto entre las sombras con el Sharingan brillando en rojo, rozando con indiferencia el cuerpo de sus padres en lo que sentía como los pequeños pies de su hermano retrocedían, casi al mismo tiempo que miraba sus ojos con un pánico irracional que solo se le tiene a los monstruos.

Y le dolió.

Le dolió porque tenía razón, él era un monstruo. Uno de los peores.

Podía hacerlo sentir mal la masacre, la traición, los niños indefensos tirados en el piso... pero lo que realmente no le dejaba de doler, era el odio de su hermano. Era un sentimiento tan desastroso que podía destruirle, y ese día le afectó mucho. Incluso más de lo usual. Estaba experimentando en primera plana lo horrible que debió sentirse ser brutalmente traicionado por la persona que más admirabas en el mundo, y era más horroroso recordar que ese había sido él.

A esas alturas lo único que podía esperar era que todo acabase al despertar, sintiéndose probablemente más cansado que antes de dormir, pero no. Su pesadilla acabó, si, pero no al despertar. Al contrario, solo siguió soñando, está vez con algo más ameno y tranquilo, era una de esas veces en las que su horario de AMBU le había permitido salir a jugar con Sasuke. El le veía a lo lejos, haciendo como que no sabía dónde estaba escondido para después sorprenderle.

Hubo momentos en los que podría jurar que al mirarle el rostro de Sasuke pasaba de la felicidad al horror, pero cada que volvía a mirar para certificarlo, algo en el ambiente hacia que todo se mantuviera así: Calmado y bonito; Le costaba describir que era, salvo que por alguna razón, el dolor que había experimentado le costaba manifestarse de nuevo. Algo se lo impedía, y su alma no pudo sentirse más aliviada.

Al despertar, sin embargo, gratitud fue lo último que se le pasó por la cabeza. Había sol, lo que significaba que era de día y no había hecho su turno de guardia. Su idea original fue que muy probablemente Deidara se hubiera quedado dormido, pero al salir y observarle decir que era hora de irse con esa expresión mortesina tan parecida a la suya propia, se indignó un poco.

Estaba cansado si, pero podía cumplir con sus deberes sin problemas.

- No debiste.

- Tuviste una pesadilla. Da igual, dormiré cuando volvamos.

Notó que se apresuraba por darle la espalda, pero no sé detuvo a pensar demasiado en ello. Estaba... desenfocado. Sorprendido también. Lo que acaba de decirle era infinitamente peor a que simplemente hubiera decidido dejarle dormir por lastima. Porque si, estaba consiente de sus pesadillas, de lo que no se creyó capaz fue de dejarlas filtrar hasta el punto de que alguien lo supiera, y Deidara era la peor opción de todas. Le recordaba a su hermano a veces y eso era pasable, pero también era cierto que era muy bocón e impulsivo.

Que alguien como él lo supiera lo veía más peligroso que otra cosa.

Por ello le esperó, le esperó un rato demasiado largo en la pared que dividía sus habitaciones. Ah, porque para rematar a Pain le había parecido buena idea ponerlos juntos, y aún si eso no le molestaba tanto, si lo hacía el que ese chico no apareciera.

Para cuando se dignó a hacerlo, alzó sutilmente una ceja arriba al verlo tan hecho pedazos. Sabía que era un irresponsable a veces, pero no tanto como para irse a entrenar sin dormir. Claro, no es que él fuera el más apto para dar sermones al respecto, pero no podía evitar sacudir la cabeza. Parecía que si a Deidara no lo mataban, buscaba desesperadamente morirse el solo.

- Estoy algo ocupado, hablaremos mañana.

Por supuesto, esa también se la esperaba, pero si podía aguantar el sueño para entrenar, podía hacerlo para hablar dos minutos con él.

- Te dije que tenemos que hablar - No se fijó que le había sujetado hasta que lo hizo, sorprendiendose un poco a si mismo.

- Y yo te dije que... - Aquello que muy posiblemente hubiera sido algún tipo de grosería en su contra terminó muriendo, su boca pareció perder fuerza así como sus ojos. Todo de él, de hecho, porque necesito ponerle otra mano para evitar que se diera contra el muro.

¿Y ahora?

- ¿Deidara?

- Solo déjame dormir un rato... - Le comprendió el murmullo a medias, tanto porque miraba hacia abajo como porque estaba más inconsciente que otra cosa.

Itachi dejo salir un profundo suspiro, esto no se estaba poniendo más fácil.

Dejo que una de sus manos vagara hacia abajo, tomándolo por debajo del brazo y pasando el otro por su cuello. En ningún momento quito la expresión de molestia.

- Esto es lo que pasa cuando te excedes más allá de los límites - Estaba al tanto de que no tenía derecho de reprochar, pero resultó inevitable hacerlo - Así nunca vas a avanzar, solo conseguiras que te maten.

Deidara se limitó a soltar un quejido de molestia sin mover los labios. Casi como si sus palabras le fastidiasen.

Le guío unos cuantos pasos, pero cuando llegó a la puerta, se detuvo. "Mmm..." Recordó entonces que casi dormido o no aún necesitaba aclarar con él ciertos puntos, por lo que si iba a dormir mejor que fuera en un lugar donde pudiera acceder con facilidad, o mejor, al que él no tuviera escape fácil al despertar.

No había terminado de dar un paso atrás cuando otro poco de conciencia abandonó el cuerpo contrario, más específicamente en sus piernas. Era una suerte que fuera rápido, logró con eficiencia que no se fuera totalmente al piso, aunque la cabeza le quedó colgando hacia adelante.

Muy bien, habían dos formas de llevarlo en ese estado. Una era echándoselo al hombro, pero sinceramente así sentiría que cargaba un cadáver, (Más o menos como ahora) y los odiaba. La visión de los cuerpos inmóviles le causaba más desagrado que a cualquiera; La segunda opción era más llevadera a pesar de ser más íntima. De modo que dejó que la mano que sostenía la suya se situara debajo de sus rodillas, elevándolo hacia arriba.

