Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Mi niño amado por ami4alice

[Reviews - 1]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Bueno, bueno, se que ha pasdo todo un mes... Pero he andado algo ocupada <<... 

Espero disfruten del capitulo <3

En el momento en que iban a dejar el templo, pasó más de dos meses.

No fue sino hasta que traspasaron las puertas del templo que Kari se percató del hecho de que a las afueras del lugar, había todo un campamento. Tal parecía que los nobles mandaron a la mayoría de caballeros a esperar en las afueras, por si tenían que entrar en una disputa para recuperar a su gobernante. Para suerte de todos, aquello no se hizo necesario, ya que el nuevo emperador salió del templo en una sola pieza.

Después de varias discusiones con el sumo sacerdote y que completara sus plegarías, finalmente pudieron dejar aquel lugar donde a Kari no le gustaba estar y lo peor de todos es que no se debía a que fue mal recibido, sino más bien a la forma en que trataban a su compañero. Le molestaba enormemente que lo trataran como una divinidad y lo alabaran u obsequiaran cosas, eso le irrito de sobremanera, lo suficiente para que contara los días para dejar ese sitio. En cuanto al sumo sacerdote, Kari guardó el secreto de que en realidad podía hablar, porque el hombre solo lo hacía cuando se encontraban a solas, lo cual sucedía escasos momentos.

En el campamento fuera del templo se encontraba su hermana mayor, quien fue la que los recibió al momento de traspasar esa gran puerta. Evidentemente muchas personas se sorprenderían de ver en las afueras del templo al sumo sacerdote, aun así, prefirieron ahorrarse sus comentarios. Dewis tenía que decir que aquel traje con pantalones que cargaba Lelei se le veía muy bien, hacía que tuviera ganas de tener una lucha contra la chica. La hermana de Kari se arrodillo al igual que la mayoría de los caballeros, los más lejanos que veían el escenario solo hicieron una reverencia.

-Es bueno verlo de nuevo, emperador.

Dewis observo a Kari suspirar.

-Sí, lamento haberlos preocupado –dijo con una pausa -. ¿Cómo se encuentra la situación en la capital y los demás territorios?

-Se ha logrado reunir toda la información sobre el estado de los demás territorios., aunque la situación sigue inestable.

Suponía eso, no creía que todo fuese a mejorar en esos dos meses que duraron encerrados dentro del templo.

-Bien. Ordena que recojan todo, partiremos de regreso.

Lelei asintió con la cabeza para levantarse.

-Entendido –comento para girarse -. Es momento de recoger todas las cosas, regresaremos.

La voz firme de la chica al soltar aquella orden hizo que todos contestaran al unísono y sin dudar comenzaron las tareas para recoger todo el equipo, desarmando las carpas, preparando los caballos y demás cosas. Dewis se movió puesto que pensaba ayudar con las tareas de los otros caballeros, pero solo alcanzó a dar un par de pasos cuando su partida fue interrumpida, Kari le tomó de la mano antes de que se alejara.

-¿Kari?

No obtuvo una respuesta y Kari tampoco lo miró al principio.

Cuando Kari pareció que se decidió a decir algo, fueron completamente interrumpidos. Lelei apareció en medio de ellos y de un manotazo soltó el agarre que tenían ambos. Los dos se sorprendieron por el gesto de parte de la chica.

-Entiendo que no quieran separarse, pero hay prioridades.

Antes de que alguno de los dos pudiera decir algo, Lelei se llevó arrastras a Kari, dejándolo parado allí solo, por lo menos hasta que estuvo acompañado por Josh, quien casi le provoco un infarto.

-¡¿Qué?!

No pudo evitar soltar en su sorpresa.

-El sumo sacerdote me ha indicado que ayude… -dijo Josh inclinando su cabeza -. No sé en qué puedo ayudar…

Dewis dejó escapar un suspiro al oírlo.

-Entiendo, vamos… Trabajemos juntos para recoger todo.

Josh asintió con la cabeza para seguir a Dewis, ambos fueron con los demás caballeros a dar una mano en la tarea de recoger todo para poder partir. Por su parte, Kari recibía un manotazo en su cabeza por parte de su hermana, ya que se encontraba mirando en la dirección de Dewis en vez de a los papeles que tenía en sus manos.

-Vamos, te dije que esto es importante…

Solo en esas ocasiones es que Lelei recordaba que ese hombre delante de ella, el nuevo emperador, seguía siendo su pequeño hermano. Kari se sobó el golpe junto a un suspiro.

