Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Weisser Schnee por Yakinori

[Reviews - 4]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡LALIHOO MINAAA! Yakinori de vueltaaa, ¿ya me echaban de menos? primero de todo siento la larga larga espera, les tengo que confesar que estoy un pooco sin motivación, mis mil obligaciones diarias que me absorben y lo de la motivación bueno…se me pasara, porque tengo muchísimas ganas de terminar mi pequeña historia, así que les pido disculpas y paciencia si estoy tardando, espero no tardar tanto para el siguiente así que… sin nada mas que añadir por mi parte, ¡¡¡espero que disfruten del capitulo!!!

El silencio de la noche inundaba las altas horas, siendo irrumpido tan solo por el susurro del viento al menear las hojas de los árboles y tan solo la gran luna era testigo de lo que sucedía, iluminando cualquier rincón que se le anteponía y junto con el meneo de los árboles, creaba danzas de sombras, formando siluetas extrañas que entraban por las ventanas de la gran mansión Kuran, entrando curiosamente para observar el sueño profundo de algunos o el insomnio de otros.
Insomnio que rodeaba la habitación principal de la casa, donde dos presencias se hallaban sin conciliar el sueño, metidos cada uno en su propio dilema.
Kuran Kaname que estaba sentado al pie de la gran cama matrimonial, mirando en dirección del balcón donde la luz de la luna lo envolvía no se podía creer que en cuestión de unas horas su razón de felicidad se había esfumado y todo por no tener otra opción a una solución.
¿Por qué ha tenido que pasar de esa manera?
 
Flashback
 
-¡Kaname!- el nombre sonó en esa habitación con autoridad, la chica agarro el brazo de su hermano, separando el agarre de Zero, todos miraban atentos a la princesa Kuran, incluido Kaname que ahora tenía la mirada fija en su hermana y prometida, -¡Te daré un sucesor!… ¡dejare que críes al niño…pero con la única opción de dejarme vivir mi propia vida junta a Aidou… y lejos de ti!- 
Todos quedaron en estado de shock, no esperándose aquella propuesta de parte de la joven, pero ella muy decidida mantuvo su fuerte mirada contra su hermano, totalmente consiente de lo que había dicho. Aquel lugar quedo unos instantes en total silencio, sin ningún movimiento de parte de ninguno de los presentes, hasta que Zero reacciono, agarrando a la chica de los hombros.
-¡¡¡YUUKI…NO SABES LO QUE DICES…NO LO HAGAS!!!- la zarandeaba desesperado el pelo plateado, intentando hacerla volver en sí, - ¡¡TE LO RUEGO YUUKI…NO QUIERO QUE SUFRAS IGUAL QUE…-  pero un brazo lo abstuvo de terminar su frase, haciendo que girara su mirada sobre su hombro, donde Kaname le clavaba sus ojos apunto de dagas.
-No te metas Zero…esto es un asunto de familia y si dices una palabra más tendré que tomar medidas…- en los ojos de Zero aparecía un ligero temor y sutilmente fue apartado por Kuran, tomando este ahora de la mano a la chica que tenía ante el…- ¿Yuuki, son estas tus últimas palabras?- 
La joven decidida asintió, - No creas que con esto te haga un favor-
-Entonces que no se hable más… acompáñame- Kaname dio media vuelta caminando hacia la puerta de la cocina para dirigirse hacia sus aposentos. Escuchando por detrás como la chica comenzaba a caminar tras de él.
-¡NO PUEDO ACEPTAR ALGO ASI!- Aidou como metido en un trance se volvió a despertar al darse cuenta que todo esto era realidad, corrió hacia su ahora novia agarrándola del brazo, pero esta lo esquivo tristemente, mirándolo de reojo y solo un “lo siento Aidou” se volvió a escuchar antes de que los dos sucesores Kuran desaparecieran por la escalera, dejando a los demás en estado de shock.
 
Fin de Flashback
 
Kaname apoyo su frente entre sus manos, cerrando unos instantes los ojos relajando su conciencia, para mirar posteriormente sobre su hombro para contemplar la silueta de la chica que le daba la espalda bajo la manta de seda azul oscuro.
La chica que seguía despierta tenía la mirada perdida en la pared, tapándose con la manta para no sentirse más sucia de lo que ya estaba, quería llorar, pero se mantenía fuerte cerrando su mente ante lo que recién vivió.
Kaname podía sentir el dolor mental de la chica y no aguantando aquella imagen se levantó vistiéndose en el acto para luego abandonar la habitación, sin mirar hacia atrás.
 
Zero que se encontraba aun despierto en la cama entre su hijo y su hermano que no querían dejarlo dormir solo esa noche, podía escuchar unos pasos fuera en el pasillo, se imagina que era Kaname el que deambulaba a estas altas horas. Un escalofrió recorrió su cuerpo y se tapó más con la manta con solo imaginar por lo que Yuuki acaba de pasar, solo espero con todo corazón que haya sido gentil con ella.
 
 
Algunas semanas pasaron después de aquel suceso y en la mansión Kuran nada volvió a ser lo mismo, Yuuki se encerraba en su habitación donde ni siquiera dejaba entrar a Aidou y cuando llego la noticia de que la princesa estaba esperando realmente al sucesor Kuran, ya no quería ni comer, mientras tanto Kaname se hallaba día y noche en su despacho. Los restantes de la casa estaban desesperados por la situación, no sabían que hacer para animar a la princesa Kuran.
 
 
 
 
-Negativo…- retumbo una voz en la consulta.
-¿Qué?-  dijo otra sorprendida. Los dos Kiryuu estaban sentados en la sala del doctor para escuchar los resultados que le podría cambiarla vida a uno de ellos. –¿Esta seguro? ¿No puede haber algún error? ¿Puede que sea aún muy temprano?- Dijo esperanzado.
-Lo siento señor Kiryuu, ya para el tiempo que paso no hay error, esto le puede parecer un poco cruel pero aunque su hermano tenga la posibilidad de traer hijos al mundo no quiere decir que por tener la misma sangre tenga la misma suerte, por favor téngalo en mente-
Zero poso una mano en el hombro de Ichiru en señal de apoyo ya que este empezaba mirar decaído al suelo.
-Gracias doctor…- dijo Zero para avanzar un poco y poder salir de ahí, necesitaba hablar con su hermano.
-Tenga los resultados- se levantó el doctor pasándole los papeles y estirando la mano. –les deseo mucha suerte.- 
Zero también se puso en pie obligando a su hermano hacer lo mismo y dio la mano al doctor en señal de agradecimiento, saliendo posteriormente de la consulta para respirar algo de aire fresco.
-…Ichiru- empezó Zero caminando con su hermano por un parque cercano a la clínica –El medico no tiene por qué tener razón, piensa que hay parejas que tardan varios meses en concebir, pero… aun así.- se paró ahora mas serio –te sonara cruel pero…tener un bebe en este momento no te va a solucionar tu situación.-
Ichiru también paro de caminar después de escuchar esas palabras. Zero tenía razón, lo sabía muy bien, pero tenía esa pequeña esperanza que de esa noche tan especial que paso junto al rubio, crecería un fruto en su interior con el resultado de tener a Ichijou a su lado. Se agarró el hombro en señal de dolor emocional, ya no sabía qué hacer, Takuma nunca más se le acerco después de ese día, le sonreía de forma habitual, conversaba como si nunca hubiera pasado nada pero por mucho que se le intentara acercar ero como si evitaba a toda costa estar a solas con el pelo plateado. Estaba desesperado, porque si…el Ichiru Kiryuu se había enamorado completamente del bello rubio y su única esperanza de que el rubio le haga caso se acaba de esfumar. Tenía ganas de llorar.
Zero solo podía mirar tristemente desde el ángulo a su pobre hermano, que por amor estaba tan ciego que haría cualquier locura para obtener él corazón del rubio.
-Ichiru…aunque estarías embarazado no significa que Takuma y tu se vuelvan pareja…tienes que hablar con él y decirle lo que sientes…- esperaba volver en sí a su hermano con esas palabras colocando una mano en su hombro en señal de apoyo.
Ichiru lo miro triste, era egoísta de su parte pensar así y sabia muy bien que no le quedaría otra que hablar con Takuma de esto tarde o temprano.
Suspiró Ichiru – Vámonos a casa…-.
 
