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Dulce venganza. por RLangdon

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Helaba. El grueso manto de hielo parecía tan frágil a simple vista que Naruto temió que se rompiera en cuanto diera el primer paso. Procedió a enredarse aun más la bufanda en su cuello y retrocedió para sentarse en una de las bancas laterales a la pista de hielo
 
Los guantes y la chamarra lo protegían del frio pero su rostro se tornaba cada vez mas helado, los parpados los sentía rígidos y la nariz entumecida pero el bello paisaje que se contraponía entre el otro extremo del edificio lo tenía sumamente maravillado. Era la primera vez que visitaba un lugar similar y a pesar de no tener experiencia en esa actividad, le resultaba divertida la idea. Desde que Sasori se la mencionó, no dejó de preguntar por ella
 
Y ahora ahí estaban. Su novio adquiriendo las entradas mientras él se congelaba en ese banco al tiempo que tomaba nota sobre los escasos cinco individuos que derrapaban sobre la pista de patinaje
 
Un niño y cuatro adultos. El lugar estaba casi vacío y eso le agradaba, sobre todo teniendo en cuenta que no sabía patinar. Al principio creyó que con verlos bastaría pero ahora comprendía que se equivocaba. Era incluso más difícil contemplar las caídas sin imaginarse a si mismo haciendo lo mismo
 
Una tenue luz blanquecina cubría el lugar, resaltando aun más el tono albugíneo del hielo. Diminutas chispas de nieve le salpicaron el rostro al aproximarse más hacia la pista, armándose de valor y dejando atrás el nerviosismo
 
-Ven
 
Naruto se dio la vuelta para apreciar mejor a su pareja. A diferencia de él, el pelirrojo portaba un saco grueso, siempre vistiendo sutilmente elegante, era comprensible al ser diez años mayor que él
 
Se veía guapísimo
 
El rubio se dejó guiar hasta la banca, donde tomó nuevamente asiento para colocarse los patines. Ansioso de poder mezclarse con el resto de personas que, alegremente, se deslizaban sobre el hielo
 
Era un sitio hermoso, utópico para sus ojos. Pero al final de cuentas era tan real como el suave tacto de la mano de Sasori sobre su mejilla
 
El repentino beso apenas duró unos instantes, los suficientes para desorientar a Naruto. Podría darle un beso seguido de otro y seguiría sin asimilar lo que estaba pasando
 
Su aliento cálido se volvió vapor cuando sus labios se vieron liberados. Naruto se palpó el labio inferior, al igual que su nariz, sus labios estaban un poco entumecidos, los sentía inclusive resecos pero no le dio importancia
 
Abrochó bien los extremos de los patines y accedió a tomar la mano de Sasori como apoyo para levantarse
 
Fue fácil llegar a la pista de patinaje pero no lo fue introducirse dentro de ella. Naruto vaciló una y otra vez, dando por sentado que perdería el equilibrio. Sus pies se rehusaban a obedecerle pero cuando vio a Sasori de pie a unos dos metros frente a él, decidió apresurarse
 
Se sujetó del borde de metal que rodeaba la circunferencia helada y se recorrió de a poco, usando más apoyo en las manos que en las piernas, aun tenía el presentimiento de que el hielo se rompería bajo su propio peso
 
-No tengas miedo- habló el pelirrojo a sus espaldas. Naruto se incorporó rápidamente para aferrarse con más fuerza al borde de metal. El pequeño niño pasó a su lado sin que pudiera contemplarlo más de unos segundos
 
Más confiado, Naruto dejó de sujetarse, golpeteó el suelo congelado con la punta de los patines para cerciorarse de que fuera seguro
 
La suave risa lo incomodó sobremanera
 
-¿Qué es tan gracioso?- preguntó haciendo un mohín, perfectamente consciente de a que se debía la risa de su pareja
 
-Tú lo eres- Sasori se acercó para revolverle el cabello y luego apartarse unos cuantos metros. Naruto trató de alcanzarlo pero sus brazos apenas pudieron palpar la brisa emitida por el veloz movimiento del pelirrojo. –Primero pierde el miedo. ¿Qué sucede si te caes?
 
