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Katze por Arwen Diosa

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Suaves murmullos sonaban al final de su conciencia, incluso creyó escuchar llorar a alguien. Inquieto por el ambiente Katze abrió los ojos, se sentían pesados como si les hubiera entrado arena y un dolor sordo le quemaba la cabeza. Intentó ignorar eso y girarse en la cama para continuar durmiendo, todavía la oscuridad caía detrás de la cortina de su habitación pero apenas encontró un ángulo agradable los susurros comenzaron de nuevo. 
Venían de la sala, era la voz de Yumi no había dudas. Al parecer estaba llorando ¿Qué pasó? 
Con un poco de esfuerzo caminó atravesando el pasillo, pasó por la cocina que estaba a media luz por la iluminada  sala donde estaba Yumi, desde la distancia reconoció a Maku también sentado a su lado y se abrazaban. 
Seguramente la dificultad de sus pasos llamó la atención de ambos, se alejaron un poco mientras se giraban para mirarlo.
-¡Katze! ¿Qué haces despierto? No debiste salir de la cama.
A pesar del tono autoritario que solía usar a veces, Katze vio  lágrimas en los ojos de Yumi siendo limpiadas rápidamente. Se le acercaron para vigilar que no caiga al suelo de repente.
-Hola Katze, que bueno que estas bien – el joven de cabellos cenizos también habló con una sonrisa pero había mucha tristeza en su voz.
-¡Vuele a la cama! – Yumi lo sujetó del brazo para ayudarlo a caminar de vuelta incluso antes de devolver el saludos a Maku – Te ves mas pálido que una sábana.
-Espera – pidió Katze –  ¿Raoul está en su habitación o en su oficina? Quisiera que me diga que puedo tomar para este dolor  de cabeza.
-El Maestro no está – Yumi se mostró  vacilante mientras consideraba muchos panoramas – Nosotros también lo estamos esperando, pero si es muy fuerte lo llamaré ahora.
-Tranquilo Yumi, volveré a mi habitación, tal vez sólo es falta de sueño – sabía que algo había interrumpido y era raro que a estas altas horas de la noche Maku también este aquí. Los había visto tan abrazados…. Estaba seguro que no era la primera vez que los veía así. 
Caminó hasta la cocina buscando algo rápido para comer, supuso que era la falta de la pulsera pero tenía un hambre voraz. Encontró hogazas de pan en una canasta, algo de queso y jamón en el refrigerador, sin paciencia para esperar a calentar algo se sirvió leche fría de una caja. 
Se asomó con cuidado para mirar en dirección a los sofás, pero Yumi y Maku no se habían movido de donde los dejó. Hablaban muy cerca casi rostro con rostro y tenían un abrazo a medias. Pero no se veían tranquilos a pesar de la cercanía y palabras susurradas. 
Se dieron un beso, apenas un roce de labios y Katze volvió a meterse a la cocina con una sonrisa de lado, sospechaba que estos dos estaban en medio de un romance y ahora lo confirmaba. Mientras comía en silencio la cabeza le retumbo otra vez.
Cerró los ojos y afirmó las manos sobre el mesón para evitar caer, hizo un movimiento brusco y derramó la copa de leche.
Cuando abrió los ojos ambos muebles estaban en la cocina. Con el mareo persistente Maku lo ayudó a caminar en dirección al sofá más cercano y Yumi corrió a la habitación para traer el equipo  de medición de signos vitales.
-¿Tienes náuseas? Otro malestar además del dolor de cabeza.
-No, solo hambre y cansancio – Maku fue  la cocina y volvió con el plato de pan con jamón y queso además de otra copa de leche.
- Gracias ¿Todo está bien? – se animó a  preguntar cuando el mareo pasó y  comía de nuevo. Maku tenía la boca en una línea recta, los ojos cansados y su postura gacha, no parecía el alegre Maku que conocía  - ¿Yumi estaba llorando? 
-No te preocupes, solo concéntrate en recuperarte – Maku cambió de expresión y sonrió de la misma forma que se sonríe a un niño.
-Maku, ya no tengo cinco años – katze se cruzó de brazos mientras escuchaban los pasos de Yumi volver.
-Lo lamento, solo no quiero preocuparte – Maku se pasó los dedos por el cabello bajando la cabeza entre sus brazos, miró a Yumi y afirmó  dándole su consentimiento mudo para compartir lo sucedido con Katze.
-Maku está preocupado porque su Maestro Gideon no contesta desde ayer – explicó Yumi, colocó una manta sobre los hombros del pelirrojo, escaneo su temperatura y  tomó su presión arterial – Lo lógico sería pensar que estaría con Zen pero…
Maku se puso de pie, bastante angustia lo recorría para mantenerse quieto. 
-¿Pero qué? – katze empezaba a preocuparse también.
