Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Gods and monsters por marga33

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Sasha abrió los ojos lentamente, lo primero que vio fue el techo con manchas de humedad y lo primero que sintió fue el penetrante frío siberiano. Estaba recostado en la litera de arriba, sobre un colchón tan delgado que no parecía estar ahí, sin mantas ni almohadas. Se sentía extraño, pero no le sorprendía. La noche anterior, luego de que Vasya lo obligara a tomar la pastilla, el dolor había desaparecido, reemplazado por una sensación de cansancio y confusión y una vista borrosa, había sentido calor en las mejillas y pensamientos extrañamente felices. Pero el efecto se había disipado y sentía todo el cuerpo dolorido.

Se incorporó lentamente, no recordaba casi nada después de la droga. Podía escuchar que la radio ya estaba encendida en la zona común de la celda, desde donde se oían voces. Sasha se bajó de la litera y echó un vistazo a la de abajo, estaba vacía. Caminó hacia la zona común donde la animada conversación se detuvo de golpe a su llegada.

-¿Cómo dormiste, gatito?-le saludó Vasya sonriente. Sasha se fijó que el chico turco, Idris, sentado junto a Vasya lo miraba con el más intenso de los odios.

-Bien, gracias-dijo Sasha, después de lo de ayer no quería pelear, aquel tipo era demasiado fuerte. Tampoco quería ser su maldito gato, pero si quería matarlo iba a tener que hacerlo de forma inteligente.

-Miren que bien se porta cuando no tiene sueño-dijo Lev, un hombre musculoso y también lleno de tatuajes, haciendo que Vasya soltará una carcajada.

-¡Igual que un niño!-exclamó Vasya entre risas, Sasha sintió como la cara se le enrojecía. Idris soltó un bufido y se levantó bruscamente de la mesa largándose a su litera.-Alguien esta de mal humor-dijo Vasya con tono distraído.

Sasha se acercó a la mesa y tomó una silla, era temprano y todavía faltaba para que abrieran las celdas ese día, pero Vasya se levantó con una mirada repentinamente peligrosa y un cigarrillo entre sus dientes.

-¿Quién te dijo que podías sentarte con nosotros?-dijo con tono frío mientras le agarraba el delgado cuello con una mano.-Supongo que es difícil domesticar a un gato-dijo mientras con la otra mano se sacaba el cigarro de la boca para aplastarlo en el hombro de Sasha. El rubio chilló al sentir como la colilla le quemaba la piel dejando un pequeño circulo al rojo vivo. Vasya le apretó el cuello con más fuerza-No estés chillando tan temprano, imbécil.-Lo arrojo contra el rincón del fondo donde calló junto al cuerpo acurrucado de Alyosha.-Vuelve a molestarme y serás mi cenicero por una semana.

Vasya se volvió a sentar mientras Sasha se incorporaba, se llevó los dedos a la quemadura y apretó los dientes con fuerza para contener las lágrimas. Sí, iba a matar a Vasya. Iba a planearlo como era debido y cuando se deshiciera de él nadie lo jodería de nuevo, lo apuñalaría todas las veces que fuera necesario, iba a arrancarle los putos ojos, iba a…Sasha se obligó a detener el torrente de pensamientos asesinos que inundaban su cerebro. Recordó las clases de manejo de ira de la correccional y se puso a contar sus respiraciones hasta el que velo rojo de la furia fue levantándose. No podía matarlo, no sin arruinarse la vida en el proceso. Una cosa era lograr matarlo, otro que no lo atraparan. No iba a pasarse el resto de su vida allí, con Vasya o sin él.

Volvió a quedarse con la vista fija en la espalda del mayor, se preguntó si volvería a darse cuenta de que lo miraba, pero ya comenzaba a ver que la violencia con Vasya era bastante gratuita. Lo odiaba, pero tenía que admitir que le gustaban sus tatuajes, tenía muchos: en el pecho, los hombros, los brazos, la espalda, hasta en los dorsos de las manos. Se quedó con la mirada perdida en el tatuaje de tigre hasta que abrieron las celdas y llamaron al desayuno, Alyosha y él se quedaron sentados hasta que la celda estuvo desierta.

