Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dame razones para quedarme. (Pausada) por Chaotic_and_ Pathetic

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Si la quieres leer en wattpad, aquí esta el link directo:

https://www.wattpad.com/user/chaotic_and_pathetic

Notas del capitulo:

Hola hola, gracias por interesarte en esta historia, espero que te guste y continues conmigo hasta el final. 

 

Prologo

 

 

 

Miro a mis alrededores, contemplo el cielo que se mantiene estático sobre mi cabeza; soplaba un viento recio, con mucha fuerza, que entre susurros roncos perseguía las hojas a través de la calle. Las voces ahogadas de esas aves glotonas y maleducadas inundaban mis oídos, provocándome desprecio, perturbaban mi calma en esos momentos, lo único que podía escuchar eran sus cantos gruesos y constantes que no me dejaban tan siquiera concentrarme en mis propios pensamientos. 

Lo único que añoro en estos momentos, es la caída de la noche, el día me cansa y me aburre, es brutal y ruidoso, pero cuando el sol desciende, una confusa alegría invade todo mi cuerpo. A medida que crece la sombra me siento distinto, más joven, más fuerte, más activo, como si mi alma tuviera un segundo nacimiento. La majestuosa noche ahoga la ciudad como una ola inaprensible e impenetrable, destruye los colores, las formas y los cuerpos humanos, con su tacto todo se vuelve imperceptible, yo... me vuelvo invisible. 

No existo, la sombra que me atormenta cada día parece desaparecer, tomo aire, mis pulmones lo anhelan, mi corazón se compadece de mí y el constante palpitar nervioso parece desaparecer, me siento seguro, me siento acobijado por la noche cautelosa que cubre mi verdadera esencia, la sangre que veo en mis manos desaparece por completo y por un segundo puedo sentirme en paz, no hay nada que me perturbe, no hay nada que me produzca dolor, solamente estoy yo, varado en un vacío que ni yo mismo puedo entender. 

Me siento ajeno a mi propio cuerpo, me siento ajeno a mi pasado y mi presente, como si no fuese capaz de tomar las riendas de mi vida y tomar el camino que yo deseo, me muevo como una marioneta, respiro porque me siento obligado hacerlo y parece que el motor que movía mi vida ha desaparecido por completo, no soy yo, no me siento como Sasuke, desde que termino la guerra mis recuerdos del como llegue a este punto se han transformado en manchas borrosas que por más que lo intento no puedo ver con claridad. De un momento a otro, en un simple parpadeo me encontraba en esta vida que no me pertenece, una vida que me fue impuesta aunque yo me había rehusado... Tengo una hija, una esposa, pero no siento un cariño genuino por ellas, suena cruel y me arrepiento cada día por no darles el amor que se merecen, pero, ¿Cómo hacerlo? cuando parece que tu vida ha sido programada de esta forma. 

Mire mi reloj, me sobraba tiempo, no quería volver tan temprano a casa, fijaba mi vista en mis alrededores, en un banco no muy lejos de mí estaban sentadas un par de elocuentes señoras, la tranquilidad del entorno contagiaba a los allí presentes menos a mí que estaba a punto de perder la paciencia por los interminables pensamientos que se aglomeraban en mi cabeza, sin siquiera dejarme escuchar mi propia respiración, sentía que me ahogaba, mi pecho dolía, debía salir de aquel lugar que por varias horas se había convertido en un lugar de escape pero ahora parecía volverse una cruel cárcel. Parecía que la poca tranquilidad que conseguía por un par de minutos se volvía en contra mía. Suspire con pesadez, en ese momento entendí que era momento de volver a casa aunque eso me resultara un completo castigo. 

No hice mucho por caminar rápido, quería alargar el tiempo de recorrido, caminaba por las afueras de la aldea, no pretendía conjuntarme  con el gentío que se aglomeraba en la parte central de la aldea, todas esas luces que parecían cegar mi visión, las risas, los pasos constantes de la gente, todo eso me volvía impaciente e irritable y por un momento en esta noche quería mantener mi buen humor.  Los vientos continuaban soplando con fuerza, moviendo las ramas de los arboles, dejando caer varias hojas que se extendían por el camino, hojas secas que con cada paso que daba creaban un leve crujido que parecía tranquilizarme más que hacerme perder la calma, me sentía pleno, no quería irme de aquel lugar, quería perderme entre aquel sendero y jamás regresar. 