Le echó otra mirada a su rostro, alzando ambas cejas al ver que aún ahora lo tenía igual de fruncido que siempre.

- Definitivamente... - Masculló negando - Eres demasiado insoportable.

El entrecejo se frunció más aún, y por la queja que ahogó en la tela de su capa, interpretó eso como un "Cállate la boca y déjame dormir"

Itachi nunca había sido una persona de reacciones predecibles, pero por primera vez en mucho tiempo, sintió la necesidad de hacer algo tan básico como rodar los ojos.

Entró en su propia habitación sintiéndola algo ajena. Jamás había llevado voluntariamente a alguien ahí. De hecho, nadie además de él había entrado antes, y aunque burlón y osado, ni siquiera Kisame rebasaba ese límite.

Le dejó en su cama, haciéndole algo de gracia que en vez de quedarse flácido como cualquier moribundo, Deidara se acomodó de lado, monopolizando por completo más de la mitad del espacio incluidas sus almohadas.

No era un inconsciente tranquilo, eso era seguro.

Se quedó el resto del tiempo organizando pergaminos, leyendo algunas cosas de su preferencia y caminando un rato por la base. Cumplió su palabra de dejarle descansar pues cuando Pain preguntó por él y nadie supo contestarle, se encargó de hacer el comentario indiferente de que le había visto tumbarse como piedra en su habitación, calmando la curiosidad de su líder con eficiencia y disimulo. Entre eso y su voluntaria participación en una recopilación de datos con Sasori sobre las defensas de la aldea de la arena, la ausencia de Deidara pasó inadvertida. Justo como silenciosamente le había prometido.

El problema... es que tardaba demasiado en despertar.

Habían pasado ya varias horas y no le veía indicio alguno de levantarse, ¿Que tanto se había excedido esta vez ese cabezón? Tenía quemaduras cerca de las manos, pero eso era bastante usual en él. Lo único diferente era el tiempo que llevaba dormido, y si tenía en cuenta que había entrenado hasta la extenuación, eso también era algo normal entonces.

Y si no iba a despertar pronto, entonces no veía porque no permitirse una pequeña concesion para si mismo.

Se sentó en el borde, subiendo las piernas y dejando descansar la espalda contra la pared. No se acostó a su lado, más dejó que sus cansados ojos le mirasen un largo rato. Sabía que le vigilaba más de lo que debería, y quitando lo innecesario que era eso teniendo en cuenta que el chico era capaz de volar en pedazos toda una aldea si se lo proponía, le resultaba extrañamente satisfactorio a nivel personal sentir algo similar a la preocupación por alguien que no fuera Sasuke.

Estuvo a punto de pensar por alguien que no quisiera matarlo, pero...

"Que irónico" Segunda persona por la que mostraba algo más de lo que la situación le exigía y resulta que también quería matarlo, ¿Porque? Le habían ordenado traerlo y eso había hecho, si debía enojarse con alguien esos eran Madara y Pain, él solo era el mensajero... ; Claro que también el tema de los Uchiha había sido por una orden, y Sasuke igualmente deseaba verlo muerto. La diferencia es que con ese último si se había esforzado para que lo odiase, mientras que con Deidara no.

Se quedó pensando en ello por mucho tiempo, comprendiendo que estaba rozando límites peligrosos cuando en un momento de descuido se encontró pensando que, aunque ya se había hecho a la idea de que Sasuke lo haría por siempre, le hubiera gustado que existiera una forma para que Deidara ya no le odiase tanto...; Cerró los ojos, y fue entonces que decidió alejarse, tomando asiento en una esquina, guardándose cualquier otro pensamiento que pudiera llegar a ser remotamente fuera de lugar. Se encerró de nuevo en esa actitud de fría indiferencia, de modo que para cuando los ojos de Deidara se arrugaron antes de abrirse poco a poco, él volvía a ser tan inalcanzable como siempre era.

Al menos por fuera, porque por dentro algo ya comenzaba lentamente a reaccionar ante la visión de ese terco carácter. Por lo que el siguiente paso, era que ese chico no se diera cuenta de ello.

¿La mala noticia? Había llegado algo tarde, porque seguramente Deidara ya lo había empezado a notar y no tardaría en tener sospechas.

¿Y la buena?

Era un mentiroso ejemplar.




               *Capitulo 10*

Duele, pero duele más que duela.


Estaba molesto.

Y le molestaba aún más que fuera tan evidente.

No es que él se caracterizase por ser abierto en cuanto a reacciones obvias se trata, y el día de hoy no era la excepción, seguía caminando tan lento y calculado como siempre, con la cabeza fija al frente y la espalda recta. Lo único diferente en esta ocasión eran sus ojos, se veían particularmente mortales y sombríos, con el rojo del Sharingan pintando un negro que ya de por si se veía jodidamente peligroso. Su aura incluso se podía leer, estaba alterada pero también frustrada de una manera que le hacía apretar los puños, y es que...

¿Que coño había pasado allá atrás?

La respuesta la tenía, por no por ello se sentía mejor. Mucho menos al tener que admitir que había violado por completo cualquier parámetro de profesionalismo que se había impuesto al besar a ese chico moribundo como si se lo quisiera comer; Lo peor del caso es que ni siquiera había sido precavido con el sitio, pues cualquiera pudo haber entrado (Konan se lo certifico unos minutos después). O con el momento, pues Deidara estaba en lo cierto que drogado y herido no eran buenas combinaciones. O incluso con él mismo, porque había hecho todo lo que se supone que no debería hacer, le había llamado por su apodo, usó el Sharingan, se mostró abiertamente molesto al saber que otras dos personas querían estar con ese rubio y, para terminar de ahondar en su desgracia, dejo más que en evidencia que él también quería ser parte de ese grupo al escalar de nivel y subirse sobre esa camilla como si sus valores importasen una mierda y pudiera acostarse con él justo allí.