-Parece que le caes bien-le dijo Alyosha, Sasha le miró confundido.-A Vasya quiero decir, nunca le había dado a nadie una cama la primera noche.

-Uy si, somos mejores amigos-dijo Sasha con tono cargado de sarcasmo mientras le señalaba la quemadura.-El tipo es un psicópata.

-Un psicópata que puede hacerte la vida mucho más fácil-dijo Alyosha parándose para ir a la cafetería, Sasha le siguió.

-¿Qué estás sugiriendo?-dijo el rubio receloso.

-Solo digo que si te esfuerzas por complacerlo tu vida podría ser todo lo buena que puede ser una vida en este lugar-le aseguró Alyosha.-Te estoy hablando de cigarros, drogas, trato especial, dulces…

-¿Me estás diciendo  que me prostituya por unos cigarros y un poco de chocolate?-saltó Sasha incrédulo.

-Y por protección-dijo Alyosha.-Además, tendrás suerte si consigues algo a cambio, los tipos como Vasya toman lo que quieren. Él va a hacer lo que le de la gana contigo, si te resistes solo vas a terminar sufriendo-dijo Alyosha con voz triste.

-Si el bastardo piensa hacerme algo no se lo voy a poner fácil-gruñó Sasha con terquedad.-¿Por qué Idris estaba tan molesto?

-Supongo que es porque es como el fan numero uno de Vasya, el tipo lo idolatra-dijo Alyosha.-Es lógico que después de haber pasado años sirviéndole a alguien que te hizo dormir en el piso por un mes te ponga furioso que a otro le den una cama la primera noche.

-Fabuloso-dijo Sasha poniendo los ojos en blanco.-Alguien más con ganas de romperme los huesos, no puedo esperar.

 

*****

 

Se pasó el resto de la mañana en el patio con Alyosha, al parecer el chico no tenía otros amigos, aunque era bastante agradable. Todavía no le habían asignado un trabajo y aunque habría agradecido tener algo que hacer, dudaba de que fuera de mucha utilidad con la muñeca rota.

Estaban en un rincón del patio donde daba el sol, en aquella época del año el sol se encontraba en lo alto las 24 horas, estaban demasiado al norte, demasiado cerca del círculo polar. Un tipo al que no conocía se les acercó, Alyosha bajo la vista al instante mientras su cuerpo se ponía a temblar.

-¿Cómo estás Aly?-dijo con voz burlona haciendo que el pelinegro temblara aun más. El tipo era alto y fuerte, con el cabello rubio muy claro y un tatuaje de serpiente alrededor del cuello. Alyosha no dijo nada y el tipo frunció el ceño mientras le daba una patada.-Contesta cuando te hablan, zorra.

-Hola Fedrek-dijo Alyosha con un hilo de voz, sin levantar la vista. Fedrek sonrió y dejó caer una rodilla en el piso para quedar a su altura.

-Así esta mejor-dijo pellizcándole la mejilla magullada. Se giró hacia Sasha quien se encontraba tenso junto a Alyosha sin dejar de mirar hacia el frente, tampoco paneaba meterse en peleas que no eran suyas.-¿Imagino que tu eres el famoso gatito?

-La última vez que revise era humano-dijo Sasha con tono áspero.

-Sabes a lo que me refiero-le respondió Fedrek con la misma aspereza.-Si Vasya decide que eres un gato, pues entonces eres un puto gato, acostúmbrate.-Fedrek soltó a Alyosha y se irguió.-Vasya te quiere en la celda, ahora.

-¿Para qué?-preguntó Sasha mientras se le revolvía el estómago.

-Mi trabajo era decírtelo y mi trabajo está hecho-dijo Fedrek aburrido.-Si lo quieres dejar esperando es cosa tuya-le pegó otra patada a Alyosha quien dio un salto.-Tu te vienes conmigo.