Naruto no tuvo que pensarlo para responder
 
-Me levanto- respondió con plena seguridad. Complacido, Sasori asintió. Cruzó los brazos sobre su pecho y volvió a acercarse al chico, más despacio esta vez. Resultaba un tanto irónico que sus conversaciones o afirmaciones escuetas con Naruto tuvieran doble significado pero así era, desde el inicio de su relación había intentado demostrarle no solamente lo valioso que era, sino también de que manera debía preservar su autoestima
 
Con el tibio vapor manando de su boca, Naruto trató de mantener el equilibrio al tiempo que deslizaba un pie hacia el lado derecho y el siguiente hacia el izquierdo
 
-No es por ofender pero pareces un cervatillo aprendiendo a caminar- susurró Sasori en su oído, haciéndole perder el control de sí mismo
 
-No es divertido- sonrió Naruto, poniéndose de pie. El golpe no le había dolido, comprendió que las intenciones de Sasori eran hacerlo caer para que comprobara por su cuenta que no sucedía nada terrible si llegaba a tocar el suelo. -¿Me ayudas?- preguntó tras el tercer intento fallido de incorporarse. Sasori se aproximó hacia él para sujetarlo de los brazos pero no le dio tiempo a cumplir su cometido cuando Naruto se abrazó de sus piernas para hacerlo caer junto a él
 
-¿Es esto valido, Kitsune?
 
Naruto se encogió de hombros y se apoyó en las palmas de las manos para levantarse
 
-No lo…- calló al sentir el agarre en su bufanda. Un ligero tirón hacia atrás y Naruto se halló de espaldas sobre el hielo, contemplando sobre él la sonrisa burlona del pelirrojo. Sus labios esbozaron una sonrisa de correspondencia antes de levantarse para tratar de huir en medio de aquel juego infantil de atrapar al contrario
 
Solo una pregunta nubló su mente mientras rodeaba el endurecido manto helado…
 
¿Así se sentía estar enamorado?
 
Una tras otra, fue pasando las fotografías. Retratos simples tomados en la mínima distracción gracias a sus subordinados. Solo veinte de ellas, una por cada día. Casi se cumplían dos meses desde que Naruto se fue de su lado, desde que decidió dejarlo por aquel imbécil de Gaara, no…de Sasori
 
Akasuna no Sasori. Actual propietario de un establecimiento con artilugios triviales. Asistente administrativo y en teoría, un estorbo
 
Arrojó lejos las imágenes que mantenían plasmada aquella relación incipiente que deseaba destrozar. ¿Hasta cuándo continuaría?, ¿Cuánto tiempo faltaba para que Naruto regresara a su lado?
 
No quería corroborarlo. Ya no soportaba la espera al quedarse de brazos cruzados y ser testigo de cómo se fortalecía la relación que sencillamente no debía existir
 
No supo en qué momento su noviazgo se debilitó. Tampoco fue consciente de estar perdiendo a Naruto hasta que ya era demasiado tarde para recuperarlo de buena manera, en buenos términos, quizá con alguna discusión de por medio que, quedaría en el olvido con el transcurso de los días
 
Podía simplemente ir y tomarlo, reclamar lo que le pertenecía a la fuerza de ser necesario. Bastaba con esperar el momento idóneo para ir a buscar a Naruto. Sabía que no podían estar juntos todo el tiempo, por más que lo desearan
 
El problema radicaba en el tiempo, en la espera que se había ido alargando, pasando de ser días a semanas, después meses. Y es que tenía la efímera pero insistente esperanza de que Naruto recapacitara, que se diera cuenta de lo que él había descubierto hasta hacia poco
 
Lo necesitaba. De una forma inexplicablemente ridícula. Sentía su propio pateticismo al contemplarse en el espejo cada mañana. Las ojeras comenzaban a extenderse a falta del sueño
 
Su único logro en ese par de meses había sido el nuevo empleo en una empresa aledaña. Habia tenido que cambiar el nombre de su equipo de trabajo para ser nuevamente aceptado
 
Pasando de ser Hebi, a Taka. Pero Taka tenía un objetivo que iba más allá de los propósitos de la industria
 
Venganza…
 
-Tienes un raspón en la nariz- Sasori se inclinó sobre su lugar para mirar más de cerca el pequeño rasguño. Apenado, Naruto apartó la mirada al saberse observado por los comensales dentro del restaurante. Había tropezado al menos unas quince veces en el trascurso de una hora así que no le sorprendía tener más de un golpe en el cuerpo. Al menos se debían a otra causa esta vez
 
