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Dulce venganza. por RLangdon

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El reloj marcaba escasos minutos para la hora acordada, casi todos los preparativos estaban listos. El salón había quedado en perfecto estado cuando Sasori fue a corroborar por última vez que estuviera todo en orden. Desde los aperitivos, el pastel, las mesas destinadas para los invitados y por supuesto la música clásica. Konan se había hecho cargo de la decoración y aunque le pareció un tanto extraño, Sasori terminó cediendo a la idea de los globos anexados a varias rosas de papel. Su compañera era bastante quisquillosa con el origami pero finalmente hasta él admitió que la decoración no había quedado del todo mal, le agradaba, no era demasiado ostentoso ni tampoco muy simple, todo acorde con los colores crema que había escogido para los manteles y cubre sillas
 
Se alisó la corbata del frac oscuro, y nervioso, volvió a mirarse en el espejo. De pronto se preguntaba si había olvidado algo o si no era muy tarde ya para que iniciaran las firmas del papeleo. Por lo menos el civil destinado para ellos estaba a escasos metros del salón, fue por ese motivo que Sasori optó por alquilarlo, a pesar de las insistencias de Naruto porque se llevara a cabo algo más…simple
 
¡¿Simple?!, si él ni siquiera estaba conforme, quería ofrecerle más de algún modo, quería que todo estuviera perfecto. Era un día especial después de todo, y lo ameritaba
 
-Vas a romperlo- rió Hidan, parándose junto al espejo. Sasori chasqueó la lengua, se acicaló el cabello y reprimió la pregunta en su garganta. Sin embargo, Hidan lo notó. –No debe tardar, a menos que se arrepienta y…
 
-No es momento para bromas- lo interrumpió Sasori, sin querer escuchar una sola palabra más. No estaba tan nervioso por los preparativos, pero el retraso de Naruto lo mantenía indudablemente frustrado y sabia que si continuaba escuchando a su descerebrado compañero, terminaría por creerle cualquier cosa
 
-Hereje- masculló Hidan, tomando asiento en una de las sillas más cercanas, sin dejar de mirar un solo segundo al nervioso pelirrojo que de vez en cuando se acicalaba el cabello o miraba su reloj de bolsillo sin poder contener una mueca de preocupación. -Eres del otro bando y encima te vas a casar…con un hombre. ¿Cuán disparatado puede ser eso?
 
-Tan disparatado como que te romperé la boca si no te callas, Hidan
 
El aludido fingió ponerse un cierre en la boca al recordar lo sucedido meses atrás, cuando Akatsuki había tenido que encubrir ciertos vestigios de un criminal en potencia. Si, su amigo no mentía, para nada
 
-¿Y…llevará vestido?- pasados unos minutos, Hidan comenzó a contagiarse del nerviosismo y la impaciencia, realmente estaba deseando ver a Naruto, o al menos saber porqué tardaba tanto. Tampoco soportaba ver al marionetista con ese semblante de desesperación que rara vez exhibía. Excepto cuando se trataba de algo relacionado con Naruto, Sasori mantenía su faceta antipática e indiferente
 
Desorientado por la pregunta, Sasori abrió y cerró la boca. Resultaba imposible no imaginarse a Naruto usando vestido y aquello lo perturbaba aun más. Apenas si estaba al tanto de lo que estaba pasando en ese momento
 
-Hidan. Es la primera vez que me caso, y espero que la única- se encaminó hacia la mesa, sin poder contener mas las ansias y el nerviosismo, toda la adrenalina acumulada al no ver a Naruto cerca lo estaba alterando demasiado. –Así que, deja de preguntarme idioteces y hazme el favor de buscar a Naruto
 
-Como quieras- respondió el peliplata encogiéndose de hombros, abandonó su lugar en la mesa y no tuvo tiempo de salir del salón cuando su compañera se acercó haciendo un simple ademan de que Naruto esperaba afuera. Hidan asintió y volvió la mirada hacia Sasori, quien, inquieto, había comenzado a lustrar nuevamente sus zapatos. –Tu lince- imitó la voz de Chiyo y arrugó las facciones. -Te está esperando afuera- comentó, provocando la reacción esperada. Sasori soltó el pañuelo y se incorporó rápidamente, mirando en derredor a los recién llegados, había adolescentes por doquier y le costó relativamente poco asimilar que fueran los compañeros de colegio de Naruto. –Ahora que lo recuerdo, ¿no vendrá tu abuela?
 
