---Aula de Clases (Carrera: Ciencias de la Comunicación)---
Los alumnos en el nivel universitario en cierta forma siguen siendo como todos los jóvenes en sus respectivos salones.
Conversando, riendo, matando el tiempo en hacer cualquier cosa ajena a la escuela, algunos tratando de terminar las tareas a última hora, jugando, dibujando, haciendo mil y una cosa…
Total no pasa nada, el maestro aún no ha llegado, y toman estos pequeños momentos para divertirse un poco, dentro del salón.
En grupo, binas o en solitario, cada quien vive su etapa universitaria de una forma que les convenga.
Traban amistades desde este momento, algunos con la idea de que les convenga para conseguir un prometedor trabajo, y otros sólo los ven como los amigos de universidad que la final de la graduación allí se quedarán.
Es un pensar cuestionable y muy rápido si aún están en el primer año de su carrera.
Aun así dependerá y funcionará de forma diferente para cada alumno.
Las risas nunca faltan, las burlas tampoco…
Cómo las miradas intensas y curiosas por el entorno escolar…
Los pupitre bien alineados, en filas laterales y horizontales, como en cualquier salón, pero… No por eso es aburrido el entorno.
Aunque el aula sea espaciosa, muchos se dan cuenta de las cosas que ocurren, aun estando concentrado en otros temas.
Principalmente, un pequeño grupo de chicas, ven como su amiga se acerca a un distraído castaño, de ojos turquesas que parece estar pensando en tantas cosas y a la vez en nada.
Se le nota bastante nerviosa, poniendo sus manos delante del pecho, apretándolas entre sí, mordiéndose el labio inferior, con los ojos en un cierto grado de terror, pero intentado ser valiente a la vez.
Sin voltear a ver a sus amigas que la observan con enormes sonrisas de apoyo moral.
Al llegar a su destino, queda a solo dos pasos de distancia del chico que busca, respira produjo para armase de valor y continuar.
-Re… Regulus…- Llama decidida al joven a su delante.
La voz aunque algo baja y suave, logra llegar a los oídos del distraído castaño, girándose para verla directamente, y regalarle una sonrisa, por cómo es su manera de ser.
-Oh, hola, Connor- Saluda normal a la joven rubia.
Siente su corazón latir desbocado, admirando la sonrisa dulce de su compañero, las mejillas sonrojadas que se le presentan a ella y los nervios dominándola de repente.
-Emh…- Intenta hablar, continuar… Pero es difícil cuando la persona que te ha gustado desde que llegaron a esta universidad, está delante de ti, sonriéndote con total calma, deseando no verte como una torpe enamorada – Yo…-
Las amigas de esta chica, solo niegan con la cabeza, suspirando e intentando dar ánimos a la otra, aunque sea en voz baja.
Regulus, ladea su cabeza con una mirada algo confusa e inocente, pues ella no parece poder lograr conjugar alguna palabra coherente.
-¿Estas bien?- Es lo que primero que le pregunta al ver cómo se ha puesto, sumamente roja de la cara, dejando ver los nervios en evidencia.
Escuchar esa voz que le encanta, aunque tenga un semblante dulce y adorable, que desde luego deja en claro que Regulus pertenece a la denominación de Donceles.
Poco le importa, ella está muy enamorada e intenta hacer todo lo posible para que su amor sea escuchado, pero…
Su personalidad tímida y torpe no le ayuda mucho.
-Sí, es solo que…-
A veces ella misma se pregunta mil cosas.
“¿Cuántas veces no he logro decir mis sentimientos hacia él?”
“¿Cuántas veces he intentado invitarlo a salir y nunca lo he logrado?”
Ya no podía dudar más… Debía ser ahora o nunca. Está sumamente confiada el día de hoy.
-Regulus, ¿Te gustaría salir esta tarde conmigo?- Logra decirlo con la mirada más decidida posible, sus manos algo temblorosas que se quedan en su pecho por los enormes nervios que tiene en su interior.
