-Respóndeme…- Sasuke apretó más la mandíbula al alzar la muñeca de Naruto
-¿Es que también eres estúpido?
Pero contrario a lo que Sasuke pensó, Naruto apartó el firme agarre sobre su muñeca, espabilándose cada vez más del efecto del formol que previamente le había sido colocado
Fue suficiente. En un arranque de ira mucho mayor, Sasuke empuñó su mano y le propinó un fuerte puñetazo que resonó por todo el pasillo
-C…creo que te estás excediendo, Sasuke. Mejor deberíamos….- Suigetsu calló al confrontar la iracunda mirada del otro. Desde el principio sabían lo que hacían, no habría vuelta atrás, lo habían secuestrado y ahora Sasuke perdía nuevamente el control de si mismo
-Lo diré por última vez- Naruto escupió hacia un lado al ser sujetado del cuello de la camisa, solo quería que todo terminara de una vez, poder salir de ahí y buscar a Sasori, quizá pedirle perdón por seguir siendo tan débil, lo suficiente para no poder librarse de esa situación en la que él mismo se había metido, por permitir que su relación con Sasuke llegara hasta esos extremos, por vivir cegado, por intentar hacer feliz a alguien aun cuando él mismo no encontraba su propia felicidad. Con Sasuke había dado hasta el cansancio y con Sasori había sido a la inversa
Solo por eso no pensaba ceder, no diría lo que Sasuke quería escuchar, no proferiría una sola mentira con la única finalidad de hacerlo sentir bien consigo mismo
-¿Qué significa esto?
Harto del mismo cuestionamiento y de la presión ejercida sobre su cuello, Naruto se forzó a separar los labios para responder lo que Sasuke tan bien sabia
-Me voy a casar con….- el estruendo fue incluso mayor que el golpe seco producido cuando su cuerpo tocó el suelo. Naruto se encogió y cerró los ojos. La sangre comenzó a descender de algún lado de su cabeza, no supo exactamente de donde pero su vista se empañó con el tibio líquido carmesí, humedeciéndole las pestañas y trazando un recorrido irregular al bajar por sus mejillas
-Ya es… ¡ya es suficiente!- esta vez, Suigetsu alzo la voz. Sasuke resopló al tener el puño aprisionado por la mano del albino. –Vas a matarlo, ¿es eso lo que quieres?
-El me mató antes- pronunció Sasuke en voz tan baja que le costó descifrar si realmente lo había dicho. –Eres mío, Naruto- se agachó para quitarle el anillo pero Naruto seguía resistiéndose, empuñando con fuerza la mano, aferrándose a ese anillo como si la vida se le fuera en ello
Sin embargo, no fue suficiente, la fuerza de Sasuke era mucho mayor y fue cuestión de segundos para que el anillo se deslizara fuera de su dedo, la prueba factible del amor de Sasori
-¡Devuélvemelo!- la sangre escurrió por su barbilla al alzar la mirada pero fue tarde de nuevo
-Juugo
El aludido empleó toda su fuerza al dejar caer su pie sobre el anillo, el metal se dobló, partiéndose por la mitad, los diminutos cristales se hicieron cada vez más pequeños
-No…- Naruto cerró con fuerza los ojos cuando Sasuke se aproximó hacia él para quitarle la camisa. –Por favor, no…
-¿Es en serio?, ¿otra inversión?- Sasori no podía creerlo, aun teniendo el recibo en mano le parecía una utopía dilucidar en lo mucho que estaba mejorando su grupo laboral, pero independientemente estaba logrando mucho mas
-Dijo que quiere cinco lotes de marionetas, al menos diez diseños diferentes
Dentro del despacho, Sasori asintió a lo que Konan le decía, aun incrédulo de que alguien se interesara en uno de sus proyectos pasados que no habían tenido mucho éxito, ninguno en realidad
-¿Cuál es su nombre?- quiso saber, doblando el recibo del pago adelantado por la mitad
-Sabaku no Kankuro, un marionetista- respondió Konan, cogiendo el teléfono del escritorio