-Estaba de servicio en la casa de mi Maestro en Midas, Zen estaba ahí. Tocaron la puerta y él abrió. Sólo lo escuche gritar, yo estaba en la cocina y vi a los Guardias de Júpiter llevárselo. No me vieron y se fueron después. He intentado comunicarme con mi Maestro desde ese segundo pero… es como si su número nunca hubiera existido. Tampoco está aquí, la casa de mi Amo no tiene rastros de nada. No se qué pasó.
Yumi puso en manos de katze  dos píldoras.
-¿Avisaron a Iason?
-Bueno… para nosotros no es sencillo hablar con él.
Katze pensó que él tampoco tenía prisa por ver a Iason, temía su primer encuentro y seguro que tendría que dar explicaciones…. ¿Y si Iason ya no lo consideraba importante? Seguro estaba molesto por haber corrido a Ceres y ahora no tendría esos recuerdos que lo hacían valioso. Suspiró aplastando el miedo que nacía ante tantas conclusiones deprimentes. 
-¿Y Raoul?, seguro que podrían haberle dicho algo a él – insistió katze sin querer prestar atención a sus crecientes ganas de llorar por el remolino de recuerdos y pensamientos.
- Vine recién porque Yumi me visitó esta tarde, él no sabía nada de esto, temía venir aquí… pensé que me estarían buscando también.
Maku había tenido horas de  no saber qué hacer, presentía que la desaparición de ambos sólo debía ser cosa de  Júpiter ¿Estaba al tanto del romance prohibido de su Maestro con una ex mascota? ¿Y si ambos ya estaban muertos? Sólo pensar en eso era escalofriante, además temía por su propia vida ¿Un mueble sin amo? Podría ser vendido de nuevo o simplemente reciclado ¿Qué horrores le esperaban? Además existía el riesgo que Júpiter también este al tanto de su romance con Yumi… ¿O no?  Cuando Yumi llamó para decirle que iba a tener la casa sola unos momentos pensó que podría tener compañía reconfortante para pasar su angustia y compartirla. Pero se enteraba de la cruda noticia de que Yumi se iría de viaje con Katze… sin saber  cuando volvería. 
Para Maku su vida se estaba cayendo a pedazos.
-Estamos esperando que vuelva – dijo Yumi – No sabemos a donde fue – hizo una pausa donde revisó el escáner – Aquí indica que tienes presión arterial por debajo del promedio y tu temperatura corporal también está baja. Lo mejor será traer leche caliente.  
Antes que Yumi vaya a la cocina, sonó el comunicador de la casa. Tomó la llamada y de inmediato hizo la reverencia de protocolo. En la pantalla mediana se veía el rostro anodino y sin expresión de Júpiter, con sus ojos metálicos en color cobre como agujas que se estrecharon reconociendo al mueble que tenía delante y sin mover sus labios artificiales uso el lenguaje humano.  
-Raoul Am – era una voz plana y sin entonación.
-Señora, no está en casa – respondió sin levantar la mirada. Extrañamente Júpiter no cortó la llamada y permaneció en silencio unos segundos.
Katze y Maku habían presenciado desde atrás el breve intercambio, estaban lejos de la vista de la pantalla telefónica, para el pelirrojo era la primera vez que veía a la Creadora de todos los Élites, era escalofriante el solo verla y saber que ella era la entidad más poderosa del Planeta.  Uno solo de sus parpadeos artificiales y podían acabar con la existencia de cualquiera.
Al pensar eso frunció el ceño, recién se percató que Raoul estaría en problemas con Júpiter a causa de la suspensión de la sincronización de memorias y haber sacado la pulsera. Una corazonada le dijo que  el actuar de Raoul no fue con el consentimiento de su Creadora.
-Nombra a los ocupantes de la residencia – rompió el silencio Júpiter poniendo visiblemente nervioso a Yumi.
-¿Los ocupantes? – repitió completamente contrariado, no podía mencionar a Maku – mi persona y el sujeto de experimentación – Yumi se mordió el labio, sabía que debía llamar así a Katze delante de Júpiter. 
-Están confinados a partir de ahora hasta que diga lo contrario – la comunicación se cortó, de inmediato escucharon las cerraduras sellarse en la puerta de salida y las luces se cortaron dejando la casa en una pesada penumbra.
-¡Maku! – gritó Yumi - ¿Vendrán por nosotros? –  Maku atravesó la oscuridad y lo  abrazó.
-No entiendo ¡Qué pasa! – se alteró Katze al ver que ahora Yumi lloraba abiertamente y Maku lo sostenía con miedo.
Maku se mordió el labio considerando responder con la verdad.
-La relación de mi maestro Gideon y Zen es parecida a la que tienen Lord. Mink con Riki – Katze elevó las cejas sorprendido.
-Eso significa que si Júpiter tiene a Gideon seguramente hizo una lectura de su memoria.