-Yo iría si fuera tu-susurró Alyosha en el oído del rubio antes de levantarse y seguir a Fedrek de vuelta al edificio.

Sasha se quedó clavado en el suelo, sentía como si se hubiese tragado una piedra. Habría sido mejor si el tipo lo hubiera arrastrado allí, no lograba decidirse, ni moverse. El hecho de saber que cada segundo que dejaba pasar empeoraba las cosas solo le hacía más difícil levantarse. Finalmente se puso de pie y camino como autómata hacia su celda, sentía los pies pesados, como si fuese directo a la horca.

Entró en la celda, Vasya estaba solo, de espaldas a la puerta, mirando por la única ventana en la habitación. Sasha se imaginó apuñalándolo varias veces.

-¿Llamaste?-preguntó Sasha con un patético hilo de voz, se maldijo a sí mismo por ser tan trasparente. Vasya se giró y se acercó a él, su rostro estaba impasible, alzó la mano y le dio una bofetada que hizo al rubio girar el rostro y casi lo tira al piso.

-Tardaste-dijo Vasya mientras Sasha se llevaba la mano al cara, probablemente iba a dejarle una marca.-Cuando te llamo, tu corres-dijo con tono frio mientras se dejaba caer en una silla.

-Lo siento-dijo Sasha intentando controlar su ira.

-Eso está mejor-dijo Vasya, había vuelto a sonreír, pero su sonrisa era tan o quizás más aterradora que su rostro serio.-Hay que limpiar la celda-dijo mientras encendía la radio.-Hay cosas de limpieza en el baño.

Sasha se largó a buscar las cosas enseguida, no iba a discutir por eso, de hecho estaba más que aliviado de que solo se tratase de eso. Tuvo que usar un cepillo de gruesas cerdas para limpiar el piso de cemento luego de barrer todas las colillas. Vasya se quedó sentado en la mesa escuchando las noticias y fumando un cigarro tras otro, Sasha suspiró, se moría por fumarse uno.

-¿Puedo preguntarte algo?-dijo Sasha después de un rato de armarse de valor. Vasya lo miró curioso y asintió con la cabeza.-¿Por qué me diste una cama? Tu dijiste que había que ganársela.

-Supongo que porque te la ganaste-dijo Vasya encogiéndose de hombros. Mientras se llevaba la mano al bolsillo y sacaba el trozo de espejo de la otra noche.-Intentaste matarme el primer día, y fue un bien intento.-Vasya hizo girar el trozo hábilmente entre sus dedos antes de clavarlo con fuerza en la mesa de madera.-Ahora, si sigues intentándolo ya no habrá más recompensas, mejor dicho todo lo contrario.

-Entendido-dijo Sasha mientras volvía a frotar el piso en cuatro patas. Se sentía extrañamente alagado, sacudió la cabeza con rabia, es cierto que estaba algo perturbado, pero no tanto.-Gracias-agregó con voz insegura sin saber muy bien porqué, su cara volvía a estar roja.Pudo sentir la mirada del mayor clavada en él y no pudo evitar mirarlo de reojo. Los descoloridos ojos de Vasya lo examinaban de forma interesada y fría a la vez, le recorrían el cuerpo como si lo estuviesen evaluando.

-Deja eso-ordenó Vasya mientras apagaba su cigarro. Sasha lo miró nervioso pero dejo el cepillo enjabonado y se levantó obedientemente.-Sácate la ropa-dijo Vasya en el tono más casual del mundo.

-¿Por qué ahora?-preguntó Sasha confundido. Vasya se limitó a acercársele haciéndolo retroceder hasta dar con la pared. Vasya apretó su cuerpo contra el del rubio el cual pudo sentir la erección palpitante del vory contra su vientre.

-Por que me la pones dura-dijo Vasya con voz ronca.-No es como si necesitara otra razón.