-Sabaku no Kankuro- repitió Sasori para memorizarlo. Decidió guardar la nota dentro del portafolios para evitar perderla, usaría ese dinero para sorprender a Naruto, podían tener alguna cena mas especial, incluso usarlo para irse de viaje, cualquier cosa estaría bien. -¿En donde esta?- pero al empezar a buscar, se dio cuenta de la ausencia del portafolio, siempre que lo llevaba consigo, solía dejarlo junto al escritorio o en última instancia sobre la silla, pero no había nada ahí. Era increíble que reprendiera a Naruto por ser descuidado en la juguetería y él cometiera la misma clase de errores en la oficina
Un idiota enamorado, eso es lo que era
Suspiró y esperó a que Konan finalizara la llamada para marcar el número de su casa, a sabiendas de que Naruto aun estaría ahí a esas horas
El sonido intermitente resonó varias veces pero no hubo respuesta, la llamada no se enlazó
¿Habría ido a algún otro lado? quizá a la piscina o al parque, puede que olvidara presentar algo en el colegio o tuviera que salir a pedir algún apunte
-¿A dónde vas?- preguntó Hidan al ver a Sasori entrar al elevador
-A mi casa, olvidé mi portafolio…
Pero el motivo que lo llevó a su casa pasó a último término cuando Sasori encontró la puerta entreabierta y algunos muebles volcados, por efímeros instantes su corazón dejo de latir y fue en ese momento que se percató de lo ocurrido
Karin miraba aterrada la escena, bloqueando la puerta y al mismo tiempo, asegurándose de que nadie más entrara, aunque eso fuera imposible, estaban solos en el departamento de Sasuke, ella misma se había cerciorado de que Sasori laborara hasta tarde ese día, no habría quien interfiera esta vez
Suigetsu negó en ademan, rehusándose a seguir siendo participe. Se aproximó hacia la puerta pero Juugo lo interceptó enseguida al tener la orden explicita de Sasuke en torno a no dejar entrar ni salir a nadie
-No, Sasuke…- Naruto mantenía los ojos cerrados mientras aferraba las manos de Sasuke entre las suyas, impidiéndole que le quitara la camisa, que lo desnudara, ya no le pertenecía, ya no iba a entregarse a él, solo a la fuerza Sasuke podía conseguir lo que quería y como siempre, lo obtendría
-¿Qué demonios es esto?- cuestionó Sasuke al levantar un poco más la camisa. Por toda respuesta, Naruto ladeó la cabeza. –Un tatuaje, ¿un tatuaje de pareja?
No iba a responder, ya no lo haría, estaba demasiado aturdido por los golpes, demasiado triste para enfrentarlo, demasiado débil para oponerse
-¿Qué harás ahora?- la pregunta de Suigetsu quedo en el aire cuando Sasuke se adentró a otra de las recamaras, sin embargo, la respuesta fue obvia al verlo salir con una navaja
Karin comenzó a sollozar, empañando las gafas, indecisa sobre continuar o marcharse, tampoco tenía ya alternativas. Juugo los miraba impasible a ambos, sin tener en cuenta ninguna emoción, ninguna orden que no fuera cubrir a Sasuke
-No…no…- la sangre seca se humedeció con las lágrimas
-Sujétalo de las manos- ordenó Sasuke ante el suave pataleo de Naruto. En menos de un minuto, Juugo lo inmovilizó, oprimiendo ambas muñecas con mucha fuerza, provocando que Naruto se quejara por lo brusco del agarre. –Yo también voy a marcarte
Naruto se retorcía entre ambos, mordiéndose los labios con fuerza, tratando de transportar su mente a otro lugar cuando la punta de la navaja penetró superficialmente la piel. Miles de aguijonazos lo recorrieron entero conforme Sasuke movía la navaja sobre su estomago, justo encima del tatuaje temporal que se había hecho
Quiso gritar pero sus labios solo emitieron balbuceos de dolor sin sentido, cual cachorro quejándose ante la tortura, y las lagrimas seguían corriendo, una a una hacia los lados
Trató de centrar su mirada en el techo a pesar de que solo veía sobre él una enorme mancha blanca. El insoportable dolor le quemaba las entrañas, sus piernas dejaron de moverse y a punto estuvo de rendirse cuando la escuchó quejarse
