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Home is where the heart is por Silence Tsepesh de Lenfet

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Notas del capitulo:

Día 20: Tulips/ Tulipanes (Significado de los colores)

Hace calor. La sombra que da la el edificio no hace que sea más fresco. Oliver aun no llega. Suspiro y agito mi bebida, los hielos hacen ruiditos y me entretengo más agitándolos ¿Qué le está tomando tanto tiempo? Debió llegar hace veinte minutos, lo que es más raro es que no me aviso que se retrasaba. Ah, allí esta.


— Estaba tan preocupado por ti— aún no llega a donde estoy— agradecería un mensaje.


— ¿Pensaste que no iba a venir?


— No, confió en ti y sé que me avisarías si no puedes venir pero si sufres un accidente entonces yo no me enteraría— él me sonríe, apenado.


— No vi la hora… lamento haberte preocupado.


— Está bien.


— Y felicidades por tu nuevo trabajo— alzo mi vaso en su dirección como si brindara. Estamos haciendo esta salida para celebrar mi nuevo trabajo, lo que hace que su retraso sea más extraño— ¿ya pediste algo?


— Estaba esperándote— oportunamente un mesero sale del local y trae otro menú para Oliver— ¿Por qué tardaste?— no me puedo resistir con la pregunta. Él me ignora mientras mira el menú,  el mesero espera a un lado de la mesa, así que también espero a que Oliver haga su pedido.


— Isaac.


— ¿Eh?


— ¿Qué vas a pedir tú?— ah, que tonto, yo tampoco he pedido más que una bebida porque tenía calor y quería hacer algo mientras esperaba a Oliver. Le doy un vistazo rápido al menú y pido lo primero que veo: Un baguette con papas fritas y donitas de chocolate de postre.  Cuando el mesero se va vuelo mi atención a Oliver.


— Entonces ¿hay una gran historia de porque llegaste tarde? ¿El tráfico? ¿Ayudaste a una anciana a cruzar la calle?


— ¿Qué?


—S como un demente controlador ¿cierto? no es mi intención.


—No entiendo nada ¿de qué hablas? ¿Qué estas controlando?— suspiro y tomo una servilleta para doblarla y tener que algo que hacer— me estabas preguntando porque llegue tarde.


— Sí, pero no tienes que decírmelo. Me dio curiosidad porque no llegas tarde o me avisas, hoy no lo hiciste y quiero saber porque, pero eso me hace parecer un novio controlador que solo quiere saber dónde estás y que haces. Y eso no es lo que pretendía al preguntar.


— Oh… ¿entonces aun quieres saber?


— Solo si tú quieres decirme— digo, quizá sonando más defensivo de lo que quiero— ay, es que hablo sin pensar muchas veces, y cuando lo digo ya no puedo cambiarlo.


— No me molesta. Entiendo que no estas siendo controlador y solo estas bromeando o siendo curioso… o eso pesaba, ahora no estoy tan seguro de eso.


— ¡Oliver!— le arrojo un pedazo de servilleta, ni lo alcanza, solo llega a mitad de la mesa. Él se comienza a reír: Solo está bromeando. Sonrió. Me gusta que Oliver haga bromas conmigo, siento que se siente cómodo y confía en mí.


— Termine mis terapias. O algo así. Me da la sensación de que no terminan solo así. El caso es que estoy intentando mantener una mejor comunicación— eso no es nada nuevo para mí, pero le dejo seguir— Te quiero— parpadeo.


— Wow… tú… lo dijiste. Lo has dicho.


— Sí— me sonríe— Te quiero. 


— También te quiero, Oliver.


— Decidí comenzar con lo simple, contigo todo me parece más fácil. Sé que aún no… no puedo decir todo, así que estuve buscando también nuevas formas de comunicación.


— Eso suena intensarte— apoyo los codos en la mesa y me inclino hacia él— ¿Qué tipos de comunicación encontraste?— Oliver sigue sonriendo cuando se inclina a su mochila. Intento ver que está buscando, y no me toma mucho verlo: saca unas flores. No es un ramo, solo algunas flores de colores que no me da, las mantiene con él, haciéndolas girar entre sus dedos— las flores en la mochila se van a marchitar.  


— Solo fue algo rápido. Llegue tarde porque pase por la florería.


— Las flores son tu nueva forma de comunicarte? ¿Cómo un semáforo?


— Encontré en internet que las flores también pueden dar mensajes, pero tuve que preguntarle a la chica que las vendía porque no estaba muy seguro de si era verdad y si realmente tenían el significado que leí.


— Oh— ahora las miro con atención. Rojo, amarillo y azul. Dos flores de cada color— yo no sé nada de flores.     