Si, quería huir de todo. 

Quería disfrutar esta ultima noche, necesitaba tener paz para poder tener cabeza en la misión de mañana, ese era mi método de consolación, estaría fuera de aquí por varias semanas, incluso meses, así podría tener un momento para ser,  aclarar todas las locuras que han estado pasando por mi cabeza en estas ultimas semanas,  Sin embargo por más que quería alargar este paseo, todo había llegado a su fin, al final de esa calle estaba el edificio donde residía mi familia, di un amplio suspiro, salgo con pesar en dirección de mi hogar, cada paso, cada movimiento, cada gesto, cada parpadear me fatiga, como si levantara una enorme carga  y al terminar, en un simple parpadeo cansado, me encontraba en la puerta de aquel terrible lugar, tome la perilla y la abrí sin más. 

Ahí las vi paradas en el pasillo de entrada con una amplia sonrisa marcada en sus rostros, se notaba la felicidad al verme, siendo sincero jamás había sentido algo por aquellos gestos pero hoy fue diferente, por primera vez sentí algo, repulsión, si, eso era lo único que se albergaba en mi corazón, mismo sentimiento que poco a poco se combinaba con una angustia constante al no ser capaz de corresponder a su felicidad, me sentía miserable por la desdicha que les causaba en sus vidas, atadas a un hombre que no puede responder al amor que le ofrecen de manera desinteresada. Suspire con pesadez, estaba muy cansado, aturdido, desesperado y lo único que quería en esos momentos era dormir. 

Llegaste justo a tiempo para la cena- recito Sakura, cada día me hablaba con el mismo tono de voz, dulce y suave que retumbaba en mis oídos como una melodía exuberante y fastidiosa, por alguna razón no podía encontrar calma en sus palabras. Sus ojos verdes siempre me veían igual, me tenía lastima, podía percibir la tristeza en sus ojos, en sus palabras, en su caminar, en todo. Sabía que la hacía miserable, la conocía lo suficiente para notarlo. Hoy no quería comer, ni siquiera tenía apetito a pesar de no comer en todo el día. ¿Qué es lo que estaba pasando conmigo?. 

- si- fue lo único que pude responder, no le rechazaría la comida después de todo invirtió tiempo en hacerlo para nosotros, comería aunque me viera obligado a ello. Me quite los zapatos, dejando mi pies descalzos en la entrada, el suelo estaba frío, pero a pesar de ello  mi cuerpo no pudo reaccionar en ningún momento. Preferí ignorarlo, cerré la puerta tras de mí y me dispuse a pasar al pasillo, un olor se extendía por todo el lugar, era la cena, olía a miso por toda la casa, si podía describir en una sola palabra aquel aroma, elegiría repugnante, si, eso era lo único que pensaba. El estomago se me revolvía y no era capaz de concentrarme en otra cosa que no fuese en  aquel insistente olor que penetraba en lo más profundo de mis fosas nasales. 

Papá, ¿te encuentras bien?- alce mi rostro, la vi parada en la entrada del pasillo, sus ojos negros, su cabello del miso tono, todo, tan parecida a mi pero tan diferente a la vez; su voz me recordaba mucho a la de mi hermano Itachi, fuerte y firme pero a la vez con una sutil delicadeza que siempre hacía calmar mis pensamientos, sin embargo tan solo verla ahí, observándome como si tratara de leer mi mente me causaba asco, no quería verla, no quería estar cerca suyo y tan solo pensar en que debía compartir la mesa con ella y Sakura, mi estomago se revolvía aún más. 

Me incorpore lo más rápido que pude, esboce la mejor sonrisa que mi cuerpo podía aparentar  y asentí. No dije nada más, no tenía ganas, estaba cansado y lo que menos quería era interrogatorios constantes sobre mi aspecto actual, conocía como me veía, un ser  repugnante, miserable, caótico, era una basura que vagaba por las calles, sin un rumbo fijo esperando que su vida terminara de manera casual, sin preguntas, sin mendigar piedad para vivir un poco más, simplemente dejar de existir en un parpadeo. Ese sería el mejor final para mi vida. Acabar en soledad, deshaciéndome de todos los pecados que cargo conmigo, la sangre que mancha mis manos se desaparecería por completo y la tranquilidad se establecería en mi alma. 