Tuvo mucha suerte de que aquella ocasión Sasori no lo pillara con las compresas de hielos. La resaca le había durado todo el día y al siguiente el dolor de cabeza aun persistía. Pero con todo y ello habían continuado saliendo juntos, tal como hacían ahora. El muchacho era muy amable y dedicado con él, aunque le fastidió un poco que no recordara su primera vez juntos
 
Sasori jamás hizo ningun comentario al respecto así que supuso que no estuvo al tanto de lo ocurrido, y definitivamente no quería ser él quien se lo dijera
 
-Te gusta mucho el ramen- comentó de pronto Sasori, señalando el platillo de Naruto con los palillos
 
-No todos- Naruto tomó la jarra con agua fresca para verter un poco en su vaso. El chocolate caliente estaba bien pero no iba con los fideos ni en broma. –El ramen extra condimentado no me gusta. Ni el picante
 
-Eso explica porque no te he visto pedirlos antes
 
Sasori relajó el semblante y se dispuso a comer también. Estaba más convencido que nunca de que Naruto era su complemento, justo lo que le hacía falta a su monótona rutina. De otro modo no se dignaría a salir como había estado haciendo últimamente. Sus vacaciones habían finalizado hacia dos semanas pero todavía podía darse el lujo de retirarse antes que sus compañeros de trabajo. Un incentivo de parte del nuevo ejecutivo. No hacía falta quedarse hasta tarde y él no necesitaba el dinero extra. Con su Kitsune era más que suficiente para motivarse, ahora tenía una razón para sonreír como idiota cada cierto tiempo
 
Sin darse cuenta, Sasori tomó la mano de Naruto y depositó un beso en el dorso de ella, manteniendo los ojos cerrados en todo momento
 
Naruto se ruborizó hasta las pestañas, sin comprender de qué iba aquel gesto desprevenido. Con Sasori era imposible predecir sus acciones hasta que las hacia pero aquello lejos de disgustarle, le agradaba. Lo hacía sentir especial de algún modo, deseado
 
Cuando llegaron a la casa que compartían ambos, Naruto no supo si sugerir ver alguna película o simplemente irse a dormir temprano. Tenía deberes para mañana pero le fastidiaba un poco la idea de quedarse solo como cada noche. Solo dos veces había compartido la habitación con Sasori, estaba segurísimo de que el muchacho quería que fuera él quien diera el siguiente paso, que le pidiera su compañía sin miramientos ni dudas
 
Y la única duda que tenía actualmente era respecto a las películas. Por nada del mundo Naruto volvería a mirar una de terror, así fuera clásica o moderna, prefería alguna de acción. Lo mejor era ir al cine, sería más emocionante si veían la película en una de esas salas de tercera dimensión que visitaron hace una semana. El pagaría esta vez, ya había ahorrado un poco de efectivo gracias a las ganancias de su empleo en la juguetería. Aunque no sabía de que le serviría en el futuro porque ya había descartado irse de la ciudad
 
Ahora lo último que quería era estar lejos de Sasori. Estaba perfectamente bien de esa manera
 
Naruto miró al pelirrojo desvistiéndose y se vio forzado a mirar hacia otro lado. En realidad solo se había quitado el saco pero era suficiente aviso para él
 
-Me…me divertí mucho hoy- sonrió a la nada, mirando el suelo. No quería llamar su atención, solo que lo escuchara, que se diera cuenta que realmente había disfrutado salir con él. Adoraba hacerlo, gracias a Sasori había conocido lugares que ni siquiera creyó que existieran. Se sentía agradecido y quería hacérselo saber, aunque solo fuera mediante unas cuantas palabras
 
-Me alegra- respondió Sasori desde el pasillo, desenredándose la bufanda y lanzando lejos los guantes que, ya le molestaban
 
-Me preguntaba si podíamos ir mañana al cine- se entusiasmó Naruto, alzando de a poco la mirada, convencido de obtener una respuesta afirmativa, con Sasori era así, nunca rechazaba nada de lo que le decía
 
-Por supuesto. Hay varios estrenos en cartelera. Podemos ir a las cinco para tener tiempo de elegir la película
 
