Mokuba llevaba dormido un par de horas, con despertadas intermitentes, cuando llegó el médico familiar de los Kaiba. Después de revisar el expediente de Mokuba, y hacer un chequeo nada profundo debido a la calidad del sueño del paciente, habló con Seto acerca de su situación.
-¿Cómo esta Mokuba?- el doctor Ao tenía toda la confianza de los Kaiba, pues siempre los había atendido, desde que habían ingresado a la familia.
-Parece que tu hermano está bien. No presenta fracturas ni lesiones graves, tan solo una que otra contusión, producto normal en la vivencia que tuvo. Lo que me preocupa es la parte psicológica. Este tipo de experiencias pueden ser traumatizantes si no son bien llevadas. Creo que deberías hablar con tu hermano acerca de ver a un especialista- el doctor y el castaño hablaban en el pasillo fuera de la habitación, donde los demás aguardaban.
-Ya he pensado en esa posibilidad, y en definitiva lo haré. Lo que me preocupa ahorita es que despierta y se queda dormido una y otra vez sin control- la voz del CEO era suave y firme a la vez.
-Eso es normal. De hecho, eso te habla de su buena salud, y de que no está consumiendo ningún estupefaciente de ningún tipo. Como su cuerpo está libre de sustancias, los calmantes que le administraron por lo nervioso que estaba le hicieron más efecto de lo normal. No me sorprendería que estuviera listo para irse hasta mañana. Pero insisto, su parte más delicada será la emocional. De hecho cuando despierte bien, es posible que tenga una pequeña catarsis. No lo dejes solo- Kaiba tomó nota mental de todo lo que le estaba diciendo su médico de confianza.
-Supongo que será normal por el accidente- el doctor asintió.
-Sí. Además de que Mokuba es un chico muy nombre de manera natural, por lo que estoy casi seguro que se sentirá culpable de que el muchacho que lo aventó esté internado. Te recomiendo también que busques información acerca de él, para que puedas mantener a tu hermano informado, y eso le de algo de calma- Seto asintió.
-En definitiva lo haré. Iré a preguntar por él. ¿Algo más?- cuestionó el CEO.
-Cualquier situación o alteración avísame de inmediato. Ya sabes donde encontrarme- el doctor palmeó el hombro del ojiazul y se retiró. Seto estaba muy agradecido con él, y sabía que el doctor lo sabía, así que solo entró a la habitación.
-¿Que te dijo Ao?- fue el tricolor más alto el que hablo, pero los otros dos estaban atentos.
-Que es probable que despierte hasta mañana, que no parece haber nada grave, y que le preocupa su salud mental después de esto, que le busque ayuda profesional- Yami volteó a ver a Mokuba, que seguía dormido.
-¿Lo harás?- por un momento Atemu pensó que Kaiba se resistiría.
-Claro, en su momento preciso. Va a necesitar apoyo y hay que dárselo de todas las maneras posibles, y yo no tengo la preparación para hacer algo así- en su voz se podía casi palpar el amor que tenía por su hermanito.
-¿Te dijo por qué duerme tanto?- fue Noah quien cuestionó.
-Dijo que era buena señal. Que esta libre de drogas o estupefacientes, y que al estar limpio su cuerpo, la anestesia le hace más efecto- esas palabras tranquilizaron a todo el grupo, que no sabían por que no había podido despertar.
Seto suspiró.
-Saldré un momento. Necesito buscar información acerca del chico que lo ayudó. ¿Ustedes saben algo?- volteó a ver a los hermanos.
-No, solo lo que nos dijo el doctor. No sabían ni su nombre- Yugi habló mientras él solito se acongojaba con sus propias palabras.
-Si quieres, te acompaño. Seguro que en recepción nos sabrán decir algo- Noah se ofreció a acompañar al CEO, y para sorpresa de Yami, el castaño aceptó.
Peliverde y ojiazul salieron del cuarto, en donde se quedaron los tricolores al cuidado del dormilón de Mokuba.