¿Me estas escuchando Sasuke-kun?- la escuche de nuevo, voz que me hizo volver en sí, estaba vagando nuevamente en mis pensamientos y ciertamente no sabía cuanto tiempo llevaba así; la mire fijamente, se notaba preocupada, bien, ya no lo soportaba, quería ser un buen esposo y comer la cena que había preparado pero no podía soportarlo un segundo más, debía irme de ahí, debía meterme en la cama y olvidarme de todo, esperando que llegase la mañana siguiente para "huir" de Konoha, "huir" de mi propia familia, y así tomando un acto de piedad hacía mi persona, negué. 

- no me siento bien, quiero dormir- respondí con voz ronca, no le mentía, me sentía indispuesto para todo y era una sensación tan extraña que se volvía desesperante. Sakura me miro con preocupación, se notaba que quería acercarse a mí, no podía ver mi cara, pero con la duda que se marcaba en el rostro de aquella mujer supe que mi aspecto era peor del que pensaba, ¿Le daba miedo?, fue la pregunta que se me cruzo en esos momentos pero no me detuve a meditarla por mucho tiempo, camine, sin detenerme un segundo, quería ir a la habitación y alejarme de todo. Sakura no hizo nada por detenerme, se que me entiende, se que hace todo lo posible por comprender todo lo que pasa dentro de mi cabeza pero es inútil cuando ni yo mismo puedo comprenderme. 

¿Qué le pasa a papá?- escuche detrás mío, Sarada, siempre tan curiosa de todo. Si supieras que tu propio padre a perdido la respuesta ante tal pregunta.

 Al pasar por el resto de la casa llegue a mi habitación, la puerta estaba abierta, todo estaba en completa oscuridad, ni siquiera me moleste en encender la luz, no valía la pena, poco a poco me deshice de mis prendas quedándome en simples calzoncillos, cerré la puerta y camine hasta la cama dejándome caer entre las sabanas que tomaron mi cuerpo como una suave nube que le inyecta calor poco a poco, cerré los ojos con suavidad, dejándome llevar por el cansancio que se apoderaba de mi cuerpo, los pensamientos que se aglomeraban en mi cabeza poco a poco se disipaban hasta que todo quedo en calma. 

Había encontrado la paz. 

 

..................................................

 

 

 

No sabía bien cuanto tiempo había dormido, pudieron ser minutos o inclusive horas, me sentía tan cómodo pero todo eso cambio cuando sentí un ligero peso que se hacía presente a un lado mío, era Sakura, pude sentir su aroma a medicamentos, ocasionado por estar todo el día en el hospital  conjuntado con un lindo perfume de rosas, mismos olores que pasaban por mis fosas nasales, no me molestó, no me hizo perder la calma que en esos momentos estaba distribuida en todo mi cuerpo. Solo deje de pensar en ella y concentrarme en mi sueño. 

Sasuke-kun- le escuche pronunciar mi nombre, susurraba con suavidad, sentía su cuerpo pegado al mío, su respiración delicada pasaba por mi espalda hasta colarse por mi nuca, arrugue ligeramente el entrecejo, mi calma se perdía poco a poco, estaba cada vez más cerca de mí y eso era lo que menos quería en esos momentos. Todo cambio hasta que sentí su pequeña mano posada en la mitad de mi espalda, su suave tacto parecía disipar todas las incomodidades que se conjuntaban  en mi cabeza, sentía paz, una tranquilidad que tiempo atrás había perdido por completo. - Sasuke-kun- lo dijo de nuevo, acariciándome con suavidad.

Sentí su rostro pegado a mi piel pero era una sensación diferente, estaba húmedo. ¿Acaso había llorado?. Me desperté de inmediato sin embargo no logre moverme, me quede en esa posición, no era capaz de verle a la cara, sabía bien que si lo hacía ella se daría cuenta de que aquel hombre con el cual comparte la cama no era capaz de amarla. Todo estaba en total oscuridad, un silencio penetrante, no había nada más, solo nosotros dos en una burbuja miserable, inmunda, no había más que miseria que se aglomeraba cada vez más conforme sentía las lagrimas caer del rostro de mi esposa, mismas que dejaban un rastro húmedo por mi espalda. 

