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Weisser Schnee por Yakinori

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Notas del capitulo:

¡Laliho minaaa! voy un poco tarde ¿verdad? Sintiendo mucho la demora por…no tengo escusa, ¿falta de inspiración? Llego por fin el ultimo capitulo de esta preciosa pareja, pero como dicho, ultimo capitulo de esta pareja ya que tengo una pequeña sorpresa y eso es un pequeño prologo que ya esta a la mitad, así que aun no me quiero despedir aquí y les pido por ultima vez paciencia. Dejando las palabrerías de lado les dejo este capitulo esperando a todos que les guste, ¡¡a disfrutar!!

La noche cayo sin rastro de luna lo que hacia mas estremecedora la oscuridad mientras una suave brisa removía las copas de los arboles y las cortinas de una mansión se balanceaban con cada soplo de aire, en esa misma mansión se encontraba un niño, sentado en una silla en un gran salón rodeado de grandes paredes de colores fríos, las chispas de la chimenea resonaban en chasquidos y el perfil del niño fue deslumbrado en colores del fuego, sus piernecitas quietas porque no se le permitía balancearlas de forma infantil.
-Hijo…- una fuerte voz resonó en el gran salón haciendo que el niño le ponga atención, -hiciste un gran trabajo- le dijo colocando su mano en el pequeño hombro del niño en señal de elogio, para luego caminar hacia una mesa donde se encontraba una trozo de tela que cubría algo.
La sonrisa perversa de ese hombre surgió al destapar la tela especial y encontrarse con el brillo metálico de la bloody rose,- esto…es perfecto- y una risa desagradable resonó en la mansión. 
 
-Tenemos que hablar…- las voz del sangre pura sonó desde el marco de la puerta de su propio cuarto donde la persona que le traía loco de la cabeza todas estas semanas se encontraba acostando a su hijo Haruka.
-Si es sobre nosotros pues no hay nada que hablar- Zero que ni se digno a mirarlo acostó a Haruka en la cuna, girando para querer salir del cuarto.
-En algún momento nos tenemos que sentar para hablar- cruzo los brazo el mayor, -esto se esta volviendo muy incomodo y no solo para nosotros-
Tenia razón, desde que todos volvieron se notaba una tensión en el ambiente formada por ellos dos.
-No quiero hablar aquí, vamos a despertar a Haruka- dijo pasando a un lado del peli castaño saliendo del cuarto.
-Acompáñame entonces- suspiro el mayor tomando camino hacia su oficina.
La puerta se cerro mientras el sangre pura se apoyaba en la mesa y Zero se quedo cerca de la puerta de pie, manteniendo distancia.
Se hiso el silencio, formando un ambiente como ya había dicho el rey…incomodo -…¿Y bien?- empezó Zero primero cortando la silenciosa situación, -¿Qué es lo que tenemos que hablar?-
Kuran alzo la mirada, analizándolo unos segundo -Como ya te dije…lo nuestro-
-No hay ningún nuestro…lo único nuestro es Eita y se podría decir que Haruka también- dijo el ojos amatista tomándose el codo inseguro.
-¿Entonces me explicas que paso en la cabaña?-
Otro largo silencio se presento.
El mayor suspiro, -Zero…lo nuestro es claramente atracción-
-¿Me estas diciendo que sientes algo por mi?- los ojos del pelo plateado lo miraron con sospecha, -o es porque has visto partir el amor de tu vida y ahora te tienes que buscar otro entretenimiento- no pudo evitar decirlo con sarcasmo.
-Puede que así lo parezca- intento mantenerse calmado ignorando el enfado del menor -pero puede que mi interés por ti empezara mucho antes de lo que piensas…antes incluso de que convirtiera a Yuuki en vampiro-
-Ts…pues vaya manera de transmitirme tu interés todos estos años- dijo el menor mirando a un lado enfadado-
-Dime Zero…si están tan en contra ¿porque no me rechazas?- la mirada penetrante sobre el se volvió mas intensa -¿Por qué no te apartas de mi?-
-Yo…por culpa del destino o mejor dicho por cierto borracho mi vida esta atada a tu alrededor-
-¿Cuándo dejaras el remordimiento?- suspiro el pelo castaño.
Zero se tenso -¡¿Qué cuando voy a dejar el remordimiento?!- no pudo evitar chascar los dientes, -¡¿tu…cuando comprenderás el daño que me has hecho?!- su voz tembló.
-¡No evites el tema…estas dando vueltas al pasado que ya lo teníamos aclarado y lo que queremos solucionar es el ahora!- no pudo evitar alzar algo la voz el pelo castaño.
-¡No hay ningún ahora!-
Kuran lo miro largo y detenidamente, hasta que dejo el apoyo que tenia en la mesa y empezó a caminar.
-Yo…nunca me eh sentido atraído p-por ti- nerviosismo apareció en su voz al ver ponerse en pie el sangre pura.
-L-lo nuestro…no tiene futuro- empezó a dar pasos marcha atrás al ver caminar a Kaname hacia él hasta que su espalda topo con la madera de la puerta, miro sobre su hombro buscando escapatoria, pero al volver alzar la mirada ya era tarde, -Kaname…no…- alzo la mano en un ultimo intento de protegerse pero ya unos fuertes brazos lo envolvieron, protegiéndolo en un calor que era calmante. Una mano se enredo en el cabello plateado apoyándolo en su pecho mientras el cazador no tuvo mas opción que agarrar el trozo de tela que cubría el pecho de sangre pura. Otro largo silencio se formo, donde solo pudo sentir la respiración calmada en su oído y el fuerte corazón latiendo en el pecho.
-Zero…no quiero volver a cometer el mismo error- le dijo tranquilo, -…no te quiero perder a ti también-
Los ojos del cazador se abrieron en sorpresa y un suave color carmesí apareció en sus mejillas.
Kaname separo el abrazo para mirar al joven a la cara y no pudo evitar sonreír con la cara estupefacta que hacía Kiryuu…alzo su mano para acariciar las sonrosadas mejillas mientras unos grandes ojos lo miraban, - eres mi testarudo- le susurro acortando la distancia para depositar un suave beso en los sonrosados labios que ya tanto anhelaba, fue corto pero suficiente para calmar al menor. Cuando se separo el peli plateado le giro la mirada avergonzado, lo que le hiso sonreír una vez mas, pero de repente esa sonrisa se transformo en preocupación. Zero enseguida noto el cambio alzando la mirada, -¿Kaname?-
-Algo pasa…- Zero percibió enseguida lo alerta que se puso el sangre pura. Kaname se separo del peli plateado para abrir la puerta y salir al pasillo, allí ya vio a Takuma que se encontraba en el pasillo mirando por uno de los ventanales alerta e Ichiru que recién salía del cuarto extrañado.
Zero siguió al sangre pura para ver primero a su hermano, -¿Que esta pasando?- pregunto mirando ahora en dirección de los dos vampiros mayores.
-Takuma- el sangre pura ya se acerco a su amigo para seguido también mirar por el ventanal.
-No se cuantos son…- dijo el rubio quieto.
Zero le entro un escalofrió al escuchar las palabras de Ichijou ¿los estaban atacando?.
Kaname mantuvo silencio un momento, hasta que se dirigió a los hermanos.
-Zero, Ichiru…ustedes quédense con los niños, si pasa cualquier cosa diríjanse hacia el despacho de Cross-san-
-P-pero…- dijo Ichiru saliendo del trance.
-No hay peros…háganme caso- su mirada se volvió autoritaria.
-¡No podemos dejarte solo!¡seguro que vienen a por ti!- la preocupación en la voz de Zero se hiso notar.
Kaname una vez mas se le acerco pasando su mano por el cabello,-Eso aun no lo sabemos pero tranquilo…no se los pondré fácil, tu cuida de nuestros hijos- le dijo calmado. Pero la cara de preocupación de Zero no se le quitaba. El mayor le deposito un beso en la frente y se dio la vuelta,- vamos Takuma-
Y con eso los dos mayores salieron de la mansión.
-Zero…¿Qué podemos hacer?- corto el silencio Ichiru al ver a su hermano en trance.
Zero se quedo pensativo, -tengo…que ayudar- sin pensarlo empezó a correr hacia su cuarto, dirigiéndose directo a la mesa de noche, abriendo el cajón en el acto y su cara se desencajo,- ¿Dónde esta?-
Ichiru que siguió a su hermano lo miro extrañado, -¿Dónde esta el qué?-.
-L-la bloody rose- dijo Zero con un sudor frio, -estoy…muy seguro de que la puse aquí- sin pensarlo empezó a buscar en los otros cajones y armario de su cuarto por si acaso con ayuda de su hermano.
-Ni rastro…- dijo Ichiru preocupado.
-No lo entiendo…no me la pude haber dejado atrás en la cabaña- miro al suelo revuelto de algunas cosas que había tirado sin piedad.
-Zero…no podemos seguir buscando, tenemos que hacer algo- 
Zero se quedo un momento analizando la situación, -tenemos que ir al despacho de cross-san, puede que ahí encontremos algo que nos ayude…además seguro que estamos mas seguros ahí en estos momentos-
 
