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DE MANOS SUAVES, PERO FIRMES. por Soledad Quebrada

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Notas del capitulo:

Se dejó llevar, no pensó, Patrick solo sintió. 

Patrick se mantuvo en silencio mientras esperaba a que su acompañante se relajara un poco y poder decir algo sobre lo que acababa de suceder en el restaurante, pero apenas tuvo una oportunidad en el siguiente semáforo en la luz roja, la camioneta se detuvo y antes de poder decir una palabra, sintió los labios de Kimball sobre los suyos, de forma demandante y con fuerza, haciendo que abriera la boca para introducir su lengua hasta el fondo y jugar con la propia robándole un jadeo, hasta que escucho el claxon del auto detrás de ellos. Abrió sus ojos de golpe, na sabía en que momento los abría cerrado, el agente se separó mirándolo de manera seria antes de darle un último beso, poner sus manos al volante y decirle “Necesitamos hablar”, siguiendo en la misma ruta.

 

Siguió en silencio, ¿Qué podría decir? Se encontraba realmente sorprendido, si bien esperaba alguna reacción por parte de Cho, nunca pasó por su cabeza que golpeara al millonario y menos aun ignorar los gritos de Lisbon el siempre bien portado y serio agente cuando salían del restaurante. Aun así, no se arrempentía. Se quedo mirando a Cho pensativo, quería una nueva oportunidad, quería sentirse amado y amar, y no mentía cuando se decía así mismo, que ese era el sentimiento que estaba iniciando cada que miraba al agente qué si bien seguía con los hombros tensos y el ceño fruncido, ya no sentía la ira circulando por su cuerpo, era deseo, mientras seguía conduciendo aceleradamente.

 

Apenas entraron a la casa de Kimball, este tomo a Patrick de su nuca, en un nuevo beso salvaje, posesivo, fuerte; un beso que quería dejarle alguna especie de marca, y el encantado de recibirla. Mientras el intentaba responderle de la misma forma, el agente lo dirigió al sofá de la pequeña sala para sentarse con Patrick sobre sus piernas a cada lado de su cadera; el rubio, sintiendo la excitación propia y del otro rosarse, no pudo evitar moverse saltando pequeños jadeos, sacándole algunos al agente.

 

Kimball, sin dejar de besarlo, pasando de sus labios a sus mejillas mientras le quietaba rápidamente el saco, su chaleco y la molesta corbata que no lo dejaba besar su cuello, preguntó “¿Hace cuánto lo sabes?” mientras soltaba los botones de la camisa y por fin podía sentir la piel de su pecho, mordió su clavícula “desde hace un par de meses” respondió suspirando y dejándose hacer. Kimball no era idiota, y en el camino del restaurante a su casa ató cabos sueltos de sus acciones para darse cuenta de que su pequeño secreto de su atracción por el, ya lo sabía.

 

Sin dejar de mover sus caderas, Patrick sintió las manos de Kimball en su trasero para apretarlo hacia el con fuerza mientras aun seguía mordiéndolo con fuerza en sus hombros, cuellos, quijada y labios. Mientras el se sostenía de los hombros del agente para no caer de espaldas, este con una mano soltó si cinturón, bajo la cremallera y por encima de su ropa interior movió su mano, en respuesta movió su cadera con más fuerza para que Cho no se detuviera.

 

El agente captó el mensaje y bajando un poco la ropa interior tomo el miembro de rubio para masturbarlo mientras lo besaba con fuerza mordiendo sus labios, abriendo su boca para jugar con se lengua y saboreándolo por entero. No iba aguantar mucho, mientras sentía una mano moviéndose con fuerza, la otro apretujando deliciosamente el trasero, los mordiscos en su boca y cuello, y el moviéndose con fuerza para ayudar esa mano inquieta; sin la mayoría de su ropa de su ropa puesta expuesto y vulnerable, sintió la descarga eléctrica desde su vientre, pasando por testículos, curvó su espada y terminó en la mano del agente en un fuerte jadeo.

