Aclaraciones:
–Diálogos;
“...”– Resaltar palabras o frases;
---Cursiva--- Recuerdos;
/…../ Pensamientos;
(…) aclaraciones;
MAYUSCULA Gritos.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------Capítulo 2: ¡Grandioso y explosivo debut!: Amor y adoración por el estudiante de intercambio.
-------------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
Era un nuevo día en la ciudad de Tokio. En una preparatoria, todos los chicos se saludaban y comenzaban a comentar un extraño y espectacular suceso ocurrido la noche del lunes y todos se preguntaban unos a otros qué había podido ser ese evento tan extraño. Eran las 7:45 de la mañana del día martes.
En un aula de segundo año y tratando de ignorar los comentarios sobre la noche anterior Kai se encontraba sentado, escribiendo la tarea de inglés. Un chico de piel muy blanca, pecas, de cabellos rubios y de hermosos ojos color azul turquesa se acercó a él.
–Kai-kun, ¿Qué estas haciendo?
–La tarea de Inglés –le respondió sin despegar la mirada del cuaderno.
–¡Lo sabía! –Sonrió el chico– ¿Los puedo copiar después?
–No son míos –contestó con la misma indiferencia de antes– pregúntale a Ray.
–Oh, si, –alzó la vista hacia un chico sentado en el pupitre contiguo. Un chico de cabellos negros y largos atados con unas cintas y de ojos dorados como el topacio– Oye Rejing ¿Puedes pasármelos luego?
El chico pelinegro que se encontraba recargando su codo en la mesa contestó.
–Me da igual, pero… ¿Cómo que Ray y Rejing? –Sonrió con tranquilidad– esos nombres son algo peculiares, yo tambien tengo un nombre como las demás personas: me llamó Rei Kon.
El rubio de pecas lo miró juntando sus manos.
–¿Por qué no Rejing? Se oye lindo ¿no?
–Debemos tener gustos muy diferentes –fue todo lo que dijo Rei tranquilo– Así que los necesitas, por que…
Max se recargó de la mesa en que Kai escribía.
–Es que estuve ocupado con mis lecciones de autoaprendizaje –explicó.
–Parece que convertirse en actor de doblaje es complicado. –comentó el pelinegro.
–Claro que no –dijo entusiasmado– ¡Superaré todos los obstáculos y conseguiré ser un ídolo del doblaje! –continuó mientras que se veía así mismo haciendo todo para alcanzar su meta, corriendo, saltando la cuerda, levantando pesas, bailando y más…– ¡El popular artista vocal, Mizuhara Max-kun! ¡Será excelente! –Lo último que vio en sus fantasías fue que estaba sobre un escenario bajo luces de colores y delante de un gran público.
Kai seguía haciendo tarea sin hace caso a sus dos amigos. Al ver eso Max se acercó a él y dijo:
–¿No eres feliz por tener a una futura estrella como amigo?
–No mucho –contestó con indiferencia– Y no molestes que estoy haciendo la tarea.
Max sonrió.
–¿Así que la tarea es más importante que el futuro?
Esa pregunta y sobre todo la palabra “futuro” puso de mal humor a Kai.–No me interesa nada de lo que te ocurra en el futuro.
La expresión molestó un tanto a Max.
–¿Cómo? ¿No estarás buscando pelea, o si?
Kai lo miró con ironía.
–Mira, te lo voy a decir claro…”pavo”.
Max que sabía a que se refería Kai, se molestó.
–¡No me llames pavo! –protestó.
Rei solo rió al escuchar a sus amigos discutir.
–Vamos Kai –expresó el rubio– ¿Qué pasó?, nunca vienes tan crispado a la escuela.
Lo que Max dijo llamó la atención tanto de Kai como de Rei, quien hasta dejó de reír.
–Estoy igual que siempre –dijo Kai.
–A mi también me parece igual –confirmó el oji-dorado.
–¡Claro que no! –Espetó Max muy seguro– algo le debió pasar a tu querido hermanito.
Kai lo miró con los ojos entre cerrados.
–¿Es que siempre tiene que pasarle algo malo a Wyatt para que esté de mal humor?
–¿Hace falta que te conteste? –le devolvió la mirada Max.
Kai se sintió más cansado, nada más le faltaba que Max le comenzara a molestar con Wyatt.
Ante el silencio de Kai, Max insistió
–¿Qué ha pasado Kai? –Le preguntó muy serio acercándose tanto al rostro de Kai que este tuvo que echarse hacía atrás. Odiaba admitirlo pero Max tenía demasiada intuición para saber cuando algo pasaba, así que no tuvo más remedio que contarles todo a él y a Rei…
–Y eso fue lo que pasó –terminó de contar Kai a sus dos amigos en la cafetería.