El susurro de la noche movía las copas de los arboles haciendo siluetas danzantes en el suelo con la ayuda de la luz de la luna, no había otro sonido que la brisa que removía el cabello de dos siluetas que se habían adentrado en cierta parte mas boscosa de la academia. Sabían que había alguien. Lo notaban, con actitud desafiante se quedaron quietos, a la espera de cualquier movimiento. 
Pero no tuvieron que esperar mucho cuando varias siluetas aparecieron entre los arboles, con movimientos torpes y caras de haber perdido la cabeza, algunos balbuceando frases aun coherentes como “mira quien tenemos aquí” o “es nuestro día de suerte”. Los dos vampiros no tenían duda ninguna, aquellos seres que antes eran humanos fueron convertidos en nivel E.
Kaname los miro a todos analizando, quería asegurarse de que nadie de los que estaban presentes fueran estudiantes de su academia, descartando ese echo, cuando los nivel E ya querían atacar y con un Takuma apunto de hacer un movimiento de desenvainar la espada, las copas de los arboles empezaron a moverse con virulencia al tornarse unos ojos en color carmesí y los vampiros niveles E empezaron a desaparecer uno a uno con un sonido cristalino.
Takuma que volvió introducir su espada que apenas pudo exponer en su sitio, miro a su amigo con cara de mohín,- Que manera de quitarle la fiesta a uno Kaname-
-Calla…ya tendrás tiempo para divertirte si crees que esto acabado aquí…- Kaname miro un momento de reojo a su amigo para volver a poner mas atención a su alrededor.
Y como dicho…ya empezaron a llegar mas vampiros enloquecido.
-Bueno amigo…aquí creo que vamos a partir, vete a buscar al culpable de todo esto- y ahora si, Takuma desenvaino su poderosa katana enfrentándose de lleno a aquellos seres que ya no podían ser llamado humanos.
-Confío en ti Takuma- el sangre pura miro un vez mas a su amigo para darse la vuelta y caminar en otra dirección //donde estas sanguijuela// fue todo lo que pensó mientras sus ojos volvieron a brillar de rabia.
 
