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Weisser Schnee por Yakinori

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Notas del capitulo:

¡¡Laliho Mina!! ¿Me han echado de menos? Jiji Aquí va por fin otra parte de mi historia, me divertí muchísimo escribiendo este capítulo…así que espero que sea de su agrado.
En esta parte aparecen personajes nuevos, que son única y exclusivamente productos de mi imaginación, espero que alguno que otro les caiga simpático :) 
Agradeceria cualquier review para conocer vuestra opinion pero sin nada más, les dejo disfrutar de este nuevo capítulo ¡¡Itadakimasu!!

 

-¿Zero?... ¿eres tú?- una voz lo saco de su merecido descanso, abrió sorprendido los ojos porque alguien lo llamaba y más sorprendido se quedó al ver quién era la persona que se encontraba ante el…. ¡no podía ser!
 
Capítulo 4
 
No lo podía creer, ¡pensaba que estaba muerto!  En medio de la pelea contra Rido ¡lo había visto terriblemente herido! pero entre tanta confusión de repente desapareció, como si la tierra se lo hubiera tragado. Zero lo había buscado por todas partes, pero después de un año se dio por vencido, creyéndolo muerto. Pero ahí estaba, no tenía que mirar dos veces para verificar de quien se trataba ya que el gran parecido consigo mismo le delataba… era sin duda su hermano pequeño Kiryuu Ichiru. 
-¿I-Ichiru?...como es posible…- se levantó Zero y se acercó despacio hacia la presencia de aquel hombre que se le parecía tanto, levanto su mano y le toco la mejilla para cerciorarse de que no se trataba de un fantasma – tu…estabas herido…yo…pensaba que estabas muerto- Zero seguía  confundido, pero una alivio inmenso se le hiso presente y sin pensárselo dos veces, abrazo a su hermano –Ichiru- susurraba.
-Zero…yo, lo siento mucho- el hermano menor se aferró al mayor. Alguna que otra lagrima fue derramada por la alegría del encuentro. Se quedaron unos instantes en esa posición, abrazándose hasta estar del todo seguro que esto no era ilusión, cuando la emoción inicial cedió se separaron un poco, sonriéndose el uno al otro con alegría, el mayor secándose las lágrimas recién caídas –Tenemos tantas cosas de que hablar Zero-
El mayor de los dos asintió –Si, hay tantas cosas que han pasado y tengo tantas preguntas que hacerte- 
-Sí… solo espero que el sermón que me vas a echar no sea tan grande- reía ahora Ichiru y Zero sonriendo le dio un ligero toque en la cabeza. Sin duda este era su hermano pequeño –Pero primero cambiamos de lugar, esto no es el mejor sitio para charlar cómodamente, ¿qué te parece si vamos a donde vivo y nos sentamos a hablar con un buena taza de té?- preguntaba Ichiru y sin esperar por la respuesta de su hermano lo tomo de la mano y empezó a caminar.
 
Entraron en una casa, parecía bastante humilde ya que era pequeña, con un lindo porche en la entrada, sin ningún objeto valioso, solo tenía lo más imprescindible. Estaba algo más apartada de las casas centrales del pueblo, rodeada de pasto verde y árboles, además se podía escuchar un pequeño rio muy cerca, dejando una sonido tranquilizador en el ambiente.
-Pasa hermano- invitaba Ichiru a su hermano mayor ya que Zero se quedó pasmado delante de la entrada, pero no lo podía evitar, el lugar era tan bonito que el único pensamiento de Zero era que esto sería perfecto para criar a su hijo.
-¡Vamos vamos!- decía Ichiru al no ver ninguna reacción de su hermano, así que lo agarro de los brazos y lo jalo hacia el interior, sentándolo en una de las sillas junto a la pequeña cocina.
-¿Aquí es donde vives Ichiru?- decía finalmente Zero saliendo de su asombro.
-Si… este es mi pequeño paraíso- sonreía el menor felizmente, orgulloso de su pequeña casita.
-Es todo muy bonito, nuestra casa era muchísimo más grande pero aun así… esto me recuerda un poco a nuestro hogar- eran las palabras melancólicas de Zero.
La mirada de Ichiru también se volvió melancólica –tienes razón, intente hacer todo lo posible para darle un toque… familiar- y el ambiente se volvió algo triste…  –Bueno… ¿prefieres té o café?- cambiaba rápidamente de tema el menor.
-Té está bien- volvió a sonreír Zero, mirando ahora la espalda de su hermano ya que este se dio la vuelta para preparar lo indicado. 
 