-No lo creo- suspiró Sasori con reprimida nostalgia, a sabiendas de que su único familiar no estaría presente en ese momento de relevancia, aun recordaba la efímera llamada que concluyó con un prolongado silencio y después…nada, su abuela había cortado la llamada. –Es mejor así, quiero que Naruto se sienta cómodo
 
-Tsk, y lo dices como si nada, estas temblando como una gelatina- lo golpeó en el brazo a modo de camaradería y Sasori frunció el entrecejo al reparar en lo dicho
 
Caminó hasta la entrada del salón, pensando en lo vacío que había estado su vida hasta ese momento, no, hasta que conoció a Naruto y sintió aquel sutil cosquilleo al verlo sonreír con tanto carisma, por momentos apenándose y otros tantos apartando la mirada
 
Naruto se mordió el interior de las mejillas cuando visualizó al pelirrojo a la lejanía, tan apuesto que de inmediato se sintió inferior a él pero al mismo tiempo experimentó una sensación de inmensa alegría, un regocijo que no podía compararse con nada que haya hecho o presenciado antes. Se acomodó las mangas del frac blanco y se apenó un poco al notar la ausencia de su corbata, no sabía cómo anudarla y sabia que se hacía tarde así que decidió omitir ese detalle
 
Parpadeó cuando un potente flash lo cegó momentáneamente. Naruto se giró hacia su derecha y vio a Kakuzu sujetando una cámara. Para cuando quiso darse cuenta, Sasori ya estaba entrelazando sus dedos con los de él y murmurándole lo bien que se veía en el oído, solo para que él lo escuchara, pero eso no impidió que su rostro ardiera por el cumplido que, sentía insignificante en comparación con lo atractivo que se veía su novio, no…su esposo
 
Ambos caminaron de la mano hasta la zona de registro. Naruto sintiendo claramente el desenfrenado ritmo de sus latidos y Sasori aguantando las inmensas ganas que sentía de besar a Naruto ahí mismo, enfrente de todos. Antes de que ingresaran, el fotógrafo que exhibía en su saco un gafete con el nombre de Zetsu, les pidió acomodarse para tomarles algunas fotografías juntos
 
Ante las primeras peticiones, Naruto se sintió algo tenso, trató de relajar sus facciones pero le costaba hacerlo, aun así, logró sonreír sinceramente. Las últimas tomas fueron más sencillas y Naruto no se reprimió a darle un beso en la mejilla a Sasori, este último lo tomó del mentón, miró hacia la cámara y nuevamente hacia Naruto
 
-¿Lo hago?- preguntó sin ocultar una radiante sonrisa. Naruto supo perfectamente a lo que se refería. Algo apenado, asintió en ademan y cerró los ojos. El beso duró escasos segundos pero fue suficiente para que ambos se relajaran finalmente, dejando de preocuparse por lo que sucedía a su alrededor para centrarse únicamente en lo que tenían que hacer
 
Habían derribado varios obstáculos para poder llegar a ese momento, a esa unión que representaba confianza y entrega mutua, un profundo amor que comenzó como una simple equivocación y un nimio malentendido. Entonces no eran el uno para el otro pero fue el momento decisivo para cambiar las vidas de ambos. No volvería a existir la soledad ni el sufrimiento para ninguno de los dos
 
Naruto pidió a dos de sus compañeros firmar las actas correspondientes. Días antes les había pedido a Haku y a Lee presentarse ese día no solo como sus invitados, sino también como sus testigos. Ya que él no contaba con familiares ni parientes lejanos, tenía la alternativa de escoger a dos compañeros de confianza
 
Por su parte, Sasori llamó a Konan, y Hidan no tardó en entrar, mascullándole quedamente al pasar junto a él que "era una vergüenza para Jashin" y otras cosas que Sasori no logró entender pero que pasó por alto dadas las circunstancias. Su compañero estaba especialmente irritante ese día aunque entendía que era la forma que tenia para ayudarlo a disipar el nerviosismo, haciendo que predominara el enojo. Ninguna de esas emociones era acertada de cualquier modo
 
Cuando llegó el momento de que ambos firmaran, siendo retenidos por el juez, quien les exigió pensar detenidamente la situación en caso de que decidieran posponerlo o que alguno de los dos no estuviera de acuerdo, los dos intercambiaron una mirada de complicidad y una sonrisa que no dejó nada a la duda. Se inclinaron sobre la mesa y firmaron a la par bajo sus respectivos nombres
 
Apenas salieron del registro, Sasori no contuvo las ganas de abrazar a Naruto, lo besó despacio en los labios, bajo la luminiscencia de los flashes y al terminar, rozó su nariz sobre la del rubio solo para hacerlo sonrojar
 
-¡Eh…! ¿Y el arroz?
 