 
Zero agarro el primer abrigo que encontró para taparse del frio de fuera, dirigiéndose a la habitación de Haruka con intención de prepararlo para ponerlos a salvo, indicándole a Ichiru que busque a Eita, pero cuando empezó a empaquetar una pequeña mochila del príncipe sangre pura entro Ichiru corriendo.
-¡¡Zero!!...¡¡Eita….no esta!!- dijo en shock.
Zero abrió los ojos en pánico, -¡¡no…por favor no!!- se levanto enseguida para salir corriendo,- ¡Ichiru! ¡llévate a Haruka!- logro gritarle antes de bajar la escalera y salir desesperado por la puerta principal.
Miro para todos lados angustiado, quería gritar su nombre, pero sabia que así llamaría atención del que fuera quien fuera estaba deambulando por la academia. Se maldecía mentalmente no tener muchos poderes vampiros y no poder sentir la presencia de su familia vampírica, -Eita…- susurro, se aguanto unas lagrimas armándose de valor, no era momentos para el lamento, con determinación empezó a caminar, adentrándose también en zonas menos concurridas.
 
Eita lo escucho todo, como sus padres hablaban en el pasillo y lo sintió todo, como su padre y su tío salieron de la mansión, las tantas extrañas presencias en los alrededores de la academia y una presencia muy conocida...desde que la sintió, espero a que su padre Zero y su tío Ichiru abandonaran el pasillo para él poder salir, tenia miedo que esa persona estaba en peligro y que sus padres no le dejaran ir.
Camino un buen rato por zonas desconocidas con muchos arboles que zumbaban con el sonido del viento y hacían sombras tenebrosas en el suelo, se mordió el labio, si, tenia miedo, pero se armo de valor, no quería dejarlo solo, cuando ya pensó que se había perdido ya lo sintió. Miro sobre su hombro y su cara se ilumino de alivió, -¡Siro-chan…!-.
Eita ya se dio la vuelta para correr en su dirección cuando la figura de aquel niño con ojos color hielo lo miraron de la manera mas fría que jamás había visto y cuando estaba a punto de alcanzarlo unas llamas de color azul aparecieron en forma de circulo alrededor de su amigo, como una barrera imposible de atravesar. 
Eita del susto cayo hacia atrás, apoyando las mano en el suelo, mirando la escena ante él con horror, -…¿Siro?- dijo en un susurro viendo por primera vez el poder del pelo azabache.
Siro mantuvo su mirada gélida sobre el niño, reflejando la danza de llamas azules en sus pupilas que lo hacían ver mas siniestro.
-¿Porque…me atacas?- Eita aun con el temor en el cuerpo se empezó a poner de pie, mirándolo preocupado, -¿s-somos amigos…no?- su voz tembló.
-Tu…y yo, nunca hemos sido amigos- los sentimientos en su voz, parecían haber desaparecido mientras unas sombra oscura parecía tapar sus ojos,- ¡Y NUNCA LO SEREMOS!- con un grito y un brillo en los ojos, una gran llamarada azul empezó a expandirse dirigiéndose directamente hacia Eita, este abrió los ojos en shock instantes después cerrándolos, intentando bloquear con las manos lo que ya era inevitable de evitar.
Un silencio que para el pequeño le parecía eterno se hiso presente, un zumbido en sus oídos que poco a poco lo volvían a la realidad y un dolor que nunca llego lo hacían extrañar, parpadeo varias veces, ¿Qué había pasado? empezó ver una luz que no estaba ahí antes, abrió por completo los ojos de la sorpresa,- pero que…- se levanto las manos asombrado, mirando unas llamas de color rojizo que envolvían sus propias manos, no quemaba, aun en shock miro a su alrededor y ahí pudo ver las llamas de color azul que lo tenían rodeado y un fuego de color rojizo que parecía protegerlo,-¿que…a pasado?- la mirada del niño estaba confundida.
-Tse…parece que también controlas el fuego…que inconveniente- dijo fríamente el pelo azabache.
Eita miro asombrado a su ahora enemigo, -¿yo?...¿el poder del fuego?- aun estaba estático con las manos quietas envueltas en llamas sin creerlo.
-No te creas que con esto me vas a ganar…- y mas rápido de lo que pudo mirar ya tenia al pelo azabache demasiado cerca y un puño con gran fuerza le fue golpeado en el estomago apagando cualquier fuego recién creado mientras el príncipe sangre pura abría los ojos del sobresalto, perdiendo a continuación la conciencia, cayendo al suelo como peso muerto mientras el que creí que fuera su amigo lo miraba con desprecio desde arriba.
 