Una taza humeante se encontraba delante de los dos hermanos y un silencio se formó. Zero tomo entre sus manos la taza caliente, mirando pensativo el contenido. Ichiru le daba unos sorbos a la suya, mirando detenidamente al hombre que se encontraba sentado en una de las sillas de la mesa. Zero no había cambiado en nada, solo había una cosa que notaba en él, su hermano parecía…como decirlo…triste, tenía mucha curiosidad por saber que hacia ahí.
-Ichiru…- empezaba finalmente el mayor de los dos –quiero saber qué es lo que paso…- iniciaba Zero con una mirada seria, haciéndolo saber con eso de que no le podía mentir.
El menor suspiro… no sabía por dónde empezar, así que comenzó por el principio – Después de que murió Shizuka y después de que Rido me hiriera mortalmente, sabia de que mi hora había llegado…-
 
 
Flashback
 
Aun podía escuchar el sonido de la batalla a lo lejos, retumbaba en su oído, escuchaba disparos, seguramente de la bloody rose o del maestro Yagari… era algo que ahora mismo le importaba muy poco… el tenia mayores problemas en esos momentos. La gran herida que tenía en su costado derecho significaba para el solo una cosa… su muerte estaba muy cerca, sentía que se le escapaba la vida por aquella herida, sentía la sangre correr por ella, mojando su ropa de un color rojo y dejando un charco a cada paso que daba. No sabía porque huía de ahí si era consciente de que iba a morir de todas maneras, a la mejor no quería ver la cara llena de lágrimas de su hermano al verlo morir, no quería volver hacerlo pasar por un mal momento, ya bastante daño le había hecho, sinceramente no se merecía otra cosa que morir por su pecados cometidos…  de lo único de lo que arrepentía es no haber podido matar a Rido para vengar a Shizuka y… nunca haberle dicho a su familia que les quería. Lagrimas corrían ahora por sus mejillas. Nunca…nunca los quiso ver muertos ¡no quería hacerle daño a Zero!, ¡pero era tan débil que se tuvo que agarrar de alguien sin depender de su familia, pero todo salió mal! ¡Si tan solo no hubiera nacido todo sería más fácil! 
Ichiru cayó de rodillas, ya no le quedaban más fuerzas, duras lágrimas caían al suelo, juntándose con el color rojo de su sangre, su vista se empezó a nublar y tosió con última fuerza, escupiendo más sangre. Ichiru se recostó sobre el mojado suelo, mirando el cielo por última vez –Zero…perdóname- susurraba pesadamente, esperando que este le podía escuchar en algún lugar, cerrando cada vez más sus ojos esperando encontrarse pronto con el otro mundo.
 
 
Pasos se escucharon, un joven recién llegado había captado un intenso olor a sangre en la zona, así que corriendo siguió su rastro y cuál era su sorpresa cuando vio tendido ahí el chico pelo plateado, se acercó a pasos lentos al cuerpo herido –Veo que te toco fuerte… - sus instintos superiores le decían que aquel joven aún seguía con vida, pero estaba a punto de dar su último suspiro. El recién llegado se arrodillo al lado del cuerpo del chico y sin perder tiempo mordió su propia muñeca con los blancos colmillos que le sobresalían, apretó la mandíbula del herido con su otra mano para que este abriera la boca a la fuerza, acerco su muñeca dejando caer las gotas de su propia sangre por la garganta del pelo plateado, contemplándolo silenciosamente durante ese acto. Ichiru vagamente se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, solo que de pronto pudo sentir un sabor metálico en su boca, intento abrir sus ojos, pero por mucho que se esforzaba era inútil, ya no tenía fuerzas  –…con esto será suficiente- decía el joven más para sí mismo, lamio los pequeños orificios de su muñeca y se levantó – lo siento pequeño…pero tengo mucha prisa… cuando todo haya acabado volveré a por ti, mientras tanto…- se quitó la chaqueta que llevaba puesta y la puso encima del pelo plateado –…esto te mantendrá calentito hasta entonces…cuídate- sonreía el desconocido y salió corriendo de ahí, probablemente hacia el campo de batalla. El último recuerdo que le quedo a Ichiru antes de caer en la oscuridad era la cálida voz de aquel joven.
 
Dolor, sentía mucho dolor, pero si en verdad sentía dolor ¿significaba que no estaba muerto? O se encontraba en el mismo infierno… pero había una luz, era tenue, pero está ahí, quería abrir los ojos, lo intentaba una y otra vez, pero eran muy pesados, pero al final uno de los intentos fue fructífero y lentamente pudo abrirlos, encontrándose con la vista nublada, pero pudo divisar el foco de luz, entonces… realmente no estaba muerto.
-¡Hola muchacho!… ¡por fin vuelves al mundo de los vivos!- era una voz bastante animada, pero no la reconocía, intentaba verlo pero su vista aún estaba demasiada nublada.
-Tranquilo chico, aun estas muy débil así que no te esfuerces, ya verás que pronto volverá todo a su sitio- la voz lo tranquilizo tanto que volvió a cerrar sus ojos, necesitaba recuperarse, al menos ahora sabía que realmente seguía en el mundo de los vivos.
 
