Su plan inició con algunas cosas sencillas he inocentes coqueteos como sonreír demasiado a las mujeres y dejarse tomar la mano por alguno que otro hombre que se encontraba en la sala de interrogaciones en compañía de un rígido y más serio si se podía agente Cho, pero aun así este no hacia ni le decía nada, solamente apretaba aun más en cruce de sus brazos en su pecho haciendo que sus músculos fueran aun más visibles, o tensionaba la mandíbula y hombros cuando algún infeliz lo invitaba a tomar un café, pero un sonrojado Patrick negaba la invitación abogando que se encontraba en horario de trabajo, ocasionado que el agente sacara al sospechoso de un brazo, lejos del rubio.
Pero, si algo aprendió después del homicidio de su familia y de los terribles momentos que vivió y de las emociones devastadoras que algunos momentos sentía, era que no debía esperar a que las cosas ocurrieran por sí solas, a veces se necesitaba hacer algo para lograr su objetivo, y su objetivo era el serio agente que se dirigía a la cafetería, pues, aunque no sabía que sentía en su totalidad por Kimball quería descubrirlo junto a él.
Y Patrick encontró la oportunidad perfecta cuando apareció el excéntrico, playboy, filántropo y millonario Walter Mashbrun en el reciente caso por homicidio de una vendedora de autos antiguos ocurrido en la madrugada. Como en la mayoría de las investigaciones el equipo se dividió en dos grupos, por un lado, Rigsby y Van Pelt se dirigieron al local donde encontraron el cadáver; mientras el Cho, Lisbon y él se dirigían al estrambótico restaurante en la playa donde Mashbrun tenía una reservación.
Al llegar al restaurante, tuvieron que ingeniar alguna payasada por parte el rubio para que el hostess les permitiera pasar al costoso lugar sin saber como pasó, lo que ayudo en su plan fue la confusión ocasionada por parte para que al intentar entrar dando la vuelta al atril girando sobre sus talones se enredó con sus zapatos y terminó en un fuerte pecho y unas manos fuertes que le sostuvieron de los brazos, cuando alzo su vista se encontró con la sonrisa galante de Mashbrun. Patrick le sonrío de regreso y con un suave gracias dejó caer su peso sobre el millonario, y este sin soltarlo lo ayudo a estabilizarse, para tomar su mano izquierda darle un beso y presentarse. Todo bajo la atenta mirada de odio por parte del agente de rasgos asiáticos.
Cuando Cho impulsado por la rabia iba a quitar la mano de Patrick del empalagoso de Mashbrun, Lisbon al notar la tención de este, decide adelantarse presentándose como los agentes del BIC y su razón de buscarlo allí para realizar unas preguntas sobre el homicidio de la chica del concesionario. Eso evitó que Kimball realizara una escena, y un suspiro de decepción por parte del rubio. Pero no evito el ser invitados a almorzar y que el se dejara llevar de su brazo por el millonario hasta una mesa en los balcones del lugar. Mientras miraba el menú sentado a un lado del filántropo, no pudo evitar el sonrojo cuando este le roso una de sus piernas con las propias, o cuando en algún momento mientras tomaba vino una mano se posaba con suavidad en su pierna para llamar su atención, las miradas de satisfacción y deseo cada que el rubio masticaba algo que le gustaba con algún ruidito por su parte, sin importarle las preguntas que Lisbon le estaba realizando, peor aún como si los otros dos agentes no estuvieran presentes.
Pero la gota que derramó el vaso, fue cuando Mashburn se acerco a Patrick para susurrar algo en su odio, de un momento a otro, el millonario se encontraba en el piso con su mejilla izquierda roja, la mesa volcada, un enfurecido Kimball Cho de pie frente a un sorprendido Patrick. El agente tomó el brazo del rubio y sin decir una palabra salió del lugar para arrojarlo dentro de la camioneta y arrancar aun sin saber hacia donde.