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Aventuras De Gemelos por AMMU TEIKOKU YUDAINA

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Notas del capitulo:

Hola mis terrones se azúcar, solo vengo rapidito a dejar el regalo de cumpleaños para los gemelos del pasado, Aspros y Deuteros, estoy desde la casa de papá terrón de azúcar, ya que yo aun no tengo internet y no se cuando vuelva así que...

Ni modo, espero me entiendan que hasta nuevo aviso de que tenga internet o venga a la casa de mi novio, no podre actualizar.

Los quiero mucho mis terrones de azúcar y a celebrar a los gemelos del pasado.

Feliz dia del padre a todos sus papis mis terroncitos de azucar.

Ahora si es el ultimo de este día mi terrón, quería publicar los dos que les debo de la semana pasada, pero pues no se pudo ya debo volver a mi casa.

-Vamos, despierta de una vez-

-¿Mmh?-

-Deuteros, tienes que levantarte-

-Pero…- Los ojos del pequeño niño moreno, se abren despacio, para dejar ver el rostro de otra persona muy similar de piel clara.

La sonrisa del mayor de aquellos gemelos, es amplia ante la vista azul oscura del otro.

-¡FELIZ CUMPLEAÑOS DEUTEROS!- Lanza un grito, sin importar lo temprano que puede ser.

-¡¿ASPROS?!- El pequeño rostro de asombro del recién levantado, es muy evidente… Incluso temeroso por quien está delante -¿Qué haces aquí?- Sus interrogantes dejando ver la angustia de esta presencia.

La sonrisa es evidente, el mayor está feliz de poder estar en ese lugar junto a quien comparte el día de nacimiento, después de todo tenía tiempo sin verlo.

-Quiero celebrar nuestro cumpleaños, juntos- Declara tan tranquilo y sentándose a un lado de aquel lecho duro que usa el menor para dormir.

-Pero…- Niega rápidamente con la cabeza, aun a su corta edad, reconoce que el hecho de que su gemelo mayor este allí, traerá consecuencias para este –Debes volver al santuario-

-Deuteros… Solo por hoy, vamos a pasarlo como hermanos- Ladea su cabeza algo curioso por la forma de preocuparse del menor, pero igual sigue sonriendo.

Entiende a lo que se refiere, pero no puede negar que de verdad extraña la compañía de su otra mitad, solo pedía un día, uno donde volvieran a ser tan unidos como antes.

En donde aquellas diferencias que se marcaron en algún momento de sus vidas, se hicieron tan grandes que separaron a dos gemelos, que no deseaban esa lejanía, pero no existía de otra.

Uno acepto su destino, seria fiel a los ideales estandarizados en el santuario, todo para que el mayor cumpla su deber.

Haría el sacrificio necesario, incluso… Si es visto como un demonio, y tener que usar esa mascara siempre, sin importar que duela, que sea rechazado u odiado, lo aguantaría todo.

-Aspros… Esto te meterá en problemas…- Aun con esa mascara de cuero que oculta su rostro, logra hacer que sus palabras lleguen, evidencia la gran preocupación hacia su gemelo.

Un abrazo, es la respuesta que el peli azul da.

-No importa, solo quiero estar contigo- La voz susurrante, dedicada para el más joven que sin saber por qué está temblando ante el contacto del mayor –Te extraño mucho-

Es un sentimiento muy cálido, algo que sabía que anhelaba tanto, pero no diría su egoísmo a nadie, sabiendo que ahora la vida los separa por la voluntad de la misma Atena.

No podía existir el menor en el santuario, para que Aspros consiga la armadura dorada de Géminis debe concentrarse en ello y siempre… El gemelo menor debe irse a esa isla olvidada por los Dioses.

Sin embrago… En el corazón de Deuteros no existía espacio para el rencor u odio, seguiría ayudando al santuario de cualquier manera posible.

Su sacrificio es por un bien mayor, pero no puede evitar sentirse en completa soledad…

Aspros y Deuteros, solo sabían desde que tienen uso de memoria, que han estado juntos toda la vida.