No sabía cuantos días habían pasado, pero su cuerpo le decía que lo bastante, así que esta vez sí que pudo abrir los ojos sin problemas, algo pesados, parpadeo un par de veces y al fin pudo ver algo con claridad, lo primero de lo que se dio cuenta era que estaba en un lugar desconocido para él, no parecía ser una habitación de la academia Cross. 
Se abrió la puerta y un hombre entro.
-¡Al fin abres los ojos muchacho!- decía el hombre muy animado. ¿Quién era? No lo conocía, era un hombre entre sus 30, bastante corpulento, de gran estatura, pelos negros ondulados, una barba de tres días y gafas. Definitivamente no conocía al hombre.
-… ¿Dónde estoy?- eran las primeras palabras que salían de su garganta después unos cuantos días seguro, hasta le ardía la garganta al pronunciar esa pregunta.
 -Toma, bebe algo de agua- el hombre le tendió una botella de agua e Ichiru la acepto con gusto, incorporándose, pero ahí una punzada muy fuerte le hiso gemir y todos los recuerdos de lo pasado volvieron como una balsa de agua encima de él. ¡¡Debería estar muerto!! ¿Qué había pasado? ¿Acaso este hombre lo salvo? Miro hacia el hombre.
-Tienes muchas preguntas ¿no muchacho?- el hombre se sentó en un asiento junto a el – Tranquilo, las contestare todas, pero primero de todo déjame presentarme… mi nombre es Hajima Shoga y soy médico… sabes muchacho, tuviste mucha suerte de que me topara contigo jajaja- reía el hombre. Ichiru lo miraba estupefacto, entonces si era el quien lo había salvado, pero…. Ichiru paso un dedo por sus labios, aquel sabor metálico todavía yacía en su boca ¿era ese hombre acaso un vampiro?
-Dormistes 6 días enteros… tendrás un hambre de lo más grande, que te parece si comes algo mientras te contesto tus preguntas- Ichiru asintió, sinceramente le gruñía el estómago al solo escuchar 6 días sin comida.
-Vale… vuelvo en un segundo- el hombre se levantó y salió de la habitación, dejando a Ichiru metido en sus pensamientos.
 
Si lo había entendido bien se encontraba ahora mismo en un hospital cerca de la academia Cross, ese hombre llamado Hajima que era de un pueblo lejano solo se encontraba por la zona debido a motivos profesionales… al volver a su hostal lo había encontrado casi muerto pero tapado con una chaqueta… el hombre se rio al contarle ese detalle, preguntándole a Ichiru como se podía haber tapado si se estaba muriendo, dejando a Ichiru con ganas de pegarle…  pero volviendo al tema….. ¿Qué haría el ahora? Sinceramente no sabía cómo seguir adelante, ¿volver a la academia? No tenía nada que hacer ahí… puede que para todos sería mejor que pensaran que estaba muerto, así le evitaría más problemas a Zero. Reconsiderándolo mucho y hablando con Hajima había decidido irse con él hacia ese pueblo lejano y empezar una vida nueva.
 
Fin de Flashback
 
-Hajima es el medico de este pueblo y gracias a él pude empezar una vida nueva y con algo de esfuerzo me compre esta casita y abrí una pequeña frutería, la vida en el campo es muy dura, pero el aire aquí fuera me viene muy bien para mi cuerpo débil- terminaba de relatar Ichiru mirando concentradamente la taza que tenía entre sus manos, con el ahora frio líquido.
Zero se le quedaba mirando muy sorprendido, ¡su hermano había pasado por un infierno! Y él no ha podido estar ahí para ayudarlo.
Zero puso una mano encima de la de Ichiru y lo miro seriamente. Ichiru levanto la cara sorprendido debido al cálido tacto de la mano.
- Ichiru… quiero que sepas…que en ningún instante de mi vida te he culpado por lo que ha sucedido…siempre has tenido mi perdón… así que deja por fin de atormentarte -  Ichiru abrió sus ojos desmesuradamente y de repente… se derrumbó, cayendo de rodillas al suelo... lloro, lloro como nunca lo había hecho, toda la tensión, todo su tristeza, su odio hacia sí mismo, todo había desaparecido con esas palabras
Zero sabía que su hermano necesitaba desahogarse… necesitaba el apoyo de alguien. Se arrodillo ante él y lo tomo en brazos.
-¡Zero…yo…lo siento mucho! ¡Nunca quise verlos muertos! ¡¡No quería hacerte daño!!...todo…¡todo es mi culpa!… hnn- lloraba desesperadamente Ichiru, aferrándose a la camisa de su hermano, buscando consuelo y calor –yo…me sentía tan solo- lagrimas tan cálidas y dolorosas mojaban la camisa de Zero.
Zero lo abrazo fuertemente, demostrándole que a partir de ahora nunca jamás se volvería a encontrar con aquella soledad – Lo siento Ichiru, siento no haber estado ahí para ti… prometo que a partir de ahora nunca estarás solo… volveremos ser una familia- los sollozos y lágrimas tardarían en cesar, pero al fin se habían vuelto a encontrar y ahora nunca jamás se soltarían.
 
 
La noche había caído y la luna con su típica sonrisa iluminaba la oscuridad de la noche, en la pequeña casita junto al pueblo había luz prendida y humo salía de la chimenea. Zero e Ichiru estaban sentados en una alfombra, delante de la calentita chimenea. Después de haberse tranquilizado Ichiru, habían cenado, se habían bañado y cambiado de ropa a una más cómoda para la noche, volviendo a retomar la conversación, tocándole ahora a Zero a relatar su historia.
 
