Que cansancio. Me froto los ojos y suspiro. La luz de la pantalla de mi computadora comienza a irritarme los ojos, y aun me falta terminar los últimos detales de la propuesta de construcción.
— ¿Ollie?
— todo está bien— ah, no sé si es pregunta o no. Isaac me mira desde la entrada, tengo que entrecerrar los ojos para verlo mejor. Trae puesta una de mis camisas, una negra con el dibujo de una rebanada de pizza arriba de la palabra “Pizza” y unos shorts cortos con dibujos de los Simpson.
— ¿te falta mucho?
— ve a dormir, casi término— estiro las manos y bostezo.
— me dijiste lo mismo ayer, y antier ¿te falta mucho?— vuelve a preguntar. Miro el plano en la pantalla.
—no, no me falta mucho. Quizá una hora.
— ¿lo tienes que entregar mañana temprano?
— no, pero…
— bien, levanta tú trasero de allí y ve a bañarte— ¿Qué? me quedo mirándole— has estado desvelándote toda la semana, necesitas dormir bien. Si solo te falta una hora de trabajo puedes hacerlo mañana que vayas a tu trabajo. Ahora, vas a levantarte e iras al baño.
— pero Isaac…
— ningún trabajo esta antes que tu salud. Al baño, ahora— su tono mandón me hace salir del letargo— pero no olvides guardar tu trabajo y tener un respaldo. Si realmente tienes que terminarlo puedo despertarte temprano, y yo me encargo del desayuno para que lo termines.
— bien…— estoy cansado, no puedo negarlo. Me duele el cuello y apenas mantengo los ojos abiertos. Guardo mi trabajo y apago la computadora. Isaac sigue mirándome, no si ese atuendo le hace ver más amenazante— bonitos short.
— te conseguiré unos también.
— estoy bien así, gracias— bostezo otra vez. El agua caliente de la regadera logra relajarme un poco y me siento con un poco más de energía cuando salgo con mi ropa para dormir más cómoda que tengo: una camisa de mangas largas color gris y pantalones de franela a cuadros azul— no me di cuenta de en qué momento mi novio se convirtió en mi mamá.
— ya quisieras. Me preocupo por ti. No, no, no, no nos quedaremos aquí— me dice, y me impide sentarme a su lado— vayamos a la cama.
— pero aún es temprano.
— ¿Y? es tarde para pedir comida, pero podemos ver una película en la cama— ni siquiera opongo resistencia cuando me empuja a la habitación. La habitación no es muy amplia, no ocupamos mucho espacio aquí más que para la cama y la ropa— olvidaste doblar la ropa.
— sin duda, mi mamá.
— cállate— me da un codazo— comenzare a pensar que tienes un trauma o algo con tu mamá y eso es muy perturbador— me rio sin ganas. Isaac mueve la ropa a uno de los muebles, dejando libre la cama. Como quiero dormir. No puedo reprimir los bostezos. Le ayudo a Isaac con los cojines y al fin me puedo acostar.
— ay por…— que bien me siento. Suspiro, buscando una posición cómoda. Escucho a Isaac moverse por la habitación, cerrando la ventana, encendiendo la televisión, apagando la luz. La cama se hunde y él pasa por encima de mí para llegar a su lado de la cama. Intento no reírme— ¿hasta cuándo dejaras eso?
— no puedo llegar a mi lado— cuando comenzamos a vivir en la misma casa, decidir dónde iba a dormir cada quien fue un problema, porque los dos queríamos el mismo lugar y lo decidimos arrojando una moneda. Yo gane e Isaac hace esto desde entonces. Pude haber sugerido que nos turnáramos pero después de su protesta…— ¿quieres ver algo?
— me voy a quedar dormido, pon lo que tú quieras— Isaac está sentando en su lado, la espalda reclinada en la pared. Su mano comienza a acariciarme el cabello— si haces eso…— suspiro.
— lo sé. Duerme— estoy tan cómodo y tan cansado que el cuerpo me pesa… Me despierto con un empujón.
— ¿Qué…?
— lo siento…
— ¿Isaac? ¿Qué paso?— levanto la cabeza— ¿Cuánto dormí?— la televisión aún está encendida. Meter una televisión aquí fue idea de Isaac.
— como cuarenta minutos— gimo, dejando caer la cabeza en la almohada. Isaac vuelve a empujarme— lo siento, no es… no es mi intención. Esta película es de terror— volteo a la pantalla. No tengo idea de que película es, pero de pronto aparece algo o alguien que hace que Isaac se pegue a mí.
— ¿quieres que me quede despierto?
— tu…
— voy a intentarlo. Ven— extiendo el brazo, Isaac se apresura a acomodarse allí. Jalo una sábana y nos cubro con ella. Se está abrazando a mí como un koala— si te da miedo cambia el canal.
— pero no he visto esa película. Y solo me da miedo porque es de noche— siempre dice eso. Suspiro y cierro los ojos. La película no me interesa, ni me asusta.
— esa película se ve muy falsa— comento, aunque no la estoy viendo siempre me parecen así. Isaac respinga otra vez y una de sus piernas se enreda en las mías.
— ¿ya te dormiste?
— no— pierdo el tiempo que pasamos así, Isaac de vez en cuando pega brinquitos— si estuviera más despierto me reiría de ti. Si tanto te asusta cambia el canal— no abro los ojos. Pero escucho como comienzan las risas de un programa de comediantes.
— solo lo hago porque yo te mande a dormir y ahora no te dejo. Tienes que dormir— murmuro un gracias, no estoy seguro de que fuera entendible— Ollie ¿puedo dormir así hoy?— su cuerpo se pega más al mío. Quiero reírme, pero estoy tan cansado que no puedo. Estiro el brazo y le pego a mí.
— si estas muy asustado despiértame.
— no, está bien. No me asusto tan fácil y lo sabes— nunca hemos visto una película de terror en la noche. Ambos preferimos las películas de acción y las series. Siento la mano de Isaac acariciarme otra vez el cabello. Comienza a tararear una canción, no distingo cual… todo se siente cada vez más lejano.
Despierto con una punzada en el brazo. Isaac sigue abrazándose a mí, dormido casi encima de mí, con la boca abierta. Bostezo y estiro el otro brazo. es como una señal para Isaac, abre los ojos apenas me muevo.
— no me dejas verte durmiendo.
— eso es perturbador— él solo rueda hacia el otro lado. Y luego se sienta— ¿dormiste bien?
— sí— bostezo. No es porque tenga sueño— me siento muy descansando. Si necesitaba dormir.
—bueno…— se acerca a mi y me besa la mejilla. Sus dedos se enredan en mi cabello— siempre es un gusto invitarte a la cama.
— un placer acompañarte.
— hare el desayuno hoy— salta sobre mi para bajarse de la cama. Y vuelvo a notar el short.
— ¿Dónde conseguiste ese short?
— no te preocupes, te conseguiré uno— dice mientras sale de la habitación.
— ¡No es eso lo que quería decir! ¡Isaac!— me levanto, no podre decirle que no si me compra algo como eso. le escucho reír desde la cocina, y sé que es una batalla perdida desde ya.