No paso mucho cuando los dos hermanos Kiryuu aparecieron en la gran mansión donde residían, entrando por el gran portón de la entrada principal.
-Hermano, voy a intentar descansar unas horas en mi habitación, gracias por acompañarme hoy- decía el menor de los dos con una sonrisa más bien desvanecida pisando ya el primer escalón que lo dirigía a su cuarto en el piso superior.
El mayor de los dos le respondió con otra media sonrisa para animarlo. –No te preocupes Ichiru, descansa todo lo que puedas, ya sabes dónde me puedes encontrar.-
El pequeño de los dos le asintió ligeramente para girar sobre su talón para proceder a subir esas escaleras cuando escucho una voz muy conocida para él que lo hacía estremecer.
-¡Qué bien que los veo!- Ichiru levanto enseguida su mirada para ver al objetivo de sus deseos bajar por la escalera. –¡Ichiru! ¿Qué tal te fue el médico? ¡Me tienes ansioso toda la mañana!- decía el rubio con su voz alegre. Por supuesto que Takuma Ichijou estaba al tanto de que hoy le tocaban los resultados al bello hermano menor. Miro intrigado al joven que se quedó estático en el primer escalón. Ichiru le volvieron a invadir la culpa e impotencia, desvió la mirada para que los sentimientos no se le desbordaran.
Ichijou se paró a mitad de bajar mirándolo intrigado,- ¿A pasado algo malo?-
Pasaron unos minutos y Zero al ver a su hermano al borde del estallo emocional decidió responder por él. –… Salió negativo Takuma-
La sala se inundó de silencio hasta que al rubio se le escapo todo su tensión,-¡¡Bufff menos mal!! ¡¡No saben cómo me han aliviado!! ¡y yo que llevo preocupándome ya todas estas semanas! Ya me veía cambiando pañales jajaja…- reía el rubio aliviado rascándose la cabeza.
Cada palabra era como dagas clavadas…dolían, dolían mucho y ahí se dio cuenta el joven Kiryuu de lo inalcanzable que le era el rubio.
Su cuerpo se empezó a moverse solo,- jaja que mala suerte también que por culpa de…- antes de poder terminar su frase Ichijou ya vio al peli plateado correr escalera arriba dejándolo con cara de sorpresa con la mirada en el punto donde antes estaba Ichiru parado en el que se encontraba ahora Zero con cara de preocupado.
Se escuchó un fuerte estruendo de una puerta cerrarse y un gran silencio posterior en la sala de la entrada donde se encontraba la escalera y las dos figuras estáticas.
-…Me da la sensación que acabo de decir algo inapropiado,- se dijo el rubio afirmándose a sí mismo.
Zero lo miro por un largo rato,- Parece que ustedes vampiros sois todos una pandilla sin sentimientos- un pequeño suspiro salió de su boca, -Nunca le debiste haber tocado…-
La cara de Takuma se volvió seria, -Parece que sabes bastante sobre mis sentimientos Zero,- una pausa incomoda se formó, -… pero si te quedas más tranquilo entonces te puedo decir que tu hermano no me da igual-
-Pues tus palabras de hace unos instantes me dan la sensación de todo lo contrario,- defendió Zero su sospecha.
-Yo solo no quería que tu hermano pase por lo mismo que tú,- Zero resaltó del solo recuerdo, -un hijo fruto de una noche,- dijo Takuma tranquilo.
Zero evito la mirada del rubio,- Sabes bien que mi caso es diferente-
-Sí, bastante- dijo el mayor de los dos.
La sala se quedó otro momento el silencio.
-Dime solo una cosa Ichijou, ¿que sientes por mi hermano?- pregunto Zero al mayor.
Takuma solo pudo sonreír, -Más de lo que piensas Zero- esas palabras tranquilizo todo el ambiente, sobre todo al peli plateado.
 
Unos golpes en la puerta lo saco de sus pensamientos, -¡por favor, ahora mismo no quiero ver a nadie!- respondió el menor de los Kiryuu entre lágrimas mientras sacaba cosas de su armario y las colocaba dentro de una maleta.
La puerta se abrió de todas maneras ignorando las palabras del peli plateado. El rubio guapo entro en la habitación cerrando la puerta detrás de sí.
-Veo que vas hacer un largo viaje- palabras tranquilas salieron de la boca de Ichijou.
- ¡Y yo veo que te importa bien poco!- sollozos salieron entre las palabras de enfado del peli plateado mientras seguía metiendo cosas sin parar en una maleta.
Takuma cruzo los brazos y apoyo su peso en la puerta recién cerrada, vigilando los movimientos del joven hasta que algo en el armario bien abierto de Ichiru llamo su atención.
-¿¡Aun lo tienes!?- eso llamo la atención de Ichiru que giro mirando al rubio que se encontraba ahora parado a un lado de él mirando detenidamente algún punto en su armario, siguió su mirada y vio una chaqueta vieja en su armario que era muy importante para él.
Takuma la tomo en sus manos y la miro detenidamente, estaba bastante deteriorada, pero no cabía duda, conocía esta pieza.
-No pensaba que la guardarías después de todos estos años.- sonrió el rubio nostálgico.
Ichiru se quedó viéndolo analizando sus palabras y escena, hasta que todo cobro sentido, -¡¡Fuiste tú!!- dijo en estado de shock, -¡Tú fuiste aquel que me salvo la vida ése día!,- se puso la mano delante de la boca sin creerlo. Todos estos años pensaba que era Hajima aquel que le salvo la vida y ahora resulta que todo su destino estaba desde siempre atado al rubio.
- Pensé que siempre lo sabias,- Takuma le sonrió, -Gracias a tu locura me quede casi sin sangre y pierdo la pelea cuando entonces,- rio ligeramente, -pero no te pude dejar morir así, aun tenías toda tu vida por delante y muchas cosas que solucionar,- volvió a mirar a la pieza delante de él, -además seria una pena que alguien tan atractivo como tu deje este mundo tan temprano,- le volvió a sonreír seductivamente.
Los colores no tardaron en subir en la cara del peli plateado, aun seguía sin salir de su asombro.
-Escúchame Ichiru,- dijo ahora más serio el rubio,- siento mucho que el resultado no salieron como lo habías deseado, soy muy consiente de tus sentimientos y mis sentimientos por ti tampoco no son nulos,- Ichiru lo miro aun confundido, -sé que te ha dolido mucho que todas estas semanas te he estado evitando, pero mi sentimiento de culpa podía con mi conciencia, hice mal esa noche y me deje llevar por la atracción y deseo, quería que lo nuestro se basara en amor desde el principio y no en pareja por responsabilidad.-
Ichiru seguía confundido, las palabras de Takuma no le estaban ayudando mucho y eso lo noto el rubio.
-Ichiru,- el rubio volvió a dejar la chaqueta en el mismo sitio donde la encontró y se giró mirando al peli plateado, acariciando ahora su mejilla, -No me das igual, quiero volver a empezar desde el principio, quiero que te vuelvas completamente loco por mí, quiero monopolizarte hasta que no quede nada de ti, porque tu desde aquella vez que te deje mi sangre eres mío y yo tuyo.- Las lágrimas volvieron a brotar de los ojos del Ichiru.
Takuma lo tomo por la nuca y empezó acortar la distancia hasta sellar sus labios temblorosos con los suyos, haciendo que el peli plateado suspiraba en el beso. El contacto solo duro unos segundos, haciendo que Takuma le acariciara sus suaves labios,- Que te parece si empezamos desde cero,- sonrió Takuma, carraspeando la garganta, -Buenas tardes belleza, mi nombre es Ichijou Takuma, mucho gusto en conocerte- dijo divertidamente el rubio haciendo reír al mas joven.
Ichiru lanzo los brazos alrededor de su cuello fundiéndolo en un bello abrazo.
 