-¡Si! ¡Ya debe saber lo que Yumi y yo tenemos! – exclamó Maku antes de apretar su abrazo en el cuerpo pequeño que sostenía – ¡Estamos acabados!
Katze pensó rápidamente en las opciones y escenarios. Sabía que si Gideon y Zen estaban en poder de Júpiter era cuestión de tiempo que Yumi y Maku también, esa llamada era una señal inconfundible. No había tiempo para fanfarronerías o esperar que Iason o Raoul solucionarán algo. Maldición, Katze quería y necesitaba demostrarse a sí mismo que podía ser útil. Qué valía algo.
-Maku, Yumi vamos a la oficina de Raoul. Se los explicaré ahí ¡dense prisa!
Olvidando por completo las píldoras que le dio Yumi, Katze se puso de pie y con algo de dificultad ayudado por ambos muebles entraron al espacio de trabajo del segundo Rubio de Amoi,  Katze se  puso delante de la computadora, se veía menos confiado que al inicio y tecleaba rápidamente mientras varias ventanas se desplegaban en la pantalla.
-¿Qué haces? – cuestionó Yumi – Creí que Júpiter había bloqueado toda fuente de energía – incluso su brazalete de identificación de mueble tenia bloqueado las funciones de llamado.
-Aprendí como conectarme sin acceder a la fuente principal – explicó mientras tecleaba y desplegaba más pantallas en la computadora.
-¿Y ahora qué haces?
-Iason me reto a hacerlo una vez… intento borrar el registro de ambos en la base de identificación de muebles – Katze no prestó atención cuando se mostraron consternados y le hablaron al mismo tiempo. En su mente tenía la voz de Iason presionando para hacerlo rápido y sin cometer fallas… - ¡No puedo! Rayos, no se como hacerlo. 
Esa vez le había dado el registro de Cal y a pesar de toda su concentración no pudo cumplir el objetivo de Iason.
Tomó un camino diferente está vez pero igual de improductivo, se suponía que debería lograrlo pero era inútil.
-Katze no es tu culpa – le dijo Yumi al ver lo alterado que se ponía – sólo nos queda esperar al Maestro Raoul, él debe saber qué está pasando y nos ayudará. Te ves mal, mejor descansa.
Pasando los dedos por su cabello rojizo miró a ambos muebles. Lamentaba no poder ayudar, sentía que debía ser capaz de lograr algo además de  sólo causar problemas y luego ponerse a llorar.
-Si – secundó Maku abrazando a Yumi – Mira, si lo pensamos un poco no creo que mi Maestro esté en un riesgo real ¿Verdad? Raoul Am es el principal neurocorrector no creo que le haga nada.
-¿Y Zen? 
-Es mejor no pensar en eso -murmuró katze con todo tipo de pensamientos lúgubres.
Los tres quedaron en un silencio pesado. Sólo la luz blanca de la pantalla iluminaba la habitación a medias.
Escucharon la puerta deslizarse y pisadas fuertes entrando a la casa.
-Guardianes de Júpiter – murmuró Yumi después de mirar por la rendija de la puerta. Antes de que las piernas le cedan Maku lo sostuvo y se apretaron, sin saber si era el último abrazo que podían compartir.
-Perdona Yumi, te puse en peligro.
-Eres lo mejor que me ha pasado Maku.
Ante la presión  y la adrenalina Katze tuvo una idea, algo que iba a funcionar y lo sabía. Aun tenían unos minutos si ésta  era la última que iban a registrar antes que todas las demás habitaciones.
- Trae tu mano – dijo rápidamente a Maku mientras tomaba la pulsera de identificación de mueble e ingresaba por el conocido programa, solo tenía que introducir un código   – No se porqué no lo pensé antes. Que imbécil soy.
-¿Qué haces?
-Ya está, ahora tu Yumi ¡Rápido! –  extendió la mano con la etiqueta y miraban con el corazón acelerado – Sólo estoy desactivando el rastreador ¡Listo! Se que funciona, lo hice al anterior vez con Cal – les dijo mientras con algo de dificultad se ponía de pie – Ahora nadie sabe donde están. 
Maku secó las lágrimas de Yumi y ayudó a katze a recorrer lo más silencioso que podía el pesado sofá trancando la puerta. 
-Bien, ganamos unos minutos – Katze volvió a la computadora para intentar romper la barrera de comunicación que Júpiter había puesto y mandar un mensaje a Raoul.
Estaba en un espacio cerrado tarde o temprano los Guardias de Júpiter entrarían a ésta habitación. Katze sólo veía como sacar a Yumi y Maku del problema. A ninguno de los tres se les ocurrió que él era un objetivo también. 
- No puedo mandar ningún mensaje – renegó  Katze  odiándose por sus cortas habilidades cuando estudiaba tanto con Iason.
Hasta mientras Maku y Yumi habían ido a la única salida, la gran ventana que daba al vacío. Con la ventana abierta venían si había alguna posibilidad de esconderse en el precipicio.