— Tampoco lo sabía. Así que… aquí están— me los extiende. Los miro un largo momento, siento que frunzo el ceño aunque no es algo que haga a propósito, y luego las tomo. 


— ¿Y qué significan?— él me mira, sin sonreír.


— No funciona así, no se supone que tenga que decírtelo— Miro las flores y alzo las cejas, como si ellas fueran las culpables.


— ¿Y cómo voy a saber lo que sea que quieras decirme si no me lo dirás?— Se encoje de hombros.  Aún sigo frunciendo el ceño— Esto no funciona como método para mejorar tu comunicación ¿sabes?— ahora se ríe, yo no lo hago. Nunca supe nada sobre las flores, más que son bonitas y huelen bien. También que Oliver es alérgico al polen. Le miro. No parece tener problemas.


— ¿Qué?


— Tu alergia ¿me regalas flores aunque seas alérgico al polen?


— No es… no es una alergia severa— su cara se pone algo roja— además, regalar flores se siente bien… es decir, regalarte flores. Ya sabes que es raro que a los chicos les den flores.


— Yo no me quejo si me dan flores. No pensé en tu alergia antes, esto hace que este regalo sea más especial— Su cara se pone más roja— cuando te dé un regalo no serán flores, no porque no quiera darte flores solo no quiero que mi regalo te haga pasar un mal momento.


— Umm— aún se ve avergonzado. no sé qué hacer con las flores, si es poco común que me den flores pero me gusta mucho el detalle. Meterlas en una mochila no me parece bien y tampoco traigo mi mochila. Termino dejándolas en la mesa, a un lado de mi mano ¿Qué significaran? Ni siquiera sé que flores son.


— ¿Qué flor es? Solo se cuáles son las rosas.


— Tulipanes— la voz de Oliver es tan baja que por poco no lo escucho.


— Tulipanes— repito, intentando memorizarlo para buscarlo cuando llegue a casa— Ay, que idiota soy— me doy un golpe en la frente. Oliver me mira, confundido y alarmado. Yo sonrió, y saco mi teléfono de mi pantalón— Es que puedo buscarlo ahora en internet. Y yo pensando en esperar a llegar a casa para buscarlo.


— Isaac…— claramente él tampoco esperaba que hiciera eso. Me rio, y comienzo a teclear— espera, mejor cuando regreses…— Demasiado tarde, los resultados ya están en mi pantalla. Sigo sonriendo.


— Ya lo tengo— entro a una de la paginas. Me salto toda la introducción sobre las flores y me voy a lo que me interesa, los colores. Blanco, naranja, amarillo.


Este alegre color es el color de la amistad y la felicidad, más en los tulipanes se relaciona al amor loco, al amor juguetón y alegre, ideal para regalar y decir ¡estoy locamente enamorado de ti! o si esa persona especial te hace sentir vivo de nuevo.


Oh. Levanto la vista para mirar a Oliver. No sé qué expresión estoy poniendo ahora, pero su cara se pone más roja y desvía la mirada. Sigo buscando entre los anuncios de la página hasta que encuentro el color rojo.


El color de la pasión, el fuego, el amor, este tono en los tulipanes no solamente expresa el amor, sino uno que es eterno y sin fin, uno que ni las tormentas, ni los problemas podrán hacer menguar. Por lo anterior es ideal para regalar después de un problema grave, o para celebrar un aniversario de casados.


Claramente no estamos casados ni de aniversario, tampoco hemos peleado. Este es más simple, supongo que ya lo imaginaba ¿no hacen siempre los corazones rojos? Y todas cosas que venden para el día de san Valentín son rojas.  No encuentro el significado del color azul, entro en varias páginas hasta que me aparece.


Son creados de forma artificial. Están asociados a la paz y la tranquilidad y transmiten lealtad hacía ese alguien indicado.


— Interesante— Oliver gime, aun sin mirarme.


— Esto es más vergonzoso.


— ¿Por qué? es muy lindo. Amor, alegría, felicidad y lealtad. Es… una manera distinta de expresarte. Me gusto— me levanto de mi lugar, y rodeo la mesa para abrazarle y besarle— gracias por las flores.


— m-me alegra que te gustara— habla bajito, aún estamos en público y eso debe avergonzarle un poco más.


— Te quiero— le despeino un poco el cabello.


— También lo hago… ¿sabes? creo que la chica de la florería pensó que le llevaría las flores a una chica.


— ¿Oh, sí?— el mesero sale para traer nuestro pedido. Se queda mirándonos ¿incomodo? Así que regreso a mi lugar— tal vez deberíamos ir otro día por otras flores. Ya sabes, me gusta ayudarte y este método es muy efectivo— le guiño el ojo. Oliver me sonríe y en serio creo que esto de las flores es algo a lo que podría acostumbrarme.


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