 
Mes de Octubre, las hojas empezaban a teñirse de un espectáculo colorido un tanto otoñales, el cual favorecía a todo el ambiente de la escuela Cross, donde nuevos y antiguos alumnos caminaban por esos jardines hermosos de la famosa academia. Las clases se habían retomado para muchos, pero para otros este era su primer año, como para el pequeño pelo castaño, hijo del gran Kuran Kaname. La noticia del hijo del gran director de la academia se había dispersado como la pólvora, rumores, sospechas e envidia se podía oler por todo el ambiente en el cual se encontraba ahora el gran cazador de vampiros Kiryuu Zero. Las clases estaban a punto de terminar y delante del portón de la nueva escuela pre escolar e primaria, se encontraba un gran número de padres, la mayoría de ellas mujeres o más bien dicho gallinas, porque había más ruido que en un corral o eso era lo que le parecía a Zero que se encontraba un poco más apartado del cuchicheo de tantas madres esperando a que salieran sus hijos. Recargado en un árbol retomaba la posición a la que tanto estaba acostumbrado cuando hace años esperaba también a que salieran los príncipes de la clase nocturna, nunca hubiera pensado tener que pasar otra vez por los mismo después de tantos años, un sentimiento de nostalgia le invadió y mirando a todas estas mujeres le hiso hasta sonreír ligeramente, era casi igual, lo único que los príncipes eran ahora un poco más pequeños y él estaba ahora entre ellos, esperando a que saliera lo más bonito de su vida de las clases para irse a almorzar a casa.
El murmuro entre las mujeres se hiso más fuerte y hasta habían algunos que chillaron de la emoción, extrañado por tanto ruido dejo sus pensamientos de lado y puso atención al porqué de tanto espectáculo. Algunas se empezaron apartar del camino de algo o más bien alguien, Zero no tardó mucho en reconocer la silueta que poco a poco parecía dirigirse hacia la escuela, como no, era difícil de olvidar aquel apuesto hombre con el cual compartía techo. Enfadado por su presencia se volvió a apoyar en el tronco de aquel árbol cruzando sus brazos, intentando así aparentar indiferencia. Era la primera vez en casi un mes de clase de su hijo que aquel individuo se dignaba aparecer. Con algo de enfado miro a otro lado.
Kuran Kaname no le hacían falta palabras ante tantas personas, con su porte imponente y estatus en la academia le era suficiente apartar a cualquiera que se metía en su camino, claro que había uno que siempre le retaba con su postura. Una ligera sonrisa se le dibujo, él sabia bastante bien que a Kiryuu le molestaba su presencia, lo ponía nervioso y de eso se aprovechaba. Con pasos ligeros se le empezó acercar a su presencia haciendo que los rumores entre las mujeres aumentaran.
-Buenas tardes Kiryuu,- le dijo con su típica sonrisa el gran Kuran.
-te olvidaste del san,- Zero aun no le dirigió la mirada, como la mayoría de los que vivían en la mansión, seguía enfadado con él por lo ocurrido con Yuuki, -Que haces aquí de todas maneras Kuran,- siguió secamente. Odiaba tanto que todas esas personas alrededor de ellos le estaban poniendo toda esa atención.
Kuran era consciente de que eso le ponía nervioso a Zero y le siguió sonriendo, - Oh venga Zero, ¿no puedo venir a buscar a “nuestro” hijo?-
Zero lo miro ahora desafiante, sabía que le estaba intentado provocar y eso le encendía, pero menos mal antes de que le pudiera responder se abrió el portón dando paso a montones de pequeños estudiantes buscando los brazos de sus padres después de otro día en la escuela.
Kaname le siguió mirando a Zero con esa sonrisa desafiante,- Que buen timing, justo a tiempo,- soltó provocándolo más haciendo que el peli plateado le siguiera fulminando con la mirada, cuando una voz se escuchó acercándose.
-¡¡Papa!!- dijo una voz alegre. Zero enseguida ignoro a Kuran dirigiendo sus brazos a su hijo que se tiro entre ellos.- Hola mi pequeño.- le sonrió Zero, - ¿Cómo estás?,- le dio un beso en la frente.
-¡bien Papa!,- el pequeño Eita después del recibimiento se dio cuenta de quien estaba parado a su lado, mirando ahora sorprendido a su otro padre.-¿papá Kaname?.-
El sangre pura rio ligeramente ante la reacción del pequeño,- el mismo hijo, ¿cómo estás?,- le dijo acariciándole el pelo.
El pequeño después de su inicial sorpresa lo miro ahora todo ilusionado,-¡¡Muy bien Papa!!- era la primera vez que su padre Kaname le iba a buscar y eso le llenaba de felicidad.
Zero ante la escena no pudo más que suspirar, por mucho que no le gustaba Kuran no podía apartarlo de su hijo. Zero se levantó tomando la mano de su hijo,- Venga…vámonos a casa a comer,- le sonrió. Kaname aprovecho la situación y tomo la otra mano de su hijo sonriéndole provocativamente a Zero quien lo intento ignorar como podía, el más feliz de todo era Eita, que se sintió como una gran familia unida, dejando a una escena como cual, donde todo el resto de mujeres solo pudieron mirar celosos la escena de dos padres caminando con su hijo.
 
 
El clima otoñal invitaba a largas tarde de paseo, picnic en el césped que tenia unos colores otoñales fascinantes o simplemente tomar un buen té junto a un gran trozo de deliciosa tarta en el precioso jardín de la mansión Kuran. Que es donde se encontraba la princesa Yuuki. Las voces habían corrido como la pólvora desde que se abrió la puerta intocable desde hace unos meses y la princesa había salido de ella sorprendiendo a todos. Aidou fue el primero en correr ante ella, sin presionarla demasiado solo se atinó a tomarle la mano y preguntarle si quería tomar el té en el jardín, la quiso hacer sentir lo más cómoda posible sobre todo por su estado emocional. Zero, su hijo y hermano se decidieron participar en la pequeña fiesta del té en el jardín, todos intentaron hacerla sentir bienvenida y ninguno hablo sobre su ya ligeramente abultada barriga de 4 meses donde se encontraba moviendo el sucesor o sucesora de los Kuran. Yuuki sonreía ligeramente de vez en cuando pero se le notaba que no era la misma chica feliz e inocente de siempre, los presentes lo sabían y eso les rompía a todos el corazón.
Todo estos no quedaba en ciego en los ojos de Kuran Kaname. En el gran pasillo del piso superior, en el enorme ventanal que daba la oportunidad de unas vistas sin iguales al precioso jardín de la mansión Kuran ahí es donde se encontraba el pura sangre apoyando su antebrazo en el frio cristal, observando la escena que se producía unos metros bajo él. Desde que se enteró que su querida hermana había salido de la habitación después de meses encerrada en ella se produjo un estremecimiento en su interior, al principio se mantuvo encerrado en su oficina a la espera del cual sería el siguiente movimiento de su hermana. Pudo sentir como todos se dirigieron al jardín trasero donde siempre desayunaban cuando el tiempo lo permitía. Curioso por volver a ver a su hermana se decidió salir a por una ojeada, sin atreverse a confrontarla simplemente se quedó parado delante de ese enorme ventanal, mirando la escena ante el con un revoltijo de emociones. Lo primero que pudo notar en ella era el obvio bulto debajo de su suéter que la tapaba del ligero frio, su pelo más largo de lo que usualmente llevaba y su sonrisa triste que le dirigía a los otros cuando ellos intentaban animarla con historias graciosas que se habían producido en estos meses era lo más destacable de aquel ambiente. Le hacía estrujar su corazón todo el vuelco de la situación, si tan solo ella se hubiera enamorado de él, todo esto tendría un final totalmente diferente. Apretó sus puños. Sentía rabia, impotencia e tristeza.