Rei y Max por su parte estaban muy sorprendidos, pero más el rubio.
–Suena a un gran problema –expresó Max.
–No me extraña que no tuvieras tiempo para hacer la tarea –comentó Rei comprensivo.
Kai bajó la vista.
–Pensé que no me creerían, después de todo parece una broma.
–Tu nunca estas para bromas Kai –dijo Max– además si un extraño se acercara a mi y me dijera “casémonos” le daría unos buenos golpes –Dijo mientras que se imaginara a un rubio de cabello largo y de ojos verdes que llegaba a abrazarlo y después como esa imagen se convertía en una dónde el rubio en cuestión estaba en el suelo golpeado y con varios chichones en la cabeza y junto a él Max con un bat de béisbol en la mano.
–Yo también –agregó Rei imaginando una imagen similar salvo que el “atrevido” estaba dentro de un saco, igual, golpeado e inconsciente y Rei con dos bates, uno en cada mano y hasta poniendo un pie sobre este. –Pero, en realidad no se trata de un caso tan especial –terminó el pelinegro con tranquilidad tomando agua de un vaso.
Max y Kai se sorprendieron mucho al escucharle decir eso.
–¿Qué?
Al ver su confusión, Rei explicó con tranquilidad.
–Perdón, no me he expresado bien. Lo que quise decir es que no es tan extraño encontrar matrimonios dónde se ignoran los deseos de los cónyuges –concluyó Rei para sus dos amigos mientras se retiraban de la cafetería.
Max reacciono con su emoción de siempre.
–¿Cómo cuando te casas de ultimátum?
Kai miró a Rei en extremo serio.
–No, no es eso –refutó Kai– es como un matrimonio de conveniencia.
El pelinegro lo miró y movió la cabeza afirmativamente. Mientras que los tres amigos estaban parados ahora bajo un árbol en el patio de la preparatoria.
–Quiero decir que tal vez tu supuesto prometido, quizá tampoco lo desea, pero puede haber alguna circunstancia que le impide negarse.
Max sonrió.
–Como que está siendo obligado, ¿no?
–¿Obligado? –Reiteró Kai incrédulo– No lo creo –reconfirmó mirando hacia el cielo con cansancio.
–Bueno, ¿Y dónde está él ahora? –Preguntó Mizuhara.
Al escucharlo Kai desvió la vista con hastío.
–¡Y yo que sé! ¡Ese loco me da igual!
–No pareces tú, Hiwatari –cometo Rei con seriedad al oírlo expresarse así, y caminó un poco dándole la espalda a sus dos amigos– Te estas dejando llevar por tus emociones, y que yo sepa, no llamas “loca” a la gente sin ningún motivo –determinó volteándose hacia él con un poco más de distancia.
Kai lo miró con molestia.
–¿Qué no tengo motivos? Ray, tu no sabes lo que pasó anoche –El peligris se puso muy tenso al recordar lo de ayer y apretó sus puños– No voy a dejarme vencer por ese mocoso estúpido ¡lucharé hasta el final!
Max y Rei nunca habían visto a Kai tan molesto y perder su impasividad de ese modo, casi, casi echaba fuego por la boca.
–¡Lo voy a derrotar!
Max cerró los ojos como si eso no lo sorprendiera y dijo dándole la espalda a Kai y golpeando la punta de su pie en el suelo le dijo:
–Bueno, pareces estar muy decidido, pero, hay algo que estas olvidando…
Kai lo miró molesto.
–¿A qué te refieres?
Max cruzó sus brazos.
–Está bien que te resistas, ¿pero acaso esto no afecta también a Wy-chan?Kai desvió la vista y guardó silencio unos segundos.
–…Voy a echar a ese loco tan pronto como sea posible, y…
Max se acercó a él de pronto sorprendiéndolo.
–¿Estas seguro? –Lo apuntó con su dedo– Ya lo intentaste una vez usando la fuerza y perdiste ¿o no?
–Puedes luchar –intervino Rei– pero todo lo que puedo decirte es que no podrás ganar si te pones a su nivel.
–… –Kai se quedó agachado con el rostro serio, Rei siempre lo ponía a reflexionar.
Rei se acercó a él y le puso una mano en el hombro.
–Ya sé lo que deseas ahora, pero creo que necesitas tomarte medidas más efectivas.
Kai volteó a verlo.