Te amo- pronuncio de la nada. Me quede estático, trague saliva y solo pude estar callado, ¿Qué debía decirle?,¿mentirle? claro que  era una opción pero no quería lastimarla más de lo que ya había hecho, no quería crear una ilusión que no era verdad y solo ella saldría lastimada por el hombre incompetente que soy, apretuje mis ojos con fuerza, le tenía lastima a Sakura, y sin más lo solté sin titubeos. 

y yo a ti- mentí, pero pude sentir que aquella mujer se lo había creído por completo y eso hizo más creciente mi culpa, se aferró a mi y lo único que pude escuchar  en gran parte de la noche sus fueron sus sollozos constantes. Ojala y en este tiempo que no este, sea capaz de aclarar todo lo que sucede en mi cabeza y darle la vida que ella merece, la felicidad que tanto anhelaba y que no ha conseguido por estar conmigo. Preferí no torturarme un segundo más y cerré los ojos nuevamente, quería dormir bien por esta ocasión, quería sentirme en paz conmigo mismo por esta noche pero parecía que a cada respiración que daba mi corazón se apretujaba, me sentía acalambrado, no era capaz de moverme de mi sitio. ¿Qué era lo que me pasaba en esos momentos?. 

Fue la pregunta que me repetía constantemente, seguramente estaba haciéndome el tonto sabia la respuesta sentía lastima y no de Sakura, me auto compadecía creyendo que al final de esta misión pudiesen mejorar las cosas para ellas y para mí. Que optimista, quisiera creer en mis propias ilusiones pero bien se que eso jamás va a pasar, esta infelicidad que se alberga en mi corazón permanecerá hasta el día en que yo muera. Mi limitare a ver la vida pasar, con agonía y desespero, esperando anhelante el día de mi muerte; una muerte que se ve lejana, no quiero tener una larga vida si no puedo ser feliz, no quiero vivir de forma miserable, ya no más. Estoy cansado de esta vida que me mantiene prisionero cada día que pasa, no puedo hacer nada por cambiar, cada vez que lo hago parece que los intentos se ven frustrados, me desespero, quiero morirme pero no encuentro la forma de hacerlo. 

Muchas veces por mi cabeza paso la idea de huir por segunda vez, pero en esta ocasión no en busca de un poder, esta vez huiría para buscar la paz, buscar una vida de la cual me sienta orgulloso pero cada vez que lo pensaba lo único que se me venía a la cabeza era la decepción agobiante de mi familia, podía darme por muerto y así nadie más me buscaría, haría una nueva vida en una aldea lejana, trabajaría como pescador o  dueño de un simple puesto de verduras pero al final cuando quería llevarlo acabo, todos mis planes parecían una completa tontería. Me sentía frustrado, me siento así cada día de mi vida y no hay forma de calmar aquel sentimiento que parece clavarse en mi pecho conforme los años pasan. 

Nuevamente había vagado tanto en mis pensamientos que de un momento a otro, la alarma comenzó a sonar, mierda, el sol estaba comenzando a salir y no había podido dormir más que simples horas. Di una amplia respiración llenando mi pecho con aire frío que se había acumulado en la habitación, me incorpore, mire la oscuridad de aquellas cuatro paredes sin saber bien donde me encontraba, sabía que era mi habitación pero jamás me tome la molestia de ver como era con luz, siempre llegaba tan tarde a casa que lo único que conocía era el camino hacía la cama. Moví mi cabeza tratando de alejar todos los pensamientos que poco a poco se acumulaban en mi pensar, estire mi cuerpo sintiendo como mi espalda crujía por la mala posición que había tomado durante la noche. 

Frote mi rostro con la palmas de mis manos, me levanto con esfuerzo, me visto con desidia y salgo con pesar de aquel lugar. Todo estaba en completo silencio, lo único que podía escuchar en esos momentos era mis pasos que se marcaban en el piso, mi respiración entrecortada, todo estaba a media luz, no me tomaba la molestia de encender las luces, mi cabeza estaba a punto de estallar, cada ruido me molestaba y creaba una sensación de pánico en todo mi cuerpo. Camine sin ánimos hasta la salida del apartamento, pero de alguna forma curiosa me detuve en la entrada de la sala de estar, gire mi rostro y lo vi. 