-¿Crees que puedan averiguar algo?- cuestionó el más bajito.
-Seguro sí. Seto no es una persona fácil, y te aseguro que no aceptará un no por respuesta. Además, tiene muchos hilos que puede mover- yugi se le quedó viendo, mientras Yami observaba a Mokuba, y luego se iba a sentar al sillón.
-Me parece que Seto es alguien muy importante- las palabras de Yugi estaban ahí, casi cuestionando acerca del castaño al otro chico.
-Lo es. Es un gran empresario- Yami volteó a ver a los ojos al otro muchacho.
-Me llamó la atención que Mokuba no quisiera dar su apellido. Solo lo dejaron de molestar con eso cuando dijo que lo daría cuando su médico personal llegara. Creo que alguna enfermera lo reconoció, por que no insistieron más- el más alto le sonrió.
-El apellido de estos dos tiene mucho peso aquí. Imagino que por eso prefirió evitarlo, para no causar un revuelo. Te puedo asegurar que, de haberse corrido la voz de quién es y que está aquí, estaríamos luchando contra reporteros, y se hubiera generado un escándalo en el hospital. Mokuba es muy consciente de eso, y de seguro por eso lo quiso evitar a toda costa- las palabras de Atemu sorprendieron al más bajito.
-Mokuba ha de ser muy consciente de eso, en definitiva, porque hubo un enfermero que le dijo que si no daba sus datos completos, no lo atenderían. Mokuba siguió negándose, y fue cuando esa enfermera que te digo intercedió, alegando que era su derecho como ciudadano que lo atendiéramos, que había sufrido un trauma y que no lo estuviera molestando. Al final, no volvimos a ver a ese enfermero ni a la mujer, pero en definitiva ella ayudó- Yami tomó asiento del otro lado del sillón.
-Bueno, así te puedes dar una idea de como son las cosas para ellos. A veces es muy complicado ser una figura pública- Yugi suspiró, llamando la atención del mayor.
-La verdad, más que otra cosa me parece algo triste. Imagínate, no poder ni siquiera ir al hospital sin que te reconozcan y hagan un escándalo por eso. Creo que es algo muy pesado, y triste- la voz de Yugi sonaba melancólica, como si supiera con exactitud de qué hablaba.
-Bueno, uno se acostumbra. Además, siempre hay maneras de mantener la vida privada aparte de todo eso. Es difícil pero no imposible. Y ellos se criaron así, es parte ya de su vida- las palabras de Yami trataban de quitarle importancia al tema, pero en verdad parecía que Yugi sabía de lo que hablaba.
-Pues con mayor razón, haberse criado así. Quizás nunca han sabido lo que es tener un amigo auténtico, o alguien que se acerque a ellos que no sea por interés. Creo que es un tipo de vida muy vacía. No sé, pero a mí no me gustaría tener una vida así- Yami comprendía a Yugi más de lo que el pequeño se daba cuenta.
-Tienes razón. Es una vida dura, difícil y a veces triste. Por otro lado, tiene sus ventajas. Y la verdad, no todos los que nos acercamos a ellos tenemos malas intenciones- Yugi se arrepintió de sus palabras.
-Ah, espera. No quise decir eso. No me refería a ti. Se ve que eres un buen tipo y eres auténtico. No quise ofenderte, no era mi intención decir que...-
-Lo sé- Yugi fue abruptamente interrumpido por un Yami sonriente que lo dejó sin palabras. -Sé que no estás hablando de mí. Solo quiero que te des cuenta de que, así como yo estoy con ellos y no soy un interesado, no todo es como lo estás pintando. Hay momentos duros, claro que sí, otros muy difíciles, y muchas pruebas también. Pero también hay muchas recompensas- Yugi respiró de nuevo con las palabras del mayor.
-Lo material no importa tanto- algo de verdad había en esa expresión.
