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Broken por Sh1m1

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Draco y Harry se habían vuelto a Hogwarts a cursar el último año. La casa se veía infinitamente más sola, y con la partida de los chicos, Narcisa y Lucius vieron como ahora más que protegidos, como se suponía que serían, eran meros prisioneros. Y molestos, al parecer.

Siempre tenía que haber al menos dos miembros de la orden en la casa, Lucius había llegado sin varita, pero la de Narcisa había sido convenientemente manipulada por Kingsley en calidad de auror.

Útil para calentar el té pero poco más que para clavársela en un ojo a cualquier atacante.

—¿Y si los dividimos?—preguntó la del pelo rosa, la que manoseaba a Remus.

—No, es más seguro tenerlos juntos—dijo Kingsley.

Lucius había tratado alguna vez con él, un auror incorruptible, pero en este caso no era como si él o Narcisa fueran a salir corriendo a reunirse con sus antiguos compañeros. Ese reencuentro tenía visos de acabar con ellos muertos muy dolorosamente.

Los dos aurores y Remus les miraron mientras ellos tomaban el té.

Ese día al parecer tenían problemas para ser dos al menos en Grimmauld Place.

Lucius no pudo evitar encontrarse con la mirada de Remus, e hizo algo que no estaba en su ADN. Ofrecer ayuda.

—¿Y si os ayudamos? Algo habrá que podamos hacer, además de tomar té.

Hasta su mujer se le quedó mirando con sorpresa.

Remus le miró dudoso, y Lucius se dijo a sí mismo que tenía que dejar aquello de querer ser visto.

—¿Si un mortífago os ve sabéis que estáis muertos, no?—dijo Remus mirándole profundamente.

—Yo me pido a Narcisa—dijo la rosita, ante la sorpresa de los otros.

—Tú vienes conmigo, tengo una tarea perfecta para ti—dijo Remus, y a Lucius le comenzó un tonto cosquilleo por la entrepierna bastante preocupante.

Lucius se despidió de su esposa de un humor excelente. La mujer aún no daba crédito, pero salir de allí llegados a ese punto era hasta emocionante.

Cuando los otros se fueron, Lucius difícilmente podía contener al expectación.

Remus le apuntó con su varita, y le cegó. La cosa no era tal y como él pensó, ciertamente.

Pero cuando sintió su mano, su brazo alrededor suyo juraría que emitió un gemido bajito y nada digno.

El tirón de su obligo le dijo que se habían aparecido, y cuando sus pies tocaron el suelo Remus no se apartó de él rápidamente, podía sentirle contra su cuerpo. Pero no fue tan largo como le hubiera gustado ni acabó como él hubiera deseado, su veela hubiera deseado, claro.

El carraspeo y su visión recuperada, le hicieron parpadear muchas veces seguidas. Remus le miraba un poco aturdido, pero dos pequeños lobos gruñéndole con las fauces llenas de dientes apretados le quitaron magia al momento.

—Sam, Luca, basta—dijo tan autoritariamente Remus, que a Lucius se le pasó hasta el miedo.

Los lobos dejaron de gruñir y mostraron sus estómagos como dos cachorros.

Lucius miró a su alrededor, ¿dónde demonios estaban?

—Es día de recolecta, dos manos más vendrán bien.

Los lobos iban entrelazándose entre las piernas de Remus casi sin dejarle caminar pero él solo sonreía y acariciaba sus cabezas.

Luego vio un poblado, unas casuchas mal montadas, y unas gentes sucias y desaliñadas.

¿Dónde demonios le había llevado?

—Malfoy, esa chaqueta te sobrará, créeme—le dijo Remus con una media sonrisa.

Cuando volvieron a Grimmauld Place, Lucius solo quería morirse pronto, morirse y no resucitar en su vida.

Le dolía todo el cuerpo después de estar recogiendo fruta durante horas, parecían décadas.

—¿Qué tal ha ido tu día, querido?—le preguntó Narcisa metida ya en la cama.

—No vuelvo a ofrecerme para nada, Cissy, para nada.

Narcisa arrugó la nariz, su marido olía a tigre, y cuando cayó en la cama en plancha y bocabajo pudo ver como su ropa estaba toda sucia.

Mejor no le contaba que ella había estado tomando el té con su hermana Andromeda y como había quedado con ella para el día siguiente.

A Remus esa noche le costó dormir, pero por otro motivo, uno muy rubio que encajaba a la perfección contra su cuerpo. ¿Además de apareciéndose habría alguna manera de poderlo volver a abrazar de ese modo?

 

 

Notas finales:

¡¡Señores, dejen de tocarse!!

O no.

Hasta el próximo capítulo.

Shimi.





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