-Hidan…
 
-¿No crees que fue demasiado?- cuestionó Naruto al ver los múltiples adornos sobre las mesas del salón. Sasori le acarició el dorso de la mano con el pulgar
 
-Más bien, creo que no fue suficiente. ¿Estás consciente de que te amo, verdad?, y de que haré todo lo que esté a mi alcance para hacerte feliz a partir de este momento
 
Los ojos azules tintinearon por la promesa, una que no esperó escuchar nunca en su anterior relación, cuando dependía completamente de alguien más y no comprendía el verdadero concepto del amor. Donde la tristeza, la soledad y la incomprensión predominaban cada uno de sus días, haciéndolos monótonos, huecos, tal como él se sentía entonces. Y a pesar de todo Naruto creyó que esa era la autentica felicidad, porque jamás conoció a nadie que se preocupara tanto por él, que lo protegiera y procurara lo mejor para él en todo momento
 
Fue por Sasori que logró recuperarse, tanto del contagio como de sus erróneos sentimientos. Cuando se creyó perdido y no estaba dispuesto a hacer nada por sí mismo, ni siquiera aceptar la ayuda que se le ofrecía. Tenía miedo de sincerarse, temor a abrir nuevamente su corazón a alguien más, y ese alguien resultó ser la mejor persona que había conocido en su vida
 
Claro que estaba enamorado de él, cuando veía a Sasori no podía sino sonreír por la felicidad que le generaba el momento. Ya no tenía miedo a terminar herido, de ninguna manera dudaba en las palabras de Sasori
 
Y quien reemplazó sus lágrimas por sonrisas, quien se mostró sincero desde el comienzo y la misma persona que le ofreció cuidarlo sin esperar nada a cambio, estaba ahí, junto a él. Naruto no podía sentirse más alegre aunque su vida dependiera de ello
 
-¡Un brindis por los novios!- silbó Hidan a escasos lugares de distancia. No fue necesario que lo repitiera cuando una mujer de avanzada edad procedió a entregar las respectivas copas, llenándolas a su vez con un poco de sidra
 
Los aplausos no se hicieron esperar al ser la luz de uno de los reflectores dirigida únicamente hacia la pareja que yacía atónita y de pie a mitad del salón. Naruto se rascó la mejilla con el dorso de la mano y su sonrisa se iluminó al reconocer a aquella mujer que, lentamente, se acercaba hacia ellos
 
-¿Abuela?- murmuró Sasori, incrédulo de ver a la aludida presente. Ahora que miraba mejor a su alrededor, todos estaban ahí, desde sus compañeros de trabajo hasta el único familiar que aún conservaba, sin mencionar a la persona que mas amaba y que, de repente, lo abrazó por la nuca en un gesto desprevenido. Inclusive en ese momento, su rayito de luz le brindaba su sonrisa más sincera y un cálido abrazo que lo conmovió casi hasta las lágrimas. Afortunadamente, Sasori no tuvo tiempo de reaccionar a esa ni a ninguna otra sensación cuando Chiyo le ofreció a él y a Naruto dos copas de diferente tamaño. –Viniste- sonrió con fingida elegancia, pese a que en el fondo se sintiera escéptico ante tanto gozo. Más que nunca, se sintió completo, y añoró conservar esa sensación para siempre
 
Tomó la copa y ladeó el rostro para besar la mano de Naruto que aun reposaba sobre su hombro. Tuvo que sacar un pañuelo cuando se viró ligeramente para verlo a los ojos. Esos bellos ojos azules que ahora estaban empeñados en lagrimas de autentica felicidad. Un sentimiento reciproco y una dulce sonrisa que se le contagió de inmediato
 