-Solo que no sea de terror- pidió el rubio, dejándose caer en el sofá con un gesto zorruno en los labios. Sasori estaba por responder cuando los golpes contra la puerta lo interrumpieron
 
Fue hasta la entrada y sin miramiento alguno, abrió la puerta
 
-Sasori- una anciana lo abrazó con fuerza al tiempo que daba un paso al frente para entrar. El pelirrojo palmeó ligeramente la espalda de su pariente
 
-Abuela. No te esperaba
 
-Claro que no, muchacho desconsiderado. Quise marcar pero decidí venir en persona- la mujer de edad avanzada se apartó de él y trató de enfocar la mirada en el interior de la vivienda. –No cierres- exigió al oír el rechinido de la puerta
 
Intrigado, Sasori soltó el pomo de la puerta para ayudarla a entrar
 
-¿Por qué no, abuela?
 
-Una jovencita me acompañó hasta aquí. Le pedí instrucciones pero no entendía nada así que accedió a acompañarme directamente para que no me perdiera. ¿No es linda una jovencita así?
 
-Supongo- contestó Sasori, dejando la pesada bolsa sobre la mesa
 
Naruto asomó el rostro por encima del sofá y al ver a la nueva inquilina, se ocultó bajo los cojines, una postura ridícula en la que reparó segundos más tarde
 
Vio a la mujer de cabellos grisáceos sentarse junto a la mesa y optó por presentarse
 
-No te quedes ahí, ve y pasa a la joven- le ordenó, apuntando con el índice hacia la nevera
 
-Sí, abuela- respondió el pelirrojo en automático, yendo hasta la entrada y olvidándose completamente del confundido Kitsune que se había quedado de pie cerca del sofá
 
-Hola…- el saludo perdió efusividad cuando ambos se observaron detenidamente. Sasori reprimió una maldición, se mostró impasible al tiempo que se cruzaba de brazos
 
-¿Qué haces aquí?- quiso saber, modulando el tono para evitar que Naruto lo escuchara…Naruto
 
-Yo…solo. Vine a acompañar a…no importa- se retractó ella con un ademan desinteresado. –Ya me iba
 
-Ah, ahí estas. Vamos, entra- la anciana se posó junto al marco de la puerta para abrirla aun mas, dejando a Sasori con las palabras en la boca. –Sasori no seas grosero. Creí haberte enseñado a tener modales con las señoritas
 
-No, está bien. Tengo cosas que hacer- Sakura bajó la mirada y se retorció las manos en un gesto de suma incomodidad que pasó desapercibido para la mujer pero no para el pelirrojo que la observaba con desdén
 
-Abuela Chiyo…
 
-Puedes venir a cenar en recompensa- continuó hablando la aludida. Sakura movió las manos en actitud negativa. –De hecho me gustaría que salieras con mi nieto. Estoy segura de que eres su tipo, ¿verdad, Sasori?
 
El susodicho se vio obligado a cerrar la boca para evitar disgustarla con lo que pretendía decir. Su abuela ya estaba demasiado vieja y por consiguiente no comprendería nada, aun si lo hacía, estaba más cerca de un ataque al corazón que de un abrazo de felicitación o algo por el estilo
 
-En realidad estoy saliendo con alguien abuela, justo iba a presentártelo- intentó, cerrando mas la puerta, esperando que la pelirosa se marchara rápido
 
Atenta, Sakura quiso escuchar más. Se mantuvo en su lugar sin decir una palabra, ansiosa por descubrir el más mínimo punto débil del pelirrojo. Por su culpa había tenido que lidiar con los constantes reclamos de su padre, inclusive ahora continuaba siendo sermoneada, ya no solo por él sino por sus dos progenitores. Habia perdido a Sasuke también, todo por un individuo que no tenía nada que ver con ella
 
-Él… ¿él?… ¡¿él?!- la anciana se sobresaltó al escucharse a sí misma profiriendo el termino masculino y no femenino. Sakura dio otro paso al frente
 
-Me gustaría quedarme a comer- forzó una sonrisa
 
-Ahí lo tienes muchacho, prepara algo para la dama- Sakura asintió, de acuerdo con el comentario, evitando en todo momento ver la despectiva mirada del pelirrojo. Sabía exactamente lo que estaba pensando antes de que lo dijera
 
"Puta"
 