–¿Medidas más efectivas?
El pelinegro avanzó sin decir más.
–¡Anímate Oni-san! –Exclamó Max tomando a Kai de los hombros y haciéndolo caminar– Todo es por tu Otouto Wy-chan.
Kai miró hacía el cielo dejándose llevar por Max mientras que pensaba en su hermano Wyatt, lo que menos quería era preocuparlo con todo eso.
s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;Inesperado destinos56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;
En otro lado de la preparatoria. Los chicos caminaban y platicaban tranquilamente cuando de pronto un enorme trailer negro con plateado, con tres cajones de carga, se acercó hasta la entrada deteniéndose allí; sorprendiendo a todos. Rápidamente de haberse detenido una compuerta se abrió en el tercer cajón de carga, saliendo una alfombra roja la cual se desenrolló hasta alcanzar a la puerta de la escuela. Casi al mismo tiempo que la alfombra salía y se extendía por el suelo, varios hombres de negro salieron corriendo formando una guardia en torno a la alfombra, donde permanecieron hasta que le trailer se quitó y tras él llegó una limusina color rojo, deteniéndose junto donde la alfombra empezaba. La puerta se abrió y un chico de cabellos azules zafiro y ojos color carmín vestido con el uniforme de la preparatoria bajó de el vehículo.
Todos los chicos de la preparatoria que estaban por allí estaban atónitos con tal suceso.
–¿Qué pasa?
–¿Qué es esto? –se preguntaban los chicos quienes para tratar de averiguar algo se acercaron hasta dónde los hombres de negro se los permitieron, alcanzando a ver a un chico caminar por la alfombra.
–Es un chico…
–¡Que guapo es! –Dijeron algunas chicas.
–Es un estudiante que se ha trasladado.
Ya después de eso el peliazul zafiro, que no era otro que Takao llegó hasta la dirección, dónde varios hombres de negro se pusieron tras la puerta para asegurarse de que nadie interrumpiera esa entrevista.
Takao sonrió después de plantear todo al director y al subdirector y estos hicieron varias reverencias ante él, mientras que junto a ellos estaba parada una tipa de cabellos alborotados castaños, con lentes de fondo se botella y una ropa algo desaliñada.
s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;Inesperado destinos56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;
Horas después…
Takao escribió su nombre en el pizarrón con un gis y luego se volteó hacia sus nuevos compañeros de clase.
–Hola a todos, me llamo Kinomiya Takao –Dijo y sonrió con una linda sonrisa.Todas las chicas y algunos chicos se quedaron sorprendidos con los cabellos azules de aquel chico esos ojos y sobre todo esa sonrisa.
–¡Que lindo!
Rei sin apartar la mirada del pizarrón dijo.
–Hiwatari, creo que ese tiene el mismo nombre que el supuesto prometido de tu historia…
Kai por su parte estaba derrumbado en la mesa de su pupitre…
Takao tomó el gis de nuevo y agregó a su nombre: Prometido de Hiwatari Kai.
–Bueno… –Dijo y lo buscó entre los alumnos hasta que lo encontró– ¡Kai-sama! –Gritó sacudiendo su mano en el aire.
–¡Ay, no! –Se exaltó Kai.
Todos y todas, lo voltearon a ver con reacciones distintas.
–¿En serio?
–¿Pro...prometido?
–¿Kai-sama?
–Entonces…
–Eso significa que…
La maestra apareció de la nada lanzando varias palmadas al aire.
–Bien, bien, Kon-san (Rei) y todos los que estén detrás de él ¿podrían moverse un asiento atrás y dejar libre el pupitre a lado de Hiwatari-san?
A Kai casi le da un espasmo ante ese comentario.
La maestra se puso una mano en la boca y se echó a reír sin ningún motivo aparente, crispando los nervios de Kai con su risa fastidiosa.
–Al fin y al cabo Kinomiya-san y Hiwatari-san, están comprometidos y sus familias han dado el consentimiento.
Takao sonrió.
Kai solo se derrumbó de nuevo en la mesa…
/No, esto no me está pasando a mi, no… no…/ –fueron los pensamientos de Kai.
Al escuchar eso todas las chicas y algunos chicos se convirtieron en bultos grises con lágrimas secas en sus mejillas, desilusionados por tres posibles razones: 1) Las chicas por que si Kai estaba comprometido ninguna tenía oportunidad con él y menos si su prometido era un chico, 2) Otras por que no tendrían una oportunidad con ese lindo chico nuevo y 3) Los chicos por lo mismo, ninguno de ellos tendría oportunidad ni con Kai ni con el chico nuevo.La maestra se sacó uno de esos conos que echan confeti y serpentinas.