Escucho unos pasos tras de él subir por las escaleras y supo enseguida quien era aquel individuo que ahora se paró seguramente sin esperar encontrarse al mismo Kuran en el pasillo.
Los pasos ahora más lentos se pararon unos metros tras de él y el silencio siguió en aquel espacio como esperando a ver quién habla primero.
Kiryuu Zero que solo quiso subir a por otra chaqueta para su hijo no se esperó en encontrarse aquella escena. Kuran Kaname ante el precioso ventanal, era como ver un cuadro pintado, una obra maestra creada por la palabra soledad.
El peli plateado sentía mucha pena por los dos hermanos, no debía hacerlo por Kaname, pero no podía evitarlo. Sabía bastante bien que era lo que estaba contemplando el sangre pura, pero quería verlo con sus propios ojos, así que se adelantó unos pasos más para pararse detrás de él y tener una ligera vista por el ventanal, ahí vio a su pequeña familia, como Eita se rascaba la cabeza riéndose, seguramente porque dijo otra de sus bromas haciendo que el resto riera con él, menos Yuuki que seguía con su media sonrisa llena de tristeza.
Zero suspiro ligeramente, -No deberías dejarte ver ante ella,- corto el silencio el ex cazador de vampiros,- solo harías peor las cosas,-
Kaname se mantuvo otro momento en silencio, analizando las palabras del peli plateado. Como si él quisiera mantenerse al margen, ya bastante rabia tenía por la situación como para que alguien se la tenga que repetir encima.
-Gracias por la información Kiryuu, estaba a punto de bajar para tomarme un té con ustedes,- dijo soplando sarcásticamente las palabras entre dientes el castaño.
-Sabes que ella está en una situación delicada, ya bastante está haciendo por ti y tu reputación,- Zero sabía que era malo decir estas palabras ya que tocar el orgullo del sangre pura era como cavar su propia tumba, pero estaba cansado, bastante se había callado estos meses.
El castaño seguía en su posición pero lo más destacable era que ahora estaba apretando su puño. Estaba molesto, muy molesto.
-No quisiera que se vuelva a encerrar en lo que le queda de embarazo.- siguió suspirando Zero.
-Cállate,-
-Al menos así tiene el apoyo de los demás,- siguió como si no lo hubiera escuchado.
-Cállate,-
-Y Aidou también está para levantarle el animo,-
,-¡QUE TE CALLES!,- giro Kaname de repente entre dientes tomando al peli plateado por el cuello de la camisa haciendo temblar las ventanas un instante.
Ojos amatistas chocaron de forma en reproche contra unos furiosos de color vino.
-¡Tú qué sabes de sus emociones Kiryuu!,- sus ojos se posaban encima de el con peligro, -tu solo deberías mantenerte apartado y callar,-
- ¡Claro su alteza!,- salían las palabras sarcásticas de la boca del más joven, -ya bastante hemos pasado como para que te siga todos tus caprichos, te recuerdo que no soy uno de tus chupa botas Kuran,-
Sabía que lo estaba provocando, pero estaba harto de tanta arrogancia por parte del pura sangre.
-¡A no! ¿Entonces debería volver a enseñarte cuál es tu lugar bajo mi techo?,- sus ojos parecían brillar con peligro con esas palabras.
El peli plateado lo seguía confrontando fielmente,-Sabes muy bien que eso no te va a ser posible estando toda MI familia cerca, ¿o quieres perder la poca confianza que te tiene Eita?,-
-No metas a Eita en esto,- bufo entre dientes.
-¡Pues te recuerdo que él es una pieza clave, si no no estaríamos metido en esta mansión bajo tu intento de soberanía!,- dijo cansado.
-¡Pues yo te recuerdo que si no fuera por ti todo esto podía haber acabado de otra manera!-
-¡¡Oh Claro!!¡Ahora es toda mi culpa! ¡Si no fuera por ti entonces nunca me hubiera escapado! ¡¡O al menos tendría mi vida feliz en el campo con Eita!!- Zero ahora también tomo al mayor por el cuello de su camisa sacando todo su enfado al exterior.
-¡¡Deja a Eita fuera de esto!!- apretó más fuerte su camisa.
-¡¡Si no fuera tu hijo entonces no estaríamos aquí, si no en la casita bonita que teníamos!!-
-¡¡Te recuerdo que Eita ni siquiera debería existir!!- grito totalmente furioso. 
-¡¡Y de quien crees que es la….!!- un ruido tras de ellos hiso que callara sus palabras y al mirar los ojos de Kaname que ya no estaban encima de él y la fuerza que ejercía en su camisa se aflojaba, le entro la preocupación. Él también fue soltando el agarre para poder girar ligeramente sobre su talón, esperando no ver justo la persona que no debería ver esto detrás de él.
-…Eita- dijo en shock Zero ¿lo había escuchado todo? La cara de horror del pequeño lo decía todo. 
Zero soltó totalmente a Kaname para girar completamente.
-Eita hijo…yo, lo puedo explicar,- intentaba que con esto podía calmar al pequeño, comenzó a caminar hacia su hijo, pero por cada paso que daba, paso hacia atrás que daba el pequeño.
Kaname quedo en trance, quedo bloqueado ¿Qué había hecho? Todo el esfuerzo quedo en vano, la confianza de su hijo.
-Eita, vamos a hablar por favor,- dijo Zero preocupado por la reacción de su hijo, alzando su brazo para poder alcanzarlo pero el pequeño solo negó con su cabeza aun en estado de shock caminando hacia detrás, cuando Zero lo quiso tomar entre sus brazos ya se había girado para salir corriendo por donde había venido.
-¡¡Eita!!- gritaron los dos padres del niño saliendo del trance mientras el ojo amatista alcanzaba el vacío, dejando a los dos como si se hubiera paralizado el mundo.
No podía ser, porque tenía que pasar esto, si tan solo podía rebobinar y callarle la boca al sangre pura, entonces su hijo no tenía que haber escuchado esas palabras.
Kaname estaba a punto de correr tras del pequeño pero antes de poder dar un paso ya se había dado la vuelta Zero y un gran plaff resonó en el pasillo superior. Ojos vidriosos con la mayor furia que nunca había visto en aquel color amatista lo dejaron boquiabierto, la cachetada que acaba de recibir por parte del peli plateado dejaron su mejilla ligeramente marcada en rojo y a él paralizado.
-Te odio Kuran Kaname, eres lo peor que ha pisado el mundo y no te mereces más que sufrir, no te acerques nunca más a mi familia,- las palabras salieron casi en un susurro, palabras que se quedaron marcadas en su alma y los ojos de aquel que las pronunciaba parecían matarlo seriamente. Kaname solo vio a Zero dar otra media vuelta y salir corriendo de ahí, dejándolo un buen rato estupefacto. ¿Qué había hecho? Esto no podía ir peor, primero Yuuki y ahora esto y todo por su propia culpa. Apretó su puño mirando el punto por donde habían desaparecido los dos. Sin estar hundiéndose más en su pensamiento decidió tomar medidas y salir corriendo tras los dos para buscar a su hijo y arreglar lo poco que podía intentar arreglar.
 