-Claro que vine, eres mi único nieto y por nada del mundo me iba a perder este acontecimiento- replicó Chiyo, aferrando su bastón, mirando inquisitivamente el semblante del adolescente que, desde su postura y con esas líneas simétricas en las mejillas, parecía un autentico felino, y al verlo junto a su nieto no pudo menos que comprobar lo bien que se veían los dos, uno en compañía de otro, como dos gotas de agua destinadas a unirse
 
-Abuela- saludó Naruto, sonriendo con nerviosismo. –Me alegra verla de nuevo- extendió con timidez su mano y la anciana la rechazó rotundamente para estrecharlo con firmeza en un abrazo asfixiante
 
-Nada de formalismos conmigo, acabas de casarte con mi nieto, ahora eres parte de mi familia, te guste o no
 
En medio del inesperado abrazo, Naruto solo atinó a asentir. Las palabras hicieron eco en su mente antes de poder asimilarlas, correspondió al abrazo, sin poder retener las lágrimas de felicidad al saberse parte de una familia…
 
Ahora tenía una familia, estaba casado con el hombre que amaba y la felicidad iba en aumento. Tenía ahora todo lo que había anhelado desde su estancia en el orfelinato, no más soledad ni dolor. Sasori se había encargado de sanar viejas heridas y de crear en su lugar, momentos tan bellos y preciados como ese. Inconscientemente acababa de darle lo que más deseaba, un lugar al que pertenecer permanentemente
 
-Muchas gracias…- dijo en voz apenas audible y los aplausos cobraron intensidad. Sasori carraspeó incomodo al levantar la mirada a la potente luz blanquecina que le daba de lleno en el rostro. Sabía que debía ser obra de Hidan, pero no pudo reclamar nada cuando las copas fueron alzadas en el aire
 
Limpió con delicadeza los ojos de Naruto y entrelazó esta vez su brazo con el propio para hacer el brindis correspondiente, permitiendo que todos vieran lo felices que se sentían el uno con el otro, sin necesidad de palabras superfluas, habían pasado por varios momentos juntos para saber diferenciar lo que la mirada del contrario escondía y la veracidad de las múltiples sonrisas que, no estuvieron más presentes que en ese instante
 
-Felicidades-uno a uno se fueron aproximando para felicitarlos, y entre vítores y aplausos, la música dio inicio. Las primeras pistas fueron baladas acordes con el momento
 
Naruto amplió aun más la sonrisa al reconocer entre sus invitados al viejo Hiruzen, el rector de su colegio. Aceptó el firme apretón de manos sin saber qué decir por ello. Lo cierto era que le había dado muchos dolores de cabeza al anciano y tampoco esperaba que en realidad acudiera pero le alegraba haberse equivocado
 
-Todos merecemos ser felices alguna vez- suspiró el anciano, extendiendo un rollo de papel que Naruto aceptó, no sin cierta confusión de por medio. Desdobló la hoja y sus labios se tensaron al reparar en el escrito
 
Era su carta de buena conducta. La que no le habían entregado debido a las múltiples ausencias y demás pormenores que se habían suscitado cuando aun mantenía su relación con el Uchiha. Cuando permitía que las exigencias de su pareja fueran prioridad, sin importar que aquello significara tener que ausentarse uno o varios días a clases por alguna cita esporádica o celos en torno a sus compañeros de clase
 
-Buena suerte- se despidió Hiruzen, dirigiéndose hacia la salida
 
Naruto guardó deprisa la hoja y una idea espontanea se hizo presente al mirar hacia su derecha
 
-¡Espere, abuelo!- le dio alcance y lo tomó del brazo para evitar que se marchara. -¿Por qué no se queda un rato?, hay personas que estarían felices por bailar con usted, dattebayo- señaló en línea recta y Hiruzen le devolvió una mirada escéptica antes de negar en ademan
 
-Sigues siendo impredecible para mí- comentó encaminándose hacia Chiyo, esta esbozó una sonrisa relajada y aceptó con gusto la invitación a bailar un poco con aquel hombre tan bien parecido
 
-¿Me permites?- antes de que Naruto pudiera reaccionar al llamado, la mano de su esposo quedo suspendida frente a él, instándolo a que se uniera al baile. Naruto hizo un mohín de desconcierto antes de acceder, todavía incrédulo a lo que sucedía, aun esperando despertar de ese sueño y verse a sí mismo con alguien más, despertar en medio de amargas lagrimas al saber que nada era verdad
 
