El tercer templo del santuario de Atena… Pocas veces se había logrado ver tan lleno de vida y alegría, pequeñas risas y miles de momentos memorables.
Puede que el pasado siempre este de cierta forma presente, siendo recordado como si hubiera sido solo un mal sueño.
Tal vez en eso se convirtió cuando todo volvió a lo que debió ser…
El futuro que todos merecían…
Incluso, un poco más de lo que en verdad se podría pronosticar…
Los días pasan, el tiempo transcurre…
Y celebraciones de cumpleaños se dan…
Pueden ser festividades con fiestas enormes, miles de invitados y diversiones de todo tipo.
O por el contrario, ser algo pequeño, donde se festeja al cumpleañero de una mera tranquila, discreta y adorable.
Para gustos colores, cada quien puede decidir cómo desea pasar ese día especial.
Incluso quienes lamentablemente no lo llegan a celebrar, por las razones que sean también valido, para algunos su cumpleaños no ha sido la gran cosa o no le ven lo importante.
Y de hecho, ese pudo haber sido el caso de cierto caballero de Géminis…
Durante trece años, debió olvidar su nombre, apariencia, deber, corazón y también lo que llego a conocer como propio…
Esos años no se deberían contar… Fueron perdidos por un enorme mal, que se puede referir como un trastornó mental o una posición de algún ser maligno y divino, cualquiera sea el caso o la preferencia de pensar sobre cuál fue la afectación real.
Ya son ahora solo recuerdos tristes, pues ese día no solo era suyo, sino también compartido con alguien muy especial…
Su gemelo menor, que también perdió contactó con él, por la influencia y miedo de que sus palabras fueran verdad.
Esos tormentos a veces lo aquejaban, y podía derramar alguna que otra lagrima… Pero, ahora existe algo diferente en su vida, que lo motiva a intentar olvidar por completo ese dolor…
El cual solo se va desvaneciendo, tal vez jamás pueda olvidarlo por completo, pero la idea de superar algo es lograr recordarlo y no sentir el mismo dolor, tristeza y carga que al principio…
Lo fue comprendiendo con el paso del tiempo y el hecho de tener a su lado a una persona tan importante para él…
La única que jamás deseo que lo viera como alguien controlado por la maldad, un hombre que lo había cautivado desde una temprana edad, pero decidió negarlo para no herirlo…
Aunque termino haciéndolo, cuando ya no era él.
Sin embargo, cuando pudieron volver a estar juntos en esta vida, ese noble hombre dedico esta nueva oportunidad a que la persona de la que se enamoró no siguiera pensando en crueles tormentos.
Su nueva misión solo era llenarlo de mimos, amor, cariño, pasión, placer… Todo lo que conlleva una vida feliz y alegre que sin duda sabe que él lo merece por completo.
Y lo ha logrado, con todo ese amor y mucho más.
Pues, aunque ambos se aman con todo su amor, y se han perdonado las tragedias del pasado… El destino y su Diosa… Les regalo por accidente un milagro que nadie imagino.
Dos pequeños… Nacidos de ese profundo amor de tantos años atrás.
Y que recuerdan en su presente cada día, con besos, abrazos, palabra dulces y gestos a veces subidos de tono, pero todo es consensuado, y llena de alegría ambos corazones.
Y el día de hoy no será la excepción, sobre todo… Por qué este día se celebra el cumpleaños de ese peli azul, que a veces no se puede creer la suerte que tiene.
Una pequeña sorpresa le dio su amado esposo, pues es el lazo que se les otorgó para consolidar de mayor forma su precioso amor.
En el momento en que sus Viridian ojos se abren, moviéndose lentamente sobre aquella cama tan suave y cómoda, sintiendo el fresco interno de su templo…
Lo que logra ver como primer vistazo de su día de cumpleaños…
Es a sus dos bebés de cabellos castaños, y ojos iguales a los suyos, que le sonrían por ver despertar su mamá.
-Mamá- El mayor es quien habla sonriente, saludando al tercer guardan con una sonrisa.
-Ji, ji, ji… Hola- El menor, es lo que dedica, para seguir riendo suavemente por la situación.