-¡¡Eita!!-  Era la única palabra que resonaba en las frías calles cual rodeaban la academia Cross, los faroles que intentaban dar algo de seguridad a los paseos se empezaban a encender con la caída de la noche y aunque a esas horas la mayoría de los estudiantes ya estaban cobijados en sus cuartos se encontraban ciertas personas rodeando la zona en busca de alguien en especial.
La voz corrió rápidamente desde que los presentes en el jardín de la mansión vieron salir corriendo a Zero y posteriormente a Kaname llamando sin parar al hijo de ambos, alarmando a todos, sin pensarlos fue Ichiru tras ellos, Aidou algo pensativo primero le pidió a Yuuki que se quedara dentro de la mansión en espera a que el niño apareciera, uniéndose después a la búsqueda. 
Así es como llevaban ya varias horas sin señal alguna, Zero el más implicado ya se había recorrido varias veces cualquier rincón de la academia y cada vez más se le veía la desesperación en sus movimientos, le dolía la garganta de tantas veces que había repetido el nombre de su hijo, las tantas veces que había gritado perdón. Ya no sabía que más hacer, se habia pintado de todo, que Eita había escapado de la academia, de vuelta a su antiguo pueblo junto a Hajima, que se había caído por algún sitio y dañado seriamente, que alguien se lo llevara ¡De todo! Se había encontrado varias veces con Ichiru y Aidou pero ellos tampoco tenían noticia, también había cruzado varias veces camino con Kaname pero ni siquiera hacía falta dirigirse palabras, la cara de negación lo decía todo, juraba sobre su vida que mataría al sangre pura si algo le había pasado a su niño.
Kaname por otro lado lo más que le desconcertaba es que ni siquiera sentía la presencia de su hijo, él como sangre pura podía sentir el aura de cualquiera que lo rodeaba en un radio bastante amplio pero Eita no estaba entre ello y eso era lo que más le preocupaba, ya llevaban varias horas rebuscando la zona de los alrededores y ya estaba pensando en salir fuera de la academia. Se encontraba en una zona un poco más frondosa de la academia, en un camino muy bonito que llegaba a una colina con unas vistas preciosa y a mitad del camino se encontró con la iglesia abandona que usaban seguramente la gente del pueblo hace años, la iglesia aun con su fachada demacrada parecía como pintada en cuadro en medio de tantos árboles y arbustos. Kaname paso cerca de su puerta media abierta algo agitado para echar una rápida ojeada dentro esperando encontrar a su pequeño, ya se quería dar media vuelta entre las prisas cuando algo llamo su atención y volvió a mirar con mas atención y ahí lo vio, Eita estaba sentado en el banco delantero, desde a puerta solo pudo ver su cabello color nuez cabizbajo, le quiso gritar, abrazar, hacer lo que sea con su gran revoltijo de emociones e alivio, pero solo abrió completamente una de las dos puertas para adentrase y caminar silenciosamente hacia su hijo. Ya más de cerca lo vio como el pequeño parecía contemplar sus pies que se movían ligeramente en un balance, sus manos estaban entrelazadas y su mirada triste hablaba sola. Kaname se quedó unos segundos contemplando la triste escena y se decidió sentar en el mismo banco pero dejándole su espacio personal, no lo quería arruinar más.
Zero siguió corriendo por los alrededores, en su última esperanza de encontrar a su hijo fue a una zona que pare él era desconocido, paso cerca de una iglesia bastante deteriorada y se paro cerca de la puerta para mirar rápidamente en su interior y poder seguir, pero vio a dos siluetas sentada al final del pasillo central de la iglesia, sentados en el banco ante el altar, sorprendido y aliviado quiso entrar para abrazar a su hijo e darle otra cachetada a Kaname, pero al ver el silencio entre los dos algo le dijo que se debería quedar un momento como espectador.
El enorme ventanal ante ellos lucia en mil colores con la luz de la luna, invadiendo el altar de preciosos colores. Kaname se quedó contemplando el espectáculo de colores en silencio, quiso darle tiempo a su hijo y el mismo tenía que sortear sus emociones.
-…Todo fuera mas fácil si seria del todo sangre pura,- Kaname levanto sorprendido su mirada, mirando a su hijo que aun contemplaba sus zapatos, no era el hecho de que fue el niño primero quien hablo lo que más dejo impactado a Kaname si no que Eita sabía algo sobre los sangre pura, tanto él como Zero pensaron todo el tiempo que el niño no sabía que era vampiro y tenía sangre muy importante recorriendo sus venas.
-Entonces es por eso que no puedo sentir tu presencia,- Ahora todo cobraba sentido su hijo mantenía su poder todo este tiempo oculto. 
Eita miro a su padre de reojo para luego cerrarlos y concentrarse un segundo y ahí estaba, Kaname pudo sentir ahora la presencia de su hijo.
-¿Desde cuando…?,- pregunto sorprendido el rey.
-Siempre se donde esta papá aunque no lo vea, pero si se va muy lejos ya no lo siento, le pregunte a Hajima una vez y me dijo que es porque soy medio vampiro…él me enseño algunas cosas-cerro los ojos el niño al recordar,-no te seré de mucha ayuda al ser medio vampiro…- dijo ahora triste Eita volviendo a mirar a sus pequeños zapatos.
Kaname pudo sentir la tristeza en esas palabras,- Te equivocas Eita,-
Zero se mantuvo al margen, se apoyó en la pared de fuera escuchando la conversación de los dos, estaba sorprendido, Hajima sabía mas de lo que pensaba y nunca le hablo de ello, ¿pero porque a Eita si? ¿Cómo sabía que Eita era medio sangre pura? Miles de preguntas le pasaban por a cabeza y se sintió el peor padre al no notar ese 
secreto entre el medico y su hijo. El corazón del peli plateado se estrujo. Tenia que hablar tranquilamente con su hijo en algún momento y esperaba tener en un futuro la oportunidad de volver a ver a al loco del medico.
El sangre pura se quedó un momento en silencio hasta que miro seriamente al pequeño,- estas equivocado hijo, no eres medio vampiro, eres un vampiro con una de las sangres mas fuertes de este mundo,- 
-Pero tu dijiste que…,-
-Lo que yo dije ahí arriba fue el error más grande de mi vida,- suspiro Kaname, Eita volvió a mirar al suelo,- escúchame hijo, creo que no eres consciente de lo especial que eres, tan solo el hecho de que no pude sentir tu presencia ya dice el poder que tienes,- Eita lo miro intrigado y Kaname dibujo una ligera sonrisa,- me distes un gran susto, ya no sabía por dónde buscarte y eso para un sangre pura es muy difícil,- el mayor poso una mano sobre la cabeza de su hijo removiendo su cabello graciosamente, haciendo ruborizar al pequeño,- Eita, no sé hasta qué punto sabes sobre mí y tu padre pero tienes la sangre más increíble que jamás exista en el mundo,-
-Sé que eres el rey de los sangre pura y papa es un caza vampiros,- susurro el niño.
-Tu padre no es cualquier caza vampiros hijo,- sonrió,- Zero es el caza vampiros más poderoso en este planeta, además que tiene algo que nadie mas ha conseguido y eso es tener sangre de tres sangre pura diferentes recorriendo sus venas, eso junto mí, como rey de los vampiros que soy, te da como resultado a ti hijo mío,- Kaname miro orgulloso a su hijo haciéndolo ruborizar,- aun no estamos seguro cuál es tu poder porque hasta ahora has sido capaz de burlarte de nosotros e ocultarlo,- 
Eita miro con su cara roja al suelo,- Yo…todavía no sé cuáles son mis poderes, solo se hacer algunas cosas-
-Pues ya creo que es hora de entrenarlos,- le sonrió tiernamente el sangre pura,- Eita, siento mucho lo que has tenido que escuchar, eres demasiado importante para mí y esas palabras no eran reales…-
Eita miro de reojo a su padre y negó con la cabeza,- No pasa nada padre, creo que ya estoy mas tranquilo,- sonrió ahora el niño.
-Volvamos a casa…todos están muy preocupados por ti,- se levanto el mayor tendiéndole la mano a su querido hijo que la tomo con mucho gusto.
Zero que seguía oculto o no oculto porque ahora sabia de sobra que su hijo lo puede sentir, estaba muy sorprendido por todo el rumbo que habían tomado las cosas, los poderes de su hijo, las palabras de Kaname, no se lo podía explicar y no debería pero estaba algo agradecido con el sangre pura por sus palabras, sobre todo por la parte donde se refiere él. 
Padre e hijo estaban a punto de salir de aquella iglesia cuando vieron a Zero parado en la puerta. Mirando a su hijo con ternura y alivio, Eita enseguida soltó la mano de su padre y salto a los brazos del pelo plateado que ya los tenia abiertos esperando a su pequeño ángel.
-Perdóname hijo…-, le susurro Zero a su linda estrella. 
-¡Lo siento papá!...,- suaves sollozos se escucharon ahora en el pecho del ojos amatistas.
Zero acaricio suavemente su pelo para tranquilizarlo y alzo su mirada que choco con una suave mirada por parte de Kaname que contemplaba la escena con como decirlo ¿ternura?
El pelo plateado se ruborizo ligeramente apartando la mirada para darle un suave beso en el cabello de su hijo. -Vámonos a casa…-
El pequeño solo asintió en el pecho de su padre y con eso tomaron rumbo los tres hacía lo que era su hogar.
 