Se mordió con fuerza los labios al empezar a seguir los movimientos de Sasori y finos hilos de sangre escurrieron de sus comisuras hasta la barbilla
 
Cuando la pieza terminó, Sasori lo abrazó por la espalda, besó los rebeldes cabellos dorados y cuando sus miradas se encontraron nuevamente, la angustia se acrecentó
 
-Dios ¿estás bien?- hurgó en los bolsillos en busca de mas pañuelos y corroboró que no llevaba mas consigo. Naruto afirmó prontamente, sintiendo apenas un leve ardor, complacido de estar en el mismo lugar y con la misma persona que lo había salvado, tanto de su estilo de vida como de si mismo
 
-Mejor que nunca- sonrió un poco y no se negó a que Sasori lo limpiara con la manga de su frac
 
Después de besarlo con brío al tenerlo entre sus brazos, Sasori decidió llevarlo nuevamente a la mesa, no a la que ellos tenían reservada sino a otra en específico
 
Naruto dudó pero al mirar a Sasori, comprobó que, efectivamente, quería que conviviera un poco con sus compañeros
 
Se sentó frente a Haku y sin soltar la mano del pelirrojo, le pidió con un gentil gesto que también tomara asiento junto a él. Sasori no lo pensó ni un solo segundo para obedecer
 
-Estoy triste, Naruto nii chan- comentó Konohamaru, haciéndose notar al ponerse de rodillas sobre la silla para sobresalir de entre los invitados. Naruto lo miró con alegría pero al mismo tiempo confundido por el comentario. –Este…- apuntó el niño con el tenedor a Sasori, quien, entornó levemente la mirada, ahora recordaba porque no le gustaban los niños. –Te tendrá para él solo y no podré verte más
 
Todos en la mesa rieron, salvo Sasori, quien, ligeramente ofendido, recargó la mejilla en su palma
 
-Sasori es una excelente persona, dattebayo- con una sonrisa, Naruto se despidió, excusándose con tener que hacer algo importante. Sasori se levantó de la mesa, un tanto desconcertado de que Naruto decidiera alejarse para hacer algo más, ¿Qué era más importante que estar con sus amigos?
 
Decidió seguirlo para preguntarle y cerciorarse de que estuviera bien, tal vez se sentía mal y él había pasado desapercibidas sus reacciones hasta ese momento
 
Vio a Naruto sentarse en la mesa dispuesta para ellos y tras sentarse nuevamente, buscó hacer contacto visual con su pareja. Los ojos azules se posaron en los de él, entonces Sasori habló
 
-¿Sucede algo, te incomodé acaso o…?
 
-No- respondió tajante el rubio, cortando con cuidado la tarta de la mesa para servirse una porción. –Quiero estar contigo, eso es todo. Puedo hablar con ellos cualquier otro día pero ahora prefiero estar contigo
 
-No dejas de sorprenderme- Sasori ensanchó la sonrisa, alargó las manos para tomar las de Naruto pero se detuvo al recordar el arreglo que había dejado en otra de las mesas cuando llego al salón. -Ahora vuelvo- se dirigió a la quinta mesa del fondo, aliviado de ver el arreglo floral intacto, recordando haberle obsequiado a Naruto uno en aquella fiesta infantil tan desastrosa
 
El arreglo estaba conformado por rosas azules en su mayoría. Sasori lo tomó y lo llevó hasta la otra mesa
 
La reacción de Naruto no se hizo esperar, sin embargo, pareció dudar al tomarlo. Abstraído en sus pensamientos, Naruto observó detenidamente el arreglo. Anteriormente había pensado que las flores solo se obsequiaban cuando alguien quería pedir perdón o se sentía arrepentido de algo. Con Sasuke había sido así, sus obsequios florales estaban destinados con esos motivos
 
Naruto comprendió que esta vez no se debía a nada de eso, lo notó en la expresión neutral del pelirrojo. No estaba esperando nada a cambio, quizá quería dejarle eso ultimo en claro, que las rosas no significaban perdón, nada de lo que él supuso en todo ese tiempo. Las flores eran sinónimo de felicidad y no de tristeza, motivo de sonrisas, no de lágrimas, de esperanza y no de dolor
 