 
Kaname estaba furioso, ¿Cómo se atrevían a atacar a su academia? Como le había pasado algo a alguno de sus alumnos temblaría la tierra. Apretó sus puños y no paro en su camino hasta que se encontró con un pequeño claro y ahí se quedo quieto. Empezó a observar con irritación el lugar, hasta que se canso. Sus ojos volvieron a brillar y los arboles se empezaron a sacudir de la honda expansiva que soltó el cuerpo del sangre pura,- ¡SAL MALDITO GUSANO¡- grito cansado.
Todo se quedó sin movimiento un rato mas, hasta que una sombra salió de detrás de uno de los arboles, un individuo con una sonrisa mas que falsa,-Vaya, vaya, ¿Por qué tanto enfado su majestad?- fingió con ironía aquel hombre.
-Kuga…- Kaname chasqueo con los dientes furioso. No dudo en ningún momento de que era el causante de todo esto ,-¿Cómo te atreves a desafiarme?-
-¿Yo a ustedes? ¡Jamás!- soltó a lo inocente.
-Sabia desde un principio que me darías problema- 
-No señor…los que están dando problemas aquí son usted y Kaien Cross con vuestra simpática escuela llena de paz y amor- las ultimas palabras salieron en forma de burla, -los sangre puras no queremos volvernos mascotas doblegadas, va contra nuestro instinto...estamos cansados- su voz se volvió furiosa- ¡CANSADOS DE BEBER SANGRE FALSA!-
La zona tembló, las hojas se agitaron y unos ojos resplandecieron, cuando se dio cuanta ya el rey sangre pura lo tenía agarrado del cuello, -Te advierto que mi paciencia se esta agotando…- le dijo entre dientes el pelo castaño con una mirada que podía matar y unas uñas que se clavaron en la pálida piel.
-Haha…veo que…ya me tendré que rendir- dijo el intruso con falta del aire al ser agarrado del cuello.
-¡Kaname…!- una voz detrás de él lo saco de su actual posición mirando sobre su hombro para ver a la persona que acaba de llegar,- ¡Zero!- 
Zero que escucho una especie de revuelo siguió el sonido de la zona de combate con el miedo en el cuerpo de encontrarse con su hijo ahí, esperando que estuviera fuera de peligro pero con lo que se encontró es con una escena que le recordaba mucho a la tensión de aquella vez cuando tuvo que pelear contra Rido, solo que Rido parecía ahora ser la peste de Kuga con la consecuente o mala suerte de este de que Kaname esta vez si podía atacar.
-¿Qué haces aquí?- se preguntó en alto el sangre pura.
-Eita…no esta- el ojos amatista recién llegado aprovecho para coger aire, llevaba ya un buen rato corriendo sin rumbo y ver el culpable de todo esto no lo relajaba en absoluto.
Kaname volvió a mirar peligrosamente al gusano que tenia agarrado y sin poder evitarlo un hueco se abrió en un árbol que tenia en su punto de vista llevándose consigo parte del hombro de Kuga quien soltó un lamento de dolor.
-ggnh…- los ojos del pelo azabache marcaron el dolor pero seguía con una especie de burla que no se explicaba Kaname,- nh…hahaha- reía el ojos azul hielo mientras su herida se empezaba a cerrar.
-¡¿Te estas burlando de mi?!- Kaname estaba encendido de furia ¿Por qué se seguía riendo cuando estaba claramente a la de perder?.
-Hahaha…- seguía riendo el engreído, Zero también se quedo atónito ante la reacción de aquel ser asqueroso, cuando el ojos amatista se dio cuenta de uno pasos que se pararon muy cerca de él.
-¿Siro…?- pero ¿Qué hacia el niño ahí? Se pregunto el ojos amatista.
Kaname se dio cuenta de la llegada del niño y entendió la risa del padre,- eres un miserable, ¿crees que no te voy a matar por traer a tu hijo a la escena?- resoplo Kaname entre dientes apretando un poco mas el cuello del ojos azul hielo.
-Oh no su majestad…- dijo a lo bajo con falta de aire- no soy yo…el que va…a morir-
Con eso se escucho un click y cuando Kaname quiso volver a mirar sobre su hombro se escucho un disparo.
Un ligero humo que sobresalía de la punta de la pistola donde recién salía la bala y el olor a pólvora era lo que marcaba el silencio que se hiso presente hasta realizar que es lo que acaba de suceder. 
Zero se quedo estático, no le dio tiempo de reaccionar, cuando escucho el sonido de una bala, miro hacía el niño que tenía en alza no otra cosa que una pistola con un trozo de tela rodeada del mango, pero no había duda, la luz de la luna que se posaba sobre aquella pieza metálica hacia resplandecer claro el nombre que tenia grabado.
-¿Por qué…la bloody rose?- Zero se quedo en shock mirando hacía la punta de la pistola, hasta que siguió en la dirección hacia donde apuntaba y mas en shock se quedo,-¡¡KANAME!!-
El sangre pura se agarro el costado con una mano,-tse…- resoplo adolorido, miro hacía el niño que recién lo había disparado el cual por seguramente miedo por represalias soltó tembloroso la pistola, dejándola caer con un sonido metálico al suelo, para posterior darse la vuelta y salir corriendo, Kaname volvió a mirar a su presa que aun tenia agarrado del cuello, -Cobarde…- le dijo en un susurro que solo el pelo azabache pudo escuchar. Este le volvió a reír en forma de burla y con eso Kaname le brillaron los ojos de color carmesí, soltando el cuello de su presa un instante para en un rápido movimiento traspasarlo con las garras lo que le hiso desaparecer, envolviendo el cuerpo del pelo azabache en una nube que se deshizo en un instante.
La hojas de los arboles se sacudieron otro instante hasta volver a su silencio habitual quedando las dos figuras que aun se encontraban ahí en el pequeño claro envueltos en silencio.
-¡¡Kaname!!- Zero que partió ese silencio salió corriendo en dirección al sangre pura que se tenia agarrado del costado donde sangre le bañaba la ropa.
Kaname se tuvo que apoyar de una rodilla,- tse…- se quejo, llegando ya el ojos amatistas a su lado para sentarlo contra uno de lo tanto arboles.
-¡No no no…Kaname!- Zero miraba de un lado a otro buscando cualquier cosa que le podía ayudar.
-Zero…- el llamado seguía buscando con la mirada de un lado a otro,-¡ZERO…!- alzo la voz el sangre pura.
El pelo plateado ahora le puso atención mirándolo directamente a los ojos desesperado.
Kaname alzo la mano, tocándole la mejilla, -todo…va a salir bien- le dijo tranquilo.
Pero de los ojos del menor empezaron a saltar lagrimas de angustia,- ¡n-nada va a salir bien! ¡mírate…! No es cualquier bala que tienes en tu cuerpo- lloro desesperado- ¿Cómo pude dejar que pase esto?- se quito el abrigo que llevaba puesto y presiono el trozo de tela contra la herida, -¡hasta que no te quitemos esa bala no podrás sanarte! ¡Estas perdiendo mucha sangre!- sollozo por lo bajo.
Kaname sonrió cansado,- al menos te tengo aquí conmigo-
-No…no es momento de despedida- sollozo, - aun…te tengo que dar un buen sermón- apoyo su cabeza contra el pecho del mayor, -…aun te tengo tantas cosas que decir- susurro entre lagrimas.
-Zero, lo siento- suspiro, - siento haberte hecho…daño- cerró los ojos, - y siento haberme dado cuenta…tan tarde de mis sentimientos por ti-
Zero volvió a alzar la mirada, -¡calla!-
Kaname volvió a abrir los ojos para mirar la cara llena de lagrimas del ojos amatista, unos ojos que para el brillabas mas que cualquier otra piedra preciosa, sonrió agotado, -te amo Kiryuu Zero-
-¡¡Calla!!- nuevas lagrimas brotaron, -¿Por qué me dices esto ahora? ¿Por qué no lo dejas para después tonto?- volvió a esconder su cara en el pecho del mayor mientras con el puño le pegaba gentilmente, -no me dejes…por favor- 
Le susurro por lo bajo.
Kaname apoyo la cabeza contra el árbol, cerrando los ojos tranquilo.
Zero miro la tela que tenia presionando la herida de mayor que también se empezaba a teñir de rojo, desesperado se mordió su muñeca que le quedaba libre, chupando su propia sangre, Kaname volvió a abrir sus ojos al sentir de repente unos labios encima de los suyos, una lengua que se abrió paso y un liquido posterior que bajaba por su garganta. 
-Lo siento tanto Kaname…- se lamento el ojos amatista volviendo a repetir la acción, chuparse su propia sangre y presionando la boca contra la del sangre pura para que bebiera, -siento haber sido tan testarudo- sollozo, -soy un idiota-
Kaname solamente le sonrió con pocas fuerzas, - gracias Zero- y sus ojos se empezaron a cerrar.
-¿Kaname?...¡¡Kaname!!- grito desesperado y a lo lejos pudo escuchar pasos rápidos que se acercaban mas y mas.
 