Pero lo peor... es que si lo pudo haber hecho.

Bueno, tal vez no con todas las de la ley, pero si se vio capaz de hacer algunas cositas no muy cristianas. Y por ese pensamiento tan aparentemente simple es que tenía las prioridades demasiado revueltas, al punto de sentirse justo como ahora: Frustrado hasta la madre; Era fastidioso que solamente la misión para proteger a su hermano fuera lo único que seguía intacto, pues a Sasuke le había dedicado cada aspecto importante de su vida precisamente para que al menos lo poco que le quedase para él pudiera mantenerlo bajo control, pero no, su vida personal era un puto desastre que no podía resolver.

Itachi tenía en claro que era lo más importante en el mundo para él, es simplemente que era complicado considerar que otra cosa aparte de eso podía importarle así fuera a un nivel menor.

Y ese nivel iba escalando demasiado rápido.

El inicio del desastre comenzó primero con él cuidando a ese chico como si realmente tuviera la responsabilidad de hacerlo, observando cualquier cambio que requiriera atención, pero no hizo mucha falta, pasó una inconsistencia prácticamente tranquila por esos dos días hasta que finalmente despertó.

Pain había estado allí también, si. Pero fue él quien, a un lado de la camilla, había notado como Deidara apretaba los ojos y dejaba salir uno de esos quejidos incómodos de quien va dejando el sueño atrás; Se pudo haber quedado ahí, pero Pain se le había adelantado, tomando una posición que, increíble o no, le generó algo de envidia.

Se lo provocaba el ver que él podía estar de esa manera sin ningún conflicto de por medio.

Sin algo tan importante como la vida de alguien impidiéndole hacerlo.

- Deidara... - Sus dedos acariciaron suavemente la frente fruncida, y algo más aparte de la envidia comenzó a corroerle en su interior - Abre los ojos... - Fueron unos segundos de expectativa, pero a la final sus párpados se abrieron poco a poco. Al vagar sus pupilas por el lugar, Itachi podía jurar que esos ojos azules se detuvieron apenas una milésima de segundo en él, mirando sin mirar; Finalmente, al recobrar el sentido al cien por ciento, solo se fijó en alguien.

- Pain...

Por supuesto, no es como si hubiera estado esperando que le mirase a él.

Desapareció por la puerta entreabierta con la determinación de no volver voluntariamente, y lo cierto es que estaba haciendo un buen trabajo manteniéndose lejos, pero como para demostrar que ese definitivamente no era su dia, un cabello azul se atraveso en su camino cuando volvía a su habitación luego de entrenar con su compañero.

- Ah, Uchiha - Al menos no era alguien irritante. De hecho, Konan y él compartían el siempre estar metidos en su mundo - Apareciste justo a tiempo.

Itachi le miró con su antipatía habitual.

- ¿Hay alguna misión?

- No exactamente, es más bien un favor personal - Hizo una pausa para suspirar - ¿Podrías quedarte a vigilar en lo que le llevo una información a Pain? Es importante que la reciba ahora, pero... - Miró de reojo el lugar por donde había venido. No había mucha empatía ahí, solo curiosidad y algo que él describía como una celosa y disimulada incredulidad - No puede quedarse solo por mucho tiempo hasta que pasen veinticuatro horas. Es precaución.

Fabuloso.

"Voluntariamente" Había sido la palabra clave.

Realmente no sabía que era más fastidioso, el tener que hacerlo o no sentirse tan molesto por ese hecho como debería.

El Uchiha se limitó a continuar de largo para entrar en esa bendita habitación, escuchando apenas el agradecimiento de Konan cuando estuvo en el marco de la puerta.

Merecía más que un simple "gracias", honestamente.

Se sentó en el mismo lugar donde lo había hecho los últimos días, lejos pero lo suficiente cerca para mirarle. Estaba dormido de nuevo, cosa típica en estos últimos días. No le molestaba eso, no exactamente, lo contradictorio era todo el revuelo que podía causar haciéndolo. Y es que prácticamente todo Akatsuki estaba ya al tanto del chisme sobre el explosivo chico envenenado que el Uchiha había llevado casi muerto a la enfermería y que ahora estaba recuperándose. Kisame por supuesto había hecho correr la noticia, por lo que afuera ya había un grupo de criminales apostando por el futuro incierto de Deidara.

"Ridículo" Le fue inevitable pensar, era como si su muerte fuera una clase de vulgar juego de azar.

¿Tan difícil era simplemente esperar a ver qué sucedía sin agregarle morbo? ¿O solo ignorar el asunto?; Le hubiera gustado tomar esa última posición, pero no podía hacer oídos sordos de la situación, y menos cuando solo quería verle despierto, recuperado... no herido, desmayado y respirando con dificultad.

Demasiada, en realidad.

Se levantó de su sitio para comprobar que respiraba mal, y cada vez más rápido. Había separado los pálidos labios en un aparente intento de que más oxigeno llegase a sus pulmones, haciendo a su vez ese atormentado ruido de asfixia que salía de su garganta, con gotas de sudor frío cayendole por la frente; Cuando puso una mano en su cabeza, no solo confirmó que estaba ardiendo, sino que su sangre había superado la barrera de la venda y ahora caía libre hacia abajo.

Torció la boca. Aparentemente, ni asesinar a todo un clan era tan difícil cómo mantener a Deidara con vida.

Con determinación le expuso el torso, quitando la venda húmeda y dejando al aire libre la piel que se negaba a cerrar; Hizo lo mejor que pudo para detenerlo por el momento aplicando presión con otro vendaje después de limpiar un poco, pero seguía sin ser efectivo si no se quitaban las toxinas del organismo.

Deidara dejó salir una ahogada exclamación de dolor cuando le apretó el vendaje con algo de fuerza.