Karin soltó un improperio cuando cayó al suelo, producto del fuerte golpe dado a la puerta
Sasori se incorporó poco a poco, sin importarle en lo más mínimo el dolor punzante proveniente de su hombro derecho, bien podría habérselo dislocado y ni siquiera ese dolor era equiparable con la rabia que lo carcomía entero
-Juugo, encárgate
El aludido se levantó para embestir al pelirrojo con todas sus fuerzas, sin darle tiempo a mirar nada más
Sasori aferró el pequeño artefacto que había llevado consigo, alzó el dedo anular y lo dejó impactarse de lleno en las cuchillas
Un grito más desgarrador escapó de la garganta de Karin al ver el cuerpo de su compañero robusto en el suelo, con el rostro empapado en sangre, un charco oscuro que crecía y crecía, expandiéndose por el suelo hasta llegar a sus pies
Incrédulo, Sasuke se levantó, mirando la navaja que tenía en las manos. Naruto había dejado de quejarse hace poco, sumiéndose en la inconsciencia acaecida por el dolor, un dolor similar al que él había estado experimentando esos meses, un dolor que se transformó en odio, llevándolo hasta esos extremos, hasta el punto de tener que reclamar lo que era suyo de nuevo, aun si tenía que lastimarlo de ese modo. Incluso prefería matar a Naruto que tener que mirarlo con aquel imbécil. Ya nada le importaba, Naruto le pertenecía, desde siempre, fue él quien se encargó de acogerlo primero en su casa, fue él quien le propuso varias citas desde que Naruto estaba en el asqueroso orfelinato, muriéndose de hambre, con las prendas rotas al igual que su sonrisa
Lentamente Sasori avanzo hacia él, su raciocinio se había quebrantado totalmente al reparar en el estado de Naruto, en toda esa sangre, en los moretones
Entonces pisó algo mucho más duro y pequeño, un objeto que lo forzó a vacilar unos instantes para darse cuenta de que se trataba del anillo que le había obsequiado a Naruto. El que con tanto esmero seleccionó, el que con tanto esfuerzo y nerviosismo entregó
-Naruto…- se detuvo de nuevo al escucharlo musitar en voz baja. Sasori se acercó aun mas, viendo como Sasuke retrocedía los pasos que él daba en su dirección, seguro de que su semblante debía estar distorsionado en ese momento por la cólera y la tristeza
Se puso de rodillas para tomar a Naruto de la cintura y sus ojos se empañaron al notar la zona de donde manaba la sangre
-G…gracias por…- Sasori se forzó a escucharlo, aferrando su muñeca con firmeza, deshaciéndose en amargas lagrimas de dolor, sintiendo el mismo sufrimiento que Naruto había experimentado, no solo en ese momento, desde siempre. Desde que lo conoció había visto esa misma mirada triste que sin embargo seguía brillando. Pese a ya no notar ese brillo característico en su mirada. –Hacer…me… sen…tir especial
Besó con suavidad el dorso de su mano, deteniéndose únicamente para acariciar el dedo que ya no portaba el anillo. Naruto trató de corresponder el abrazo pero el dolor en su abdomen lo obligó a quedarse como estaba
Cual autómata, Sasori volvió a levantarse, pensando en todos los momentos que había vivido Naruto junto a aquel bastardo. Recordando cuando lo vio en la juguetería la segunda vez, con esos cardenales marcándole el rostro, el ruego atrapado en su mirada
Reflexionó inclusive sobre aquella vez que pensaba enfrentar a Sasuke, la vez en que decidió tragarse sus palabras y en cambio besó a Naruto delante de él para demostrarle que Naruto ya tenía a alguien mas en su vida, aun sin habérselo preguntado antes
Recordó haber vislumbrado dolor en sus facciones, la mirada que casi clamaba la palabra "débil" sin saber si aquello iba dirigido a él o a Naruto