 
La cena se había transformado en una feliz reunión de todos los que vivían en la mansión, todos aliviados de que Eita estaba bien. Durante la cena rieron toda la noche sin hacerle muchas preguntas al pequeño. Yuuki se había unido también y hasta ella se había reído alguna vez que otra, no había motivo alguno que podía destruir ese ambiente tan cálido en la mansión Kuran, lo único que hacia estar pensativo a algunos era el hecho de que el mismo Kuran no había asistido a la cena, desde que volvió a la mansión con su hijo, se disculpó con los presentes y se refugió en su oficina en el piso superior.
 
Toc toc, un ligero golpe en su puerta le hiso salir de sus pensamientos, levanto la vista mirando la puerta de su despacho, sinceramente no quiso ver a nadie ya que hoy habían pasado tantas cosas que tenía que sortear sus emociones. Sabía quién era el que quería entrar en su despacho, no tenia ganas de otro enfrentamiento, pero…
-Pasa,- la curiosidad pudo con él y le pidió que entrara.
La puerta se abrió y el hombre con pelo plateado pasó dentro del despacho cerrando la puerta detrás de sí.
-Que quieres Kiryuu,- ya era raro para él ver a Zero es su despacho pero más raro era todavía verlos con un plato en su mano.
-Ya que no apareciste a la cena pensé que tenías hambre,- Kaname no salía de su asombro, ¿Zero se había preocupado por él?.
Sin más palabras empezó a caminar el pelo plateado y dejo él plato en la gran mesa de la habitación justo delante de Kaname, que miro curioso el par de sándwiches cortados en triángulos.
Zero vio que todo esto estaba desconcertando a Kaname y antes de que el pura sangre malinterpretara el acto se rasco la cabeza algo ruborizado.
-Esto…gracias por lo de Eita,- Kaname ahora levanto su mirada aun sin salir de su sorpresa.
Zero se quedó un momento en silencio cruzando ahora sus brazos.
-No lo debería estar pero…agradezco lo que le dijiste a Eita,- el ligero rubor en sus mejilla era señal de lo incomodo que era para él decir estas palabras hacia su mayor enemigo.
-No tenías por qué alagarme de esa manera delante de él,- 
-No creas que esas palabras salieron de mi por la cachetada que me distes…- le dijo de forma algo burlona el sangre pura, haciendo tensar al menor – Zero…lo que dije fue porque realmente lo pienso así,- dijo ahora mas serio.
Zero lo miro atónito y un tenue sonrojo apareció en su mejilla ,-yo…te la merecías…por lo demás…gracias- susurro apartando la mirada avergonzado.
Eso hiso que Kaname sonriera ligeramente, observándolo unos segundos en silencio,- gracias por tomarte las molestias y traerme algo de comer,- dijo finalmente el mayor dejando el plato cerca de los papeles pensando en dejar zanjado el tema y volver al trabajo.
-¿Qué vas hacer ahora que sabes que tiene poderes?- por una parte no le hacia ninguna gracia que su hijo los tuviera, hubiera preferido que solo fuera humano, pero sabía como hijo de Kaname que en algún momento se tendría que defender de algún sangre pura.
-Lo entrenare…no te voy a mentir, tengo mucha curiosidad por saber que puede hacer- dijo el mayor sin apartar la vista de su trabajo.
-Yo no estoy nada emocionado, pero se que es necesario, sobre todo en el mundo en el que desgraciadamente se rodea…- refiriéndose a los muchos vampiros que asistían a clases.
-Descuida, no dejare que nadie le haga daño…- alzo la mirada ligeramente Kaname para luego volver a sus tantos documentos que tenia en la mesa.
Zero se quedó contemplando al sangre pura en silencio, ahí es donde pudo notar las enormes ojeras del pelo castaño, seguro que fue un largo día para el mayor y se podía imaginar lo mucho que le estaba costando a Kaname ocultar sus emociones y eso se reflejaba en su exterior. Sabía que Kaname no bajo a cenar porque Yuuki se encontraba ahí, estaba haciendo todo lo posible para salir del punto de vista de la joven, ahora la comprendía y eso hiso que se arrepienta de las palabras que le dijo al sangre pura esa tarde, aunque no se arrepentía de la cachetada que la tenia mas que merecido. 
Curioso por saber que era lo que tanto entretenía al mayor dentro de esa habitación se fijó más en los papeles que estaban repartidos en la mesa.
-¿Ya estamos otra vez en esa época del año?,- Zero que seguía mirando por encima los papeles tomo uno entre sus manos sin permiso.
Kaname lo volvió a mirar con sus ojos algo cansados, suspiro, apoyando su cuerpo en el respaldo y paso la mano por su cabello.
-Desgraciadamente si,- dijo sin ganas el mayor.
-Todos los años veía pasar sus vehículos por el pueblo, podía sentir esas asquerosas criaturas dentro de ellas,- 
Kaname lo miro de reojo, estaba acostumbrado a tales palabras contra los vampiros, pero en algo estaba de acuerdo con Zero,- Yo tampoco tengo muchas ganas de volver a verle las caras a esos interesados,- la fiesta anual de vampiros era lo que más odiaba Kaname, suspiro de nuevo,- desgraciadamente por ser el rey tengo que pasar por esto todos los años, sobre todo por la paz entre los de nuestra especie, que cada vez se ve más delicada viendo la situación por la que estoy pasando,-
-¿Lo dices por Yuuki?,- 
-Sí, todo esto está marcando mi estatus y ellos están detrás del altar como sanguijuelas, además que ya este año ha corrido el rumor de que su líder está pasando por un mal momento en su vida sentimental, un sangre pura es más fuerte si a su lado se encuentra otro de su mismo nivel, se están aprovechando de ello y algunos sangre pura se han juntado formando familias, un clan y con ellos poder, eso Yuuki lo sabe, pero parece que le es más importante su parte humana,-
La habitación se quedó un instante en reposo, Kaname se cubrió sus cansados ojos con su antebrazo, recargando todo su peso en el respaldo para relajarse un poco.
Zero se quedó un momento pensativo, contemplando al mayor en un estado poco visto por él. Tampoco quería que la paz por la que tanto había luchado su padre adoptivo se rompiera solo por culpa de un matrimonio no llevado a cabo y descendientes sin relación ninguna.
-Yuuki solo pensaba que todo esto tenia otra solución,- suspiro Zero.
-Por desgracia no la tiene, si fuera tan fácil no hubiera pasado todo esto,-
-Sé que Yuuki ya ha tomado su decisión, pero yo aún sigo aquí y podría ayudar de alguna manera,- Kaname fijo sus ojos en la mirada determinados de Zero, sin esperarse esas palabras por parte del peli plateado. Zero no era sangre pura pero como le había dicho a su hijo, el peli plateado tenia sangre sin igual, no habían dos como Zero y eso podría sacarle de un buen apuro. El joven ahora se ruborizo algo al notar esa mirada tan penetrante encima de él, -No te creas mucho Kuran, esto solo lo haría por la paz y no por ti,-
Kaname ahora sonrió ligeramente,-Claro Kiryuu, no me hubiera imaginado otra cosa de tu parte, pero gracias, en verdad que si me puedes ayudar, lo único que seguramente no te gustara en qué manera,- hiso una pequeña pausa, -tendrías que hacerte pasar por mi pareja por supuesto,-
Zero bufo ligeramente ante las palabras,- Ya me lo estaba imaginando,-
-Tienes que presentar oficialmente a Eita ante ellos como nuestro hijo y buscarte una excusa del porque estabas en aquel pueblo por tanto tiempo, que lo de Yuuki nunca funciono porque nosotros dos estamos completamente enamorados,- Kaname apoyo los brazos en su escritorio mirando a Zero divertidamente.
Zero indignado se tensó totalmente sonrojado, ya estaba a punto de decir lo imbécil que era su idea y tirarle el plato que le llevó apenas unos minutos antes en su estúpida cara burlona, pero fue él que había sugerido en ayudarle y ahora se tenía que tragar su propio orgullo.
-¡Bien bien!,- dijo rindiéndose ante su enfado cruzando los brazos,- lo hare, ¡pero nada de acercarte a mí a más de un metro!,- resoplo.
-Pues entonces es un pacto Kiryuu,-dijo ante la graciosa reacción del más joven,- te daré entonces más instrucciones estos días,-
-¡pues ya me retiro!,- el peli plateado se dio media vuelta entre fastidio.
-Gracias Zero, me comeré los sándwiches con mucho amor,- dijo con gracia Kaname con una sonrisa de las suyas.
Zero ya abrió la puerta mirándolo una vez más,-¡Espero que te ahogues con ellos!- y la cerro de un portazo.
Kaname seguía mirando la puerta divertidamente, toda la situación le había hasta animado, se estiro en su gran silla y volvió a su trabajo no sin antes morder uno de los trozos de pan que le había traído el pelo plateado.
 