-Sólo será unos minutos Yumi – le dijo para convencerlo y detener el temblor de su cuerpo – es esto o la muerte.
-Si – dijo Yumi sin mucho convencimiento.
Katze se tomó un segundo para respirar, sabía que la última notificación de la localización de Yumi y Maku era el departamento de Raoul Am ahora con el localizador apagado esperaba que no revisarán en el precipicio. Ignorando su terrible dolor de cabeza ayudó a Maku cuando primero sacó una pierna y luego la otra hacia el abismo pisando el estrecho dintel del muro exterior. 
 A esa altura era considerablemente pequeño el espacio entre el muro y la nada pero si se quedaban bastantes quietos era difícil que caigan. Podían sentarse y pasar desapercibidos.
Cuando el sofá que trancaba la puerta empezó a moverse rascando el piso con un chirriante sonido Katze agarró a Yumi y lo sacó por la ventana para que sea sujeto por Maku.
-Serán solo unos minutos Yumi – lo tranquilizó katze con una última caricia sobre la cabeza a aquella personita que lo había cuidado con tanto cariño, Yumi lo miró con horror en sus ojos violetas.
-¿No vas a venir? ¡¡Katze! No puedo dejarte.
-No hay tiempo – le dijo soltándolo cuando Maku lo afirmó y cerraba la ventana dejando sólo unos milímetros de espacio para ser abierta por fuera. Escuchó a Yumi sollozar ahogadamente antes de detenerse y la puerta se abrió.
Para alejar su atención de la ventana había caminado hasta el otro extremo quedándose entre el sofá empujado y un estante de libros.  
Eran tres figuras humanoides, vestidos con ese extraño uniforme negro y el rostro cubierto  hasta la nariz por un casco metálico. Tenían sus armas en la mano.
- ¿Qué quieren? 
Hablar con ellos era inútil, no responderían solo porque alguien les preguntara, tenían órdenes y las cumplirían sin importar qué. 
Los androides se le acercaron silenciosos y eficientes, lo siguiente fue sentir un terrible dolor en el pecho que lo dejó inconsistente. 
Tres humanos eran las ordenes, los encontrarían sin importar donde se escondan.  
 
 
Raoul había llegado a la mitad de la reunión entre Iason y Orphe, estaban tratando asuntos de seguridad de Amoi a causa de las fotografías encontradas en esa sucia casa de Ceres y luego la información en el cerebro de Vladimir. Un grave asunto de seguridad se descubrió gracias a este incidente y todos los protocolos para proteger Amoi debían revisarse.
Esa no era el área de Raoul y no prestó mucha atención al asunto. Se divirtió mucho torturando a ese cerdo que había lastimado a su Azafrán en dos ocasiones y estaba seguro que el bastardo estaba no muy cómodo en su Laboratorio por tiempo indefinido con su compañero Clint. Había dejado específicas instrucciones a su equipo sobre como tratar con esos dos ante cualquier eventualidad.
Esperaba que la reunión acabará pronto y  hablar con Iason a solas. Necesitaba pedirle un último favor, después deseaba volver a casa y pasar los últimos momentos con su Azafrán hasta llegado el momento, con Yumi habían organizado un viaje para el día siguiente  a un planeta cercano, solo a tres días de viaje. 
Sabía que la neurocorrecion lo esperaba o incluso la eliminación, Júpiter iba a exigir la sincronización de memorias y sin el “sujeto de prueba” en Amoi… Raoul le explicaría todo desde el inicio, sus verdaderos motivos, sus verdaderos sentimientos… pensaba que iba a ser una conversación muy larga pero también podía resumirla en “Lo amo”. 
Pero sin importar la fiereza de sus sentimientos debía alejar a Katze de Júpiter a toda costa.
Todo esto porque una vez que Júpiter se enteró que dos de sus hijos estuvieron en Ceres por más de un día exigió explicaciones y las razones que dio Iason no fueron suficientes para ella, tuvo acceso a los recuerdos de Vladimir y VIO los tristes momentos de Katze en esa cruda habitación.  Júpiter lo encontró poca cosa, indignó e inmundo. Un chiquillo asustado que gritó el nombre de su hijo favorito sin dudarlo para salvar su carne, no vio el valor de callar la información de Raoul, solo a un desesperado que alardeo saber  quién era Raoul Am e igual no diría nada. Escoria.
Júpiter había llegado a la conclusión que para el puesto de un mestizo rebelde ya tenían a Riki en Eos y ordenó la sincronización de memorias inmediatamente incluso estando en la cápsula médica. ESA FUE LA RAZÓN por la que Raoul sacó a Katze antes de tiempo, acelerando la recuperación a costa de obtener un resultado menos óptimo que si permanecía más tiempo, pero Júpiter podría acceder a la cápsula y manipularla.