No funcionaba. Era más esfuerzo perdido que otra cosa, necesitaba otra aplicación del antídoto y de esa forma solo le estaba causando más dolor; Itachi le dejo lo suficientemente estable como para dejarle solo por un momento. No obstante, miró su rostro de sufrimiento antes de irse con un corto pero firme pensamiento en mente.

"Hoy no"

De nuevo, fue todo un show cuando se juntaron todos.

- No entiendo que pasó - Dijo Konan en lo que trataba de limpiarlo de nuevo - Se suponía que le sangre debía estar limpia.

Se le veía frustrada, pero no tanto como Pain, quien entraba al lugar arrastrando por el cuello de la capa algo que en su mejor momento había sido un chico pelirrojo.

- ¡Me estás colmando la maldita paciencia! - Su histeria era latente cuando le tiró al centro, soltandolo en el proceso.

El artista trastabillo hacia la habitación con el ceño fruncido, mismo que relajó con un ligero escalofrío al subir la cabeza y ver que había aterrizado a menos de un paso de los ojos más peligrosos del mundo ninja.

Tenía razón en temerle, él mismo quería causarle personalmente cada miligramo de dolor que Deidara tenía que aguantar. Hasta mil veces peor.

- Pain... - La voz de Konan era de advertencia - No es el momento.

El líder de Akatsuki la ignoró. El Rinnegan brillaba intensamente mientras miraba a su subordinado.

- No puedo con semejante nivel de incompetencia, ¿Que parte de "desintoxicar" no te quedó lo suficientemente claro? ¿Acaso también necesitas que te diga cómo hacer tu maldito trabajo? ¿Tan difícil es hacer bien una cosa tan insignificante como corregir tus estupideces?

Zetsu, enterrado en la pared, disimuló una risita, y aunque Itachi no era partidario de las humillaciones públicas, estaba silenciosamente de acuerdo con su líder. Es decir, aparte de ser tan malintencionado y descuidado como para envenenar a su propio compañero, ni siquiera era capaz de reparar el daño que el mismo había hecho.

Sencillamente patético.

El revuelo duro como media hora, misma en la que Sasori finalmente se las arregló para estabilizar a su compañero con la dosis correcta de fórmula, y aunque el Uchiha podía jurar que por un segundo pareció equivocarse con una de las dos, consiguió que el paciente volviera a estar bien.

El chisme fue tan grande que Kisame no pudo evitar darse una vuelta.

- Vaya, vaya - Su sonrisa de tiburón ensanchandose al ver la escena - ¿Sigue vivo?

- Apenas - Itachi hizo el favor de responder, y aquella cruda rudeza hizo que un Sasori que recogía sus cosas se quedase quieto unos segundos, con algo sombrío opacando sus ojos grises... luego se fué.

Habían muchas cosas por las que Itachi se sentía culpable, y esa no fue una de ellas.

Por cuestiones de trabajo Konan y Pain no pudieron quedarse mucho tiempo. Kisame no mostró interés en estar ahí una vez no hubo mayor primicia, Zetsu desapareció apenas terminaron los gritos y Sasori no volvió a aparecer por allí por su propia cuenta.

Aún así, aunque no se lo fueran pedido, él se hubiera quedado.

Lo que pasó después de eso ya se sabe: El desastroso lío con las drogas de Sasori y el atropellado primer beso de esos dos que terminó como una riña de egos en plena camilla de enfermería.

Y a pesar de que no se arrepentía realmente por haberse quedado, sentía que debía. Pues gracias a eso es que terminó en el punto que estaba ahora, frustrado con la vida por no haberle dejado las opciones de una persona normal, con Deidara por siempre ponerle las cosas difíciles y con el mismo, por no poder superarlo así como siempre hacia con todo lo demás.

Quería pensar que Deidara era un obstáculo difícil de superar, pero no era cierto.

Era mucho más que eso.

A partir de ahora, tenía un reto diferente que afrontar, el como sobrevivir día a día con algo que sencillamente no podía resolver como cualquier otra cosa, e intentar al mismo tiempo que no se transformase en aquello que presentía que terminaría siendo si no tomaba las preocupaciones necesarias.

Simpáticamente antes de dormir, pensó que aunque no lo supiera, Deidara era, sin lugar a dudas, el contendiente más difícil que le había tocado enfrentar.

Pero no por los motivos que él se imaginaba.



             *Capitulo 18/19*

Existe una diferencia enorme entre algo deseado y algo necesario.


Había una canción que le gustaba.

La había escuchado hace muchísimos años, por la época en donde cursaba la academia. Nada especial, simplemente había estado mirando los rostros de los Hokage un día, y escuchó a una niña de su edad cantarla en voz baja a una flor silvestre. No se detuvo para grabarse la letra completa, de hecho ni siquiera podía recordar una frase ya, pero la melodía quedó pegada a su cabeza por algún motivo. Y desde entonces, tendía a pensar en ella cuando se encontraba particularmente nostálgico. La tonada le recordaba a su hogar, a los buenos momentos de ignorancia cuando Konoha era el lugar perfecto para vivir sin importar a que clan pertenecieras.

No había pensado en ella por un largo rato, quizás creyendo que ya había perdido esa parte suya también; No lo encontró raro, era común para él perder todo lo que le importaba.

Entonces el Sharingan se manifestó sorpresivamente en sus ojos, y Deidara abrió los suyos con una mezcla de incredulidad y traición que ya conocía.

- ¡NO...! - No se detuvo aún así, por lo que casi en el mismo segundo paso de tenerlo tenso por la amenaza a completamente relajado y tranquilo.

Fue en ese momento, viendo el perfil de su rostro dormido que las primeras notas de aquella vieja melodía llegaron progresivamente a su cabeza, como una especie de mensaje en clave Morse que llegaba a un ritmo lento pero seguro.

