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Angel or devil por RLangdon

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Estaba impaciente. Por primera vez en mucho tiempo Sasuke experimentaba un ansía descomunal y un deseo ferviente por volver a verlo.


Ya había transcurrido una semana. Siente días exactos en los que los periódicos citaban una y otra vez los hechos. La victima de la injusticia (Naruto), y el héroe que había esclarecido una parte valiosísima de la historia tras los asesinatos (Él).


Lanzando la colilla del cigarrillo por la ventana, Sasuke se decidió a dejar el vehículo. Lo había estacionado a una distancia considerable en caso de que alguien llegara a reconocer las placas. Lo último que necesitaba era ser vínculado con su cliente de una manera poco convencional.


Y aunque se sentía satisfecho de su influencia sobre el jurado y excelente manejo de las pruebas recabadas, había algo en particular que Sasuke había odiado tras finalizar el juicio. El hecho de ser ahora el blanco de los medios de comunicación le tenía ligeramente consternado. Una falla, la mas mínima equivocación de su parte y podía irse despidiendo de su título. Debía andarse con cuidado, no era prudente, ni mucho menos, reencontrarse con Uzumaki tan pronto. Pero tampoco tenía el criterio suficiente y fuerza de voluntad por retroceder a la cita.


¿A quien diablos quería engañar?


Tras asegurarse de que la calle estuviera desierta, Sasuke se encaminó presurosamente hacia el edificio situado a espaldas de una tienda de autoservicio. Entró resueltamente, sosteniendo de cerca su maletín para aparentar cuestiones meramente profesionales y una vez que se anunció en recepción, fue hasta el ascensor.


Tercer piso, novena puerta a la derecha.


En menos de dos días había recibido todo tipo de propuestas. Desde casos a representar, hasta entrevistas, donde ansiaban obtener hasta el mínimo detalle de su defensa en el estrado. Por supuesto Sasuke había hecho caso omiso a las exigencias. En primera instancia porque no deseaba ventilar información que pudiera poner sobre aviso al hermano de Naruto. Aún faltaba esa pieza clave, y cuando lo encontrara, todo el enigma en torno a los homicidios estaría resuelto. Otra razon que le había orillado a declinar los ofrecimientos se cernía en cuestiones personales. Sasuke Uchiha repudiaba ser el centro de atención. Y es que, ser reverenciado y reconocido por su esfuerzo era una cosa, pero ser constantemente hostigado y forzado a prescindir de su vida privada era punto y aparte.


Las puertas del estudio fotográfico estaban cerradas. Sasuke bufó una maldición en tanto se decidía a tocar. Era lógico suponer que habrían medidas de seguridad pero detestaba seguir el mismo protocolo cansino para poder tener un encuentro medianamente aceptable con el rubio.


Luego de un par de minutos, alguien abrió. Se trataba de un anciano de larga cabellera blanca y mirada incisiva. Sasuke le oyó proferir una pregunta, pero pasó de ella con un monosílabo y entró sin esperar reclamo alguno.


El lugar, a pesar de ser pequeño, resultaba ameno, acogedor. Habían varias sillas destinadas junto a otra de las puertas. El mobiliario y vestuarios se hallaban junto a las resplandecientes luces que enfocaban un sitio en concreto.


Sasuke decidió oportuno no interferir y tomó asiento mientras una serie de flashes iluminaban la silueta celestial que reposaba en medio de varios almohadones y plumas blancas.


Nada más reparar en la presencia del chico, Sasuke se excitó. Tragó pesado y su mirada se deleitó de lleno con la imagen erótica del chico que yacía recostado en un ángulo insinuativo. Naruto llevaba puesta una yukata blanca con una abertura en el cuello que dejaba al descubierto parte de su torso. Su cabello dorado había sido cepillado pulcramente hacia atras, resaltando una inusitada elegancia y frivolidad que, hasta ese momento, Sasuke no había notado.


Cada poro del cuerpo de Naruto destilaba sensualidad frente a los reflectores. Y Sasuke sintió una punzada de celos al ver como el fotografo se relamía sutilmente los labios mientras señalaba qué pose debía acatar.