Y Naruto se vio a si mismo reflejado en esas bellas flores celestes
 
-Gracias- abrazó el ramo y la cena transcurrió tranquilamente, entre silenciosas miradas y algún gesto esporádico por parte de ambos. La música continuó sonando poco después, alentando a las parejas a aproximarse al centro del salón. Naruto accedió gustoso a la petición de Sasori, quien, afectuoso, lo tomó de la cintura para guiar mejor sus movimientos
 
-Sasori- musitó Naruto cuando la canción finalizó. Cerró a tiempo los ojos y el aludido desvió el beso hacia sus parpados antes de asentir en señal de estar escuchándolo. -¿Qué pensabas cuando me lo pediste?- bajó gradualmente la voz y se sintió estúpido por preguntar, pero la curiosidad le podía más en esos instantes. Nunca había cuestionado las decisiones de Sasori porque todas ellas resultaban favorables para ambos, aunque Sasori se centrara exclusivamente en él, en cómo se sentía, qué era lo que quería y si estaba seguro de ello
 
Pensándolo detenidamente y una vez que la siguiente melodía tuvo lugar, Sasori volvió a acercarlo a su cuerpo
 
-Aunque no lo parezca, tu también me cambiaste, Naruto- el susodicho retomó los pasos, escuchando atentamente lo que se le estaba diciendo, algo escéptico al pensar en que él influyera en lo mas mínimo a su pareja, había sido a la inversa sin lugar a dudas, por Sasori había renunciado a su anterior relación, logró superarlo y superarse a sí mismo, comprendió que su bienestar estaba por encima de lo demás y se valoró como lo que era y lo que valía realmente, aprendió a diferenciar el amor de la obsesión y de la dependencia emocional, estas últimas siendo los principales factores en la relación que tenia con Sasuke
 
-No es verdad, tú me ayudaste a mí. Yo solo…solo te traje problemas…- recordó con cierta amargura los incidentes con el Uchiha y todo lo que tuvo que pasar para recobrar su autoestima y comenzar a esforzarse por sí mismo, pero al mismo tiempo motivado por Sasori
 
-Tu cambio fue más perceptible que el mío pero eso no significa que yo no lo haya experimentado- asintió Sasori, adecuándose al cambio de melodía. Naruto trastabilló pero los brazos del pelirrojo evitaron a tiempo su caída
 
Enrojeció de vergüenza pero se forzó a aparentar y desvió la mirada antes de aceptar de nueva cuenta la mano de su pareja
 
-Veras, solía ser bastante indiferente a varias cuestiones en mi vida. Eventos, reuniones, proyectos laborales, todo me pasaba desapercibido. Vivía abstraído en una rutina que yo mismo forje para evadir la soledad que día a día experimentaba. Sabía que me hacía falta algo pero nunca me detuve a pensar qué era y tampoco me esforcé demasiado en averiguarlo
 
Naruto le dio un fugaz beso en la mejilla. Las baladas siguieron trascurriendo y Sasori lo tomó de la mano para sentir su calidez una vez más
 
-Cuando te conocí, lo único que pensé en todo el día fue…"ese chico es lindo. Debí pedirle una cita"
 
Divertido con el comentario, Naruto rió suavemente, le costaba imaginar que él hubiera provocado cualquier clase de cambio en Sasori, él lo había visto perfecto desde que lo conoció pero se sentía en la obligación de estar con Sasuke por temor a ser rechazado, sentía que le debía cada respiro a Sasuke y cuando se alejó de él, la sensación de agobio desapareció. Entristeció y se molestó consigo mismo por haber sido tan ignorante y permitir que su pareja lo tratara como un objeto
 
-No sabes cuánto me arrepentí de no haberte pedido tu numero- siguió diciendo Sasori, exhalando al recordar esa vaga nostalgia, siendo influido por la diferencia de edades y el hecho de desconocer la orientación sexual de Naruto. De haberlo sabido desde el comienzo, se habría ahorrado dolores de cabeza y quizá, tan solo quizá, pudo ayudarlo un poco antes. –Decidí que era impropio de mi parte sentirme atraído por esa idea en particular. Por un pensamiento que se volvió utopía hasta que volví a verte en la juguetería…extraño ¿no lo crees?, justo pensaba en renunciar a esa idea cuando volví a encontrarte. En realidad fue al revés pero…entiendes a lo que me refiero
 