Sentía el agua fría del lago mojarle el cuerpo, así como las primeras gotas de lluvia caer en sus hombros, pero no prestó mucha atención a ello. Se preocupó más por llevarlo a él bajo el resguardo de un árbol, quitándole la ropa mojada y reemplazandola por su propia capa, que aún se mantenía seca, en lo que él se limitaba a ponerse el resto del uniforme.

Sabía que esto no era necesario, que posiblemente Deidara hubiera escogido otra opción... pero estaba tan cansado de hacer sufrir a las personas, que solo quería que al menos alguien pudiera salir ileso de su intervención en su vida. Anhelaba demasiado poder darle tranquilidad a alguien, hacer algo bondadoso por alguien, ser simplemente bueno para alguien, y si la única manera era desapareciendo de todas las maneras posibles, podía hacerlo. A fin de cuentas, había ido allí para eso.

Y lo más importante: estaba acostumbrado.

Le llevo a la base de la misma manera que aquella vez. En esta ocasión no eran los cadáveres o la inconsiencia, simplemente deseaba llevarlo así, y se permitió el capricho de hacerlo.

Total, sería la última vez que podría.

Aquella canción terminó de llegar por completo, y en vez de contenerse, se encontró tarareandola con la boca cerrada, dejando que el sentimiento de nostalgia engañara inútilmente a su mente solo por un momento, fingiendo que no era un momento triste. Fingiendo que no le afectaba el no poder volver el tiempo. Fingiendo que no le dolía dejar de verlo...

Fingiendo que esto no era una despedida.

Era jodido ser un buen mentiroso, pero era aún más jodido que no pudiera engañarse a si mismo.

Suspiró, y a pesar de que era altamente probable de que no pudiera oírle, la necesidad de explicárselo era mayor. Había vivido toda su vida engañando, y quería al menos, solo por esa vez, dar su versión de los hechos.

- Tenías razón, Dei, tu eres quien saldrá perdiendo al final, porque tú eres el que se quedara a vivir con ello.

Le vio removerse, o al menos hacer el intento. Por lo que calmó su inquietud elevandolo un poco más cerca de su rostro.

- Pero descuida... ya no tendrás que hacerlo. No me recordarás - Se tomó un segundo para que la idea también pudiera ser comprendida por él - Al menos solo lo importante, lo demás... - Todo lo bueno, todo aquello que había conservado como bueno, nuevo y hermoso estaba a punto de ser inalcanzable para su mente. Por ello y porque no paraba de repetirse que era por su bien, dejo que sus labios tocasen su frente de forma superficial - Lo demás ya no estará luego, y no tendrás que sufrir, te lo prometo.

Le pudo haber dejado en cualquier otro mueble o lugar más cercano, pero prefirió llevarlo a su cama. En parte porque se había quejado de llevarlo a la suya la vez anterior, y en parte porque quería alargar un poco el momento; Duro poco aún así, estuvo frente a la cama demasiado rápido, pero no dudó en dejarlo allí.

Itachi notaba que estaba demasiado inquieto para alguien inmovilizado por genjutsu, como si luchara por escapar de él. Pero rememorando la escena en la cueva, hizo lo que creyó que muy probablemente Deidara había hecho para calmarle a él.

Se acercó y hablo en su oído con una voz baja de tranquilidad que creyó haber olvidado usar.

- Todo estará bien... - Le miró solo un segundo más, porque era impresionante la claridad con la que se podía visualizar a alguien cuando estás consiente de que será la última vez que lo haces.

Se levantó enseguida porque se conocía, y hacer las cosas rápido, aunque no siempre lo hiciera más fácil, si reducía el tiempo de sufrimiento; Estaba prácticamente fuera de su alcance para realizar la técnica ilusoria cuando algo apenas mínimo le retuvo por detrás; Le miró de reojo con sorpresa y algo de tristeza "Tienes que empezar a aprender cuando rendirte, Deidara..."

- I...ta...

"No" Le sostuvo la muñeca. Ya le había oído decir su nombre, y había descubierto el efecto impresionante que tenía en él. Por lo mismo, era lo último que necesitaba escuchar ahora.

- Shhh - Habría que hacerlo a esa distancia. No era lo ideal, porque además de no ser necesario, tenerlo tan cerca solo lo volvía más complicado - Duerme.

- No te... he ven...cido aun...

"¿Realmente tanto le importa?" Conocía a personas cuya más alta meta era llegar a igualarle, incluso superarle. Sin embargo, Deidara tenía que ser el caso más particular de todos, no por la terquedad, sino porque era el único que ya lo había hecho y aún no se daba cuenta.

- Dei, ya te lo dije antes. Tú ya me venciste.

Sabía que eso no fue suficiente cuando antes de perder fuerzas, se encargó de mirarle como Sasuke cuando le decía que le superaría muy fácil algún día, con ese tinte lastimoso de quién sabe que lo que se le dice es más para animarlo.

La diferencia ahora es que no estaba diciendo ninguna mentira, y él mismo pudo ser capaz de apreciarlo al sentir el latido de su propio corazón.

- Venciste justo aquí.

Y lo había hecho. Realmente le había derrotado de la única manera que ninguno de los dos había imaginado, pero era cierto. Por ello frunció los labios cuando le vio finalmente desmayado por su culpa, por ello no pudo seguirle viendo cuando seleccionó minuciosamente cada recuerdo en donde su rostro estaba presente para después ocultarlo, por ello cerró con algo de fuerza los ojos cuando en esa cabecita loca solamente volvió a quedar odio y rencor hacia una presencia que apenas describía como oscura, vaga y casi inexistente; Escondió todo, de manera que la única prueba de que alguna vez existió algo hermoso allí, era en sus propios sentimientos, en su propio cariño.

Porque si, le quería.

Le quería lo suficiente como para hacer esto por él. Por ambos. Porque así como para Deidara sería mucho más fácil vivir sin saber que alguna vez logró que un ser tan fragmentado pudiera sentirse vivo, para él sería mucho más llevadero morir sintiendo que no tenía nada, que no había nadie más en su vida que le importase, que no existía nada más en el mundo más allá de Sasuke...