Esperando una respuesta,
El que sea positiva es todo lo que desea escuchar, un “Si” y todo se volvería perfecto en su vida.
Que ese joven tan guapo y lindo, le haga caso y acepte una salida con ella, que es su más grande anhelo.
-Oh, lo siento Connor- El tono es de pena absoluta, mientras sus turquesas miran a la joven -Tengo algo que hacer esta tarde. Ayudare a mi tío a unas cosas- Rápidamente saca su verdadera escusa en sí.
Los ánimos de la rubia se van por los suelos rápidamente, mientras siente como su corazón parece romperse en miles de pedazo.
-Está bien, no… No pasa nada… Ja, ja, ja- Quería desaparecer, es obvio.
-Pero para la próxima, prometo que si saldremos juntos- No le gusta ver la tristeza en una de sus compañeras más queridas, así que le propone rápido la posibilidad de una futura salida de dos.
-¿De verdad?- Pregunta entusiasmada, mientras siente cómo su corazón se restablece.
-Claro- Asiente el castaño -Sería divertido salir con una amiga un día de estos- Y desde luego deja muy en claro sus palabras de lo que esto significa, y lo que la pobre chica solo llegará a ser.
La desilusión en el rostro de Connor se ve de inmediato, por el hecho de que usará esa palabra Regulus.
No es que él esté al tanto de sus sentimientos, pero es sumamente honesto.
Ya que su corazón…
Esta poseído por el nombre de una sola persona.
Que justamente hace acto de presencia en cuanto más deseaba verlo.
-Buenas tardes, alumnos- Su sola presencia se ve en el instante que atraviesa la puerta, para adentrarse en el salón.
Al solo verlo llegar, notando que es tan ágil y silencioso como un jaguar, ya que sus pasos no hacen sonido alguno, para lograr tomar desprevenida a su presa.
Todos rápidamente se sientan en sus lugares, guardando silencio. El respeto que le tienen al maestro, un cierto miedo y la admiración de algunos, es bastante bueno para que hagan caso sin rechistar.
La pobre Connor ya no pudo decir nada, pues debía volver a su asiento….
Ni se pudo despedir de Regulus pues este de inmediato dejó de verla para sonreír a la llegada del peli azul.
-¡¡¡BUENAS TARDES, PROFESOR ASPROS!!!- El saludo por educación, casi al unísono.
Aquel catedrático, atraviesa el corto camino de la puerta hasta el escritorio, para dejar su portafolio sobre este y quedarse de pie.
Mirando a todos sus alumnos, con los brazos cruzados, la mirada retadora de siempre, que pone a más de uno con la piel de gallina, y a otros parecían emocionales de este hecho.
Pensaba en las palabras del director, lo que debía hacer… Escoger a dos de primer año de esta carrera, ya que en cierta forma está a cargo de ellos.
---Flash Back---
-Todos los grados participaran, así que cada salón a cargo de ustedes como tutores, deberán tener a sus representantes para el final de esta semana-
-Genial, ya tengo pensado a quienes escoger-
-No es tan difícil, solo toma a los de mejores notas y listo-
-No olviden que la presencia lo es todo-
-Me alegra que todos ustedes estén realmente interesados, eso me gusta. Así que deben tener muy bien identificado a sus candidatos, y claro saber que deben presentar algo extraordinario para la competencia que tendremos-
-¿Alguna idea de que deba ser?-
-Bueno, eso dependerá de cada quién-
Aquellos maestros que no estaban para nada interesados, les parece un gran problema. Lo mismo de cada cierto tiempo.
Y Aspros no espera tener que tratar con este inconveniente a su poco tiempo de haber ingresado como maestro a esta universidad.
Le dio muchas vueltas al asunto.
---Fin Flash Back---
El pensar como escogerlos...
Podría tal vez tomar en ventaja las ideas de sus colegas, pero…
Una cosa son las calificaciones en materias teóricas, cuando la práctica apenas la irían tomando más concretamente en el siguiente semestre… Y sus inicios han sido apenas roces en sí.