Puesto en la mesa se encontraba un bento, cubierto por una sabana negra con el símbolo de mi familia, Sakura, pensé, se había tomado la molestia de guardar comida para mí, suspire con pesadez, ¿Era necesario llevarlo conmigo?, pegunta que se figuraba en mi cabeza. Negue, no, no era necesario, simplemente podría olvidarlo y pretender que ni siquiera lo había visto, sin embargo podría sentir culpa, el tiempo que ella tomo al preparar todo, la comida que se utilizo en ello y yo simplemente negándolo por un simple capricho. 

que mas da- respondí ante mis dudas, caminando hasta el comedor, donde sin pensarlo demasiado me dispuse a tomar el bento pero cuando mi mano estaba a pocos centímetros de la tela, me detuve de manera inmediata, fijando mi vista en la figura cuadrada que se delineaba en la oscuridad, mi mano sobrepuesta y yo simplemente vagando en mis pensamientos tratando de convencerme a mi mismo que todo estaría bien si olvidaba la comida, posiblemente no se desperdiciaría, ellas la comerían con un cierto disgusto, decepcionadas, ahogadas en un nudo que so formarían en su garganta al pensar en que su esfuerzo por obtener mi amor se había visto cegado por mi desinterés. Suspire; no sabia que hacer. 

si quieres olvidarlo, esta bien papá- escuche su voz detrás mío, ¿Qué hacía despierta tan temprano?, trague saliva y gire sobre mis talones para poder verla, los primeros rayos de luz se colaban por las cortinas permitiendo ver a mi hija a media luz, aún tenía su pijama, su cabello se mantenía desordenado y sus pies completamente descalzos a pesar del intenso frío que se sentía por toda la casa. Se notaba adormilada, tal vez me pudo escuchar desde su habitación. - se que no te gusta llevar comidas a tus viajes, pero mamá insistía en que lo preparáramos para ti pero si lo dejas, no me sentiré molesta, tratare de persuadirla para que ella crea que lo olvidaste por un simple descuido- continuaba hablando, ¿Qué debía decirle?; parece que ella fuese capaz de comprender por todo lo que estoy pasando últimamente, notó sinceridad en sus palabras, no esta furiosa, me habla con dulzura tanto así que mi corazón se siente cálido por un instante. 

me lo llevaré- indique, esbozando una ligera sonrisa. No quería decepcionarla, hoy, solo por hoy quería intentar que ella supiese que aunque aun no logro amarla por completo, su padre le tiene un espacio en su corazón. Sarada inesperadamente me correspondió la sonrisa, el ambiente triste y solitario parecía disiparse por unos segundos, una sonrisa de mi hija era lo único que necesitaba para sentirme en paz conmigo mismo. Tal vez y solo tal vez si las cosas hubiesen sido diferente, ella sería mi mundo entero, ella tendría al padre que merece. Tome el bento, me aferre a el con fuerza, mirándolo con una ligera sonrisa, al final parecía que mi corazón se debilitaba ante aquella niña. - me iré por un tiempo indefinido, se que tu y tu madre estarán bien sin mí, aún así, cuídense , pronto estaré de vuelta- fue lo único que dije, no espere una respuesta. 

Ten buen viaje papá- escuche decir a mi hija, asentí en silencio y camine hasta la salida, no mire atrás, me aferre al bento y emprendí mi viaje. Tenía la ferviente esperanza de que todo esto que me atormentaba se disipara en cualquier momento y mi vida tomaría el rumbo que yo deseaba.

 

 

 

 

 

Narrador Omnisciente. 

Un par de días habían pasado desde que Sasuke decidió salir de Konoha, no tenía rumbo fijo, lo único que sabía en esos momentos era que debía dirigirse hacía el sur, a buscar rastros de los Otsutsuki, los recientes ataques a las aldeas vecinas habían creado conflictos y varios roces entre los lideres, había muchos candidatos a manejar tal situación pero Sasuke se postulo apenas se entero de la noticia. Tenía pocos días de haber llegado a la aldea después de estar fuera por meses, no había visto a su familia y lo único que quería era huir de nuevo o eso es lo que había dicho Naruto. 

no se que es lo que piensas, cada día te muestras tan extraño que me arrepiento de mandarte a misiones tan largas, ¿estás seguro que quieres ir?- recordaba el azabache, las palabras de su amigo retumbaban en su cabeza como un constante eco que no lo dejaba en paz, ¿acaso Naruto tenía razón?, las misiones lo habían afectado o que era lo que estaba pasando con él realmente. Suspiro con pesadez, cerrando levemente los ojos, tratando de poder concentrase, dos días llevaba caminando y ni siquiera estaba a la mitad de su destino, su paso lento y desinteresado solo dejaba a vista lo desesperado que estaba por huir de su propio hogar, o si es que se podía llamar así. 