 
La noche de luna llena iluminaba las siluetas que tan activamente se movían por las calles, haciendo sombras graciosas ante los pies. En esa noche en donde la academia Cross celebraba como todos los años su pacifista fiesta anual de vampiros, coches lujosos brillaban sin parar con la luz de la luna entrando por el portal, dejando a su elegante gente delante de la entrada principal del salón de fiestas preciosamente decorado para esa ocasión. 
Como todos los años el gran logro de Takuma Ichijou era visible, el segundo al mando e gran amigo de Kuran Kaname estaba como siempre a cargo de toda la organización, haciéndose cargo de cualquier detalle pequeño que el ojo pudiera divisar, para que todo quedara perfecto esa noche, Kaname lo sabía y por eso siempre presentaba a su amigo ante los invitados como él organizador oficial de la academia, más de uno le ofrecía trabajo tentador fuera de la escuela el cual Takuma rechazaba con mucho tacto para no ofender, ya era feliz con el estatus que tenía bajo el mando de su amigo y más este año que contaba con la ayuda de alguien muy especial, Ichiru Kiryuu el bello joven que este año le ayudo, enseñándole al rubio que tenía un gran don para el arreglo del evento fue además presentado delante de todos los presentes como la pareja oficial del apuesto rubio y nieto de Asato Ichijou, dejando recelosas a más de una de las damas vampiresas que aun contaban con la posibilidad de cortejar al joven, Takuma por si acaso se pasó el mayor tiempo cerca del peli plateado por si alguna lo quería estrangular.
Desde que entro el último invitado de la noche se empezaron a servir canapés y bebidas con las mejores pastillas de sangre en forma de un exquisito vino de lo más caro, pero lo que más llamaba en el ambiente era todo el murmuro que se dirigían los invitados mirando a un sitio en concreto, justo a ese punto donde se encontraba un apuesto joven de pelo plateado que relucía como un ángel caído en su traje blanco, pero no era solo ese el motivo por tanta perturbación, justo a un lado del precioso ojo amatista había un niño que se parecía espectacularmente al gran Kuran Kaname, además el hecho que no se separaba del rey vampiro era un gran motivo de crear rumores. Kaname al ver que todo esto estaba empezando a fundar cierto desconcierto se decidió que era hora de presentarles oficialmente a su “pareja” e hijo. Indicándole a Zero con la mirada que ya era hora se dirigió hacia la pequeña grada en donde los músicos tocaban, llamándoles así la atención a todos.
-Muy buenas noches a todos mis invitados,- todas las miradas estaban puestas en el rey vampiro y un enorme silencio se hiso paso por la sala,- gracias una vez más por asistir desde lugares tan lejanos para este especial evento, como todos los años quiera darle mi mayor agradecimiento al fundador de la academia Cross Kaien, gracias a él es posible que muchos de nosotros como también nuestro futuros descendientes tengan la posibilidad que convivir en armonía y en paz con los humanos, también quiero agradecer a Ichijou Takuma por el gran labor que ha cometido al entregarse en la perfecta organización para esta noche, me gustaría aprovechar esta oportunidad en disculparme en nombre de mi hermana Yuuki que se encuentra ausente por motivos personales y además tomar la oportunidad en presentaros a dos personas significativas que siempre han sido una ficha clave a mi lado y que por ahora se han querido mantener al margen del asunto, esas personas son Kiryuu Zero…mi pareja sentimental,- decía Kaname señalando a dicho y un gran murmuro se presentó en toda la sala,- y mi hijo Kuran Eita,-  las voces se hicieron escuchar, sobre todo las mujeres pegaron casi un chillido de sorpresa al escuchar la noticia, muchos habían escuchado algunos rumores sobre el desenlace de Yuuki y Kaname aumentando así la esperanza de más de una vampiresa, pero con esto caía en desilusión todo intento,- sin más aclaración quiero dar comienzo a esta gran noche dando paso al inicio del baile que lo abriré como todos los años personalmente pero esta vez con mi pareja,- Kaname alzo la mano en dirección al peli plateado,- Zero,- le susurro con una sonrisa. Las mejillas del más joven enseguida se tornaron de un color suave, sabía que todos los años era el deber del rey vampiro de abrir el baile junto a Yuuki pero no se esperó que este año lo tuviera que hacer él, Kaname no le había comentado nada seguramente porque ya se imaginaba su rechazo el que no podía negar ahora. Algo avergonzado tomo la cálida mano de Kaname. Eita los miro extrañados desde abajo a sus padres, era raro para él verlos tan unidos y últimamente estaba pasando más a menudo. Kaname comenzó a dirigir a su supuesta pareja hacia el centro de la sala no sin antes giñarle el ojo a su hijo que mantenía esa curiosa mirada encima de ellos. Ya en la pista y con un ligero giro por parte del castaño coloco al más joven ante él, acercándolo tirando suavemente se su mano paro colocar la otra sobre la cintura del ojo amatista contemplando detenidamente su bellas fracciones. Zero aun algo impactado se quedó mirándolo unos instantes hasta sentir la suave mano tomar su cintura y acercarlo al cálido cuerpo del mayor, desvió su mirada sonrojada.
-¿Nervioso?,- susurro suavemente el castaño.
-Nada en absoluto,- devolvió el joven inaudible para que los otros no escucharan del todo,- ya sabes que todo esto lo hago por la paz, es todo culpa tuya- esos ojos que lo miraban con tanta fuerza lo hacía sentir inquieto.
Kaname no pudo aguantar un suave risa,-Ciertamente,- le sonrió tomando la mano del peli plateado dando señal para que así comience a tocar una preciosa melodía.
Un hermoso balanceo comenzó, junto a una preciosa melodía que resonaba en el gran salón creando una silueta perfecta entre los dos. El vaivén que se acoplaba a la perfección a la canción que tocaba hacia que los invitados solo pudieran disfrutar del espectáculo.
El cuerpo de los dos bailaban en armonía pero en el interior solo había un torbellino de emociones. El calor que desprendía el cuerpo del mayor, esos suaves movimientos que daban por la sala y sobre todo su mirada, esa mirada que parecía detener el tiempo, intento evitarla a toda costa pero era como un imán de color vino que lo atrapaban.
¿Que era lo que tenia ese color tan especial que lo atraía tanto? El sangre pura se ahogaba en ese color amatista, pero no era lo único en lo que se podía ahogar, su mirada se poso en esos sonrosados labios de los que probo fugazmente solo una vez, notando que el pequeño tenia ahora también su mirada puesta en sus propios labios.
¿Por qué tenia que recordar ahora ese momento? El beso brusco que le dio el sangre pura esa noche donde casi pierde a su hermano, nunca volvieron hablar del tema pero la sensación se quedaría por siempre, se sonrojo ligeramente al recordarlo, el agradable compás que llevaban sobre la pista y la cercanía que poco conocía lo abrumaban. Volvió a alzar su mirada y su cuerpo se estremeció al notar una especie de anhelo al volver a ahogarse en esos ojos. 
Noto esa mano en su cintura que parecía unir mas sus cuerpos, notando con cada movimiento de la preciosa melodía aquel cuerpo bien formado, se derretía y Zero no quería admitirlo, suspiro en deseo, haciendo que una chispa en los ojos de Kaname se incendiara.
Pero de pronto algo les saco de su pequeño mundo, el aplauso de los invitados que resonaba por toda la sala los volvió a la realidad, dándose cuenta que la melodía ya había terminado y su fantasía en la que estaban metidos esfumado, haciéndolos parar al instante.
Kaname reacciono primero soltando una pequeña sonrisa tomando una de las manos del ojo amatista para depositar un suave beso en ella, haciendo ruborizar al instante.
Con eso el sangre pura sin soltar de una mano a Kiryuu se dirigió a sus invitados, -¡Que de comienzo el gran baile de esta noche!-
Animados, diferentes parejas, amigos, incluso padres e hijos invadieron la pista de baile para comenzar a pasarlo bien junto a la banda de música qué volvió a tocar esta vez una animada pieza de música.
El rey de los vampiros satisfecho miro ahora al ojo amatista que tenia firmemente tomado de la mano,-Vamos Zero..- le volvió a sonreír el mayor. Zero aun en trance solo asintió. 
Con eso abandonaron la pista de baile para dirigirse donde le había esperado el hijo de ambos.
Eita los miro curiosos y Kaname no dudo en acariciarle el pelo a su adorable hijo al volver.
-Eita hijo, ¿no quieres bailar un rato?- pregunto el mayor.
Un carraspeo los irrumpió y al girar el sangre pura y ver quien era solo pudo disimular las pocas ganas que tenia de ver a aquel…individuo, ya que no era otro que Hioshi Kuga.
-Buenas noches mi señor, como siempre vuelve a deslumbrar el gran talento de sus súbditos en esta velada tan maravillosa- sonrió el pelo azabache.
Kaname por su parte le devolvió aquella sonrisa falsa.
-Muchas gracias por el cumplido señor Kuga, mi gran “amigo e aliado” Ichijou estará agradecido por oír esas palabras- entono esas dos palabras, nadie haría pasar por súbditos a sus personas mas importantes, -le hare llegar el cumplido en el caso de que no quiera hablar personalmente con él- volvió a sonreír falsamente Kaname.
-Mis disculpas, la noche aun es larga e intentare dar con él durante la fiesta-  carraspeo en vergüenza.
-Veo que la princesa Kuran esta ausente, espero su pronta recuperación,- cambio de tema el pelo azabache.
-Descuide, se encuentra perfectamente, entenderá que llevar el sucesor de los Kuran no es tarea fácil,-
Hioshi se quedo algo estupefacto al escuchar la noticia y Kaname satisfecho al darle a entender que sus sucesores e imperio estaba en aumentando.
-Entiendo…mis bendiciones por un prospero embarazo-.
Kuran quedo complacido con su reacción pero de repente se dio cuenta que dos ojitos le estaban observando a un lado de Kuga.
Kuga se dio cuenta a donde miraba el rey y puso una mano en la espalda de un niño pequeño que estaba parado a su lado empujándolo un poco hacia adelante, -Quiero aprovechar esta ocasión para presentarle a mi primogénito…Siro Kuga-
Eita que se mantuvo al margen durante toda la conversación se fijo desde un principio en el niño, mirándolo ahora mas detenidamente, y es que llamaba la atención, pelo color negro como tizón, unos ojos color hielo que daban escalofrió y esa mirada indiferente, le daba mucha curiosidad saber del niño.
-Me alegro saber que tenemos hijos de la misma edad- volvió esa sonrisa falsa, pero ahora su mirada se poso en Zero, -mucho gusto en volverlo a ver también su majestad-
Un escalofrió recorrió la espalda de Zero, desde que lo vio sabia quien era y después de aquella vez no le volvió a hablar en persona aunque notaba esas miradas desde los coches al pasar todos los años por el pueblito. El ojos amatistas quiso decir algo a ese ser despreciable pero ya Kaname interrumpió. 
-Es siempre un placer conocer los descendientes de mis iguales, mucho gusto pequeño Kuga,- el pequeño solo asintió al rey e hiso una leve reverencias,- Eita hijo, ¿Por qué no le enseñas el salón?-
Eita en primer momento dudo, pero sabia que tenía que quedar bien esta noche porque las personas que estaban ahí eran muy importantes según le explico su padre Zero.
Así que Eita asintió al pedido de su padre y se acerco al niño.
-Hola, soy Eita, ¿quieres que te enseñe el salón?-
El pelo azabache asintió indiferente y los dos tomaron rumbo.
Zero no le hacia gracia que su primer amigo aquí podría ser vampiro y sobre todo sangre pura, pero por otra lado solo eran niños y le hiso algo de gracia ver a los pequeños caminar juntos hacia el buffet.
-Si me disculpa señor Kuran, me gustaría tomarme la osadía de aprovechar algo de su tiempo para poder hablar sobre un asunto sobre mi hijo, concretamente sobre su prodigiosa academia de la que tanto me hablan,-
Kuran ya con eso sabia las intenciones del sangre pura y no le hacía mucha gracia, pero era también el director de la academia y se prometió no rechazar a nadie sea de la raza que sea.
-Por supuesto señor Kuga, le pido que me acompañe para poder hablar del asunto…- miro a Zero y con eso le dio a entender que mas tarde se verían.
 
