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Perfectamente imperfecto por RLangdon

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Sasori paseó el dedo índice sobre la mica del cuadernillo, leyó y releyó los materiales faltantes y pensó que sería tiempo de renovar algunos artefactos y demás cachivaches si quería seguir confeccionando su complejo arte.
 
Cuchillas, formol, bisturí, y algunos medicamentos conformaban su larga lista. Y el estaba consciente de que debería abastecerse pronto, puesto que los cuerpos en estado avanzado de descomposicion tendían a dañarse rápidamente. La dermis se agrietaría de forma irremediable y el resto de ligamentos se tornarían rígidos e inútiles. Sasori resopló ante la idea. Cerró el cuadernillo y apartó su espalda del ciprés en cuanto le vio salir corriendo a toda velocidad.
 
-¡Naruto!- gritó. El llamado fue en vano. Quizá Naruto si había escuchado pero eso no detuvo su incesante carrera ni mucho menos. -Demonios- lo que le faltaba.
 
Tomó el portafolios del suelo y procedió a seguir al rubio rápidamente. Tal vez si hubiera esperado otro poco, Sasori se habría percatado de la segunda presencia que recién salía del colegio.
 
Itachi permaneció inmóvil, dolido y desconcertado. No fue capaz de reaccionar hasta varios minutos más tarde.
 
**
 
-Naruto...
 
Sasori golpeó la puerta de la recámara un par de veces. Al no recibir respuesta, decidió entrar. Naruto estaba recostado boca abajo y sollozaba silenciosamente contra la almohada. A Sasori le llevó unos segundos convencerse de quedarse esta vez. Quería darle espacio a su adorado chico, pero desde hacía tres semanas Naruto se mostraba extraño, algo reticente y afligido, como si llevara un cargo de consciencia o no pudiera tomar alguna desición en concreto.
 
Puede que su comportamiento involucrara ambas opciones, no importaba realmente, Sasori no sabía cómo remediar aquellos "malestares" emocionales. Hasta hace poco empezaba a comprender y aceptar sin prejuicio alguno sus propios sentimientos por Naruto.
 
-¿Es muy malo?- comprensivamente, Sasori tomó asiento a un costado de la cama. Acarició lentamente los cabellos dorados, imprimiendo sutileza en sus dedos, procurando sonar más interesado y menos indiferente que otras veces.
 
Lentamente Naruto alzó la mirada, sus ojos estaban cubiertos de una gruesa capa de lágrimas. Sasori oyó que se disculpaba y se le ocurrió ir al desván por una pieza en específico.
 
Cuando regresó al cuarto, Naruto estaba más calmado. Aún lloraba, pero parecía más accesible a hablar al respecto.
 
Con pasos firmes, Sasori fue hasta la cama y colocó la pieza de madera y felpa sobre la almohada. Los ojos de Naruto se dirigieron inmediatamente hacia esa direccion, contempló absorto la pieza y despues, a Sasori. Este esbozó una sonrisa tan sutil que las comisuras de sus labios apenas se movieron un poco. Luego se concentró de nuevo en la pieza y movió su primer y tercer falange de la mano derecha, propiciando que la marionera diera un salto.
 
Naruto observaba embelesado la figurilla tallada en madera de un zorro con nueve colas. La marioneta estaba revestida con una fina capa de felpa y el resultado semejaba un esponjoso y tierno peluche.
 
-Lo hice para ti- murmuró Sasori tirando de su primer digito para acercar más la marioneta hacia Naruto. Su abuela Chiyo le había enseñado a perfeccionar los movimientos en los hilos de tal modo que apenas parecían ser manipuladas por alguien más. A los ojos de Naruto, aquello parecía magia.
 
Vio como el zorrito daba vueltas sobre su propio eje antes de posicionarse sobre su hombro. Naruto acarició la afelpada cabeza como si se tratara de un animal real. Después lo estrechó contra su pecho.
 
-Gracias- quería decirle más. Confesarle cómo se sentía y cuál era la causa. Ansiaba decirle de su amorío con Itachi y de como todo había finalizado esa tarde en que decidió disculparse con Itachi por no poder corresponderle como debería. También deseaba pedirle perdon y buscar algún consejo al respecto.
 
Pero no pudo. Tenía mucho miedo de que Sasori no escuchara justificaciones y entonces si se quedaría totalmente sólo.
 
-Cuando sonríes, me dan ganas de besarte- Naruto sonrió en consecuencia al comentario. Sasori lo tomó ligeramente de la barbilla y lo miró fijamente a los ojos. -No deberías provocarme tanto- y lo besó, con tanta pasion como su cuerpo entero albergaba.
 
**
 
-Hogar, dulce hogar- canturreó mientras dejaba las maletas en su alcoba. Habían sido meses duros, pero finalmente había conseguido un nuevo representante que le ayudara a vender su arte en diferentes puntos del extranjero.
 
