Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Broken por Sh1m1

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Dora estaba rara, Lucius estaba raro, Narcisa estaba rara, incluso Andrómeda lo estaba. Y Remus no entendía nada.

Hacía días que Narcisa Malfoy se había instalado en la casa de su hermana, algo que no solo iba en contra de lo que la orden y el mismísimo Dumbledore habían hablado, sino que además era un peligro. En Grimmauld estaban protegidos por los fuertes hechizos y el encantamiento fidelio. Ya era un riesgo que la mujer fuera tanto a visitarla, pero ¿trasladarse?

Lo peor era que Lucius no decía nada, solo se quedaba mirándolo como si tuviera un gran secreto que solo ellos dos conocían.

Luego estaba Tonks, que le evitaba constantemente. Con misiones, con evasivas. Remus en cierto modo sentía que se lo merecía, porque consideraba que no estaba a la altura de lo que la chica merecía. Pero nunca pensó que ella le esquivaría de ese modo.

Y luego estaba la carta de Dumbledore, sobre estar más pendiente de Lucius Malfoy, colaborar más estrechamente con él, ¿más? Pensaba Remus, si se pasaba las malditas horas pendiente de él incluso cuando ni siquiera estaban juntos.

Y Lucius estaba raro, estaba tan raro que le daba repelús a veces, lo malo era que no era de ese malo, sino de uno demasiado cálido. Y en Grimmauld place solo quedaban ellos dos, y sentía una presión en el pecho que parecía devorarlo, devorándolo sino estaba en la misma habitación que él, sino hablaba con él, sino se acercaba por cualquier estupidez a él.

Y todo volvía a empezar de nuevo, Narcisa fuera, Dora evitándolo y Lucius tentándolo.

Todo se fue a la mierda el día que Bill y Kinsley aparecieron y Remus casi muerde al más joven cuando intentó acariciarle el largo cabello a Lucius.

Remus se fue a encerrarse, pensando que aquel mes la cercanía de la luna llena le estaba afectando dd más.

—Necesito irme de aquí—se acuclilló en las llamas hablando por Red flu con Dumbledore.

Lucius se fue aquella noche indignadísimo a su habitación después de escuchar la conversación privada.

Estaba dejando tal cantidad de encanto veela que acababa agotado, ya no era un jovencito de 17 años echando efluvios a diestro y siniesto.

Pero sabía que funcionaban, el joven Weasley había caído en medio segundo por él en su última visita, y sin embargo, no parecía tener efecto alguno en Remus.

Estaba indignado, dolido y humillado. Y encima ahora decía que quería irse.

Su mujer le había dejado y este maldito hombre no reaccionaba, Lucius había notado cosas, o creía haberlas notado. ¿Podría solo ser su veela inventando cosas? No quería volver a ser tan drástico como cuando se arrancó las alas, pero estaba a un pelo de cortarse la melena, y eso sí que no. Las alas eran una cosa, su melena era sagrada.

Así que hizo lo único que se le ocurrió, se inclinó sobre su propia chimenea, y metió la cabeza en ella.

—Hola padre—vio a Draco del color del fuego—¿cómo está yendo todo?

—Mal—se quejó Lucius, y Draco se temió lo peor.

—¿Ha pasado algo? ¿Os han encontrado?

Lucius se sintió un pelín culpable, ellos en mitad de una guerra y él con problemas de desamor.

—No, esa parte está bien. Es solo que tenía una duda, duda v-e-e-l-a—dijo mirando a su espalda.

—¿Y?—La sonrisa socarrona de su hijo no le gustaba, se parecía demasiado a la suya. Ya se estaba arrepintiendo de tener que acudir a él, que llevaba un segundo como veela comparado con él.

—¿Usaste con Potter tu encanto?—preguntó casi abochornado.

—En cantidades industriales—sonrió Draco.

—¿Y?

—No sirvió de nada—a Lucius se le paró el corazón—, parecía el único inmune.

—¿Él también?—reflexionó Lucius.

Ahora la sonrisa de Draco era del todo malévola.

—¿Así que Lupin no cae rendido a tus encantos?—La cara de espanto de Lucius al ser descubierto hicieron a Draco reírse, maldito hijo único soberbio y mimado.

—¿Tu madre?—preguntó.

—Por supuesto.—El rostro de su hijo cambió a uno más piadoso—En él no tuvo efectos porque ya estaba enamorado de mí, solo que él aún no lo sabía y yo no era consciente. Quizás...

Lucius lo pensó unos segundos, ¿podría ser eso? ¿O que lo que sentía por la joven Tonks era mucho más fuerte?

—Lo de estar medio desnudo enseñándole las alas también ayudó—recordó Draco, cuando se dio cuenta de lo que había dicho y de la cara de enfado de su padre comenzó a alegar fallos en la conexión flu.

Lo del semidesnudo era una opción, un tanto vulgar para su gusto, claro, pero lo de las alas no iba a poder ser. Y se volvió a arrepentir de aquel estúpido arrebato.

Solo de pensar en acariciar a Remus con ellas le erizó la piel, se retiró el hollín de las rodillas e intentó idear un plan desesperado para hacer una aparición fina y elegante con menos ropa de lo habitual antes de que Remus consiguiera escapar de él.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).