-¡Que me dejes cerdo asqueroso!-gritó Sasha perdiendo el control, intentó darle un rodillazo en la entrepierna pero Vasya retrocedió a tiempo y le dio un puñetazo en el estomago que lo hizo caer de rodillas. Vasya lo agarró del cabello y lo arrastró a la litera donde había dormido.

-No me hagas destrozarte esa linda carita-dijo Vasya mientras lo arrojaba en la litera de abajo. Sasha intentó levantarse pero era inútil, antes de darse cuenta ya tenía el enorme y pesado cuerpo del mayor inmovilizándolo contra el colchón.

El mayor le arrancó la camiseta y sonrío ante la vista del cuerpo del rubio, el chico tenía un cuerpo delgado y curvilíneo, de tez muy pálida. Sus pezones eran pequeños y muy rosados y el vientre liso y suave al tacto. Sasha seguía intentando zafarse y Vasya perdió la paciencia agarrándolo por la garganta y estampándolo contra la cama. Sasha arañó las manos que lo asfixiaban frenéticamente mientras intentaba llevar aire a sus pulmones.

-¿Quieres que te suelte?-preguntó Vasya con tono burlón. Sasha asintió con la cabeza desesperado, incapaz de hablar. Vasya apretó con más fuerza haciendo que los ojos del rubio se llenaran de lágrimas.-¿Vas a ser un buen gatito?-Sasha volvió asentir, esta vez más lentamente, estaba un poco ido. Vasya lo soltó y Sasha se llevó las manos a la garganta adolorida mientras se esforzaba por respirar. Vasya le dio unos instantes para recuperarse y se sentó junto a él.-De rodillas-le ordenó mientras se abría el pantalón.

Sasha apretó los dientes con fuerza, todo el cuerpo le temblaba. Había estado seguro de que iba a morir, había sentido como el aire se acababa en su pecho. Y, sobre todo, había visto la expresión en el rostro de Vasya, sabía que este lo habría matado sin pestañear.

Se arrodilló entre las piernas del mayor y le clavó los ojos con odio, fantaseando con las formas más brutales de terminar con él, pero ya no tenía que controlar su temperamento. Al menos en aquel momento, el miedo era mucho más poderoso que cualquier otra cosa que estuviera sintiendo.

-Sí, esa es una buena expresión-dijo Vasya mientras acariciaba su rostro.-¿Me odias, verdad?-dijo sonriente. Sasha no dijo nada, seguía temblando. Vasya sacó su miembro ya erecto, era grande, grueso y palpitante, probablemente el más grande que Sasha hubiese visto. Vasya lo agarró con fuerza del cabello.-Di “ah”-dijo con voz burlona mientras lo llevaba a su miembro. Sasha abrió la boca.-Cuidado con lo dientes.-gruñó tirándole el pelo.-Lame la punta.-Sasha pasó lentamente la lengua por la cabeza del miembro, tenía un sabor salado y fuerte.-Sí, bien, ahora intenta meterlo hasta la garganta.-ordenó Vasya empujándolo desde la nuca, Sasha sintió como el miembro entraba en su boca, avanzando hasta el fondo de su garganta, logró controlar las arcadas pero no podía respirar con eso clavado en su boca.

Vasya lo mantuvo así por un rato que se le hizo eterno, hundiéndose hasta el fondo sin dejarle respirar. Por fin le tiró del cabello empezándolo a hacer subir bajar por la erección, con cada embestida Sasha sentía la punta del miembro chocando contra su garganta, la velocidad se hacía cada vez más vertiginosa y podía escuchar los roncos gruñidos que soltaba Vasya con aquella voz profunda y viril. Sasha sintió como se formaba la erección en sus boxers y se maldijo, su cuerpo lo estaba traicionando, probablemente porque no tenía experiencia en esas cosas.