-Ya veo… lo has tenido que pasar muy mal… ¿entonces estas huyendo de ese tal Kuran Kaname?, ¿no es ese el sangre pura?- Zero asintió – ¿pero porque huyes justo ahora y no en el momento que te ataco?-
Zero se sonrojo de repente, dejando a un Ichiru sorprendido, que lo miraba detenidamente…  – ¡Zero… no me digas que! ¡¿Te has enamorado de tu violador?!- decía Ichiru horrorizado.
-¡¿QUE?!... ¡NOO! ¡POR SUPUESTO QUE NO!- decía Zero totalmente sonrojado –Veras Ichiru… yo tampoco lo sabía y si ese mal nacido no me hubiera tocado nunca lo sabría- Ichiru ahora si estaba intrigado –bueno… Ichiru… vas a ser tío- decía finalmente Zero todo rojo.
-¡QUEEEE!- si estuviera sentado encima de una silla ahora mismo estaría en el suelo de la sorpresa -¡¡¡¿Dejastes embarazada a la chica del pelo castaño y por eso ahora huyes del sangre pura?!!- 
-¡¡¡QUE NO IDIOTA!!!- gritaba Zero dándole en la cabeza con el puño -¡¡YO SOY EL DESGRACIADO QUE VA A PARIR!!-
-¿Me estás diciendo que tú eres uno de esos pocos privilegiados que…? Pero entonces…- Ichiru abrió los ojos como si acaba de ver al mismo dios – ¡¡OH NO!!…Si tú puedes… ¡entonces yo!- Zero cruzaba los brazos como diciendo “¿recién te das cuenta?”.
-¿Me estás diciendo realmente de que somos privilegiados y que tú vas a tener un bebe?- Zero asintió, esperando que el cabeza hueca comprendiera finalmente – ¡¡ZERO ESTO ES GENIAL!!- gritaba entusiasmado Ichiru y abrazo fuertemente a su hermano –digo…no por las circunstancias de como paso…lo digo por la criatura que estas esperando- reía Ichiru – ¡Mañana mismo vamos a ver a Hajima-kun para que te oriente!- sonreía Ichiru.
Ahora hasta Zero tuvo que sonreír – Es una gran idea…-
 
Al día siguiente fueron a ver al loco medico como lo llamaba Ichiru y tenía razón, el nombre le quedaba a la perfección. El hombre después de enterarse de su estado lo había estrujado contra su pecho dando vueltas con él por toda la habitación, claro que Zero se había mareado de tantas vueltas y le tuvieron que dar un vaso de agua con azúcar para recuperarse de tal recibimiento. Ichiru se reía ante la situación repitiéndole “ves te lo dije que está loco” empezando este una discusión con el médico, Zero tampoco se pudo reprimir una carcajada al ver eso, su hermano se llevaba muy bien con el hombre que lo había salvado.
 
Meses pasaron, meses de los más felices para el pelo plateado. Zero contra la voluntad de su hermano había insistido en ayudar en la tienda, mientras Ichiru se encargaría del pequeño huerto que tenía detrás de la casa y de la mercancía, así como de cargar y descargar las frutas, porque según él, Zero no podía levantar cosas pesadas, Zero con un mohín le repetía una y otra vez que solo estaba embarazado y no enfermo, pero el hermano menor insistía, así que al final Zero se quedó al cargo de atender a la clientela. Había sido bien recibido en el pueblo, todos apreciaban mucho a los gemelos y hasta tenían el mote de “los príncipes” por la incondicional belleza que poseían los dos, pero había algo que hacía a Zero más bello de lo que ya era y eso era su abultada barriga de siete meses que tenía, muchos vecinos paraban apropósito en la pequeña tienda, solo para tocar la barriga de Zero, ya que según ellos era una bendición tener a un joven con esa condición en el pueblo, Zero los recibía con mucho gusto… se sentía bien ser querido por todos.  Gracias al loco Hajima, tenía un control sobre su embarazo y ya estaba mentalmente preparado para la hora del parto, tenía muchas ganas de ver por fin a su pequeño.
 
