Milo estaba sentado en su sillón pensando en lo que Ikki; furioso, fue a decirle. Padre... Voy a ser padre? -el peliazul no cabía en su sorpresa por semejante noticia, si así estaba Ikki no se imaginaba a los padres y sobretodo a Shun, seguramente no les cayó en gracia la noticia. Debía hacer algo... Pero que tal si el mismo menor no lo quería volver a ver? Si lo odiaba? -pasaron varias interrogantes por su cabeza, pero lo que era verdad era que tenía que ver a Shun y asumir las consecuencias de sus actos, no soportaría cargar con el odio de ese hermoso niño-
Por otra parte la familia estaba preocupada por su hijo menor: Ikki y su padre estaban furiosos con el responsable mientras que su madre por más que le llamaba no podía conseguir que su hijo saliera de su habitación, pues se había encerrado desde que supo de la noticia, Shun se abrazaba a sus rodillas y miraba a la nada aún pensando en lo ocurrido, simplemente no podía creerlo y le dolía que sucediera algo así, anhelaba que su primera vez fuera con quién amaba, llegar virgen la matrimonio y entregarle la misma a la persona con quién pasaría el resto de su vida... Sin embargo, ya no sería así, ahora la realidad era distinta y triste a la vez.
Al día siguiente el mayor tomó la decisión de hacer lo correcto: fue a la casa del menor y buscar dialogar con él y tratar de pedir perdón.. no le iba a ser sencillo pero lo tenía que intentar. Estando frente a la puerta de la casa dio unos toques y quién lo recibió fue la madre de los hermanos, no se sintió bien al verlo pero tenía la esperanza de que si hablaba con su hijo pudiera convencerlo de salir. Cuando el padre lo vio, lo miraba con desaprobación e Ikki lo fulminaba con la mirada, como si a través de esta le expresaba que más le valía cambiar el estado de ánimo de Shun.
El peliazul no necesitaba de miradas amenazadoras para hacer lo correcto, su madre llevo al peliazul a la habitación de su hijo, su madre llamó a Shun del otro lado de la puerta y cuando escuchó la voz de su hijo respondiendo al menos la mujer se quedó tranquila mientras tenía señales del pequeño. Milo le habló después de su madre pidiendo que le abriera la puerta pero Shun simplemente se negó, Milo no aceptó otra negativa, ahora era él quien tocaba la puerta y de nuevo le llamó del otro lado insistiendo en hablar con él. Insistió varias veces hasta que; al menos por ese día, se rindió, pero le prometió a su hermano que volvería, le aseguró que conseguiría que el menor recuperará su ánimo.
Después de unos días de estar en su habitación finalmente el peliverde salió y al ver a su familia les ofreció una disculpa por preocuparlos tanto, el haberse apartado de la familia le ayudó a reflexionar y había actuado de manera un poco inmadura. Mientras sus padres lo abrazaron Ikki atendía la puerta y resultaba que Milo había regresado, perseveraría respecto al ojiazul y lo encontró en brazos de sus padres, la expresión de su padre al ver al peliazul mayor no fue muy amigable y con la mirada la madre le agradecía que hubiera vuelto, ahora que Shun por su propia voluntad había dejado su habitación era tiempo de que hablaran, pero para eso le suplicó a sus padres y hermano que los dejaran hablar solos, todos miraban con desconfianza al contrario, pero éste les aseguró que no le haría nada al pequeño, menos estando ellos presentes o no.
Shun se fue con Milo a su habitación y hablaron a puerta cerrada, pero su padre no apartaba la mirada de la puerta mientras que Ikki estaba al pendiente todo el tiempo de cualquier cosa que pudiera suceder.
Transcurrieron varias horas desde que se retiraron a hablar en privado y a la familia les causaba intriga de que pudieran estar hablando. Shun apareció de nuevo en compañía de Milo y les afirmó a todos que habían llegado a un acuerdo, Ahora el peliazul les explicaba que era consciente de la falta de respeto que cometió con el menor y estaba amas que dispuesto a hacerse responsable, para muestra le pidió a Shun que comenzarán a salir; al menos por un mes, sugerencia a la que Shun no se negó.
Su familia no estaba amiy convencida; después de todo Milo era mayor que Shun y aunque no lo consideraba muy correcto, pero si el mayor lo haría de buena fé y con responsabilidad entonces no se opondrían. Solo les pedía eso: un mes, era tiempo suficiente antes de que el embarazo se comenzara a notar aún más, ya tomarían otras decisiones más adelante si pasado el mes tenían buenos resultados.