Vasya lo apartó con un movimiento brusco y le echó una mirada a su entrepierna, arqueó las cejas divertido al ver la erección del rubio. El vory podía sentir la sangre hirviéndole en las venas, era obvio que el chico no tenía experiencia, pero había algo en él que hacía que Vasya quisiese domarlo, morderlo, olerlo, poseerlo por completo y subyugarlo a su voluntad. Le gustaba la mirada desafiante del menor y no podía negar que el chico era realmente lindo con sus piernas largas y cuerpo acinturado.

-Sácate el resto de la ropa y acuéstate-dijo Vasya mientras se paraba y sacaba sus propios pantalones. Sasha se sacó la ropa con dificultad debido a sus manos temblorosas. Vasya parecía tranquilo, pero lo miraba como un depredador. Se recostó y Vasya se sentó a los pies de la cama desnudo, el cuerpo del castaño era fuerte y musculoso, también tenía tatuajes en las piernas. Por primera vez se fijó en las cicatrices que tenía: una redonda en el muslo que parecía ser una herida de bala y otra larga y gruesa que cruzaba sus costillas.-¿Qué tanto miras?-preguntó Vasya mientras se ponía sobre él. Tomó las caderas del rubio alzándolas y miró la entrada del chico, un punto rosado y pequeñito entre sus esbeltas piernas y posicionó su miembro contra ella, sintió como el cálido cuerpo del menor temblaba violentamente bajo suyo, tenía la respiración agitada y los ojos fuertemente cerrados.-Esto te va doler más a ti que a mí.

Tras decir eso con voz ronca entró violentamente y sin preparación alguna en el cuerpo del menor. Sasha abrió los ojos y empalideció, su boca se abrió en un grito que no logró salir, todo su cuerpo se erizó como si lo hubieran electrocutado. Podía sentir el enorme miembro abriéndose paso sin clemencia alguna dentro de su cuerpo, las manos de Vasya presionaban sus caderas con fuerza demencial impidiéndole escapar. Puso las manos en el pecho del castaño intentando apartarlo inútilmente, sus uñas se clavaron en su piel a medida que Vasya iba entrando más profundo provocándole un ardor insoportable. Sus paredes interiores se tensaban dolorosamente alrededor del pene de Vasya el cual estaba en el séptimo cielo, Sasha era deliciosamente suave y apretado, no podía dejar de hundirse en él.

-¡Sal, me vas a matar!¡Duele!-se quejó Sasha odiando la voz asustada e infantil en la que habló. Vasya se río como un maniaco y entró con más fuerza, Sasha sentía como las lagrimas caían sin control por su rostro, lagrimas que Vasya se inclinó para saborearlas con su lengua.

-¿Duele mucho?-preguntó Vasya con una curiosidad perversa mientras tiraba una de sus orejas, ya había llegado todo lo profundo que podía, se sentía bien, demasiado bien.-La próxima quizás te prepare un poco-dijo mientras acariciaba su rostro.-Si te portas bien, claro.

Vasya comenzó a embestirlo con fuerza, entrando y saliendo de la entrada cada vez más suave y húmeda del rubio, Sasha no paraba de llorar e intentó ocultar el rostro con sus manos. Pero Vasya las apartó con impaciencia, quería verle la cara con su pequeña boca de labios sonrosadas entreabierta y los negros ojos brillantes por el llanto. Se inclinó sobre el menor sin dejar de hundirse en él rápida y profundamente, le agarró de los cabellos, haciéndolo ladear la cabeza y exponiendo el blanco y delicado cuello.

Sasha sintió como los dientes del castaño se hundían en su piel traspasándola y la sangre tibia que Vasya bebió ávidamente. Tomó su miembro con fuerza y lo masturbó al ritmo de las estocadas. Sasha se mordió los labios para contener sonidos que sabía que lo mortificarían, el dolor se había disipado un poco dando paso a una extraña sensación abrasadora, cada vez que el miembro de Vasya rozaba un punto en su interior lo hacía temblar de una forma muy distinta.