Dedicándoles una pequeña sonrisa, al ver a dos de las cuatro personas que más ama en esta tierra, no lo duda por mucho, para abrazar a esos pequeños que acaban de cumplir su primer año de vida.
-¿Qué hacen aquí, mis hermoso gemelitos?- No duda en hablarles con ese tono suave que solo puede dedicarle a sus familia, para sentarse sobre su colchón, recargándose en las mullidas almohadas.
Pero antes de que pudiera escuchar alguna respuesta en forma de balbuceo de parte de sus pequeños, logra notar que su habitación está llena de colores demasiado llamativos y alegres.
Con globos esparcidos por el suelo, serpentinas de miles de colores distintos colgando del techo, sobre los muebles, y una especie de cartel colocado de unas cuerdas sobre el ropero de enfrente, que es algo que le llama la atención al dueño del corazón de quién preparo este hermoso detalle.
-¿Eh?- Sonrojándose por la sorpresa que de repente tiene a su delante, teniendo a sus inquietos bebés entre sus brazos, uno a la derecha y otro a la izquierda, el mayor acurrucándose en el pecho de su mamá y el menor comenzado a jugar con el cabello largo de esté, que siempre le ha llamado tanto la atención.
Curioso que al nacer se creía que Sander seria el inquieto y Argus el más tranquilo, resulto ser al revés.
-¡¡¡FELIZ CUMPLEAÑOS MI AMADO SAGA!!!- Y para sorprender al cumpleañero, saliendo del lado inferior de la cama, ocultándose debajo, para saltar cuando fuera el momento correcto.
Alzando sus brazos, sonriente, y aun estando en una ropa ligera de dormir, una playera de tirantes gruesos de color blanco y un short azul claro, teniendo entre sus manos un presenté para el amor de su vida.
Sin duda es el responsable de tan hermosos detalles por este día tan especial del géminis.
-¿Aioros?- Un pequeño sobresalto al verlo, pues por la distracción de sus pequeños que presentan un cosmos activo siendo tan jóvenes, que sin duda alguna camufla al de su padre o madre, al ser tan similares, como una perfecta mezcla de ambos, que de hecho lo son.
Estando ahora de pie, firme, sonriente y encantando por ver la sorpresa en ese rostro que cada noche ve antes de dormir y siendo lo primero que ve al despertar.
Se prometió a si mismo su Saga jamás volvería a pasar dolor y tristezas en un día tan especial…
Solo sentiría amor, felicidad y miles de momentos alegres, ya que Aioros hará que se vuelvan realidad cada vez, cada día será así.
-Felicidades mi amor, hoy es tu cumpleaños, así que prepare un millón de sorpresas- Sin pensarlo dos veces, y que además no podía soportar pasar ni un solo segundo más sin estar abrazando a su pequeña y hermosa familia.
Se acerca con rapidez hacia la cama justa al flanco izquierdo del peli azul que aún se encuentra con pijama, para sentarse en el lecho y abrazar al hombre que ama desde que son niños, y a la vez entregarle el presenta en su regazo, claro que es más llamativo para los pequeños, por la envoltura azul brillante metálica.
-Espero que te guste, es algo que prepare con mucho anticipación y todo mi amor- Le revela, para plantarle miles de besos en el sonrojado rostro del tercer guardián actual, mientras lo rodea con sus brazos a lo más preciado que tiene, solo comparte a su esposo con los bebés´ que engendraron, y de vez en cuando con el hermano menor de esté.
-¿Es lo único que preparaste con anticipación amor?- Le da gracia que le diga esto, intenta calmar un poco su acelerado corazón, aunque no sea la primera vez que le dedica estas sorpresas tan hermosas, siempre lo hace emocionarse y quedarse atónito por cada detalle que recibe de su centauro –Aioros, por lo que veo, no es lo único que preparaste, ¿Cierto?- Simplemente al ver como esta su habitación, se demuestra que esto no será la última sorpresa del día.
Una sonrisa se dibuja en ese rostro del hombre que ahora no porta su característica cinta roja, pues recién se ha levantado y solo se ha preocupado por tener todo listo y que sus pequeños estén también listos para sorprender a su mamá.