Itachi abandonó esa habitación sin mirar atrás, y aunque ya no había nada allí para él, no pudo dejar de pensar que lo quisiera o no, una parte suya siempre estaría ahí.

"Gracias por todo, Dei..."



              *Capitulo 23/24*

Si de hacer cambios se trata, es mucho más difícil volver a ser como eras, que cambiar quien eres ahora.


Respirar seguía siendo raro.

Puede que su mente ya se hubiera hecho a la idea que estaba tan vivo como podría estarlo, pero su cuerpo seguía sintiéndose pesado y adolorido. Era una sensación bastante fuera de lo ordinario, como si su alma aún no terminase de amoldarse a su cuerpo. Vagamente podía compararlo a usar ropa demasiado holgada, con mucho sobrante que costaba manejar, y en su caso, esas eran sus extremidades. Aún estando semi dormido podía sentir la rigidez de los músculos así como la falta de calor, todo se juntaba para hacer un cuadro de incomodidad que ni siquiera su enfermedad le había causado antes.

Pero entonces, casi como si fueran escuchados sus pensamientos, el dolor se fue, dejando en su ser una sensación más de relajación absoluta que otra cosa.

Era tan indescriptible la experiencia que fue como si el tiempo se fuera dividido, ubicando el mundo en millones de pedacitos incalculables, por lo que para cuándo pudo volver a abrir sus ojos, no tenía idea de cuánto había pasado. No obstante, para él eso quedó en segundo plano al observar mejor toda la escena, incluyéndose.

Se sorprendió por dos cosas muy importantes, la primera es que ya no le ardían los ojos. Había esperado esa parte gracias a que a pesar de estar física y mentalmente jodido se había arriesgado al usar de nuevo el Sharingan para revocar la técnica ilusoria en Deidara, evitándole más sufrimiento. De lo único que se lamentaba era no poder haberlo podido levantar, o al menos acomodarlo de mejor manera, su nivel de cansancio era superior a lo que antes había experimentado, por lo que lo máximo que pudo hacer fue acompañarle en la inconsiencia, deseando sentirse lo suficientemente mejor al despertar como para retribuirle lo que había hecho por él.

Sin embargo, sus atenciones hacia él aún no terminaban, de allí la segunda cosa sorprendente, y es que cuando enfocó mejor esos ojos nuevos y sanos, la primera cosa que vió fue su mano, libre de tierra y cenizas. Su desenfoque fue mayor al observarse por completo, estaba limpio, sin rastro alguno de suciedad, escombro, carbón o heridas demasiado graves, tenía hasta el cabello acomodado en su lugar, y si eso no era suficiente, la visión de ese chico rubio sentado a un lado, durmiendo con la cabeza recostada en la pared y mirando en su dirección como si quisiera vigilar sus sueños, le generó una ternura de nivel indescriptible.

"Es tan necio" Pudo haberlo abandonado, tener una vida mejor sin el apellido Uchiha en la ecuación, pero no, le había curado, le había limpiado, y finalmente, se había quedado despierto hasta asegurarse que él estaba descansando.

- Dei... - Estiró una mano con una pereza que no era común en él. Sabía que algo le había hecho, pero después podría preguntarle. Por ahora, su única preocupación fue lo helada que se sentía su piel al tacto - Tienes frío... - Deslizó los nudillos por su cuello, y Deidara tembló ligeramente.

Nada que un Uchiha no pueda resolver.

Que si, estaba recién resucitado, con la mente dispareja y el cuerpo sin ánimo alguno de cooperar a su ritmo normal, pero eso no le impediría levantarse. Lo único que sabía es que Deidara tenía frío y él un poco también, por lo que si quería buscar una manta, iría a buscar una manta. Punto.

Claro que fue una tortura total hacer que su cuerpo se moviera a un ritmo decente, y aún si por fuera solamente era la versión de Itachi algo más lenta, lo cierto es que cada paso le costaba, pero cumpliría su objetivo como fuese. Las había tenido más difíciles antes.

Llegó al closet y comenzó a buscar, podía deducir por la capa de polvo y las telarañas en las esquinas que hace mucho que alguien no habitaba al sitio, más por los resquicios de arcilla y las bandas rotas de las aldea de la roca, supuso que le pertenecía a Deidara. Por eso mismo buscó la manta junto a todas las demás cosas, porque el rubio nunca era muy organizado y seguramente tenía todo en un solo lugar.

Tuvo razón.

Tomo la tela y la expandió un par de veces para que se limpiara un poco, al parecer no estaba tan mal como otras prendas, así que se la llevó de vuelta a la cama.

Se sentó, puso la manta a un lado, pero en vez de acostarse, tomo a Deidara de manera que pudiera arrastrarlo hacia abajo, cayendo justo a su lado. El rebote le espabilo un poco, pero se le pasó cuando el calor de la tela le cubrio a ambos; Así como en su habitación, se quedó de lado y se acomodó de manera que ocupaba más espacio del que debería alguien tan bajo. No le importó, uso eso de excusa para mantener la cercanía, sin importarle en lo absoluto si su cuerpo necesitaba dormir, él quería estar ahí. Mirándole dormir justo como él, acomodándose en su misma postura para tenerlo en frente.

Sonrió un poco.

- Debiste rendirte, Deidara - Le rozó de forma distraída el hombro con los dedos - Y yo también debería...

El artista se encogió un poco más en su pequeño espacio de comodidad, disfrutando del calor. Aún tenía el ceño fruncido, pero en sus labios había una pequeñísima sonrisa.

Eso le hizo sonreír un poco más a él.

- Pero si tú no lo haces... no veo porque he de hacerlo yo.