-No es mi culpa que estos papeles sean aburridos.

Esas palabras se ganaron un segundo golpe.

-Bueno, disculpa que la información relevante sea aburrida.

Kari dejó escapar otro suspiro.

-No, es solo que… -Kari no pudo evitar hacer una pausa -. Es algo que ya sabía.

-¿Qué?

Lelei se mantuvo un corto momento en silencio, saliendo de su sorpresa.

-El templo ya sabía sobre todo esto…

La expresión de Lelei se repitió, aunque ella sospechaba algo como lo que le dijo su hermano. El templo siempre se mantuvo al margen, sin involucrarse demasiado o muy poco, cualquiera pensaría que era sospechoso aunque no pudieran decirlo en voz alta.

-¿Y? –dijo cruzándose de brazos -. ¿Enemigos o amigos?

Kari suspiro rascándose la nuca.

-Amigo…

-No suenas muy convencido al decir eso… ¿Qué paso en el templo?

-¿Qué no paso en el templo? Sería más correcto decir… -aquel comentario iba más dirigido a él mismo -. Lo importante es que ellos están de nuestro lado y nos ayudaran.

-Aunque no terminas de averiguar cuál es su verdadero objetivo.

Kari se tensó al verse descubierto por su hermana, ella solo rió de manera baja y quizás traviesa. A la chica le gustaba ver cuando su hermanito se mostraba afligido, ya que se veía más humano.

» Soy tu hermana ¿lo olvidaste?

-Como si pudiera hacerlo.

Lelei siguió riendo un poco más, antes de cubrir un poco de su rostro con la hoja que tenía en sus manos y acercarse un poco más a su hermano pequeño.

-Ahora lo importante… ¿Llegaste hasta el final?

La intuición femenina era un arma peligrosa, Kari tenía que tomar nota sobre ese hecho. No le dio una respuesta, más que pegarle los papeles en la cara, aquello no se trataba de un tema para discutir en ese lugar, aunque sabía que no iba poder escapar durante mucho tiempo para dar una respuesta.

-Hay asuntos más importantes… ¿No es cierto?

Su hermana frunció el ceño al darse cuenta que su argumento fue usado en su contra. Kari dejó escapar un suspiro para fijar su mirada en los papeles.

» Es bueno ver que todos los territorios actuaron de inmediato, pero…

-Será un problema para la economía.

Dejó de ver los papeles para observar a su hermana. Tenía razón en lo que dijo, que tantas personas estuvieran inconscientes afectaría de manera grande a la economía. Muchos trabajadores perdidos, muchas personas cuidando a los que se encontraban dormidos. Realmente que Kari sentía que no recibiría una buena noticia durante un largo tiempo.

-Perder a casi la mitad de la población nunca será bueno.

-Además –indicó Lelei -. Los demás gobernantes han mandado cartas indicando que vendrán a reunirse contigo.

-¿Reunirse conmigo?

No es que le pareciera incomodo o algo así, después de todo a la mayoría los conocía, pero se le hacía algo raro que quisieran reunirse con él, aunque luego de que lo pensó un poco, descubrió que aquello no sería tan extraño. Lelei asintió con su cabeza.

-Cuando me dijeron que finalmente saldrían, he mandado a un caballero para dar la noticia, supongo que ya han debido avisarles de que estarás en la capital pronto.

-Así que tendré una reunión tras otra…

Kari no pudo evitar suspirar, tal parecía que su trabajo no iba a terminar nunca, una parte de él quiso volver al templo donde no tuvo que realizar ningún trabajo, tendría que despedirse de sus vacaciones o ratos libres. Terminó de revisar cada informe que le entrego Lelei y se los regreso a la chica al acabar, justo en ese momento se acercó un caballero el cual se arrodillo.

-Todo está preparado para partir.

-Comprendo, pongámonos en marcha.

Lelei asintió con la cabeza para partir junto a aquel caballero.

Para suerte de Kari, a él le toco ir en el carruaje con el sumo sacerdote, su intérprete y Josh. Antes de darse cuenta, Dewis se había subido a uno de los carruajes de carga, marchándose con los caballeros. De alguna forma le ponía nervioso cuando Dewis se encontraba fuera de su vista, pero no le impediría jamás hacer lo que le gustaba.

-Pareces realmente molesto.

Kari dejó de mirar a la nada para ver a Jeiss. Esta se tensó un poco debido a la mala mirada que tenía Kari, una bastante aterradora.

