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Percepción por rmone77

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Notas del capitulo:

—Childhood—

Cuando KyungSoo abrió los ojos, sintió un gran vacío en su estómago, como si hubiesen pasado días desde su última comida. El dolor de cabeza le atravesaba las sienes y el cuello. Sudaba frío y temblaba, aunque él no lo supiera, era a causa de la abstinencia. Pero lo más terrible fue que no veía nada. Sentía también un dolor punzante en sus muñecas y sus muslos estaban fatigados. Le costó darse cuenta de que estaba atado a una silla de metal. Sentía calientes los bordes que se pegaban a su piel, pero al menor movimiento franjas muy frías se le adherían. Fue una ráfaga de viento ligera la que le hizo darse cuenta de que se encontraba desnudo. Y a pesar de ello sentía la piel pegajosa, desagradablemente sucia. Ni siquiera podía mover la cabeza, ésta simplemente caía destrozando aún más su cuello. Sentía pesado todo el cuerpo, estaba tenso y sin energías. Sediento, adolorido, angustiado y con mucho miedo. Tenía los labios resecos y cuando intentó mover su lengua notó que un objeto le impedía hablar. La saliva se escurría por sus labios y mentón, goteando constantemente en su abdomen. Era muy viscosa, lo que le permitía percibir perfectamente cada goteo. Uno, dos, tres, cuatro... perdía la cuenta cuando alguna otra emoción lo alertaba, volviendo rápidamente a contar. Tosía casi sin fuerzas y cada tanto le vertían agua sobre la mordaza. Se ahogaba bebiendo, pero si no lo hacía terminaría ahogado de todas formas. El vacío en su estómago era más y más grande cada vez, hasta algún punto en donde fue perdiendo la sensibilidad de todo su cuerpo, confundiendo las sensaciones, sin saber si temblaba de frío o de calor. En ocasiones sentía la piel húmeda y otras tantas veces muy reseca. Le picaban las pantorrillas, las rodillas, las mejillas. Lloraba por la desesperación de no poder aliviar la picazón. Y se intensificaba, en el borde de sus tobillos, en la planta de los pies, en sus orejas, su frente, su ombligo, hasta que todo su cuerpo ardía en un prurito intenso que le hacía convulsionar de incomodidad, de agobio y terminaba desmayándose por la incapacidad mental para soportar aquello.


Cuando despertaba de nuevo lo hacía por una agradable sensación entre sus piernas. Una ligera caricia, muy considerada, un tacto cálido que lo masturbaba lentamente, sin desesperación de por medio. KyungSoo imaginaba que era JongIn. Lo veía a través de la tela, imaginaba su sonrisa suave y aquella mirada dulce que siempre le dedicaba al despertar, lo escuchaba pronunciar su nombre en susurros, sintiéndose seducido por su voz. De esa manera el tacto era placentero, ahogando un único jadeo al fondo de su garganta cuando sin fuerzas era liberado un débil orgasmo.


En otras ocasiones, cuando despertaba, lo hacía con una completa sensación húmeda y fría por todo el cuerpo, como si le tiraran un valde de agua, al cual terminaba acostumbrándose. El agua escurría a través de sus ataduras, aliviando el constante ardor alrededor de sus muñecas, tobillos y muslos. Sentía que agujereaban sus venas y que poco a poco dejaba de sentir. KyungSoo no lo sabía, pero la piel se le había tornado blanquísima en contraste del violeta repartido a lo largo de su cuerpo. No sentía dolor superficial porque estaba completamente inmóvil, sin fuerza, pero sus músculos sufrían constantes dolores silenciosos y su piel se llenaba cada vez más de manchas violáceas.


Otra vez, despertaba de forma suave. Un tacto húmedo y caliente recorría distintos lugares de su cuerpo. Su torso, por sus pezones y avanzaba, marcando cada costilla. Pequeños besos se depositaban en sus mejillas y dolía, pero de alguna forma los dulces besos calmaban insignificantemente el dolor. Percibía un aroma fresco, no de un perfume, algo más suave, como la fragancia de un champú que se desvanecía tal cual el tacto cálido sobre su cuerpo.


Una vez más, despertó de golpe al estrellar su rostro en el piso. Seguía atado, poco a poco empezaba a dolerle cada parte de su cuerpo que había golpeado el piso. Gritó tras la mordaza por el dolor punzante en sus muñecas. Quizá se había torcido uno o dos dedos, o se habían aplastado con la misma silla al caer. Cuando recuperó el aliento una ligera molestia le impedía respirar bien, su costado izquierdo se sentía incómodo. Su brazo derecho estaba aplastado por la silla y un ligero tamborcillo bombeaba sus ojos desde el interior. Estaba tan desconectado de la realidad que verdaderamente no sintió los siguientes golpes que vinieron.


