La luz del sol me deslumbra cuando salgo. Después de estar en clases, en los salones casi oscuros, es un cambio muy repentino. Y justo porque estoy viendo todo es que veo a Oliver en la calle, a unos pasos de la entrada.
— ¡Oliver!— doy pasos largos, agitando la mano. No corro, pero estoy a punto de hacerlo. La distancia no es tan grande como para que lo haga— Hey, ¿Qué haces aquí?
— vine por ti… como para acompañarte.
— oh… eso me gusta— podría ponerse a saltar. No soy el único que está terminando las clases— ¿no tienes una motocicleta de casualidad? Es que sería genial irnos ahora mismo en una motocicleta, todos nos verían— hablo sin pensar, claro que a Oliver no le parece genial que todos nos vean si llega en una motocicleta.
— No tengo motocicleta.
— no importa, no es requisito tener una— le sonrió— ni siquiera había pensado tener una, creo que no podría andar en una.
— nunca he subido a una ¿vas a tu casa o quieres ir otro lugar?— solo iba a ir a casa, pero ahora pienso que podría hacer algo diferente.
— ¿y si solo caminamos? Debe haber algún lugar interesante por allí— sin más comienzo a caminar, alejándome de la universidad.
— ¿Cómo estuvieron tus clases?
— Complicado. A veces siento que no puedo seguir el ritmo de las clases. Tal vez no sea demasiado tarde para buscar otra carrera.
— pero esa te gusta ¿no quieres ser recaudador fiscal? Siempre hablas de eso, y creo que iría bien contigo.
—sí, no creo que vaya a dejarlo aunque lo diga ¿tus clases son difíciles?— si las mías me parecen pesadas, las de él deben ser peores. Está en una buena universidad con una beca, así que siempre he creído que debe tener buenas calificaciones para mantener la beca.
— algunas, pero también me gusta mucho y no se he hace difícil. Tuve que tomar cursos extras para poder usar los programas para las computadoras y no me dieron créditos extra por eso— la forma en que frunce la frente y arruga la nariz es linda. Caminamos sin rumbo, hablando de las clases y lo difíciles que son o de las que nos gustan. Nos estamos tomando en serio lo de conocernos cada que nos vemos o salimos, es divertido y me gusta hacerlo ¿lo había hecho antes? No lo creo, no como lo hago con Oliver— Te quedaste callado.
— estaba pensando— él me da un leve empujón en el brazo— bien, es un poco vergonzoso.
— ¿tú sientes vergüenza?— ahora yo le doy un golpe en el brazo.
— sigo siendo humano ¿eh? Claro puedo sentir lo que sea. Pensaba sobre esto, sobre conocernos. No lo había hecho con alguien más y no sé cómo explicarlo ¿no sientes eso también? Es diferente a cuando conocí a otros de mis amigos.
— sí, entiendo. La mayoría de mis amigos no sabe muchas cosas de mí.
— ¡Exacto!— eso me hace pensar que vamos por un “buen camino “sea cual sea y sin importar a donde nos lleve— siento que puedo confiar en ti, hablar de cualquier cosa. Somos muy compatibles ¿no crees?— tal vez eso estuvo de más pero ¿Qué más da? Oliver parece un poco incómodo.
— en realidad, tengo que decirte algo— se detiene y me mira. Inhala profundo y eso me pone un poco alerta porque no me parece que sea buenas noticias— ¿recuerdas que te mencione que iba a ver a un terapeuta?— solo muevo la cabeza para decirle que sí— me dijo que intentara tomar la iniciativa en más cosas. Por eso estoy aquí.
— ¿estás aquí porque tu terapeuta te lo dijo?— me siento un poco confundido.
— No… sí… es más que eso, él no me dijo que viniera aquí contigo, eso lo decidí yo. Fue lo único que se me ocurrió porque no conozco muchos lugares y no tengo interés en conocer alguno.
— pero debes… tener algún interés ¿no? ¿Visitar museos?
— me gusta la NFL.
— ¿Futbol? No puedo imaginarte… es… Wow. Aunque si pareces un jugador de alguno de esos deportes rudos— con su altura fácilmente podría— solo necesitas algo más de músculos y volumen.
— ¿no estas molesto?
— ¿molesto? No ¿Por qué lo estaría?
— vine por… bueno, por eso— le sonrió.
— no me molesta. O sea, tú dijiste que viniste porque quisiste, tu terapeuta solo te dio una idea y tú hiciste eso— me parece que es algo bueno— puedes hablarme sobre tus terapias o si necesitas ayuda con algo ¿bien? dímelo y te ayudare.
— ¿lo harías?
— claro. Si es por ayudarte, lo hare. Y aunque no te lo pida tu terapeuta si quieres hacer algo diferente— podría ser interesante, no lo digo. La expresión tensa de Oliver desaparece.
—gracias.
— no mentí cuando dije que me agrado que vinieras.
— ya que estamos aquí ¿hay algo que te quieras? ¿Hacer algo?— hacer algo… miro alrededor. No hay muchos lugares a los que quiera ir o algo interesante. Algunos restaurant ¿podríamos entrar a comer? no son muy buenos. Hay un salón de video juegos pero no soy bueno jugando y no me gustan en realidad.
— No, caminar está bien… hay unas tiendas más allá, una plaza comercial pequeña, hay un cine además. Me gustaría ver los teléfonos porque quiero comprar uno nuevo— no planeaba hacerlo hoy— pudo ver que modelos tienen y volver otro día y podemos entrar al cine.
— me parece una buena idea.
— oh, también hay algo que quiero— él me mira— es algo simple: un abrazo.
— ¿abrazo?
— sí. Tuve un día pesado, estoy seguro de que un abrazo me haría sentir mejor y podría disfrutar mejor el día— no sé de dónde salió eso, pero Oliver sonríe— ¿puedes hacerlo?— su respuesta es abrir los brazos. Su abrazo es cálido, y estrujante— Oliver…
— me pediste un abrazo.
— no respiro— es un gran abrazo de oso. Me comienzo a reír. Oliver se ríe también y me suelta— no es justo, eres alto, es fácil dar un abrazo de oso cuando eres como tú— su sonrisa es grande, se está divirtiendo mucho con eso.
— ¿ya seguimos?
— espera…— me vuelto a parar frente a él y ahora yo le abrazo. No es para nada como su abrazo de oso, pero un abrazo es un abrazo— listo, podemos irnos— los dos caminamos por la calle. No hay nadie a la vista. Miro de reojo a Oliver: camina sonriendo. Yo intento no sonreír, pero es imposible no sonreír. Así que aquí vamos los dos, sonriendo por la calle.