-Bueno… La idea de los globos fue de nuestros gemelitos- No puede evitar seguir besando y mimando a su esposo, como el hecho de ver su rostro tan feliz y sonrojado –Yo solo los acomode- Prefiere darle el crédito a sus pequeños de esta hermosa sorpresa que sin duda estuvo preparando con mucho tiempo de anticipación.
Asiente, regalándole una chiquita y discreta risita –Ya veo, entonces… Solo a ellos les daré mis besos, y muchos abrazos se agradecimientos- Dice esto, mientras abraza de nueva cuenta a sus bebés, que prefieren estar jugando con los listones en forma de moño que cuelgan del presente.
Puede sentir como su corazón se detiene, pues desde luego quiere también agradecimientos de parte de su peli azul, aunque también puede compartirlos con sus hermosos gemelitos, pero… A veces puede ser algo egoísta y querer a su Saga solamente para él.
-Pero… La idea de las serpentinas fue mía y… La de prepararte un…- No logro terminar la frase, cuando siente unos labios tubos con un sabor siempre característico de su amado, que lo hacen olvidar cualquier cosa, y solo suspirar cuando se rompe ese contacto labial.
-Me gustan las sorpresas- Le susurra con suavidad, mientras recarga su peso en el brazo del castaño oscuro, feliz de la vida por que otro cumpleaños lo va a pasar en compañía de quienes ama –Por favor, no digas nada… Amo cada ocurrencia que me das- Y eso que es solo el amanecer, sin duda llegaran más detalles a lo largo del día, eso lo sabe muy bien…
La cuestión es que no sabe para nada de que se trataran las que siguen…
Sentir como cada detalle provoca sonrisas a la persona que ama… Solo de recordar que dos días antes sus pequeños hijos cumplieron su primer año, y juntos prepararon solo lo mejor para ellos.
Sí que la felicidad de las tres personas más especiales para el centauro, van primero.
-Mi Saga, entonces…- Se acerca susurrando en el odio de su amado –No te diré todo lo que prepare para ti- Algo romántico, coqueto y ronco es su tono, para dedicar otro beso en esas rozagantes mejillas.
Provocando nerviosísimo en ese peli azul, que se cubre de inmediato el lado derecho del rostro, pero no se aleja como antes lo hacía cuando no podía manejar una situación así de adorable, prefiriendo solo sonreír, y acercándose mas a su centauro que lo colma de tantas locuras y felicidades que ahora ya no podría vivir sin él.
-Estoy ansioso por verlas- Con una sonrisa cómplice, siente la diversión y curiosidad por cada detalle y ocurrencia de Sagitario.
Como si le hubieran dado una nueva dosis de energía, no puede evitar proyectar su ansiedad y emoción por que el peli azul vea el detalle que le ha preparado –Entonces… Abre tu regalo, mi amor- Rápidamente lo señala, aunque ya ha sido algo presa de los gemelitos, que mientras uno está muy curioso, pero siendo cuidadoso, el otro ya está queriendo arrancarle el papel.
Sin duda se emocionaron al ver todos los regalos que recibieron en su cumpleaños, y sí que creen que todo presente colorido es para ellos, además que igual aprendieron como abrirlos, aunque Sander siempre demostró tener más cuidado que Argus. Pero es normal diferentes personalidades de cada bebé, aunque sean gemelos.
-Ja, ja, ja, Creo que también ellos ya quieren que lo abra- Dice esto, mientras sus manos se dirigen a empezar a desenvolver ese regalo que su esposo le ha dado con todo su amor.
-Es de parte de los tres- Rápidamente lo dice, pues compartir el crédito con sus pequeños es algo que le gusta hacer.
Además que en cierta forma, los tres estuvieron de acuerdo en los adornos, con balbuceos y sonrisas cuando el padre les daba opciones.
-Entonces, será uno de mis mayores tesoros- Avergonzado, a veces se pone en ese estado, porque paso mucho tiempo cuando ese día era irrelevante para él, pero ahora su amado Sagitario no lo deja pasar desapercibido ni una sola vez…
Incluso, fue capaz de darle regalos cada veintinueve de todos los meses por un año, un presenté hasta que se cumplieran los trece, como si de esta forma compensara los cumpleaños perdidos.
Aquellos que ha guardado con todo su amor y gratitud, y esté no será la exención.