–¡Felicidades Hiwatari-san!
Takao pasó entremedio de ellos, hasta llegar a dónde estaba Kai y pegando su mesa a la de él se sentó y sonrió con una linda expresión en su rostro. Mientras que Kai ocultaba su rostro con sus manos, todavía negándose a la realidad.
–Ya estoy aquí.
–Tu… –dijo Kai en la misma posición– Me dijiste que estaban en noveno curso –lo miró con exasperación– ¿Cómo te has trasladado al undécimo?
Takao lo miró con un gesto inocente en su rostro y luego dijo:
–Ah, ¿No crees que el poder político es muy útil? –Sonrió de nuevo con esa “maldita sonrisa incauta” que Kai comenzaba a odiar.
–No… –Dijo Kai ya sin saber como reaccionar, eso era demasiado para él…La maestra aplaudió de nuevo.
–Y ahora, empecemos la clase.
Un chico alzó la mano.
–¡Profesora, no creo que sea muy útil con todas las chicas muertas! –Señaló y efectivamente las chicas seguían como bultos grises tumbados en sus sillas, sin moverse.
La maestra alzó su mano junto a su boca y lanzó otra risa larga y molesta, luego dijo despreocupadamente.
–¿Si? No le des importancia, ya se les pasará.
Kai miró a la maestra reírse como loca y con los dientes apretados y una mirada cargada de hastió la señaló, dirigiéndose al chico junto a él.
–¿Eso también forma parte de tu plan?
–¿He? –Volteó Takao con un gesto inocente, lo cual enfureció a Kai.
–¡No te hagas el tonto! –Gritó Kai, recordando a la maestra toda fodonga, greñuda y con lentes de fondo de botella, en cambio esta, tenía el mismo cabello castaño, pero arreglado, con un traje, azul-verde, lentes de contacto, zapatillas y medias… nada que ver con su antigua profesora– Esa no es la maestra de siempre.
–¿En serio? –Replicó Takao con candidez– Bueno, para no involucrar a nadie más, por favor, coopera conmigo Kai-sama –concluyó cerrando los ojos y recargándose del hombro del oji-amatista.
Al verlo tan cerca, Kai no supo que hacer, si empujarlo, si dejarlo… Se dio cuenta que todo estaba en su contra, al parecer aquel loco no lo dejaría libre ni un momento… ¿Es que todos estaban en su contra o qué? ¿Por qué todos se ponían del lado de ese loco?
–Maldita gente manipuladora.
Rei miró eso seriamente.
–Ya veo, es duro de evadir.
Max suspiró ensartando sus dedos entre su cabello y miró la escena.
–Pobre Wy-chan.
s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;Inesperado destinos56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;s56;
Después de escuela. Los tres se encontraban en el departamento. Comiendo en total silencio. Wyatt se encontraba en medio de ellos, sintiéndose bastante incómodo, estaban así desde que llegaran de la escuela. Wyatt todos los días se paraba junto a la puertas de la secundaria esperando a Kai, quien siempre pasaba por él para regresar juntos a casa, y esa tarde había pasado por él como siempre, junto con Rei y Max, pero esa tarde Takao iba con ellos, y además vistiendo el uniforme de la preparatoria, eso le extrañó al castaño, pero al ver la cara de enojado de su hermano supuso lo que había pasado, además de que Takao se lo había explicado todo, sobre que ahora estaba el en mismo curso que su hermano mayor y Kai parecía muy molesto por eso, tanto que ni siquiera habló. La tensión pudo ser mayor, pero la presencia de Rei y Max la había aligerado, pero desde que habían regresado a casa, nadie había vuelto a decir nada lo cual ya comenzaba a preocuparlo, lo mejor era empezar la plática, ya que ese silencio lo estaba volviendo loco.
–Ah… Nii-san –se dirigió a Kai– ¿qué tal está la cena esta noche? –sonrió– Taka-chan, lo ha cocinado todo.
Kai dejó de comer y lo miró.
–¿Él…?
–Si –habló Takao al fin– quería disculparme por lo que pasó anoche y expresarte con ellos mi amor –concluyó sonriendo.