-Claro. Tienes toda la razón. Pero si Mokuba hubiera sido el atropellado, y necesitara cirugía y 2 meses de observación en el hospital, y 6 meses de rehabilitación, entonces se vuelve mucho más importante- Yami guardó silencio, dejando que Yugi reflexionara un poco acerca de lo que acababa de decir.
-Tienes un punto. Pero, aún así, creo que lo material es lo menos importante. El corazón lo es más, con todo lo que eso implica- Yami le echó una sonrisa coqueta a Yugi, que se incomodó un poco ante ello.
-Quiero que imagines algo. Por un momento, imagina que tienes una chica, y formas una familia con ella. Tienen un par de años juntos, y ambos trabajan, por lo que casi no pueden pasar tiempo juntos. Dos veces al año, se van de vacaciones y luego siguen con su vida, trabajando todos los días en algo que de seguro no les encanta pero que les da para pagar renta, comida y necesidades básicas. Y si llegaran bebés, como todo el tiempo entre ustedes se reduce de una manera drástica, porque ahora hay que solventar muchos más gastos. Puedes imaginar eso?- Yugi asintió.
-Claro que sí. Pero si de verdad quiero a esa chica, no me importaría- palabras nobles, pensó el tricolor más alto.
-Muy bien. Ahora imagina que tú y yo estamos saliendo durante 1 año, y decidimos vivir juntos. Yo tengo mi trabajo con Seto, que nos da para pagar una casa, comida y todo lo que necesitamos para vivir, y nos sobra bastante. Tú te dedicas a lo que quieres, te de dinero o no, por lo tanto te sientes pleno por poder hacer lo que quieras sin preocuparte de si vas a pagar o no la renta, o qué vas a comer mañana. Aparte de eso, yo tengo la posibilidad de trabajar varias veces a la semana desde casa, por lo que nuestra relación es estable, tenemos buena comunicación y nos llevamos de maravilla. Y no solo eso, sino que mi trabajo me exige viajar con cierta constancia, por lo que te llevo conmigo y conocemos juntos otros países, y aprovechamos cada viaje de trabajo como si fueran vacaciones. Incluso, en determinado momento que decidiéramos adoptar a uno o más niños, tendríamos la oportunidad de darles una buena vida, de ambos dedicarles tiempo de calidad, y de que tengan una excelente educación. ¿Puedes imaginar eso?- la primera reacción de Yugi fue sonrojarse con violencia. Se sorprendió a si mismo la facilidad con la que pudo imaginar esa vida junto a Yami, incluso se asustó un poco.
-Sí, sí puedo- estaba apenado, pero no dejó de responder.
-¿Y puedes entender la diferencia? No se trata de ser más feliz a causa de tener dinero. Es solo que la calidad de vida cambia, así como la calidad de experiencias que puedes vivir- Yugi examinó esas palabras antes de responder.
-Puedo entender bien a qué te refieres. Solo creo que el dinero no compra la felicidad- Yami le sonrió.
-Tampoco la aleja si sabes quién eres y qué quieres- Yugi no dijo más. Solo se quedó pensando y reflexionando acerca de lo que le había dicho su clon más alto. Y Atemu tan solo respeto ese silencio. Se daba cuenta de que Yugi era una persona con valores, y él solo se había encargado de expandir su panorama un poco, sin la más mínima intención de cambiarlo en ningún sentido.
Por su lado, Seto y Noah iban llegando a recepción. Estaban por preguntar a una enfermera cuando el teléfono del CEO sonó.
-Kaiba- fue la simple y sencilla manera de contestar, que no dejó de llamar la atención del peliverde. Seto estuvo unos segundos escuchando a quien sea que le hubiera marcado.
-Dile que no podré verlo, re agenda para la próxima semana. Explícale que es por causas de fuerza mayor, y si se niega a cambiar la fecha de reunión, entonces cancela el trato- Kaiba colgó sin esperar una repuesta. Siguieron y abordaron a una enfermera.
