-Página ciento quince.
Naruto parpadeó al tratar de fijar la mirada en el libro. Ahogó un bostezo y esperó a que su profesor se alejara de la segunda fila para engullirse otra goma de mascar con cafeína.
Estaba tan cansado que apenas si podía mantenerse despierto. La noche anterior se había quedado hasta tarde pensando en lo irresponsable que había sido al verter parte de la pócima en el otro té.
Y es que, gracias a ello, Shisui Uchiha había intentado acercarse a él con intenciones románticas.
Lo más difícil había sido rechazarlo. Otro detalle de relevancia era que Shisui pensaba que él era en realidad una chica. No tenía ni idea de quién era él, no lo conocía. Y Naruto no se sentía con demasiado ánimo para decírselo.
¿Qué pensaría su profesor si llegaba a enterarse de que trabajaba en un restaurante vestido de chica?
Mejor mantener en secreto esa parte de su vida. De todos modos no tenía mucha importancia. Sólo esperaba que Itachi no se enterara pronto.
Con los brazos cruzados sobre el pupitre, Naruto le vio de refilón. Itachi Uchiha caminaba a lo largo de cada fila, dictando, exhibiendo su altivo porte con cada paso, gesticulando con aquella voz aterciopelada.
Tan distraído estaba mirándolo que, no se dio cuenta de la nota en su pupitre, hasta que su compañero de junto se encargó de darle un codazo para atraer su atención en dirección al papelillo.
Usualmente solían intercambiar notas durante las clases.
Al desdoblar el papelillo, Naruto reprimió una sonrisa y se giró hacia sus amigos.
"Nos reuniremos a la salida para ir a los videojuegos"
Kiba le devolvió una sonrisa, mostrando sus relucientes caninos. Shikamaru bostezaba y Chouji comía discretamente de su bolsa de frituras.
Naruto sonrió efusivo, una salida con sus amigos no estaría nada mal. Tenían varios días que no se reunían como antes, y todo porque él se la había pasado tonteando en sus infructuosos intentos por seducir a su profesor.
Le hacía falta distraerse un rato, dejarse de tonterías y solamente disfrutar el día con sus amistades.
**
-¿Clases particulares?
Sin terminar de procesar la invitación, Naruto parpadeó reiteradas veces, tratando de aclarar aquella disyuntiva mental tras la sugerencia hecha por Itachi Uchiha.
De nuevo era el último en abandonar el aula, pero esta vez se debía a que su profesor le había pedido que aguardara al término de las clases para informarle sobre algo en concreto. Ese 'algo' aparentemente tenía que ver con un apoyo extra en las materias que había estado arrastrando dos bimestres atrás.
Y si, sus calificaciones podían no ser las mejores. En realidad difícilmente había aprobado el curso, y pese a ello, no entendía el motivo de tan repentina ayuda.
Itachi estaba dispuesto a ayudarle a aprobar y mejorar sus notas en el próximo bimestre, pero ¿Qué querría a cambio?
Naruto se encogió de hombros ante el profundo escrutinio del mayor.
-No tengo efectivo para cubrir clases extras.
Y era verdad. Se había gastado los ahorros de los últimos meses en aquella pócima que, hasta el momento, sólo le había traído dolores de cabeza.
-No dije que fuera a cobrarte.
Las palabras de su profesor sonaron demasiado afables a sus oídos. Naruto lo miró inquisitivamente, buscando una trampa o mentira impresa en sus oscuras pupilas.
-No voy a acostarme con usted- poco le importó ver el rubor que trepaba por el apuesto rostro del moreno. Estaba muy equivocando si se pensaba que iba a aprovecharse de la situación. Por mucho que le gustara, él no era esa clase de persona.
Resignado a la negativa, Itachi uso un trozo de papel para escribir su número telefónico, después se lo entregó al Uzumaki.
-Si cambias de parecer, avísame. Te recalco que no pretendo cobrarte de ...- hizo una pausa y se rascó detrás de la cabeza al recordar la incriminatoria del chico. -De ninguna manera. Sólo es orientación educativa. Se que tienes problemas en la resolución de ejercicios.
-Lo pensaré- tajó Naruto mientras guardaba el papel en su bolsillo. Sentía su corazón acelerarse cada vez más, así que se obligó a avanzar hacia la salida.
Que Itachi Uchiha le gustaba, era un hecho. Aunque tampoco quería que su profesor pensara que era un facilón. Si aceptaba de buenas a primeras, Itachi lo juzgaría como a un cualquiera. Además era cierto que no era un genio en los estudios. Era poco aplicado y jamás había sacado un sobresaliente. Si llegaba a acceder a recibir ayuda de su profesor, lejos de deberse a pretender una mejora en sus notas, se debería exclusivamente porque quería pasar más tiempo con él.
¿Pero, y la pócima?
¿De verdad habría hecho el efecto esperado? Y de ser así ¿Por cuánto tiempo?
Tal vez debería ir a ver a la gitana para preguntarle.
Con el último pensamiento en mente, Naruto echó a correr.
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