Debía tener una idea que le funcionará a favor…
Y así le daría una luz a su tormentosa prueba como maestro en esta “Competencia” tan absurda.
Es un nombre bastante calculador, y dedicado a lo que desea. Que si tomará la competencia enserio, haría todo para ganarla.
No ha podido olvidar como era en el pasado, que no le importaba nada mientras pudiera conseguir lo que quería.
El hecho de hacer daño durante el proceso poco le interesaba por no decir nada, siempre se salía con la suya.
Claro que no podría a volver a esa vida, se dio cuenta de lo sólo qué estaba cuando ya era demasiado tarde…
Nadie le quedaba que lo pudiera apoyar a salir adelante de su propio infierno.
Pero no es el tiempo para estar pensando en ese tipo de cosas.
El pasado se fue, y si quiere reparar el daño que hizo, debe luchar por hacer todo de manera correcta esta vez.
Un suspiro lanza, cruzado de brazos delante de su pecho, apoyado por el escritorio que tiene a sus espaldas, haciendo sentir el ambiente algo pesado para algunos y espectacular para otros.
Muchas alumnas solo suspiran y piensan en que ese hombre mayor es extremamente sensual a ponerse en esa posa tan dominante.
Los Donceles tampoco se quedan atrás, sobre todo Regulus que mira atento al maestro que varias veces le quita el aliento y la tranquilidad de las noches, al presentárseles sueños muy húmedos.
Se sonroja al pensar en ello, su rostro se sonroja, como el hecho de que su cuerpo se calienta repentinamente.
Mala idea el pensar en esto, ya que podría a llegar a tener que ponerse de pie por alguna razón, algo que lo evidenciaría de inmediato.
Sus ojos azules profundos como la misma noche, se cierran un instante, para lanzar un suave suspiro y de nuevo volver a ver a sus alumnos que no quitan la vista de él.
-Mañana les haré un examen de conocimiento general de su carrera- Se aparta de aquel lugar para encaminarse al pizarrón, tomando en el camino uno de los plumones que lleva en su portafolio, y así comenzar a escribir el tema que tendrán en este día.
Claro que esto desconcierta a todos los alumnos, que sin ninguna explicación le ha soltado una información de golpe.
Pero no tienen nada de tiempo para poder protestar o decir más, cuando el mayor los vuelve a encarar.
-El examen no valdrá para su promedio final, sólo quiero saber que tanto han aprendido, y conocer si debo hablar con sus demás maestros, para que vuelvan a tocar temas pasados-
Sus palabras de buen maestro, como si se preocupara tanto por ellos.
Disfraza la verdadera razón, para no darles mayor presión, o intenten hacer cualquier tipo de trampas para ganarse la oportunidad de estar en esa competencia.
Decidió que hará su propio método, para encontrar a los dos mejores que representarán a esta clase.
Después de los resultados del examen, sabrá bien quienes podrán hacerlo bien. Ya que esto significaría que entienden lo básico, por lo cual la práctica podrá ser un poco más fácil.
Así no le tomaría mucho tiempo explicarles todo.
La sorpresa en varios rostro no se hace esperar, sonrisas disimuladas por ese interés que tiene el maestro por qué ellos tengan mejores notas y educación.
Sin duda se han dejo a llevar por la apariencia del profesor.
La seriedad, frialdad y manera estricta de impartir su clase.
Aquellos que presentan el tipo enamoramiento, solo creen que el profesor es el más genial de todos, con esa actitud fría y reservada, pero que en realidad los aprecia un poco.
Algo bastante fuera de la realidad, pero pueden creer lo que gusten...
Regulus por su parte, sus ojos turquesas se quedan admirando al profesor de forma discreta, mientras empieza a escribir el tema y prestar “Atención” para no ser descubierto.
Ya que también está feliz, por no decir maravillado, de que su amado maestro sea tan espléndido con ellos.
Más razones para caer rendido ante los pies de este hombre…