Con dieciséis años Katze no estaba listo para la sincronización y menos después de pasar por un procedimiento médico, estaría débil y su cerebro inmaduro para recibir tanto estrés de más de veinte años de información. Hacer eso podía llevarlo a la muerte. Júpiter fue clara: es un experimento… muchos fallan y se debe empezar de nuevo, no todos pueden ser resultados positivos. Era un riesgo sin importancia para ella. Lo fundamental  eran los datos.
Había ordenado que según el resultado de ésta sincronización se iniciaría otro de inmediato clonando al sujeto de experimentación de nuevo, y bajo nuevas hipótesis se implantaría los recuerdos en un recién nacido. Otro clon sería enviado a Guardián desde bebé para probar otras teorías y por último se intentaría clonar uno en su forma adulta sin importar cuántas veces tenga que repetir el experimento.
Raoul ya se sentía enfermo ante la idea de  cumplir la primera orden. 
No.
El no haría nada de eso, la neurocorrecion era la muerte para un Élite y él moriría antes de hacer eso a katze. 
Cuando un Élite pasa por ese procedimiento sus muebles y mascotas se cambian para no causar confusión, por eso estaba salvando a Yumi también. Júpiter no gastaría demasiados recursos persiguiendo a un mueble y a un sujeto de experimentación, Raoul confiaba que Iason logré sacarlos del radar de Júpiter para siempre. 
Si él huía también, Júpiter nunca descansaría hasta encontrarlos. 
 
 Cuando por fin acabó la reunión,  caminaron al ático en silencio. Iason no tenia mas pendientes urgentes que resolver, desde su partida a Ceres este era el primer momento que podía volver a casa. Júpiter lo había tenido bastante ocupado.
Las palabras de Riki aún resonaban en su cabeza sintiendo una extraña punzada de dolor que latía en su pecho, incluso durante su comunión con Júpiter fue extraño no poder ocultar el malestar. Iason no era un sujeto que se pueda lastimar emocionalmente de manera sencilla, casi imposible pero esas palabras lo hirieron porque no entendía cómo Riki podía pensar así después de todo lo que hacía a diario por él e incluso por todos los mestizos de Ceres con la Reforma en camino… ¿Era un eco del pasado? Sí, Iason había sido un maldito y podía entender que Riki todavía lo viera en ocasiones más como un patrón de comportamiento. 
Suspiro. 
Pero Riki había vuelto al ático y estaba ahí a pesar de no tener obligación de hacerlo ¿O era sólo por Katze? En todo caso tal vez estaría en la casa de Raoul… 
No, Riki lo amaba y después de su inicial explosión ahora estaría dispuesto a escuchar y hablar. Era aferrarse a eso con todas sus fuerzas mas que todo para no dejarse consumir por su imperiosa naturaleza Blondie de ser temido y respetado a toda costa. 
Ciertamente no quería volver a la época de infligir miedo en Riki, sería retroceder demasiado. Aunque había deseado cerrarle la boca de un golpe, arrastrarlo por el cabello a la cama, restringirlo con grilletes y activar el anillo de mascota hasta las lágrimas. 
No era un escenario fantasioso, eran terribles recuerdos del pasado… ¿Volver a eso?
No, Iason era coherente con lo que pensaba, hacía y decía. 
Intentó poner todos los sentimientos de Riki hasta el fondo para un posterior análisis y concentrarse en mirar a Raoul que caminaba a su lado con la misma expresión seria. 
Iason estaba tan molesto con Raoul, para él la educación de Katze fue un fracaso, Raoul había convertido al niño  en un engreído y mimado que se sentía capaz de hacer los más absurdos berrinches que el resto debía resolver después… ¿Era necesario enumerar las consecuencias?
Con Katze recuperándose esperaba una buena explicación de su parte, luego  tendría que valorar con frialdad cada aspecto… Aunque sabía con simpleza que ahora ya no confiaba en él. En su primer tropezón había sido capturado por un enemigo y torturado para escupir información, para Iason era cuestión de suerte que Katze no haya dicho nada y podía estar agradecido de mantenerse vivo pero cualquier futuro bajo su ala era un camino incierto. Katze tendría que trabajar muy duro si quería recuperar la confianza invertida.
Cuando ingresaron al ático no fueron recibidos por Cal, por su aire presuroso se adentraron sin prestar atención a ese detalle, dejaron sus túnicas sobre un sofá dispuesto y caminaron rumbo a la oficina de Iason en casa.
En un rápido vistazo del interior Iason vio a Cal en la cocina limpiando los mesones, tenía la cabeza gacha y  el cabello sobre el rostro.
 Cal había informado de la llegada de Riki al ático el día anterior y sin ninguna otra noticia suponía que a estas altas horas de la noche podría  estar durmiendo.