-Ah…- Naruto sonrió al entrar al comedor, dispuesto a presentarse con la mujer. Ansioso de que su relación se hiciera oficial
 
Pero la sonrisa se distorsionó al mirar a la chica que acompañaba a Sasori. Sintió un hueco abrirse bajo sus pies y tuvo que sostenerse de la silla junto a él para no caerse
 
La recordaba. Era ella. La amante de Sasuke…
 
-Yo…
 
-Naruto, siéntate
 
No. Definitivamente no quería quedarse. Ni siquiera sabía que estaba pasando pero no se quedaría a averiguarlo. Le habían hecho mucho daño antes, ¿Qué tramaba Sasori al llevarla allí?
 
¿Acaso…?
 
-Por favor
 
Su cuerpo volvió a defraudarlo, haciéndolo acatar al pedido sin chistar. Su mirada reflejaba lo dolido que se sentía pero debía haber una explicación y él quería escucharla
 
-Sasori, has perdido mucho peso- la voz de la anciana resonó hasta la cocina
 
-Abuela, ese es el perchero
 
Naruto se puso de pie, ignorando la risa indiscreta de la muchacha. Fue hasta el comedor y se ofreció a guiar a la mujer hasta la mesa, dando por sentado que su visión estaba algo gastada
 
-¿Y tu quien eres?- preguntó ella, zafándose del agarre. Naruto sonrió apenas para contestar
 
-Me llamo Naruto
 
-Mi pareja. El chico con el que salgo actualmente- Sasori se cruzó de brazos en el umbral de la puerta, esperando atento por la reacción de la anciana. De todos los días, jamás se imaginó que lo visitaría precisamente ese. Aunque estaba bien seguir almacenando algunos recuerdos de su niñez. Con solo mirarla volvía a sumergirse en el pasado, hacia la ausencia de sus padres y el reemplazo de los mismos
 
Ella no tenía la necesidad de cuidarlo, mucho menos de ver por él diariamente, llegando incluso a ocultarle la verdad sobre el accidente en el que se habían visto involucrados sus padres. Una salida sin retorno que había causado una enorme llaga en su momento
 
Fue entonces cuando las marionetas empezaron a tomar cabida en su vida. Un simple pasatiempo que se convirtió en una obsesión durante al menos cinco años
 
-¿Y esos bigotes?
 
Naruto se llevó las manos al rostro cuando la mujer intentó tocarle las mejillas. Escuchó a Sasori riendo a sus espaldas y por un segundo la vergüenza le hizo olvidar la otra presencia que aguardaba en el comedor
 
-Son marcas de nacimiento- respondió en un rápido pestañeo, preguntándose si la mujer había escuchado lo que había dicho Sasori. Quizá no
 
-¿Cuántos años tienes?
 
-Qui…- Naruto dudó al ver a Sasori negar desde su lugar. Era cierto, su pareja le llevaba diez años de diferencia y él seguía siendo menor de edad. Supuso que traería problemas sincerarse en ese momento. –Veinte- sonrió carismático
 
-Qué extraño- comentó la anciana, avanzando cautelosa por el corredor. –Pareces de quince
 
Alterado, Sasori se pasó la mano por el rostro. Conocía a la perfección las estratagemas de su abuela. Fingía estar senil para indagar sobre su vida privada. Ninguna novedad para él pero si para Naruto
 
-¿Y qué comeremos, nieto?
 
Sasori resopló indeciso. Ya era muy tarde para pedir cualquier cosa a domicilio pero tampoco sentía deseos de cocinar. Mucho menos estando aquella molestia presente
 
Sakura dejó de sujetarse las rodillas cuando su mirada se cruzó accidentalmente con la del rubio. Era él, la pareja de Sasuke, la razón por la que el Uchiha había cortado todo vinculo con ella. El mismo chico que se había presentado a la oficina. Todo empezaba a tener sentido, excepto una cosa
 
-Así que, ¿son pareja?- la voz de las dos féminas se entremezcló cuando ambas formularon la pregunta al mismo tiempo
 
-Lo somos- respondió Sasori, colocando su mano sobre la de Naruto al predecir lo que intentaba decir o más bien ocultar…una mentira. –Perdona abuela, aun no te presento a la "señorita"- hizo énfasis a lo ultimo mientras se disponía a mirarla
 