-Para nada.

La chica bufó ante esa respuesta, señalando su propio entrecejo.

-Pues tu expresión dice todo lo contrario.

No pudo evitar suspirar, antes de dirigir de nuevo su mirada a la chica.

-Dime… ¿Cómo te sentirías si te tocara viajar en otro carruaje lejos de tu hermano?

Ahora la que tenía el ceño fruncido fue la chica.

» Allí…Haz tenido tu respuesta.

-Bueno… -el que habló ahora fue Josh -. Si te hace sentir mejor, Dewis dijo que no vino en este carruaje ya que se sentiría avergonzado.

Kari no pudo evitar dejar escapar una risa, el cual fue acompañado por el sumo sacerdote, aunque de él solo se vio el gesto de haber reído.

A veces que Dewis actuaba de forma adorable, aunque le molesto un poco el hecho de que se enterara por otra persona, pero de eso se encargaría en otro momento. Kari obtendría su pequeña venganza cuando estuvieran a solas. Dewis que iba en otro carruaje, sintió un repentino escalofrió recorrerle la espalda de pronto, tal vez, solo estaba imaginando cosas debido a todo lo que estaba pasando, quiso convencerse de eso.

No les llevó mucho tiempo llegar al palacio, donde los estaban esperando los nobles quienes se habían encargado de sobrellevar esa desgracia que estaban viviendo. Kari tenía que admitir que realmente tomó una buena decisión al escoger a esas personas como los nobles que le respaldarían, ninguno hizo un mal trabajo o descuido algo a su cargo, pudo notar todo eso cuando al dejar el carruaje, estos se acercaron para dar su reporte. Aunque Lelei le mostró parte de la información, obviamente al llegar se conseguiría con nueva, ya que los tiempos de envíos causaban un déficit en cuanto a esta. Su tiempo se vio ocupado completamente.

Se fue directamente a la sala de reuniones, donde solo tuvo oportunidad de darle un sorbo al té que colocaron delante de él. Las discusiones comenzaron, dándole el estado actual en el que se encontraban en ese preciso instante, no había oportunidad para el descanso, de eso se daba cuenta, porque pronto tuvo que comenzar a dar órdenes y demás cosas, agregado a acomodar al sumo sacerdote en una habitación del palacio.

-Señor, ¿es bueno confiar en la gente del templo?

Supuso que esa pregunta llegaría tarde o temprano.

-Sí.

-Ellos cerraron las puertas antes de la crisis… ¿De verdad será bueno?

-Estoy seguro de que todos tienen sus dudas sobre el templo, sobre todo luego de que estuvimos allí más de un mes sin dar un aviso o algo.

-Lo único que nos permitieron saber es que se encontraban vivos.

Lelei dejó escapar aquello con cierto enojo. Dos meses estuvieron en espera sin noticias de su gobernante más que el hecho de que se encontraba con vida, obviamente a cualquiera le molestaría eso.

-Pasaron muchas cosas en el templo –indicó Kari -. Pero hemos hecho un voto de fe, así que no puedo decirles lo que sucedió adentro.

Todos sabían muy bien lo que significaba un voto de fe, así que no comentaron nada con respecto a aquello, aunque sí que hubo uno que otro suspiro y disgusto por aquellas palabras. La información era escasa y que la mantuvieran oculta empeoraba el estado de todos. Kari estaba siendo consciente de ese hecho, pero prefería no mencionar lo sucedido dentro del templo, porque sabía que si lo hacía, su vida no es la que peligraría.

» Comprendo su inconformidad porque no puedo decirles todo, pero quiero que confíen en mi cuando les digo que hemos obtenido una solución para este desastre.

-¿Cuál ha sido la solución?

Kari no pudo evitar suspirar.

-Para poder salvar a todos tenemos que encontrar una flor.

-¿Una flor? ¿En serio?

No le sorprendió la reacción de los demás, hasta él al principio tuvo dudas.

-Sí, pero la cosa no es tan fácil como buscar una flor… -dijo con una pausa -. No es cualquier flor. Tenemos que encontrar la flor Inca.

La expresión de las personas en aquella sala paso de ser de enojo a una llena de sorpresa y terror. Todos conocían aquella flor que mencionó, también sabían de su dificultad para encontrarla.

-¿La flor Inca? ¿Acaso eso es posible?

-Bueno, se ha hecho la prueba y ha funcionado… -comento para dirigir su mirada a Lelei -. Mis Satou debió haberlo notado mientras acampo fuera del templo ¿cierto?