 

Sin poder respirar bien, sintió a Kimball tomarlo del trasero con fuerza y se impulsaba para levantarse con el y caminar “Esto aun no termina” escuchó. Sin saber como, llegó a la habitación sintiendo ser arrojado con fuerza en la suavidad de la cama. Cho, le terminó de quitar zapatos, medias, pantalón y ropa interior que ya tenía sueltos; junto a sus labios que lo devoraban por completo. El agente se acostó se quitó el saco y se acostó sobre su rubio, con sus manos en su cadera mientras bajaba por pecho mordiendo las tetillas duras por la excitación, pasando por su plano abdomen, hasta llegar al miembro que se había despertado nuevamente.

 

Lo chupó con ganas, desde su base hasta introducirlo completo, mientras Patrick le jalaba su cabello soltando jadeos. No estaba para juegos, necesitaba hacer suyo ese cuerpo revoltoso y rebelde que lo había enloquecido por completo, ya no podía seguir como si no sintiera nada cada que veía como el rubio coqueteaba con otros, era suyo, solo suyo y nadie tenia ningún derecho de mirarlo siquiera, mucho menos susurrarle cosas.

 

Sacó una botella de lubricante que tenía en su mesa de noche, derramó el liquido en su mano y con cuidado comenzó a redondear la pequeña entrada del rubio, aunque quería enterrase en ese perfecto cuerpo no iba a hacerle daño; así que introdujo en primer dedo mientras que con su otra mano juagaba con sus testículos y su boca seguía con el bombeo en su miembro. Introdujo el segundo, y escucho una pequeña queja, con cuidado dio pequeñas mordidos en la base del miembro del rubio para distraerlo, introdujo el tercero y sintió un poco de presión en el cuerpo contrario. Siguió chupando con fuerza al rubio, y cuando lo sintió que el otro se relajaba, sacó sus dedos de manera lenta, se sentó en la cama y subió las piernas de Patrick sobre sus hombros. Bajo la cremallera de pantalón para sacar su miembro bajo la atenta mirada del rubio, “Mierda, es grande” pensó Patrick y sintió aun más ganas de sentirlo dentro suyo. Derramó más del liquido en su miembro y lo acercó a la dilatada entrada, miro a su compañero y este con un suave “hazlo”, le dio permiso para introducirse de un solo golpe, no podía esperar más.

 

Patrick grito una maldición y arrugó el edredón con sus manos, por la burda intromisión; espero un poco y movió su cadera para que el otro se moviera. Cho sacó su miembro de la apretada entrada para volverlo a enterrar con fuerza, y de allí no pudo para parar, siguió enterrándose una y otra vez mientras escuchaba loa jadeos y deliciosos gemidos de más por parte de su rubio.  

 

Patrick envolvió sus piernas alrededor de la cintura del otro, y el agente levantando lo sentó para seguir embistiéndolo, el rubio se apoyo de los hombros para autopenetrarse, el agente le ayudo a impulsarse tomándolo de la cintura para ayudarlo a subir y bajar mientras seguía jadeando. El rubio acercó su boca para que el otro lo besara con fuerza como sus embestidas, mordió el labio de Cho cuando el miembro de este lo hizo ver luces “ahí, ahí, ahí es” grito curvando su espalda pegando su pecho con de Kimball, el agente siguió embistiendo en ese punto mientras con su mano masturbaba rápidamente a Patrick.

 

El rubio sintió demasiado calor, no podía más, “ya casi” grito, el agente sintió como su miembro era deliciosamente apretado, también iba terminar, aumentó el ritmo de sus embestidas y de su mano en el miembro de Patrick, mientras sentía el cosquilleo en los testículos mordió el cuello de su rubio mientras copiosamente en el su interior. Apenas sintió los dientes, Patrick en un grito se vino nuevamente en la mano de Kimball, mientras dejaba caer su cabeza en el hombro de este y cerrar sus ojos y se vencer llevar por el cansancio.

 

 

Notas finales:

¿Y después del hurancán?


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