La noche termino pacíficamente, un años mas sin ningún percance, así es como debería ser todos los años, el rey de los vampiros junto a su pareja oficial despidieron a todos los invitados en el gran portal de salida, eran altas horas, a poco de amanecer, Eita se retiro junto a su tío Ichiru hacia ya muchas horas, pero Zero tenia que aguantar hasta el final.
Cuando el ultimo invitado fue despedido suspiro de alivio, ya era hora.
Las puertas fueron cerradas y todos los que quedaban fueron retirándose a sus respectivos aposentos.
Zero de camino a su habitación fue seguido por el sangre pura, no le extrañaba ya que sus habitaciones se encontraban en la misma dirección, pero si se extraño que el mayor se paro en la puerta de su despacho en vez de dirigirse a dormir, ¿es que no estaba cansado?
-Kiryuu…- Zero se quedo quieto al ser llamado, girando para ver al mayor.
-Gracias una vez mas…- le sonrió, -esto fue mas importante de lo que piensas-
Zero se quedo un momento pensativo,-yo…como te dije antes de que me movieras por todo el salón, esto lo hice solo por la paz- dijo algo ruborizado al recordar el momento.
Kaname no pudo evitar sonreír por lo bajo, -…ciertamente eres un gran bailarín, es una pena que tengas ese talento en secreto.-
Cuando Kaname se fue a dar cuenta que el ojos amatistas lo contemplaba en silencio se quedo sin palabras, miradas se quedaron estáticas, contemplándose por primera vez con calma.
¿Qué era esa atracción? Zero no lo entendía, ese ser que se encontraba ante él, que tanto debería odiar.
¿Qué era esa atracción? Kaname no lo entendía, el ojos amatistas era su archienemigo, pero ¿porque había una fuerza mayor que no paraba de decirle lo precioso que era el peli plateado?
No sabían porque, era como un imán, esa distancia que naturalmente fue acortada, esos labios que brillaban bajo la tenue luz de la poca noche que quedaba, que querían ser unidos pero a la vez separados.
Se sentía tan prohibido pero a la vez tan correcto, cuando el ojo amatista se fue a dar cuenta noto una suave mano en su nuca y a esos labios que se acercaban deliciosamente, no quería cerrar sus ojos para no perderse ningún instante, pero la excitación le decía de otra manera cerrando suavemente los ojos esperando aquel prohibido acercamiento.
-Que bien a salido la noche jaja menos mal…- Zero abrió de golpe los ojos mirando ahora a un Kaname que parecía también haber salido del transe, separando al ojos amatistas en un suave empujón, girando ahora para mirar a aquel que había irrumpido el mágico momento.
Un Takuma que recién subía la escalera bostezando se quedo parado al encontrarse a las dos figuras en el pasillo -eeh….- miro de uno al otro, -¿acabo de interrumpir algo?- dándose cuenta que fue mal momento de subir justo ahora.
Kaname suspiro, a Ichijou le deberían dar un trofeo por ser oportuno.
-No, tranquilo, estaba por pasar por la oficina para terminar algunos asuntos- soltó Kaname por lo bajo.
-Vaya…pues deberías descansar- dijo Takuma cambiando de tema.
Kaname le ignoro y volvió a mirar a Zero,- muchas gracias una vez mas, descansa- le sonrió ligeramente.
Zero no sabia que pensar,- yo...buenas noches- dijo avergonzado, giro sobre su talón y se dirigió a su habitación, ¿Qué había pasado? no lo entendía, esto no debería pasar, ¿acaso le estaba dando pena Kuran? ¿O el simplemente estaba frustrado? Debía reflexionar sobre esto, o pasaría mas de la cuenta y no era sádico como para empezar sentir algo por su agresor ¿o si?.
 
Los meses pasaron con bastante tranquilidad llevando consigo algún que otro acontecimiento como el primer cumpleaños de Eita en la gran mansión o la primera Navidad junto a sus dos padres, sin ninguna novedad seguía la rutina para todos llegando así el mes de febrero.
Esa mañana había mucho caos y nerviosismo en la mansión y no era para menos, Yuuki llevaba ya varias horas con contracciones.
La doctora de la academia la acompañaba en su habitación durante todo el procedimiento, intentando darle además apoyó moral y es que no era para menos, Yuuki no paraba de llorar de impotencia por tener que pasar por ese sufrimiento, pasando dolores que nunca se había imaginado todo por la paz.
Kaname desde que supo de la notica que su hermana estaba de parto se mantuvo encerrado en su despachó intentando aparentar pasividad. Mando a Takuma a tenerlo informado en todo momento.
Mientras tanto los dos hermanos peli plateados estaban en el pasillo esperando ansiosos, acompañados del pequeño Eita que estaba emocionado por ser hermano mayor.
El primer llanto de un bebe debería ser los mas hermoso en este mundo, así lo recordaba Zero, esas emociones de felicidad que corren por tus venas al ver por primera vez al ser vivo mas preciado que jamás hayas conocido, pero esta vez corrieron lagrimas de dolor por sus mejillas al escuchar ese llanto de un pequeño ser vivo dentro de aquella habitación cerrada y una Yuuki gritando con desespero entre lagrimas que por favor apartaran aquel bebe de su vista. A Zero se le estrujo su corazón.
Cuando ya fue abierta la puerta y la doctora salió con una criatura envuelta en manta, miro a Zero con pena, depositando al pequeño gentilmente en los brazo del ojo amatista.
Aidou que en todo momento estuvo pacientemente esperando en la sala salió corriendo dentro de la habitación junto a su ahora oficialmente amada para darle todo el amor y apoyo que solo él le podía dar.
Era precioso, las lagrimas de Zero caían sin parar.
-Hola pequeño ángel…- dijo entre sollozo.
El pequeño entre movimiento agarro con ternura un dedo de Zero, sacándole una tierna sonrisa al pelo plateado.
Kaname que había salido desde hace rato contemplo la escena a lo lejos, no se atrevía acercarse. Era como si todo esto no debería pasar, los gritos de Yuuki, el llanto de los que esperaban en la sala, ver a Aidou correr para darle el amor que él no le pudo dar y la cara llena de lagrimas de Zero….era como una pesadilla.
El pelo plateado si que se dio cuenta desde hacia rato de la presencia del sangre pura y de lo dolido que aparentaba. Empezó a caminar, parándose delante del pelo castaño, alzando en silencio al pequeño buñuelo, depositándolo suavemente en los brazo de su verdadero padre. Kaname tuvo que tragar en seco al contemplar por primera vez a su sucesor, con un nudo en la garganta lo abrazo, en silencio, solo lo abrazo. 
Y ese silencio inundo la sala mientras todos se quedaron contemplando aquella escena agridulce, mientras suaves lagrimas volvían a correr por las mejillas de Zero.
 
---MINI EXTRA---
 
-Zeroooooo….- ver llorar un hombre echo y derecho a cascadas era digno de contemplar.
Kiryuu ya no sabia donde meterse, desde que su padre adoptivo volvió lo agarro como si no hubiera un mañana a llanto limpio, -¡porqueeeee Zerooo…! ¡Tantos años…buah!-
-Ya ya cross-san…- le dijo Zero dando palmaditas en su espalda.
-es oto-saaaan….- zarrandeo a su hijo adoptivo en mar de lagrimas.
Yuuki solo pudo reír, echaba mucho de menos tales escenas.
Eita no entendía lo que pasaba, solo se digno a mirar curioso de la mano de su tío que también reía por lo bajo.
Kaien Cross que volvió a la academia se encontró con una grata sorpresa al ir a ver su hija Yuuki, no se lo podía creer después de tantos años de búsqueda que su Zero había vuelto, no lo volvería a soltar jamás, le quería dar el sermón de su vida pero de pronto… unos ojitos le saltaron a la vista, ¿Quién era ese niño tan bonito que se parecía mucho a…. Kaname y a….?
Su mirada se poso encima de Ichiru que tenia al pequeño de la mano. Este avergonzado miro su sobrino y de vuelta a Cross...-esto…no es mío jaja- rio nervioso rascándose la cabeza.
Los ojos de Cross se dirigieron ahora hacia su hijo adoptivo atónito.
Zero se ruborizo de sobremanera, - yo….es una larga historia, ¿nos sentamos?- le dijo avergonzado.
-¡que….que
….QUE HE SIDO ABUELOOOOOO¡-
Un grito retumbo por todo la academia y fue una noche muuuy larga para los convivientes lleno de explicaciones, desmayos por parte del nuevo abuelo y muchas risas.
 
Notas finales: Bueno buenoo…¿Qué les ha parecido? ¿A caído esto como una bomba? Jaja no me linchen, pero Yuuki siempre me a caído bien, es solo una victima mas la pobre.
A por las preguntas del día ¿es Kaname altamente fértil? Jaja a este paso habrá baby boom.
¿Es Takuma un oportuno? ¿Qué poderes tendrá el pequeño Eita? ¿Odian a Hioshi Kuga igual que yo? ¿Vigilara Cross-san a Zero las 24 horas para que no se vuelva a escapar? ¡Esto y mas en el siguiente capitulo! ¡Gracias por haber elegido a Yakinori y hasta la proxima! Muaaak
 

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).