 
Lejos de ahí en la academia Cross había un ambiente totalmente diferente, después del verano había vuelto los estudiantes, retomando su rutina en las clases. 
-…entonces lo único que me falta hacer es mandar esas invitaciones… el tema de seguridad ya está resuelto y el catering también está preparado… solo falta que me digas al fin la hora exacta y listo, después tienes que ir a ver el salón para que me des tu visto bueno…ya sabes que… ¿Kaname?...¿me estas escuchando?- el atractivo rubio con apellido Ichijou se encontraba ya desde hace unas horas en el despacho del rey, intentando arreglar con Kaname los últimos detalles de la gran fiesta anual de vampiros, que se celebraba cada año en la academia. Todavía había muchas cosas que arreglar, pero el castaño se encontraba todo el tiempo mirando a las nubes, dejando al pobre Takuma hablando con las paredes. El ojos esmeralda suspiro resignado, ya era la tercera vez que le tenía que llamar la atención – Kaname, me encomendaste con los preparativos de esta fiesta, pero aun necesito tu visto bueno, no por nada eres el presidente de la asociación, así que te pido solo unos minutos más de tu atención y ya te dejo solo volando en tu imaginación- Takuma conocía al castaño mejor que nadie, no por nada era su mejor amigo, por eso solo a él se le estaba permitido hablarle de esa manera sin que el sangre pura lo linche. 
-Lo siento Takuma… me encuentro algo cansado- decía Kaname pasándose la mano por sus ojos cansados, ser presidente era agotador y más si habían fechas tan especiales por delante –pon la hora de siempre y después me pasare a ver el salón- 
Takuma se le quedo mirando unos instantes, en verdad desde hace unos meses el castaño estaba demasiado abatido, no quería echarle la culpa a nada en especial, pero el rubio sabía demasiado bien el porqué del estado de su amigo –Vale… me quedare satisfecho por ahora, pero quiero que retomes tus fuerzas después de descansar… volveré más tarde para hablarte de los últimos detalles-
-Gracias Takuma… solo dime después quienes son los sangre puras que van a asistir… tengo que preparar mentalmente el debate con ellos- Kaname apoyo los codos en la mesa, mirando a su amigo agradecido.
-Hecho… descansa, que así no eres persona- le sonreía el rubio levantándose para dirigirse a la puerta y terminar su trabajo.
-Lo intentare… para que no me vuelvas a regañar- decía Kaname burlón.
-Te tomare por la palabra- reía Takuma saliendo por la puerta del despacho. El castaño sabía que el trabajo del rubio iba a ser perfecto, era su hombre de confianza, su mano derecha y su mejor amigo, podía confiar plenamente en él.
 
Kaname se hecho para detrás en su gran silla, recostando su cabeza en el respaldo, cerrando los ojos. En los últimos meses todo se estaba volviendo patas arriba, no por su trabajo como presidente, ni por la academia, todo iba perfecto… ere su vida privada que iba de mal en peor, Yuuki estaba infeliz y todo gracias al pelo plateado, desde su huida en la mirada de su hermana solo había tristeza. Mando a su escuadrón de amigos en la búsqueda del cazador, pero ni rastro… después de algunos meses abandonaron el intento de encontrarlo…  ¿Dónde se había metido? ¿y porque había huido? Eran las preguntas que giraban todos los días alrededor de Kaname, pero no tenía respuesta ninguna. Nadie sabía nada, ni la doctora, ni Cross, ni Yuuki… no había dicho nada, solo una carta fue encontrada con las palabras “lo siento” grabado en ella. Kaname le daba vuelta a las cosas, buscando ahora el motivo de la huida del cazador, muy en su interior se culpaba a sí mismo, pero tan rápido había aparecido esa idea por su cabeza la reprimía otra vez ¿Por qué debería haber huido el cazador por su culpa? ¿Era por lo que había pasado aquella noche? No podía ser, porque los siguientes dos meses lo había tratado igual que antes, más indiferentes… pero estaba igual, así que no podía ser su culpa. Sea como sea, ya se le acabaron las ideas, ahora lo único que quería es volver a ver la sonrisa de su Yuuki y prosperar en su relación con ella de alguna manera.
 