Incomoda, Sakura juntó las manos sobre la mesa
 
-Soy Sakura Haruno y trabajo…
 
-Es dama de compañía- la interrumpió Sasori prontamente. Naruto torció un poco los labios, sin terminar de entender que estaba pasando
 
-Oh…- exclamó Chiyo, acercando más el rostro hacia el de la muchacha para verla detenidamente. –Bonita no es- Sasori se encogió de hombros, restándole importancia a lo dicho. Le alegraba corroborar que su abuela no había cambiado en lo más mínimo
 
Sakura se levantó irritada para dirigirse hasta Naruto, segurísima de que había sido él quien había tramado todo eso para hacerla quedar en ridículo
 
Nadie lo vio venir, ni siquiera Naruto. El sonido de la bofetada inundó de lleno el espacio
 
Y Naruto parpadeó, sintiendo diminutas punzadas en la mejilla
 
-¡Eres un idiota!- le espetó ella en la cara, aun encolerizada por lo sucedido. –No me sorprende que Sasuke te haya engañado, te lo mereces, eres patético, no eres nadie
 
-Te equivocas- el segundo golpe fue frenado en seco
 
Naruto sintió el labio temblarle. Por lo visto estaba destinado a hacer todo mal
 
-Sasuke no engañó a Naruto porque se lo mereciera o lo considerara alguien inferior a él. Lo hizo porque fue un imbécil y se dejó llevar por la ambición. Si te pones en su lugar, es comprensible que te eligiera a ti de entre el resto- el semblante de Sasori no se inmutó en lo más mínimo, a pesar de que, por unos instantes, había sentido una llamarada interna al presenciar el golpe que no anticipó. –Ahora dime, Sakura, ¿Qué cualidad vio Sasuke en ti para decidir actuar como lo hizo?
 
Ella calló, sin comprender de qué iba la acusación
 
-Pregúntaselo a tu padre. Tal vez él sepa la respuesta
 
Ahí estaba, otra burla contra ella. No, era la verdad. Sasuke solo la uso para obtener el ascenso, estuvo consciente de ello desde el inicio pero dolía escucharlo de la boca de alguien más
 
Chiyo observaba boquiabierta la escena, digiriendo de a poco lo que estaba pasando. Su nieto saliendo con un chico menor de edad con aspecto gatuno. La "amable" jovencita que encontró cerca de la empresa donde trabaja su nieto, trabajando de prostituta, la misma muchacha golpeando al chico, su nieto intercediendo por él…
 
Sasori se sintió satisfecho al notar el silencio que se había plasmado en el lugar, aunque no sabía si había hecho bien en mencionar a aquel canalla cuya deuda no terminaba de saldar, solo había pospuesto las cosas para estabilizar su relación con Naruto pero esperaba pronto volver a tenerlo en la mira
 
-Naruto es mejor persona de lo que tú alguna vez serás- concluyó, señalando la salida. Entornó la mirada al verla caminar con pasos indecisos, sin romper en lágrimas pero con una expresión distante, como si estuviera meditando la situación, quizá sumida en lo ocurrido en el pasado. Francamente no le importaba
 
-Abuela, procura no traer nunca más desconocidos a mi casa- dijo al escuchar la puerta cerrarse. Chiyo exhibió una sonrisa en sus resecos labios
 
-Mira quien lo dice. ¿Me dirás que hace este lince viviendo contigo?
 
Naruto dejó de mirar a la puerta al sentir el suave codazo sobre su brazo. Miró conmovido a la mujer y tomó asiento junto a ella, sintiendo como lentamente sus facciones se relajaban. Estaban tan rígidas antes que le costaba sonreír pero ya no había motivos para preocuparse, solo era un malentendido
 
-Abuela, ¿también le gustan las marionetas?- se animó a preguntar
 
-¿Bromeas, niño?, las he fabricado desde que tenía tu edad
 
Naruto separó ligeramente los labios, sorprendido con la respuesta. Ahora entendía de donde venia la pasión que sentía Sasori por esos muñecos confeccionados en madera
 
-¿Y a ti, te gustan?...- Naruto estaba por responder, sin embargo fue nuevamente interrumpido. -Pero que cosas pregunto, por supuesto que te gustan. Si estas saliendo con mi nieto es porque claramente te resultan interesantes como mínimo
 