Aun siendo corta su edad, aquel amor fraternal que se tienen es sumamente grande.

Deseaban entrenar para su Diosa, portar alguna armadura y defenderla, pero… Solo uno debía hacerlo, y el otro… Volverse su sombra.

Aunque el mayor trato de evitarlo, pues no quería separase del moreno, sin embargo…

Deuteros acepto su destino sin titubear.

No le importara todo lo que conllevara esto, por el bien de Aspros y de la misma Atena estaría bien.

Ahora… Unos pocos años después, ya siendo unos adolescentes.

Esta delante de él… Su gemelo mayor, abrazándolo con tanta necesidad y dolor.

Las lágrimas comienzan a salir de ambos pares de ojos azules.

Una cercanía que no podían dejar de sentir en estos momentos.

Años sin verse y el tiempo no había roto su lazo de hermandad.

-El patriarca… ¿Sabe que estas aquí?- Limpiando sus lágrimas con el antebrazo, pero no rompía el abrazo.

-Le dije que debía ocuparme de un asunto importante, y volvería para la tarde- De igual forma las lagrimas que caen, lo hacen sobre el hombro del moreno, no se apartarán este día, aunque solo fuera uno, por los años lejos.

-Los demás caballeros de seguro te prepararan algo… Por tu cumpleaños…- Los ojos azules clavados en los contrarios, no se podía ver, pero sonreía detrás de esa mascara.

-No me importa en lo más mínimo, celebrarlo con ellos… Con nadie que no seas tú- Aunque las gotas saladas caigan por sus mejillas la sonrisa se refleja, demostrando que no interesa la distancia, siempre serian hermanos, su cariño incondicional estará allí, para el otro.

-Pero…- Aun duda, teme tanto que las consecuencias sean muy grandes para Aspros.

-Deja de preocuparte, ¿Si?- Aunque el abrazo se rompa, la cercanía jamás.

Llevando sus manos detrás de la cabeza del menor, justamente a donde las ataduras de esa mascara están, para de una vez por todas, pueda volver a ver ese rostro que aunque similar a él, necesitaba verlo en otro.

-¡ASPROS! ¡NO LO HAGAS!- Sentirse libre de aquella marca, de su sello como sombra de su gemelo, le trae miedo.

Se supone que no debía hacerlo, solo para comer o beber, pero… Si se lo quitaba sin una buena razón, podría desatara una calamidad… No podía dejar ver, que el caballero de géminis tiene otro yo.

-No pasara nada malo- Niega con su cabeza, sonriente, sujetando aquella mascara en su mano, para dejarla olvidada a un lado –Te prometo que todo estará bien-

-Está mal- Aunque sabe que esta haciendo algo incorrecto, sus manos son llevadas a su propia cara, sintiendo las marcas de lo que ocultaba su rostro, están rojas… Sin duda representa que en cierta forma ya le queda ajustada, sin embargo no había tenido tiempo para buscar otra más a su medida.

-¿Te duele?- Las cálidas manos del mayor toca su rostro, para encontrarse con las ajenas. La cara de este refleja preocupación, por como el moreno ha sufrido estos años…

Un sufrimiento que no es para nada justo…

¿Por qué no podían ambos estar juntos?

¿Por qué separar a dos personas que son solo una?

Es doloroso de tan solo pensar que debían alejarse al terminar el día… Que no volverán a verse por quién sabe cuánto tiempo.

Deuteros podría estar bien con el castigo que se le impuso y aceptó.

Pero Aspros no lo está…

El deber de un hermano mayor es proteger al menor, sin embargo no lo pudo hacer… No lo ha logrado.

Le juro que siempre estarían juntos, que nada malo le pasaría al estar uno a lado del otro, más no cumplió…

Su hermanito sufre constantes maltratos, mientras él… Aunque entrena duramente y el dolor físico es inminente, tenía un lugar a donde volver, personas que le sonrían y no lo veían como un demonio, un lugar cálido en donde podría descansar y la admiración de muchos.

Eso de nada valía, si es todo lejos de quien desea proteger.