-Bien ¿Qué es eso que tienes que mostrarme? – preguntó Iason sentándose con un movimiento delicado en su silla de respaldo alto. Nada demostraba lo cansado que estaba. Raoul sin más esperas puso sobre la superficie plana del escritorio el metal circular que antes era la pulsera de katze. 
Iason arrugo el entrecejo, lo único que quería era ir a conversar con su Riki, se podía decir que estaba ahorrando su paciencia para tratar los temas en la habitación y Raoul venía con esto.
-¿Qué significa? – junto los dedos enguantados bajo la barbilla y esperó, una mirada verde bastante fatigada se posó en él.
-Sabes lo que significa – murmuró apenas, levantando el aro y dejándolo rodar por el escritorio, cuando perdió impulso se tambaleo ruidosamente, la voz de Raoul se mezcló con el tintineo.
Le contó sobre la alta apuesta que Júpiter había echo al experimento, sus intenciones de seguir con la sincronización de memorias sin importar que podría matar a Katze, y los nuevos clones que significaba  que ella nunca se detendría. El azar disfrazado de experimento.
 -Katze y Yumi partirán mañana. Me quedaré para afrontar las consecuencias. 
-Y quieres que los ponga en resguardo – Iason afirmó, no necesitaba preguntar nada a Raoul, se pasaba por la frente dos fuertes dedos dando masajes  ¿Cuándo se había salido todo de control? ¿Cómo habían llegado a esto? 
-Si, cuídalos – sabía que Katze iba a estar molesto cuando se entere que nunca se uniría a ellos en su viaje, pero estaría a salvo y vivo, era lo único importante – Con el paso del  tiempo tal vez puedan volver a Amoi,  por favor Iason, los pongo en tus manos. 
-Primero katze tiene la osadía de morirse y hacerme pasar todo esto y ahora tú vienes con estas noticias ¿Por qué me haces esto Raoul? Me  obligas a ver cómo pierdo a mi mejor amigo.
Compartieron una mirada cargada de entendimiento, pero Raoul continuó sin querer prolongar el silencio.
-Inmediatamente al salir de aquí iré a mi laboratorio y destruiré toda muestra de material genético de Katze, todo lo que tenga su ADN, también tendré que borrar de manera definitiva su banco de memoria. Te tocará hacer lo mismo de tu computadora.
Pasando los dedos sobre la frente no dejaba de mirar a Raoul, molesto.
-Sabes Iason, debo confesar que aún si Júpiter hubiera respetado los dieciocho años para hacer la sincronización de memorias, después de lo vivido en Ceres me doy cuenta que Katze no necesita esos recuerdos. Serán una pesada sombra que arrastrar ¿No te parece?
-Desde el primer momento que decidiste traerlo de vuelta sabías del contenido de esos recuerdos, incluso te arriesgaste a provocar la ira de Júpiter y terminas haciéndolo de todas formas. No te entiendo ¿Por qué cambias de opinión arriesgando tu vida?
-Lo sucedido en Ceres…  puedes llamarlo una “revelación”, pero comprende ¿No crees que ya pagó demasiado a causa de esa vida? Él aguantó esa tortura Iason, siendo testigo de su sufrimiento ¿deseaste que hablara? Hubiera preferido que les diga lo que querían si así se salvaba del dolor. Pensar que en esos recuerdos hay más información que quieran sacarle así... – Raoul hizo una pausa juntando sus fuerzas, estaba tan cansado y herido. 
-Katze nunca necesitó que nadie lo cuidara, era completamente autosuficiente.   Te lo advertí cuando todavía era un niño.
Iason sonó tan convencido que Raoul consideró preguntar algo que hace mucho quería saber, dado que no tendría otra oportunidad lo hizo –  ¿Qué hubieras echo en mi lugar, con un Riki recién nacido en tus brazos?
-Lo dejaría en Guardián – contestó sin pensarlo mucho – No sería el mismo ambiente o círculo de personas pero estaría más cerca de tener las mismas experiencias. La vida se encargaría de moldear al nuevo Riki tan parecido al que realmente amo. A sus quince años me encargaría de replicar nuestro primer encuentro.  
-Bueno, esa es  la principal diferencia – observó Raoul sin apartar la mirada de lo que antes era una pulsera –  Tú harías que sea lo más parecido al Riki que amas hoy. Yo sólo quería darle una vida feliz.
Sin ser capaz de hacer pasar el mal sabor que dejaban estos eventos Iason tocó con impaciencia el comunicador de su reloj de mano que lo ponía en contacto con Cal. Ya era bastante malo que no se haya acercado a recibirlos y ahora no se preocupe de sus deberes al siquiera ofrecer algo de beber.
Ajeno a eso, Raoul se puso de pie caminando hacia la ventana y miraba el paisaje nocturno adornado de estrellas, cada una tan lejana. Se preguntaba como sería existir sin saber lo importante que era katze, mirar el cielo y no saber que estaría en cualquiera de esas estrellas. 