Vasya se dio cuenta de que Sasha contenía su voz y le abrió la boca a la fuerza, sintió como se ponía aun más duro cuando los melodiosos gemidos del menor alcanzaron sus oídos. Aquella era una sinfonía que nunca se cansaría de escuchar. Tiró de su brazo para sentarlo sobre su miembro, Sasha gimió con fuerza al sentirlo llegar aún más profundo mientras clavaba sus uñas en su piel dejando arañazos en la amplia espalda del castaño. Vasya le agarró el redondo trasero, demandando un ritmo cada vez más rápido, el menor sentía como su erección se rozaba deliciosamente contra el castaño. Se sentía ligero, incluso el dolor se había vuelto extrañamente placentero

-Parece que lo estas disfrutando-susurró Vasya en su oído. Podía sentir al rubio moviendo las caderas por su cuenta pegando su cuerpo al suyo, gimiendo como un loco. Sasha hundió la cabeza en su cuello mientras se iba entre los dos con un sonoro gemido.

Vasya tomó el cuerpo exhausto y jadeante del menor y se dispuso a dar las estocadas finales, entrando con brutalidad, con una mano agarrando su cintura y otra tomándolo de la nuca-Abre los ojos-le ordenó Vasya a punto de terminar. Cuando Sasha abrió los ojos y lo miró con una mezcla de odio, miedo y confusión, Vasya eyaculó dentro del rubio. Sasha podía sentir el liquido caliente llenando lentamente su interior y causándolo un ardor insoportable.

Vasya salió de él sin cuidado haciéndole daño de nuevo, se sentó en la cama con rostro satisfecho encendiendo un cigarrillo y atrayendo a  Sasha contra su pecho. Sasha estaba pálido y jadeante, con el rostro sucio de tanto llorar, Vasya se preguntó porqué aquel chico le ponía tanto, estaba despeinado y lloroso, le habían quedado marcas de asfixia alrededor del cuello, junto a la profunda mordida que probablemente estaría marcada un buen tiempo. De entre las piernas del rubio salía un buen montón de sangre. Quizás había sido demasiado impaciente, pensó Vasya, no es que se preocupara por el chico pero si quería jugar un buen tiempo con aquel cuerpo tendría que cuidarlo un poco.

-Lo hiciste bien-dijo Vasya acariciando su espalda.-Hace mucho que no follaba así.

-¿Por qué yo?-preguntó Sasha intentando controlar el llanto.

-Ya te lo dije, me la pones dura ¿Qué quieres que haga?-gruñó Vasya echándole el humo en los ojos.-Deja de llorar si no quieres que empiece de nuevo. No es como si no hubieras estado gimiendo como un gato en celo.

-¿Qué mierda tienes con los gatos?-preguntó Sasha secándose las lágrimas con fuerza.

-No sé, una vez tuve uno-dijo Vasya con tono ausente mientras exhalaba el humo lentamente.-Me recuerdas a él.-Sasha iba a preguntarle por qué pero los interrumpió la alarma que anunciaba el inicio del día laboral. Vasya suspiró con fastidio, no tenía ganas de ir a trabajar cortando madera en el aserradero. Por alguna razón tenía ganas de quedarse así, con ese idiota rubio acurrucado contra su pecho. Desterró esos pensamientos estúpidos, no es como se fuera encariñar por haber follado una vez, pensó mientras se levantaba y vestía obligándose a no mirar al menor.

Sasha lo vio vestirse, el cuerpo le dolía como nunca, aquello había sido como una paliza interna, Vasya había entrado en él destruyéndolo todo a su paso. Lo que Sasha mas odiaba de todo aquello era que por algunos momentos lo había disfrutado, había disfrutado, moviéndose por su cuenta, gimiendo como idiota. Quería morirse ahí mismo, sobre todo porque una parte de él, una parte especialmente perturbada, no quería que Vasya se fuera.

-Limpia este desastre y lárgate de mi cama antes que llegue.-ordenó Vasya en tono seco antes de marcharse. Sasha hundió la cabeza en la almohada y gritó con todas sus fuerzas. Ni siquiera había sacado un puto cigarro de todo eso

Notas finales:

dejen reviews!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).