 
Ni un sonido se escuchó, solo podía sentir su respiración y una tranquilidad que fue interrumpida por un dolor punzante, arrugo la nariz de la molestia, pestañeando poco a poco, acostumbrándose a la claridad que le cegaba, ¿Dónde estaba? Lo primero que vio fue la lámpara del techo, la reconocía, estaba en su cuarto. Cerro los ojos un ratito mas inspirando ese silencio que lo rodeaba para volverlos abrir y mirar a su alrededor, la mesita de noche que tenia un vaso de agua, la cuna que se encontraba vacía, su mirada siguió hasta que se encontró con un bulto sentado a un lado de la cama, le sorprendió, lo miro un largo rato hasta que alzo la mano, colocándola sobre el suave pelo plateado del ojos amatista que se encontraba dormido apoyado en la cama, este se removió en sueño al notar el tacto, abriendo lentamente los ojos aun dormido, hasta que los abrió por completo irguiéndose en la silla, -¡Kaname!- dijo sorprendido.
Este solo le sonrió.
-¿C-como te encuentras?- 
-No se que paso, después de aquello pero… creo que estoy bien- le confeso aun algo cansado.
Un toc toc se escucho y la puerta ya fue abierta entrando un hombre con gafas y pelo en forma de coleta, -Vaya Kaname…veo que ya estas despierto- dijo acercándose.
-Cross-san me alegro de verle- dijo el pelo castaño.
-Mas nos alegramos nosotros de verte, vaya susto- cruzo las manos el cazador de vampiros.
-¿Qué es lo que paso?- tenia curiosidad, no era nada habitual para él perder la conciencia.
-Bueno, luego de haber conseguido sacarte la bala de tu cuerpo ya se empezó a sanar solo la herida- suspiro -menos mal llegamos a tiempo, se puede decir que la sangre de Zero también ayudo lo suyo- sonrió. 
Kaname miro curioso al pelo plateado que se ruborizo. 
El sangre pura se toco el costado que ya estaba completamente sanado pero dolorido.
-Si aun sientes dolor es por el tipo de bala que fue, quien diría que al final te tocaría sentir el poder feroz de la querida bloody rose de Zero haha- rio el cazador.
Zero lo miro con una gota resbalando por su sien, -no es nada gracioso Cross-san-
-Oto-san para ti señorito- bufo con los brazos cruzados, -los dejo un ratito solos, aunque solos llevan desde que llegaste haha- y con eso salió de la habitación. 
Kaname no pudo evitar que le diera gracia, Cross era todo un personaje, pero volvió a mirar hacia Zero que tenia la mirada preocupada.
-Kaname esto…no fue ninguna broma, casi te perdemos- la mirada se poso ahora encima del sangre pura con preocupación.
El sangre pura tomo una mano del ojos amatista, obligándole a levantarse para posterior tirar de él  y abrazarlo.
-Zero, estoy bien- le susurro y el ojos amatista le abrazo confirmando que esto era real, -¿…donde esta Eita?- 
El pelo plateado se separo del abrazo para mirarlo,-esta bien, Takuma lo encontró en el bosque también inconsciente, solo tiene una contusión que le hiso no otro que Siro- le miro dolido.
-Que ser mas asqueroso…usar a su propio hijo- dijo el sangre pura con odio.
Zero volvió apoyar su cuerpo contra el del mayor y este lo abrazo fuertemente, señalado que ya todo estaba bien.
 
La acción de la familia Kuga no quedó impune, la situación fue investigada gracias a la ayuda de la asociación de cazadores y mas sangre pura resultaron involucrados en la trama, como castigo se les bajo el rango dentro de la comunidad vampiro quedando apartado de cualquier acto honorífico además de tener que servirle con trabajos a la comunidad si querían evitar castigos mayores. Fue un gran escandalo cuando salió a la luz y el nombre de Kuga quedo manchado para siempre.
 