-¿Qué esta pasando? ¡Cal se atreve a ignorar mi llamado! – más allá de su tolerancia   para soportar que algo se salga de control, Iason estaba dispuesto a castigar a Cal por su transgresión.
Raoul fue tras Iason cuando salió de la oficina a zancadas largas y decididas, un fino bastón de cuero largo y delgado en mano sacado de una gaveta. Podían escuchar al mueble limpiando aún los mesones.
Cal no cambió el ritmo lento e ensimismado de sus movimientos en limpiar de arriba a abajo una y otra vez el mismo lugar del mesón mientras se acercaban. Ni siquiera cuando Iason anunció su presencia dando un golpe a la pared más cercana con un movimiento del codo que mandó el golpe a una altura baja.
Toda la ira que se estaba canalizando en Cal se transformó rápidamente en miedo, miedo real. Dejando caer el instrumento de castigo Iason se adentró rápidamente por los interiores de su casa en busca de Riki.
Raoul también lo entendió todo, la actitud de Cal tenía otra explicación. Una mucho más siniestra que una simple mala conducta. Cuándo Iason volvió de su búsqueda de Riki sin resultados, encontró a Raoul depositando a Cal de supino contra un sofá. 
-Esta catatónico – explicó mientras le cerraba los ojos al joven mueble – Necesito darle algún tipo de sedante. Cuando despierte puede que este normal o no, sin estudios es difícil saber – Cal no era diferente a un maniquí viviente – Suele ocurrir por lesiones físicas o una vivencia estresante.
Iason estaba registrando las palabras de su hermano pero gran parte de su concentración estaba en revisar el rastreador de Riki, pero arrojaba la señal en las áreas del ático, eso sólo significaba que las botas estaban aquí. Paso a buscar en las cámaras de seguridad de inmediato.
Raoul mandó un mensaje a su asistente para que recogiera a Cal lo antes posible y le administrara atención médica ¿Era lo mejor ir a casa para ver a Katze? Una corazonada le dijo que algo malo estaba pasando en su casa también, todo esto de alguna manera relacionado.
De un momento a otro  las funciones del brazalete de Iason se interrumpieron y Júpiter activó la llamada entrante. Raoul recibió la misma llamada. 
Contestaron al mismo tiempo.
-Vengan a mi – resonó en su voz metálica y extrañamente pronunciada.
Iason contuvo el aire, su corazón errático martillando contra sus costillas sintiendo la mano de Júpiter detrás de todo esto. 
Con paso decidido y sintiendo un extraño escalofrío subiendo por la espalda tomó su túnica del sofá, a punto de salir recordó a Raoul.
-¿Vienes o no? El llamado también era para ti.
-Nadie contesta en casa ¿Tú crees que Júpiter…?  – dejó colgando la pregunta incapaz de encontrar alguna palabra para describir sus innumerables miedos. Tomó su túnica también y caminaron al ascensor. 
Sin duda el camino a Júpiter nunca antes había sido tan largo.
 
 
Júpiter esperó.
Júpiter siempre estaba esperando.
Tenía expectativas basadas en la realidad sobre qué esperar de sus hijos. Los había creado perfectos a todos como un espejo de ella misma ante la inútil existencia mortal de los humanos. 
Júpiter observaba.
Su hijo predilecto, el favorito por encima de todos era su orgullo. ES su orgullo, el pilar de su Creación para que la inteligencia artificial lograra interactuar con la humanidad.
Iason lo era todo. 
Tan perfecto que ni sus inusuales preferencias lo alejaron de ser ni un poco menos que eficiente y fundamental en su sociedad. Su atípica selección de mascota no le preocupó siendo Iason parte de su núcleo sólo apartó la mirada con tolerancia. 
ZM107, pronto tuvo un nombre propio que resonó por su cuenta, Riki, mestizo de la más baja clase ni siquiera era digno de ser un mueble, al parecer un ladrón. Pero si Iason puso su atención transformó un elemento sin valor en una piedra preciosa. Riki era alguien porque su hijo así lo quiso. 
Júpiter sufría.
¿Perder a Iason? ¡Jamás! Dana Bhan le mostró que podía sentir dolor, no físico ni nada que se pueda parecer. Razonó que para conservar al sol de su existencia lógica debía aceptar como parte de su “cultura” a Riki el mestizo, bajo la etiqueta que su hijo quisiera darle ¿Iason feliz? Júpiter en paz. 
Las reformas a Amoi fueron inesperadas ¿Entonces Iason ya no quería una mascota? Quería un ciudadano libre viviendo en derecho con él ¿Por qué Riki? ¿Qué tenía él?  ¿Era por el estándar de belleza alta?  muchas mascotas son más hermosas,  ¿entonces  era su “personalidad”? desafiante, arrogante, despreocupado y sin sentido real de la superación. 
Júpiter no se equivoca.