A Kai le tembló el entrecejo tratando de controlarse, pues se había fijado que desde que salieran de la escuela, los mentados hombres de negro los vigilaban de lejos y justo en ese momento había uno de ellos mirando por la ventana, tomándose un refresco (Pepsi ®, Coca-cola ®), por ello no había intentado nada en todo ese tiempo, pero eso ya era el colmo…
–Escucha –Se levantó molesto– ¿en serio crees que te voy a perdonar todo con una simple cena? –apretó su puño mirándolo con desdén– ¡Si quieres disculparte, entonces…
–Nii-san –lo interrumpió Wyatt señalándole la ventana donde ya estaban varios hombres de negro mirándolo.
Al ver la advertencia de su Otouto, Kai se tuvo que contener y guardar silencio, recordando lo que Max le advirtió esa tarde:
...---¡No hagas que Wy-chan se preocupe por tu culpa!---.
…Y lo que dijera Takao:
---¿No crees que el poder político es muy útil?---.
…
Y al final las palabras de Rei:
---Él no es alguien con el que puedas luchar si te pones a su nivel---.
…
---¡Vas a acabar siendo su esclavo!---
…Lo golpeó esa conclusión después de las palabras de sus dos amigos. Kai tembló por el coraje de la impotencia, y cerrando los ojos para controlarse y pensar…
–… /Una medida más efectiva…/ –repitió las palabras de Rei en su mente.Wyatt lo miró preocupado.
Kai al fin abrió los ojos y miró a Takao con desdén.
–Mis sentimientos no van a cambiar, hagas lo que hagas –dijo– ¿cuánto tiempo más vas a seguir con esta estupidez?
Al decir esto los hombres de negro se acercaron de nuevo a la ventana.
–Hasta que cambien tus sentimientos –dijo con tranquilidad.
–No van a cambiar –Replicó Kai.
–No lo creo –refutó Takao también– Pero, –reanudó inclinando un poco la vista– si descubro que tu forma de pensar no cambiará nunca, entonces me iré –se agachó hasta ocultar sus ojos con sus cabellos. Y al mismo tiempo los hombres de negro se apartaron de la ventana.
Kai entrecerró los ojos.
–¿Seguro? –quiso confirmar.
Wyatt miró el rostro cabizbajo de Takao.
–Si –contestó.
Kai se sentó de nuevo a la mesa y comenzó a comer sin decir más, mientras que su hermanito y Takao lo miraban con incertidumbre. Kai interrumpió al fin su comida y dijo:
–Entonces de acuerdo. No me gusta la idea –dijo seriamente mirándolo–, pero dejaré que te quedes por un tiempo.
Takao sonrió y con él Wyatt.
–¿Te parece bien Wyatt? –preguntó Kai.
El castaño cerró sus ojos con una sonrisa.
–Si, Nii-san.
Afuera y detrás de las ventanas, todos los hombres de negro lloraban de alegría por su señorito (Takao).
–Wyatt-sama, Kai-sama –dijo Takao con la vista baja –muchas gracias, aprecio mucho su hospitalidad –dijo en un murmullo, pasando una mano por sus ojos.
Kai se sintió algo incómodo ante eso…
–/¿Está llorando?.../ –pensó– No seas tan exagerado... –Fue lo que atinó a decir metiéndose a la boca un bocado más –y otra cosa más, no estás aquí de sirviente, compartimos todas las tareas de la casa.
Takao alzó la vista mirándolo sorprendido.
–Y los canales de la televisión los decidimos a piedra-papel o tijera ¿Entiendes?
El rostro de Takao se llenó de felicidad.
–¡Hai! –dijo sonriendo.
Kai miró la sonrisa del peliazul y le pareció diferente a las otras sonrisas que le había dedicado, esa parecía más honesta, y ante eso no supo como reaccionar, solo se le ocurrió tomar algo más de la mesa y seguir comiendo.Takao lo miró y alzó la mano.
–¡Espera no hagas eso!
–¿he? –Se sintió confundido– es sopa, ¿no…? –solo alcanzó a decir eso y comenzó a sentirse mareado y se fue hacia atrás cayendo contra el suelo. (N/A: menos mal que no estaba en una silla, sino n.nU).
Takao se puso una mano en la cara.
–¡Nii-san! –Gritó el castaño ojicafé, asistiendo a su hermano.
–Lo siento –se disculpó Takao con los ojos cerrados y un poco avergonzado– como pensé que esta noche me mandarías de paseo de nuevo, le puse droga a la sopa –juntó sus manos con los ojos cerrados y una sonrisa incauta– ¡Lo siento!
POV Max.
Mientras perdía la conciencia, Kai veía un demonio escondido tras una cara sonriente… ¡hombre! Más vale que lo hagas mejor la próxima vez, Oni-san.
TZU ZU KU… (Continuará…)