-Buenas tardes señorita. Necesito un poco de información- el castaño era amable pero firme.
-¿De algún paciente en especial?- Noah estaba al margen de todo, escuchando con atención.
-Mi hermano Mokuba, de la habitación 606, fue traído después de sufrir un accidente. Él salió bien librado, pero hubo un joven que fue quien lo auxilió. Quiero saber su estado de salud por favor- la enfermera empezó a revisar papeles hasta dar con el buscado.
-¿Es usted familiar del paciente?- la molesta pregunta del protocolo.
-No, pero como le dije fue él quien salvó a mi hermano, y me interesa saber su estado de salud, por si hay algo que pueda hacer para ayudarlo- la enfermera dudó un poco entre si darle información o no, pero al final se decidió a hacerlo.
-Bien, seguimos sin saber quién es. No hemos podido identificarlo. A nivel exterior, presenta contusiones y raspones en todo el cuerpo, tiene 3 costillas rotas, y lo que podría ser más preocupante es un golpe algo severo en la cabeza. Estamos esperando poder identificarlo para poder aplicarle los estudios correspondientes- a Kaiba no le gustó escuchar eso.
-¿Por qué tiene que esperar a identificarlo para eso? Podría afectarle al ser algo relacionado con la cabeza- el tono de voz del CEO era casi filoso, y la tensión creció en esa conversación.
-No somos caridad, Señor Kaiba. No podemos accionar sin saber qué tanto gasto puede cubrir el paciente o sus familiares. Lo que se puede hacer sin costo, se ha hecho- pero que mal le cayó la enfermera en ese momento.
-Entonces todos los gastos correrán por mi cuenta. Aplíquenle los estudios necesarios, así como medicamentos y tratamientos. Yo pagaré por todo. ¿Dónde debo firmar?- era evidente que la enfermera sabía con quién hablaba, por que no se sorprendió con las palabras del castaño, a diferencia de Noah que ya se había dado cuenta de que Seto era alguien importante y poderoso, pero no sabía qué tanto hasta ese momento.
-Bien. Traeré los documentos necesarios y mandaré la orden- Seto estaba molesto con la actitud de la señorita.
-Déjeme decirle algo. Si ese chico tiene secuelas graves por negligencia de esta institución, me encargaré de que cambien a toda la junta directiva, y a quien esté por debajo de ellos- a la mujer le dio un escalofrío, y se retiró en silencio a buscar los papeles.
-¿Estás bien?- Seto volteó a ver a Noah, que estaba un poco pálido. El peliverde volvió a respirar normal después de la pregunta.
-Sí, es solo que... das algo de miedo. Sabía que eras alguien importante, pero... no sé, me sorprendiste- Seto soltó una risilla ligera.
-Me molesta la incompetencia de la gente. Si llega cualquier persona con un golpe en la cabeza, y no la atienden, puede ponerse bastante grave. Yo no tengo grandes conocimientos médicos, pero eso es sentido común. Por eso existen organizaciones sin fines de lucro que ayudan a gente de bajos recursos que tienen que ser atendidos pero no tienen con qué pagar. Eso que me dijo esta enfermera es mera negligencia. Y si es así, esto necesita ser reformado para ser algo en verdad eficiente. Un hospital inútil no ayuda a nadie- Noah sabía que tenía mucha razón.
La enfermera regresó y Seto hizo el papeleo. Firmó como responsable, y se aseguró de especificar que lo tuvieran al tanto de la situación del muchacho.
Después de eso, Seto y Noah pasaron a la cafetería a comer algo. Habían pasado horas cuidando al menor de los hermanos Kaiba, y ambos necesitaban energías.
Por primera vez en mucho tiempo, Seto se encontró disfrutando de la compañía de alguien que no fuera Yami. Se sintió que podía ser más él, y menos el frío CEO de Kaiba Corp.
Y vaya que eso lo hizo sentir bien.