Cuando logra abrir la caja, dejando el papel metálico y moño a un lado, en donde los bebés juegan con esos materiales y con un Aioros que cuida de que no se metan nada a la boca.
Se queda sin palabras el Géminis al verlo, sosteniendo aquel objeto entre sus manos, admirándolo, y dejando ver como sus orbes Viridian se llenan de lágrimas, no de tristeza sino de una enorme emoción…
Nota la sensibilidad en su Saga, sabe que hacer, solo abrazarlo, y regalarle un beso en la frente, para calmarlo un poco –Espero que te guste, mi amor- Suspirar y aspira para poder oler el aroma de su amado, es tan hipnotizante y muy tranquilizador a su corazón lleno de emoción por seguir consintiéndolo.
-Es hermosos…- Un Suspiro, mientras sus lágrimas caen, pero limpiándolas con el pulgar para que no manchen el preciado obsequio –Es… Perfecto… Gracias mi… Amada familia… Los… Amo…- Se le ha quebrado la voz, mientras sostiene el recuadro entre sus manos, contemplando como algo tan dulce y adorable de parte de su cupido.
Aioros no necesita escuchar un gracias de su esposo, pues sabe que con su gesto y actitud le ha gustado, su corazón se llena de felicidad con solo verlo a él sonreír…
Abrazarlo hacia él, mientras sus pequeños cercas se encuentran de ambos, mientras siguen más interesados por los papeles de envoltura, la caja y el moñito, pero no por eso ignoran que su mamá está feliz, ya que ese cosmos cálido y tranquilo que proyecta es relajante para los dos bebés que se encuentran muy alegres también.
Al igual que esa preciosa foto enmarcada que sostiene el Géminis mayor… Donde se encuentran solo los cuatro… Aquella imagen que se queda plasmada para la posteridad, fue la primera en la que pudo volver a usar a Géminis después de dar a luz, Aioros usando su propia armadura tan feliz y orgullos, y cada uno cargando a uno de sus gemelos…
Una imagen, muy hermoso, familiar, y que sin duda, merece por completo estar adornando la sala que se encuentra en el tercer templo, donde una hermosa familia viva, llena de amor y felicidad, porque los dos adultos criaran de la mejor manera a sus dos pequeños niños, que sin duda crecerán para ser dignos hombres, fuertes y poderosos para proteger y defender a los más débiles, demostrando el noble corazón que han heredado de sus padres, y el enorme cosmos también de parte de sus padres.
Al parecer todo esta completo en sus vidas, llena de una felicidad tan única.
Aunque, no se negara que existe una pequeña duda en algunos…
Sin embargo a este peli azul parece no importarle, siempre y cuando tenga a su esposo, hijos y hermano menor cerca, todo estará completo en su vida.
---Templó de Virgo (Entrada)---
-Entonces… ¿No tienen relación alguna con nosotros?-
-Como te dije Deuteros, Saga y Kanon aparecieron a los pies del templo de Géminis, siendo unos pequeños recién nacidos-
-Creí que tendrían algún tipo de relación con… Aspros-
-Lo siento, pero a lo que sé, que no es mucho… Ellos no tiene alguna relación con él- Una pequeña pausa en aquella voz que habla de manera misteriosa con el peli azul moreno, que no ha dejado de cuestionarse miles de cosas con respecto a los dos Géminis actuales –A diferencia de ustedes, que me entregaron a sus hijos, teniendo tres meses, ellos llegaron sin previo aviso, solo me fui guiando por mi instinto-
Asiente el contrario, aun preocupado, pero sin la desesperante sospecha de que ellos tengan relación con él –Entonces me deje confundir con su apariencia… Los dos, se parecen tanto a nosotros, mas a Aspros, pero… Incluso su cosmos…-
-Es similar, tal vez porque su estrella guardiana es la misma que la de ustedes, pero… Si te concentras en eso y lo piensas detenidamente, solo son símiles, pero no iguales-
-Tienes razón, Shion- Asiente nuevamente, mientras se sienta en la base de las escaleras del sexto templo, mirando haca el horizonte despejado, que anuncia el mediodía –Es solo que creí… Que si ellos eran hijos de Aspros y ya que él no apareció… Bueno, eso los volvería mis sobrinos… Y yo…-
-¿Pensabas hacerte en cierta forma responsable si fueran tus sobrinos?- Lo mira analíticamente, aunque debe admitir que le parece algo curioso, pero muy amable de parte de este Géminis.