Rendido, se dejó caer sobre la mullida cama de su nuevo apartamento. Aspiró el aire limpio y desempacó algunas de sus pertenencias, topandose con el retrato de la persona que tanto había amado.
 
-Maldito, uhn...idiota- quiso trozarla por la mitad, incinerarla, pisotearla hasta el cansancio. Pero lo cierto es que... seguía echándolo de menos. Falsamente pensó que aquel viaje no solo le ayudaría a reestablecer su explosivo arte, sino que a su vez le ayudaría a olvidarlo, a sustuirlo o en el mejor de los casos a enterrar sus sentimientos.
 
Pero nada de eso había sucedido. Deidara se había enamorado con locura de aquel frío, indiferente y varonil sujeto que poseía un criterio bastante vago de lo que era el arte. Había aprendido a quererlo aún sin saberse correspondido, creyendo que a la larga las cosas funcionarían entre ellos. Y quién sabría si realmente lo habría logrado. Ahora ya no podia saberlo porque desde que el chiquillo callejero se atravesó en su camino, su relación con Sasori se fue en declive.
 
Deidara resopló y optó por contactar al único individuo que dejó encargado cierto asunto.
 
-Mas le vale al imbécil no haberse olvidado- tecleó rápidamente el número telefónico, y en menos de un minuto, una voz aguda y chillona le respondió efusivamente.
 
-Habla Tobi...¡Tobi es un buen chico!
 
Deidara alejó la bocina de su oído, rodó los ojos con enfado y preguntó lentamente.
 
-¿Hiciste lo que te pedí?- silencio. Deidara suspiró pesadamente hasta que la voz cantarina volvió a sonar.
 
-Tengo todo el material listo. No olvides mi pago.
 
**
 
Naruto despertó minutos antes de que la alarma sonara. Se quitó las sábanas y se percató de la ausencia del pelirrojo en la cama. Sin importar cuán temprano despertara, Sasori siempre se levantaba antes que él.
 
Sonriendo al ver su regalo junto a la almohada, y al cual había llamado "kurama", Naruto se apresuró a vestirse para ir sigilosamente al único lugar en el que sabía, Sasori estaría.
 
No hizo mucho ruido, aunque estuvo tentado a hacerlo. Con mucha cautela se dirigió hacia el estudio, posó su mano sobre la perilla y esperó, debatiendose entre llamar antes o simplemente entrar. Naruto no entendía por qué Sasori era tan receloso con su trabajo. Pero esta vez quería ayudarle, ademas, todavía quedaba una hora para entrar al colegio.
 
Su mano se movió despacio. Naruto empujó suavemente la puerta y entró de puntillas, con la curiosidad latente en su rostro.
 
Contempló detenidamente a Sasori, el cual se hallaba de espaldas a él, manejando algunos utensilios de la mesa. Naruto entrecerró los párpados y, entre la sorpresa y el horror, pudo distinguir un brazo mutilado. Las rodillas le temblaron violentamente. Vio a Sasori girarse bruscamente en su dirección, su expresión -antes impávida- denotaba severa angustia.
 
-Maldicion.
 
Naruto sintió que perdía el equilibrio.
 
**
 
-Mmh- bostezó largamente y dio media vuelta. Sus ojos se abrieron lentamente y entonces, Naruto abandonó la cama de un brinco. Miró en todas direcciones y después se miró a si mismo. Aun vestía la piyama y estaba dentro de la recámara. Por unos segundos, tuvo la sospecha de que ya había despertado. Pero eso no era posible ¿cierto?
 
El sonido de la alarma terminó por espabilarlo. Naruto se precipitó hacia el armario y se vistió el uniforme a toda carrera. Con cada movimiento que hacía, la confusion se intensificaba.
 
¿No había despertado ya? creía que si. Que se había levantado una hora antes de que el despertador sonara, despues había buscado a Sasori y...
 
Todo lo demás estaba en blanco.
 
-¿Estas listo?- Naruto terminó de anudarse las cintas y sonrió ampliamente al ver al serio pelirrojo recargado sobre la puerta. Sus miradas se conectaron brevemente, y Naruto sintió que el corazon se le saldria del pecho por la alegría.
 
Aun se sentía culpable por lo de Itachi, pero sabía que tendría que sincerarse con el por el bien de ambos.
 
-Vamos- Naruto tironeó de la capa oscura del marionetista, instandolo a seguirlo. Se había quedado dormido y ahora llegaría tarde a clases. Extrañamente, Sasori no lo reprendió por eso...
 
**
 
-Tobi...eres un jodido genio- Deidara jamás pensó que semejantes palabras salieran de su propia boca. No obstante lo que veía merecía más que un simple halago. Tenía a su alcance el método para sacar de una vez por todas al sucio adolescente huérfano. No importaba que Naruto hubiera crecido y madurado, incluso recuperado la voz, seguía siendo una alimaña digna de deshonra. Y Deidara lo comprobaba en esos momentos frente al televisor.
 