¿Qué es lo que pasa conmigo?- pregunto en voz alta, por fin después de tanto tiempo se atrevía a pronunciarla, reconocía su delirio constante, reconocía que se sentía ajeno a su propio cuerpo, todo estaba mal consigo, caminaba con tanto letargo que una tortuga sería más rápida que él en esos momentos. Dio una amplia respiración notando como sus pulmones se llenaban de aire, su pecho se expandía y... un olor repugnante inundaba sus fosas nasales, asqueado por lo pútrido del aroma, cubrió su nariz con su antebrazo, mirando a sus alrededores tratando de encontrar al responsable de tal inmundicia. 

Olía a muerte, sangre y desespero, por un momento pensó que aquel aroma salía directamente de su alma. La oscuridad del lugar no le permitía ver con claridad pero se sentía inquieto, algo malo pasaría, lo presentía y era una sensación que le desgradaba por completo. El cielo estaba despejado, no había luna por lo que todo se encontraba en completa oscuridad, no había una luz natural que lo acompañara esa noche, solo estaba él, deseando que su mal presentimiento se alejara por completo. Los vientos soplaban con un sonoro ronco que se extendía entre las ramas que chocaban entre si, las hojas flotaban por los aires desprendiéndose de su hogar cayendo lejos. 

Sasuke poco a poco apartaba su antebrazo de su nariz, notando que el olor se había disipado por completo, estaba curioso, ansioso de lo que podría significar tal cosa, ¿Un mal augurio?, tal vez, una premonición, posiblemente, ahora que su cabeza se encontraba en un lio completo todo parecía ser una posibilidad para nada descartable. Ante la huida del pútrido aroma, se relajo, tomando una postura más encorvada y liviana, cerró los ojos por unos instantes disfrutando de los vientos que chocaban contra su rostro moviendo sus cabellos con suavidad. 

Su capa se movía en un dulce vaivén, creando un sonido pesado por la tela que se agitaba con fuerza, las estrellas brillaban en lo más alto, los grillos y cigarras realizan su canto continuo, acompañándolo por la noche, se sentía menos solo, creía que aquellos insectos podrían serle de compañía ahora que ni él mismo podría soportarse. Esbozo una ligera sonrisa y se dejo llevar por la noche que lo acobijaba en su manto protector de paz y tranquilidad, caminaba con lentitud siguiendo sus pasos como una danza etérea.  Sin embargo aquella perfección que lo acompañaba se vio interrumpida por el fuerte estruendo que se hizo presente suyo, una caída de algo pesado, la tierra y polvo comenzaban a levantarse por el viento brusco. 

Se puso en alerta inmediata, su presentimiento no fue en vano, cuando el polvo se disipo, pudo verlo con claridad, un miembro perteneciente al clan Otsutsuki, con su típica cara pálida y esos ojos de byakugan; no sería sencillo pelear y tratar de conseguir información de los recientes disturbios. Sasuke le miro en silencio, observador como siempre, tratando de encontrar una forma de atacar, sin embargo aquel ejemplar que se encontraba enfrente suyo se notaba tan extraño, no lo había visto jamás, su chakra parecía desaparecer por completo y su rostro estaba más alargado que lo normal, en realidad y aunque sonase cómico parecía más una caricatura mal hecha que un villano en realidad. 

Pero sabía bien que dejarse llevar por la apariencia cómica y despreocupada de aquel sujeto sería un terrible error; dejo el bento a un lado suyo y tomo su katana con fuerza, manteniendo la guardia en alto en todo momento; el ambiente se tornaba extrañamente tranquilo como si no fuesen enemigos que estas dispuestos a luchar, en cambio todo se mostraba pacifico.

No pretendía encontrarte tan lejos del sur, ¿Acaso pretendes ocasionar disturbios en demás aldeas?; ¿No te basto con las vidas que te llevaste en tus crímenes?- replico con fuerza, el sujeto extraño se quedo en silencio, mirando fijamente a Sasuke, se notaba disperso, ajeno a toda la situación que se presentaba en esos momentos, el paliducho se miro sus manos, las movía con suavidad entrecerrando los puños, como si no entendiese en que papel se encontraba; miraba todo a su alrededor, se movía con tanta delicadeza que era imposible creer que fuese capaz de sembrar tanto caos. - te he hecho una pregunta, ¿no planeas responderla?- indico con seriedad, incorporándose con seguridad, al parecer aquel sujeto no le producía ninguna intranquilidad. 