-Espera…

Lelei se quedó un momento pensativa, como si tratara de averiguar lo que pensaba su pequeño hermano. Kari suspiro al darse cuenta que no lo había notado, realmente que a veces las personas no veían lo que debían.

-Según los reportes, los afectados son personas mayores de los treinta y cinco…-dijo con una pausa -. En el templo había sacerdotes entre esas edades.

La chica cayó en cuenta al oír aquellas palabras. Kari tenía razón, no se había fijado en ello debido a que estaba más atenta al estado de Kari, pero ahora que podía analizarlo mejor, su hermano tenía razón en ello.

-¿Está diciendo que el templo sabía la solución y no lo comento?

-Por favor no juzgue al templo –Kari soltó eso al ver la tensión que se formaba -. ¿Ustedes le hubiesen creído si proclamara de una enfermedad que no anunció la sagrada escritura?

Toda la sala se silenció, un silencio bastante pesado.

» Ellos decidieron mantenerse en silencio para que no sucumbiera el caos, además, han buscado una solución desde el momento en que se dieron cuenta de lo que pasaría.

El silencio se alargó un poco más, todos parecían pensativos sobre las palabras dichas por el emperador. Ellos le juraron lealtad a ese hombre, así que si él confiaba en las personas del templo, entonces su deber era hacer lo mismo.

-Si soy honesto, sigo desconfiando de ellos –indicó el joven de los Noth -. Pero creo en usted, así que apoyare lo que usted decida.

Realmente que esos momentos es cuando certificaba que tomó una excelente decisión, porque luego del heredero de los Noth, las demás familias lo apoyaron diciendo cosas similares. Tener personas que creían en él de aquella forma le hacía sentir cierta confianza.

-Por ahora debemos concentrarnos en lo que se hará a continuación –dijo Kari -. El templo mandara a sus sacerdotes para ayudar a mantener estables a todos los afectados, además de colaborar en ayudar a todas las familias.

-Tenemos planificado llevar a cabo un plan para poder sobrellevar todas las cosas.

-Debemos cubrir el mínimo de trabajo para poder alimentar a todos…

-Entonces hagamos horarios para que todos trabajen pero no de manera excesiva, también tenemos que sugerir eso mismo a los demás territorios… Aunque puede ser difícil, no debemos parar la producción…

Kari señaló aquello mientras miraba a todos los presentes quienes asentían con la cabeza. Debían realizar un plan que funcionara para las personas que aún se encontraban despiertas, para que así la economía no se cayera, porque si esta se venía abajo, se complicaba el asunto ya que sería difícil alimentar a los que quedaban de pie. Nadie podía quedar excepto de llevar a cabo un trabajo, todos necesitaban poner de su parte o no iba a funcionar.

-También estábamos pensado en ofrecer algo a las familias… -señaló la persona de los Arau -. Debemos dar incentivos o no querrán colaborar, si no ven beneficio, no querrán apoyarnos, ya que su preocupación está en sus familiares afectados.

-Me parece buena idea, espero que te encargues de eso –dijo Kari obteniendo una asentida de cabeza como respuesta -. Ahora, regresando al asunto de buscar la flor de Inca… He decidido realizar una embarcación.

-¿Una embarcación? ¡¿Justo ahora?!

Kari entendió la reacción de todos, puesto que su gobernante recién coronado les estaba diciendo que se iría del imperio. Cualquiera con sus cuatro dedos de frente sabría que aquello parecía una pésima idea.

-Sé que todos están sorprendidos, pero este es un viaje que no puedo evitar aunque quiera…

-¿Por qué no lo puedes evitar?

Vio la expresión agitada de su hermana y solo suspiro.

-Porque si me quedo aquí… Lo que ha afectado a gran parte de la población, también lo hará conmigo.

-¡¿Qué?!

-¡Espere un momento! Usted ni siquiera entra en el rango.

-Lo sé –Kari interrumpió el mar de quejas y sorpresas -. Pero créanme cuando les digo que es la verdad… Si no voy y buscó yo mismo la flor, solo pereceré aquí en el imperio.

La sala fue cubierta por el silencio.

-¿Descubriste eso mientras estabas en el templo?

Lelei estaba algo molesta, lo notaba por sus brazos cruzados y su ceño fruncido. A diferencia de los demás, Kari se veía bastante relajado.

-Sí y casi muero en ese lugar debido a lo que les estoy comentando.

-¿¡Qué!?