Por fin Naruto recibiría su castigo...
 
**
 
Una y otra vez devolvió el estómago. Su refrigerio fue expulsado mediante varias arcadas que Naruto no pudo contener. Sentía un asco atroz, pero no lograba relacionarlo con nada. Apenas había intentado hacer memoria sobre lo ocurrido esa mañana. Y nada merecía esa repentina reacción de su organismo.
 
¿Que podría haberle hecho daño?
 
Naruto se sostuvo el estómago con fuerza. Estaba de pie frente a los matorrales del jardín del colegio. Su mente divagaba en una escena que no debería estar en sus recuerdos, era una imagen difusa de Sasori sosteniendo una afilada cuchilla y seccionando...algo.
 
Una nueva arcada le subió por la garganta. Intentó sostenerse de la pared más cercana.
 
**
 
No parecía haber mayores inconvenientes en el inventario. Sasori repasó las cifras y trató de olvidar el incidente de esa mañana. No lo había oído acercarse, y tampoco esperó que Naruto despertara tan temprano siendo que la noche anterior se quedaron viendo películas hasta muy tarde.
 
Maldijo en su fuero interno las pocas medidas que había tomado esa mañana. Si hubiera puesto el seguro a la puerta...pero de nada servía lamentarse. De no ser porque Naruto se había desmayado, las cosas habrían tomado un giro irreversible. Y es que ¿Que le diría él al respecto?
 
¿Que era un psicópata que se había ensañado en perfeccionar su arte hasta esos extremos?
 
Sasori se mordió el interior de las mejillas mientras trataba de serenarse. Hidan, que en esos momentos pasaba frente a su despacho, se detuvo, y mirándolo dubitativamente comentó.
 
-Alguien habló hace una hora, pensé que era número equivocado pero no veo a Naruto por ningún lado.
 
Dejando los papeles sobre la mesa, Sasori escudriñó a su subordinado.
 
-¿Quien llamó?
 
-Una maestra...me parece- Hidan se golpeteó la barbilla para hacer memoria. -Dijo algo sobre una referencia que dio un chico, creo que estaba enfermo o algo asi y necesitaba que alguien pasara a recogerlo.
 
-Imbecil- Sasori salió a toda prisa del despacho.
 
**
 
Una vez que acabó de llenar el formulario, Itachi entregó los respectivos papeles a la fémina en cuestion. Junto a él, Naruto jugaba nerviosamente con los pies, trazando círculos en la tierra y evitando sostenerle la mirada.
 
-Muchas gracias- Itachi sonrió afable y tomó a Naruto del brazo. Al principio Naruto se tensó, pero rápidamente cedió, pensando que era momento de solucionar las cosas.
 
-Lo siento mucho, Itachi. Pedí que llamaran a...
 
-Por favor, no menciones su nombre- pidió Itachi en voz neutra. Naruto pestañeó confundido, pero decidió callar esta vez. -Me gustaría que pensaras mejor la situacion. Si te sientes forzado a estar con él...
 
Naruto negó despacio con la cabeza, pero no lo contradijo verbalmente. Itachi creía que estaba confundido, pero no era así. En verdad amaba a Sasori.
 
**
 
Pisó el freno con fuerza y se quitó el cinturon de seguridad ,maldiciendo el valiosísimo tiempo perdido por el cabeza hueca de su compañero.
 
¿Naruto habría recordado algo de esa mañana?
 
Todo tenía sentido. Asi que intentó idear una excusa viable sobre sus acciones, cualquier cosa estaba bien.
 
Sasori se encaminó velozmente a la entrada pero la voz de Naruto llamándolo, resonó a sus espaldas.
 
-Naruto- el aludido corrió hacia él y lo abrazó firmemente. Sasori contuvo un suspiro de alivio al no escuchar recriminación alguna. -Perdoname, tarde demasiado en venir.
 
Naruto se mordió los labios y desvió la mirada hacia un punto en la acera. Sasori lo imitó poco despues.
 
-Tuve que llamar a Itachi en tu lugar.
 
Los ojos avellanas miraron impasibles al Uchiha. Sasori acarició la cabeza de Naruto y luego caminó hasta Itachi, deteniéndose poco antes de llegar hasta él.
 
-Gracias- dijo forzosamente, dejando a Itachi poco menos que pasmado. Sasori se había visto en la necesidad de agradecerle porque no quería pensar en la clase de peligros a los que se habría expuesto Naruto si es que llegaban a dejarlo salir solo en ese estado.
 
Caminó al vehiculo, una cuestión confusa acudió a sus pensamientos. Sasori se abrochó el cinturon, y al colocar la llave, se giró mecánicamente para inspeccionar el semblante pensativo del adolecente.
 
¿Cómo es que Naruto tenía el número de Itachi?
 

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