-Está bien… Molesta un poco, pero… Estoy acostumbrado- Sonríe ampliamente, las lágrimas se habían ido para dejar solo la alegría impresa en su rostro.

Espero tanto ver esa preciosa sonrisa de nuevo, le molesta tanto que este con marcas rojas de aquello que le ordenan portar.

Su sangre hierve, su cosmos se intensifica por este dolor que Deuteros debe soportar por su culpa.

O por lo que el santuario desea…

Su odio a esta altura, ya ni sabe a dónde va dirigido…

-Cálmate…- El susurro del menor se escucha, mientras toma ambas manos del peli azul mayor.

-Pero… Deuteros… A veces he pensado que podríamos…- Con el ceño fruncido, sujetando con cuidado las heridas manos del moreno.

-No se puede… Se lo que dirás- Esa delicada sonrisa nuevamente, quiere trasmitirle que no debe preocuparse, piensa en esa idea, que nada bueno podría traerles.

-Intentémoslo… Solo una vez…- No quiere una negativa, ya no soportar que sufra de esta manera Deuteros, si lo puede salvar, lo hará, aunque significa renunciar a la armadura.

-Aspros… No tengo nada que darte de regalo, pero…- Sonríe, tomando de nueva cuenta las manos del mayor –Podría intentar preparar algo delicioso para los dos- Está intentando cambiar el tema, posee un buen y bondadoso corazón, que jamás permitiría que él pierda el camino de su vida.

-¿Porque tienes que ser así?- Aun se cuestiona la amabilidad del moreno, sigue siendo igual de lindo de cuando eran más pequeños, aunque con todo esto, no ha dejado de serlo.

-Hoy es nuestro cumpleaños, así que… En vez de pensar en cosas malas o tristes, solo vamos a sonreír y pensar en un futuro donde podamos volver a estar juntos, más… Que sea todo aceptado por el santuario, sé que algún día lo podremos lograr, solo que…- Suspira algo triste –No será pronto, pero existirá en un futuro, estoy seguro- Las sonrisas son las que quiere expresar ahora que la máscara esta fuera de su rostro.

La alegría en Deuteros es aun suficiente para hacer que aquel corazón olvide sus tormentos solo un momento.

Desearía tener una idea para ayudarlo, pero… No es el momento, lo sabe…

Si confía en el futuro, puede que algún día…

Los gemelos nacidos bajo Géminis… Que alguno este destinado a portar aquella armadura, puedan estar juntos, sin importar nada… No lo separen durante el entrenamiento jamás.

¿Podría pasar eso en alguna generación futura?

¿Se repetirá la misma historia?

¿Acaso se puede aprender del pasado?

-Está bien… Te ayudare a buscar lo que necesites- Toma la mano del moreno, para sujetarla con fuerza, prometer que este día no la soltara.

-Gracias- El caminar comienza lento.

-No lo agradezcas… Necesitaba verte- Estarán ambos uno a lado del otro, por este día, solo uno es suficiente por el momento…

Al día siguiente, volverían a pasarlo en soledad, sin su otra mitad de nacimiento.

-Feliz cumpleaños Aspros-

Notas finales:

Buenos días, tardes, noches, ¿Qué hora es? ¿Quién me ha robado el reloj? ¿Cómo están mis terrones de azúcar? Solo vengo rapidito, para decirles que los quiero mucho, disfruten mucho este capitulo, este especial para estos dos gemelitos, que llegue a amar y odiar a partes iguales.

 Sin mas a cantarle la canción oficial de la familia terrón de azúcar.

 Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Aspros y Deuteros tu cumpleaños si que si. 

 Un día feliz para ti, hoy es tu cumpleaños si que si, felicidades Aspros y Deuteros tu cumpleaños si que si.

Bueno mis terrones de azúcar, me despido y ahorita me despido, nos veremos algún día creo jajajaja, los mega quiero mis terrones de azúcar. Por favor hagan caso a las medidas de higiene, manténganse a salvo.

Feliz día del padre a todos sus papis mis terroncitos de azúcar.

Ammu se va.


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