-Pues…
 
Sasori sonrió sutilmente, sin querer intervenir en la charla, curioso por saber la respuesta que daría Naruto esta vez, si decía que le gustaban, estaba seguro de que su abuela intentaría darle lecciones sobre ello, quizá hasta le regalaría alguna de sus creaciones y eso sería una verdadera crueldad conociendo a Naruto y su desapego por lo terrorífico. Mentir sin embargo también era complicado, el chico no gustaba de herir susceptibilidades, pese a tener que sufrir él las consecuencias de sus propias mentiras piadosas. Aun tenía que instruirlo en ese sentido
 
–Me encantan
 
Sasori contuvo la risa ante la contestación de Naruto. Puede que el chico siguiera divagando por la repentina visita de la pelirosa pero lo dudaba
 
-Perfecto, oh que pena que olvidara mis materiales en casa. Me habría gustado mucho enseñarte a realizar algo sencillo. Yo enseñé a mi nieto desde que era pequeño, aprendió muy rápido. Seguramente eres igual
 
Por toda respuesta, Naruto sonrió, atento a las palabras de la mujer. Era agradable hasta el grado de considerarla su propia abuela
 
De nueva cuenta, golpearon a la puerta. Sasori resopló fastidiado al escuchar los lloriqueos provenientes del exterior, resultaba inverosímil creer que Sakura regresaría a disculparse, sobretodo porque aquello no arreglaba nada de lo que había hecho hasta ahora pero…
 
Un momento. La voz no pertenecía a Sakura, aunque era similar
 
Naruto dudó si Sasori volvería a abrir la puerta al verlo enfrascado en sus pensamientos. Quiso ofrecerse a abrir cuando los sollozos se tornaron más intolerables, no era ninguna broma. Alguien, una mujer, estaba llorando afuera mientras golpeaba a la puerta
 
Sin embargo, lo más perturbador del asunto era oírla decir su nombre una y otra vez
 
-Iré a…
 
-Yo voy- Sasori suspiró contrariado y al mismo tiempo confundido. Se encaminó mas fastidiado hasta la puerta y ni siquiera tuvo tiempo de abrir por completo cuando la chica ya se había adentrado a su domicilio
 
-¡Naruto!
 
Esta vez Naruto salió para ver de quien se trataba
 
-Sasuke, él esta…él- pero con todo y la disposición de Naruto por escucharla, los balbuceos incomprensibles lo dejaban entender casi nada de lo que ella decía. –Está mal, él…esta en el- la pelirroja se pellizcó a sí misma para poder completar la frase. –Está en el hospital
 
-¿Qué?- Naruto miró incrédulo a la muchacha cuyas gafas se habían empañado a causa de las lágrimas
 
-¿Iras?- le reprochó el pelirrojo, viendo la duda impresa en las hermosas pupilas azules, deseoso de convencerlo a decidir lo contrario, no obstante, sabía que la decisión era únicamente de Naruto, él no debía interferir en eso, lo acompañaría de ser necesario pero en el fondo anhelaba que no aceptara, la situación era demasiado sospechosa de por si
 
Naruto miró alternadamente a la mujer frente a él y a su pareja. Ni siquiera tenia ánimos para preguntar que le había sucedido a Sasuke, se sentía fuera de lugar, incapaz de asimilar todo a la vez. Era demasiado
 
-No te lo pediría si no fuera algo grave- insistió Karin para apresurarlo a decidirse. Su voz salía rasposa a causa del llanto pero ya no le importaba
 
-¿Lo harás?- volvió a inquirir Sasori, sin denotar mayor emoción en el habla. Por dentro sentía la cólera abatirlo pero no quería que Naruto tomara una decisión por su causa, tenía que ser él quien decidiera por si mismo
 
-Lo siento
 
Sasori hincó las uñas sobre la piel de su brazo al escuchar la respuesta. Karin hizo un intento por sonreír pero al ver que Naruto no se movía, la confusión comenzó a invadirla
 
-Lo siento mucho pero no iré- añadió Naruto, seguro de su respuesta. Karin dejó de llorar, nerviosa al creer que se habían dado cuenta del engaño
 
-¿Cómo conseguiste mi domicilio?- se aventuró a preguntar Sasori, sabía que la respuesta era sencilla. Lo habían rastreado en la base de datos
 

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