— Es tu culpa, es tu culpa, es tu culpa, es tu culpa...


A los minutos se le adormeció el brazo derecho, pero ni siquiera le molestaba, era lo menos en que podía preocuparse.


Silencio. Horas, días o segundos de silencio. Un aroma familiar.


Un par de manos que acariciaron su cabello, un abrazo a medias, manos temblorosas. Era JongIn. Seguro que sí lo era. Podía reconocerlo aún si no viera ni escuchara nada, con sus sentidos adormecidos. Lo iba a ayudar, lo estaba calmando, le pedía que aguantara un poco más, sólo un poco más.


La siguiente vez que abrió los ojos le incomodó de sobremanera la luz que atravesó sus pupilas. Se asustó, gritó, se quejó, su lengua no era presionada por nada y al menos las ataduras de sus manos estaban sueltas. Casi no sentía su brazo derecho. Un par de manos acunaron su rostro, contuvieron sus gritos. Y cuando pudo calmarse, cuando pudo reconocer colores y formas, vio la tierna sonrisa de JongIn ensombrecida por una mirada tan lamentable.


— ¿Qué sucedió?


Murmuró KyungSoo, articulando de forma pobre aquellas dos palabras. Le preguntaba a JongIn qué es lo que le había sucedido, pero no podía preguntarle porqué tenía la mirada deshecha, porqué había tanta tristeza en sus ojos al verle. Por qué. Por qué lloraba. Le dolía su cuerpo. Allí donde tocaba JongIn le dolía, donde sea que tocara. Había más personas, discutían, gritaban en voz alta. Se escuchaban pasos, sirenas, sonidos insoportables que le hicieron arrugar el ceño.


Se quejó cuando fue levantado en brazos, sentía que flotaba en al aire. El perfume de JongIn, por fin lo sentía de nuevo. Elevó las comisuras en un gesto deforme que seguro debía ser una sonrisa. Pidió agua que le fue dada con mucha calma. Todo estaba bien ahora. JongIn estaba con él.


KyungSoo no perdió la consciencia en ningún momento, aunque la calidad de esta no estuviera muy clara. Estuvo con sus grandes ojos abiertos en toda instancia, respondió a las preguntas simples que le hicieron muchas personas, aunque no estaba tan seguro de quienes eran. Estuvo muy tranquilo y fue muy cooperador en absolutamente todo. No se quejó y siguió todas las indicaciones. Sólo pidió poder ver a Kim, tenerlo a su lado.


A medida que avanzaba el goteo a través de sus venas fue teniendo claridad del escenario en el que estaba. Entendió que lo llevarían al hospital por unas pruebas. Afortunadamente todo había salido muy bien y con un par de analgésicos se fueron la mayoría de sus dolores. Pidió comida y más agua y cuando pudo reincorporarse en la camilla pidió el alta. La mayoría de las personas a su alrededor se alarmaron y la policía a cargo de la investigación pidió una evaluación psiquiátrica de urgencia para poder tomarle declaraciones. Dieron el pase rápidamente, a pesar de que mentalmente Do no tenía la más mínima idea de lo que pasaba. Le hicieron muchísimas preguntas por Kim. Nombre completo, edad, relación, problemas, alcohol, drogas, secuestro. Y cada vez las preguntas se volvían más toscas, al punto de que no sabía qué decir. SooJung interrumpió la declaración, aunque eso supusiera un posible arresto, pero les dejó en claro que no permitiría que dijera una palabra más si es que no se encontraba con un abogado presente.


— Soojung, ¿dónde está JongIn?


— Pronto estará con nosotros.


Fue lo único capaz de responder.


En la hora siguiente cada noticiero informaba la misma noticia:


"Fue encontrado el joven desaparecido Do KyungSoo inesperadamente por uno de los sospechosos en la investigación: Kim JongIn. El acusado habría ido a lo que sería, al parecer, la un terreno baldío muy cercano a la antigua vivienda del muchacho, encontrándolo sin ninguna herida de gravedad. Actualmente el señor Do está siendo atendido en el hospital más cercano, aunque ya declararon que se encuentra estable. En cuanto a los acusados, Kim JongIn fue tomado detenido nuevamente por su dudosa participación en el rescate, ya que a pesar de haber sido interrogado múltiples veces cuando estuvo detenido en primera instancia, siempre declaró no tener ninguna pista ni participación en la desaparición del señor Do. Además, la policía informó que encontraron un cuerpo sin vida en la periferia del lugar, aparentemente se habría autoinflingido un disparo en su mandíbula, produciendo su muerte en pocos minutos. El cuerpo fue identificado como Jun JuWon, el académico de la Facultad de Literatura y Artes de la Universidad XX y segundo sospechoso del secuestro de Do KyungSoo..."