Tu lo sabes, ¿Cierto?- pregunto de la nada, su vista se fijaba en el cielo que estaba por arriba de su cabeza, sus largos cabellos se movían por el constante viento que soplaba en todas direcciones, el mundo parecía enloquecer, el azabache se quedo estático ante sus palabras, ¿acaso no planeaba atacarlo?, ¿Qué era lo que debía saber?. - no puedo responder ninguna de tus preguntas, porque no recuerdo nada, mi mente esta en blanco, mi cuerpo se siente vacío... mi primer y único recuerdo es cuando aparecí frente a ti- confesó, caminando hacía el azabache dejando marcados sus pesados zapatos en el camino de tierra. 

Sasuke se quedo inerte ante sus palabras, no podía moverse, ¿Qué era lo que estaba diciendo este sujeto?; ¿Cómo podría creer algo así?, pero al parecer parecía no ser el único que pensaba que todo lo que estaba viviendo resultaban en recuerdos borros y lejanos que le parecían ajenos, como si no fuesen parte de su vida. Ante la cercanía que había tomado con el extraño, se aferro con más fuerza a su katana preparado para atacar si era necesario, no bajaría la guardia en ningún momento. 

no me ataques, no quiero tener una pelea contigo; solo quiero saber si no soy el único...- hizo una breve pausa, tomando asiento en el aire, levitando por completo. -  sonara extraño, pero me inculpan por algo que no hice, mi vida se maneja sola y yo parezco un espectador solamente, se que lo sientes, puedo ver en tus ojos la desesperación de no encontrar las respuestas que deseas... yo no puedo salir de aquí pero se que el Dios de allá arriba, te detesta por lo rebelde que eres- pronunciaba con suavidad, Sasuke se quedaba embobado por la delicadeza en  su tono de voz, lo tranquilizaba y en cierta forma lo hacía sentir seguro, no se sentía amenazado, ni siquiera sentía la necesidad de aniquilar a aquel ser que se mostraba delante suyo; sin embargo aunque sus sentimientos fuesen unos, debía cumplir con la misión y llevar acabo lo que tenía prescrito. 

- ¿Qué tonterías estas diciendo?- trato de ignorar sus impulsos de creerle a todo lo que estaba diciendo, Otsutsuki esbozo una amplia sonrisa, acercándose más a Sasuke, negando con suavidad creando un leve traqueteo con su lengua. 

las mismas tonterías que llevas pensando desde hace días, o, ¿me equivoco?- había acertado. Trago saliva intranquilo, se notaba nervioso, ¿Cómo lo había adivinado?. - tus ojos no mienten, tu cuerpo rehusándose a permanecer en su hogar manifiesta todo lo que haz estado escondiendo, no pretendo ser aquel que te de las respuestas a todo lo que buscas, tendrás que vivirlo por tu cuenta- indico con una ligera sonrisa, señalando a los cielos, mismos que se movían con suavidad, o esa era la sensación que aparentaban, pues la nubes que constantemente cambiaban de posición le indicaban que todo era real. 

No se a que te refieres con todo esto, si estoy aquí es porque vine a capturarte y tene información sobre tu clan maldito- trataba de rehusarse a la idea de tener las respuestas que más anhelaba, el Otsutsuki esbozo una amplia sonrisa, mostrandole la palma de su mano, misma que poco a poco se tornaba de un color azul. Sasuke lo miraba con detenimiento, tomando su katana con fuerza, ¿Qué lo orillaba a esta situación?, quería creerle pero parecía que una voz  externa le decía que hacer y le mostraba los movimientos que tenía predeterminados. 

rehúsate, rompe aquellas hilachas que te mantienen prisionero- Lo incitaba, moviendo sus dedos con suavidad dejando ver los destellos azules que sacaban ligeras cenizas, como si fuese una llama constante. - Toma mi mano y obtendrás las respuestas que tanto quieres- estiro su brazo quedando a pocos centímetros del azabache. Sasuke estaba temblando, sus piernas se movían de forma frenética y parecía que en cualquier momento estas se quebrarían por completo, su corazón latía tan fuerte que parecía salirse de su pecho, por más que intentaba rehusarse a sus impulsos su cuerpo más se agotaba. Solo debía tomar su mano, tendría las respuestas que deseaba y por fin sería feliz, si, eso era lo que debía hacer en esos momentos. 