 
-¡¡¡Zero-chan, Zero-chan!!! ¿¿¿Cuando viene él bebe???- una pequeña niña de unos cinco años se encontraba en la tienda de los gemelos y como no… estaba igual que todo el pueblo impaciente por el nacimiento del pequeño Kiryuu.
-Mi-chan…le hiciste la misma pregunta a Zero ayer y esta mañana te volví a repetir que todavía quedan unas semanas- decía la joven madre de la niña –Lo siento Zero… como puedes ver mi hija sigue ansiosa como siempre, tendrás que escuchar la misma pregunta hasta que nazca-  
-No pasa nada señorita Fuchida yo estoy igual de impaciente que su hija- sonreía también Zero entregándole la bolsa con frutas a la mujer –Mi-chan veras que pronto podrás jugar con el pequeño- decía Zero acariciando la cabeza de la niña y ella lo miraba con ojos grandes –Zero-chan, ¿será niña?- preguntaba la niña haciendo reír a los mayores –No lo sé pequeña, eso es algo que sabremos cuando llegue- le sonreía abiertamente Zero a la linda niña.
…-Vaya, está empezando a hacer frio- Ichiru entraba por la tienda cargando una caja de frutas, llamando la atención de los demás – Oh señorita Fuchida, buenas tardes… hola pequeña princesa- decía el menor de los Kiryuu al percatarse de la presencia de los clientes, dejando la caja en uno de los paneles  – ¿Se han dado cuenta que desde esta mañana no paran de pasar coches y carruajes de lujo por el pueblo?- decía Ichiru mirando curiosamente para fuera.
-Tiene razón, parecen ser gente de alto rango o con mucho poder, ¿habrá una fiesta cerca?- preguntaba curiosa la mujer.
-Ya decía yo que escuchaba demasiado movimiento- decía Zero dando un paso fuera de la tienda para cerciorarse el mismo de ese espectáculo y despidiendo a la señorita Fuchida y su linda hija.
Era verdad, de vez en cuando pasaba algún que otro vehículo de alta gama, no era raro ver coches de tránsito por el pueblo ya que este partía dos ciudades muy importantes y no era eso que llamaba la atención de Zero, sino la extraña pero no desconocida reacción de su cuerpo, tenía un fuerte sentimiento de protegerse, pero no por él, sino por la vida que crecía en su interior, además sentía de una intranquilidad que hacia hervir su sangre de cazador. El olor que le llego era inconfundible, esas criaturas que estaban de paso eran sin duda aquello que odiaba tanto. Poso sus manos en señal de protección en su barriga de ocho meses. El pequeño se estaba moviendo demasiado, ¿también sentía esa inquietud?  
-Discúlpenme…-  un bello joven apareció, llamando la atención de los ahí presentes, era realmente hermoso, tenía el pelo corto de un color negro azabache, figura esbelta con ropas muy elegantes, pero lo que más llamaba su atención eran sus ojos, eran de un color azul hielo, tan transparentes que daba miedo caer en ellos, ese hombre era lo que uno llama vampiro, Zero se dio cuenta con su sola presencia, pero no era un vampiro cualquiera, ese chico era una de los poco sangre puras que quedaban en ese mundo y por lo tanto especial y con mucha autoridad. Las alarmas de Zero estaban en su máximo esplendor ¿Qué hacia un sangre pura ahí?
-Perdonen las molestias, llevamos un largo viaje encima y me parece que nos hemos desviado del camino, me podrían indicar dónde queda la cuidad de Mushima- eran las palabras del bello joven.  Que pésima escusa, seguro que ese sangre pura tenía bastantes perros sirviéndole que podrían hacer esa pregunta por él. Zero cambio su mirada a una desafiante, si tenía que enseñarle las garras a ese vampiro para que se largara de ahí, que así fuera. 
Ichiru se dio cuenta del cambio en Zero, por sus venas también corría la sangre de los grandes cazadores, con lo cual supo enseguida de quien se trataba la persona ante él. Con la intención de apoyar a su hermano también intimido al vampiro con su mirada.
-Vaya vaya… esto sin duda son los ojos de unos cazadores, veo que no se les puede engañar… pues entonces vamos directamente al grano- el joven no paraba de mirar a Zero de arriba abajo, lo que hiso al cazador dar un paso atrás –saben, siento una presencia muy poderosa… la presencia de uno de mis enemigos por naturaleza, si ese amigo por naturaleza prospera con descendientes entonces significa para el resto de criaturas con el mismo estatus que yo seguir bajo la tutela de ese enemigo…y saben, no me gustaría seguir por mucho tiempo bajo los mandos de ese….amigo- reía por lo bajo el joven, dejando a Zero en estado de shock ¿ese vampiro sabía acaso que estaba esperando el hijo de Kuran Kaname?...  ¿Cómo?  Zero dio otro paso hacia atrás ¿Lo iba a matar? 
Ichiru enseguida se dio cuenta del peligro y se puso delante de su hermano en protección – señor, no entiendo de lo que me está hablando y tampoco nos interesa…le pido por favor que abandone inmediatamente este lugar, esto es solo una advertencia, pero si vuelve a pisar este pueblo, tenga por seguro que no acabara pacíficamente- los ojos de Ichiru sacaban chispas, no era tan fuerte como Zero pero seguía siendo descendiente de los Kiryuu y eso se notaba. El vampiro lo miro unos instantes algo serio, pero una sonrisa falsa volvió aparecer en sus labios –Bien… pero tengan por seguro que esta no será la última vez que nos vemos las caras- el vampiro hiso una leve reverencia, se dio la vuelta y se marchó de ahí subido en su vehículo de lujo.
Zero temblaba y un miedo inmenso recorrió su cuerpo ¿Cómo se había dado cuenta ese sangre pura que estaba esperando el hijo de Kaname si aún no había nacido? ¿Podían los sangre puras acaso darse cuenta de la presencia de otro con su misma sangre aunque este todavía no había nacido?... ¿Y ahora qué? ¿Irían a por el para matar a su hijo? Zero sabía que en la sociedad de los sangre puras todavía no había esa paz que tanto deseaba su padre adoptivo, de hechos… muchos solo esperaban encontrar a los Kuran con la guardia baja para quitarles su estatus y también sabía que cuantos más descendientes tenga un sangre pura, más poderoso es. Por eso se escondía de Kaname, porque si supiera que está esperando un descendiente… aunque sea con un cazador y vampiro de clase baja… se lo quitaría… y ahora tenía otro problema, si esos vampiros sabían que estaba esperando el hijo de su rey ¿entonces vendrían a por el para matarlo?. Tenía mucho miedo de perder a su hijo. Suaves lágrimas caían por su cara de la desesperación.
Ichiru que se dio cuenta del debate mental de su hermano lo abrazo fuertemente, protegiéndolo de cualquier mal, él sabía exactamente lo que atormentaba a su hermano  –Zero escúchame, ellos pueden saber que estas esperando el hijo de Kuran, pero ellos no saben de qué estas huyendo de él, ¿tú sabes lo que haría Kuran si supiera que han matado a su hijo?... seguro que los llevaría al mismo infierno, si vuelve a aparecer, entonces le amenazamos con el mismo Kuran…  así que no te preocupes, esa gente tiene demasiado miedo de su líder, aunque no lo parezca… - Zero algo más calmado asintió.
-Puede que tengas razón…pero hay una cosa más que me tiene preocupado… dijo que iba de camino hacia Mushima- Ichiru miraba a su hermano sin comprender –Mushima… es la ciudad próxima a la academia… eso significa que Kuran los ha llamado para una de sus juntas… si eso es verdad y ese vampiro sabe que estoy esperando el hijo de Kuran ¿Qué pasara si se lo dice?- Zero miraba desesperado a su hermano. Ichiru lo miro unos instantes pensativo y volvió a abrazar a su hermano – No creo que Kuran se trague una historia así ya según tú…no se acuerda de lo que te ha hecho y nunca le has importado… te preocupas demasiado hermano-
Zero volvió a asentir, tardara unos días para olvidarse de este encuentro.
 