Eran altas horas, la luz en la mansión ya se había apagado dando indicio de que todo estaban ya dormidos, el rey cansado después de otra larga reunión recién volvía a su casa, cerrando la puerta tras de si, cuando ya se quería dirigir a la planta superior se dio cuenta de una tenue luz que venia del pasillo, se dirigió al salón, abriendo mas la puerta media cerrada para mirar que hacia el que ya sabia ahí dentro, lo que se encontró fue con un precioso ojos amatista profundamente dormido en el sofá. Se acerco mas para poder ver mejor aquella linda escena, daba mucha pena despertarlo pero no quería dejarlo aquí abajo.
-Zero…- le susurro el pelo castaño acariciando la mejilla del menor mientras se inclinaba sobre él. 
-mmh…- a regañadientes se le abriendo los ojos de aquel bonito ser, -¿…Kaname?- susurro dormido.
El sangre pura se le quedo mirando, la cara dormida, esa pequeña sonrisa que se le formo al verlo con los ojos aun pestañeando del sueño y el pelo revoltoso lo hacían tragar saliva. 
-Zero…¿te puedo besar?- no se porque le preguntaba, puede que solo para confirmar de que el ojos amatista también lo anhelaba o para no fastidiar la situación como otras veces.
Espero respuesta un rato y se vio que la pregunta había despertado mas al cazador. 
De repente las mejillas del pelo plateado se pintaron de un bonito color rosado. Se ruborizo mirando hacia un lado, -No se si estoy listo- dijo apenado,- lo que si se…es que ya no voy a escapar de este sentimiento- lo volvió a mirar ahora con claro anhelo. Con esas palabras ya sintió unos labios besarlo con desespero, como si fuera la ultima vez que se probarían pero solo estaban afirmando de que esto era real. Las lenguas chocaron tímidamente al principio para luego ser entrelazados con deseo. El sangre pura se apoyo como pudo en el sofá, colocando una pierna entre las del peli plateado despertando un suspiro en el menor al ser rozado con la pierna en cierto lugar.
Kaname separo el beso, mirando fijamente a su presa bajo él, -¿Dónde esta Haruka?-
El peli plateado que miraba al sangre pura con los ojos entre abiertos tuvo que coger aire, -con…Ichiru- soltó con la voz baja.
El mayor con eso se levanto, mirado al peli plateado desde arriba para seguido ofrecerle una mano, -vamos conmigo-
Un escalofrió le recorrió al cazador, trago, pero aun así le tomo la mano para ser levantado hasta estar en pie y un beso le fue depositado en su frente empezando ya a caminar el mayor a una dirección en concreto.
Su corazón latía fuerte al ver la espalda del sangre pura dirigirse a la planta superior, aun dudaba pero a la vez lo quería, seguro que Kaname podía notar su nerviosismo aun así no paro en sus pasos.
Una puerta fue abierta, entrando los dos seres aun despiertos a esas horas dentro de ella y la puerta fue cerrada de nuevo. Y con gran destreza el cuerpo del mas joven fue pegado contra la puerta ya cerrada y unos labios feroces atraparon los suyos antes de que pudiera protestar.
-Ngn…- Zero soltó un gemino de sorpresa, apoyando las manos en el firme pecho del mayor, siendo su lengua ya devorada con pasión. Se le nublo la vista, no había sentido esto es su vida y estaba apunto de meter todo su subconsciente en un cajón.
Kaname se separó, apoyando su frente contra la del peli plateado, intentando controlar su respiración y escuchando la respiración entre cortada del cazador, -te deseo…- dijo en un suspiro.
Zero no pudo evitar temblar al escuchar esas palabras, aguantando el aliento.
-¿Me deseas también?- se aparto para mirarlo directamente a los ojos, sin tocarlo, solo lo contemplaba esperando una respuesta.
Zero se mordió el labio al mirar ahora al ser delante de él, ese pecho del mayor que se movía cogiendo aire, esos ojos llenos de apetito ¿lo deseaba? Claro que lo deseaba. Apretó la madera de la puerta buscando agarre, -no…no me hagas esperar mas tonto- soltó con deseo.
Una chispa se le encendió en los ojos del rey y sin pensarlo tomo de la mano al cazador para dirigirse hacia la cama, con cuidado coloco al peli plateado ante él que lo miraba expectante. Le volvió a besar, pero fue solo un segundo cuando con destreza empujo al joven en el suave colchón.
Zero soltó el aire al ser empujado, volviendo su ojos hacía el mayor que se encontraba aun de pie ante él. 
Kaname se empezó a desabrochar su camisa, deslizando el textil sobre sus hombros hasta caer al suelo, sin dejar de mirar a la presa bajo él coloco su mano en el botón de su pantalón y con un suave sonido fue abierto. El cazador suspiro, ¿podía ser mas tentador? Y ya una pierna fue apoyada en la cama y el sangre pura se deslizo sobre el menor, tomando una mano entre la suya para volver a besar ansioso esos labios entreabiertos, deslizando su lengua en aquella cavidad mientras apoyaba todo su peso en el cazador. La mano libre fue deslizándose por debajo de la camisa del cazador, delineando su abdomen en suspiros hasta que fue agarrada para ser levantada lo suficiente para exponer los sonrosados pezones del ojos amatista. Kaname se separo del beso, dirigiendo su mirada a aquellos apetecibles botones y sin pensarlo mas se acerco, pasando la lengua suavemente por encima de uno de ellos, haciendo que el joven suspirara y arqueara la espalda al ya ser engullido completamente. Los saboreaba, mientras con la otra mano fue jugando con el otro, dando pequeños pellizcos o pasando solo el dedo por encima, le encantaba escuchar los sonidos del cazador. No quería dejar la cosa ahí, miro su trabajo recién creado, que ya se erguían sonrosados para seguir su camino a besos por el abdomen del ojos amatista. Con un suave plop desabrocho el botón del pantalón, tomando las cintura del pantalón para querer tirar de una, -¡No…espera!- Zero que quiso detenerlo con una mano ya fue callado del fuerte jalón y unos pantalones junto a los boxers del ojos amatistas fueron tirados al suelo. El cazador se tapo con la mano como pudo entre gemido. El mayor trago al verlo, -déjame verte- dijo ansioso.
Zero se mordió el labio, con las mejillas sonrosadas de la vergüenza fue apartando sus manos, dejando expuesto todo su naturaleza.
Kaname gruño en éxtasis al ver por fin a su amado expuesto debajo de él, con lentitud volvió a sus andadas separando mas las piernas del joven para agacharse y depositar un beso en la punta del ansioso miembro del cazador, -¡Kaname no!- intento de nuevo detenerlo agarrándose del cabello del sangre pura, pero este en protesta metió todo la longitud en la boca llevándose como respuesta un sonoro gemido, -¡aaah!- Zero arqueo la espalda, agarrando mas fuerte del cabello castaño, no le dio tiempo de pensar mientras estaba siendo devorado por el mayor que empezó a dar movimiento encima de su miembro. Para el sangre pura era pura música lo que escuchaba de parte del ojos amatista mientras subía y bajaba, o pasando la lengua por toda la longitud hasta volver a introducirlo en su boca para empezar de nuevo en un vaivén, aprovechando la saliva que se le formo en su boca tomo dos dedos, separándose un momento de su presa para empaparlos, volviendo a tomar el miembro entre su boca. Camino con los dedos hasta encontrar la entrada del joven, jugando un poco delante de ella hasta que se abrió paso con un dedo. -¡Ghn...!- Zero gimió al sentir al intruso, cerrando los ojos en sensaciones. El sangre pura lo observaba sin dejar se mover su boca y empezando a dar ligeros movimientos dentro de él hasta asegurarse que el menor lo toleraba. Noto el cuerpo del ojos amatista relajarse, siendo indicio de que podía introducir el segundo intruso, aunque el cuerpo del menor se volvió a tensar, se dejo hacer. Primero fue lento pero según aumentaba las suaves embestidas con los dedos y el movimientos de su boca encima del hinchado falo los gemidos del menor aumentaron, -¡Kaname!- escuchar su nombre en bocas del menor y verlo retorcer de esa manera solo hacían que su propia prominencia empezaba a doler dentro de los pantalones. Zero suspiro, gimió, tantas sensaciones nuevas lo hacían enloquecer, -¡mmh…!- lo notaba, una sensación picante que se formaba en su ingle, miro hacia el culpable con ojos vidriosos sollozando en deseo,-¡Kaname! ¡me vengo…!- el mayor con esa señal aumento las estocadas con los dedos, intentado dar en el ángulo exacto, separando su boca del miembro para cogerlo con la mano libre y dar fuertes movimientos sobre él mientras veía el cuerpo del joven retorcerse en placer,-¡me…me vengo!- con un sonoro gemido soltó una blanquecina sustancia en varias sacudidas de cadera. Kaname se sentó ante el mirando con deleite su obra, con un joven ante él que intentaba regularizar su respiración. El sangre pura se bajo la cremallera, al escuchar ese sonido Zero le volvió a poner atención y tembló al ver el miembro viril del sangre pura. Kaname volvió a empapar sus dedos en saliva para esta vez pasarlos por encima de su propio miembro, suspiro al tacto sin dejar de mirar a su presa, tomo el muslo del cazador, posicionándose ante el, colocando la punta del miembro en su entrada. Zero se tapo con el antebrazo, mordiéndose el labio, tensando su cuerpo…no lo podía evitar, tenia miedo. Kaname lo contemplo, -Zero, no te tapes, déjame verte mientras te hago el amor- el ojos amatista tirito con esas palabras destapándose un poco para mirarlo, -no te voy hacer daño- le susurro el mayor. 
Se intento relajar, destapándose para verlo desde abajo, aunque aun tenia dudas en sus ojos le dio a entender que también lo deseaba. Con eso el mayor se acomodo para seguido empezar abrirse paso dentro de la estrechez que solo conoció una vez. Zero aguanto la respiración al sentir la invasión, apretando las sabanas entre sus manos hasta resoplar por la bajo, mientras caía una lagrima de sus ojos.
Kaname suspiro al sentirse totalmente oprimido, cerrando unos instantes los ojos para luego abrirlos y mirar al precioso ser que ahora era completamente suyo, -Zero ¿estas bien?- le dijo entrecortado, limpiándole la lagrima que caía por su mejilla. Zero no pudo evitar que algunas lagrimas caían, estaba muy tenso pensando en su primera vez con el sangre pura y que el dolor que paso se volvería a repetir, pero esto era totalmente diferente, no sentía dolor…solo placer. Lagrimas de alivio le fueron bajando por su mejilla y coloco su mano encima de la del sangre pura que le limpiaban esas lagrimas, -estoy…bien- le dijo finalmente suspirando el ojos amatista.
Kaname no pudo evitar sonreír por lo bajo, depositando un suave beso en esos labios para seguido mirar esos preciosos ojos. Un ligero movimiento de cadera lo volvió a la realidad, aprovecho la cercanía de mayor para abrazarlo y esconder su cara en el cuello del sangre pura mientras sus gemidos fueron aumentando según aumentaban también las embestidas, que de suaves se volvían cada vez mas intensos y certeros.
El ambiente se volvió mas caliente con cada respiración y los quejidos de placer por parte del menor hacían difícil aguantar mucho tiempo. Tomo uno de las piernas del cazador para incorporarse y colocarlo sobre su hombro, creando una diferente posición que solo ayudaba a llegar mas profundo con cada penetración.
-¡Kaname!…¡Kaname! ¡mhg…!- no pudo evitar lloriquear de placer, no se podía creer lo bien que se sentía, tanto que no sabia como controlar su voz. Pero eso solo encendía mas al sangre pura que con largos y deliciosos movimientos de cadera hacían volver loco al cazador.
El menor sabia que esto no tardaba en llegar a su fin y al ser de repente tomando de nuevo por la mano del sangre pura para volver a ser manipulado en sincronización con las cada vez mas feroces penetraciones. No pudo mas, su cuerpo se volvió a tensar, se agarro como pudo de los brazos de su amado y con una gran sacudida entre llanto de placer soltó de nuevo todo la esencia encima de su abdomen mojando la mano del mayor, pero no le dejaron tiempo para respiro con la reciente sensación de su segundo orgasmo y las certeras embestidas del sangre pura llego a un punto de sensibilidad que lo hacían volver loco, -¡Kaname haa ha!- los gemidos se volvieron mas intensos y sintió como el pelo castaño tampoco tardaría mucho mas. El interior del peli plateado a consecuencia del orgasmo recién sentido se volvió mas estrecho, eso junto a los sonidos provocativos que calentaban la habitación, fue todo lo que hiso falta. Tomando las caderas del menor para sentirlo mas profundo y con un sonoro jadeo soltó todo el semen en el interior de su cazador.
Aun con respiraciones que se tenían que regularizar y con el cuerpo envuelto en sudor miro a su amado bajo él, sin pensarlo se agachó y con destreza hundió sus colmillos en la suave piel del cuello del pelo plateado que abrió sorprendido los ojos soltando otro quejido tensando su cuerpo, -¡Kaname!- colocando sus manos encima del firme pecho lo intento apartar aunque no sabia describir si sentir placer o dolor. El pelo castaño solo dio unos hábiles sorbos volviendo a cerrar la herido pasando la lengua por encima, para luego volver a mirar al joven aun saboreando la sangre. Zero que lo miro con un mohín paso sus manos por el cuello para besar a su sangre pura, probando así su propio sabor de la sangre. Se apartaron solo un segundo para sonreír en satisfacción para luego volver a besarse como si no hubiera un mañana.
 