La mirada celeste de Naruto desprendía inocencia pura, y sin embargo su cuerpo, su vestimenta y pose, incitaban al más oscuro y reiterativo pecado. Era como ver un ángel destinado a ser despojado de su pureza.


-Ahora, arrodíllate, y mira directo a la cámara, muchacho.


Naruto hizo lo que se le decía, y cuando las secuencias de luces se detuvieron, desvió su mirada hacia su espectador más importante. Se mordió el labio inferior con discreción, procurando que solo "él" lo notara.


Negro y azul conectaron en un intercambio de miradas mutuas, expresandose todo y nada en tan nimio gesto. Sasuke aspiró profundamente, trató de llevar su mente a otro sitio, rememorar cualquier situación con tal de quitarse el impulso que le exigía actuar.


Joder...mierda...


Se había puesto duro. Y lo que era peor, Naruto lo había notado. Bastó con notar la ladina sonrisa zorruna que se dibujó en sus labios para confirmarlo.


¿Qué demonios pretendía?


Sasuke no pudo siquiera imaginar una variante de su respuesta cuando vio al Uzumaki inclinarse junto al fotográfo y susurrarle algo al oído.


La punzada de celos regresó con renovada fuerza, haciéndolo presionar inconscientemente los puños en tanto escudriñaba al individuo con aplomo.


El anciano asintió mecánicamente antes de volverse hacia la silla en que el Uchiha se hallaba sentado.


-No está mal- comentó el adulto mientras se sobaba la barbilla en pose pensativa. Sasuke frunció el ceño por inercia. -Tiene pinta de playboy mujeriego, pero encaja en el estereotipo predispuesto...- dudó antes de continuar. -¿Puedes venir aquí un momento?


"No" fue lo primero que pensó Sasuke al conjeturar lo que acontecería. Sin embargo, su cuerpo no estuvo en sincronía con sus pensamientos. Para cuando quiso darse cuenta, ya se hallaba junto al maldito trípode que sostenía la cámara fotográfica.


-Siéntate junto a Naruto y procura no moverte demasiado a menos que te lo indique, ¿entendido?


-Hmp- farfulló a modo de contestación, tomando asiento a la orilla de la cama, siempre con porte sereno e inexpresivo, hasta que Naruto se acercó a él.


-Vamos muchacho, haz tu magia- indicó el fotografo con un movimiento de mano que le indicaba darse prisa. Naruto pasó ambos brazos por los hombros tensos del Uchiha y aproximó el rostro a su mejilla sin dejar de mirar a la lente.


Sasuke no demoró en reaccionar a las acciones del rubio, quien había pasado a lamerle descaradamente la mejilla mientras simulaba querer quitarle la corbata.


Maldito fuera, lo estaba excitando, peor que eso, lo estaba tentando a ir más allá porque sabía que no lo haría.


No, por supuesto, si él era Sasuke Uchiha, quién rara vez perdía el control en sí mismo. Etiquetado de frígido, y con una vida tranquila y aburrida.


-Quiero que me folles bien duro- aprovechando la distracción del fotográfo, Naruto susurró una obscenidad más, mordió suavemente el lóbulo de su oído y procedió a acariciar el marcado torso por debajo de la casaca.


-Se terminó el rollo- maldijo el anciano con fastidio. Retiró la cámara y dio una rápida advertencia de que no se movieran, que no tardaría demasiado.


Y su salida marcó el inicio del peligroso juego que tan tortusamente consumía a los dos individuos que yacían en la cama.


Naruto apenas si pudo respingar por el violento choque de los hambrientos labios ajenos. Ni bien separó un poco los labios cuando Sasuke le metió la lengua hasta casi rozarle la campanilla. Era tan malditamente excitante que Naruto no puso la menor resistencia al ser empujado bruscamente al colchón. Cayó de espaldas y el Uchiha volvió a reclamar su boca en un beso de lo más lascivo y apasionado.


Sus entrepiernas se rozaban en cada movimiento, ocasionando gemidos y jadeos ahogados en medio de cada lujurioso beso.


Sasuke estaba en su límite, se sentía tan caliente, que creyó culminar sin estimulación alguna en su urgido miembro palpitante.