Siempre estuvo interesada en Riki y la razón por la que Iason lo mantenía. 
Entendió mucho después del incidente de Dana Bhan, ahí reconstruyó a Riki y tuvo acceso a su memoria sin restricciones. Escrudiñar sus recuerdos fue muy interesante, una criatura más compleja que su simple exterior diario. Había sueños y anhelos ¿En verdad? Parecía a la vista que Riki sólo vivía el presente sin proponerse nada pero en su mente tenia la superación arraigada, la bravuconería un disfraz para sus constantes temores ¿Estos eran los mestizos? Yendo más profundo encontró algo más…. Fuerte y envuelto en fuego. Amor por Iason. Pero sin perder de vista nada ¿Quién no amaría a Iason? 
Al igual que amor, Júpiter encontró miedo. Riki era una criatura luchadora que no se dejaba vencer por sus propios miedos.
Sin embargo tantas cosas habían cambiado desde Dana Bhan.
Ahora Riki iba y venía sin son ni gracia. Haciendo de Eos su propia casa, de la que entraba y salía sin ofrecer explicaciones a nadie.
Antes de poder tener algún algoritmo coherente de Riki, su otro hijo, el segundo. Raoul Am viene con una propuesta inesperada. Aceptó iniciar el experimento viendo los múltiples beneficios que un humano con personalidad decente digno de la confianza de Iason podría dar. 
Esperando los resultados de la sincronización de memoria aceptó las Reformas a Amoi. 
¿Ciudadanos los mestizos? 
¿Esa escoria sin valor? Sólo después de ver los resultados de la sincronización de memorias al “sujeto de experimentación” y desmenuzar su banco de memoria episódica. Comprender qué hacía especial al ex mueble podría iniciar un proyecto que había reservado para algún evento parecido.
Podría aislar los patrones de conducta que hacían digno a ese mestizo ex mueble e insertarlos en la mente de todos los mestizos de Guardián para que de ahí en adelante Ceres tenga su población llena de ciudadanos con patrones de conducta ACEPTABLES. 
Una Reforma para personas reformadas. 
Pero, ¿qué haría con los mestizos que estaban en las calles tan parecidos o peores que Riki?
Debía encontrar una solución…
 Júpiter le mandó un mensaje al hacerlo presenciar el alcance de su poder cuándo le demostró que no necesitaba de humanos para hacer vida. Esa noche en el Laboratorio de Raoul Am vio nacer a uno de los suyos… “Yo puedo todo”, le dijo al insensato mestizo que nunca entendió su lugar y como madre Creadora fue insultante verificar el poder que tenía Riki sobre su hijo favorito. No era coraje, no era fuego, para Júpiter sólo una muestra de estupidez. No  comprendía la JERARQUÍA DE AMOI.
Júpiter podía hacer TODO. Y recordaría a su hijo favorito la estructura de Amoi, el orden real de las cosas. Sólo ella estaba por encima de Iason Mink, no un mestizo rebelde.
“-Monstruo sin alma, psicópata controlador  con complejo de dios obsesionado… ¡Odio con todas mis fuerzas el día en que te conocí!”.
En Amoi todo es perfecto por que la JERARQUÍA se respeta, sin jerarquía no hay orden y sin orden el caos  espera como parada definitiva. Tal y como demostraban las evidencias que mostraría a Iason.
Eso era todo.
¿Estaba exagerando? 
Júpiter era justa y lógica. 
Iason nunca ordenó hacer una copia de memoria a Riki, aún después de lo sucedido en Dana Bhan, tampoco tenía material genético reciente. Caso contrario su ex mueble.   
Sin importar lo que Raoul Am este ocultando o intenté ocultar ella cumplirá con el experimento a como de lugar.
Por eso los tenía aquí, juntos a los dos mestizos cada uno en una cabina de manipulación mental. El sujeto de experimentación había convulsionado trece segundos después de sincronizar memorias, ahora estaba en fase de adaptación. El sangrado nasal no representaba un riesgo vital para conocer los resultados finales. Dentro de unos minutos más tendría un mapa de su personalidad y examinaría por primera vez a un humano con sincronización de memorias. Luego podría desecharlo. A Riki le extrajo todos los recuerdos de una bofetada cibernética y  lo dejó solo con las funciones básicas de su cuerpo. Un recordatorio a Iason sobre el orden real y productivo de las cosas. Además,  por mucho que Riki fuera ciudadano un día, nunca estaría a la altura de un Blondie.
Júpiter estaba molesta.
Júpiter estaba cansada.
Ella sólo estaba poniendo en orden su casa.
Los Élites como Gideon merecen la neurocorrecion, los muebles como Yumi y Maku el reciclaje junto a esa mascota.
Raoul Am, podría ver los resultados de su experimento antes de cumplir con su  trabajo siendo un verdadero Blondie.
 

Notas finales:

Gracias por leer


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