yo...- trataba de hablar entre dientes, poco a poco despegaba su mano de la empuñadura de la espada, si, se rehusaba ante sus impulso programados. Lo estaba logrando, su voluntad crecía cada vez más conforme en sus ojos se plasmaba aquella flama azul que lo llevaría por el recorrido de las respuestas. - tomaré tu mano- en un acto desesperado tomo la mano de aquel hombre pálido, marcando así se destino. Al juntar ambas manos, el destello azulado envolvía al cuerpo del azabache, la oscuridad de aquella noche se había disipado por completo, las cigarras se detuvieron, el viento ceso, y las nubes desaparecieron por completo. Un penetrante silencio se hizo presente. 

huye de aquí y si es posible no vuelvas más- indico el Otsutsuki,  después de ello lo único que obtuvo fue silencio, aquellas fueron sus ultimas palabras antes de desaparecer entre las cenizas de la flama, después de que su cuerpo se convirtió en nada, todo volvió a la normalidad o al menos eso parecía pero para Sasuke su cuerpo se había descompuesto por completo. 

Sintió pesadez en la cabeza y flojedad en las piernas, trataba de caminar pero se detuvo agotado, abandono el camino y, penetrando en los bosquecillos se dejo caer sobre la fresca hierba donde se quedo dormido. Después de este encuentro no hubo nada más. 

 

 

Sasuke: 

En este estado enfermizo, los sueños se distinguen a menudo por su relieve de extrañezas, su intenso colorido, su extremada semejanza con la realidad; pero la escenografía y todo el proceso creativo de los sueños son tan verosímiles que ningún artista podría imitarlos en la vida real, a menos que fuese un completo desquiciado. 

Sin embargo los sueños de ese género, esos sueños dolorosos, dejan siempre un marcado recuerdo y producen un efecto alucinante en nuestro cuerpo, nuestra alma esta sacudida por completo, el corazón se acelera y pretendo que nada a pasado, después de todo al despertar olvidare lo que ha pasado esta noche. 

Estaba siendo tan despreciable que mi cabeza se atrevió a formar un escenario totalmente descabellado mostrándome la fantasía que me encantaría vivir. Mi cuerpo se sentía tan liviano, nada me pesaba, nada me mantenía cautivo, no había nada que me produjese intranquilidad... parecía flotar, como si mi cuerpo fuese una hoja que caía de las ramas de los arboles siendo arrastrada por los vientos que soplan con tan brutalidad. 

Tenía los ojos cerrados pero podía percibir que mi alrededor estaba completamente silencioso, no había cigarras, no había viento, no había arboles que se movieran por el mismo; ni siquiera podía escuchar mi propia respiración, lo único que podía percibir era un terrible eco que me rodeaba por completo. Mi espalda no tocaba el suelo, en realidad no tocaba nada, parecía que de verdad me encontrase flotando en medio de la nada; trato de abrir mis ojos pero parece imposible. 

Todo es calma. 

Si así es como se siente morir, no quiero regresar a la vida nunca más. No hay más dolor, no tengo dudas, no hay incertidumbre,  solo esta mi cuerpo flotando en una nada que no me importa conocer, quiero estar así en todo momento. 

 

 

 

Mierda. 

¿Qué esto?. 

Una presión en todo mi cuerpo se hace presente, como si estuviese volando tan rápido que no fuese capaz de acostumbrarme a la presión, no hay viento pero siento como mis ropas se mueven por la rapidez del movimiento, ¿estoy cayendo o subiendo?; ¿A donde caeré en este infinito agujero?. 

Siento en mi pecho un ligero toque, son unas manos, alguien me esta tomando, ¿Me están tratando de revivir?; si ese es el caso significa que estoy en un hospital, ¿Es Sakura?. Déjame morir, si ese es el caso, no me dejes entrar en sintonía de nuevo, quiero permanecer un momento más aquí; no soy necesario en tu vida. Déjame morir si es necesario. No quiero volver. 

No presiones más mi pecho, no trates de traerme a la vida, deja que mi alma vague como lo ha hecho hasta ahora; duele, no sigas. 

No. 

Duele mucho. 

Para por favor. 

Basta. 

BASTA 

¡Dije que pares! 

 

En ese instante abrí los ojos. 

Vi la oscuridad a mi alrededor. 

Di una amplia bocanada de aire. 

 

Desperté. 

 

 

Continuara

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Bye bye. 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).