 
La luna llena brillaba en su máximo esplendor,  anunciando las altas horas de la noche. Un disimulado bostezo salió de la boca de Kaname. Este tipo de fiestas eran de lo más aburridas y falsas que había visto aunque todo en general había transcurrido mejor de lo esperado… empezando con el recibimiento en la entrada junto a Cross y su hermosa Yuuki, que por cierto esa noche se encontraba de lo más bella, llamando la atención con su traje coctel de un suave rosa y un tocado en su cabello recogido, parecía toda una dama…siguiendo con el discurso en la gran sala siendo bien recibido por sus invitados, después toco la cena con las más finas variedad de deliciosos platos gourmet, dignos de palacio… posteriormente dio comienzo el baile y como todo rey que era abrió el baile con la primera pieza de música junto a su linda Yuuki que brillaba como la misma estrella en el cielo. Después del baile había mantenido una discusión en privado con los otros sangre puras… era el momento que más temía… no, temor no era la palabra correcta, más bien le daba pereza ya que esos sangre puras eran duros de roer… se había esperado más resistencia por parte de ellos, pero al final habían comprendido su posición, aunque sabía que esta no sería la última disputa que mantendría con ellos… además de que solo habían aceptado porque este no era ni lugar ni momento para oponerse, Kaname tenía demasiados seguidores entre los nobles y una batalla ahora sería como cavar sus propias tumbas. Pero dejando política de lado… todo había salido de maravilla, Takuma había hecho un gran trabajo, debería dedicarse a director de eventos y Yuuki como toda princesa que era y prometida había resplandecido.
Ya era bastante tarde, lo único que le quedaba en el plan era despedir a sus invitados, terminando con su deber.
-Como siempre una de las mejores veladas Kuran- una arrogante voz apareció a sus espaldas. Si ese no era el Hioshi Kuga, enemigo natural desde generaciones, su padre también había tenido confrontaciones con los Kugas, eran los más testarudos entre los sangre pura, simplemente no aceptaban el poder de los Kuran. Kaname sabía que aunque Hioshi había aceptado el pacto, era toda pura falsedad.
-Me alegro de que haya sido de su agrado, espero que tenga una agradable vuelta a casa y espero poder reunirme con usted en otra ocasión- sinceramente no lo deseaba, este joven le daba asco, por muy bello que era, su interior estaba podrido.
-Muchas gracias… espero con muchas ansias ver pronto su descendencia Kuran, aunque debería mantenerlo cerca y tener un ojo encima, ya sabes que hay muchos buitres por ahí a la espera de devorar a los más débiles- no sabía exactamente a que venía eso, pero si se refería a la futura descendencia que tendría junto a Yuuki entonces le tendría que dar una advertencia.
-Aguarde señor Kuga… no se tiene que preocupar por mi descendencia, estará en buenas manos…  ya que, como decirlo…a los buitres como los llama usted… me los suelo comer con las manos limpias y no es la única especie que devorare si alguien osa a tocar lo que es mío- de palabras calmadas empezaban a surgir palabras cada vez más cargadas de odio y parecía que hasta sus ojos se habían iluminado de un color rojo vivo, advirtiéndole a ese joven que nunca se acercara a sus pertenencias.
El ojos azul hielo carraspeo y hiso una reverencia –mis más sinceras disculpas, puede que me haya expresado mal… espero con muchas ansias nuestro próximo encuentro…si no le importa, me retiro, muchas gracias por su hospitalidad- por fin se había ido esa sanguijuela… ¡cómo se atrevió a retarle! La próxima vez que se encontrarían a solas pondría las cartas sobre la mesa, a ver si así aprende.
Volviendo a la fiesta, todavía le quedaba bastante por despedir, solo esperaba que una incidencia como aquella no se volviera a repetir.
 