-No sabía que trabajabas ahí- murmuró Naruto, mirando a las múltiples parejas en derredor, seguía sintiéndose como en un sueño, uno del que no quería despertar nunca. –Tampoco pensé que aceptarías la invitación pero…me alegro mucho que lo hicieras
 
-No creo en el destino. Ni en las casualidades- lo besó Sasori en el cuello y Naruto miró rápidamente en todas direcciones, apenado. –Pero me devolviste aquello que creí perdido. No pensé llegar a enamorarme de esta manera, sin embargo, es algo de lo que te estoy agradecido. Mi apatía se disipó mucho gracias a ti, Naruto. Nunca dudes de tus capacidades y si llegaras a hacerlo, te recordaré lo mucho que me importas y lo que significas para mi
 
La canción finalizó y después de despedir a los invitados, ambos decidieron salir a mirar las estrellas por la terraza, cansados pero al mismo tiempo rehusándose a ceder al sueño
 
-¿Te ocurre algo?- inquirió Sasori al notar la expresión melancólica del rubio. Este suspiró, negó con la cabeza y se acurrucó entre los brazos de Sasori
 
-Ese es el problema- respondió cerrando los ojos. –Nunca me había sentido tan feliz. Me alegra estar a tu lado. Te amo
 
Al llegar al departamento, Naruto miró fijamente el suelo y después volvió la mirada a Sasori, quien, complacido con su reacción, optó por bajarlo en la cama de su habitación. Lo colocó suavemente sobre esta y se posicionó sobre él
 
Los dos cerraron los ojos y fue Sasori quien unió los labios de ambos. Naruto entrelazó sus manos alrededor del cuello de Sasori, sintiendo su cuerpo estremecerse por la repentina caricia en sus pantalones
 
Exploró ansioso cada recoveco de la boca del rubio, este movía su lengua acorde a los movimientos de Sasori, un tanto desorientado por los sucesos de ese día. Del cambio que acababa de dar su vida, de las decisiones que lo habían llevado hasta ese punto. No existía mas el dolor, solo la felicidad, una enorme dicha al sentir su propio anillo rozar la tela del saco de Sasori
 
Era una sensación maravillosa y placentera para ambos el hecho de poder demostrarse su amor a través de un simple beso. Tras unos minutos, tuvieron que separarse por la falta de aire, la respiración de los dos era agitada. Naruto miraba a Sasori con un notorio sonrojo en las mejillas y Sasori en cambio lo miraba con deseo, lujuria
 
Volvió a besar al menor, pero esta vez el beso fue más ferviente que el anterior, denotaba entrega, dicha, pasión. Naruto se dejaba llevar por los roces labiales mientras Sasori le retiraba con desesperación las estorbosas prendas que integraban el frac blanco
 
El pelirrojo se separó un breve momento del beso para poder quitarse velozmente su propia vestimenta que no representaba más que una verdadera molestia
 
Naruto suspiró al saberse libre de sus prendas. Estaba sonrojado a más no poder, no era la primera vez que se entregaba a él pero si la primera en que compartían la cama más que como pareja o amantes, ahora eran esposos oficialmente y esa sensación superaba en creces a las que había sentido con anterioridad
 
A prisa, Sasori terminó de desabrocharse los pantalones y volvió a acomodarse sobre Naruto
 
-Te deseo- susurró sensualmente en el oído del menor para después unir sus labios nuevamente y recorrer con sus manos el suave y delicado cuerpo de su luz. Sus caricias eran suaves, delicadas a pesar de la gran desesperación que lo invadía por poseerlo de una vez, lo amaba con locura y procuraría demostrárselo en cada oportunidad
 
Con torpeza, Naruto acarició la espalda desnuda de Sasori, soltando pequeños suspiros de vez en cuando. El mayor descendió lentamente por su cuerpo, recorriendo con sus labios cada sección de la piel trigueña, repartiendo besos en todo su contorno, haciéndolo suspirar de placer
 
Se devolvió una vez más a su cuello, donde comenzó a morder ligeramente, dejando pequeñas marcas rojizas que lo ponían aun más, si es que era posible. Sasori descendió otro poco y se detuvo al notar lo acelerada que estaba la respiración del menor
 