 
El chirrido de los pájaros que se escuchaban cantar o el sonido de las abejas zumbar en el jardín entraban por una de las ventanas del la mansión de Kuran donde hoy se concentraban personas de alto cargo, reunidos en una gran mesa rectangular para discutir ciertos aspectos para mantener la paz entre razas, Kaname que dirigía el mando se encontraba justo ante esa ventana de la que entraba una suave brisa primaveral dando uno de sus tantos discursos que estaban a la orden del día, mientras todos los demás le ponían atención, -creo que tenemos varios temas aun por concluir…- mientras hablaba pasaba la mirada encima de sus invitados cuando de pronto noto como la puerta fue abierta y vuelta a cerrar sin nadie a la vista, extrañado quiso proseguir, -espero escuchar sus…- de repente noto como alguien le tiraba del pantalón a la altura de las rodillas, miro sorprendido hacia abajo para encontrarse con unos grandes ojos color amatista, un pelo ondulado plateado con dos trencitas con lacitos, -¡papi!- dijo una niña emocionada. Kaname no pudo reaccionar ya que la puerta volvió a ser abierta de par en par y un pelo plateado entro alterado en la sala, -¡Ai-chan!- grito dirigiéndose hacia donde se encontraba el sangre pura no sin antes hacer una reverencia ante los invitado,-g-gomen-nasai…siento mucho las molestias- dijo apenado para volver a caminar hacia la niña tomándola en brazos, -¡no no papii!- grito la niña intentando soltarse, -lo siento, no la pude retener- le susurro Zero dirigiendo una mirada exhausta al sangre pura volviendo hacia los invitados para disculparse una vez mas para posterior salir de la sala con una niña aun peleando en sus brazos. Kaname no pudo evitar reír por lo bajo con la escena, era demasiada graciosa, además de verle la cara de estupefactos a sus invitados, carraspeo, -siento mucho las molestias causadas- fingió entre gracia, -proseguimos…-
 