-Lo hable con Asmita, y le parece algo muy dulce de mi parte- Se sonroja levemente al decir esto y se gira para otro lado, por la vergüenza que siente -Además…- Frunce su ceño, sintiendo una leve molestia –Pienso que ambos se deben sentir solos sin tener a sus verdaderos padres- Baja su mirada, conoce el concepto de soledad, y por pensar que podrían tener su sangre, se sentía en la responsabilidad de presentarse como su familiar.
-Puede que de forma silenciosa, lo estén enfrentado… Pero- Una pequeña sonrisa se refleja en el pontífice, que se queda de pie a lado del otro –Ambos son fuertes, algo testarudos, y muy nobles, saben que no están solos en este mundo, porque…- Lanza un ligero suspiro, para volver a sonreír admirando el sol deslumbrante y caluroso -Aunque Mu sea mi hijo biológico, a todos los niños los quise como míos y ellos no son la excepción- Sonríe, recordando esos tiempos con aquellos pequeños.
Además aún tiene en su mente las veces que celebro los cumpleaños de esos dos gemelitos que ha quiere tanto, y aunque no sepa su origen, eso no es para nada importante.
Aunque se tuviera la sospecha, se ha descartado por completo el parentesco del pasado.
-Aun así, pienso como el único Géminis de una generación pasada, podría intentar acercarme a ellos- Alza sus hombros, un poco despreocupado –Después de todo, a mi familia le parece buena idea, aunque… Veo que existe un poco de conflicto entre mi hijo y Saga-
-Eso es porque Shaka piensa que está mal que Anshin y Sander sean amigos- Le da bastante gracia, por el hecho de que el karma esta de su lado con esta venganza –Creo que demuestra ser un padre muy sobreprotector-
-Ja, ja, ja, ja, entonces… Creo que es mucho mejor que Saga y Kanon no sean hijos de Aspros, porque si no… Sería un problema el que esos dos niños sean amiguitos- Lanza un suspiro, sonriente, mostrando su colmillo característico, con el ceño fruncido –Además, no creo que dé ninguna forma llegara a pasar algo entre ellos- Al parecer no le ve lo malo o no piensa que las cosas así prosperen, ya que igual, no le agrada mucho la idea de que sus nietos estén pensando en esos temas romancitos, siendo los ambos unos infantes.
Ambos ex dorados, que ahora se encuentran relacionados como consuegros, solo conversan de esa pequeña cuestión que el moreno se había estado planteando, y Shion es el único que le podía dar respuesta.
Se las dio, y las entiende muy bien, su sangre no corre por las venas de los actuales gemelos, él caballero de Géminis y el Dragón marino del ejército de Poseidón, pero eso no le quita de la mente que sus cosmos sin duda tienen relación con el pasado, solo que no de su propia historia.
---Lejanías del Santuario---
Una figura, que oculta su apariencia por medio de una capucha y capa, al igual que su cosmos, solo dirige su mirada hacia los templos, justamente hacia donde se encuentra el tercero.
Un suspiro, unas pequeñas lagrimas que se escapan, el sentirse solo, aunque este rodeado de civiles que claramente no le toman importancia a un forastero.
Lleva su mano hacia su propio vientre, solo recordando el pasado, de hace treinta y dos años, aunque en su mente y corazón pareciera que fue ayer cuando los pudo sostener, a esos dos pequeños en sus brazos, pero sabía que debía separarse de ellos en ese instante.
Solo para que no corrieran el peligro inminente que su nacimiento significaba.
-Perdónenme por… Dejarlos, pero… No tengo el valor de verlos a la cara y decirles…- Calla, mientras sus pies solo dan media vuelta, para dar la espalda a las doce casa e ir retirándose lentamente, al sentir como esos dos cosmos que no olvidara jamás, están reunidos, como aquella vez que debió dejar a los pies del tercer templo a los dos pequeños que siempre amará, aunque el destino le siga diciendo que nunca podrá estar a lado de sus hijos, todo por el bien… De ambos mundos.