Un ligero gemido traicionó los labios de Naruto al no prever la siguiente acción del pelirrojo, quien, excitado y deseando complacer a su pareja a la vez, procedió a recorrer su miembro con la lengua de arriba abajo, provocando que Naruto arqueara inconscientemente la espalda por la leve corriente que estremeció su cuerpo
 
-Aahh…Sah-sori- Naruto soltó un fuerte gemido al sentir como su miembro fue introducido de golpe en la boca del pelirrojo, este comenzó a succionar lentamente, gustoso de escuchar la voz ansiosa y contrariada al mismo tiempo. Era como una advertencia de que se detuviera pero seguía pidiéndole que continuara, y por supuesto, él lo hizo
 
Con dificultad, Naruto ahogaba sus propios gemidos que proclamaban el nombre de Sasori, mantenía sus ojos cerrados pero sentía su pecho subir y bajar rápidamente a causa de la agitación.
 
Quiso pedirle que se detuviera pero en cambio aferró las sabanas a sus costados y apretó aun más fuerte los parpados
 
Sasori aumentó el ritmo gradualmente, sacando y metiendo con rapidez el miembro a su boca. Naruto llevó su cabeza hacia atrás, mientras los gemidos se volvían cada vez más fuertes, sin que pudiera ya contenerlos en lo más mínimo
 
El pelirrojo succionó un par de veces con mayor fuerza. Naruto no aguantó más y aunque trató de evitarlo, eyaculó en la boca del mayor. Su rostro adquirió toda una gama de tonalidades al ver a Sasori devolviéndole una mirada divertida
 
Naruto se incorporó cuando el mayor así lo quiso, tomándolo de la cintura para ayudarlo a posicionarse sobre su regazo. Recibió a cambio, suaves y tiernas caricias en la espalda. Naruto apretó los labios al sentir la punta del miembro lubricándolo
 
Se quejó un poco cuando Sasori empezó a penetrarlo lentamente pero fue silenciado tras unos segundos al ser tomado de la mejilla para que ladeara el rostro. Sus labios quedaron prendidos a los de Sasori y accedió a separarlos cuando este lamió su labio inferior
 
Continuó introduciéndose dentro de Naruto, procurando no lastimarlo, sin detenerse pero manteniendo el mismo ritmo a pesar de sentirse terriblemente dominado por el deseo
 
Las embestidas comenzaron segundos más tarde, cuando Sasori optó por acostumbrarlo en lugar de hacerlo esperar más tiempo, obligándolo a lidiar con ese dolor momentáneo que le generó un súbito calambre en la parte baja del abdomen. Aferró a Naruto de la cintura y aunque su atención estaba puesta en sus movimientos pélvicos, siguió besándolo con frenesí, ahogando los gemidos y jadeos de ambos con esa simple acción
 
Poco después se apartó de Naruto para recostarlo de nueva cuenta sobre la cama, buscando una posición más cómoda para ambos. Naruto se cubrió la boca al ser penetrado nuevamente, de una sola vez y en un punto lo suficientemente susceptible para querer hacerlo gritar
 
Una y otra vez, su espalda se arqueó, su cuerpo se contraía entre placenteros espasmos, y abrazó con fuerza a Sasori para mover por su cuenta las caderas, buscando aumentar el ritmo cuando se supo casi al límite
 
Accediendo a los movimientos, Sasori aceleró las penetraciones, haciéndolas más profundas a la vez que placenteras para ambos. Sin pensarlo y nublado por el placer, Naruto se aferró con fuerza a la espalda del pelirrojo, gimiendo su nombre una y otra vez. Sasori continuó embistiéndolo vigorosamente hasta que sintió su miembro más presionado
 
El orgasmo los golpeó a ambos al cabo de unos segundos. Naruto se derramó en medio de ambos y Sasori terminó por correrse en el interior del rubio
 
Ambos cayeron rendidos sobre la cama, con sus respiraciones agitadas y una sensación de fatiga mezclada con gozo. Naruto observó con ternura al mayor antes de acurrucarse contra su pecho
 
-Te amo- susurró Sasori al tiempo que volvía a colocar sus labios sobre los de Naruto, una promesa silenciosa que permanecería intacta por mucho tiempo
 
Fin.
 

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