-¡Papi!- Kaname que después de una mañana exhaustiva se fue directo al salón para ver a su familia y como no para abrazar a su pequeña que salía corriendo a sus brazos cada vez que lo veía mientras caminaba hacia Zero para depositarle un beso en los labios, -veo que te dio la mañana- rio.
-Solo tiene ojos para ti- suspiro Zero.
-¿Celoso?- dijo mientras elevaba por el aire a la pequeña que se reía para luego darle un beso en la frente a su hija.
Zero sonrió al ver la escena tan tierna, -como para estar celoso- dijo mientras se pasaba un mano por el pelo haciendo relucir el brillo de un anillo en su dedo anular.
Cuatro años habían pasado y muchas cosas cambiado, luego de volverse ahora si pareja oficial del sangre pura y contraer matrimonio llego algo que creó imposible que volviera a pasar, el embarazo y nacimiento de su preciosa niña a la que llamaron Ai Kuran que pronto cumpliría dos añitos y no solo eso había pasado…
La puerta del salón fue abierta y un alterado Ichiru entro, -¿Alguien ha visto a Zen?- dijo con claro enfado.
-Seguro esta con Haruka- le dijo Zero tranquilo.
-Como no…- suspiro Ichiru saliendo del salón para toparse en el pasillo con su sobrino, -Eita ¿has visto a Zen?- el niño de nueve año que no despegaba la vista de su libro solo señalo en dirección al jardín, -esta con Haruka- dijo sin quitarle atención al texto entre sus manos, entrando ya también al salón para saludar a sus padres.
Ichiru suspiro saliendo al jardín donde un niño de tres añitos con bello cabello rubio y unos ojos verdes oliva corría detrás de un joven Haruka, -aquí estas pequeño- dijo tomando en brazos al chiquitín y si, por sorpresa de todos sobre todo la de Ichiru, él también tuvo la suerte de tener un fruto de su amor. 
Y así pasaron los días en la mansión Kuran, una mansión que en un principio fue fría y hostil fue convertida en un lugar seguros y llenos de vida.
 

Notas finales:

Buenooo…¿Qué les a parecido? ¿Demasiado amor para vuestros corazones? No soy nada fan de los finales infelices, siempre fue mi intención de que tengan un familia feliz después de todo lo que han pasado los dos, creo que se lo merecen, pero ¿que les parece a ustedes? ¿Alguna critica? Me encantaría escucharla, como ya sabéis es mi primer fic y gracias a vuestra opinión puedo mejorar. Como dicho, esto no es una despedida, ya que hay un pequeño prologo en camino, así que espero escuchar pronto de ustedes, mil gracias por seguirme, ¡les quiere mucho Yakinori! Muak


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