Entonces se tragó su respuesta
"El débil eres tú que para sentirte fuerte, lastimas a quien más quieres"
Y se hundió en los suaves labios de Naruto, queriendo evitar a toda costa un enfrentamiento innecesario, sin imaginarse que todo terminaría de esa manera
Se juró a si mismo cumplir su amenaza. Todo el dolor acumulado, entremezclado con el odio, con una sed de venganza que lo cegó a lo demás
-¡No, Karin, espérate!- murmuró Suigetsu al verla correr hacia el pelirrojo para asirse con fuerza de su cintura, impidiéndole avanzar más y llevar a cabo su cometido
Sin contemplación alguna, Sasori la tomó del brazo, torciéndoselo hacia atrás, forzándola a arrodillarse y a soltarlo cuando escuchó el crujido interno bajo los tejidos
El rostro de Suigetsu se descompuso ante la escena, retrocedió tambaleante hasta llegar a la puerta pero no le dio tiempo a correr cuando la esfera se incrustó en su garganta. Regurgitó sangre al tratar de hablar, dándose cuenta tarde de que sus cuerdas vocales estaban trozadas. Las cuchillas traspasaron desde la tráquea hasta enterrarse sobre la madera de la puerta
Sasori lo siguió hasta la habitación del fondo, sin preocuparle en lo absoluto no llevar nada con que defenderse. El odio es un sentimiento tan oscuro e indescifrable que provee de fuerza descomunal al individuo en cuestión
Sasuke se vio obligado a detenerse cuando su espalda se impactó contra la pared. Aferró con más fuerza la navaja al no encontrar escapatoria alguna, ¿Por qué huía?, ¿Por qué su cuerpo se estremecía de esa manera?
Nunca en su vida había experimentado un miedo similar, uno que nada tenía que ver con perder a Naruto, era una sensación tan nauseabunda que lo petrificaba
Con mucho esfuerzo, dirigió la navaja hacia su rodilla y la enterró con fuerza
Su semblante se desencajó a causa del dolor pero fue incentivo suficiente para hacerlo reaccionar ante la amenaza
Retiró de una sola vez el filo de su rodilla y arremetió un certero golpe en el otro, siendo su trayectoria desviada unos centímetros. La navaja se introdujo hasta el fondo cerca del hombro derecho de Sasori y los ojos de Sasuke se abrieron descomunalmente al no escucharlo gemir de dolor. Contrario a ello, Sasori esbozó una sonrisa confiada, una burla
Molesto, Sasuke sacó la navaja y volvió a dirigirla hacia su pecho esta vez. Sasori amplió la sonrisa cuando el filo se abrió paso sobre la palma de su mano, la cual había usado de escudo a último momento
La navaja traspasó la piel pero aun con todo, Sasori logró cerrar la mano
-Te diré un secreto- susurró doblando el brazo hacia su derecha, apoderándose de la navaja. Sasuke se llevó la mano a la cabeza cuando cayó irremediablemente. A punto de levantarse, Sasori se lo impidió, colocando su pie sobre la espalda y ejerciendo presión en ella. –No importa cuánto te esfuerces. La basura nunca cambia, solo está destinada a permanecer como la escoria que es
Se acuclilló y sujetó a Sasuke del cabello, posicionando la punta de la navaja sobre su cuello, disfrutando de la perplejidad en su rostro, del temor en su mirada y la suplica que no salía de sus labios a causa de su maldito orgullo
De una sola vez, le atravesó la garganta, extrayendo la navaja poco después para repetir el procedimiento varias veces consecutivas, hasta que el cuerpo inánime dejó de poner resistencia, hasta que la sangre manó con libertad de las heridas, hasta que el silencio se apoderó de la habitación, siendo lo único audible el sonido de la navaja al atravesar la piel
Sus manos se tiñeron de sangre, su respiración se aceleró al ritmo de los golpes, de las arremetidas en vano