-Dios- lucifer, y cualquier ente que estuviera viéndolos en ese preciso momento. Naruto había dado el siguiente paso al liberar el pene de su acompañante para luego lamerlo superficialmente, con una parsimonía que rayaba en lo absurdo.


Pero Sasuke no aguantaría más tiempo. No soportaría ningún juego previo, y lo que era peor, el anciano regresaría en cualquier momento a continuar con la sesión interrumpida. Asi que, apremiando el poco tiempo del que disponían para fornicar, Sasuke sometió al chico (tentadoramente sexy) bajo su cuerpo. Naruto replicó con una maldición por ser interrumpido, pero no pudo mover un solo músculo cuando el Uchiha aprisionó sus muñecas con las rodillas.


-Voy a tomarte- llegados a ese punto, Naruto quiso reír al percibir la lógica en la oración, pero de todos modos agradeció mentalmente el previo aviso. Dejó que Sasuke se apartara para alzar las caderas y sacarse la ropa interior. Ni bien lo hizo, el Uchiha se acomodó entre sus piernas y se hundió de una sola vez, arrebatandole el aliento y todo resquicio de lúcidez y pudor.


Estaba apretado, condenadamente estrecho. Y a Sasuke eso le encantó. Tanto como disfrutó arremeter contra el delicioso orificio que succionaba con fuerza su erección.


-Ah...por kami- gimió Naruto, arqueandose involuntariamente, llevando su cabeza hacia atras mientras sentía como el duro miembro lo bombeaba una y otra vez con frenesí, como si quisiera romperlo. Lo quería, asi de bestial y apasionado.


-Naru...to- Sasuke se mordió los labios con fuerza para detener toda clase de jadeos y murmuraciones sin sentido, estaba al límite de su raciocinio. Sin previo aviso, su cuerpo se tensó. Naruto tuvo tiempo de contraer un poco la espalda al recibir el tibio líquido en sus entrañas.


Los delicios espamos postsexuales hicieron estragos en ambos cuerpos. Naruto trató de cubrirse con una de las almohadas pero estaba demasiado adormilado para hacer nada. Sasuke en cambio esperó a normalizar su respiración para atender la molesta llamada.


Tomó el movil y atendió de mala gana al reparar en el nombre del contacto.


-¿Qué quieres?


Del otro lado de la línea, Suigetsu suspiró hondamente.


-Enciende el televisor.


Sasuke estuvo a punto de colgar por la molesta irrupción del albino cuando reparó en el pequeño artefacto que yacía sobre una pila de revistas viejas. Fue hasta allí, procurando hacer el menor ruido posible para no despertar a Naruto y encendió el televisor.


-Un asesinato, ¿ Y Qué...?-  observó silente la imagen de una mujer joven de cortos cabellos índigos. Suigetsu lo instó a prestar atención.


-Su nombre era Konan, e imagino que sabes con quienes tiene parentesco.


Un incómodo malestar aquejó a Sasuke. Claro que lo sabía, había visto la jodida fotografia de los cadaveres antes del homicidio. Amistades, familias, ocupaciones y estados.


-La esposa de Pain- murmuró en tono bajo, recibiendo otra aprobación de parte del albino. -Escucha, Naruto esta ahora mismo conmigo- primero lo relevante. No quería que nadie se enterara de su desliz, pero era peor que Naruto fuera acusado una vez más como sospechoso, sobre todo cuando su libertad seguía en juego.


-Sasuke-  a juzgar por el tono empleado, Sasuke adivinó la tipica negativa de cabeza. -Aun no sé el dictámen del forense, pero calculan tres días del suceso. Alguien le disparó cinco veces por la espalda, justo a la altura del pecho.


-Naruto no...


-¿Cómo lo sabes?- lo interrumpió Suigetsu con brusquedad. Sasuke apretó los labios en una mueca de enfado. Ese era el maldito problema, no sabía cómo demostrar sus palabras, ni siquiera estaba seguro del todo. Estaba empezando a vacilar...


-¿Qué ocurre?- entonces Naruto se despertó, notó la presencia tensa del Uchiha y sintió una molesta opresión en el pecho, anticipando lo que Sasuke diría a continuación.


-Tengo que encontrar a tu hermano.


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