 
-…y así es como hiso las paces Hajima con su mujer- reían los dos jóvenes Kiryuu en la mesa comiendo su cena – Enserio no sé cómo puede aguantar su mujer a ese talado sin echarlo de casa- reía Ichiru terminando su cena y levantándose para recoger.
-Tienes razón, Hajima es un talado en todas palabras… pero eso es lo que lo hace especial- sonreía Zero aun sentado. Ichiru también asintió con una sonrisa –Si, es especial… ¡Bueno! ¿Qué te parece si nos damos un merecido baño?- decía Ichiru terminando de recoger los restos de la cena.
-Si… lo tenemos más que merecido- decía Zero. Ichiru se adelantó para preparar el baño. Zero lo siguió con la mirada. Era muy feliz aquí con su hermano, hacia demasiado tiempo que no sentía esa felicidad, la mejor decisión que había tomado en su vida era irse de la academia, aunque de vez en cuando tenía ganas de escribirle a Yuuki y a Cross, pero eso sería como entregarse a Kaname en una bandeja de plata, así que guardaba esas ganas de comunicarse con ellos en lo más profundo de su mente.
Zero se levantó de su asiento para dirigirse al baño común, pero un pinchazo lo hiso pararse y tubo que mirar hacia abajo ¿Qué era toda esa agua?
-¿I-Ichiru?- llamaba Zero a su hermano.
-Zero… ¿vienes o qué?- decía Ichiru saliendo del baño para buscar a su hermano, pero este tenía una expresión rara en su cara – ¿pasa algo?- preguntaba curioso.
-Ichiru…yo creo que…me he meado encima- decía horrorizado Zero y otro pinchazo lo hiso doblarse.
-¿Qué? Vale que tengas la vejiga floja por él bebe Zero pero…oye… ¿te duele algo?- 
-Bueno… llevo ya un rato con dolores y pinchazos, pero cada vez son más frecuentes- decía Zero posando las dos manos encima de su redonda barriga.
Ahora era el momento de Ichiru de mirar a Zero horrorizado -¡¿QUE LLEVAS UN RATO CON DOLORES Y NO ME LO HAS DICHO?!- gritaba Ichiru desesperado.
-Bueno… se podían aguantar- las palabras de Zero eran tranquilas.
-¡DIOS ZERO! ¡NO TE HAS MEADO ENCIMA… HAS ROTO AGUAS!- Ichiru ahora se agarró los pelos desesperado -¿¿QUE HAGO AHORA??- gritaba Ichiru histérico.
-Tranquilo Ichiru… ¿Qué te parece si vas a buscar a Hajima? Las contracciones todavía no son del todo seguidas…así que quedara un rato todavía- si de algo se había informado bien Zero, era de cómo iba el parto… no contaba con romper aguas tan pronto pero si sabía cómo contar los minutos entre contracción o como llevar la respiración entre otras, pero con lo que realmente no contaba era con un hermano histérico.
-¡¡Si tienes razón!!- Ichiru agarro a Zero por la mano y fue con él a la habitación sentándolo en la cama – ¡Tu quédate aquí! ¡¡Y que no se te ocurra dar a luz sin mí y Hajima!!…¡vuelvo enseguida!- Ichiru salió corriendo de ahí como si el diablo lo persiguiera.
Así que había llegado la hora de ver la cara de su bebe, tenía muchos miedos pero más eran las esperanzas… reiría, lloraría y lo más importante… amaría a su pequeño con todo corazón, protegiéndolo con cuerpo y alma. Acaricio su barriga sonriendo.
-Todos te estamos esperando con muchas ansias mi pequeño… todavía no te he visto y ya te quiero… por favor sal sano y salvo- decía esperanzador Zero y otra contracción lo hiso aguantar el aire.
 
-Vale Zero…otra vez mas… esta vez puedes… vamos 1…2…3- Zero no sabía cuántas veces había empujado, solo quería que saliera ya…el dolor era desgarrador –vamos… no lo dejes ahí… sigue 5…6…7 ¡Ahí esta! Vamos Zero, otro empujón- ya no podía mas…. estaba agotado, con ultimas fuerzas y un grito que salió del alma empujo
Un llanto, el llanto más bello que a uno le puede llegar, el llanto del comienzo de una nueva vida irrumpía en la habitación y lágrimas corrían por la cara de su padre al ver la carita de su lindo ángel en sus brazos, por fin estaba ahí, el amor de su vida había nacido.
-Felicidades…eres padre de un lindo varón-  decía el medico con una gran sonrisa de felicidad. Ichiru que se sentó en el borde de la cama, mirando la escena y una emoción de lo más preciosa recorrió su cuerpo. Acaricio los pelos sudados de su hermano –felicidades hermano… tienes un verdadero ángel entre tus brazos-
-Si…un lindo ángel- y Zero deposito un cálido beso encima de la frente del pequeño –Bienvenido a este mundo- los pequeños copos de nieve bailaban grácilmente delante de la ventana, dando la bienvenida de una nueva vida en aquel frio mes de Enero.
 
 
Lejos de ahí Kaname que se encontraba en su oficina terminando sus últimos deberes, cuando algo lo hiso parar… se giró. Una gran luna iluminaba la oscura noche, entrando por el ventanal de su despacho. No sabía que era, pero algo en su interior le decía que parte de su alma se encontraba ahí fuera….
 

Notas finales:

¡¡POR FIN ESTA AQUÍ MINI KIRYUU!! ¿Se esperaron que fuera un varón? ¿Qué carácter y aspecto tendrá? ¿Más de Zero o de Kaname? 
Otro punto importante, ¿Se esperaron de que Ichiru apareciera? ¿Quién es su verdadero salvador?
Muchas preguntas y todas serán contestadas en los siguientes capítulos ¡Gracias por leer Yakinori y hasta la próxima actualización!
 


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