Se permitió entonces descansar junto a él, dejando que sus frentes se rozaran. Ya no tenía motivo alguno por el cual apartarse de él, su hermano estaba bien y ahora dormía feliz sabiendo que el monstruo de Itachi Uchiha había muerto. Estaba bien por él, podía permitir que ese monstruo muriese, porque lo que ahora quería más que nada no era ser diferente o mejor, sino permitir que aquella persona que antes había sido pudiera volver a manifestarse. No siempre, pero si con él. Deseaba que todo fuera diferente con él.

El primer paso debía ser comenzar a ser más abierto, sabía cómo hacerlo, solo que había perdido un poco la práctica, pero así como lo demás, podía manejarlo.

Ahora, de lo que no se creía capaz de manejar por mucho era su propio deseo. Demasiadas iban las veces que sus ganas le traicionaban y terminaba pasándose de la raya sin proponérselo. Un ejemplo era la enfermería, otro aquel día de la ilusión, más aún hace poco en el lago; Sería demasiado ingenuo de su parte negarse el deseo de estar con él, aún si era algo con lo que no estaba tan familiarizado como la mayoría a su edad debido a que tenía otras prioridades, lo quería, lo anhelaba, lo... necesitaba con unas ganas tan jodidas que sobrepasaban su entendimiento; "¿Quizás podría?" Era una pregunta fácil, porque si Deidara decía que si, él sencillamente no se veía diciendo que no.

Y bueno, ciertamente no dijo que si en su totalidad. Pero como más tarde si se lo diría a algo en particular, el siguió con su política de no decir que no.

Y estaba entusiasmado, casi eufórico debajo de esa actitud de serena y misteriosa sensualidad que cubría de forma efectiva el hecho de que por dentro no tenía mucha idea de cómo desenvolverse exactamente. No obstante, era listo y sabía adaptarse. Tomar lo que sabía y evolucionarlo a algo que encajase a lo que necesitaba era algo con lo que ya tenía más experiencia, por lo que utilizó eso. Y por la reacción de Deidara, humildemente podía decir que lo hizo bien. De igual forma ya podría enfocarse en eso luego, y pensar en ello le emocionó; Para Itachi, emocionarse siempre resultaba contraproducente en cualquier sentido de la palabra teniendo en cuenta si lo que te mantiene vivo es un corazón inestable rodeado de unos pulmones en degradación constante, pero entre la milagrosa resurrección y esa cosa extraña que seguramente había inventado Sasori y Deidara le había robado, todo le fluyó de una manera muy natural.

Hasta que vio el sello, por supuesto.

Fue un milagro que Deidara estuviera demasiado concentrado en su momento como para notar el casi imperceptible momento de quietud mortal que tuvo cuando vio aquello; Sus sentidos estaban más alertas ahora, por lo que percibir la energía de Pain era tan malditamente fácil como molesto. Oh, y estaba molesto, vaya que si. Aquel sentimiento superaba con creces cualquier otro, y odiaba admitirlo porque era algo demasiado básico y terrenal para alguien a quien consideraban el pináculo de todo un clan ultrapoderoso y peligroso... Pero ¡Jesús! estaba tan jodidamente celoso.

Bueno, también tenía una idea para solucionar eso.

Un par de minutos más tarde, ese ego que se aferraba a no desaparecer detrás de su lado bondadoso andaba ya más contento. Tenía a un Deidara mirándole de una forma tan íntima, satisfecha e increíble que le revolucionaba hasta el más mínimo nervio en el cuerpo, y que además le había llamado por su nombre de nuevo. Bueno, gritar sería el término más adecuado, y eso también lo había disfrutado demasiado.

Lo único que le estorbaba era el sello, pero ya hablarían de eso luego. Antes tenían muchas cosas que decirse y conocer el uno al otro. Itachi quería conocerle por completo, asegurarse de ser la única opción que para Deidara valiera la pena, descubrir el motivo detrás de su misterio, encontrar hasta la más pequeña e inocente manía...

Verificó una en ese momento.

Ahora sabía que acariciarle detrás de la oreja le haría dormir casi enseguida, y le pareció tan divertido como adorable conocer esa vulnerabilidad; Fue él quien le acercó a su cuerpo cuando se quedó dormido, envolviéndole en una íntima y acogedora burbuja, porque ya era su turno de tomar la iniciativa enserio. De decidir que opción tomar.

Y lo escogió a él.

Porque era libre.

Porque estaba vivo.

Porque podía seguirlo estando por muchos años, pero principalmente... porque estaba enamorado.

Le amaba tanto como podía ser posible, y aunque le costase trabajo, estaba dispuesto a hacer todo lo necesario si con ello lograba que el sentimiento fuera mutuo. Y lo valía. Deidara valía el esfuerzo; El genio del clan Uchiha se quedó dormido allí, cansado por la batalla, agotado por la resucitación y el esfuerzo, pero más lleno de vida de lo que había estado en los últimos años.

Era felicidad.

Y haría todo lo posible para tenerla con él.

 

 

 





Fin del Extra 0.

Notas finales:

Curiosidades:


1) Previamente dije que Itachi se había enamorado en el capítulo 19, lo cual es cierto, pues hay una diferencia entre hacerlo y finalmente aceptarlo. Y con Sasuke encima, el no se permitió aceptarlo por completo hasta ese momento.

2) El que Itachi dijera que no se creía capaz de controlarse no quiere decir que se fuera a poner abusado, es simplemente que así como Deidara, para él ese asunto era nuevo, pero en vez de pensarlo como hacía con la mayoría de cosas, solo quería hacerlo. Y eso era lo que le sorprendía.

3) Cuando dijo que había escogido a Deidara se hizo énfasis en que el motivo es porque ya era libre, de modo que cuando ya no lo fue, no pudo mantener su decisión.

4) Si se fijan bien, en vez de a Deidara que le puso todo happy, a Itachi la droga le afectó fue volviéndole abierto y terco, de allí a que quisiera pararse aunque no podía, y que no tuviera reparo alguno en decirle al rubio lo que quería hacer.