Do abandonó la universidad. Después de recuperarse, apenas un par de días después le siguieron semanas extenuantes, con múltiples evaluaciones, entrevistas, seguimiento, declaraciones y lo más angustiantes, días separado de Kim.


En un inicio la desesperación dominó su mente cuando recuperó por completo la conciencia. La policía insistía en que Kim había tenido relación con el secuestro de él y asesinato de JuWon, a pesar de que no había ninguna pista concluyente al respecto y de que el departamento de homicidios había descartado participación alguna de terceras personas en la muerte de Jun JuWon, declarándolo suicidio. Do insistía en su inocencia y lo realzaba como su salvador. No entendía qué era lo que estaba sucediendo. Además, entre medio de todos esos problemas se liberó el testamento de su abuelo quien lo reconocía como único heredero de cada una de sus empresas. La madre de Do insistió en la incapacidad mental de este para hacerse cargo de todo y en la necesidad de un tutor legal para administrar la fortuna, hecho que fue refutado por los tribunales antes las tres evaluaciones psiquiátricas a las que tuvo que ser sometido y en las que demostró con creces tener una mente apta para llevar una vida como una persona normal. Con esto, muchos de los rumores previos terminaron diluyéndose en la boca de las personas. Lo primero que hizo Do con el dinero y con la interminable ayuda de SooJung fue interponer una denuncia al departamento de policías por incompetencia en el desarrollo de su secuestro, además de acusarlos de persecución hacia Kim JongIn.


La relación de ambos estaba en boca de toda la sociedad, hecho sobre el cual Do no hizo ninguna declaración. Más bien empezó a tomar poder la incapacidad del departamento de policías en manejar un caso tan importante, saliendo a la luz también que la primera vez que Do fue secuestrado, la investigación fue cerrada como un caso de abuso de drogas, cuando la mayoría de las pruebas apuntaban a uno de los sospechosos: Jun JuWon.


Ante esto el departamento y los detectives a cargo del primer caso que, coincidentemente estaban relacionados con el segundo, optaron por una defensa que sorprendió a todos los medios, exponiendo que, la primera vez, fueron persuadidos y tomaron en consideración especial las declaraciones de los padres de Do, quienes pusieron de manifiesto que el muchacho había huido de casa porque estaba involucrado con la drogadicción. Durante el secuestro declararon además que Kim JongIn estaba relacionado de forma directa, motivo por el cual las investigaciones se centraron por completo en él. Prometieron pruebas que finalmente nunca llegaron e intentaron sobornar el departamento con grandes sumas de dinero. Aún peor para todos los oficiales involucrados en el caso, un programa de televisión contrató detectives privados para demostrar que aquellos sobornos habían sido aceptados.


"En otras noticias, el gran caso del secuestro del nieto de XX corporation sigue dando giros en su trama, ya que ahora se ha demostrado que fueron los padres del muchacho los que, al parecer, estarían en contra de la relación amorosa que relacionaba a su hijo con el reconocido publicista Kim JongIn, sobornando al departamento de policías de la región de XX, para que culparan a este mismo, no importándoles que el verdadero secuestrador estuviese en libertad, pudiendo cometer otro tipo de delitos..."


"¡No lo sabía! Yo pensé que mi hijo realmente se drogaba y desaparecía, nunca pensé que había alguien más involucrado en esto..."


La madre de Do continuó siendo entrevistada, pero por medios menores o aquellos periódicos que se sustentaban en base a los chismes o rumores. Al menos ella intentaba limpiar su imagen, intentando esfumar los malos comentarios que todo el mundo formulaba respecto a la crianza que dio al pobre muchacho, pero sólo conseguía estar en boca de personas que la crucificaban como la peor madre del país, sin siquiera darle oportunidad alguna de explicarse. La manera que estaba siendo tratada era un castigo kármico por cada vez en que había sido indiferente antes. Se tuvo que morder los labios y tragarse su orgullo, quedando completamente sin voz. Sus abogados le recomendaron que hiciera una conferencia de prensa ofreciendo las disculpas debidas, pero ella se limitó a escribir una carta y hacerla pública, obteniendo una ola de comentarios negativos que sólo terminaron de sepultarla.


El tan ansiado encuentro entre ambos, la ternura con la que se guardaban en sus recuerdos y el deseo que se había alojado en sus palmas durante toda la tormenta se vio completamente alterado por una ola de flashes y paparazis. Justamente a ellos, habiendo ocultado la relación de cada persona, exceptuando a SooJung, estaban siendo completamente expuestos. Do no podía con sus nervios, físicamente no se encontraba aún en condiciones para soportar toda la carga mental de lo que estaba viviendo. Un día era un chiquillo que simplemente pasaba desapercibido, que no afectaba la vida de nadie, que no creaba ningún tipo de peso en la mente de alguien más. Y todo ello se desmoronó de la noche a la mañana. Qué delgada era la línea en que algo podía ser o dejar de ser.


 


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