De nuevo la sorpresa apareció en la cara de los demás nobles.

-Les dije, muchas cosas pasaron y me encuentro aquí con ustedes porque gracias al templo he logrado neutralizar un poco la enfermedad, pero no sé cuánto dure.

Kari se encogió de hombros, relajándose al momento en que recostó su espalda a la silla y tomó un poco de su té, ya se encontraba frío.

-Entonces es inevitable… -dijo el representante de Manh -. ¿Ya tiene decidido todo?

Asintió con la cabeza ante la pregunta.

-Sí, en realidad, además de discutir sobre el estado de la situación, estaba planeando hablar sobre las personas que irán conmigo a este viaje.

-¿Irán más personas?

 

-Claro que sí, tenemos que recolectar una gran cantidad de la flor… Es imposible que yo solo logre traerlas hasta aquí.

Se encogió de hombros como si estuviera diciendo lo más obvio. Los demás cruzaron miradas, antes de relajar sus expresiones.

-¿Qué necesita que hagamos?

-Necesito candidatos para este viaje… -señaló Kari -. Ah… El sumo sacerdote y su compañía también irán.

-¿Qué? ¡¿Por qué tienen que ir ellos?!

-Sin ellos no podremos dar con la flor.

-¿Acaso conocen su paradero?

Lelei preguntó aún más furiosa. Kari negó con la cabeza.

-No, también desconocen su paradero como cualquiera, pero tienen un método para encontrarla.

-¿No pueden solo decírnosla?

Kari suspiro.

-El asunto esta… Solo ellos pueden llevar a cabo ese método, si alguien más lo hace… No es seguro.

La sala volvió a ser cubierta por el silencio.

»Por eso mismo, ellos vendrán… -agrego Kari -. ¿Alguno tiene candidatos para la embarcación?

Todos dudaron por un corto momento, pero finalmente comenzaron a sugerir candidatos potenciales para que el nuevo emperador reclutara, además de que iniciaron los procesos para preparar un excelente barco para el viaje.

Las decisiones estaban tomadas, lo que quedara era llevarla a cabo.

.

.

.

Un fuerte sonido se dejó escuchar al momento en que Dewis se dejó caer al suelo en su retaguardia. Había decidido entrenar un poco ahora que se encontraba fuera del templo, mientras se encontró allí no pudo hacerlo y sentía que se estaba oxidando. No negaría que su tiempo en el templo fue agradable, pero no le gustaba que no le permitieran portar un arma o practicar, así que contó los días para salir de ese lugar.

Antes de decidirse a entrenar ayudo un poco a los demás en las tareas que estaban llevando a cabo, viendo a los afectados desde lejos. Le hacía sentir un poco mal debido a que ellos tuvieron en sus manos una rápida solución, pero honestamente no deseaba dejar a Kari y como bien dijo este, no quería ser un sacrificio humano. Deseaba vivir y poder seguir blandiendo su espada como el caballero más joven. No deseaba tirar a la basura todos sus esfuerzos hasta el momento, deseaba ayudar a Kari y a todos los demás de una forma donde no tuvieran que sacrificar a nadie.

-Realmente mí amado niño… Estas pensando demasiado.

Dewis suspiro al oír aquello.

Había una cosa que no le dijeron a nadie y tampoco lo iban a hacer. Antes de salir del templo hubo algo que hicieron, un ritual, pero diferente al que en un principio iban a ejecutar. Allí nadie se sacrificó, aunque solo si consideraban a los humanos, porque si se llevó a cabo una especie de sacrificio, aunque no sabía si podían considerarlos así.

Dewis no pudo evitar volver a suspirar al momento en que recordaba lo sucedido en el templo antes de regresar.

-Mi niño amado, tu… Eres un pervertido.

Sin poder evitarlo, frunció el ceño.

-Soy humano, por supuesto que tengo deseos.

Por suerte se encontraba solo, así que podía contestarle a la sagrada escritura, no deseaba parecer un completo loco al hablar con su mano o en el peor de los casos, que estuviera hablando solo. No obtuvo respuesta lo que causo que acentuara su expresión, mirando su mano, en ese momento la marca de aquel entonces no se mostraba.

» En serio… ¿Todo el tiempo estarás conmigo?

-Si… Aunque tranquilo, no soy un… ¿Cómo le dicen?

-¿Un mirón?

-Uhm… Sí, supongo que si… Jamás los espiaría de esa forma.