5) Era importante para el Uchiha que Deidara ya no le odiara, por lo mismo a pesar de sus palabras, decidió volver para despedirse en el capítulo 19.

6) Lo que a Itachi realmente le molestaba de Pain es que Deidara parecía permitirle demasiado, osea, las riñas, la escena del lago (De la cual nunca supo con seguridad) el sello...; Siempre le fastidió que a pesar de que él y Sasori era infinitamente más tranquilos y educados, Pain ocupaba un espacio más amplio en cuanto a la atracción física. De allí a que tolerara al Akasuna, pero no aguantase la visión de Yahiko.

7) Ojo, eso no significa que le agradase Sasori, al contrario, su actitud recelosa hacia él se hizo más grave al ver que aunque le hubiera envenenado, Deidara aún seguía buscándole, mientras a él le evadía como a una cucaracha tricolor por haber cumplido con una tarea. De allí a su evidente molestia cuando le encontró hablando con Sasori en la puerta de su habitación, pues no comprendía como es que le entristecía tanto perder a alguien que era capaz de casi matarle.

Obviamente, hay que recordar que él no sabía lo de las figuras.

8) Me pareció tierno y bastante realista colocar el desenfoque de Itachi en cuanto al toqueteo sexual. Hay que recordar que la cultura japonesa es más estricta en cuanto a temas de sexualidad, aunado a eso tenemos a un tipo cuya única experiencia romántica fue a los trece años y que se ha pasado los últimos años de su vida pensando únicamente en su misión, ah claro, y en su cuerpo solo para entrenar y quejarse de dolor por la enfermedad. Así que en vez de poner al típico y estereotipado Uchiha/Dios de la follacion/Mister Cogidas, preferí escoger lo que yo creo que sería altamente probable, osea un Itachi/Super sexy/ No tengo mucho pero me esforcé con ello y me salió muy bien. Porque si, tampoco es que le iba a salir mal, humano y todo sigue siendo Itachi.

9) Aquí aclaro una pequeña escena: Deidara creía que su recaída había sido antes de la primera vez que despertó, es decir que cuando Sasori dijo "Te cure por tres segundos y luego tuviste una hemorragia masiva" creyó que se refería a que después de atacarlo en la pelea con la abuela le aplicó antídoto pero que no funcionó, por lo cual terminó en la enfermería y al despertar vio a Pain. Por ello creía que no era su culpa pues técnicamente viéndolo de esa manera no lo es, pues la herida se la causó el mismo.

Pero no, ese intervalo de tiempo al que hablaba fue que Sasori debió aplicarle nuevamente un antídoto cuando le llevaron a la enfermería (Ya que el primero que le puso antes fue removido por la figura tres para que al encontrarle Itachi asociara la herida al veneno y no como un evento posterior) pero que por alguna razón desconocida para él falló y debió curarle de nuevo, allí fue cuando cambio las dosis sin querer y por ello al despertar estaba drogado.

Por obvias razones no lo recuerda, solamente creyó que había dormido normalmente y al despertar el "Ungüento" le había hecho efecto.

Eso también explica porque al despertar la primera vez Pain no le dijo que había tenido una hemorragia, pues porque en ese momento aún no había ocurrido, eso fue después.

10) El comportamiento de Itachi en la historia dista un poco de los pensamientos que aquí se vieron, pero es importante recordar que este Uchiha es experto en guardarse sus opiniones, por lo que aunque pareciera frío e indiferente, lo cierto es que podía estar pensando en cualquier otra cosa.

11) Itachi nunca tuvo intención de ser desagradable cuando dejó a Deidara vigilando, es simplemente que estaba cansado y además, también sabía que el artista era lo suficientemente comprometido como para aguantar hasta su turno, aparte de que también planeó ayudar para que descansara más.

12) La rudeza del Uchiha hacia a Deidara en la primera parte se debía justamente a que sus pensamientos fugaces se estaban transformando en algo más estable, por lo que decidió alejarlo de la misma manera que hacía con todos los demás: Mostrándose peligroso, inalcanzable y frío.

13) ¡Oh, punto importante! Después de la escena en la cabaña el Uchiha secretamente se informó un poco más sobre el tema 7u7

¿Se imaginan a un Itachi con el cabello recogido y los ojos negros enfocados mientras estudia dedicamente el kamasutra para satisfacer a Deidara? Uff, que bello.

Obviamente tan así no fué, pero ya me entienden UwU

¿Y el resultado del estudio? Pues ustedes lo leyeron, ya me dirán que tal. Aunque aquí entre nos, el Deidara le da un 100/10, y nomás porque no le dejé poner más ceros a la primera cifra.

14) No, gente. No soy tan poco conocedora de Itachi Uchiha como para saber que aún muerto de cansancio hubiera sentido a Deidara tocarle mientras dormía, pero así como se dijo en la segunda reunión con las figuras, esa había sido artimaña de la número uno. ¡OJO! No el que tuviera pesadillas, eso sí es un argumento lógico de su personaje, lo único que el Dios hizo fue que no se despertase tan fácil, le puso más inconsciente que dormido con la intención de que no solo no se levantase, sino que aparte dejara salir sus terrores nocturnos.

Y bueno eso ha sido todo con este bello extra, a mí particularmente me encantó hacerlo porque adoro todo lo referente al clan Uchiha y a Itachi good lo adoro muchísimo más.

No estoy segura de cuándo volveré con otros extras, pues aún no he recibido sugerencias, aparte de que necesito que ciertas mujeres me digan que es lo que quieren que haga, y no pienso hacer mis propios extras para que a la mitad me digan que querían lo mismo que yo pero con detalles diferentes. Tendría que rehacer lo que estaba haciendo para mi por cumplir con alguien más y ay no .-. Mucho trabajo para este cuerpecito.

Nos veremos muy pronto!

Les mando un abrazo.

Los quiere, Menma.


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