Sasori se mantuvo estático al reparar en lo que había hecho, sin arrepentirse realmente, sin estar satisfecho y sin sentirse de ningun modo. Corrió hasta el comedor para tomar a Naruto en brazos, escuchando su débil respiración al acercar su oído hacia su pecho
Naruto se removió en sus brazos, incomodo y adolorido, le exigió que lo bajara y Sasori así lo hizo, reticente a que mirara lo que había hecho. No obstante, Naruto solo lo miró a él antes de abrazarlo y disculparse por una razón incomprensible
Fue hasta después que Sasori comprendió el motivo de la disculpa, cuando Naruto se palpó con suavidad el abdomen, donde la sangre se encargaba de ocultar la cicatriz permanente
Había ya accedido a que lo detuvieran, que lo encerraran y en caso necesario, que hicieran con él lo que quisieran, sin embargo, no fue necesario, nada lo fue cuando le comunicó a su equipo de trabajo sobre lo que había hecho
Una simple llamada y los hechos parecieron surrealistas a partir de ese momento
Para cuando los paramédicos y policías llegaron al departamento, ambos se habían ido y una semana después, todavía no encontraban ninguna pista sobre los asesinatos. Pain había encubierto todo, él se había asegurado de que nadie más hablara, él lideraba la empresa y accedió a darle una nueva oportunidad para enmendarse
Con mucho cuidado, Sasori empapó la tela, sujetándola de un extremo para colocarla sobre la cicatriz. Naruto se mantuvo inmóvil, sin exteriorizar el dolor que le producía el alcohol al entrar en contacto con su piel
Sasori la retiró tras unos instantes, dando por sentado que sin importar que hiciera, Naruto no volvería a hablarle, no le había dirigido la palabra desde hacía días y ni siquiera se dignaba a mirarlo, ¿Cómo iba a hacerlo después de lo que hizo?
Seguramente ahora le temía, probablemente esperaba sanar por completo para poder irse por su cuenta y romper todo vinculo con él
Sasori jamás se sintió tan dolido hasta ese momento, tanto por su rechazo como por su silencio
Ya había pensando innumerables formas de pedirle perdón pero ninguna lo convencía, a final de cuentas nada era suficiente para enmendar lo que había hecho, cualquiera que fuera el motivo, no lo valía, pero seguía sin arrepentirse de ello
En silencio, tomó las vendas de la cómoda y se dispuso a anudarlas sobre su mano derecha. La herida del hombro había sido más profunda, algunas suturas y un par de gasas habían bastado para ello. Curiosamente la misma habilidad manual que tenia con las marionetas le había sido de ayuda ahora
Sasori abrió y cerró los labios, sin animarse a proferir palabra alguna. Optó por ir directamente por la comida pero Naruto lo detuvo del brazo, aun sin mirarlo, sin apartar el rostro de la pared, sin dejar de darle la espalda
-¿Aun me quieres?
Era casi hilarante que le preguntara algo así. Por Naruto estaba dispuesto a enfrentar cualquier cosa, a hundirse si era necesario, a rebajarse y ser un criminal encubierto por un magnate que se había interesado en sus creaciones para fines inconexos. Naruto era su todo ahora, pero se vio obligado a responder de igual manera
-Más que a mi vida
Con dificultad, Naruto esbozó una sutil sonrisa, señalándose poco después el abdomen, donde la letra "S" resaltaba a un costado
Sasori hurgó en los bolsillos de la chaqueta para extraer la navaja, sin inmutarse por la reacción de temor en Naruto
Levantó su polera blanca y se humedeció el abdomen con un poco del alcohol que había usado para la venda. Naruto se inquietó, sus ojos vibraron temerosos pero no pudo levantarse por su cuenta
Lo vio incrustar el filo en su costado y reprimir una mueca de dolor en los labios. Fueron apenas tres líneas, dos rectas y una transversal que las unía por el medio
Naruto ahogó un sollozo cuando la sangre ocultó la letra "N" del abdomen de Sasori
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