Dewis dejó escapar una risa, nada podía asegurar que de verdad no los estuviera mirando mientras… No pudo evitar agitar su cabeza un poco.

-Por favor no hables cuando hay personas, no podría contestarte.

-Ahora que estamos así no es necesario que lo digas en voz alta, puedo escuchar hasta tus pensamientos.

-¡Ah!

Escuchó una risa de parte de la sagrada escritura, sabía que se estaba burlando de él por haberse avergonzado de enterarse de eso. Si podía leer sus pensamientos significaba que… No quería pensar en ello.

» Si en algún momento dices lo que pienso… Buscaré acabar contigo.

-¿Por qué? Ese chico anda en la misma línea de pensamientos que tu…

Dewis no quiso preguntar más sobre el asunto, porque uso sus manos para cubrir todo su rostro. A veces concluía que la sagrada escritura era una especie de niño inocente que no se daba cuenta de las cosas, aunque agradecía enterarse de ese tipo de cosas. Luego de un rato en esa posición suspiro resignado, lo mejor es que volviera para tomar un baño y cambiarse de ropa. Se levantó, tomando la espada de madera para dejarla en su respectivo lugar. Mientras caminaba por los pasillos decidía lo próximo que haría, no podía quedarse quieto cuando todos andaban cargados de trabajo, no quería ser considerado un inútil.

» Repito, piensas demasiado.

Dewis no pudo evitar fruncir el ceño, como si la sagrada escritura pudiera ver su expresión, tal vez podía.

-Si lo hago o no, creo que no es de tu incumbencia.

-Supongo que tienes un punto a tu favor.

Interrumpió su charla con la sagrada escritura cuando se dio cuenta de que del otro lado de donde venía caminando estaba Kari. Venía acompañado de un par de nobles, parecían discutir sobre algo. El grupo se detuvo delante de él, pero antes de que eso sucediera, sus ojos se encontraron con los de Kari.

-¿Vienes de entrenar?

Dewis asintió con la cabeza después de haber hecho una reverencia. Como caballero, su posición seguía siendo inferior, tenía que hacer el saludo correspondiente. Kari se giró a su compañía un momento.

» Bien, la reunión concluye aquí, seguiremos discutiendo mañana –dijo recibiendo una asentida de cabeza como respuesta -. Iré a descansar a la habitación por si alguien me necesita.

Con aquellas palabras Dewis desvió la mirada del grupo a unos pasos de él hacía más allá del pasillo, precisamente el cielo, notando con ello que ya estaba presente el ocaso. No se había percatado del tiempo hasta que el otro mencionó aquello, había sido descuidado de su parte. Cuando regreso la mirada al grupo, se percató que Kari se encontraba solo.

-¿Ha salido todo bien?

-Por suerte sí.

Fue un reflejo, al momento en que Kari comenzó a caminar, Dewis hizo lo mismo, siguiendo el camino que el otro hombre llevaba.

-¿Han aceptado lo de la embarcación?

-Si –comento -. Estábamos discutiendo sobre los candidatos para la embarcación.

-¿Cuántas personas piensas llevar?

-Aunque me han dicho que lleve todo un batallón, solo quiero llevar a las personas necesarias…

Dewis sabía que Kari quería evitar llevar muchas personas porque no sabía qué clase de peligros los iba a estar esperando en ese viaje. Llegaron a la habitación y Dewis abrió la puerta para después cerrarla cuando estuvo adentro, esa acción se había vuelto una costumbre.

-¿Has escogido a algunas personas?

Kari suspiro estando un poco en silencio, mientras sacaba el botón de la manga de su camisa.

-Además de los del templo y tú, aun no tenemos nada. ¿Quién podría dejar a su familia e irse en un viaje que no está seguro si podrá volver?

Al notar que debido a todo lo que se encontraba en su mente no podía quitarse el botón, Dewis se acercó para hacer esa simple tarea. Cuando acabó, sus miradas se encontraron por un corto momento y eso fue suficiente para que ambos supieran lo que su compañero estaba pensando. Dewis desvió la mirada un momento un tanto apenado.

-Primero tomemos un baño.

-Claro que sí.

Kari sonrió de aquella forma traviesa y malévola.

Nada más fue dicho, las palabras fueron completamente innecesarias, puesto que todo estaba dicho. Sin dudar comenzaron con sus tareas para asearse y luego… Bueno, estaba demás decir en voz alta lo que se dio en la habitación del emperador.

Notas finales:

¡Eso ha sido todo!

Espero disfruten de este especial de 3 capítulos. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).